Fue uno de los más importantes reyes de la historia de
España. Reinó entre 1217-1252.
Nació posiblemente en 1199. Tras la anulación del matrimonio de sus padres se quedó bajo la protección de su padre Alfonso IX de León. Con la concesión de la corona de Castilla por parte de su madre en 1217, al morir Enrique I, se sucedieron las disputas entre Berenguela y el conde de Lara, con el beneplácito de rey Alfonso IX de León, su padre.
Nació posiblemente en 1199. Tras la anulación del matrimonio de sus padres se quedó bajo la protección de su padre Alfonso IX de León. Con la concesión de la corona de Castilla por parte de su madre en 1217, al morir Enrique I, se sucedieron las disputas entre Berenguela y el conde de Lara, con el beneplácito de rey Alfonso IX de León, su padre.
La reina Berenguela abdica en su hijo Fernando
Fernando, prudente como su madre envió cartas a su padre diciendo que jamás lucharía contra él y al final de 1217 se firmó la paz con las respectivas contraprestaciones. Las luchas e intrigas terminaron definitivamente con la muerte del conde de Lara en 1218.
En 1219 Fernando se armó a sí mismo caballero y tres días después se desposó con Beatriz de Suabia, hija de Federico II de Alemania. De ese matrimonio nació entre otros el futuro rey Alfonso X, el sabio.
Aprovechó la decadencia de los almohades tras la muerte del califa. Atravesó La Mancha y Sierra Morena y atacó territorios que reconocían al califa Al-Adil. Bajó el curso del Guadalquivir asolando el territorio hasta cerca de Jaén.
En 1225 tomó Priego de Córdoba. Llegó hasta la vega de Granada y al pactar con los granadinos, estos liberaron a unos mil cuatrocientos esclavos cristianos.
En 1226 atacó la región murciana del alto Guadalquivir. Consiguió Burgalimar y Salvatierra y ocupó Baeza, asedió Sevilla y se adueñó de las fortalezas de Aljarafe y el califa huyó a Gibraltar. Fue entonces cuando los musulmanes de Córdoba y Sevilla aceptaron a Al-Bayasi ya que éste era aliado de Fernando, al que temían. Pero los cordobeses terminaron asesinando al nuevo califa. al-Andalus reconoció como sucesor a Al-Mamún a quien le llovieron problemas tanto en Marruecos como en Tunez y en la península ya que el nuevo rebelde musulmán Ibn-Hud se apoderó de toda al-Andalus a excepción de Valencia. El reino Taifa de Murcia abarcaba por entonces casi todo Al-Andalus, (1228-1266)
En 1230 muere el padre de Fernando y queda como heredero del reino de León y ya lo era de Castilla. Aquí se considera que surge en unión de las Cortes de ambos reinos. Unificó definitivamente las coronas castellana y Leonesa. Fue, sin duda, uno de los reyes más importantes que hemos tenido. Conquistó para la cristiandad el Reino de Jaén, el Reino de Córdoba, el Reino de Sevilla y Extremadura, obligando con ello a retroceder a los reinos musulmanes. Al finalizar el reinado de Fernando III, únicamente poseían en la Andalucía el Reino de Niebla, Tejada y el Reino de Granada, este último como feudo castellano. Su hijo, el futuro Alfonso X, el sabio, fue enviado por Fernando a la conquista del Reino de Murcia, venciendo a los moros, dejando la región como un señorío castellano, tras lo cual Alfonso conquistó las plazas de Mula y Cartagena.
Los reinos unidos y las conquistas realizadas ampliaron su reinado llegando a poseer unos 370.000 kilómetros cuadrados.
Estatua de Fernando III en Sevilla
Al convertirse Fernando III en rey de León y Castilla, se incluye así las taifas y señoríos conquistados a los árabes, nada menos que Córdoba, Murcia, Jaén y Sevilla. Los reinos conservaron su derecho (por ejemplo, a las personas del Reino de Castilla que eran juzgadas en el Reino de León se les aplicaba el derecho de aquel Reino).
En 1224 Fernando parte con un contingente de grandes hombres de Castilla, el maestre de la Orden de Santiago y, posteriormente, se le unió la de Calatrava con su maestre al frente y se dirigieron a Sierra Morena.
En febrero de 1236 llegó Fernando III a Córdoba con su ejército. Los cordobeses esperaron la ayuda pero no llegaba e iniciaron negociaciones de rendición con Fernando III. Al no aceptar las condiciones del rey para evacuar la ciudad, propició que la ciudad de Córdoba se rindiese en junio de aquel año. En las negociaciones se estableció una tregua de seis años y el pago de parias.
