martes, 25 de febrero de 2025

VIDA A BORDO DE UN BARCO HACIA AMÉRICA SIGLOS XVI-XVII

A partir del Descubrimiento los viajes fueron incesantes. Los barcos se armaban por lo general en Sevilla bajo condiciones estrictas.
Los marineros tenían que ser castellanos y cristianos viejos, y debían reunir la siguientes características: Reputación intachable. Probados sentimientos religiosos y Autorización para embarcar. 
La tripulación para un navío por ejemplo de 100 toneladas era de 31 personas. Contra todas las mentiras que se vertieron sobre el primer viaje de Colón, 6 de cada 10 tripulantes eran profesionales. La primera vuelta al mundo de Magallanes-Elcano, llevó 265 embarcados y 125 expertos en diversas profesiones.


La tripulación estaba compuesta por un capitán, al menos tres pilotos, maestres y contramaestres, alguaciles de orden, cirujanos y barberos, despenseros, carpinteros y calafates. Marineros profesionales, grumetes, lombarderos (artillería), sobresalientes (soldados), al menos 4 clérigos, armeros, herreros, intérpretes, contables, etc.
Si no se encontraba personal suficiente, se llevaban forzosos. También iban viajeros e investigadores a veces. También se llevaban animales, para el trueque, compra o venta.
El agua era racionada. Cada uno cargaba su propia comida mantas, ropas, etc. La ración diaria consistía entre otras cosas de bizcocho, o galleta, algo de carne salada, algo de vino, arroz o legumbres, vinagre, ron y un poco de aceite. El agua se volvía verde y viscosa y la comida con exceso de salazón provocaba más sed. También se llevaban ajos, almendras, azúcar membrillo, ciruelas, harina, miel, pescado seco, tocino, etc.
Se llevaban armas, municiones, lombardas y pólvora. Instrumentos náuticos, relojes de arena, cartas, astrolabio, etc. También paños peines,  cuchillos, tijeras, espejos, ollas, calderos, leña, esteras, banderas...
La fórmula del tiempo que se empleaba para saber la distancia recorrida, era simplemente un reloj de arena que se volcaba por espacios determinados de tiempo, y multiplicar esto por la velocidad.
La vida a bordo era soportable para esos tiempos. Hoy sería impensable de todo punto. Al amanecer comenzaban las tareas. Limpiar las cubiertas, reparar e izar las velas cuando fuera necesario, remendar redes, y si había habido tempestad los trabajos aumentaban. Se bañaban en el mar en época de calma. Por las tardes estaban más relajados, se quitaban mutuamente los piojos, cantaban, pescaban.
El problema alimentario no era por la insuficiencia calórica, era más por el desequilibrio nutricional. Había excepciones, en que el viaje se alargaba más de lo previsto. La comida de mediodía era la más importante y la más calórica solía estar caliente, siempre que las condiciones atmosféricas y estratégicas no lo impidieran y hubiera leña o carbón. El desayuno se comía frio y la cena se realizaba a la luz de un candil, aunque más de una noche tuvieron que comer a oscuras.

ESCORBUTO 
La dieta tenía dos alimentos claves: uno, el bizcocho, unas tortas duras de harina de trigo, duras, doblemente cocidas y sin levadura que duraban largo tiempo, por lo que se convirtieron en un alimento básico dentro de los buques. Ahora bien, a veces estaba tan duro que solo los más jóvenes eran capaces de hincarle el diente. Y otro, el vino cuya ración por tripulante y día, en condiciones normales, ascendía a un litro. También se repartían raciones mucho más escasas de vinagre (tres litros al mes) y de aceite de oliva (un litro al mes) solían comer carne al menos dos veces en semana y los cinco días restantes consumían habas, arroz y pescado. El queso también era un componente esencial de las dietas en los barcos por dos motivos: por su buena conservación y porque no se necesitaba cocinar. La comida era difícil de conservar por la humedad, el calor y las plagas (ratas, cucarachas y demás insectos).El bizcocho tapizado de telarañas, negro y duro, era la comida principal.
Los oficiales, a veces tenían pequeños privilegios como un vino de mejor calidad, bizcocho blanco o bonito en vez de atún. Pero, cuando el viaje se alargaba y los alimentos y el agua escaseaban compartían con los demás pasajeros los rigores del hambre y la sed.
Las frutas y verduras solo se consumían los primeros días, luego su falta ocasionaba problemas de salud. La hora de la comida era además de la alimentación en sí motivo de vida en común. Los alimentos eran malísimos. Sabemos por crónicas de otros viajes posteriores que por ejemplo las galletas se pudrían, los guisos eran apestosos con carne ya rancia. No tenían especias que disfrazaran algo el sabor. También la tripulación tenía un comportamiento deplorable a la hora de comer.
Hasta 1795 no se descubrió la solución para el escorbuto, (falta de vitamina C). La solución consistía en repartir lima a los tripulantes.
Con las ropas que muchas veces estaban mojadas, acababan por producir artritis y reuma. Se propagaba el tifus por la mala comida con gusanos, que prosperaban en la mala higiene y en ropas húmedas.
Se rezaba dos veces al día, antes del desayuno y de la cena, la asistencia era obligatoria.
Todas estas situaciones eran aún peor en los buques de guerra. Donde el espacio era más reducido para cada tripulante. A esto hay que agregar que la altura bajo el bao era limitada, por lo que no se podía estar de pie.
Hoy podemos reproducir el viaje de aquellos hombres pero algunas cosas es imposible ni siquiera imaginarlas.


