martes, 13 de septiembre de 2022

ÁLVARO DE MENDAÑA Y NEIRA

(Congosto, Castilla y León, 154 –  Islas Salomón, octubre de 1595) fue un navegante español que llevó a cabo dos expediciones al océano Pacífico descubriendo las islas Salomón y las islas Marquesas.
En 1565 el navegante Pedro de Ahedo ya había planteado la idea de realizar un viaje al océano Pacífico en busca de las míticas islas Salomón, que fue puesta bajo el mando de Álvaro de Mendaña, que en ese momento era administrador de la encomienda de León de Huanuco, (Perú)
La expedición partió del puerto de Callao (Perú) el día 19 de noviembre de 1567. Estaba formada por dos naos mercantes. El 15 de enero de 1568 divisaron la isla de Nombre de Jesús, pero ante la imposibilidad de recalar, prosiguieron su ruta, arribando el 9 de febrero a Santa Isabel (islas Salomón), donde establecieron su centro de operaciones.

Álvaro de Mendaña mantenía buenas relaciones con los nativos de la isla Santa Isabel. Se trata de un archipiélago de Oceanía situado al sudoeste del océano Pacífico y al este de Papúa Nueva Guinea, que en la actualidad forma parte de la Mancomunidad Británica de Naciones y cuyo territorio pertenece a la Melanesia.
Llegado el mes de agosto, y considerando la precaria situación de la flota y la escasez de suministros, Mendaña tomó la determinación de regresar a América y organizar, tiempo después, una nueva expedición mejor equipada, por lo que en 1571 regresó a la Península buscando una vez más el apoyo del Consejo de Indias. Existió un encuentro entre Mendaña y el soberano Felipe II, y le expuso sus planes con respecto al archipiélago de las Salomón. Durante su estancia en Madrid, Álvaro mantuvo un romance con la hermana de Miguel de Cervantes. No llegaron a contraer matrimonio.
Al año siguiente consiguió por fin llegar a un acuerdo con la Corona para poner en marcha su proyecto colonizador, firmándose las nuevas Capitulaciones en las que se le hacía adelantado de las islas Salomón. Embarcó y llegó a Panamá a finales del año 1576, donde fue detenido y encerrado en el calabozo por orden de Gabriel de Loarte, presidente de la Real Audiencia de esa ciudad. Fue acusado de reclutar hombres para su jornada sin contar con la preceptiva licencia; quedó en libertad tiempo después, siguiéndose instrucciones del Rey.
Esperando su momento, Mendaña se enroló en la armada aprestada para detener al corsario Francis Drake que, entre noviembre de 1578 y febrero de 1579, había realizado ataques y saqueos en la costa.

