sábado, 2 de diciembre de 2023

CORONA DE ARAGÓN -2-

En la Batalla de Muret, acaecida en septiembre del año 1213, muere el Rey de Aragón, y la derrota de las tropas occitano-aragonesas, frena la expansión de la Corona de Aragón en la zona del Mediodía francés. El Languedoc pasaba así a ser una dependencia de la corona de Francia. Desde mediados del siglo XIII casi todos los territorios de los señores occitanos fueron incorporados al Reino de Francia.
Muerto el Rey de Aragón Pedro II, su sucesor era Jaime I. Nació en Montpelier en 1208 y murió en 1276. Fue llamado “el Conquistador”. Fue Rey de Aragón, de Mallorca y de Valencia, conde de Barcelona y de Urgel y señor de Montpellier. Era hijo de Pedro II y de María de Montpellier.


JAIME I DE ARAGÓN 
Hasta que tuvo dos años no conoció a su padre y éste lo entregó a la prácticamente cautivo de Simón de Monfort, caudillo de los cruzados partidarios del papa en la campaña albigense, Debía casarlo cuando fuera mayor de edad con su hija Amicia. Pero cuando Pedro II murió Monfort no quiso devolver al niño que ya tenía cinco años y los nobles aragoneses y los catalanes querían proclamarlo rey, solamente con la intervención del papa consiguieron liberarle. Cruzó los Pirineos en 1214, su madre había muerto el año anterior y ya era rey de la corona de Aragón y señor de Montpellier, y lo hizo junto a su primo Ramón Berenguer V de Provenza  para ser educados en Monzón  por los caballeros Templarios.

TEMPLARIOS 

Pasó por duras pruebas que forjaron sus carácter. Tuvo que afrontar el rey-niño la amenaza del nuevo Papa Honorio III. Con trece años se casa Jaime con Leonor de Castilla, pero luego fue anulado, aunque ya tenían un hijo. Años después, en 1235 se casaría con Violante de Hungría, con quien tuvo diez hijos.
Al principio del reinado comienzan los graves problemas. Pugna entre la nobleza y la monarquía, bancarrota financiera heredada de su padre, problemas derivados de la sucesión en el condado de Urgell y la rebelión de los ricos-hombres aragoneses.
En 1227 sufrió otra rebelión nobiliaria dirigida por su tío Fernando, que terminó con la Concordia de Alcalá y marcó el triunfo y la estabilidad de la monarquía y es ahora cuando puede comenzar campañas contra los musulmanes. Ocupó parte de Murcia e inició la conquista de Peñíscola, que fracasó, pero sirvió como experiencia y consiguió la imposición de un fuerte tributo al gobernador musulmán de Valencia. Después decidió actuar hacia Baleares y Valencia. Baleares por la necesidad de terminar con los piratas musulmanes que la ocupaban, conseguir el monopolio del comercio y el control de una etapa de la ruta hacia Oriente con el lejano comercio de Siria y Alejandría.
Jaime I fue el primer gran protagonista de la expansión mediterránea de la Corona de Aragón, comenzando por la conquista de Mallorca, que Jaime promocionaría como una obra colectiva. Sobre la conquista de Mallorca, buena parte de la historiografía nacionalista le atribuye una premeditada intención pan catalanista con las conquistas de Valencia y Mallorca.


JAIME I ENTRA EN VALENCIA 
Así tras el acuerdo de repartir las tierras  ganadas entre los conquistadores partió en 1229 con ciento cincuenta barcos. Además participaron unos 15.000 infantes y unos mil caballeros aragoneses en virtud de sus obligaciones con el soberano, en su mayoría procedentes de condados catalanes, a los que se sumaron unos 500 mercenarios originarios de la Provenza, Marsella y Narbona. Además del rey, aportaron huestes Nuño Sánchez I de Rosellón y Cerdaña. Hugo IV de Ampurias, la Orden de los Templarios, Ramón II de Moncada,  entre otros.
Desembarcaron en la isla de Mallorca y vencieron en la batalla inicial. El posterior asedio a la capital duró tres meses. Mallorca se constituyó como un reino más de la corona de Aragón.
Menorca no seria conquistada, fue sometida a un vasallaje con protectorado.
Las islas de Ibiza y Formentera fueron conquistada en 1235. Supuso acabar con la piratería islámica en las Baleares, que se constituían en puente para el comercio entre Cataluña y el norte de África. La conquista de Valencia, auténtica obsesión para Jaime I, cuyas energías absorbió durante quince años, se preparó minuciosamente, una vez ocupada Mallorca y alejado el peligro musulmán del Mediterráneo. La conquista de Valencia no fue obra exclusiva de tropas catalanas, sino que colaboraron aragoneses siendo una iniciativa de los nobles de Aragón. La conquista se hizo en tres etapas, desde 1232 la parte norte y castellonense, desde 1236 la parte central con la toma de Alcira y Valencia tras cinco meses de asedio y desde 1239 la parte meridional, el reino de Denia. 
Convirtió las tierras conquistadas en Valencia en un reino. Unido a la Corona de Aragón (1239), con la elaboración legislativa de los Fueros de Valencia. Esto provocó la reacción de la nobleza aragonesa, ya que quedaba imposibilitada la prolongación de sus señoríos en esos territorios valencianos.
Se llega a los límites estipulados para la conquista entre Aragón y Castilla en el tratado de Almizra en 1244, firmado entre Jaime I y Alfonso  X, el sabio, para delimitar las áreas de reconquista de las Coronas de Castilla y Aragón. Alfonso dirigió la conquista definitiva de Murcia, que era una taifa muy importante y enorme, y Jaime conquistó Játiva y Alcira.

