miércoles, 4 de octubre de 2023

CONDADO PIRENAICOS SIGLOS X-XI

En el año 987, el conde Borrell II fue el primero en no prestar juramento al monarca de la dinastía de los Capetos, (francos), pero se sometió en vasallaje al poderoso Califato de Córdoba.
La idea romántica que, gracias a él nació la actual Cataluña, es obra de Serafín Pitarra. Esta surgió de la Gesta “comitum barchinonensius” escrita en el siglo XII por los monjes de Ripoll. En ella se sobredimensionó su figura. La realidad es que la independencia de facto de los condados se debe a la decadencia del Imperio carolingio y no a un afán independentista de Wifredo. Con respecto al escudo de armas, del cual se estableció a senyera, la historia es romántica, pero falsa. Se dice que Carlos el Calvo, antes de morir Wifredo, puso la mano en su herida y con los dedos ensangrentados pintó su escudo de defensa. La leyenda es romántica, pero nada más. Los escudos heráldicos se empezaron a utilizar 400 años después de la muerte de Wifredo. Tampoco Carlos el Calvo no pudo hacerlo, pues murió en el 877, veinte años antes, en 897 murió Wifredo. Los escudos heráldicos se empezaron a utilizar porque los caballeros iban completamente tapados y no se les reconocía. Con un dibujo en su escudo se sabía quien era cada uno de ellos. Por otra parte, la senyera empezó a ser emblema de Cataluña cuando Ramón Berenguer IV se casó con Petronila, uniéndose el condado de Barcelona al reino de Aragón. La senyera es de origen aragonés.

LA SEÑERA 

Hemos de tener en cuenta que en el año 1017 estaba ya muy avanzada la guerra civil cordobesa que desmembró el califato de Córdoba en decenas de reinos de taifas y que provocó su caída en el 1031. Incluso ya existía un reino taifa independiente, el de Tortosa. Este reino dominaba prácticamente toda la actual provincia de Tarragona y continuaba hacia el sur, seguramente hasta Sagunto, donde lindaba con la taifa de Valencia. El resto de la zona andalusí de la actual Cataluña, con Lérida y Balaguer como centros más importantes, se integrará luego en la Taifa de Zaragoza aunque, en ese momento, pertenecía teóricamente al califato de Córdoba. Esa era la situación de la actual Cataluña hace 1000 años: un mosaico de condados de origen franco, aún lejos de estar unidos, que estaban tratando de expandirse hacia el sur aprovechando la debilidad del poder musulmán.
A Berenguer Ramón I le sucedieron sus hijos Ramón Berenguer II y Berenguer Ramón II, (no confundir). El primero murió asesinado y su hermano fue acusado por lo que se le llamó “el fratricida”. Éste conde fue el que inició una campaña contra Zaragoza, aliado de Aragón, Navarra y los los reinos musulmanes de Lérida y Tortosa, y acabó fracasando en Almenar en el 1082.

EL CID 

Lucharon las tropas del rey musulmán de la Taifa de Zaragoza al mando del Cid Díaz de Vivar, contra las tropas del rey de las Taifa de Lérida, apoyado por el rey de Aragón y el conde de Barcelona Berenguer Ramón II. El resultado fue favorable al Cid Campeador, que hizo prisionero al conde. Luego lo liberó a cambio de un importante rescate.
Le sucedió su hijo Ramon Borrell y tuvo que soportar incursiones de Almanzor entre los años 1000 y 1002. En el año 1010 el Califato de Córdoba había entrado en crisis y organizó una expedición militar que derrotó a Sulaimán lo que puso de forma definitiva el dominio musulmán sobre Barcelona. En el año 1035 heredó los condados su hijo Ramón Berenguer I y gobernó junto a su madre Ermesenda, lo que provocó descontento en la forma de actuar entre los nobles. Ermesenda era la regente de sus nietos menores de edad que eran los titulares de los demás condados. Debido al descrédito del poder condal durante el cogobierno en Barcelona, Gerona, Osona y especialmente en la zona del Panadés, área fronteriza con los musulmanes, los nobles, prescindiendo totalmente de la potestas del conde, tomaron ellos mismos el control de las fortalezas de las que dispusieron para cederlas como feudo como si fuesen de su propiedad. Las disputas patrimoniales entre oligarcas y nobles rechazando a su vez a la abuela y a Ramón Berenguer I llegamos al 1035 en que éste fallece.
La batalla de Almenar se produjo en 1082 entre las tropas del rey Al-Mutamán de la Taifa de Zaragoza, comandadas por Rodrigo Díaz de Vivar, contra las tropas del rey de la Taifa de Lérida, que contó con el apoyo del rey de Aragón, Sancho Ramírez, el conde de Barcelona, Berenguer Ramón II y el conde de Cerdaña y Berga, Guillermo Ramón I. El resultado fue favorable al Cid Campeador, que hizo prisionero al conde de Barcelona. Luego lo liberó a cambio de un importante rescate.

