Murió don Ramón Berenguer IV en Lombardía en 1162. Fue el conde de Barcelona y el gobernante del reino Aragón al estar casado con la heredra, Petronila. Un gran político y hombre de gran virtud. Uno de sus mayores aciertos, la unión
del condado de Barcelona con Aragón. Ramón Berenguer vio que una región
marítima, aislada de las interiores, de territorio escaso y fuera de toda
comunicación, había de ser o una república al modo de las italianas, la más
similar Génova, país de aventureros y piratas y a la larga presa de los
interiores, o una región fraccionada en pequeños condados en pugna perpetua. La
unión con los aragoneses daba un hinterland a los condados para que alimentara
su comercio; ella le daba un poderío militar que por sí sola no tenía; ella, en
fin, fusionándola políticamente con un reino interior, que casi tocaba con el
Atlántico, aseguraba el progreso y la posición militar. El reino de Aragón era
entonces un conglomerado de comarcas independientes entre sí, con solo el
vínculo político que creaba obedecer a un soberano único y el mismo para todas.
Cataluña era un conglomerado de comarcas gobernadas directamente por condes,
que reconocían la soberanía del de Barcelona; ni siquiera era conocido el
nombre con el que luego fue y es conocida la región; ni sus habitantes se
llamaban catalanes. El condado de Urgel era, de hecho, independiente y fluctuaba
entre las dos influencias, la de Aragón y la de Cataluña. Pero volvamos a los
hechos posteriores. En 1164 la reina Petronila había hecho donación del Reino
de Aragón a su hijo Alfonso, completando la unión de los dos territorios en la
persona del hijo mayor de Berenguer, el futuro rey de Aragón y conde de
Barcelona, Alfonso II.
De modo que el reino lo heredó de su madre y el poder de
gobernar le provino de su padre, que a su vez lo había recibido de Ramiro II.
Por el nuevo Tratado de Cazorla, en 1179, entre Castilla y Aragón, el reino de
Murcia, cuya conquista correspondía a Aragón, pasaba a Castilla y a cambio el
rey aragonés Alfonso II se vio libre del vasallaje que debía al castellano
Alfonso VIII. Es por esto por lo que en Murcia se habla castellano y no
catalán. Alfonso II Incorporó El Rosellón y recuperó Provenza de la monarquía
francesa. El castellano Alfonso VIII en virtud del acuerdo con el reino de León
le permite romper la tregua que mantenía con los almohades desde 1190 e inicia
incursiones hasta Sevilla. Provoca de esta forma que se vaya a la batalla de
Alarcos, donde a pesar de las indicciones de los demás reinados, luchó contra
los musulmanes sufriendo una seria derrota en julio de 1195. En esto ningún
otro reino tuvo culpa, ya que el castellano ni esperó las ayudas convenidas
para combatir. El hijo de Alfonso II, Pedro II (1196-1213) participó en la
importante batalla de Las Navas de Tolosa, en 1212, junto con las tropas de
Alfonso VIII de Castilla, y las de Sancho VII de Navarra. El rey leonés no
acudió ya que el castellano no había devuelto los territorios leoneses
conquistados.
ALFONSO II DE ARAGÓN
Preocupado el rey
aragonés por Occitania, ya que por iniciativa del papa Inocencio III se
desarrolló la Cruzada Albigense contra los cátaros. Esto puso en aprietos a
Pedro II ya que debía defender a sus súbditos y por otro se arriesgaba a la
excomunión. No olvidemos que la política matrimonial de los condes y después
los reyes de Aragón estuvo siempre encaminada a fortalecer las relaciones de
los distintos condados occitanos con Aragón. Así pues, en las grandes empresas
aragonesas hubo participación destacada de los aliados occitanos, por ejemplo,
en la conquista de Barbastro en 1.064 por Sancho Ramírez. El año anterior, su
antecesor Ramiro I había muerto peleando, intentando conquistarla contra
musulmanes y castellanos entre los que se encontraba el Cid. Finalmente se
desarrolló la Cruzada también conocida como cruzada contra los cátaros. El
conflicto armado que tuvo lugar entre 1209 y 1244, con el apoyo de la dinastía
de los Capetos (reyes de Francia en la época), con el fin de reducir por la
fuerza el catarismo, un movimiento religioso calificado como herejía por la
Iglesia.PEDRO II DE ARAGON


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