miércoles, 3 de enero de 2024

ORIGEN DE CRISTÓBAL COLÓN

Existen hipótesis en abundancia sobre el asunto, algunas descabelladas, otras risibles, inverosímiles y hasta de procedencia extraterrestre. En fin, de todo hay. 
Así, de vez en cuando, se leen noticias sobre intentos de examinar el ADN de los restos de las dos supuestas tumbas de Colón en Sevilla y en la República Dominicana para compararlo con el de las familias hispanas que portan ese apellido. Tales verificaciones no probarían que Colón hubiera nacido allí, salvo que se pudiera seguir el rastro del árbol genealógico de los sujetos correspondientes hasta mediados del siglo XV.
Su hijo don Hernando, sabía la procedencia de su padre, pues  esclareció de modo transparente, aun cuando sus precisiones hayan pasado inadvertidas.
Sin salir de España, se ha considerado a Colón castellano de Guadalajara, convirtiéndolo en hijo ilegítimo del conde de Treviño, Diego Gómez Manrique, lo que explicaría el silencio sobre una mancha que todos los contemporáneos acordaron callar. Para algunos, era extremeño y para otros gallego, se insistía con forzadas referencias lingüísticas y toponímicas en la pretendida identidad gallega. También se le ha hecho catalán de distinto pelaje, pues si, para unos, luchó junto a Renato de Anjou, para otros lo hizo a favor del príncipe de Viana. Ibicenco, por creer erróneamente que algunos de los nombres que dio Colón a los lugares descubiertos solo se hallan en Baleares.
Se ha pretendido identificarlo como hijo del príncipe de Viana y en consecuencia, como sobrino de Fernando el Católico, lo que habría obligado a silenciar su origen. No ha faltado tampoco la defensa de una ascendencia judía, buscada desesperadamente por muchos en las más destacadas figuras de la Castilla cuatrocentista. 
Otros le han adjudicado una procedencia judaica remota, como hizo Salvador de Madariaga, quien alegó que el descubridor, aun cuando genovés, descendía de judíos españoles, emigrados generaciones antes, de manera que la facilidad con que se movió más tarde por la corte castellana se habría debido a los conversos que rodeaban a los reyes.


CELSO GARCÍA DE LA RIEGA


Desechados el origen hispano y la presunta ascendencia judía, que carecen de la más mínima base, hay que remachar que el propio Colón se consideraba extranjero en Castilla. Así, por ejemplo, en el Diario del primer viaje, al dar cuenta de la gran tempestad que se desató a su vuelta, el 14 de febrero de 1493, comenta, entre otras cosas, que "le dava gran pena dos hijos que tenía en Córdoba al estudio, que los dexaba güérfanos de padre y madre en tierra estraña” Y en declaraciones notariales, pleitos o cartas él y sus hermanos se confesaron foráneos. Igualmente, los coetáneos con los que mantuvo trato lo juzgaron extranjero: verbigracia, en un documento del tesorero Francisco González, firmado en Sevilla, el 5 de mayo de 1487.
En dicho documento se le cita como "Cristóbal Colomo extranjero"; como "Colomo extranjero" se le nombra también en una cédula de 12 de mayo de 1489, al concedérsele ayuda para su traslado a la corte; Juan Martín Pinzón, hijo de Martín Alonso Pinzón, lo calificó en 1535 como “estranjero destos reinos”.


VILLAGARCÍA DE AROSA-PONTEVEDRA

Todas estas declaraciones coinciden con el examen de la lengua empleada en sus múltiples escritos, la cual tenía como cimiento el castellano, si bien, como en repetidas ocasiones remachó Bartolomé de Las Casas en su Historia de las Indias (cuya primera redacción corresponde a los años 1527-1531,aunque admite interpolaciones posteriores), no lo hablaba bien por “ser natural de otra lengua”, pues “en Castilla no había nacido”, de modo que algunas de sus palabras eran “no de perfecto romance castellano, como no fuese su lengua materna”, sino palabras “defectuosas cuanto a nuestro lenguaje castellano, el cual no sabía bien”.
Por supuesto, a partir de su estancia y matrimonio en Portugal, se ha barajado asimismo, al menos desde la segunda década del siglo XX, la ascendencia portuguesa.
Años antes, un reconocido investigador español suponía que en Castilla pudo estimársele durante cierto tiempo como portugués a causa de los años de residencia en el país vecino, además de por su matrimonio y sus portuguesismos; pero no pasa de ser una conjetura más o menos posible. Fuente: Nicasio Salvador, Catedrático de Literatura Medieval.