Después de la caída de Córdoba, Ibn Hud se instaló en Almería. Ibn Hud fue asesinado por el gobernador de Almería, que inmediatamente se alzó con el poder en aquella ciudad. Poco tardó en anexionarse también el territorio almeriense al atacarle. El asesinato de Ibn Hud y el desmoronamiento del poder almohade propiciaron el avance de las tropas cristianas. Numerosas villas y castillos cordobeses fueron anexionados mediante pactos o por las armas.
Pintura Mújica y Pérez - Museo del Prado
Con su sucesor la influencia almohade en la península se
redujo a la nada y fueron incapaces de socorrer a los musulmanes de Al-Ándalus
mientras Fernando III avanzaba por el valle del Guadalquivir. En 1246 Ibn
al-Yadd expulsó al gobernador y quedó como principal de Sevilla, firmando una
tregua con Fernando III. Los elementos contrarios a este acuerdo le asesinaron
y su líder, Axataf, pasó a ser el nuevo gobernante de Sevilla.
Después de la toma de Jaén en 1246 Fernando III devastó los campos sevillanos de Carmona, Lora y otros, como preparación al asedio a Sevilla para el año siguiente, dominando así todo el valle del Guadalquivir. La conquista de Sevilla no era fácil y se llevó de manera simultánea por tierra y por el río. Ordenó la formación de una flota con naves procedentes del Cantábrico, origen de la marina de Castilla para atacar a la flota musulmana. Eso les privó a los musulmanes de los refuerzos procedentes de África. Mientras las plazas cercanas fueron atacadas por las tropas castellano-leonesas y se procedió al asedio de Sevilla, pero desde Niebla el emir les proporcionaba víveres a los sitiados que llegaban desde San Juan de Aznalfarache utilizando un puente de barcas, reforzado con cadenas de hierro, por lo que Fernando decidió destruirlo mediante barcos cargados de piedras. Así la ciudad quedó aislada del castillo de Triana y no tuvo más remedio que rendirse.
Después de la toma de Jaén en 1246 Fernando III devastó los campos sevillanos de Carmona, Lora y otros, como preparación al asedio a Sevilla para el año siguiente, dominando así todo el valle del Guadalquivir. La conquista de Sevilla no era fácil y se llevó de manera simultánea por tierra y por el río. Ordenó la formación de una flota con naves procedentes del Cantábrico, origen de la marina de Castilla para atacar a la flota musulmana. Eso les privó a los musulmanes de los refuerzos procedentes de África. Mientras las plazas cercanas fueron atacadas por las tropas castellano-leonesas y se procedió al asedio de Sevilla, pero desde Niebla el emir les proporcionaba víveres a los sitiados que llegaban desde San Juan de Aznalfarache utilizando un puente de barcas, reforzado con cadenas de hierro, por lo que Fernando decidió destruirlo mediante barcos cargados de piedras. Así la ciudad quedó aislada del castillo de Triana y no tuvo más remedio que rendirse.
Catedral de Burgos
Después Fernando bajó por el Guadalquivir con dos compañías
de saqueo, liquidando las resistencias restantes de las Marismas y de la
comarca del estrecho de Gibraltar, Jerez, Arcos, Medina Sidonia y otras
ciudades gaditanas como Puerto de Santa María, Sanlúcar, Rota y Trebujena. En
estas actividades estuvo implicado el príncipe Alfonso. Sólo quedaba Cádiz y
Niebla. Fernando creyó morir en esos días, pero murió cuatro años después, en
1252 cuando preparaba una expedición a Marruecos para conquistar Orán hasta el
Atlántico para controlar ambos lados del estrecho.
Fernando III trató de unificar y centralizar la administración de los reinos castellano y leonés, promovió la traducción del Fuero y Juzgó e impuso el castellano como idioma oficial de sus reinos en sustitución del latín. Repartió las nuevas tierras conquistadas entre las órdenes militares, lo que dio lugar a la formación de grandes latifundios. También ordenó hacer el Libro de la Nobleza y Lealtad que es una obra de derecho político y normas de los deberes del gobernante. Mandó construir las catedrales de Burgos y León. Inició las obras de la catedral de Toledo. El canciller del rey, Juan, fundó la catedral de Valladolid y, posteriormente, siendo obispo de Osuna, edificó esa catedral. Nuño, obispo de Astorga, hizo la torre y el claustro de su catedral. Mandó edificar el rey innumerables iglesias, conventos y hospitales y tanto él como su madre efectuaban importantes donaciones.