Durante veinticinco años Mendaña intentó hacer un segundo viaje para colonizar las islas Salomón. Aunque tenía la aprobación del rey, se encontró con el rechazo de las autoridades coloniales, descontentas con los resultados del primer viaje. Fue el nuevo virrey, García Hurtado de Mendoza, quien patrocinó la nueva expedición. Se organizó como una expedición privada donde el virrey aportaba los efectivos militares, en tanto que Mendaña convencía a mercaderes y colonos para participar en la aventura. El objetivo era establecer una colonia en las islas Salomón impidiendo que los piratas ingleses encontraran un refugio en el Pacífico desde donde pudieran atacar las Filipinas o la costa americana.
Cuando en 1593 el viaje a las Salomón parecía ya una realidad inminente, cruzó el estrecho de Magallanes el corsario Richard Hawkins, irrumpiendo en diferentes poblaciones del litoral. Mendaña aprestó entonces la flota y puso al frente de la misma a Beltrán de la Cueva y Castro, que en combate naval derrotó a los ingleses en 1594, en la bahía de Atacama, al noroeste de Quito (Ecuador).
Zarpó por fin del puerto de Callao el 9 de abril de 1595. En este segundo viaje hacia el Pacífico Sur, el objetivo era establecer una colonia en las islas Salomón, por lo que el pasaje alcanzaba cerca de cuatrocientas personas, incluyendo mujeres y niños.
Se internaron mar adentro, divisando el 21 de julio la isla de la Magdalena, (mundialmente conocida a través de las pinturas del genial Paul Gauguin), decidiendo seguir viaje por las islas cercanas, aproximándose a San Pedro, Dominica, y Santa Cristina. Bautizándolas con el nombre de islas Marquesas de Mendoza. Las islas Marquesas son el mayor archipiélago de todos los que conforman la actual Polinesia Francesa.
El 5 de agosto partieron hacia el oeste en busca de las islas Salomón, localizando el 20 de agosto el grupo de San Bernardo y La Solitaria. El 8  de septiembre atisbaron La Huerta, Recifes, y la Santa Cruz. Viendo las posibilidades que ofrecía Santa Cruz para su colonización y el buen trato dispensado por los nativos, decidió fijar allí un asentamiento permanente, estableciéndose en la bahía Graciosa, dictando normas tendentes a regular su gobierno y decretando la inviolabilidad de los derechos y propiedades de los naturales. Tenía un delicado estado de salud. El paso de los días estaba haciendo mella entre los pasajeros por no alcanzar las tan añoradas islas de Poniente. Las habladurías fueron acrecentándose hasta llegar a constituirse dos facciones: una de apoyo a Mendaña y su familia política y otra de apoyo al maese de campo, quien abogaba por abandonar la isla y proseguir la ruta marcada.
Pedro Merino Manrique y sus partidarios, utilizaron como medida de presión el saqueo de los poblados, alentando con ello al levantamiento de los nativos en contra de los españoles, y forzar así la salida de la isla. Cuando la situación era ya imposible de reconducir, se adoptaron medidas realmente drásticas. Mendaña ordenó entonces que se ejecutase a los cabecillas. Y a pesar de que se tomaron medidas ejemplarizantes, tal y como era de esperar, la agresión de los aborígenes hacia los peninsulares fue imposible de contener.
La malaria, mientras tanto, seguía debilitando la salud del preclaro marino, que falleció el 18 de octubre de 1595, a la edad de cincuenta y tres años, siendo enterrado con todos los honores en la iglesia allí construida. En sus últimas voluntades el descubridor nombró gobernadora de la expedición a su esposa.