La capital romana de la cristiandad en oriente, Constantinopla cayó en manos musulmanas en mayo de 1.453. Esa ciudad era por entonces el centro de la cultura, la religión y el comercio. Génova, una ciudad-estado vio perder sus colonias. Peligraba el comercio de Europa occidental. Evidentemente había que encontrar un camino alternativo. Colón que era joven pudo presenciar el ocaso de Génova y a los 25 años se marchó en una expedición comercial a Occidente. Portugal fue su destino. Esto es parte de la teoría de que era genovés. 
La teoría de que fuese gallego se inició con Celso García de la Riega, un historiador y escritor español, impulsor de la teoría gallega de Colón, fue el primero en atacar abiertamente la teoría genovesa en una conferencia realizada en Madrid en 1898 a petición de la Sociedad Geográfica de Madrid. Según el investigador Colón era gallego porque escribía en el gallego de aquella época, con los mismos giros, y por la toponimia, porque los nombres de los sitios que fue bautizando en el descubrimiento constituyen un calco de las Rías Baixas, de las costas pontevedresas, de hecho hay más de 200 lugares que coinciden. Además en ese momento el único sitio del mundo en donde existía el apellido Colón tal cual, sin que fuese Colombo ni Colóm ni nada por el estilo era en Pontevedra. Además se sabe que Cristóbal Colón era noble, un personaje que era recibido por los reyes, tanto los castellanos como los portugueses, franceses, ingleses, todos lo trataron como noble antes, durante y después del descubrimiento, tanto a él como a su hermano Bartolomé y en esa época ningún plebeyo podría tener acceso a esas cortes, llegar a donde llegó Colón, si no era de origen noble. Entonces había que buscar un noble gallego que tuviera tratos que tuviera tratos con la corte portuguesa y castellana, y en 1976-77 Alfonso Philippot enlaza a Pedro Álvarez de Sotomayor, apodado Pedro Madruga (por combatir de madrugada),  con Cristóbal Colón y todo empieza a tener forma.
Supuestamente muere en 1486, pero más que morir desaparece porque no hay entierro, no se encuentra el cuerpo, nadie lo reclama, y casualmente el día que Cristóbal Colón visita a los Reyes Católicos está documentado que es el mismo día que Pedro Madruga visita a los monarcas, en la misma corte, en el mismo día y a la misma hora, estuvieron sentados en el mismo banco. Después desaparece misteriosamente y no se sabe nada de él pero curiosamente aparecen más de 100 documentos que lo dan por vivo hasta 1506. Se trata de reclamaciones de dinero, pleitos etc. donde se menciona a Pedro Madruga como una persona viva. ¿Por qué habría cambiado su identidad, si los reyes sabían quién era realmente? ¿Para qué promover tanta confusión sobre su identidad? Pedro Madruga (realmente Pedro Álvarez de Sotomayor),  había sido uno de los varios nobles enemigos más importantes de los Reyes Católicos en la guerra de Sucesión de Isabel y Fernando contra el reino de Portugal, pero ya habían pasado muchos años y en ese momento ya no había problemas, los reyes sabían perfectamente quien era Cristóbal Colón pero públicamente no podían darle todas las posesiones que le dieron llamándose Pedro Madruga porque el resto de la nobleza se les echaría