jueves, 4 de diciembre de 2025

GUERRAS PÚNICAS

Cartago había sido un pequeño establecimiento fenicio fundado en la costa de Túnez a comienzos de I milenio, fundada por emigrantes fenicios de Tiro. La ciudad de Tiro a partir del siglo X a. C. ejerció la hegemonía sobre las ciudades fenicias, que duró hasta el siglo VI a. C. que es cuando ya habían progresado de tal forma que se independizaron de Tiro. Ya se habían establecido en Ibiza hacia el 650 a.C. como plataforma para el dominio de la costa mediterránea. Acabarán con los Tartessos sobre 500 a.C. Llegaron a ser la primera potencia del Mediterráneo occidental.

Al decir Cartagineses, pueblo antiguo con capital en Cartago, hablamos también de Fenicios. Seguramente sus herederos. La ciudad de Cartago fue, en sus inicios, una colonia fundada por los Fenicios de Tiro que, en su avance marítimo hacia el oeste, lograron establecer un gran asentamiento comercial en lo que hoy es Túnez. Ni los fenicios de Tiro, ni los griegos dominaron el interior de la Península lo que sí hicieron los Cartagineses.
Dos periodos su establecimiento. El primero, hasta el siglo V, se consideraba fenicio.  A partir de esta fecha hasta la conquista romana, (sobre el 145 a.C.), el papel principal es cartaginés. El auge de Cartago pronto tomó carácter militar. A partir del siglo VI se enfrentan con los griegos, apoyándose en determinados momentos en los etruscos,  para evitar la competencia helénica, para impedir la ampliación del territorio de colonización griego como a la adquisición de nuevos mercado. La batalla de Himera, en 535, es un hito en estas luchas marítimas. Ya en el siglo IV a.C., las fuerzas de una Cartago bajo un régimen republicano y como la ciudad más grande a este lado de la península Itálica, decidieron invadir el interior de Ispnya llegando a dominar hasta el sur del río Tajo y al norte, casi hasta llegar a los Pirineos. A estos nuevos territorios, habría que sumarles los que ya los antiguos Fenicios habían colonizado como el reino Tartesso.

Los cartagineses fueron un pueblo o grupo de pueblos. Cuando aparecen citados mercenarios ibéricos luchando junto a cartaginenses o griegos podrían ser íberos o gentes procedentes de Iberia, celtíberos, celtas u otros pueblos no ibéricos.
Estuvieron regidos por jefes efímeros similar a un rey. Personajes que emergían como consecuencia de una victoria. Ampliaban los límites geográficos de un pueblo o de una tribu. Por ello los límites territoriales fueron móviles e inestables.
Entre los pueblos que los componían se puede identificar a los sordones con el Rosellón, los layetanos con la zona de Barcelona, cosetanos con el llano de Tarragona, Ilergetes con Lérida (Ilerda), Jacetanos con Jaca y Sedetanos con Monegros y valle del Ebro (desde el sur de la Sierra de Alcubierre). En la comarca de las Cinco Villas estaban los Suessetanos, lindando al oeste con los vascones, gentes que no se consideran hoy íberas. Por citar algunos más tenemos los Ilercavones en la costa (desde el Ebro hasta Sagunto), los Mastienos en la zona de Cartagena, los Bastetanos en Andalucía oriental y los Turdetanos en Andalucía central. 
Uno de los enfrentamientos más importantes y registrados por los historiadores fue el conjunto de choques en los que combatieron los romanos y los cartagineses. A estas luchas se las llamó Guerras Púnicas y fueron las que permitieron que Roma se consolide como potencia mediterránea.