BERENGUER RAMÓN II 

En el año 1096 el conde participó en la I Cruzada a Tierra Santa dejando a su sobrino Ramón Berenguer III. Éste supo consolidar y ampliar los límites del condado. Conquistó parte del condado de Ampurias y, al frente de una amplia coalición, emprendió también la conquista de Mallorca, narrada en el documento pisano llamado “Liber maiolichinus” (1117), en el que se llama a Ramón Berenguer III “Dux Catalanensis” y catalanicus heros, mientras que sus súbditos son denominados “Christicolas catalanenses”, en lo que se considera la referencia documental más antigua a Cataluña. Se trata de un libro sobre las luchas para liberar a los esclavos cristianos y vencer a los corsarios musulmanes que, con base en las Baleares, sembraban el terror por todo el Mediterráneo “desde Hispania hasta Grecia”.
Sin embargo, el conde tuvo que abandonar sus conquistas ante el avance de las tropas almorávides en la península. Recibió asimismo mediante herencia los condados de Besalú y Cerdaña, formando progresivamente un espacio territorial muy similar al de la llamada Cataluña Vieja, además de avanzar hacia Lérida y repoblar territorios fronterizos como la ciudad de Tarragona, restaurándola efectivamente como sede episcopal. Éste se casó con la hija del Cid, María, y acudió en ayuda de Valencia en el 1099, ciudad que estaba gobernada por Jimena, viuda ya del Cid. Murió su esposa y se casó con la condesa Dulce, de forma que pudo ampliar sus dominios transpirenaicos al incorporar el condado de Provenza gracias a su matrimonio. Éste conde legó a su hijo, que sería Ramón Berenguer IV los condados de Vic, Barcelona, Gerona, Cerdaña y Besalú.
Con una sociedad de aire eminentemente feudal, se inició una importante expansión territorial, que empezó, en el tránsito de los siglos XI al XII, en tiempos del conde Ramón Berenguer III desde 1097 al 1131, el más importante entre los condes de esta zona, además de conde de Barcelona y Gerona, lo era de Osona, Provenza y Cerdaña. Tras asegurar el control de los territorios de su tío, Ramón Berenguer III, supo consolidar y ampliar los límites del condado que heredó. Fruto de esta expansión fue la incorporación de la llamada Cataluña Nueva al sur y a poniente del río Llobregat y hasta la línea del Ebro, que fue conquistada y repoblada en el siglo XII. Cataluña Nueva es el nombre que se da, a partir del siglo XII, a los territorios conquistados por Ramón Berenguer IV, hasta entonces pertenecientes a los reinos taifa de Tortosa y Lérida.
Su frontera con la Cataluña Vieja es aproximadamente una línea formada por el río Llobregat.
Cataluña vieja, el obispado de Gerona, la mitad del obispado de Barcelona (marcando la división en el río Llobregat) y la mayor parte del obispado de Vich.

RAMIRO II DE ARAGÓN

Y ahora hablaremos de Ramón Berenguer IV. En noviembre de 1137, Ramiro II, rey de Aragón, ofreció a su hija (de un año de edad), en matrimonio al conde de Barcelona, Ramón Berenguer IV, pero la boda lógicamente se celebró años después. Depositó el rey en su yerno el reino, pero no la dignidad real, firmando éste al casarse como Conde de Barcelona y Príncipe de Aragón (la reina era su mujer Petronila). Luego Ramiro II renunció al gobierno, aunque no a su título de Señor Mayor de la Casa de Aragón.

RAMÓN BERENGUER IV Y PETRONILA DE ARAGÓN 

Ramón Berenguer IV, era conde de Barcelona, y Gerona, Osona y Cerdaña fueron los condados que Ramón Berenguer IV aportó a su matrimonio. La boda se celebró en Lérida en agosto de 1150. En 1157 nacía en Huesca el primogénito de la pareja, llamado Alfonso. Tras la muerte de su marido, Ramón Berenguer IV, Petronila abdicó en su hijo Alfonso II el Reino de Aragón y el Condado de Barcelona, hecho aprobado por el papa. A partir de esto, se retiró y vivió privadamente el resto de su vida. El abuelo, Ramiro II, después de su muerte, cumplió su sueño de salvar la monarquía y además unir el Reino de Aragón con el Condado de Barcelona en un heredero suyo.
Petronila y Ramón se habían casado conforme al derecho aragonés, es decir, en un tipo de matrimonio donde el marido se integraba a la casa principal como un miembro de pleno derecho. El acuerdo supuso, como dijimos, la unión del condado de Barcelona y del Reino de Aragón en la forma de lo que luego fue conocido como Corona de Aragón. En un contexto de alianzas medievales, la asociación de ambos territorios no fue, pues, el fruto de una fusión ni de una conquista, sino el resultado de una unión dinástica pactada entre la Casa de Aragón y la poseedora del Condado de Barcelona. De hecho, originalmente los territorios que formaron la Corona mantuvieron por separado sus leyes, costumbres e instituciones.
Así es que con el hijo de estos, Alfonso II, quedaron asentados Aragón y el condado bajo las cuatro barras de la monarquía aragonesa. Las primeras Cortes documentadas del reino se celebraron en Zaragoza en 1164. Sus dominios con la incorporación del reino de Valencia constituían a finales del siglo XII la denominada corona de Aragón, pues gobernó como rey de Aragón, con sus condados de Sobrarbe y Ribagorza, y como conde de Barcelona el condado de Gerona, Besalú y Osona.
Hacemos un apartado para aclarar que los términos “Catalania y catalanenses” no se encuentran escritos hasta 1117 en los Usatges de Barcelona,(condiciones de los usos y costumbres).
Y la denominación Principado de Cataluña (Principatus Cathaloniae) no la encontramos escrita hasta 1350. Siendo una denominación jurídica, no exactamente un título de casa real.
En la época de la unión con Aragón se hablaba del Condado de Barcelona, que no abarcaba todo lo que hoy es Cataluña. No podemos hablar todavía de Cataluña, sino de los que ahora llamamos los Condados Pirenaicos.