encima, después de que Madruga hubiese sido un enemigo declarado. La clave es que Pedro Madruga conocía los secretos mejor guardados de la navegación portuguesa, era un experto navegante (algo que muy poca gente sabe), entonces los reyes lo que hicieron fue decirle que no le devolverían el condado de Sotomayor. Pero “a cambio de lo que te daré me entregarás esos secretos de la navegación de Portugal”. Y ahí empezaron las negociaciones, aclarando que le darían mucho, concesiones que no se las habían dado a nadie, a cambio de que esos secretos fuesen para Castilla, se ocultaría el nombre de Madruga, se usaría el apellido materno etc. De hecho hay varios autores contemporáneos a Colón que lo llaman Pedro Colón, en la corte y también en Portugal. ¿Cómo había sido hasta entonces la vida de Pedro Madruga? Era hijo natural del señor de Sotomayor, que lo mandó a estudiar con Esteban de Soutelo, su tío. Los Soutelo estaban emparentados con los Colón. Lo manda al monasterio, de ahí sale a los 14 años, se hace a la mar y se marcha a Portugal y aprende todo de la navegación de la mano de su hermano, Bartolomé Colón, casualmente una persona cuya vida es tan misteriosa como la de su hermano, pero ahora se sabe que Pedro Madruga tenía un hermano de padre y de madre, que se llamaba realmente Joao Goncalves de Sotomayor, que encaja totalmente, absolutamente, con Bartolomé Colón. Joao Goncalves era hijo del mismo padre y de la misma madre, que nosotros creemos que era Constanza de Colón.
El libro de García de la Riega recoge las últimas investigaciones sobre la teoría coloniana. Además de ello hay varios detalles, por ejemplo que se hablaba de un centenar de topónimos de la ría de Pontevedra, nombres con los que Colón fue bautizando localidades en el descubrimiento, pero gracias a Portos del Estado, que sacó hace un par de meses un mapa con las coincidencias de los nombres de la ría, hoy sabemos que son casi 200 topónimos, solo un marinero muy experimentado, un gran conocedor de las rías gallegas, podría saber tal número de nombres.
En 1917 y en 1928 se realizan estudios sobre los papeles que aporta García de la Riega que ya había fallecido sin conseguir aclarar con seguridad su antigüedad. Finalmente el caso fue reabierto y estudiado ya con técnicas modernas, sobra la documentación aportada por de la Riega. El 23 de mayo de 2013, María Del Carmen Hidalgo Brinquis -Jefa del Servicio de Patrimonio Documental del IPCE- dio una conferencia sobre los análisis efectuados a los documentos, después de dos meses de estudios y se obtuvieron las conclusiones. El papel de los documentos era del Siglo XV, con Filigrana, marca de agua de la época. Las tintas se correspondían con las tintas empleadas en el siglo XV. Mediante fotografías comprobaron que los papeles no fueron: raspados ni tachados, con intención de engañar, es decir, no había intención dolosa por parte de García de la Riega.
En colaboración con la policía científica, comprobaron que lo escrito por encima era lo mismo que aparecía debajo, es decir, que García de la Riega lo que hizo fue avivar o recalcar por encima las letras que ya estaban escritas con la intención de resaltar los nombres que aparecían en los documentos, es decir apellidos De Colón.