Hago un alto aquí para recordar a la primera mujer Almirante de la Armada Española, Isabel Barreto. El 18 de octubre de 1595 Isabel Barreto se convertía en Adelantada de las Islas Salomón y del Poniente, Gobernadora de la Colonia de Santa Cruz, Capitana General y Almirante de la flota de su Majestad Felipe II. Esta navegante gallega es considerada la primera mujer con el cargo de Almirante de la Marina Española.
Se cree que 
Isabel Barreto nace en Galicia alrededor de 1567, desde donde se traslada con su familia al Virreinato de Perú, en donde pasaron a formar parte de la alta sociedad de Lima. Es allí donde conoce al famoso Álvaro de Mendaña con el cual se casa en 1586. La novia aportaba una cuantiosa dote que les resultaría de gran utilidad para financiar la expedición que les dio la fama y marcó su destino. Ella tenía 19 años, Álvaro 44.
Continuamos… Haciéndose eco del sentir generalizado de los expedicionarios y siendo consciente del significativo número de bajas producidas a causa de enfermedades infecciosas, dejaron la isla el 18 de noviembre, poniendo rumbo a las Filipinas.
En el transcurso de la travesía, el 10 de diciembre desapareció la galeota San Felipe, de la que se perdió la pista. Diez jornadas después corrió la misma suerte la fragata Santa Catalina, y que hacía agua carcomida por la bruma, y en la que se custodiaba el féretro con los restos de Álvaro de Mendaña.
La capitana San Jerónimo avistó tierra el 14 de enero de 1596, pero por una serie de complicaciones se produjo el desembarco el 11 de febrero, donde había una gran expectación y fueron recibidos por las autoridades Filipinas.
El archipiélago del Pacífico en Oceanía es ahora un paraíso fiscal que pertenece a la Commonwealth británica y cuyo idioma oficial es el inglés, pero las islas fueron descubiertas por Mendaña de Neira en 1567. Con aquel descubrimiento, el Imperio Español alcanzaría su mayor gloria y expansión, tras las sucesivas expediciones de Magallanes y Juan Sebastián Elcano, Miguel de Urdaneta, Jofre de Loaisa, Álvaro de Mendaña.
Mendaña y sus hombres las bautizaron con el nombre bíblico de Islas Salomón en honor a la leyenda de la tierra mítica que circulaban desde hacía siglos, el país de Ofir, un puerto-región mencionado en la Biblia célebre por sus riquezas.
Durante siglos se sostuvo que el rey Salomón recibía cada tres años durante su reinado un cargamento de oro, plata, sándalo, piedras preciosas, marfil, monos y pavos reales de Ofir. Esta leyenda pobló la imaginación de aventureros y navegantes y numerosas conjeturas entre ellas las de su ubicación en Asia, hasta que el viaje de Mendaña, trasformó la imaginación por la realidad, al situar las costas del archipiélago en el mapa y en las cartas náuticas y establecer la ruta para llegar hasta ellas. Su nombre, “Salomón”, quedó como vestigio de aquella creencia, a pesar de que no encontraran ni oro, ni plata.
El ”Mar del Sur” culminaba el sueño de Cristóbal Colón, interrumpido por el enorme continente americano: establecer el camino definitivo entre las Indias; Catay y Cipango por vía marítima con Europa.
El Museo Naval homenajea aquella fantástica epopeya de cinco siglos con una exposición que reúne más de 170 piezas entre mapas, retratos, diarios de viaje, sextantes y otros instrumentos de navegación de la época y modelos de los navíos que se emplearon, y que detalla no sólo los sucesivos viajes y los descubrimientos geográficos del XVI al XX, sino también su alcance y calado, como el impacto comercial y científico que tuvieron las sucesivas expediciones.
Fueron dos siglos de predominio mundial y naval sólo compartido con los portugueses, en los que el Imperio Español de los Austria se erigió como la potencia mundial hegemónica.
Sin embargo, el fin de los Austrias no significó el fin de la expansión española en el Pacífico.
 