Hacia 1237 instituyó el Consejo de los Doce Sabios, que eran un grupo consultivo de doce personas. El tratado de su creación tiene un epílogo de su hijo, Alfonso X el Sabio.
Fernando III trató de unificar y centralizar la administración de los reinos castellano y leonés, promovió la traducción del Fuero y Juzgó e impuso el castellano como idioma oficial de sus reinos en sustitución del latín. Repartió las nuevas tierras conquistadas entre las órdenes militares, lo que dio lugar a la formación de grandes latifundios. También ordenó hacer el Libro de la Nobleza y Lealtad que es una obra de derecho político y normas de los deberes del gobernante. Mandó construir las catedrales de Burgos y León. Inició las obras de la catedral de Toledo. El canciller del rey, Juan, fundó la catedral de Valladolid y, posteriormente, siendo obispo de Osuna, edificó esa catedral. Nuño, obispo de Astorga, hizo la torre y el claustro de su catedral. Mandó edificar el rey innumerables iglesias, conventos y hospitales y tanto él como su madre efectuaban importantes donaciones.
Hacia 1237 instituyó el Consejo de los Doce Sabios, que eran un grupo consultivo de doce personas. El tratado de su creación tiene un epílogo de su hijo, Alfonso X el Sabio.
Catedral de León
En 1240 Fernando clausuró la Universidad de Palencia,
fundada en 1212 por Alfonso VIII de Castilla, y la trasladó a Salamanca, que
fue fundada en 1215 por Alfonso IX de León, ya que no parecía funcionar al
nivel que se quería por los escasos recursos que poseía. Desde este momento
Fernando dedicó mucha atención y recursos a la Universidad de Salamanca,
convirtiéndola en una de las mejores de Europa.
Fue mecenas de artistas.
Tras la muerte de Fernando III y de su entierro en la catedral se genera una energía espiritual que atrae a los fieles sevillanos. El papa Sixto V confirmaría en 1590 que Fernando III poseía el halo de santidad y que merecía el tratamiento de santo, y más tardé el papa Urbano VIII acreditó su santidad e inició el proceso de beatificación en 1628. Pero fuel el papa Clemente X quien extendió el culto al beato a todos los reinos peninsulares y lo canonizó en 1672. Más de cuatrocientos años después de su muerte.
No fue santo por ser pacífico, sino por su constancia en pelear contra los musulmanes, si bien es cierto que mostraba gran piedad y respeto a la moral cristiana. Instauró la costumbre de lavar los pies a doce de sus súbditos más pobres, costumbre que perduró en la corte de Castilla y después en la española hasta el siglo XX. Cuando estaba en campaña rezaba el oficio “parvo mariano”, antecedente medieval del santo Rosario.
Destacó en el aspecto cultural. Instauró el castellano en sustitución del latín, como lengua oficial. Buen jinete, hábil cazador y excelente jugador de ajedrez.
Fernando III engrandeció Castilla como no lo había hecho ningún otro rey ni antes ni después de su reinado.
Fue mecenas de artistas.
Tras la muerte de Fernando III y de su entierro en la catedral se genera una energía espiritual que atrae a los fieles sevillanos. El papa Sixto V confirmaría en 1590 que Fernando III poseía el halo de santidad y que merecía el tratamiento de santo, y más tardé el papa Urbano VIII acreditó su santidad e inició el proceso de beatificación en 1628. Pero fuel el papa Clemente X quien extendió el culto al beato a todos los reinos peninsulares y lo canonizó en 1672. Más de cuatrocientos años después de su muerte.
No fue santo por ser pacífico, sino por su constancia en pelear contra los musulmanes, si bien es cierto que mostraba gran piedad y respeto a la moral cristiana. Instauró la costumbre de lavar los pies a doce de sus súbditos más pobres, costumbre que perduró en la corte de Castilla y después en la española hasta el siglo XX. Cuando estaba en campaña rezaba el oficio “parvo mariano”, antecedente medieval del santo Rosario.
Destacó en el aspecto cultural. Instauró el castellano en sustitución del latín, como lengua oficial. Buen jinete, hábil cazador y excelente jugador de ajedrez.
Fernando III engrandeció Castilla como no lo había hecho ningún otro rey ni antes ni después de su reinado.