Plantearse ir al Nuevo Mundo era asumir una vida dura, difícil y, sobre todo, fugaz. A las inclemencias del tiempo y de la selva, aquellos hombres aguerridos tuvieron que enfrentarse a la enfermedad, los mosquitos, el hambre, la sed, las emboscadas de los indígenas y a la avaricia. Esto era igual para cualquiera.
No demasiados consiguieron llevarse algo de oro y plata. Otros decidieron quedarse allí y muchos más dejaron allí sus vidas. Los que se quedaban solían casarse (por la iglesia lógicamente), con la india, creando así una nueva raza.
Otros volvieron resignados y heridos en el alma.
 

lunes, 24 de febrero de 2025

LA ORDEN DEL TEMPLE

La Orden de los Caballeros Templarios fue fundada en Jerusalén en 1118 por Hugo de Payns y otros ocho caballeros franceses, con el nombre de pobres caballeros de Cristo.
Nacieron con la finalidad de proteger a los peregrinos que visitaban Tierra Santa, pero pronto su influencia se extendió por todo el mundo cristiano. A diferencia de lo que ocurrió en otros reinos europeos los caballeros del Temple encontraron en la península Ibérica un escenario no muy distinto al de las lejanas tierras de Ultramar. 


Las peregrinaciones a Roma empiezan a ser sustituidas por las peregrinaciones a Jerusalén y Santiago de Compostela. Crean la una Guía Turística del Camino de Santiago de Ida y Vuelta, (que es el Juego de la Oca). Los peregrinos estaban sometidos a la voluntad de los saltadores, al cobro de los Portazgos, de los distintos reinos y los ataques de las alimañas. La toma de Jerusalén por los turcos provoca la reacción del Papa Urbano II, que proclama el Concilio de Clermont (1905), donde expone las vejaciones a las que son sometidos los peregrinos y los peligros que amenazan a los Cristianos occidentales.
Urbano II, inicia el discurso con la frase "Deus Vult" (Dios lo quiere). Los Príncipes y Reyes de Europa, se adhieren al llamamiento y queda convocada la I Cruzada.
La I Cruzada se dirige a Jerusalén y lo toman en 1099. En 1100, se proclama como Rey de Jerusalén a Balduino I.
Pedro el Ermitaño, arrastro a la lucha por la liberación de los Santos Lugares a gente sin preparación.
Solo la intervención del ejército Cruzado, formado por los franceses y flamencos bajo el mando de Godofredo de Bouillon y su hermano Balduino, consiguieron pasar por Constantinopla, cruzar Asia Menor y tomar Jerusalén en julio de 1099.
El Rey Balduino I, había asentado su palacio en una Mezquita, que se había construido sobre la ruinas del Templo de Salomón. Luego cambia su residencia a la Torre de David y los Pobres Compañeros de Cristo, pasan a ocupar toda la mezquita que se levantaba sobre las Ruinas del templo de Salomón, pasando a denominarse, del Templo y a sus caballeros Templarios.

Mediante solemnes votos pronunciados ante el Patriarca de Jerusalén, se comprometieron a defender a los peregrinos.
Observaron la pobreza, la castidad y la obediencia, según la regla de los canónigos regulares. Sus jefes eran dos hombre venerables: Hugo de Payns y Godofredo de Saint-Omer.
En un principio, quienes tomaron tan santa decisión eran solamente nueve y durante 9 años sirvieron con ropas de seglar y se vistieron con lo que los fieles les dieron en limosna.
En 1128, Hugo de Payns, obtiene el permiso del Rey de Jerusalén, Balduino II, para oficializar la Orden. Los Templarios, venían con las cabalgaduras disponibles, a los puertos de Haifa y Tolomeida, a recoger a los Peregrinos que dirigían a Jerusalén.
Los Caballeros Templarios, renunciaban a todo tipo de bienes personales, siendo la Orden la Propietaria de todos los Bienes. Las Reglas de la Orden eran una adaptación de las de San Benito, adaptadas a la versión reformada por los Cistercienses
Se adopta el hábito blanco, y posteriormente se le añade la cruz roja.
La llegada de los templarios a los reinos peninsulares se produjo en fechas muy tempranas. De hecho, ya en marzo de 1128, la reina de Portugal, doña Teresa, hace una importante donación, el castillo en Braga.
La orden llegó a tener más de veinte mil miembros repartidos entre sus propiedades en Tierra Santa, y las extendidas por gran parte de Europa, producto de donaciones. Gracias a una buena gestión, su riqueza creció hasta límites insospechados llegando a convertirse en importantísimos banqueros capaces, incluso, de conceder préstamos a reyes y nobles. Posibilitaron la circulación de una gran cantidad de plata por Europa. La orden dispuso de suficientes recursos como para financiar la construcción de setenta iglesias y casi ochenta catedrales durante la Edad Media. Sus crecientes desplazamientos de mercancías, tropas y caballos y llegó el momento en que la magnitud del volumen de transporte les inclinó a construir sus propios barcos. Surgieron por lo tanto astilleros, además de buenos puertos y muelles en sus territorios.
De hecho, se calcula que el Temple transportaba unos seis mil peregrinos al año a Tierra Santa desde diversos puertos de Europa, y es comprensible que prefiriesen viajar en estos barcos ya que iban escoltados por galeras armadas que les protegían de la presencia de piratas sarracenos en el Mediterráneo. Autorizados y exentos de impuestos aduaneros por bulas papales, también se dedicaban al comercio de especias, tinturas, tejidos, porcelanas, cristales y lana. Esta importante flota operaba sobre todo en el Mediterráneo, la ida y vuelta a Tierra Santa. En el Atlántico mantenían un importante tráfico con Inglaterra.
A lo largo del Sena dispusieron de una pequeña flota fluvial que conectaba sus casas convento. Sus barcos no estaban sujetos al pago de peaje y ni eran registrados.