ALFONSO X EL SABIO 

Todas estas conquistas fueron en realidad capitulaciones quedando en el territorio los musulmanes, denominados mudéjares, de forma que la zona no se despoblaba.
A raíz de un levantamiento musulmán de Jerez y Murcia contra el rey castellano, Jaime fue requerido por su hija Violante, que era la esposa de Alfonso X para que ayudara a su yerno. El príncipe heredero de Aragón, el futuro Pedro III, acudió a sofocar la rebelión y dejó allí a diez mil aragoneses y catalanes aunque poco después devolvió la ciudad a Alfonso que la repobló con castellanos.
Los últimos años de Jaime I estuvieron marcaos por las luchas nobiliarias. Su hijo primogénito, Pedro luchó contra el bastardo Fernando Sánchez de Castro. Éste propugnaba la desunión con Cataluña, cosa que no aceptaba Pedro. Fernando fue derrotado por Pedro y lo mandaría matar en 1275.
También el Conquistador autorizó a sus súbditos a luchar con el rey de Castilla frente a la ofensiva de Marruecos y Granada.
Para resolver sus diferencias con Francia, el 11 de mayo de 1258 Jaime I firmó con Luis IX (San Luis), el tratado de Corbeil, en virtud del cual Luis IX renunció a los derechos que desde tiempos de Carlomagno pretendía tener sobre el Rosellón, Conflent y Cerdaña, y a los condados catalanes (Barcelona, Urgel, Besalú, Ampurias, Gerona y Vic), y Jaime I a los derechos que le asistían sobre diversos lugares del mediodía francés. El tratado ha sido juzgado con dureza por los historiadores, en particular los catalanes, ya que ponía fin a la expansión y política ultra pirenaica de la Corona de Aragón.
Jaime I llegó a emprender una expedición a Tierra Santa. Los tártaros, enemigos de los turcos, ofrecían unir su ayuda a la del emperador bizantino Miquel Paleólogo en la expedición a Tierra Santa que desde hacía tiempo Jaime I proyectaba. El 4 de septiembre de 1269 zarpó de Barcelona pero una tempestad hizo fracasar la empresa. La mayoría de los historiadores apelan a la edad del monarca, con sesenta años.
En 1275 se sublevaron los mudéjares valencianos y Jaime I El Conquistador fue derrotado por los moros en Llutxent (junio de 1276), falleciendo el mes de julio de ese mismo año. Su herencia se repartió entre Pedro III de Aragón, Valencia y conde de Barcelona, y Jaime, que recibió Mallorca, y los condados de Rosellón, Cerdaña y el señorío de Montpellier.

