Cartago había sido un pequeño establecimiento fenicio
fundado en la costa de Túnez a comienzos de I milenio, fundada por emigrantes
fenicios de Tiro. La ciudad de Tiro a partir del siglo X a. C. ejerció la
hegemonía sobre las ciudades fenicias, que duró hasta el siglo VI a. C. que es
cuando ya habían progresado de tal forma que se independizaron de Tiro. Ya se
habían establecido en Ibiza hacia el 650 a.C. como plataforma para el dominio
de la costa mediterránea. Acabarán con los Tartessos sobre 500 a.C. Llegaron a
ser la primera potencia del Mediterráneo occidental.
Al decir Cartagineses, pueblo antiguo con capital en
Cartago, hablamos también de Fenicios. Seguramente sus herederos. La ciudad de
Cartago fue, en sus inicios, una colonia fundada por los Fenicios de Tiro que,
en su avance marítimo hacia el oeste, lograron establecer un gran asentamiento
comercial en lo que hoy es Túnez. Ni los fenicios de Tiro, ni los griegos
dominaron el interior de la Península lo que sí hicieron los Cartagineses.
Dos periodos su establecimiento. El primero, hasta el siglo V, se consideraba fenicio. A partir de esta fecha hasta la conquista romana, (sobre el 145 a.C.), el papel principal es cartaginés. El auge de Cartago pronto tomó carácter militar. A partir del siglo VI se enfrentan con los griegos, apoyándose en determinados momentos en los etruscos, para evitar la competencia helénica, para impedir la ampliación del territorio de colonización griego como a la adquisición de nuevos mercado. La batalla de Himera, en 535, es un hito en estas luchas marítimas. Ya en el siglo IV a.C., las fuerzas de una Cartago bajo un régimen republicano y como la ciudad más grande a este lado de la península Itálica, decidieron invadir el interior de Ispnya llegando a dominar hasta el sur del río Tajo y al norte, casi hasta llegar a los Pirineos. A estos nuevos territorios, habría que sumarles los que ya los antiguos Fenicios habían colonizado como el reino Tartesso.
Dos periodos su establecimiento. El primero, hasta el siglo V, se consideraba fenicio. A partir de esta fecha hasta la conquista romana, (sobre el 145 a.C.), el papel principal es cartaginés. El auge de Cartago pronto tomó carácter militar. A partir del siglo VI se enfrentan con los griegos, apoyándose en determinados momentos en los etruscos, para evitar la competencia helénica, para impedir la ampliación del territorio de colonización griego como a la adquisición de nuevos mercado. La batalla de Himera, en 535, es un hito en estas luchas marítimas. Ya en el siglo IV a.C., las fuerzas de una Cartago bajo un régimen republicano y como la ciudad más grande a este lado de la península Itálica, decidieron invadir el interior de Ispnya llegando a dominar hasta el sur del río Tajo y al norte, casi hasta llegar a los Pirineos. A estos nuevos territorios, habría que sumarles los que ya los antiguos Fenicios habían colonizado como el reino Tartesso.
Los cartagineses fueron un pueblo o grupo de pueblos. Cuando
aparecen citados mercenarios ibéricos luchando junto a cartaginenses o griegos
podrían ser íberos o gentes procedentes de Iberia, celtíberos, celtas u otros
pueblos no ibéricos.
Estuvieron regidos por jefes efímeros similar a un rey. Personajes que emergían como consecuencia de una victoria. Ampliaban los límites geográficos de un pueblo o de una tribu. Por ello los límites territoriales fueron móviles e inestables.
Entre los pueblos que los componían se puede identificar a los sordones con el Rosellón, los layetanos con la zona de Barcelona, cosetanos con el llano de Tarragona, Ilergetes con Lérida (Ilerda), Jacetanos con Jaca y Sedetanos con Monegros y valle del Ebro (desde el sur de la Sierra de Alcubierre). En la comarca de las Cinco Villas estaban los Suessetanos, lindando al oeste con los vascones, gentes que no se consideran hoy íberas. Por citar algunos más tenemos los Ilercavones en la costa (desde el Ebro hasta Sagunto), los Mastienos en la zona de Cartagena, los Bastetanos en Andalucía oriental y los Turdetanos en Andalucía central.