En el Occidente europeo, la función militar fue sustituida por la económica, aunque en la península Ibérica la función fue doble; por una parte, intervinieron en las campañas de los reyes cristianos contra los musulmanes y, por otra, llevaron a cabo una serie de actividades económicas destinadas a sufragar la guerra en Tierra Santa. La Orden creció rápidamente en los primeros tiempos gracias a las donaciones de todo tipo: tierras, castillos, molinos, ciudades, iglesias, rentas, permisos de explotación. Con frecuencia, los bienes iban acompañados de personas, que ingresaban en la orden como frailes o como donados. Se constituyeron en explotadores modélicos de sus propiedades. El sistema de administración se basaba en las encomiendas. A menudo, sólo trabajaban directamente una parte de sus tierras, las más cercanas y sobre todo las más productivas. El resto lo cedían con diferentes tipos de contratos
Pero la primera participación de la Orden del Temple en una Guerra se realizó en la Península Ibérica.
En Tierra Santa habían participado en diferentes escaramuzas. Por entonces la mayoría de la Península Ibérica, se hallaba en gran parte en manos de los Sarracenos. La Orden del Temple, se constituyó como el principal baluarte de los Reinos de Aragón y Cataluña.
Ramón Berenguer III, Conde de Barcelona, entra en la orden en 1131.
La entrada de los Templarios en la Península coincide con el reinado de Alfonso I de Aragón y Navarra, el "Batallador ". Para establecerse de forma definitiva en la Península, la Orden recibió del Conde de Barcelona el Castillo Grañena y Alfonso I, les cedió la fortaleza de Calatrava, era un gran admirador de la Orden del Temple y decidió crear un Orden similar a la que denominó Orden de Montjoy, que luego se incorporó a la del Temple aportando las inmensas posesiones que tenía en el Sur de Aragón. Alfonso I el Batallador, murió en 1134, durante el asedio de Fraga, dejando el reino sin descendencia legal, pero con testamento de la Corona a las Órdenes del Temple, Hospital y Santo Sepulcro. En 1132, la Orden del Temple era la única Orden reconocida.
Los Nobles aragoneses, se oponen al Testamento y buscan una solución con las Órdenes, para que el trono de Aragón no recaiga en el legítimo sucesor Alfonso VII de Castilla.
Ramiro, hermano de Alfonso tiene una hija que se llama Petronila y es considerada como la legitima sucesora al Reino. Ramón Berenguer IV, Conde de Barcelona y señor de Provenza se casa con Petronila, pasando a ser el Rey consorte de Aragón. La legitimación del reinado exigía la renuncia expresa de las Órdenes que habían sido testamentarias de Alfonso I. La influencia y buena relación de Ramón Berenguer IV con la Orden del Temple, de la que su padre era caballero, allanó la resolución del conflicto.
Aragón alcanzaría un acuerdo con los templarios para las luchas en la Reconquista, la concordia de Gerona, en 1143. Por ella recibieron los castillos de Monzón y otros tres más y la Orden militar de Belchite. Como en toda Europa, la orden se enriqueció con numerosas donaciones de padres que no podían dar un título nobiliario más que al hijo mayor, y buscaban cargos eclesiásticos, militares, cortesanos o en órdenes religiosas.
Fortaleza de Calatrava, "la vieja".

Por entonces la vieja fortaleza de Calatrava había sido encomendada por el rey castellano Alfonso VII a los caballeros templarios. Al morir el monarca a mediados del siglo XII los templarios abandonaron la fortaleza, aduciendo que aquel promontorio fortificado era indefendible en medio de la estepa castellana si no se contaba con fuerzas suficientes. Como era de esperar, los almohades atacaron la fortaleza toledana, pero el abad Raimundo, del monasterio cisterciense de Fitero, organizó su defensa auxiliado por un monje que había sido caballero, Diego Velázquez. Entre los dos aguerridos clérigos convocaron una cruzada, logrando formar un pequeño ejército que resistió heroicamente el ataque. En recompensa, el rey castellano Sancho III otorgó la plaza de Calatrava a los que llamó la Gran Orden Militar de Calatrava.
Los reinos cristianos, eran conscientes del peligro almohade y después de varios choques, Alfonso VIII, firma una tregua, que rompe cinco años más tarde, cuando Alfonso VIII de Castilla y León, se propone tomar Sevilla. Aquí es cuando se produce el famoso Combate de Alarcos, el 18 de Julio de 1195, próximo a Ciudad Real, con una evidente inferioridad numérica del ejercito Cristiano.
Fue una humillante derrota, que confirmo las estrategias militares que llevo a la Orden del Temple, a retirarse de la Fortaleza de Calatrava.
La orden de Calatrava perdió el enigmático castillo de Calatrava y numerosas posesiones.