martes, 2 de enero de 2024

PRIMERA VUELTA A LA TIERRA -MAGALLANES - ELCANO

 

Hace mucho tiempo recibimos en clase de secundaria la lección oral del profesor de historia y narró la gesta de la primera vuelta al mudo. Tal fue el impacto que despertó en mi un interés por la historia. Y con un buen amigo  y compañero lo hemos comentado. Nada de apuntes, sólo la narración que parecía una magnífica novela de aventuras. Muchas décadas después, mi amigo y yo, en continentes diferentes, seguimos recordando aquella clase como si hubiera sido un momento estelar de nuestra vida. Y quizá lo fue, ya que a partir de entonces necesitamos empaparnos del conocimiento de hechos pasados, de gentes y lugares que marcaron la ruta de la historia con mayúsculas. No soy historiador, ya quisiera, sino un mal aficionado que recién ahora puede dedicarle algo de tiempo a la lectura y a contar lo que lee. Es tan amplia y tan inmensa la cantidad de narraciones posibles, que me he centrado sólo en aquello que se refiere a España e Hispanoamérica. Gracias a aquél profesor supe que para un europeo del siglo XV o XVI era muy difícil imaginar un mapamundi de aquellos tiempos. No habían viajado por toda la tierra conocida. Tenían los escritos antiguos y mapas de navegación, pero eran reconstrucciones de viajes hechos por hombres de mar que antiguamente habían surcado las aguas. Y de viajeros, casi aventureros, que se habían internado en remotos países, con otras costumbres, diferentes idiomas y comerciado con ellos con productos nuevos en Europa. Sin embargo, por el siglo XV la gente culta ya sabía de la redondez de la tierra, pero no estaba demostrado. Colón llegó a lo que el pensaba que era la India, pero no era cierto y murió sin saber que había descubierto un nuevo continente. El que supo explicarlo fue Américo Vespucio en 1503. Pero aún quedaba por seguir navegando hasta llegar a las tierras de las especias, que había sido el objetivo de Colón.


El deseo de llegar por las rutas de Occidente a las islas de las Especias, la acababan de descubrir los portugueses navegando por las costas africanas, pasando por el Cabo de Buena Esperanza. Los portugueses tenían colonias por las costas de África y Asia, controlaban las rutas a las islas de las especias en dirección este. La primera vuelta al mundo partió de la idea de Hernando Magallanes, un marino portugués nacido en 1480, experto en las artes de navegar e intrépido aventurero. Había realizado unos primeros viajes por la India y Malaca entre 1505 y 1511, regresando a Portugal sabedor de la enorme riqueza que generaba la importación a Europa de las especias asiáticas.  Su proyecto trataba de buscar una ruta alternativa a la ya establecida por la corona portuguesa, en dirección oeste buscando un estrecho marítimo en América que permitiera pasar al mar del Sur, el mismo que la expedición de Vasco Núñez de Balboa llamó también Pacífico. Pero su proyecto fue rechazado por el monarca luso Manuel I el Afortunado. 
MAGALLANES
Sólo España tenía las condiciones necesarias para abordar semejante proyecto. Tenía además de la experiencia marinera, el conocimiento geográfico y cartográfico, la audacia humana, la voluntad política y los recursos económicos para emprender tal aventura marítima. Por eso, en 1517 Fernando de Magallanes viaja hasta Sevilla, donde se puso en contacto con Juan de Aranda, factor de la Casa de Contratación. Ambos consiguieron que en 1519 llegase su proyecto expedicionario a manos de Carlos I quien recibió al portugués en Valladolid, la capital de España. El objetivo era llegar a las islas Moculas para obtener especias. El plan consistía en abrir una ruta por el oeste, rodeando el continente americano por su extremo sur, y pasando sólo por dominios españoles. Surgió una dificultad diplomática, ya que según el Tratado de Tordesillas firmado en 1494 entre Castilla y Portugal, ambos países se habían repartido el mundo en dos mitades. Por tanto, si las islas Moculas quedaban del lado luso, Carlos I quebrantaría las relaciones diplomáticas con Portugal. Magallanes, basándose en los mapas de su tiempo, creyó que el camino occidental es viable y que las primeras islas asiáticas están cerca de la barrera americana. El rey de España confió en la empresa y puso al portugués al frente de 265 hombres y cinco barcos: la capitana Trinidad, la Concepción, la Victoria, la Santiago y la San Antonio. Es la llamada Flota de las Malucas. Juan Sebastián Elcano, un marino guipuzcoano con amplios conocimientos náuticos. tuvo conocimiento del proyecto y tomó partida en él como contramaestre de la nave Concepción.
 ELCANO
La expedición parte de Sevilla el 10 de agosto de 1519. Tras una prolongada escala de avituallamiento, el 20 de septiembre la expedición zarpó definitivamente de Sanlúcar de Barrameda, Cádiz,  partieron del puerto de Sevilla el 10 de agosto de 1519. Cruzaron el océano Atlántico en dirección a Sudamérica. Bordeando la costa de Brasil, hicieron un breve descanso en Río de Janeiro y exploraron la gran boca del Río de la Plata y el litoral de la Patagonia. Pero comenzaban a surgir los problemas y las desconfianzas de la tripulación con respecto a Magallanes debido a varios motivos: el primero era que Magallanes mantenía en secreto el objetivo de su viaje, lo cual inquietaba al resto de capitanes; el segundo, los capitanes españoles desconfiaban en buena parte por las discusiones establecidas en Sanlúcar con agentes portugueses; y tercero, la costa suramericana parece interminable, no aparecía ningún paso hacia el otro lado y, además, a bordo hacía un frío insoportable. La armada navegó por el hemisferio sur, donde en invierno empieza en marzo, las temperaturas eran tan bajas que decidieron invernar en la bahía de San Julián, en la Patagonia, donde hubo un intento de sublevación. Magallanes pudo resolver el problema con astucia, pero fue severo con los cuatro cabecillas del complot.


