sábado, 3 de junio de 2017

CONQUISTA Y COLONIZACION DE AMÉRICA

Sucumbió un continente desconocido para el mundo avanzado ante la llegada de España. No existía un raza única, ni un solo idioma, ni un sentimiento de nación general. No habia unidad de culto, ni progreso científico alguno destacable y generalizado. No existía ni la escritura, ni la rueda siquiera. Conquistados pues ante España tribu a tribu, hombre por hombre el carácter americano no comienza a acentuarse sino bajo la dominación española. España da la unidad de lengua sin avasallar las existentes. La Corona de Castilla y luego España entera han sido la única potencia imperial en la historia que se cuestionó la cuestión moral en sus conquistas. Además en un momento en que nadie podía impedirlas. Era la gran potencia del mundo, nadie hubiese osado enfrentarse claramente a España a este hecho.
No se planteó la conquista de américa como colonias de Castilla, sino que formó Virreinatos, primero el de Nueva España en 1535. No fue una empresa improvisada ni sobrevenida, sino programada y dirigida. La imagen estereotipada de una conquista de saqueo y rapiña no responde en absoluto a la realidad histórica de una empresa que fue, sustantivamente, una empresa de incorporación de los pueblos americanos a la sociedad, a la religión y a la cultura española y, por ende, europea. Una empresa no al alcance de cualquiera. Su emprendimiento y realización requerían no solo de oportunidad sino de voluntad, decisión, recursos, conocimientos y capacidades no al alcance de todos. El pueblo, la Iglesia y la Corona se volcaron en aquella empresa; voluntad y decisión. Ingentes recursos y conocimientos fueron invertidos en la tarea. Conocimientos de astronomía, navegación, construcción naval, ingeniería militar, arquitectura, bellas artes, literatura, teología, derecho, administración y economía; fueron necesarios para el buen fin de la empresa americana. Pero faltaba otra unidad más profunda: la unidad de creencia. Esta unidad se la dio a España el Cristianismo. La religión de la caridad, el perdón y el amor entre los hombres. Pero el ser humano es corrupto y grandioso a la vez. Fue el siglo XIX el testigo de la debacle histórica de España. La ocupación de la península por el ejército napoleónico propició la insurgencia de los partidarios de la secesión americana alentada por la masonería y las potencias enemigas tradicionales de España (Inglaterra y Francia) y, posteriormente, Estados Unidos de Norteamérica. El resultado de aquel proceso secesionista, auténticas guerras civiles entre españoles de América, fue la liquidación de Hispanoamérica como proyecto histórico y la ruptura de su unidad. En su lugar se instaurará el espurio concepto de Latinoamérica y una multitud de naciones supuestamente independientes sometidas al arbitrio de las potencias neocoloniales que impulsaron su secesión de España (Inglaterra, Francia y Estados Unidos. No obstante ya hace 200 años de la independencia de estas naciones, ya no es hora de pedir cuentas a España. Ya se autogobiernan. O eso creen.