La primera guerra contra los romanos entre el 264 y el 241 a.C. aunque tuvieron importantes victorias finalmente salieron derrotadas por Duilio, general Romano, y Cartago tuvo que ceder Sicilia y asumió unos fuertes tributos a Roma. Se llamaron Guerras Púnicas ya que los romanos los llamaban Punici, por el origen fenicio de Cartago.
Al quedar empobrecidos pusieron su empeño en conquistar la península Ibérica, o al menos en la región andaluza y levantina. Fueron luchando y venciendo por las armas o por la diplomacia a los pueblos que se fueron encontrando, fundamentalmente colonias griegas. El dominio fue rentable con prospecciones nuevas de plata que empezó a manar hacia ellos.
Ese fue el proyecto y la acción del general Amílcar Barca, que murió habiendo conseguido para Cartago la plata y los mercenarios Ibéricos.
Cartago estableció también, una serie de colonias en la costa meridional atlántica de España y un conjunto de otras colonias en el extremo norte de África y en la costa africana del Atlántico, donde progresaron notablemente en dirección sur. La isla de Ibiza era escala obligada en las travesías por el Mediterráneo occidental y fue pronto cabeza de puente para abrir las relaciones comerciales con el Mediterráneo noroccidental.

Le sucedió Asdrúbal un pacificador que funda Cartago-Nova (Cartagena) además firma un tratado con Roma fijando límites para los dos imperios. Dentro de esos límites estaba Sagunto, que debería permanecer libre y autónoma. En realidad Roma buscaba una forma de mantener las distancias entre los galos y los cartagineses. Cualquier ejército que quisiera cruzar los Pirineos debía pasar por Sagunto. Asdrúbal murió asesinado y le sucede Aníbal, un hombre de 25 años y auténtico guerrero. Atacó la meseta central y luego fue atacado por carpetanos, vacceos y olcades a los que derrotó, amplió dominios y consiguió riquezas y mercenarios. Animado por sus victorias Aníbal decidió conducir su ejército a través de una ruta terrestre. Al frente de sus mercenarios ibéricos y norteafricanos, cruzó los Pirineos, en donde se le unieron los emisarios galos que lo guiarían por las montañas alpinas. Con sus 90.000 hombres, 12.000 jinetes y 40 elefantes, empleó 36 días en cruzar los Alpes, una de las marchas militares más célebres de todos los tiempos, superando las emboscadas de los montañeses, la falta de pasto en las cumbres y sobre todo la nieve, que escondía el camino y hacía despeñar hombres y caballerías.


Para cruzar los Pirineos debía pasar por Sagunto, como dijimos y estaba pactado con Roma no entrar en Sagunto. No respetando el acuerdo con Roma se propuso atacar Sagunto asediando la ciudad y resistiendo ésta con un increíble heroísmo defendiéndose rabiosamente. Finalmente todo estaba perdido por lo que los saguntinos reunieron todo el oro y la plata y la fundieron con plomo, cobre y estaño y por si fuera poco se arrojaron a las llamas, prefiriendo esa muerte que el cautiverio. Roma, que había sido avisada por los saguntinos llegó tarde. En realidad dejaron hacer el trabajo sucio. El asedio duró seis meses, es decir que tuvieron tiempo para acudir. Roma mandó a Publio Cornelio Escipión para atacar a Aníbal. Pero éste ya se había marchado contra Roma. Lo que hizo que el romano le esperase en Italia. Aníbal ya en la península itálica, en su marcha por las pantanosas llanuras del centro, con un ejército diezmado y desmoralizado, perdió un ojo y el único elefante que había sobrevivido. Aun así logró rehacer sus huestes y, tras vencer a los romanos en Trebia y Trasimeno, en el 216 los derrotó ampliamente en Cannas, pese a la inferioridad numérica de sus hombres. Decidió no atacar Roma y retirarse a Cápua. Entonces volvió a Cartago. Allí trató de negociar una paz honrosa con los romanos, pero fue vencido en Zama por Escipión el Africano en el 202, y el tratado que puso fin a la guerra fue muy oneroso para los cartagineses.