domingo, 11 de septiembre de 2022

BARCELONA - 11 DE SEPTIEMBRE DE 1714

 Acabada la guerra de Sucesión en España en 1713 y firmado el Tratado de Utrech, retiradas las tropas inglesas y sus aliados, las Cortes catalanas debían decidir si se entregaban a Felipe V, tal como habían pactado una semana antes los representantes imperiales y borbónicos en el Convenio de Hospitalet. La Diputación de Cataluña proclamó la resistencia. La nobleza se opuso prestando obediencia a Felipe V. También el clero y las ciudades de Vich y Valls. La Diputación editó un folleto en el que se justificó seguir la lucha, no por defender la secesión sino por un estado federal y por la lucha de la libertad de España.

Las tropas borbónicas sitiaron Barcelona a finales de julio de 1713. en las luchas por ambos bandos se cometieron atrocidades, quemados, torturados, etc.

En abril de 1714 comenzó el bombardeo de Barcelona por la artillería borbónica que no pararía hasta su rendición, que se produciría el 14 de septiembre de 1714.
Ese día se rindieron las tropas catalanas en Barcelona a las del rey Felipe V, terminando así su lucha por conseguir que el ya Emperador Carlos de Habsburgo fuera rey de España, en contra del rey Felipe V. No es cierto que en el famoso 11 de septiembre combatieran catalanes contra castellanos, pues hubo castellanos defendiendo Barcelona del mismo modo que el ejército de Felipe V contó con miles de voluntarios catalanes. Los catalanes austracistas no eran separatistas, al contrario, presumieron de ser los más españoles de todos.
Durante el sitio de Barcelona por las tropas de Felipe V, todos, sitiadores y sitiados, ven claramente que la ciudad tiene los días contados porque el asedio es poderoso y los límites de la resistencia de los defensores están a punto de alcanzarse. Por ello, sus propias autoridades lanzan un último llamamiento a los defensores y demás habitantes de Barcelona para que acudan a las murallas rotas para el esfuerzo final. Pero al poner un plazo para ello y la condición de que aparezcan fuerzas suficientes para continuar la lucha, están revelando que lo que desean es agotar la última posibilidad y llegar a negociaciones sobre los términos de la rendición.
Proclaman sus deseos con un escrito que finaliza así:
“Derramar su sangre por su rey y por la libertad de toda España. Dado en la Casa de la Excelentísima Ciudad residente en el portal de San Antonio, estando presentes los citados Excelentísimos señores y personas asociadas, a 11 de septiembre, a las 3 de la tarde, de 1714.”
Por entonces no existía el derecho individual de cada uno para elegir en cada ocasión en qué bando luchar. Por lo tanto, hubo súbditos de Felipe V que, por decisión propia, se convirtieron ante él en reos de Lesa Majestad al haberse puesto de parte de los que querían arrebatarle la corona. Y fueron castigados conforme a los estándares europeos de aquel siglo XVIII. Las instrucciones precisas de Felipe V sobre el trato que debía dar a los resistentes cuando la ciudad cayera, en las que se decía que “se merecen ser sometidos al máximo rigor según las leyes de la guerra para que sirva de ejemplo para todos mis otros súbditos que, a semejanza suya, persisten en la rebelión”.
Así como el rey castigó la deslealtad, premió la lealtad de diversos modos. Por ejemplo, Cervera (Lérida) fue agraciada con la única universidad autorizada en Cataluña, y el escudo de Murcia recibió un león coronado que sujeta una flor de lis y un lema laudatorio, en reconocimiento del apoyo que había prestado al rey. Honores similares fueron concedidos a otras localidades españolas.
Como se suele decir, “Después de un incendio, no se dejan rescoldos”. Y eso ha pasado siempre después de una guerra.
Por supuesto que todo es cuestionable y en una guerra cada bando tiene sus razones para luchar, pero hoy en día se cuenta una historia falsa en algunas provincias y por algunos medios, y esto es lo que pretendemos, contar el porqué lucharon los catalanes después de terminada la Guerra de Sucesión Española en 1713 con la firma del Tratado de Utrech.
La fecha en Cataluña es la celebración de lo que se llama "la Diada", día de Cataluña. Bien mirado están celebrando una derrota

