viernes, 28 de marzo de 2025

POR QUE SE CONSTRUYERON CATEDRALES

Romanos, cartagineses y visigodos trajeron a España los orígenes de una organización social y religiosa de la que ha derivado en la sociedad que conocemos.
Y estas sociedades se originó en torno a los castillos y a los monasterios (elementales aún), pero esas construcciones fueron convirtiéndose en símbolos de los poderes que representaban: el terrenal y el religioso. A medida que los obispos fueron adquiriendo poder y ganando terreno a los abades y priores de conventos y monasterios, y los pueblos, burgos y ciudades fueron adquiriendo más tamaño, poder e influencia en lo económico, social y religioso, la necesidad de una sede, o cátedra episcopal, comenzó a ser un problema para la iglesia. Infinidad de factores, dieron paso a la concentración social y religiosa que se prolongaría durante siglos en torno a la construcción de las catedrales. Imponentes obras de arte y gran evidencia de la religiosidad de los pueblos que las edificaron. Ellas son testigos fundamentales de la evolución social cultural y artística de la cultura europea.

Catedral Nueva de  Salamanca
Por la necesidad sencilla de poder cobijar a la mayor cantidad de personas deseosas de entrar en una catedral, cosa que con la arquitectura románica no era posible, podemos decir que la solución provino con el gótico. Fue la respuesta a los siglos de solución de un problema arquitectónico, las dimensiones, la luz necesaria, la amplitud de los espacios y exponer claramente el poder, y el adelanto de esa ciudad frente a otras. También vino a olvidarnos del oscurantismo, de carencia de iniciativas culturales. Pero además sirvió como una muestra de supremacía tecnológica. Las catedrales góticas no sólo fueron pagadas por el pueblo, sino por la nobleza y la realeza. La construcción de una catedral implicaba crear un símbolo, una especie de punto de unión en una época en que no existía el concepto de patria e incluso de nación, sino solo de fidelidad al señor natural. 

Catedral de Sevilla
Y no olvidemos la religiosidad de la sociedad de la época. Hoy día, bajo un laicismo galopante, parece que nos hemos olvidado de que si algo unía de verdad a la gente de aquellos tiempos era la religión, por la que eran capaces de morir y matar. Recordemos que la sola perspectiva de morir sin confesión o ser excomulgado producía verdadero terror al personal, y que la promesa de salvación eterna por el sólo hecho de haber participado en la construcción de un templo, mediante la indulgencia, era motivo sobrado para apuntarse a lo que fuera. Es un error pensar que las catedrales las construyeron sólo como templos. Ver los motivos de su construcción bajo los principios actuales no es inteligente. Nosotros nos gastamos cifras insultantes solo por ver a un sujeto darle patadas a una pelota. Los que nos precedieron se lo gastaban en construir templos porque estaban convencidos de que eso era lo correcto.
Por eso es por lo que la religión fue determinante para el avance socio-cultural en la edad media, fue el aglutinante que marcó profundamente a los pueblos del planeta. Y la actual España no existiría como la conocemos si no hubiera sido por la unión que realizaba la religión católica. En la península hubo tres religiones a la vez durante siglos, cosa que no se dio en todo el mundo, ya que no existía la libertad de culto. Un reino tenía su religión y el rey y todos sus súbditos la debían profesar y defender. 

Catedral de Toledo 
Parece ser que los judíos llegaron en la primera época de los romanos. Por eso convivieron, aislados en cierta forma y estaban tolerados malmente por el pueblo. Y los musulmanes llegaron como invasores, con pactos forzados ante el derrumbe del reino visigodo o por la fuerza en otros casos. Pero ambos al no ser cristianos  nunca se les consideró hispanos.
Una catedral tardaba en construirse bastante, y hay que tener en cuenta que cuando hablamos de tiempo debemos hacerlo con el concepto medieval, de décadas o siglos enteros. Hay catedrales como la de Sevilla que se comenzó a principios del siglo XV y realmente, aún está sin terminar. La Sagrada Familia de Barcelona se terminará, según han dicho en el 2025. Respecto al elevado costo de estos edificios, los que corrían con la mayor parte de estos eran los reyes, los nobles y la misma Iglesia, los dos primeros más que nada para tener un enterramiento en ellas y porque creían firmemente que Dios les premiaría por ello. Esto, aunque hoy lo veamos ridículo, era artículo de fe en la Edad Media. Por otro lado, ese tipo de construcciones era sumamente beneficioso para la economía aunque parezca lo contrario. Se movía muchísimo dinero que revertía en el pueblo en forma de salarios, desde los canteros a los albañiles pasando por los fundidores, herreros, carpinteros, cerrajeros, escultores, pintores, tejedores, orfebres, alfareros, carreteros, cereros, etc., etc... Además, la existencia de una catedral suponía un imán para la población de muchos kilómetros a la redonda, que acudían a ella con el consiguiente beneficio para posaderos, taberneros, casas de postas y hasta de los vendedores de reliquias. 

Catedral de Burgos 
Hoy se construye un gran estadio deportivo con finalidades parecidas. Este tipo de obras que muchos consideran como un mero alarde para glorificar la vanidad de sus constructores o como una forma de tiranía por parte de la Iglesia eran en realidad una fuente de ingresos para la población. Antaño no construían un polígono industrial que da muchos puestos de trabajo, sino catedrales, monasterios o iglesias que también aseguraban trabajo por siglos. Era habitual que algunas personas con más medios económicos, o sea, lo que hoy sería una clase media nutrida por artesanos, costeasen uno o más sillares que, en función de su posición en el conjunto, costaban más o menos. 

Catedral de Santiago de Compostela 
Por ejemplo, no tenía el mismo precio un sillar cúbico mondo y lirondo que uno que formaba parte de una ventana o un rosetón. El cantero, además de poner su marca personal, añadía la del donante, que por lo general se asimilaba a su oficio; un martillo para un herrero, un zapato para un zapatero, etc., quedando esta marca por la cara vista para orgullo del que lo pagó. Ese tópico de la mano de obra esclava o que la gente era exprimida a impuestos es absurda.
Los canteros que construían esas catedrales eran de los artesanos mejor pagados de la Edad Media. Cada sillar llevaba la marca del que lo había labrado. Cada marca era única. Adjunto fotos de marcas de canteros.

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