ANIBAL BARCA
Aníbal demostró que era un estadista tan notable como genio militar. Roma exigió su cabeza y se vio obligado a huir. Ante las fuertes presiones de los romanos, y temiendo ser entregado, se suicidó. Corría el año 183. Cuatro décadas más tarde, su patria era arrasada por Roma.
Las fuerzas romanas se habían instalado en Tarraco (Tarragona), convertida así en el principal centro romano en Hispania. En el 149 hasta el 146 a.C. se produjo la Tercera Guerra Púnica, que consistió en la destrucción total de Cartago y la matanza o esclavitud de sus habitantes. Con lo cual desaparece el pueblo cartaginés.

TERMINA LA LUCHA DE CARTAGO
Roma es la nueva civilización dominante en la península.
Los romanos fue el pueblo más importante, en realidad un civilización organizada. Como toda metrópoli a sus colonias, Roma explotó económica y socialmente a sus provincias de lo que llamó Hispania. A lo largo de este extenso periodo de más de seis siglos, tanto la población como la organización política del territorio hispánico sufrieron profundos e irreversibles cambios, y quedaría marcado para siempre con la inconfundible impronta de la cultura y las costumbres romanas.
Pero la península recibió un legado cuya trascendencia llega hasta el presente.
 
 

miércoles, 3 de diciembre de 2025

EL CABALLO EN AMÉRICA

En 1493 fue la llegada de caballos, bueyes y otros animales domésticos europeos transformó profundamente la vida económica y social en América.  Cuando los indígenas mesoamericanos contemplaron por primera vez a un soldado español montando sobre su caballo no supieron procesarlo ni entender qué estaban viendo. 


A pesar de ser pocas monturas, las crónicas históricas hablan de una primera misión con un par de decenas de equinos y algunas yeguas, los comentarios de los pueblos primigenios mencionan cómo las tropas a caballo del conquistador español Hernán Cortés en 1519 parecían centauros, como si el hombre y el caballo se hubieran fusionado. Así quedó registrado que entendieron que el caballo y su jinete eran un solo ente.
Esto mejoró la vida y la alimentación  de la gente americana.
Entre las ventajas que implicaron para muchas comunidades americanas, se pueden destacar varias:
- El caballo ofreció una nueva forma de transporte. -Permitió recorrer distancias largas en mucho menos tiempo. -Facilitó la comunicación entre pueblos y regiones.


Algunos pueblos indígenas adoptaron rápidamente la equitación (mapuches, pampas, comanches, apaches), adquiriendo una movilidad y poder militar antes impensables.
La movilidad a caballo permitió la expansión hacia zonas antes difíciles de habitar.
Los primeros bueyes bovinos fueron llevados a la isla La Española (actual República Dominicana y Haití) alrededor de 1493–1494, en el segundo viaje de Cristóbal Colón.
Desde allí, a lo largo del siglo XVI, se extendieron por las colonias españolas: el Caribe, México, Centroamérica y Sudamérica. Los bueyes como animales de tiro se utilizaron ampliamente en agricultura y transporte, convirtiéndose en una pieza clave de las economías coloniales.

Otros animales grandes como vacas o toros fue un aumento de la producción agrícola. Se plantea la hipótesis histórica de que el bovino Criollo de Panamá es originario de la isla de Santiago (Jamaica), promovido por Pedrarias de Ávila en 1521 y cuya influencia es ejercida por toda Centro América y parte de México. Los mismos planteles bovinos que llegaron a Panamá tienen influencia sobre los bovinos criollos de Perú y Ecuador. Por otro lado, los bovinos Criollos de Colombia, Venezuela y de la vertiente del Atlántico sur, se originaron a partir del ganado vacuno traído por Rodrigo de Bastidas en 1525, desde la Española.

Los bueyes permitieron usar arados pesados que rompían mejor la tierra. Esto incrementó la productividad y permitió sembrar áreas más extensas. Carretas tiradas por bueyes facilitaron mover alimentos, materiales de construcción y mercancías.
Se comenzó a producir carne, leche, manteca, quesos, que antes no formaban parte de la dieta local. Que mejoraron el aporte de proteínas en muchas regiones. El cuero se convirtió en un recurso fundamental para ropa, herramientas y comercio.También huesos, sebo y tendones sirvieron para diversos usos cotidianos.
En zonas como el Río de la Plata, el norte de México y ciertas áreas andinas, la ganadería transformó completamente la economía local y abrió nuevas oportunidades comerciales.
Muchas comunidades indígenas integraron el caballo en su identidad cultural. Surgieron nuevas profesiones y formas de trabajo: arrieros, ganaderos, vaqueros. Apareció un comercio más activo entre regiones distantes.