Castillo templario de Ponferrada, León 
Años después,1212, la venganza se consumaba con la victoria de la batalla de Las Navas de Tolosa, el principio del fin del reino musulmán. La Batalla enfrentó a un ejército aliado cristiano formado en gran parte por las tropas castellanas, las aragonesas y las navarras, contra el ejército Almohade, numéricamente superior. Entre los cristianos estaban varios ordenes entre ellas las del Temple. Un años después se sufre la importante derrota de la batalla de Muret, 1213, donde el Temple perdió para Aragón el imperio tras los Pirineos. Esto marcó el final de la expansión de la Corona de Aragón en la región, y, el final de la posible formación de un poderoso reino aragonés-catalán-occitano que hubiera cambiado el curso de la historia de España.
El papa, en una bula obligó al Comandante de las tropas del rey francés, ganador de la batalla, Montfort, a ceder la tutela del infante Jaime, que al morir su padre en la batalla quedó huérfano, a los caballeros templarios de la Corona de Aragón. Los templarios se convirtieron en custodios de Jaime I, (luego el Conquistador), en el Castillo de Monzón. Recibieron un tercio de la ciudad en Mallorca por sus campañas y también en Valencia.
En 1265, colaboraron en la conquista de Murcia. En recompensa, recibieron diferentes propiedades.
En 1248, Luis IX de Francia, decide convocar y liderar la Séptima Cruzada, pero su objetivo ya no es Tierra Santa, sino Egipto. El propio rey fue capturado. Fueron los templarios, quienes negociaron la paz y prestaron al monarca la fabulosa suma que componía el rescate.
Cuando cae Acre, en 1291 ya luchan los últimos templarios. Cambiaron su cuartel general a Chipre, pero la abandonaron por la oposición de sus habitantes. La orden había participado en una revuelta que destronó al monarca Chipriota, en favor de su hermano, esto permitió que la Orden prolongase su existencia unos años más.
Fue Felipe IV el Hermoso, rey de Francia, (no confundir con el marido de Juana de Castilla), quien destruyó la Orden del Temple, pero antes de acceder al trono de Francia en 1285, Felipe ya era rey de Navarra tras casarse en 1274 con la reina Juana I de Navarra. Con lo que nos queda Felipe I de Navarra y IV de Francia, aunque lo de Navarra se lo suelen saltar cuando lo nombran.
La historia nos dice que Felipe junto con el Papa Clemente V, tras acusarlos de herejía, el viernes 13 de octubre de 1307, salió a la caza del templario, y encarceló a más de 15000, a los que torturó buscando confesiones, muriendo muchos de ellos en dichas torturas o en la hoguera. De paso, al acabar con el Temple, Felipe se ahorró tener que pagarles la enorme deuda que tenía contraída con ellos.
La tradición cuenta que cuando el último gran maestre del Temple, Jaques de Molay estaba siendo quemado a fuego lento, este lazó una maldición; “Clemente V, yo os emplazo ante el tribunal de Dios antes de 40 días, y a vos rey Felipe, antes de un año”. 33 días después de la ejecución, el Papa Clemente V fallecía enfermo, y a los nueve meses, Felipe IV el hermoso, moría por las heridas producidas tras caerse  del caballo.

domingo, 23 de febrero de 2025

LA CONTRA ARMADA INGLESA

Hace ahora más de 400 años, en 1589, un año después del desastre de la Gran Armada de Felipe II, Inglaterra reunió una flota aún mayor que la española y que fue derrotada en los puertos españoles y portugueses. Se la conoce como la Contra-Armada y fue desastrosa para los intereses ingleses. Pero Inglaterra consiguió ocultar la vergonzosa retirada, en la que murieron 20.000 hombres, durante siglos. Sin embargo, el relato ha quedado como que tras la derrota de la Armada Española, se inició la caída del Imperio Español. Y nada más lejos de la realidad.

El Revengue. Galeón inglés de Sir John Hawkins 

En la primavera de 1589, Isabel I de Inglaterra autoriza la formación de una armada de unos 200 barcos y 25.000 hombres, dirigida contra España, para aprovechar el fracaso de la Gran y Felicísima Armada Española del año anterior. El mando de la flota se le concede al pirata Francis Drake y el de las fuerzas de desembarco a John Norreys. Los objetivos de la empresa eran: destrozar los navíos españoles supervivientes de 1588; tomar Lisboa y entronizar al prior de Crato, pretendiente luso a la corona portuguesa en 1580, que había sido derrotado y expulsado por Felipe II; ocupar las islas Azores y convertirlas en una base inglesa en el Atlántico, desde las que poder capturar las flotas de Indias españolas y arrebatar a España el control de las rutas comerciales hacia América.

La empresa se preparó en un ambiente de excesivo optimismo e improvisación y su desarrollo adoleció de graves deficiencias logísticas y disciplinarias. Los ataques ingleses resultaron infructuosos en Galicia, pues los éxitos iniciales se convirtieron en fracasos por la reacción de la población y la resistencia defensiva. Lo mismo sucedió en Lisboa, donde cosecharon otro fracaso aún más severo. Después, la escuadra inglesa se dirigió a las Azores, donde también fue derrotada y ya de regreso, saqueó Madeira y Vigo, volviendo a Plymouth al cabo de unos tres meses.