 Más bien prefirió contemporizar con unos marineros muy necesarios para continuar el viaje. Uno de los más beneficiados por aquella indulgencia fue Elcano, subordinado de Gaspar de Quesada, que estaba entre los cabecillas del motín. Elcano se vio atrapado en un conflicto de fidelidades: o seguir al capitán de su barco, o seguir al jefe de la expedición. Primero se amotinó, pero luego contribuyó a sofocar el motín, ganándose la confianza de Magallanes. Sobreviven durante cinco meses bajo el frío, cazando animales como avestruces, zorros y moluscos y derritiendo el agua de bloques de hielo. La nao Santiago, durante un reconocimiento, se estrella contra la costa por un temporal, sin consecuencias. Y toman contacto con los indios tehuelches, los "patagones" por las enormes huellas que sus abarcas dejan en la nieve. El 21 de octubre de 1520, se adentraron en el deseado paso al que Magallanes bautizó como estrecho de Todos los Santos y de las Once Mil Vírgenes. El 28 de noviembre salieron al mar del Sur, al que denominaron con el nombre de mar Pacífico o mar de las Damas por los suaves vientos alisios que soplaban. Por él navegaron durante tres meses en condiciones calamitosas, los marineros mueren a mansalva al carecer la tripulación de agua y provisiones frescas y, en consecuencia, padecieron de escorbuto. Cuando los víveres se agotaron, llegaron a alimentarse de cuero, ratas, cucarachas y todo lo que encontraban. En enero de 1521 llegaron a la isla de Guam. Luego llegan a Cebú, perteneciente a Filipinas, establecen buenas relaciones con los indígenas y descansan. Pero luego los nativos se revelan y son atacados. Magallanes pereció en la llamada batalla de Mactán con una tribu cebuana encabezada por el jefe tribal Lapu-Lapu, en la isla filipina de Mactán. Magallanes había desembarcado con 60 hombres armados pero los aborígenes contraatacaban con flechas envenenadas. Realmente los había infravalorado. Hubo otra emboscada donde muere otro capitán. Decidieron hundir la nao Concepción porque estaba carcomido el casco por los moluscos. La cada vez más mermada tripulación se repartió entre las dos únicas naves efectivas. Gonzalo Gómez de Espinosa mandaba la Trinidad, y Juan Sebastián Elcano recibía la Victoria. Elcano, al mando de la expedición, llegaron a las Molucas, el archipiélago de las ricas especias, a finales de 1521. Allí, en la isla de Tidore, establecieron tratados con los príncipes nativos y cargaron un importante cargamento de especias, con lo que se cumplió el objetivo del viaje. En diciembre, la expedición se divide. La Trinidad sufre una avería, por lo que se acuerda su permanencia en las Molucas. La proximidad de los portugueses, hizo que Elcano al frente de la Victoria pusiese rumbo al oeste. Allí se gestó el proyecto de dar la vuelta al mundo. Regresar a España por el océano Índico suponía la violación del Tratado de Tordesillas. Acompañado de 47 españoles y 13 naturales, arribó a la isla de Timor, ya en 1522, donde supo de la existencia de otras tierras e islas, las actuales China, Java e Indonesia. La expedición de Elcano cruzó el océano Índico por una ruta lo más meridional posible, pasando un calvario de hambre, sed y enfermedades. Por otra parte, el rey Juan de Portugal se propuso sabotear la nueva ruta, por eso, ordena a todos los puertos portugueses que negaran cualquier ayuda a las expediciones españolas. El 19 de mayo de 1522, doblaron el cabo de Buena Esperanza. En Cabo Verde, en el África occidental, Elcano decide enviar a trece hombres. La colonia es de dominio portugués, y su gobernador se ofrece a comerciar, cuando consiguieron agua y comida, cometen el error de pagar en especias, descubriendo su ilegal procedencia, por lo que los marineros son apresados. Es en Cabo Verde donde supieron que llevaban un día de retraso como consecuencia de haber navegado de este a oeste, dando la vuelta a la Tierra. Un descubrimiento más, comprobado empíricamente por la expedición. Elcano comprenden la situación, nadie puede aportarles ayuda, y pone rumbo final por la costa oeste del Atlántico hacia España. Muchos días y días interminables por el Atlántico, los supervivientes navegaron sin probar alimento fresco. El escorbuto se cebó en los hombres, a los enfermos se les hinchaban las encías y se les caían los dientes, muchos murieron completamente extenuados entre grandes dolores.   Cuando ya estaban cerca, una enorme tormenta desvía la nao Victoria hacia las portuguesas islas Azores. Por fin, después de tres años menos catorce días de navegación, el 6 de septiembre de 1522 la expedición al mando de Magallanes-Elcano, tras recorrer 14.000 leguas, entraba en el puerto gaditano de Sanlúcar de Barrameda. Llegó con sólo 18 supervivientes, exhaustos, hambrientos y enfermos, a bordo de la nave Victoria, la única que quedaba de las cinco que partieron, eso sí, con las bodegas cargadas de especias. Los 18 supervivientes que llegaron a Sevilla se dirijen a la iglesia y arrodillados llegan al altar a agradecer a Dios el haber podido volver con vida. El cargamento traído en la nao Victoria es de 381 sacos. Su venta en el mercado español y europeo cubre los gastos de la expedición y arroja un beneficio. Carlos I, Rey de España y el V Emperador del Sacro Imperio Romano Cristiano llenó de honores a los héroes, recibió personalmente a todos los supervivientes y, además, se preocupó de que fueran liberados los marineros apresados por los portugueses tanto en Filipinas como en Cavo Verde. Elcano recibió una cuantiosa renta anual y un escudo de armas cuya cimera, un globo terráqueo, lleva la leyenda “Primus circumdedisti me” (El primero que me diste la vuelta).