viernes, 26 de mayo de 2017

CAMINO DEL IDIOMA CASTELLANO

En el 2002 el Consejo de Europa reconoció oficialmente el Camino de la Lengua Castellana, como Itinerario Cultural Europeo. Hoy el castellano es la segunda lengua materna más hablada del mundo, después del chino mandarín. Está por delante del Inglés, del hindi y otros. La lengua castellana, hija del latín, comenzó su andadura histórica por la geografía de España en el antiguo reino de Nájera. Suelo riojano. En el siglo XI un predicador anotó, en los márgenes de un texto latino, el primer testimonio escrito en romance castellano que ha llegado hasta nosotros. Son las famosas “Glosas Emilianenses” que eran anotaciones en los márgenes a un códice latino en el que se recoge una homilía de San Agustín, tres sermones y una narración de las Vitae Patrum, entre otros textos. Esto pertenece al Monasterio riojano de San Millán de la Cogolla. Estos primeros balbuceos son las “Glosas Silenses”, registradas en el cenobio burgalés de Santo Domingo de Silos.                                                                                
SANTO DOMINGO DE SILOS
Cuando los romanos ya abandonaron Hispania, aunque había todavía deferente pueblos bárbaros lo más relevantes fueron los visigodos que poblaron la península, sometiendo al resto. Aunque no abandonaron sus costumbres, se romanizaron bastante, sobre todo al abrazar la religión de Roma, la cristiana. Con el declive de los visigodos se inicia el poder árabe, pero en Al-Ándalus, hablaban el latín vulgar, y lo habitantes católicos de esos territorios que se convertían en musulmanes, los mozárabes, hablaban en un idioma que se le llamó como a ellos, mozárabe. Y los escritos que nos han llegado son las “Jarchas”. Idioma romance, es decir que proviene del romano, del latín. Al avanzar la Reconquista por los reinos cristianos los mozárabes se fueron incorporando a los nuevos reinos, desapareciendo poco a poco. Y el idioma se fue transformando en varias lenguas romances, una de ellas el castellano.                                                                    
MONASTERIO DE YUSO
El castellano era un dialecto de una zona pequeña de la frontera oriental del reino leonés, y empezó siendo un lenguaje bárbaro que motivaba a risas entre los cortesanos de León. Las primeras noticias se tienen del dialecto son del siglo X. Castilla fue un Condado dependiente del reinado Leonés y luego un reino soberano que asumió la iniciativa de la reconquista en la meseta y acabó sometiéndolo políticamente a León. Hablar de dialecto riojano es hablar de un conglomerado de influencias lingüísticas procedentes de Castilla, Navarra y Aragón, que tienen su origen en hechos históricos. A partir de la segunda mitad del siglo XI. Debemos saber que La Rioja sufre ocupaciones, una castellana, de 1076 al 1109 y aragonesa del 1114 al 1134. La región queda bajo poder castellano, entre 1134 y 1162 , para pasar a formar parte de Castilla, ya de forma definitiva, en 1176. El castellano fue penetrando poco a poco en La Rioja, y esa penetración acabó con las características propias del romance riojano.                    
MONASTERIO DE SUSO
En la localidad de San Millán de la Cogolla, donde están los monasterios de Suso y Yuso, y allí se encontraron las Glosas Emilianenses. Lo que sí ha sido posible datar son los primeros vestigios de la lengua escrita, las huellas más primitivas del castellano: los textos contenidos en los Cartularios de Valpuesta, escritos entre los siglos IX y XII en la provincia de Burgos. Esta pequeña localidad guarda documentos monásticos del siglo IX donde se pueden leer las primeras palabras en castellano, mezcladas con otras en latín. Este primer vestigio de esta lengua se guarda en el Archivo Histórico Nacional y se conocen como Cartularios de Valpuesta. Aunque por un tiempo se creyó que otros documentos encontrados en el Monasterio de San Millán de la Cogolla podían ser anteriores, expertos y académicos de la RAE certificaron que Valpuesta es la verdadera cuna del castellano. La lengua San Millán de la Cogolla figura dentro de la denominada Ruta de la Lengua Castellana a la que pertenecen varios municipios que tuvieron un papel fundamental en la evolución del latín vulgar como el burgalés Santo Domingo de Silos o ciudades tan importantes como Valladolid o Salamanca. En este sentido, la ruta del castellano por La Rioja se concentra en los Monasterios de Yuso y Suso, ambos Patrimonio de la Humanidad. También Berceo, a escasos dos kilómetros, donde nacieron San Millán, santo que dio nombre a la población vecina, y Gonzalo de Berceo, considerado el primer poeta conocido en lengua castellana.
COLEGIATA DE COVARRUBIAS 
El Monasterio de Suso se construyó entre los siglos VI y IX y, por este motivo se pueden observar diferentes estilos arquitectónicos que se fueron superponiendo como el visigótico, el mozárabe y el románico. De su “scriptorium” salieron obras como el Códice Emilianense de los Concilios (s. X), la Biblia de Quiso (s. VII) o una copia del Apocalipsis, de Beato de Liébana (s.VIII). Las universidades de Salamanca y Valladolid imprimieron al castellano dimensiones imperiales y universales. Finalmente, el castellano alcanza su cima en Alcalá de Henares, patria chica del genial autor de El Quijote. Recorrer este Camino de la Lengua visitando los monumentos y reliquias, es un placer que nos permite la curiosidad inteligente.
UNIVERSIDAD DE SALAMANCA