A fin de arrojar luz sobre los acontecimientos que rodearon tanto a la Gran Armada Española  como a la Contra Armada se han reunido en abril de 2019 expertos ingleses, escoceses, portugueses y españoles en el primer Congreso Internacional dedicado a tratar de una manera científica estas aventuras militares: La Armada Española de 1588 y la Contra Armada Inglesa de 1589. Un congreso internacional para cubrir las dos orillas del conflicto, tanto investigadores españoles como ingleses, escoceses y portugueses abordando lo que pasó con la Armada Invencible y explicar a la población de todo el mundo qué pasó cuando la reina Isabel I envió una flota de barcos que llamamos la “Contra Armada” pero con documentación y desde un punto de vista científico y académico. Sin ideologías ni nacionalismos.

Pese a que la intención primera de la Armada inglesa, comandada por Francis Drake y John Norris, es atacar Santander y acabar con la Armada Española, optan por atacar Galicia. A diferencia de la Gran Armada que Felipe II envía contra Inglaterra, que es una empresa nacional, pagada por la Corona, los ingleses, que tienen un criterio mucho más economicista, organizaron esta armada como una empresa particular. La reina de Inglaterra puso sus dineros, Drake puso los suyos, junto con muchos banqueros ingleses para ver si obtenían beneficios. Mientras que la empresa española era un empresa Real o nacional, no orientada a dar beneficios. Los armadores que buscan beneficios priorizan el ataque a la entonces pequeña ciudad de La Coruña, de apenas 4.000 habitantes, en busca de un botín fácil.

Vayamos tomando nota de los enfrentamientos después del fracaso de la Invasión a Inglaterra:

1.- ATAQUE A LA CORUÑA Y LISBOA 1589 - Fuerzas inglesas atacan La Coruña y Lisboa, siendo repelidas con graves pérdidas. Se produjo desde el 4 al 19 de mayo de 1589. Los ingleses logran desembarcar pero son repelidos por la población civil. Fue una oposición y un enfrentamiento abierto en el que destacó la figura de María Pita.  Drake no consiguió tomar La Coruña, y lo necesitaba para reponer alimentos, un fallo que pagará muy caro. La peste y el hambre empiezan a hacer mucho daño a la empresa inglesa. Es sitio de Lisboa se levanta el 11 de junio ante la llegada por mar de refuerzos. El ataque a La Coruña fue repelido por una fuerza muy inferior, y dio tiempo para reunir fuerzas y preparar la defensa de los siguientes probables objetivos, particularmente Lisboa. El posterior ataque a Lisboa duró tres semanas y fue igualmente desastroso. El 11 de junio Lisboa recibió importantes refuerzos por mar, lo que forzó la decisión de levantar el sitio. Otras acciones menores se llevaron a cabo para paliar el desastre general, como la captura de un convoy y un ineficaz ataque a Madeira, pero durante la subsiguiente retirada la fuerza inglesa fue continuamente acosada por españoles y portugueses, causándoles más pérdidas, aumentadas por un temporal en el Golfo de Vizcaya.

MARÍA PITA 

2- LA BATALLA DE BLAYE -1591. Fue un encuentro naval entre el capitán español Pedro de Zubiaur y una flota inglesa varias veces mayor. Terminó con victoria española. No debe ser confundida con la batalla del mismo nombre que aconteció en 1593

3- BATALLA DE FLORES - 1591. Dentro de la Guerra anglo-española se libró en la isla de Flores entre una flota inglesa y una flota española bajo el mando de Alonso de Bazán. Enviado a las Azores para capturar el convoy anual del tesoro español, cuando apareció una flota española más numerosa frente a Flores, EL comandante inglés Howard ordenó a sus barcos que huyeran al norte, salvándolos a todos excepto al galeón Revenge comandado por el almirante Sir Richard Grenville.

4- En 1592 Pedro de Zubiaur vencía a un convoy inglés de 40 buques incendiando la nave capitana y capturando otros tres barcos.

5- COMBATE DE ATACAMES -1594. Tuvo lugar del 29 de junio al 1 de julio de 1594 del corsario inglés Richard Hawkins y una escuadra española de un galeón comandada por Beltrán de Castro en el actual Ecuador. El pirata y corsario inglés emprendió una expedición para el saqueo y ataque de poblaciones españolas americanas en la costa del pacífico. Se libró en la bahía de Atacames, el 1 julio de 1594. Los españoles, que vigilaban al corsario, enviaron tres naves comandadas por Beltrán de Castro, al doblar la punta de Súa, los españoles encontraron al The Dainty. El barco inglés fue abordado y la tripulación se rindió con la condición de que se respetara sus vidas.

6- ENTRE 1595 Y 1596. Drake y Hawkins murieron en las derrotas sufridas por los enfrentamientos de una expedición inglesa contra los asentamientos españoles en el Caribe, primero en Las Palmas de Gran Canaria y luego en diferentes localizaciones caribeñas.

7- EL ASEDIO DE HULST 1596. Tuvo lugar entre mediados de julio y el 18 de agosto de 1596 en esta ciudad de la provincia de Zelanda, actual Países Bajos, en el contexto de la guerra de los Ochenta Años y de la Guerra anglo-española (1585-1604).1​2​6​11​ Se saldó con una victoria del ejército español comandado por el Archiduque Alberto de Austria tras un corto sitio durante el cual el príncipe Mauricio de Nassau intentó socorrer la ciudad sin éxito, pues esta cayó en poder español con la rendición de su guarnición formada por tropas neerlandesas e inglesas

8- LA BATALLA DEL CABO SAN VICENTE -1602. Enfrentamiento naval sucedido entre la Armada de Indias española, con una enorme carga de oro en las bodegas, y dos escuadras corsarias inglesas. Terminó con las naves ingleses retirándose tras ser rechazadas.