martes, 26 de diciembre de 2023

EL GRAN CAPITAN Y BOABDIL

 

Gonzalo Fernández de Córdoba era un capitán al servicio de Isabel I de Castilla y de Fernando II de Aragón, y Boabdil (Mohammed ben Abî al-Hasan), era el rey nazarí de Granada. Se conocieron después de la batalla de Lucena, en 1.483, cuando Boabdil fue hecho prisionero por estos reyes cristianos. Gonzalo fue la persona que durante los meses de cautiverio estuvo más cerca de él, negociando una alianza con Isabel y Fernando y compartiendo largas horas de conversación. Lo que comenzó como una relación política acabó convirtiéndose no sólo en una visión compartida de la realidad sino en una estrecha amistad.


Hasta el punto de que cuando Boabdil fue puesto en libertad bajo la condición de dejar en Castilla a su hijo primogénito, para asegurar de ese modo que cumplirá el pacto alcanzado con Isabel y Fernando, sólo aceptó ese requisito si su hijo quedaba bajo la tutela personal de Gonzalo Fernández de Córdoba, que aceptó el encargo y de ese modo se convirtió en el responsable de la educación del pequeño, según recoge el libro de Antonio Soler “Boabdil, un hombre contra el destino”. Boabdil y Gonzalo de Córdoba tenían muchas cosas en común: "Ambos compartían una misma visión política de lo que estaba sucediendo. Los dos eran hombres del futuro pero los dos se veían atados a su pasado, a un deber que consideraban por encima de sí mismos. Eran enemigos de los radicales, de los fundamentalistas islámicos que habían decretado la Guerra de Granada como una yihad y de los inquisidores cristianos que habían conseguido bautizarla como una cruzada con la bendición del papa. Ambos conocían la cultura y el idioma del contrario, y preferían comprenderlo antes que demonizarlo. Y sin embargo, los dos aceptaron su destino, combatir el uno contra el otro por lealtad a su país. La toma de Granada tuvo un componente dramático para Fernández de Córdoba. Su amigo Boabdil caía derrotado y fue precisamente a él, a Fernández de Córdoba, a quien rindió la ciudad antes del acto oficial de entrega a los Reyes Católicos. En lo íntimo, la caída de Granada también suponía una derrota para Fernández de Córdoba y para sus ideas. El incumplimiento de los pactos no hizo sino agravar ese dolor. Pero Gonzalo era un hombre ambicioso, legítimamente ambicioso, y sabía que su carrera militar debía continuar, lejos de Granada, lejos de la península. De hecho solo alcanzaría su plenitud en Italia, donde se impregnó de las ideas del Renacimiento y alcanzó el sobrenombre de El Gran Capitán. Después de caer Granada no existió ninguna relación entre él y Boabdil. 

El destino había dejado a cada uno a un lado de una frontera insalvable. Además, solo un año después de abandonar Granada y estar refugiado en su exilio de las Alpujarras, Boabdil, desengañado y con la muerte súbita de su joven mujer agravando su derrota, abandonó el territorio español y marchó a Marruecos.  