Los españoles descendieron de sus navíos en el Puerto de Cempoala y, al mismo tiempo, los caballos y yeguas que iban a encargarse de trasladar a los jinetes españoles comenzaron a impregnar sus huellas en la playa. Desde entonces, la figura del caballo fue indisociable de la del español.
Los primeros caballos y yeguas pisaron suelo americano en 1493 durante una de las expediciones de Cristóbal Colón al continente. Éstos venían acompañados de otros animales como perros, cerdos, gallinas, cabras y ovejas. Los reportes de la cantidad de caballos y yeguas que llegaron con los españoles son tan diversos como las fuentes que los contienen. Sin embargo, la constante mención de su presencia da cuenta de la importancia de los caballos durante la Conquista.

CRUZANDO LA CORDILLERA DE LOS ANDES A CABALLO 

Bernal Díaz del Castillo, en el capítulo XXIII, de su Historia verdadera de la conquista de la Nueva España, refiere detalladamente a los españoles que venían de Cuba con Cortés (ver “La vida cotidiana en la isla de Cuba” de Martín Ríos Saloma). Asimismo, describe cuidadosamente los once caballos y cinco yeguas que salieron de la Isla de Cuba. Según Bernal, los caballos fueron repartidos en los diferentes navíos donde se les hicieron pesebres y se les alimentó con maíz y hierba seca. Detalla sus pelajes, sus destrezas ecuestres, los nombres de sus propietarios y, en algunos casos, sus propios nombres son parte de la detallada descripción del cronista.
En Mesoamérica, el único animal que podía ser comparable con las dimensiones y la anatomía de los caballos eran los venados. Es por esto que los equinos eran llamados con las palabras quiej y mazatl, que en los idiomas kaqchikel y náhuatl quieren decir, respectivamente, “venado”.
Los indígenas del continente norteamericano estaban más atrasado que los centro y sudamericanos. Éstos tenían agricultura y ganadería. En el norte eran cazadores pescadores y recolectores. Con la llegada de los españoles, con el tiempo conocieron la agricultura y la ganadería. Y el aprovechamiento al igual que en el resto del continente americano.
El caballo llegó a ser tan importante que la ley tomó partido y se sancionaron leyes para castigar duramente a los ladrones de un caballo, porque era dejar al hombre en inferioridad para el trabajo. Al igual que el robo de ganado. Eran parte importante del patrimonio de una familia.
Además nació una cultura con el caballo, la doma, las carreras, y un orgullo al poseer un buen equino, un amigo.
 

Método de la Doma India consiste en domar al caballo durante un año, de acuerdo a su naturaleza, evitando provocarle miedo y dolor, y ganándose su confianza y lealtad.  El caballo aprende por persuasión y está en nosotros conocer su naturaleza, comportamiento y psicología, para lograr persuadirlo y enseñarle un sin fin de ejercicios, que harán de ese caballo un animal apto para cualquier disciplina.

En la Doma India, no hace falta ser fuerte, ni tener un físico privilegiado, lo que si se necesita, es conocer el caballo en profundidad, y saber enseñar, paso a paso, lo que vamos a pedirle en el futuro; pararse, quedarse quieto, acostarse…etc.

“Es un método no violento. No castigamos al caballo, no le damos látigos, no le disparamos en la boca, no le damos un tiro de espuelas…” dice Flavio, un amante de la Doma India.

GUERRAS PÚNICAS

Cartago había sido un pequeño establecimiento fenicio fundado en la costa de Túnez a comienzos de I milenio, fundada por emigrantes fenicios...