9- LA BATALLA DEL GOLFO DE CÁDIZ - 1604. Acción naval que tuvo lugar el 7 de agosto de 1604, durante los últimos días de la guerra anglo-española. La batalla comenzó cuando una flota de dos galeones comandada por Antonio de Oquendo se enfrentó a dos corsarios ingleses que saqueaban rutas marítimas y pueblos del Golfo de Cádiz. Un galeón inglés fue capturado y el otro navío dañado. La acción de Oquendo frente a Cádiz se destaca por haber sido librada solo 21 días antes de la firma del Tratado de Londres , que puso fin a la prolongada guerra entre Inglaterra y España

Hawkins, Drake & Cavendish

10.- BATALLA DE BLAYE - En 1593 en la derrotaba a una pequeña flota de seis buques ingleses hundiendo sus dos unidades principales.

11- BATALLA DE CORNUALLES 1595. El 2 de agosto fue un ataque a las costas británicas por parte de la Corona Española en la que se arrasaron varias villas inglesas del Condado de Cornualles. Cuatro barcos españoles comandados por Carlos de Amésquita desembarcaron sin resultados, huyeron sin problemas de una flota enviada para destruirlos. Las milicias inglesas, varios miles de hombres eran la defensa inglesa  pero arrojaron las armas y huyeron presas del pánico. En dos días los españoles tomaron todo lo que necesitaban y quemaron dos localidades, desmontaron la artillería de los fuertes ingleses y la embarcaron en las galeras. Celebraron una misa católica en suelo inglés, prometiendo construir una iglesia. Embarcaron de nuevo, arrojaron a todos los prisioneros a las playas, hundieron una embarcación de la Royal Navy que les había dado alcance y esquivaron una flota de guerra al mando de Francis Drake y John Hawkins que había sido enviada para expulsarlos. De vuelta a Francia, se toparon con una escuadra holandesa de 46 barcos de la que consiguieron escapar no sin antes hundir dos buques enemigos. El 10 de agosto, Amézquita y sus hombres desembarcaron victoriosos en Blavet.  La expedición se saldó con 20 bajas, todas ellas en la escaramuza contra los holandeses.

12.-SAQUEO DE CÁDIZ. 1596. En julio de ese año una expedición angloholandesa dirigida por el II conde de Essex saqueó Cádiz, destruyendo la flota española fondeada en la bahía. Esta armada fue reorganizada y los ingleses no pudieron atacarla por otra tormenta en las costas gallegas.

13.- BATALLAS EN FERROL Y AZORES 1597. Entre junio y agosto de 1597, la flota inglesa organizó la expedición Essex-Raleigh a Ferrol y las Azores, donde no consiguió imponerse a la flota española de regreso de las Indias.  Una nueva expedición española contra Inglaterra en octubre del mismo año fue desbaratada por un temporal en el canal de la Mancha

14.- GUERRA DEL DESIGNIO. 1655. En abril se presentó ante Santo Domingo la flota inglesa para atacar las defensas españolas pero fue rechazada por la artillería española. Una semana después el ejército inglés volvió a marchar con intención de acercarse al fuerte de S. Jerónimo y plantar su artillería. Nuevamente los españoles estaban esperando. Los ingleses consiguieron acercarse por la noche al fuerte. Surgieron discusiones entre oficiales y tropa y nuevamente el ejército se retiró.  Los españoles se retiraron a la parte montañosa de la isla dedicándose a hacer una guerra de guerrillas. En su persecución, la fuerza inglesa fue azotada por enfermedades tropicales y el hambre. Especialmente grave fue la falta de agua potable. Las tensiones entre ejército y marina inglesas aumentaron todavía más por la falta de víveres. A finales de junio Penn embarcó de vuelta para Inglaterra, considerando unilateralmente su labor ya cumplida. Cuando llegaron a Inglaterra, Cromwell encerró a los capitanes una temporada en la Torre de Londres.

15.- INTENTO DE ATAQUE A CÁDIZ 1625. España rechaza al Príncipe de Gales como pretendiente  a la  hija del rey Felipe IV. Declaran la guerra. Parten de Plymouth el 15 de Octubre de 1625. Mal planificados, con pocas provisiones y con falta de preparación deciden atacar Cádiz. Muchas peripecias, tormentas y motines cuando llegan, Cádiz se abastecía con embarcaciones que partían desde Sanlúcar y Chiclana y cruzaban las líneas enemigas para surtir de víveres la ciudad. Ante tal situación ni se plantean atacar la ciudad fortificada. La mañana del día 4 de noviembre se ordena la retirada dejando tras de sí 100 hombres a los que le podía más la resaca del vino de Jerez que el miedo al Duque de Medina Sidonia, los cuales fueron ejecutados sin demora . El día 7 salieron de Cádiz con mucha más pena que gloria. Las malas condiciones de las naves y falta de suministro hacen que el 26 de Noviembre decidan partir a Inglaterra. Regresaron ingleses y holandeses sin honores ni botín alguno.