MUDÉJARES VALENCIANOS

Fue en el reinado de Jaime I cuando se produjo el nacimiento de la conciencia territorial en la Corona de Aragón, sobre todo en los Estados fundacionales de Aragón y el principado de Cataluña. En Cataluña, la protección de la monarquía permitió el triunfo de los usos y costumbre de Barcelona y su difusión territorial por Cataluña a mediados del siglo XIII. También Jaime I otorgó a Valencia una ordenación político-administrativa.
Para los historiadores aragoneses el juicio histórico sobre Jaime I suele ser negativo, acusándole de separar Aragón y Cataluña, entregando la primera a Alfonso y la segunda a Pedro, quedando Valencia para el tercer hijo, Jaime. Complicó el problema con el trazado de la frontera entre Aragón y Cataluña, tras la adjudicación final de Lérida a Cataluña, y puso la frontera en el cauce del Cinca, y el resultado fue el enfrentamiento entre ambos territorios, que llevaban cien años unidos. Y la misma opinión les merece sus acciones de conquista y la creación de los reinos de Valencia y de Mallorca.  Obviamente, para mallorquines y valencianos, la visión del monarca es radicalmente opuesta y es el gran rey, el tótem histórico, el mito, el punto de partida de los futuros reinos de Mallorca y de Valencia, el creador de sus señas de identidad hasta nuestros días. Territorio, fueros, moneda e instituciones.
Fue un gran creyente y un gran pecador, además de mujeriego. Monarca longevo, falleció a los 71 años, tras sesenta y tres de reinado.
 
 

jueves, 30 de noviembre de 2023

CORONA DE ARAGÓN – 1 –

Tras la muerte de conde de Barcelona y gobernador de Aragón, Ramón Berenguer IV, su viuda, en 1162, Petronila, abdicó a favor de su hijo Alfonso II que heredó de su padre el título de Conde de Barcelona, que era el condado que aglutinaba a otros condados también, salvo Cerdeña, Carcasona y Narbona, que las heredó su hermano Pedro. 

ALFONSO II DE ARAGÓN

Hasta que Alfonso no cumplió la mayoría de edad, dos años después Petronila ejerció como regente de la ya Corona de Aragón. Las primeras Cortes documentadas del reino se celebraron en Zaragoza ese mismo año de 1164. Sus dominios, tras la incorporación de Valencia, constituirían a finales del siglo XII la Corona de Aragón. Era pues rey de Aragón con los condados de Sobrarbe y Ribagorza y como conde de Barcelona en esos momentos incluían los condados de Gerona, Osona y Besalú.
Alfonso se casó con Sancha de Castilla, hija del rey Alfonso VII de León, matrimonio ya concertado anteriormente como dijimos en el capítulo 3 del reino de Aragón.
Su padre había sabido expandirse por Occitania y el Mediterráneo mediante pactos adecuados y anexiones de muchos condados, por lo que Alfonso reinó sobre gran parte del sur de Francia con excepción del condado de Tolosa. Y anexionó Provenza al morir su primo sin herederos masculinos y encargó el gobierno a su hermano Pedro con el título de conde.
Por el nuevo Tratado de Cazorla, en 1179 entre Castilla y Aragón, el reino de Murcia, cuya conquista correspondía a Aragón, pasaba a Castilla y a cambio el rey aragonés Alfonso II se vio libre del vasallaje que debía al castellano Alfonso VIII. Es por esto por lo que en Murcia se habla castellano y no catalán.
Su hermano Pedro fue asesinado por lo que nombró en Provenza a su otro hermano Sancho, que destituyó más adelante por pactos ilegales con Tolosa y Génova.
Después logró la paz con Tolosa y consolidó su dominio hasta el Atlántico con posesiones suyas y de vasallos. Se llegó a un acuerdo entre Alfonso VIII de Castilla y Alfonso II de Aragón contra Navarra, aunque no duró mucho. En la “Liga de Huesca” en 1191 un tratado entre Aragón, Navarra, León y Portugal dejaron aislado a Alfonso VIII de Castilla que respondió hostigando las fronteras aragonesas.

SANCHA DE CASTILLA 
El inglés Ricardo corazón de León vuelve de las cruzadas y se alió con el conde de Tolosa contra el aragonés. Pero tiempo después firmaron la paz sin alterar los equilibrios territoriales en Occitania. Alfonso II Incorporó El Rosellón y recuperó Provenza de la monarquía francesa.
El castellano Alfonso VIII en virtud del acuerdo con el reino de León le permite romper la tregua que mantenía con los almohades desde 1190 e inicia incursiones hasta Sevilla. Provoca de esta forma que se vaya a la batalla de Alarcos, donde a pesar de las indicaciones de los demás reinados, luchó contra los musulmanes sufriendo una seria derrota en julio de 1195. En esto ningún otro reino tuvo culpa, ya que el castellano ni esperó las ayudas convenidas para combatir.
Alfonso II peregrinó hasta Santiago de Compostela para reunirse con los reyes de Castilla, Navarra, León y Portugal para hacer un frente común ante el avance de los almohades.
Alfonso II murió a su regreso, en Perpiñán en 1196 y se le enterró en el monasterio de Poblet.
Le sucedieron su hijo mayor Pedro, como rey de Aragón y conde de Barcelona y su segundo hijo Alfonso como conde de Provenza y otros condados.
El hijo de Alfonso II, Pedro II (1196-1213) tenía diecinueve años al morir su padre y debe esperar un año más según el testamento. Su madre, Sancha de Castilla fue su tutora.
En 1198 el castellano y el aragonés firmaron un pacto para repartirse Navarra y atacaron sus fronteras. Respecto a Occitania Pedro II llevó la misma política de su padre y completó el sueño de expansión frente a los Capetos franceses. En 1209 se anexionó el condado de Urgel a la muerte del conde titular.