BATALLAS NAVALES CONTRA INGLATERRA

En el siglo XVI, existió en España una clara rivalidad. Está claro que los ingleses son maestros en esconder sus derrotas o minimizarlas que casi son vencedores épicos. 
Seguramente, si echamos las cuentas veremos que somos quizá el país que mejor le ha ido en su lucha contra Inglaterra, sumando todos los encuentros.
Repasemos un poco. La Gran Armada, que los ingleses, y hasta los españoles llaman “La Armada Invencible” no fue derrotada militarmente. Sólo hubo una lucha realmente, la llamada “Batalla de Gravelinas” la única relativamente importante de la expedición y duró nueve horas. Dos naves tuvieron accidentes, mientras que otro, el María Juan, llegó a hundirse: el único que lo haría. A media tarde se desencadenó un violento temporal mientras los españoles estaban cada vez más indefensos, contra los ingleses y contra el viento que les arrastraba. Medina Sidonia se dispuso a volver a aguas españolas. Incluso este sencillo plan también se planteaba difícil. Se inició así un largo y penoso viaje de retorno, durante el cual muchos hombres perdieron la vida y varias decenas de barcos se fueron a pique.
Resumiendo la “Gran Armada” se retiró debido al temporal sin lograr sus objetivos y la armada inglesa también se batió en retirada hacia su isla.
Los pequeños arañazos alcanzados por los ingleses fueron transformando los barcos en ruinas flotantes por las tempestades. En realidad, de los aproximadamente 130 barcos que componían la Armada Española al salir, regresaron a España unos 95 y hasta los mismo ingleses esperaban su retorno. Entre los españoles hubo 1.000 muertos y 800 heridos.
Esto es la gran victoria por la que brindan: que los españoles tuvieran que dar media vuelta debido al temporal y a la imposibilidad de combate. Y es que más que una victoria Inglesa fue un cúmulo de desastrosos contratiempos.
Pero en la pérfida Albión, no hubo festejos, sino las epidemias y la hambruna que habían poblado la costa, exhaustas por el estéril sobresfuerzo.
Por entonces Felipe II reina en España. De aquella guerra los episodios más reconocidos son la Gran Armada Española y la Contra-Armada Inglesa. Con un resultado pésimo en ambos casos. Se propagó durante siglos que la Gran Armada Española fue vencida. La diferencia, la gran diferencia, fue que la Monarquía Hispánica se rehízo con rapidez del desastre pero Inglaterra se sumió en un pozo muy profundo del que tardó más de dos décadas en salir una vez finalizada la guerra. Ocurre que los acontecimientos en torno a la “Gran Armada”, sólo se entienden en el marco de la Guerra anglo-española de 1585 a 1604. Al sacarlos de contexto se deforma mucho la realidad, sería semejante a hablar de la Segunda Guerra Mundial y detenerse en la caída de Francia en 1940, sin mencionar otras importantes batallas como Midway, Stalingrado, o el desembarco de Normandía. Además, fue una guerra con un desenlace y tratado favorable a España.
Pero ¿qué pasó en Cartagena de Indias? ¿En Tenerife? ¿  Y dónde dejamos a Veracruz, Atacames, Cádiz o la victoria holandesa de Raid del Medway? Anteriores tenemos la Incursión Castellana de 1380, cuando Fernando Sánchez de Tovar logró penetrar por nada menos que hasta el Támesis.
-La Guerra de las Armadas (1585-1604). La reina “Virgen” Isabel I termina derrotada y hundiendo a Inglaterra junto con su Contra Armada.
-Isla Flores, fue una batalla difícil de olvidar para la pérfida Albión.
-La Guerra del Designio Occidental o ‘Western Design’ (1655-1660). El impulso de Oliver Cromwell. Felipe IV reina en España.
- Guerra del Asiento desde 1739. Un capitán español capturó una nave inglesa dedicada al contrabando en el mar Caribe. Se desata la Guerra de la Oreja de Jenkins.  Llega un flota de 186 buques, con 27 600 hombres, armada con 2000 cañones, en marzo de 1741 junto a la costa de Cartagena de Indias, un contingente armado solo comparable  a las fuerzas aliadas en el desembarco de Normandía. La plaza estaba defendida por unos 700 hombres y Blas de Lezo. Como sería de vergonzosa la derrota inglesa que el rey inglés prohibió que se escribiera sobre ello.
Existen bastantes batallas que los ingleses no quieren recordar. Y por esas cosas de nuestra querida España, aquí tampoco las recordamos. Las derrotas sí que las recordamos, o nos las hacen recordar, en libros, películas y utilizando la proverbial candidez de nuestros gobernantes e instituciones.
En España no ha existido el interés por leer y estudiar estos episodios. A cualquier inglés o español al que le rápidamente pidamos que cite tres derrotas de la Armada Española, si conoce un poco la historia dirá que son: la Armada Invencible, Trafalgar y la Guerra de Cuba. Pero en cambio sí hiciéramos lo mismo sobre la escuadra ingles no habría respuestas.

sábado, 10 de septiembre de 2022

PLAN BRITÁNICO DE MAITLAND SOBRE SUDAMÉRICA (Siglo XIX)

 Así diseñaron los ingleses la independencia de la América española. El Plan Maitland constituía un proyecto británico para separar las provincias sudamericanas de la Corona hispánica y poder someterlas a su propia esfera de influencia económica.