Uno de los enfrentamientos más importantes y registrados por los historiadores fue el conjunto de choques en los que combatieron los romanos y los cartagineses. A estas luchas se las llamó Guerras Púnicas y fueron las que permitieron que Roma se consolide como potencia mediterránea.
Estuvieron regidos por jefes efímeros similar a un rey. Personajes que emergían como consecuencia de una victoria. Ampliaban los límites geográficos de un pueblo o de una tribu. Por ello los límites territoriales fueron móviles e inestables.
Entre los pueblos que los componían se puede identificar a los sordones con el Rosellón, los layetanos con la zona de Barcelona, cosetanos con el llano de Tarragona, Ilergetes con Lérida (Ilerda), Jacetanos con Jaca y Sedetanos con Monegros y valle del Ebro (desde el sur de la Sierra de Alcubierre). En la comarca de las Cinco Villas estaban los Suessetanos, lindando al oeste con los vascones, gentes que no se consideran hoy íberas. Por citar algunos más tenemos los Ilercavones en la costa (desde el Ebro hasta Sagunto), los Mastienos en la zona de Cartagena, los Bastetanos en Andalucía oriental y los Turdetanos en Andalucía central.
Uno de los enfrentamientos más importantes y registrados por los historiadores fue el conjunto de choques en los que combatieron los romanos y los cartagineses. A estas luchas se las llamó Guerras Púnicas y fueron las que permitieron que Roma se consolide como potencia mediterránea.
La primera guerra contra los romanos entre el 264 y el 241
a.C. aunque tuvieron importantes victorias finalmente salieron derrotadas por
Duilio, general Romano, y Cartago tuvo que ceder Sicilia y asumió unos fuertes
tributos a Roma. Se llamaron Guerras Púnicas ya que los romanos los llamaban
Punici, por el origen fenicio de Cartago.
Al quedar empobrecidos pusieron su empeño en conquistar la península Ibérica, o al menos en la región andaluza y levantina. Fueron luchando y venciendo por las armas o por la diplomacia a los pueblos que se fueron encontrando, fundamentalmente colonias griegas. El dominio fue rentable con prospecciones nuevas de plata que empezó a manar hacia ellos.
Ese fue el proyecto y la acción del general Amílcar Barca, que murió habiendo conseguido para Cartago la plata y los mercenarios Ibéricos.
Cartago estableció también, una serie de colonias en la costa meridional atlántica de España y un conjunto de otras colonias en el extremo norte de África y en la costa africana del Atlántico, donde progresaron notablemente en dirección sur. La isla de Ibiza era escala obligada en las travesías por el Mediterráneo occidental y fue pronto cabeza de puente para abrir las relaciones comerciales con el Mediterráneo noroccidental.
Al quedar empobrecidos pusieron su empeño en conquistar la península Ibérica, o al menos en la región andaluza y levantina. Fueron luchando y venciendo por las armas o por la diplomacia a los pueblos que se fueron encontrando, fundamentalmente colonias griegas. El dominio fue rentable con prospecciones nuevas de plata que empezó a manar hacia ellos.
Ese fue el proyecto y la acción del general Amílcar Barca, que murió habiendo conseguido para Cartago la plata y los mercenarios Ibéricos.
Cartago estableció también, una serie de colonias en la costa meridional atlántica de España y un conjunto de otras colonias en el extremo norte de África y en la costa africana del Atlántico, donde progresaron notablemente en dirección sur. La isla de Ibiza era escala obligada en las travesías por el Mediterráneo occidental y fue pronto cabeza de puente para abrir las relaciones comerciales con el Mediterráneo noroccidental.