PEDRO I  DE ARAGÓN 

Pero en otro orden de cosas Pedro fue un deplorable esposo y peor padre. No tenían apenas vida marital y sólo tuvieron un hijo, Jaime. La leyenda cuenta que con la intervención de ayudas de cámara realizaron una "cita a ciegas" del rey con un amante, cuando en realidad era la reina que oculta en la cama tuvo relaciones íntimas con su esposo sin que éste lo supiera. Ella fue repudiada e intentó divorciarse cosa que el papa no admitió. Encerró a su mujer en el castillo mientras él iba de lecho en lecho. Respecto a su hijo nunca se aprendió su nombre siquiera, le llamaba Pedro. Tuvo dos hijos bastardos.
Pedro II fue coronado en 1204 por el papa Inocencio III en Roma, siendo el primer monarca aragonés ungido por la Santa Sede.
En relación con la reconquista Pedro II tomó varias localidades de Teruel, Mora de Rubielos, Manzanera, Rubielos de Mora, Camarena, El cuervo, Serreilla y dos plazas valencianas.
Participó en la importante batalla de Las Navas de Tolosa, en 1212, junto con las tropas de Alfonso VIII de Castilla, y las de Sancho VII de Navarra. El rey leonés no acudió ya que el castellano no había devuelto los territorios leoneses conquistados.
Preocupado el rey aragonés por Occitania, ya que por iniciativa del papa Inocencio III se desarrolló la Cruzada Albigense contra los cátaros. Esto puso en aprietos a Pedro II ya que debía defender a sus súbditos y por otro lado se arriesgaba a la excomunión. No olvidemos que la política matrimonial de los condes y después los reyes de Aragón estuvo siempre encaminada a fortalecer las relaciones de los distintos condados occitanos con Aragón. Así pues, recordemos que en las grandes empresas aragonesas hubo participación destacada de los aliados occitanos, por ejemplo, en la conquista de Barbastro en 1.064 por Sancho Ramírez. El año anterior, su antecesor Ramiro I había muerto peleando, intentando conquistarla contra musulmanes y castellanos entre los que se encontraba el Cid.

CÁTAROS

Finalmente se desarrolló la Cruzada Albigense también conocida como cruzada contra los cátaros. El conflicto armado que tuvo lugar entre 1209 y 1244, con el apoyo de la dinastía de los Capetos (reyes de Francia en la época), con el fin de reducir por la fuerza a los Cátaros, un movimiento religioso calificado como herejía por la Iglesia, afincados en el sur de Francia en Provenza y Languedoc a los que el rey aragonés defendía. Los cátaros o albigenses (de la ciudad de Albi) practicaban el catarismo, una herejía cristiana procedente de Asia Menor y de los Balcanes.
En 1209 el papa Inocencio III impulsó la cruzada.  Los cruzados quisieron imponerse a Raimundo VI de Tolosa que resistió, pero fue sitiada la ciudad y Ramiro y otros nobles buscaron la ayuda de la corona de Aragón. Pedro II veía peligrar sus posesiones en la zona pues pasaría a Francia. Intentó muchos arreglos pacíficos, dictó medidas contra  los cátaros, se entrevistó con los legados pontificios, envió embajadores a Roma, y participó en la batalla de las Navas de Tolosa como hemos comentado. Pero se vio obligado a la lucha armada apoyando a Raimundo VI y los cátaros lo que suponía la excomunión como así fue. Tenía la paradoja de defender a los cátaros para mantener su hegemonía en Occitania , pero con su religiosidad inquebrantable debía combatir a los cátaros. En 1213 se presentó en Tolosa y consiguió que Raimundo VI y otros condes le jurasen obediencia, convirtiéndose en soberano de casi toda Occitania, pero le duró poco pues murió ese mismo año luchando contra los cruzados en Muret, cerca de Tolosa, donde sus tropas fueron derrotadas. De esta forma se terminaron las pretensiones  hegemónicas de Aragón sobre Occitania. En la batalla se expuso demasiado enarbolando el estandarte real en vez de permanecer en la retaguardia que era lo normal. Seguramente la noche anterior, con vino, mujeres y canto, fueron la causa del envalentamiento innecesario.
El Languedoc pasaba así a ser una dependencia de la corona de Francia. Desde mediados del siglo XIII casi todos los territorios de los señores occitanos fueron incorporados al Reino de Francia.