MUJERES DE LA GENERACIÓN DEL 27

Coincidieron con una generación de grandes poetas y escritores y también con una época de cambios revolucionarios. El reconocimiento no fue por igual, pero no es cuestión de buscar culpables, la época en que vivieron era la que era. Ellas tienen el mérito de que siendo mujeres supieron abrirse paso y haber roto moldes en una época muy difícil Solo una pequeña semblanza de estas personalidades. Maruja Mallo, Marga Gil-Roësset, María Zambrano, María Teresa León, Josefina de la Torre, Rosa Chacel, Ernestina de Champourcín, Concha Méndez, Zenobia Camprubí, Cristina de Arteaga, Margarita Manso.

MARÍA ZAMBRANO ALARCÓN, Málaga, 22 de abril de 1904, murió en Madrid, en febrero de 1991. Filósofa y ensayista fue discípula de Xavier Zubiri y colega de José Ortega y Gasset. Su extensa obra, entre el compromiso cívico y el pensamiento poético, no fue reconocida en España hasta el último cuarto del siglo XX, tras un largo exilio. Recibió los galardones literarios, el Premio Príncipe de Asturias en 1981, y el Premio Cervantes en 1988.
CONCHA MÉNDEZ nació en Madrid en 1898. Amiga de Luis Buñuel, de García Lorca y Rafael Alberti, frecuentó reuniones, lecturas poéticas y exposiciones con la joven generación artística de los años treinta. En 1926 publicó su primer libro, "Inquietudes". En 1932 se casa con el también poeta Manuel Altolaguirre, en cuyos proyectos intervendría.
MARÍA TERESA LEÓN fue compañera y amiga durante más de cuarenta años del poeta Rafael Alberti. Ella fue una gran escritora, novelista, ensayista, dramaturga y traductora. Escribió libros tan emotivos como su libro de memorias, Memoria de la melancolía.
ERNESTINA DE CHAMPOURCÍN fue la mujer de otro poeta Juan José Domenchina secretario durante la guerra de Manuel Azaña. Gerardo Diego sufrió presiones para no incluirla en la obra antológica “Poesía española contemporánea”. Pero él la incluyó como miembro de su propia generación
ZENOBIA CAMPRUBÍ AYMAR una catalana que se casó con Juan Ramón Jiménez, que no es un poeta considerado de la generación del 27, sí tuvo mucha influencia en esa generación en sus inicios. Ella se convirtió desde el primer momento y hasta su fallecimiento, 40 años más tarde, en compañera inseparable y decisiva colaboradora del poeta. Ya de joven escribía cuentos en castellano y en inglés, y a desarrollar sus dotes literarias. Interesada por la obra del poeta y pensador indio Rabindranath Tagore, lo traduce al castellano partiendo de las prosificaciones en inglés que de su obra hiciera el propio Tagore.
ROSA CHACEL nació el 3 de junio de 1898 en Valladolid. En 1915 se matricula en la Escuela Superior de Bellas Artes de San Fernando para estudiar escultura, materia que abandona en 1918. Comienza a frecuentar el café Granja del Henar y el Ateneo, donde dará su primera conferencia polémica sobre "La mujer y sus posibilidades". En abril de 1921 se casa con el pintor Timoteo Pérez Rubio. En 1922 se trasladan a vivir a Italia. En 1930 publica su primera novela, Estación. Ida y vuelta. Tres años después viaja a Berlín por seis meses. En estos años formativos recibe la influencia de Proust y del Joyce de Retrato de un artista adolescente, pero también de Freud y Nietzsche. Entra en el círculo de Ortega y Gasset. Publica en la Revista de Occidente dos relatos, y también en La Gaceta Literaria. Con la llegada de la Guerra Civil Pérez Rubio se alista y Chacel firma el Manifiesto de los intelectuales antifascistas. En febrero de 1937 se trasladan a París hasta que en marzo 1939 se mudan a Sudamérica a vivir entre Río de Janeiro y Buenos Aires.
CRISTINA DE ARTEAGA era hija del XVII Duque del Infantado, Joaquín de Arteaga y Echagüe Silva y Méndez de Vigo Nació en Zarauz, Guipúzcoa, en septiembre de 1902. A los 24 años era doctora en Ciencias Históricas. Escribió poesías, libros y artículos de temas históricos y religiosos. Entró en el Monasterio de la Concepción Jerónima de Madrid en 1934, donde profesó en 1936. Fue una gran historiadora y entre otras obras escribió la biografía de su familia “La Casa del Infantado" así como "Una mitra sobre dos mundos" la del Venerable Don Juan de Palafox y Mendoza. La obra ocupó toda la vida de Sor Cristina de la Cruz Orteaga: desde los 15 años, en que descubrió en su propia casa los legajos inéditos del archivo personal del Venerable, lejano pariente suyo; a la tesis doctoral de 1925, premio extraordinario de la Universidad Central de Madrid.