Un ejército conformado por José de San Martín y planeado por Gran Bretaña a conciencia, para independizar a las colonias latinas del dominio del Imperio Español.
Es un documento redactado por el Teniente General del Ejército Británico y gobernador colonial Thomas Maitland. Fue concebido a principios del año 1800 y no tiene destinatario. Se encuentra registrado en el Archivo General de Escocia bajo el título de “Plan para capturar Buenos Aires y Chile y luego emancipar Perú y México”. La mención de México fue un error, ya que el objetivo del plan era la emancipación de Perú y Quito (el actual Ecuador).
Al advertir el error, Maitland tachó México y escribió abajo Quito, pero omitió corregirlo al final del plan, cuando lo sintetiza diciendo que el objetivo sería indudablemente la emancipación de Perú y México. En 1998, el historiador argentino de la Universidad de Quilmes, Rodolfo Terragno, y también Felipe Pigna, escritor e investigador de historia argentino, afirmó haber leído el plan y publicó un libro titulado Maitland & San Martín. Según esta obra el primero era ganar el control de Buenos Aires; a continuación, tomar posiciones en Mendoza. Posteriormente, se centrarían en coordinar las acciones con un ejército separatista en Chile y cruzar los Andes. Los cuatro últimos pasos serían derrotar a los españoles, controlar Chile, continuar por mar y someter Perú.
Según diversas teorías, existen similitudes entre la campaña de José de San Martín y el plan de Maitland, que invitan a pensar que San Martín probablemente lo haya conocido a través de miembros de la Logia Lautaro. Esta logia fue fundada por Francisco de Miranda y el escocés Lord MacDuff.
Se reconoce diferencias entre el plan de Maitland y la campaña de San Martín y Terragno sostiene que es posible que San Martín haya coincidido con Maitland sin saberlo, ya que ambos eran estrategas europeos, acostumbrados a hacer planes sobre mapas, que debieron leer libros de estrategia inspirados en Alejandro, Ciro, Carlomagno, Napoleón (contra cuyo ejército pelearon ambos) o Aníbal (que, a semejanza del cruce de los Andes de San Martín, atravesó con sus fuerzas los Alpes).
Con este proceso preparado y con un orden de actuación, el Plan Maitland se había cumplido. Gran Bretaña pretendía una América loteada, no unida (salvo en lo referente a independencia de España), en la que ningún país fuera bioceánico; así, ninguno tendría gran poder de negociación ante el Imperio Británico, por entonces dueño y señor de los mares. Buenos clientes, buenos mercados, buenas condiciones comerciales para extender sus negocios y sus intereses políticos.
El oro del Perú (Hoy millones de euros), fue conseguido por Inglaterra por Lord Cochrane (inglés) Se apoderó de todos los fondos del gobierno peruano y de fondos particulares de Lima, que San Martín había resguardado en los buques peruanos Jerezana, La Perla y La Luisa ‘para evitar que cayeran en poder de las fuerzas realistas en caso de que éstas tomasen la ciudad de Lima’.
Otros muchos británicos hubo en la América del Sur que contribuyeron en las luchas contra España. Los nombres de Daniel Florence O’Leary, Gregor MacGregor, John Devereux, los hermanos James y John Mackintosh, Richard Trevithick, Thomas C. Wright, Alexander Alexander, George L. Chesterton, William Davy, Thomas I. Ferrier, Thomas Foley, Peter A. Grant, James Hamilton, John Johnstone, Laurence McGuire, Thomas Manby, Richard Murphy, John Needham, Robert Piggot, William Rafter, James Robinson, Athur Sandes, Richard L. Vowell, etc. Asimismo y simultáneamente, los buques británicos “Indian”, “Prince”, “Britannia”, “Dawson” y “Emerald”, servirán a los “patriotas”.
Todas sus historias al servicio de los intereses británicos merecen ser contadas.
Bibliografía:
– Matthew Brown, Adventuring through Spanish Colonies: Simon Bolivar, foreign mercenaries and the birth of new nations (2006).
– James Dunkerley, The Third Man: Francisco Burdett O’Connor and the Emancipation of the Americas (1999).
– Alfred Hasbrouck, Foreign Legionaries in the liberation of Spanish South America (1928)

CRISTOBAL COLÓN Y LA FUERZA DE SU PASIÓN - (1)

Para un europeo del siglo XV era muy difícil imaginar un mapamundi de aquellos tiempos. No habían viajado por toda la tierra conocida. Tenía...