lunes, 27 de noviembre de 2023

REINO DE ARAGÓN - (3) -

Murió Alfonso I “el batallador” el 7 de septiembre de 1133, sin tener hijos descendientes. Ya explicamos en el capítulo anterior que su testamento de 1131 no fue aceptado por la nobleza, y eligieron a su hermano Ramiro II en Aragón y a García Ramírez el restaurador en Navarra, dividiendo su reino.


RAMIRO II DE ARAGÓN
Alfonso I el Batallador, fue el prototipo de rey medieval, dedicado a la lucha contra el infiel que duplicó la extensión de los reinos de Aragón y Pamplona tras la conquista de Zaragoza en 1118.
Durante la Edad Media, el topónimo latino Hispania, sus deformaciones (como «Yspania» o «Spania») o cualquiera de sus versiones romances (como “España”) se usaba, en singular o en plural, para referirse al total de la península ibérica. Fue Alfonso I “Imperator totius Hispaniae”, traducido del latín “Emperador de toda España” título que nació de los monarcas de León. Expresión de una idea hispánica unitaria, que implicaba la supremacía política de León. Según algunos autores los reyes leoneses defendían ser los herederos directos del último monarca visigodo.
Posiblemente Alfonso I no consideró a su hermano Ramiro como heredero por su condición de clérigo.
Pero el rey de Aragón fue Ramiro II que había nacido en 1086. Al heredar el trono colgó lo hábitos y fue coronado en Jaca en 1134 aunque solamente gobernó tres años. Su nombramiento fue rechazado por os reyes de Pamplona y de Castilla, por el papa y por parte de la nobleza aragonesa. Hubo de firmar treguas con los vecinos musulmanes para asegurar sus fronteras. la propia división del reino de Pamplona y argón fue causa de serios conflictos que se saldaron con negociaciones con García Ramírez, el restaurador, reconociéndose mutuamente Ramiro rey de Aragón y García rey de Pamplona.


GARCÍA RAMÍREZ DE PAMPLONA 
Por otra parte Alfonso VII de León tomó La Rioja y se apoderó de Zaragoza pero solamente con guarniciones, gracias a la mediación de Ramón Berenguer IV, conde de Barcelona. A todo esto se unía la contraofensiva almorávide y un pánico se extendió por el valle del medio Ebro y el único que podría garantizar una protección era Alfonso VII de Castilla y León, por eso es que al llegar éste a Zaragoza lo reconocieron como su señor.
Ramiro fue traicionado por García Ramírez que se unió al castellano presentándole vasallaje y entregándole La Rioja y el señorío de Zaragoza a cambio de conseguir la región vasca y de ser reconocido como rey de Pamplona.
Ramiro se vio obligado a refugiarse en Besalú en el 1135y para solucionar conflictos le aconsejaron arrancar de una vez las malas hierbas. Así que cuando volvió a Jaca dijo que iba a construir una campana que se podría oír en todo el reino, (la llamada campana de Hueca), Muchos nobles fueron a ver la campana para reírse del rey y este los condujo a una sala en la que serían decapitados unos siete o más. Los enemigos de la corte desaparecieron.
Ramiro aunque tenía el voto de castidad, viendo que debía dejar un heredero se casó en 1135 con Inés de Poitou o Inés de Aquitania, viuda, con fama de ser fecunda. Efectivamente un año después nació Petronila y se separaron los esposos, Inés marchó a un monasterio.