MARUJA MALLO gallega de nacimiento nació en 1902 y murió en 1995. Fue una pintura surrealista muy comprometida con la República. Considerada de vanguardia interior española. En la década de los 20 trabaja para varias publicaciones como La Gaceta Literaria, El Almanaque Literario o la Revista de Occidente y realiza portadas de varios libros. Frecuenta a Ortega y Gasset. Colaboró con Alberti, conoció a Miguel Hernández. Colaboró intensamente con Alberti hasta 1931, quedando constancia de este trabajo conjunto los decorados del drama "Santa Casilda" Al estallar el conflicto bélico del 36, Maruja Mallo huye a Portugal, donde la recibe Gabriela Mistral, quien en aquel momento era embajadora de Chile en Portugal. Gabriela Mistral, le ayudó a trasladarse a Buenos Aires, recibiendo una invitación de la Asociación de Amigos del Arte, a dar una serie de conferencias sobre la temática popular en la plástica española, "Proceso histórico de la forma en las artes plásticas", en Montevideo y luego en Buenos Aires, iniciando así su exilio en Argentina que desde 1937, duraría 25 años. Allí siguió pintando, dando clases y cultivando amistades, entre ellas, Pablo Neruda.
MARGARITA GIL ROËSSET Nació en Madrid en 1908 y murió en 1932 Fue escultora, ilustradora, poetisa española, fue una niña prodigio. A los siete años ya mostraba una extraordinaria capacidad para el dibujo. Gracias a su escultura, Marga Gil, quien se instruyó por sus propios medios, fue aceptada en las Exposiciones Nacionales de Bellas Artes de 1930 y de 1932. Su mejor escultura fue el busto de la esposa de Juan Ramón Jiménez, Zenobia Camprubí. En el ámbito de la ilustración, combinaba modernismo y simbolismo e ilustraba los cuentos que escribió Consuelo Gil Roësset de Franco, su hermana. Es probablemente uno de los ejemplos más duros y singulares del expresionismo español. Margarita era admiradora de Zenobia Camprubí, conocida por ser traductora del poeta bengalí Rabindranath Tagore y esposa de Juan Ramón Jiménez. En 1932, en un recital de ópera Margarita y el matrimonio fueron presentados. La escultora quedó enamorada de él. Marga decidió de inmediato hacer un busto de Zenobia. Como era imposible el amor con un hombre casado y Margarita era muy religiosa, decidió suicidarse.
MARGARITA MANSO Nació en Valladolid en noviembre de 1908 y murió en Madrid en marzo de 1960. Después de morir su padres cuando aún ella era muy joven, su familia se instaló poco después en Madrid. Acudió a la Academia San Fernando, donde Julio Romero de Torres fue su profesor más destacado. En dicho recinto educativo la pintora hizo enorme amistad con Maruja Mallo y Alfonso Ponce León (con quien se casó en 1933), sirviendo de fuente inspiradora constante en sus pinturas destacadas. Quedó así conformada la Generación del 27. El relato de la visita del grupo de amigos al monasterio de Santo Domingo de Silos es muy famoso: como el ingreso era exclusivo para hombres, Maruja Mallo y Margarita Manso decidieron disfrazarse de hombres y así pudieron visitar el cenobio. “Las Sin Sombrero”. Este ensayo “surrealista” lo ejecutaron Dalí, García Lorca, Manso y Mallo como forma de plantarse ante ciertas normas absurdas. En esa época era impensable acudir a espacios públicos con la cabeza descubierta, pero eso fue exactamente lo ocurrido en La Puerta del Sol de Madrid a principios de 1920. El sangriento conflicto armado desatado en el año 1936 significó la desaparición pública de las obras de Margarita Manso. En diciembre de ese mismo año se casó con Alfonso Ponce de León, quien era un falangista militante. Este fue secuestrado en la puerta de su domicilio por los franquistas. Durante el año 1939, la dictadura le quitó todo a Margarita Manso. Su esposo apareció muerto en una cuneta el 9 de octubre. La musa de la Generación del 27 comenzó a desaparecer. A tal punto, que sus hijos desconocieron las vivencias de su madre adolescente.