Sitios a visitar: Nájera, antigua capital del reino floreciente, también es etapa del Camino de Santiago. Allí encontraremos la capilla de la Veracruz donde se conservan los códice de interés para los cimientos del castellano. El Monasterio de Santo Domingo de la Calzada, que es etapa fundamental para el Camino de Santiago. La Colegiata de Covarrubias, en Burgos, donde vivieron los primeros condes que vieron el nacimiento de la lengua. Santo Domingo de Silos. El propio Gonzalo de Berceo escribió la Vida de santo Domingo de Silos. Aranda de Duero. Donde encontrarmos la Colegiata de Santa María. Peñafiel, donde apreciaremos su magnifico castillo. Valladolid, ciudad clave para el desarrollo de la lengua. Sede desde 1215 de la Universidad o Estudio General. También fua capital del reino. Se disputa con quien quiera hablar “el mejor castellano derecho”. Cuantos literatos escribieron o vivieron en Valladolid. Crvantes, fray Luis de León, Santa Teresa de Jesús, Quevedo, Zorrilla, y de los actuales Guillén, Chacel, Delibes, Umbral, etc. Simancas es otra etapa, su castillo es su referencia. Aqui se guarda el Archivo Geneeral de Simancas. Más de 70.000 lejajos históricos.en unas 50 salas.

SAN MILLÁN DE LA COGOLLA

 Arévalo, ya en Avila. Famosa por su conjunto medieval. Y ya entramos en la magnífica Salamanca, “La Roma chica”. Ya hemos hablado de esta ciudad en diferentes ocasiones. Solo recordar que en su universidad se escribió el Código de las Siete Partidas, por Alfonso X, el sabio, y esta ciudad vio la luz de la primera Gramática Castellana, obra de Antonio de Nebrija y que la ofreció en 1492 a los Reyes Católicos. En Madrid, es obligado pasar por Alcalá de Henares, donde tenemos la legendaria Cumplutum romana. Aquí pasaron el Arcipreste de Hita y don Miguel de Cervantes. Madrid y Toledo son fundamentales en el desarrollo de la literatura en castellano. Reduciendo todo lo posible, nos queda por conocer todo un continente que habla y escribe en español.

lunes, 15 de mayo de 2017

¿QUIEN ES EL REY DE GIBRALTAR?

El título de Rey de Gibraltar ha sido utilizado por los monarcas de Castilla desde el 15 de diciembre de 1462, fecha de la conquista por Enrique IV, el hermano de Isabel de Castilla, de una plaza tan señera para la recuperación de la España cristiana. 



Por una Carta dada en Trujillo el 12 de julio de 1479, la Reina Católica señala que, después de referirse a ella como Reina de Gibraltar, se la señalará como Señora de Vizcaya, y son infinitos los ejemplos de documentos en que los monarcas españoles se titulan reyes de Gibraltar. Además, una de las columnas que el mítico rey de España Hércules fijó para señalar los confines del mundo conocido era la que tenía su base en Gibraltar, situándose la otra al Norte de África y siendo ambas el núcleo de la divisa columnar de Carlos V, con las filacterias enroscadas a sus fustes diciendo PLVS VLTRA para pregonar la circunvalación del orbe por Juan Sebastián Elcano. Las Columnas de Hércules de origen mitológico, situado en el estrecho de Gibraltar. Era el límite del mundo conocido. 


Pero, aunque, de resultas del final de la Guerra de Sucesión, Gibraltar quedase bajo poder inglés no significa que los soberanos españoles hayan renunciado a su soberanía (como fueron tachados de ineficaces otros puntos de los tratados de paz que posibilitaron acabar con las hostilidades en ese momento (1713). La Constitución de 1978, en su artículo 56.2, escueta y textualmente, dice: Su título [el de Jefe del Estado] es el de Rey de España y podrá utilizar los demás que correspondan a la Corona. Por su parte, en la web oficial de la Casa Real se especifica: El Rey de España es el siguiente: Majestad Católica, Rey de Castilla, de León, de Aragón, de Las Dos Sicilias, de Jerusalén, de Navarra, de Granada, de Toledo, de Valencia, de Galicia, de Mallorca, de Menorca, de Sevilla, de Córdoba, de Murcia, de Jaén, de los Algarves, de Algeciras, de Gibraltar, de las Islas Canarias, de las Indias Orientales y Occidentales, de las islas y tierra firme de la mar océana; Archiduque de Austria; Duque de Borgoña, de Brabante, de Milán, de Atenas y de Neopatria; Marqués de Oristan; Conde de Habsburgo, de Flandes, del Tirol, del Rosellón, de Gocéano, de Cerdeña y de Barcelona; Señor de Vizcaya y de Molina.

viernes, 5 de mayo de 2017

GUERRA DE GRANADA (1482-1492)