INÉS DE POITOU

Alfonso VII de León y Castilla quiso reconciliarse con Ramiro devolviendo Zaragoza y la promesa de matrimonio de la pequeña Petronila con el heredero del leonés, Sancho. Por lo que el pamplonés García Ramírez se ofendió porque se quedaba sin fronteras con los musulmanes y no podría expandirse y atacó Aragón y Alfonso VII atacó Navarra.
Mientras el proyecto de casar a Petronila con Sancho fracasó porque la nobleza aragonesa recelaba de los castellanos y prefería la unión con un pequeño estado feudal como el condado de Barcelona y sus influencias cercanas. A Aragón le venía bien acercarse al mar ya que al separarse de Pamplona había cortado el acceso al Cantábrico. Se prometió a Petronila con un año de edad a Ramon Berenguer IV conde de Barcelona, que tenía más de veinte años. Se casarían cuando ella tuviera catorce años, es decir en 1150. Ramiro II cedió el gobierno de Aragón a Ramón Berenguer con el titulo de príncipe, conservando él  siempre el de rey aunque se retiro a un monasterio. El acuerdo establecía que si del matrimonio nacía un heredero éste heredaría tanto el reino de Aragón como el Condado de Barcelona, (como así sucedió). Resultó pues una unión dinástica conservando cada uno  sus fueron, territorios, leyes, costumbres, instituciones, etc.).
Esta unión garantizaba la independencia frente a Pamplona y Castilla. Poco a poco las Ordenes militares fueron cediendo sus derechos heredados de Alfonso el batallador, y se terminó el contencioso que por ese motivo se mantenía con el papado.

PETRONILA DE ARAGÓN 

Dado que Alfonso había sido Templario, éstos por su renuncia a la herencia recibieron numerosos bienes libres de cargas señoriales y otras prebendas.
Los acuerdos matrimoniales por los que se rigió el enlace se establecieron según el derecho aragonés. Esto supone que, al no haber heredero varón, el esposo cumple la función de gobierno, pero no la de cabeza de la casa, que solo se otorgará al heredero. Ello significaba que, aunque cada territorio mantuviese leyes y fueros propios, quedaban bajo el dominio de un único poder, el del Rey de Aragón. El título de "Rey de Aragón" siempre precedió al de "Conde de Barcelona". Ramón Berenguer IV era conde de Barcelona, Gerona, Osona y Cerdaña, y “princeps de Aragón”  que en la época significaba primus inter pares y gobernaba según las leyes aragonesas. Negoció con la Orden del Temple y con el patriarca de Jerusalén y para conseguir el reconocimiento de su título por parte de Castilla, se declaró vasallo de Alfonso VII de Castilla en el Tratado de Tudellén en 1151, por el cual los dos reinos se dividían el territorio musulmán por conquistar. Además de Navarra. En el reparto a Aragón le correspondió Levante y Murcia, mientras que para Castilla el resto de la península. Fruto de este acuerdo Alfonso VII tomó Almería, Tortosa, Fraga y Lérida. Y en 1153 ocupó los últimos reductos musulmanes en Cataluña, situados en el interior de Tarragona e hizo tributario al rey de Valencia de Cataluña y Aragón.
Ramiro II murió en el monasterio como rey de Aragón en 1157.

RAMÓN BERENGUER IV 

Petronila fue considerada reina, pero en Aragón las mujeres no pueden reinar, con lo que su esposo Ramón Berenguer IV que era príncipe de Aragón era el que gobernaba el reino, cosa que se considera que hizo acertadamente, y lo hizo a la vez que gobernó los condados de Barcelona, Gerona, Osona, Besalú, Cerdeña y Conflent.
Se reunió el conde con el rey Alfonso VII de León y Castilla, y ratificaron el acuerdo contraído por el fallecido Ramiro un año antes. Ramón Berenguer recibió las tenencias de Zaragoza, Tarazona, Calatayud y Daroca a cambio de su vasallaje al rey castellano.
Ramón Berenguer IV fue un gran político, vio que los condados, región marítima, aislada de las interiores, de territorio escaso y fuera de toda comunicación, había de ser o una república al modo de las italianas, la más similar Génova, país de aventureros y piratas y a la larga presa de los interiores, o una región fraccionada en pequeños condados en pugna perpetua. La unión con los aragoneses daba un hinterland a los condados para que alimentara su comercio; ella le daba un poderío militar que por sí sola no tenía; ella, en fin, fusionándola políticamente con un reino interior, que casi tocaba con el Atlántico, aseguraba el progreso y la posición militar.
El reino de Aragón era entonces un conglomerado de comarcas independientes entre sí, con solo el vínculo político que creaba obedecer a un soberano único y el mismo para todas. Cataluña no existía aún como la conocemos hoy. Era un conglomerado de comarcas gobernadas directamente por condes, que reconocían la soberanía del de Barcelona; ni siquiera era conocido el nombre con el que luego fue y es conocida la región; ni sus habitantes se llamaban catalanes. El condado de Urgel era, de hecho, independiente y fluctuaba entre las dos influencias, la de Aragón y la de Cataluña. Ramón Berenguer IV falleció en 1162.

domingo, 26 de noviembre de 2023

REINO DE ARAGÓN -(2) -

Ascendió al trono Alfonso I el batallador en septiembre de 1104, tras la muerte del rey, su hermanastro Pedro I y amplió radicalmente el reino. Fue rey de Aragón y Pamplona.  



