DUQUE DE ALBA
Por el siglo XV, comenzaron a usarse dos apellidos en España.
Cada vez era más común que distintas familias repitieran el mismo nombre propio
de sus hijos, por ello fue necesario ir más allá de una única distinción.Francisco Jiménez de Cisneros, más conocido como el cardenal Cisneros, fue el que proclamó el primer apellido español, ya que ordenó que todos los que naciesen heredasen el apellido de su padre. En cuanto al segundo apellido, se comenzó a popularizar entre las clases altas y la nobleza de Castilla. Las familias querían un reconocimiento respecto a las clases más bajas y, además, tener dos apellidos importantes significaba que se pertenecía a dos linajes respetables.
Aunque comenzase a usarse antes, el doble apellido no tuvo un reconocimiento legal hasta el año 1871, cuando se creó el Registro Civil. La aplicación por ley llegó en el 1889, de la mano del Código Civil.
Al igual que en España, en la mayoría de países de Hispanoamérica se usa también esta distinción. La mayor parte de las colonias americanas se independizaron antes de que se registrara el doble apellido de forma oficial en España, sin embargo, muchos países siguieron por inercia esta tradición española.
Hoy en día, se sigue usando este sistema, aunque en algunos países, como Argentina, los padres pueden escoger si sus hijos llevan el apellido de un progenitor o de los dos, debido a la inmigración masiva europea que tiene el país.
En Portugal también existe la costumbre de no perder el apellido materno. Mientras que en países como Francia e Italia se impone un único apellido paterno, aunque ahora los padres pueden elegir transmitir los dos apellidos a sus hijos.
Para resolver todos los problemas que se plantearon en la Edad Media, se comenzaron a añadir más elementos después del nombre. Dependiendo de la persona, escogía un apellido según su origen geográfico, su profesión o incluso sus características físicas.
De ahí nacieron los apellidos basados en diversos criterios: algunos se derivaron de la profesión, como Pastor, Herrero o Zapatero; otros, del lugar de procedencia, como Toledo o Sevilla. También encontramos apellidos asociados a características personales o motes, como Hermoso, Bello, Delgado, Moreno o Bravo. Asimismo, algunos apellidos reflejan la profesión, como Criado, Alcalde, Marqués, Herrero, Zapatero o Pastor. Finalmente, muchos apellidos surgieron a partir del nombre del padre, añadiendo el sufijo -ez, que significa "hijo de", como Fernández (hijo de Fernando), González (hijo de Gonzalo) o Álvarez (hijo de Álvaro).