Después de la famosa Batalla de las Navas de Tolosa, (1.212) en que se puede decir que comienza el declive musulmán en la península. Luego, entre 1265-66, el rey de Castilla, Fernando III y el de Aragón, Jaime I, se pusieron de acuerdo uno se hizo con Murcia y el valle del Guadalquivir y el otro se hizo con Valencia y Mallorca. Jaime entregó Murcia a Fernando y así es como allí hoy se habla castellano y no valenciano. Teníamos ya lo que Menéndez Pelayo llamó “La España de los cinco reinos”, Castilla, Aragón, Navarra y Portugal, y el pequeño emirato nazarí de Granada. Y por eso digo que los musulmanes no dominaron 800 años como se suele decir, realmente estaban resistiendo con pago de impuestos a los cristianos y divididos entre ellos (los reinos de Taifas). Del 711 en que comenzó la invasión hasta el 1265 van 554 años. El resto hasta 1492, en que cae Granada van 227, en que solo estaba ese reino nazarí. Después de 1266, en Granada, los reyes de Castilla, cobraban un tributo a sus homólogos nazaríes ya que estos era vasallos de Castilla-León. Un tributo en oro, porque Granada, que se beneficiaba de sus privilegiadas relaciones de sangre con el norte de África, era la puerta del oro africano. Lo cierto es que Granada era un reino próspero, muy poblado y de refinadas costumbres. Ahí tenemos el palacio de la Alhambra. Pero las cosas no son para siempre. El oro comenzó a escasear, y además, los jóvenes cristianos que se habían casado tenían las ideas muy claritas; reunir bajo sus reinos los antiguos dominios de los Godos, es decir, todos los territorios que habían sido cristianos.
Pero el gobernador moro de Ronda, Mohamed al Zagrí, se apoderó de la plaza de Zahara en 1481, realmente calculó mal. Isabel y Fernando que ya habían vencido al rey de Portugal, se decidieron a terminar con el reino nazarí. Pidieron al papa que la guerra la declarase com "Cruzada", lo que significaba además, dinero. 
Fernando era sagaz y astuto y buen militar, se lo pensó muy bien. Se acuarteló en Córdoba. Organizó un ejército regular con sus distintos cuerpos, con su Estado Mayor. Las campañas se harían en los meses calurosos, y las desarrollarían con su estudio previo. Podemos pensar que con él había nacido la guerra moderna. Los musulmanes se pensaban superiores a los cristianos, y no iban a tolerar que un cristiano les diera lecciones de guerra. Realmente la crisis dentro del emirato estaba servida. En las luchas los moros iban siendo derrotados plaza por plaza. En el Palacio crecieron las intrigas. Para colmo el rey Muley Hacén, algo viejo ya, se encaprichó con una concubina cristiana mucho más joven que él llamada Soraya. Su esposa Aixa, muy resentida por perder la condición de favorita, se conchabó en secreto con su hijo Boabdil para que le destronase y diese cumplida venganza a la traición. Boabdil, se dejó enredar. El rey moro salió a la lucha por recuperar Alhama y su hijo Boabdil aprovechó la ausencia de su progenitor para dar un golpe de mano con la ayuda del poderoso clan de los Abencerrajes, una familia aristocrática traicionera. Fernando de Trastámara, se enteró de la cuestión e influyó lo que pudo para incrementar las rencillas del palacio moro.
El rey Muley Hacén, se refugió en el castillo de Mondújar. Boabdil condujo entonces un ejército hasta los territorios cristianos, donde los castellanos salieron a su encuentro, le derrotaron en Lucena y se lo enviaron a Fernando cargado de cadenas. Todos los cristianos pedían la cabeza de Boabdil, pero a Fernando eso le parecía un desperdicio. Le dejó marchar a cambio de que, en secreto, fuese su aliado y pagase una indemnización, porque la guerra estaba saliendo carísima. En prenda se quedó con sus dos hijos. Con el emirato partido en dos bandos que se la tenían jurada, Fernando se dispuso a ir troceando con paciencia los dominios del enemigo. Ronda y Marbella cayeron en 1485, Loja en 1486 y Málaga en 1487, tras un sonado asedio. Málaga era muy importante y justificaba el dispendio. Los reyes reclamaron soldados de todos sus reinos, y hasta allí llegaron enfervorecidas huestes de vizcaínos, guipuzcoanos, asturianos y valencianos. La flota castellana bloqueó el puerto para evitar que la ciudad recibiese refuerzos y provisiones de Marruecos. A finales de agosto se rindió. Tanto había costado doblegarla que Fernando fue extremadamente cruel con los supervivientes. Ordenó que todos fuesen esclavizados.