ALFONSO I DE ARAGÓN, EL BATALLADOR
Duplicó el territorio con la conquista fundamental de Zaragoza, además de Tarazona y Calatayud. Por su matrimonio con Urraca I de León, gobernó sobre León, Castilla y Toledo y se hizo llamar entre 1109-1114 “Emperador de León y rey de toda España” hasta la anulación del matrimonio. Sus campañas militares lo llevaron hasta Córdoba, Granada y Valencia y a infligir a los musulmanes severas derrotas.
Después se volcó en problemas castellanos como consecuencia de su matrimonio mal avenido con Urraca de León, hija del importante rey Alfonso VI de León. Ella era viuda, y contaba con un hijo, el futuro Alfonso VII. El matrimonio se celebró en 1109.
Los nobles gallegos eran contrarios a este enlace debido a la pérdida de los derechos al trono del reino de León y Castilla del entonces infante, hijo de Urraca de su primer matrimonio, Esto contradecía el pacto matrimonial firmado entre Urraca y Alfonso I de Aragón, que estipulaba que los derechos de sucesión pasarían al hijo que tuvieran.
En 1110 la Taifa de Zaragoza amenazó Olite, en Navarra. Alfonso les venció en la batalla de Valtierra.
Alfonso, que aunque tenía unos treinta y seis años probablemente fuese estéril.  La falta de hijos del matrimonio fue un problema. La nobleza gallega encabezada por el obispo y el conde de Traba, se rebeló y proclamó rey al hijo de Urraca, el futuro Alfonso VII de Castilla y León, contraviniendo lo pactado entre los esposos.

Abd al-Malik

Llegaron los almorávides a Zaragoza en mayo de 1110 lo que obligó al monarca a hacer un paréntesis en su actividad en Castilla-León para atacar la capital del Ebro y consolidar una alianza con “Abd al-Malik”
Fueron derrotados por el Batallador en León, en el año 1111. Con esta situación las discrepancias entre Urraca y Alfonso I se acentuaron. Comenzó una guerra civil entre los partidarios de una y otro. Alfonso I el Batallador encerró a su esposa. Se marchó sobre Castilla y sometió a Palencia, Burgos Osma, Astorga, Toledo y Orense. A todo esto el conde de González de Candespina aprovechó para liberar a Urraca y dejarla en su fortaleza en Segovia.
El Batallador vence en la batalla de Candespina  el 12 de abril de 1111, cerca de Segovia. Más tarde los cónyuges fueron excomulgados en León y conminados a separarse, hasta que se llegó al año 1114 en el que el propio Alfonso I el Batallador, de gran religiosidad, repudió a la reina Urraca pasando a dejar el reino de León.
Otra facción contraria a la elección de Alfonso I de Aragón fue la de los eclesiásticos franceses de origen borgoñón, bajo la protección del primer marido de Urraca, Raimundo de Borgoña. Eran señores de muchos territorios, por lo que se oponían además a las políticas del rey aragonés.
El 26 de octubre de 1111, con la victoria a los partidarios de Urraca en Candespina, no impidió que la reina se aliase con el arzobispo de Santiago, Diego Gelmírez, que le proporcionó ayuda militar en el transcurso del año siguiente.
La guerra civil se transformó entonces en un conflicto endémico, con guarniciones aragonesas que se comportaban como tropas de ocupación, nobles rebeldes y simples saqueadores que infestaban los caminos. El final de la aventura castellana no cerrada del todo hasta el siguiente decenio, puesto que Alfonso conservó varias plazas castellanas.