Le sucedió Asdrúbal un pacificador que funda Cartago-Nova
(Cartagena) además firma un tratado con Roma fijando límites para los dos
imperios. Dentro de esos límites estaba Sagunto, que debería permanecer libre y
autónoma. En realidad Roma buscaba una forma de mantener las distancias entre
los galos y los cartagineses. Cualquier ejército que quisiera cruzar los
Pirineos debía pasar por Sagunto. Asdrúbal murió asesinado y le sucede Aníbal,
un hombre de 25 años y auténtico guerrero. Atacó la meseta central y luego fue
atacado por carpetanos, vacceos y olcades a los que derrotó, amplió dominios y
consiguió riquezas y mercenarios. Animado por sus victorias Aníbal decidió
conducir su ejército a través de una ruta terrestre. Al frente de sus
mercenarios ibéricos y norteafricanos, cruzó los Pirineos, en donde se le
unieron los emisarios galos que lo guiarían por las montañas alpinas. Con sus
90.000 hombres, 12.000 jinetes y 40 elefantes, empleó 36 días en cruzar los
Alpes, una de las marchas militares más célebres de todos los tiempos,
superando las emboscadas de los montañeses, la falta de pasto en las cumbres y
sobre todo la nieve, que escondía el camino y hacía despeñar hombres y
caballerías.
Para cruzar los Pirineos debía pasar por Sagunto, como dijimos y estaba pactado con Roma no entrar en Sagunto. No respetando el acuerdo con Roma se propuso atacar Sagunto asediando la ciudad y resistiendo ésta con un increíble heroísmo defendiéndose rabiosamente. Finalmente todo estaba perdido por lo que los saguntinos reunieron todo el oro y la plata y la fundieron con plomo, cobre y estaño y por si fuera poco se arrojaron a las llamas, prefiriendo esa muerte que el cautiverio. Roma, que había sido avisada por los saguntinos llegó tarde. En realidad dejaron hacer el trabajo sucio. El asedio duró seis meses, es decir que tuvieron tiempo para acudir. Roma mandó a Publio Cornelio Escipión para atacar a Aníbal. Pero éste ya se había marchado contra Roma. Lo que hizo que el romano le esperase en Italia. Aníbal ya en la península itálica, en su marcha por las pantanosas llanuras del centro, con un ejército diezmado y desmoralizado, perdió un ojo y el único elefante que había sobrevivido. Aun así logró rehacer sus huestes y, tras vencer a los romanos en Trebia y Trasimeno, en el 216 los derrotó ampliamente en Cannas, pese a la inferioridad numérica de sus hombres. Decidió no atacar Roma y retirarse a Cápua. Entonces volvió a Cartago. Allí trató de negociar una paz honrosa con los romanos, pero fue vencido en Zama por Escipión el Africano en el 202, y el tratado que puso fin a la guerra fue muy oneroso para los cartagineses.
ANIBAL BARCA
Aníbal demostró que era un estadista tan notable como genio
militar. Roma exigió su cabeza y se vio obligado a huir. Ante las fuertes
presiones de los romanos, y temiendo ser entregado, se suicidó. Corría el año
183. Cuatro décadas más tarde, su patria era arrasada por Roma.Las fuerzas romanas se habían instalado en Tarraco (Tarragona), convertida así en el principal centro romano en Hispania. En el 149 hasta el 146 a.C. se produjo la Tercera Guerra Púnica, que consistió en la destrucción total de Cartago y la matanza o esclavitud de sus habitantes. Con lo cual desaparece el pueblo cartaginés.
Roma es la nueva civilización dominante en la península.
Los romanos fue el pueblo más importante, en realidad un civilización organizada. Como toda metrópoli a sus colonias, Roma explotó económica y socialmente a sus provincias de lo que llamó Hispania. A lo largo de este extenso periodo de más de seis siglos, tanto la población como la organización política del territorio hispánico sufrieron profundos e irreversibles cambios, y quedaría marcado para siempre con la inconfundible impronta de la cultura y las costumbres romanas.
Pero la península recibió un legado cuya trascendencia llega hasta el presente.
Los romanos fue el pueblo más importante, en realidad un civilización organizada. Como toda metrópoli a sus colonias, Roma explotó económica y socialmente a sus provincias de lo que llamó Hispania. A lo largo de este extenso periodo de más de seis siglos, tanto la población como la organización política del territorio hispánico sufrieron profundos e irreversibles cambios, y quedaría marcado para siempre con la inconfundible impronta de la cultura y las costumbres romanas.
Pero la península recibió un legado cuya trascendencia llega hasta el presente.
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