martes, 3 de octubre de 2023

CONDADOS PIRENACOS

Del año 770 al 986, aquella región unificada en torno al Condado de Barcelona, se conoce, al estilo germánico de la época, con el nombre de "Marca Hispánica". Su línea fronteriza, colocada primero entre Gerona y Barcelona, desciende más tarde en alas de la reconquista hasta la comarca del Penedés y tiene como meta, no lograda, el curso del Ebro y la sumisión de Tortosa. 

SIGLO X 

Hay aquí como un símbolo claro de esta idea clave de la misión: dos condados, el del Pallars y el de Ribagorza, que estuvieron libres de la invasión sarracena, es decir, que nunca fueron conquistados por fuerzas extrañas y que, por lo tanto, nunca fue preciso reconquistar, no entran ni constituyen la “Marca Hispánica”. Lo hispánico comienza, pues, con la Reconquista, con la liberación de lo que constituye después el contorno geográfico de España. Aquello que no es preciso reconquistar ni liberar, se hace hispánico por su aportación a la empresa común, de tal modo, que si replegado en sí mismo hubiera estado ausente de la aventura, jamás habría merecido el lustre de Hispania y el patronímico de hispánico, que en aquel entonces se identifica con lo que denominamos hoy, Cataluña.
Sabemos que Carlomagno envió a su hijo y heredero el 3 de abril del 801, Luis el Piadoso, con sus tropas en Barcelona, y ponían fin a una efímera etapa de dominación árabe.
Los barceloneses hispanogodos, abrirían las puertas de la ciudad al ejército franco; y aquel paisaje de relativa libertad e independencia desaparecería engullido por la nueva superestructura carolingia.
Carlomagno fundó ese territorio de su protección que le servía de escudo. A principios del siglo IX creó la Marca Hispánica. Denominación geográfica de una serie de condados vinculados a los monarcas carolingios, con amplia autonomía, desigual desarrollo y problemática existencia.
En los tiempos visigodos, los obispos, reunidos en concilios toledanos, han sido casi un Estado. Carlomagno en el 792 obliga a retractarse al obispo Félix de Urgel. Este movimiento permite el control total por parte de los clérigos carolingios de la sede de Urgel, elemento fundamental para la consolidación del poder franco en la Marca Hispánica. Y, lo que es más importante, sella la alianza entre los monarcas asturianos y el imperio carolingio, una alianza que marcará el destino de España. El destino, en primer lugar, de la sede compostelana, pues el entendimiento entre Oviedo y Aquisgrán (sede de Carlomagno), supondrá el apoyo incondicional del imperio carolingio hacia el mito jacobeo; Carlomagno enviará mucho dinero a la sede compostelana, y Santiago se convertirá en la gran luz de la cristiandad medieval, construyendo un cordón umbilical entre la España y la Europa cristianas. Más a largo plazo, esta alianza, unida a la empresa de la Reconquista, convertirá a España en el principal baluarte del proyecto imperial romano y del catolicismo en el mundo. Sin embargo es en esa región donde termina el imperialismo carolingio en España. Carlomagno sólo conseguirá el control del territorio y el impulso de la ruta jacobea. Su gran fracaso será controlar a la Iglesia local.
La peregrinación jacobea será fundamental para España y para Europa. El control de la Marca Hispánica como único territorio hispano de influencia carolingia tenderá a tener una diferencia con los posteriores reinos cristianos. Carlomagno de esa forma contribuya a plantar un hecho diferencial entre los condados pirenaicos (posteriormente Cataluña), y los reinos del resto de la península.
A partir del año 820 se sucedieron varios condes de origen franco. Con el título de marqués, que controlaban la Marca. La guerra civil por derechos dinásticos hizo que los condes (de la futura Cataluña) en las sucesivas políticas de alianzas van teniendo cada vez más poder.