URRACA DE LEÓN

En 1118, en Toulouse durante el concilio que aprobó los beneficios espirituales propios de una cruzada para una magna expedición de Zaragoza, numerosos nobles del sur de Francia se aliaron con Alfonso para iniciar el asedio a la ciudad a la que el rey pudo entrar en la aljafería. Alfonso I acordó con los notables de la capital que quienes lo deseasen podrían emigrar, y quienes prefirieran permanecer bajo la protección real debían abandonar el recinto urbano como había sucedido en la conquista de Monzón, Huesca y Barbastro. Abandonaron el escenario seguidos por la población, no obstante, tanto en Zaragoza hubo grupos de mudéjares que se integraron en la sociedad.
Alfonso I prosiguió y en los meses posteriores tomó Tudela y, Tarazona y las tierras del somontano del Moncayo, y, por fin, Calatayud. El rey inició la población de las áreas fronterizas de Soria. Un ejército almorávide avanzó hacia Zaragoza para recuperar la región, pero fue destrozado en la batalla de Cutanda. La victoria cristiana ratificó la definitiva pertenencia del valle del Ebro al reino de Aragón.
Alfonso el batallador dedicó la primera mitad de la década de 1120 a consolidar este enorme avance territorial con la repoblación del entorno de Zaragoza, dirigiendo la instalación de inmigrantes montañeses y francos en las ciudades y áreas contiguas a la capital.
Comenzó entonces una intervención militar en Al- Andalus que llevó a las tropas alfonsinas a recorrer el levante peninsular y Andalucía (septiembre de 1125-junio de 1126). la expedición llegó en octubre a Valencia, a Denia a finales del mes, para proseguir hacia Murcia, Baza, Guadix y avistar Granada el 7 de enero de 1126.  Alfonso fue a Córdoba, Cabra, Lucena, Aguilar,  Motril, Salobreña y Velez-Málaga, e iniciar el trayecto final hacia Aragón devastando los alrededores de Granada, hacia Guadix, Murcia, Játiva y, finalmente, volver al valle del Ebro. Este resumen apenas hace justicia a las dimensiones y la complejidad organizativa de la expedición y, sobre todo, al impacto que tuvo en el universo almorávide, cuyos gobernadores y emires fueron incapaces de frenar las evoluciones de Alfonso.
El 8 de marzo de 1126 murió Urraca y le sucedió en el trono su hijo Alfonso VII de León, cuya primera preocupación era obviamente acabar con la ocupación aragonesa de Burgos. Se apoderó de Burgos, lo que provocó la respuesta del batallador, que en julio avanzó hasta el valle de Támara, donde se llegó a un acuerdo tras amplias negociaciones por el cual el rey de Aragón aceptaba restituir estas posiciones fundamentales a su homónimo. sin embargo, Alfonso retuvo en su poder las tierras que habían formado parte de Navarra hasta 1054, es decir, parte de la Castilla vieja y Álava, además de la Extremadura soriana, pero aceptó entregar Atienza, Sigüenza y Medinaceli, dado que confrontaban con la zona de Soria.


ARZOBISPO DIEGO GEMÍREZ

Alfonso I inició la etapa final de su reinado, con el sitio durante todo un año (octubre de 1130-octubre de 1131) de Bayona. En los últimos días del cerco, Alfonso dictó un testamento y arrancó el juramento de respetarlo a un buen número de nobles. Un testamento que preveía que el reino fuera repartido entre las órdenes militares del temple, san Juan de Jerusalén y el Santo Sepulcro.
Desde junio de 1133, Alfonso acampaba en las inmediaciones de Fraga, que resistió durante todo el año siguiente, gracias al apoyo de Ibn Ganiya, gobernador de Valencia y Murcia.
El 17 de julio de 1134 se trabó una batalla con un resultado nefasto. “La grande y terrible matanza de cristianos en Fraga, en la que casi todos perecieron por la espada, salvo unos pocos, que, sin armas, se dieron a la fuga con el rey”.
Enfermó a principios de septiembre en Huesca, donde murió el 7 de septiembre, sin tener hijos descendientes, no sin antes haber hecho aprobar una vez más su testamento de 1131 por los nobles que le rodeaban. El testamento no fue aceptado por la nobleza, que eligió a su hermano Ramiro II en Aragón y a García Ramírez el restaurador en Navarra, dividiendo su reino.
En el testamento dejaba herederos al Sepulcro del Señor, al Hospital de los Pobres de Jerusalén y al Templo de Salomón. Además de órdenes religiosas militares, dejando así el reino sin rey.
Los nobles se vieron obligados a aplicar la ley navarra, que impedía testar sobre otra cosa con no fuese los territorios conquistados. El patrimonio heredado anteriormente pasaría a su hermano Ramiro, quien de esta forma reunía el patrimonio a excepción de Navarra.


COLÓN Y LA FUERZA DE SU PASIÓN - (2)

En 1.484 Colón presentó al reino de Portugal su empresa de ir a las Indias Orientales por Occidente. Juan II le escuchó atentamente y quedó ...