Y todavía nos queda la Guerra del Asiento y la Batalla de Cartagena de Indias y otros muchas de menor calado.  Los historiadores ingleses han pasado como por ascuas por el tema, y en España se conocía poco. La gran iniciadora de los conocimientos de la Contra Armada fue la profesora María Rodríguez Salgado, de The London School of Economics, que escribió en 1988 sobre la Contra Armada. Los historiadores del siglo XIX lo mencionan pero no profundizan en ello y, como quiera que los ingleses tampoco lo habían hecho, no se sintió la necesidad de hacerlo. Es difícil comprender que los historiadores españoles, portugueses y franceses no hayan rescatado jamás estos episodios. Fueron un fracaso con un coste muy alto en número de vidas. Los historiadores no han sabido subrayar estos episodio de la Contra Armada, que para Inglaterra fue un palo muchísimo mayor que para España la Armada de Felipe II.

Frente al mito que manejamos, incluso los españoles, de que el fracaso de la Armada Española supuso el comienzo del hundimiento del Imperio español, en verdad ocurrió lo contrario. Tras estos episodios, Felipe II se dio cuenta de la importancia de tener una Armada más poderosa para el tráfico con las Américas, y eso supuso un rearme y la construcción de barcos aún mejores. La Armada  no supuso ninguna quiebra de ningún tipo ni en el comercio con América ni en la defensa de nuestros puertos.

El Imperio todavía viviría sus mejores años en el siglo XVIII.

sábado, 22 de febrero de 2025

Al-ANDALUS - (Parte 8)

Últimos años del siglo XII. El Cid, el Sidi, se convierte en Soberano Cristiano de un Principado Musulmán, Valencia, una difícil posición que no sólo supo mantener hasta su muerte sino que incluso consolidó.
Volverían los almorávides sobre Valencia por tercera vez, sufriendo otro descalabro más. 

Fue en la batalla de Bairén, en enero de 1097. En esta ocasión al lado del Cid lucharía el futuro Pedro I de Aragón, aniquilando el ejército almorávide. Las alegrías durarían poco ya que el 15 de agosto cuando en la derrota de Alfonso VI de León en los campos de Consuegra (Toledo) muera el joven Diego Rodríguez, el único hijo varón del Cid, luchando al lado su rey.  Finalmente Alfonso VI retira el destierro a Rodrigo y le ofrece la posibilidad de regresar a Castilla.
Rodrigo Díaz de Vivar rechaza la oferta, pero a partir de ese momento se abre una convivencia amistosa. Los intentos almorávides por recuperar la ciudad no cejaron y a mediados de septiembre de ese mismo año de 1097 un ejército al mando de ibn Tāšufīn, llegó hasta Quart de Poblet, y la asedió, pero fue derrotado por el Cid en una batalla campal. Dos años después, cinco días antes de la toma de Jerusalén por los cruzados, temido y respetado por moros y cristianos, murió Rodrigo Díaz de Vivar en Valencia de muerte natural el día 10 de julio de 1099. Se dice que le alcanzó una flecha, pero eso es leyenda. A la muerte del Cid, Jimena heredó los territorios de levante, pero sólo pudo mantener el trono unos pocos años más con la ayuda del conde Ramón Berenguer III de Barcelona, casado con su hija María. Consiguieron defender la ciudad hasta el año 1101, en que cayó en poder de los almorávides.


Por su parte Alfonso I de Aragón, “el Batallador” luchando contra las Taifas, dio un impulso definitivo a la reconquista del valle del Ebro: tras tomar Egea de los Caballeros, Tauste (1106), Tamarite (1107) y Morella (1117), y detener una ofensiva musulmana en la Batalla de Valtierra (1110). Para estas fechas el rey de León ya era Alfonso VII, que con sus  incursiones periódicas y del aragonés Alfonso I el batallador, que conquistó Zaragoza en 1118, supusieron el principio del declive almorávide, dando muestras de debilidad en lo militar. Con la conquista de Zaragoza en el 1118 dio un impulso definitivo a la reconquista del valle del Ebro, tomando importantes ciudades como Tudela, Tarazona, Calatayud, Alhama, Daroca, además de repoblar Soria y la derrota almorávide en la Batalla de Cutanda (1120), que acaba con las posibilidades almorávides de reconquistar Zaragoza. Su empresa más audaz fue, sin embargo, una expedición contra Granada, en la que se adentró profundamente en territorio musulmán, al frente de un ejército de aragoneses, normandos y bearneses: en menos de un año (1125-26) recorrió Teruel, Valencia, Játiva, Murcia, Baza, Granada, Motril, Málaga, Lucena, Córdoba, Alcaraz, Cuenca, etc.
Aunque no hizo conquistas en aquella ocasión, sí logró un gran botín y se le incorporaron muchos mozárabes que, a su regreso, contribuyeron a repoblación que era tan necesaria en los territorios despoblados.
El reino de Portugal conquistó Lisboa en el año 1147 y el catalán Ramón Berenguer IV ocupa Lérida. Poco a poco Castilla y León consiguió dominar el valle del Guadiana y de los pasos de Sierra Morena.
Poco a poco Castilla y León consiguió dominar el valle del Guadiana y de los pasos de Sierra Morena. Las cosas se iban complicando para los musulmanes. Aragón y Castilla-León se habían repartido los territorios de Al-Andalus delimitando las zonas de conquista, lo que disparó la alarma. Además, Alfonso VII de León, junto con el conde Ramón Berenguer de Barcelona y García Ramírez IV de Navarra tomaron Almería en el 1147, que era una de las Taifas más poderosas.