BOABDIL EL  CHICO 


Al coronar uno de los cerros que anticipan la sierra, Boabdil descendió del caballo, se giró y, mientras contemplaba compungido el perfil de Granada al atardecer, con sus palacios y torres reflejando la delicada luz dorada que baña la ciudad los días de invierno, se echó a llorar. Es entonces cuando dicen las lenguas de doble filo que Aixa pronunció: "Llora, llora como mujer lo que no supiste defender como hombre". Pero esto último no es cierto. La frase la escribió por primera vez, tres siglos después, el padre Echevarría en una obra titulada “Los paseos de Granada”. De ser cierta, sería una gran injusticia. Boabdil luchó por Granada, no fue un buen guerrero, no fue hábil negociador, pero se dejó llevar por los consejos de su madre, pues fue ella quien hizo que su hijo traicionara a su padre y se aliara con los poderosos y pérfidos clan de los Abencerrajes.
De ahí que sea conocido como Boabdil el Desdichado. Sus lágrimas siguen hoy inspirando a poetas, y el lugar donde las derramó se llama desde entonces Puerto del Suspiro del Moro.




Se dice que en ese último viaje lo acompañó Fernández de Córdoba, que estuvo al frente de la expedición y le proporcionó escolta hasta Marruecos. 
Pero eso pertenece a la leyenda.

martes, 19 de diciembre de 2023

LUGARES DE MOLINOS DE VIENTO

 "Mire vuestra merced, respondió Sancho, que aquellos que allí se parecen no son gigantes, sino molinos de viento, y lo que en ellos parecen brazos son las aspas, que volteadas del viento hacen andar la piedra del molino.
Bien parece, respondió Don Quijote, que no estás cursado en esto de las aventuras; ellos son gigantes, y si tienes miedo quítate de ahí, y ponte en oración en el espacio que yo voy a entrar con ellos en fiera y desigual batalla".
En fin, amigo que lees, si te interesa esta cuestión, te invito a que dediques con la mente descansada, a leer el Ingenioso Hidalgo, donde allí se narran sucesos de calado, y advirtiéndote que encontrarás el delicioso placer de la caricia de una lectura amable y rica, de vocablos y pensamientos, dando por bien empleado tu tiempo para el disfrute inteligente, quitándose a la holganza inútil de ver televisión, donde sabrás del puterío de moda o de la corrupción política, que viene desde tiempos inmemoriales.  Ambas cosas y que de esas siempre tendrás. Más la buena lectura solo necesita de tu voluntad para el descanso a la vez que ganas en saber, y lograrás ese buen propósito para el espíritu.
La única diferencia que podrás encontrar es que este libro podrás aportar tu imaginación y desarrollarás tus sentimientos buenos, que sin duda tienes, mientras que con otras posibilidades encontrarás todo preparado para comer, tal y como a sus intereses sean y de ellos convengan.
Propongo paisajes y construcciones de las buenas, y que de ellas escojan a su gusto.
 