CONDE DE BARCELONA 

Los condes tenían funciones militares, políticas y judiciales, apoyándose en otros señores que aseguraban la defensa del país a partir de castillos repartidos por el territorio; junto con ello, se estableció también una red de parroquias dependientes de una diócesis, según el modelo típico carolingio.
El primer bloque se centraba en los condados del Rosellón, Besalú y Perelada, a los que se añadieron Gerona, Conflent, Cerdaña, Urgel, Berga, Osona y Barcelona, estableciéndose la frontera natural en el río Llobregat. En poco tiempo trataron de ampliar su esfera de influencia, aunque con escaso éxito, hacia los condados tolosanos del Pallars y la Ribagorza, y hacia el sur, llegando a intentar la toma de Tortosa entre 805 y 809.
Aquisgrán (sede de Carlomagno), dejará de confiar en los nobles locales y nombrará gobernadores francos, como Bernardo de Septimania. El tratado de Verdún (843), creaba el territorio occidental para el rey franco Carlos el Calvo, y supuso su cese inmediato y su sustitución por los hermanos Sunifredo y Suñer. Ambos conseguirán que sus hijos les sucedan en el cargo condal, creando con ello el germen de un poder hereditario.
Un hecho importante. Con la muerte de Carlos el Calvo en 877, los condes locales, gobiernan sobre prácticamente sin oposición. Se rompe la línea dinástica carolingia en París lo que generará toda una serie de rebeliones de nobles que, a lo largo de todo el territorio franco, entenderán que dicha ruptura les otorga fuerza moral a ellos para independizarse. Flandes, Borgoña o Aquitania inician estos procesos, como lo inician los condados pirenaicos. El rey franco Luis el tartamudo, repartió sus condados en el año 878 y los de Barcelona y Gerona correspondieron a Wifredo el velloso, considerado el primer gobernante autónomo de la región, y que a su muerte dejará sus tierras a sus hijos: a Sunifredo Urgel; a su hijo Mirón II Cerdaña y Besalú; y a sus hijos Borrell y Suñer, Barcelona y Gerona.
Una vez conseguido el poder civil los condados se aplican a construir una Iglesia propia. En el año 888, crean un arzobispado en Urgel; su arzobispado propio, lo que explica que sea tan importante la Seo para el catalanismo.
Aquí es importante que tengamos en cuenta que habrá con el tiempo una división, los que posteriormente serán Cataluña y los que serán Aragoneses.
Estabilizada la frontera, el conde de Urgel y de Cerdaña, Wifredo el Velloso, fue investido en 877 también con los condados de Barcelona y Gerona; rápidamente se lanzó a conquistar otros señoríos menores de las zonas centrales, que habían quedado fraccionados hacia 825, tras una revuelta contra el poder franco.
Centralizado el poder, Wifredo estableció un sistema sucesorio en sus territorios, centrándose en la casa condal de Barcelona. Durante el siglo X, ésta se iba a consolidar, y los restantes condados se fueron vinculando poco a poco a la misma, a medida que se iban independizando del poder franco gracias al debilitamiento y desmembración del imperio carolingio tras la muerte de Carlos el Calvo.
Aprovechando la crisis de la monarquía carolingia, a partir de Wifredo el velloso, los condes de la Marca Hispánica dejan de ser nombrados por el rey francés y pasan a un régimen sucesorio.  En el año 947 el conde de Barcelona, Osona y Gerona era Borrell II. Procuró tener buenas relaciones con los francos y los musulmanes. Ratificó los acuerdos de paz con el califa cordobés (vasallaje). No obstante el caudillo Almanzor atacó Barcelona, y en mayo del 985 Almanzor avanzó a sangre y fuego hacia Barcelona, mientras el conde Borrell II organizaba a la desesperada la defensa de sus territorios. Monasterios de los alrededores de Barcelona fueron destruidos y sus comunidades asesinadas. La resistencia duró poco, Almanzor arrasó Barcelona llevándose consigo un cuantioso botín y un elevado número de cautivos que serían vendidos como esclavos. Borrell II pidió ayuda a los reyes francos, que estaban en grave crisis y no obtuvo la ayuda pedida. La nueva dinastía de los Capeto tampoco atendió a las peticiones de ayuda.
Porque cuando Hugo Capeto exigió renovar los vínculos con el condado barcelonés, Borrell II  no respondió y fue seguido por los demás condes de la Marca Hispánica, consiguiendo así la independencia de hecho de los Capetos francos. A la muerte de Borrell II le sucede su hijo Ramón Borrell que repobló los territorios. Se abstuvo de jurar lealtad a los reyes francos aunque fue requerido para ello. Esto es lo que el nacionalismo  interpreta como el comienzo de la independencia de hecho y se reconoce “de iure”. Ramon Borrell y tuvo que soportar incursiones de Almanzor entre los años 1000 y 1002. En el año 1010 el Califato de Córdoba había entrado en crisis y organizó una expedición militar que derrotó a Sulaimán lo que puso de forma definitiva el dominio musulmán sobre Barcelona.
El siguiente conde de Barcelona es Berenguer Ramón I, nacido en 1005. Desde la muerte de su padre, en los condados de Barcelona, Gerona y Osona, gobernaba su viuda Ermesenda, y su hijo, Berenguer Ramón I (1017-1035).