GUERREROS ALMOHADES 
La presencia de los primeros indicios del malestar andalusí en contra de los almorávides se produjeron en Córdoba en 1121, la población se rebeló contra los almorávides. Sólo la intervención de los alfaquíes pudo evitar lo que sería un baño de sangre. Otras rebeliones se produjeron en distintas ciudades. A partir de 1140 el poder almorávide empieza a decaer en el norte de África por la presión almohade y a la península llegan esas noticias.
En el año 1144 un sufí, Ibn Qasi comienza un movimiento anti-almorávide y van apareciendo territorios musulmanes con gobiernos independientes que constituyen las llamadas segundas taifas. Todas muy efímeras, y la mayor parte de ellas sucumbieron en menos de un lustro al Imperio almohade, salvo la Segunda taifa de Murcia, que regida por el Rey Lobo resistió al poder norteafricano hasta 1172 gracias al apoyo del Reino de Castilla. Caso distinto es la Taifa de Mallorca, que siguió en manos almorávides debido a su carácter insular.
En 1147, el ejército comandado por el líder almohade Abd Al-Mumin llegó a España y conquistó una gran parte del sur de España, incluidas las ciudades de Cádiz, Málaga y Sevilla. En 1172, su hijo ( Abu Yaqub Yusuf), completó la conquista de Al-Ándalus con la toma de la taifa de Murcia y poner fin a la última taifa de este período en la península, todavía quedara la taifa de Mallorca, que finalmente caerá en 1203.

CARGA DE LOS TRES REYES 
Los Almohades eran una dinastía marroquí de origen bereber que dominaron el norte de África. Surgieron en el actual Marruecos en el siglo XII, como reacción a la relajación religiosa de los almorávides. Al morir asesinado el rey musulmán de Sevilla, la ocupó Yusuf, y se enfrentó a los avances cristianos, pero también se supo aliar con ellos para disputar territorios en litigio con otros cristianos. Decretó la expulsión de los judíos o su conversión. Sufrió algunas derrotas, como la de Santarem, una fortaleza cerca de Lisboa que sitió y murió poco después.
Su sucesor consiguió una tregua para ir a África. Alfonso VIII de Castilla, firma la tregua, pero la rompe cinco años más tarde, cuando se propone tomar Sevilla. El combate se desarrolla el 18 de Julio de 1195 en Alarcos, próximo a Ciudad Real, con una evidente inferioridad numérica del ejército Cristiano. El rey castellano, no pudo o no quiso esperar las ayudas de otros reinos y se adelantó a iniciar el combate.  Realmente fue una batalla librada entre las tropas de Alfonso VIII de Castilla y las Almohades de Yusuf II. La batalla de Alarcos fue una humillante derrota cristiana, que confirmó las estrategias militares que llevó al Rey Alfonso VIII a huir al galope hacia el castillo de Malagón y al día siguiente partió hacia Toledo.
La derrota castellana fue un importante retroceso en la expansión castellana, desestabilizó por completo al Reino de Castilla y frenó todo intento de reconquista hasta años después
Pudo tomar la revancha Alfonso VIII de Castilla en la famosa Batalla de las Navas de Tolosa en 1212. Se unieron las tropas del rey castellano, las aragonesas de Pedro II de Aragón, las navarras de Sancho VII de Navarra y por voluntarios del reino de León y del reino de Portugal contra el ejército numéricamente superior del califa almohade Muhammad an-Nasir en las inmediaciones de la localidad jienense de Santa Elena. Esta victoria fue fundamental, de tal forma que se señala como el verdadero inicio del declive del poder almohade en la península.
El reino de león no había en Cortes su participación en la batalla debido a una importante deuda que Castilla mantenía con León, y a pesar de reconocerla no la saldaba. No obstante autorizaron a los voluntarios que quisieran acudir.
La batalla de las Navas es la primera gran derrota de los almohades en lucha campal. El desastre bélico que llevó a los almohades al comienzo de su descomposición como Imperio, declive al que se sumó la muerte del califa, Al-Nasir que era asesinado por sus cortesanos.
El poder musulmán se fue dividiendo y cayendo lentamente. En los mapas se aprecia perfectamente esto datos. El importante califato de Córdoba había caído en el 1031. Para entonces los almorávides estaban en franca caída y desaparecen pocos años después con la llegada de los “Almohades”. A su vez estos van luchando y  perdiendo terreno lentamente y en la batalla de las Navas en 1212 es la gran derrota de los almohades contra tres reyes cristianos. Consecuencia inmediata de la victoria fue la toma de Úbeda y Baeza. El desastre bélico que llevó a los almohades al comienzo de su descomposición como Imperio.


La victoria habría sido mucho más efectiva si no se hubiera desencadenado en aquellos mismos años una hambruna que ralentizó la Reconquista, situación de penurias que se prolongó hasta 1225.
Los musulmanes a consecuencia de esta derrota subió al poder un hombre de 15 años Abu Ya´qub Yusuf II, que solo sirvió para acentuar el declive. Luchas dinásticas a las que siguió el nacimiento de nuevas Taifas.

ARAGÓN - (segunda parte)

    Alfonso I, el batallador, es derrotado en la batalla de Fraga (provincia de Huesca) que tuvo lugar el 7 de julio de 1134, entre las trop...