Lo que quedaba del emirato estaba dividido entre Boabdil, que controlaba Granada, y su tío el Zagal, que tenía en su poder Almería y Guadix. Muley Hacén había muerto dos años antes, abandonado por todos. Se cuenta que, al morir, los pocos partidarios que le quedaban llevaron su cadáver hasta lo más alto de Sierra Nevada, donde le dieron sepultura. El pico pasaría a llamarse como él: Mulhacén, que es, además, con sus casi 3.500 metros, el más alto de la Península. Fernando antes dar el remate al timorato Boabdil, que se escondía en el Albaicín detrás de las faldas de su madre, siguió a lo suyo, los castellanos conquistaron Baza, y envió un emisario al Zagal para pedir su rendición. Lo entendió enseguida. Entregó Almería y se largó al norte de África. Granada, la capital, en 1490, era lo que quedaba. Fernando sabía que entrar a saco hubiera sido una carnicería por ambos bandos, y con resultado incierto. De modo en lugar de tratar de tomarla al asalto, la sitió. Mandó construir una ciudad junto a Granada, a la que llamó Santa Fe. Caso insólito éste: edificar una ciudad para sitiar otra. No se volvería a ver cosa igual. Granada resistía, Isabel envió un emisario negociador. Ofreció a Boabdil un señorío en la Alpujarra, rentas y el compromiso de respetar la religión y las costumbres de los granadinos. El acuerdo en la desesperada situación en que se encontraba, no estaba mal por lo que el emir aceptó. Se fijó el 2 de enero para hacer efectiva la entrega de la ciudad. Para evitar machadas de última hora, Fernando ordenó a Gutierre de Cárdenas que entrase con un pequeño contingente por la noche y ocupase la Alhambra. Al amanecer, los reyes esperaron a Boabdil a orillas del Genil. El moro se acercó derrotado; hizo ademán de besar las manos de Fernando, cosa que éste rechazó, y entregó las llaves al rey, que, a su vez, se las dio a Isabel. Era su regalo, el más preciado que una reina de Castilla pudo soñar jamás. Gutierre de Cárdenas hizo entonces ondear el pendón de Castilla en lo más alto de la Alhambra, en la torre de la Vela. El cardenal Pedro de Mendoza, que estaba con él, puso una cruz junto al estandarte. Cuando se produjo la rendición, la esposa de Boabdil, Morayma pensó que le serían devueltos sus hijos, después de diez años. Pero ante la posibilidad de un levantamiento, los monarcas cristianos no entregaron a los príncipes cautivos. El alcalde de Benarix intercedió ante los monarcas suplicando la entrega de los infantes. Los reyes tardaron un año en conceder lo suplicado. Cuando el menor de los hijos, Ahmed, vio a su madre, enferma y postrada, ni la reconoció. Boabdil trató de calmar a su esposa explicándole que había sido educados en la fe católica y ese mismo desdén lo había tenido con él. Pero la pena aumentó al saber que su hijo mayor había muerto años atrás. Terminaría muriendo también.
La Reconquista había terminado. La noticia recorrió Europa. El Papa hizo repicar al unísono todas las campanas de Roma. Los reyes de Europa, incluido el de Francia, celebraron la conquista y ordenaron misas en gratitud por la victoria. Mientras tanto, un vencido Boabdil salía camino del exilio en compañía de su madre, la vengativa Aixa. Al coronar uno de los cerros que anticipan la sierra, Boabdil descendió del caballo, se giró y, mientras contemplaba compungido el perfil de Granada al atardecer, con sus palacios y torres reflejando la delicada luz dorada que baña la ciudad los días de invierno, se echó a llorar. Es entonces cuando dicen las lenguas de doble filo que Aixa pronunció: "Llora, llora como mujer lo que no supiste defender como hombre". Pero esto último no es cierto. La frase la escribió por primera vez, tres siglos después, el padre Echevarría en una obra titulada “Los paseos de Granada”. De ser cierta, sería una gran injusticia. Boabdil luchó por Granada, no fue un buen guerrero, no fue hábil negociador, pero se dejó llevar por los consejos de su madre, pues fue ella quien hizo que su hijo traicionara a su padre y se aliara con los poderosos y pérfidos clan de los Abencerrajes. De ahí que sea conocido como Boabdil el Desdichado. Sus lágrimas siguen hoy inspirando a poetas, y el lugar donde las derramó se llama desde entonces Puerto del Suspiro del Moro.


CRISTOBAL COLÓN Y LA FUERZA DE SU PASIÓN - (1)

Para un europeo del siglo XV era muy difícil imaginar un mapamundi de aquellos tiempos. No habían viajado por toda la tierra conocida. Tenía...