CAMPO DE CRIPTANA - CIUDAD REAL - 
Los Molinos de Campo de Criptana son un conjunto de diez molinos de viento conservados. Se distribuyen en la ladera y la cima de una colina y tres de ellos datan del siglo XVI. En 1978 fueron declarados Bien de Interés Cultural.
 

CONSUEGRA - TOLEDO
Se trata de uno de los mejores lugares para admirar los molinos de viento, perteneciente a la región, doce de los trece molinos originales, que se conservan tan notablemente que algunos siguen incluso en funcionamiento, aunque no con las mismas funciones que cinco siglos atrás.
Cuatro de los doce molinos conservan la maquinaria en perfectas condiciones. Son el Sancho, el Rucio, el Bolero y el Espartero. El Molino Sancho, apodado así por razones obvias, posee aún la maquinaria del siglo XVI y, durante la Fiesta de la Rosa del Azafrán, adquiere mayor protagonismo.
 

MOTA DEL CUERVO – CUENCA
Localidad conocida como “El Balcón de La Mancha” Aquí encontramos los siete castillos famosos.  “Mire vuestra merced, respondió Sancho, que aquellos que allí se parecen no son gigantes, sino molinos de viento, y lo que en ellos parecen brazos son las aspas, que volteadas del viento hacen andar la piedra del molino.Bien parece, respondió Don Quijote, que no estás cursado en esto de las aventuras; ellos son gigantes, y si tienes miedo quítate de ahí, y ponte en oración en el espacio que yo voy a entrar con ellos en fiera y desigual batalla”.
 

BELMONTE- CUENCA
Declarado en 1932 Monumento Nacional. El Castillo y la Villa están declarada de Interés Turístico y Conjunto Histórico Artístico. Recibe el nombre de Belmonte por "Bello Monte" en alusión a unos cerros con encinas que existían en la zona desde antiguo. Belmonte era una aldea dependiente de Alarcón que fue conquistada a los musulmanes almohades en 1184. El territorio pasó a depender militarmente de la Orden de Santiago y del recién creado Obispado de Cuenca.
Cabe destacar que estos no son los únicos pueblos de la Mancha que conservan aún sus molinos. Son varios las localidades que se disputan el tener los auténticos molinos de la novela. Pero eso realmente no son más que conjeturas e interesas. Podemos ampliar esta ruta visitando Madridejos, que posee el molino más antiguo, conocido con el nombre de Tío Genaro. Tembleque es uno de los pueblos más pintorescos de la provincia de Toledo, pues además de contar con tres molinos, conserva una bonita Plaza Mayor declarada Bien de Interés Cultural. En Alcázar de San Juan, sobre el Cerro de San Antón, se pueden ver cuatro molinos de los diecinueve con los que contó en su día esta población.
Un detalle de agradecer, pero no por mí, es el de haber hecho las restauraciones de los molinos con el deseo noble de conservarlos, usando el cemento y las pinturas de hoy en día, lo que consigue que los molinos podríamos encontrarlos en Galicia o en EE.UU, da igual, porque son, ahora construcciones modernas, perdiendo, o quitándole, mejor dicho, todo su sabor medieval.

COLÓN Y LA FUERZA DE SU PASIÓN - (2)

En 1.484 Colón presentó al reino de Portugal su empresa de ir a las Indias Orientales por Occidente. Juan II le escuchó atentamente y quedó ...