SEPULCRO  RAMÓN BERENGUER I 
Y SU ESPOSA

 Se casó con la hija de Sancho García, conde de Castilla, con la que tuvo dos hijos. Fue un hombre de paz. Promulgó un decreto que liberaba a los propietarios de tierras de cualquier vinculación jurisdiccional que no fuera la del condado y los liberó de los impuestos. Le sucedió su hijo Ramón Berenguer I llamado el viejo, (1035-1076) y también “Hispaniae subjugator”, (Apoderador de España). Legó a sus hijos más territorio reconquistado. Impuso el pago de parias, (tributos), a los reinos musulmanes de Zaragoza, Lérida y Tortosa con lo cual se enriqueció el condado y pudo formar un ejército. En 1068 sancionó un código regulando las relaciones y reafirmando la primacía del conde de Barcelona.

viernes, 29 de septiembre de 2023

CARLOMAGNO -LA MARCA HISPÁNICA

Las actuales Cataluña, Aragón y Septimania estaban, como el resto de la península habitada por hispano-romanos luego ya confundidos con los visigodos, llamados hispanogodos.
Como sabemos los musulmanes llegaron a la península Ibérica en el 711 y después de la conquista de al-Ándalus, se dirigieron a Francia y el valí de Hispania invadió Septimania (actualmente en Francia), estableció su capital en Narbona y en el 719 ofreció un pacto en los habitantes hispanogodos. Con el añadido de las nuevas tierras conquistadas, al-Ándalus quedó dividido en cinco áreas administrativas correspondientes a las actuales Andalucía, Galicia-Lusitania, Castilla y León, Cataluña-Aragón y 

Y se establecieron en esos territorios dominando fácilmente las regiones.
Sabemos que los francos detuvieron a los musulmanes en la batalla de Poitiers, que tuvo lugar el 10 de octubre de 732 entre las fuerzas comandadas por el líder franco Carlos Martel (abuelo de Carlomagno), y un ejército musulmán a las órdenes del valí de Al-Ándalus, cerca de la ciudad de Tours, en la actual Francia, aunque esta batalla está en entredicho, lo cierto es que los musulmanes no avanzaron. Los francos cristianos derrotaron al ejército musulmán. Este hecho frenó la expansión musulmana hacia el norte, desde la península ibérica y es considerada como un acontecimiento muy importante ya que impidió la continuación de la invasión musulmana por Europa. Además de haberse defendido y preservado la religión cristiana.
Por lo tanto los musulmanes se conformaron con lo conseguido hasta los Pirineos.
Ya en el año 714 tomaron Zaragoza y las ciudades que hallaron a su paso. Desde allí el general berebere Tariq fue enviado al alto Aragón, donde el hijo del conde Cassio le prestó vasallaje e incluso se convirtió al Islám, sin duda para conservar sus dominios. De ahí arranca la poderosa familio Banu Qasi (descendientes de Cassio). El año 714 fue ocupada por el sarraceno Musa y se convirtió en un centro musulmán importante llamado “Medina al-Baida Saraqusta” (Zaragoza la Blanca), que Carlomagno intentó ocupar sin éxito el año 788.
Mientras tanto Barcelona formó parte del al-Ándalus del año 718 al 801. En aquel tiempo, la ciudad fue conocida como (Barshilūna o Barshaluna). Estamos hablando, pues, de casi un siglo de historia.
Décadas después de Poitiers, en abril de 797 ya se habían producido contactos entre las autoridades militares de la Barcelona árabe, dirigidas por el comandante de la guarnición, y la cancillería carolingia de Aquisgrán. Aquellos contactos tenían el propósito de alterar el mapa de la Frontera Superior de al-Ándalus (el territorio situado entre el río Ebro y los Pirineos). Pero, en aquel propósito, cada una de las partes tenía un objetivo diferente. El gobernador Sa'dun, secundado por las oligarcas hispanogodos de la  ciudad, aspiraba a transformar “Barxiluna” en un emirato independiente. Mientras que Carlomagno ambicionaba completar el proyecto iniciado en tiempo de los reyes Pipino el Breve, (padre de Carlomagno), conquistar el territorio entre los Pirineos y el Ebro y crear un escudo defensivo contra las incursiones árabes, lo que posteriormente conocemos como la 

Marca Hispánica.

Todo se precipita a partir de la primavera del año 800, en una magna asamblea celebrada en Tolosa en que se tomó el acuerdo de conquistar Barcelona.
Carlomagno envió a su hijo y heredero el 3 de abril del 801, Luis el Piadoso, con sus tropas en Barcelona, y ponían fin a una efímera etapa de dominación árabe. Por lo tanto se produjo la batalla y los barceloneses, dirigidos por el musulmán Sa'dun, ofrecieron una resistencia encarnizada, las murallas ofrecían una protección segura, y  los francos tuvieron que resignarse a estrechar el asedio.  Esta situación se mantuvo durante el otoño y buena parte del invierno.
Durante décadas, el poder árabe no pasó de la existencia de una guarnición de un centenar de soldados, que nunca intervinieron en la vida cultural y económica de la ciudad.
Pero sorprendentemente, los barceloneses, abrirían las puertas de la ciudad al ejército franco; y aquel paisaje de relativa libertad e independencia desaparecería engullido por la nueva superestructura carolingia. Los barceloneses se entregaron a Carlomagno. Los hispanogodos, que estaban habitando sometidos por los musulmanes, previendo la inutilidad de su sacrificio, pactaron las condiciones de la rendición a espaldas de la guarnición árabe. El cambio de bando de las élites, las oligarquías de origen hispano visigodo es la razón que explica no sólo la conquista e incorporación de Barcelona al Imperio franco, sino el papel destacado que, inmediatamente, alcanzará la ciudad en el mundo político, militar, económico y cultural carolingio. Pero, también, nos revela que aquellas élites barcelonesas abandonaron a los árabes, convencidos de que los francos les darían el mismo trato que habían recibido las oligarquías locales de Nimes, de Narbona, de Carcasona, de Elna o de Gerona; durante la conquista carolingia de la vieja Septimania (737-785). En aquellos casos los indígenas debieron pactar con los conquistadores sobre la garantía de que se respetarían sus propiedades, leyes y autoridades inmediatas. El elemento indígena y visigótico fue, pues, una fuerza política ante la cual los reyes francos prefirieron contemporizar. He ahí la causa del generoso precepto de defensa y de inmunidad otorgado por Carlomagno a los barceloneses el año 801.

CARLOMAGNO 

La empresa carolingia de conquista del arco mediterráneo se hizo con una importante participación de los descendientes del éxodo de las actuales Tarragona y Narbona, que se habían exiliado al país de los francos durante la ocupación árabe (714-723). Mas adelante la segunda, tercera y cuarta generación de aquel exilio alcanzarían un papel protagonista en la reorganización de la nueva Marca de Gotia. Aquellos hijos del exilio a medida que avanzaba la conquista no fueron nunca vistos como extranjeros por la población indígena.
Los francos dieron el nombre de Gotia (en latín, Gothia) a la región habitada por los visigodos en la región pirenaica y que cayó en poder musulmán a partir del 759 hasta la conquista de Barcelona en 801. Se aplicaba tanto a la Septimania como a la hoy llamada Cataluña Vieja. Lo que se conoce como la “Marca Hispánica”. El nombre de Gotia se usó entonces porque esta zona había sido parte del reino visigodo desde el siglo V y muchos nobles visigodos se habían refugiado en la zona tras la conquista musulmana de la península Ibérica.
Fue un territorio en el cual Carlomagno en 795creó una zona de control franco, más allá de la antigua provincia de Septimania del desaparecido Reino visigodo de Toledo, como una barrera defensiva entre los omeyas de Al-Andalus y el Imperio Carolingio franco (ducado de Gascuña, ducado de Aquitania y la Septimania carolingia). La Marca Hispánica no tenía una estructura administrativa unificada propia.
Era el territorio ganado a los musulmanes en contraposición a la Marca Superior andalusí, e iba de Pamplona hasta Barcelona. Los condados más importantes fueron los de Pamplona, (poco después en reino), Aragón, constituido en condado independiente en 809; Urgel, importante sede episcopal y condado con dinastía propia desde 815; y el condado de Barcelona, que se convirtió en hegemónico sobre los de Ausona y Gerona, colindantes.
La Gotia estuvo ocasionalmente regida por duques. El duque (dux) era uno de los condes del territorio que había conseguido regir varios de los condados vecinos. Barcelona era una pequeña ciudad recluida en su muralla de la época romana (siglos III e IV).  La Barcelona de la plenitud romana había reunido una población de 5.000 habitantes. Pero las crisis urbanas que anticipaban el colapso del imperio romano. Y la Barcelona del año 801 no tenía más de 2.000 habitantes; y su trama urbana había dejado amplias zonas deshabitadas que se destinaban a espacios de cultivo. No obstante; aquella Barcelona minúscula conservaba la memoria y el prestigio de la época que había sido sede regia de la monarquía visigótica.
El 28 de diciembre de 801, ocho meses después de la incorporación de Barcelona al mundo carolingio, la cancillería de Aquisgrán nombraba a Bera primer conde de la ciudad y del territorio. Barcelona había recuperado su condición de capital condal y capital diocesana de la época visigótica (siglos V-VIII). Y Bera, primer conde carolingio, era un descendiente, por lado materno, del exilio “pre-catalán” al país de los francos. En aquella primera fase (primeras décadas del siglo IX) la cancillería carolingia, plenamente consciente de que estaba construyendo el aparato de dominación sobre un territorio aliado, pero extranjero (la Marca de Gotia) fue muy estricta en el cumplimiento de los pactos, y priorizó el nombramiento de condes indígenas o semi-indígenas; no sólo en Barcelona, sino en el conjunto de aquellos nuevos condados.

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