miércoles, 21 de octubre de 2020

31.- REINOS CRISTIANOS - CONDADOS CATALANES - Tercera parte

La batalla de Almenar se produjo en 1082 entre las tropas del rey Al-Mutamán de la Taifa de Zaragoza, comandadas por Rodrigo Díaz de Vivar, contra las tropas del rey de la Taifa de Lérida, que contó con el apoyo del rey de Aragón, Sancho Ramírez, el conde de Barcelona, Berenguer Ramón II y el conde de Cerdaña y Berga, Guillermo Ramón I. El resultado fue favorable al Cid Campeador, que hizo prisionero al conde de Barcelona. Luego lo liberó a cambio de un importante rescate. En el año 1096 el conde participó en la I Cruzada a Tierra Santa dejando a su sobrino Ramón Berenguer III. Éste supo consolidar y ampliar los límites del condado. Conquistó parte del condado de Ampurias y, al frente de una amplia coalición, emprendió también la conquista de Mallorca, narrada en el documento pisano llamado “Liber maiolichinus” (1117), en el que se llama a Ramón Berenguer III “Dux Catalanensis” y catalanicus heros, mientras que sus súbditos son denominados “Christicolas catalanenses”, en lo que se considera la referencia documental más antigua a Cataluña. Se trata de un libro sobre las luchas para liberar a los esclavos cristianos y vencer a los corsarios musulmanes que, con base en las Baleares, sembraban el terror por todo el Mediterráneo “desde Hispania hasta Grecia”. Sin embargo, el conde tuvo que abandonar sus conquistas ante el avance de las tropas almorávides en la península. Recibió asimismo mediante herencia los condados de Besalú y Cerdaña, formando progresivamente un espacio territorial muy similar al de la llamada Cataluña Vieja, además de avanzar hacia Lérida y repoblar territorios fronterizos como la ciudad de Tarragona, restaurándola efectivamente como sede episcopal. Éste se casó con la hija del Cid, María, y acudió en ayuda de Valencia en el 1099, ciudad que estaba gobernada por Jimena, viuda ya del Cid. Murió su esposa y se casó con la condesa Dulce, de forma que pudo ampliar sus dominios transpirenaicos al incorporar el condado de Provenza gracias a su matrimonio. Éste conde legó a su hijo, que sería Ramón Berenguer IV los condados de Vic, Barcelona, Gerona, Cerdaña y Besalú. Sería Ramón Berenguer IV el que se casara con Petronila, la heredera del rey de Aragón, Ramiro II. En noviembre de 1137, Ramiro ofreció a su hija (de un año), en matrimonio. La boda se celebró en Lérida en agosto de 1150. Ramiro II depositó en su yerno el gobierno del reino, pero no la dignidad real, firmando este al casarse como Conde de Barcelona y fue nombrado “Princeps de Aragón” que en la época significaba primus inter pares. Un documento del rey hacia el conde termina diciendo: “Tú, en cambio, convienes conmigo, en palabra de verdad, y pones tus manos entre mis manos, que no enajenes, ni hagas enajenar, este reino que te doy, durante la vida de los hijos de mi hija. [...] Y que durante toda mi vida me tengas como padre y señor. [...] Aunque te entregue el reino, sin embargo, no renuncio a mi dignidad”. Luego renunció al gobierno (aunque no a su título de 'Señor Mayor de la Casa de Aragón'). Petronila y Ramón Berrenguer IV ------------
Es esta cuestión muy discutida, pero existen documentos escritos por el rey. El papel de Ramón Berenguer IV a partir de los esponsales de 1137 fue el de administrador de la Casa de Aragón como regente y en la documentación se intituló “Princeps”, como dijimos, pero nunca rey. Fue Ramiro II quien siguió siendo “señor, padre y rey” como reza la documentación aducida. “Y yo predicho Ramiro sea rey, señor y padre en el citado reino y en todos tus condados mientras me plazca” (se refiere a los condados de Sobrarbe y Ribagorza) e “In tota vita mea teneas me sicut patrem et dominum” (en toda mi vi vida me tengas como padre y señor), y ostentando el título de Rey de Aragón hasta su muerte en 1157, con lo que Ramón Berenguer IV se integraba en la Casa de Aragón al ser pactadas sus capitulaciones matrimoniales de acuerdo a las instituciones jurídicas del derecho aragonés, y dando lugar, tras el reinado de Ramiro II, a que la reina fuera su hija Petronila, hasta que el 18 de junio de 1164 esta abdica en favor de Alfonso II, transcurridos dos años desde la muerte de su marido. En 1157 nacía en Huesca el primogénito de la pareja, llamado Alfonso. Tras la muerte de su esposo, Petronila abdicó en su hijo Alfonso II el Reino de Aragón y el condado de Barcelona. A partir de esto, se retiró y vivió privadamente el resto de su vida. El abuelo, Ramiro II, después de su muerte, cumplió su sueño de salvar la monarquía y además unir el Reino de Aragón con el Condado de Barcelona en un heredero suyo. Petronila y Ramón se habían casado conforme al derecho aragonés, es decir, en un tipo de matrimonio donde el marido se integraba a la casa principal como un miembro de pleno derecho. El acuerdo supuso, como dijimos, la unión del condado de Barcelona y del Reino de Aragón en la forma de lo que más adelante fue conocido como Corona de Aragón. En un contexto de alianzas medievales, la asociación de ambos territorios no fue, pues, el fruto de una fusión ni de una conquista, sino el resultado de una unión dinástica pactada entre la Casa de Aragón y la poseedora del condado de Barcelona. De hecho, originalmente los territorios que formaron la Corona mantuvieron por separado sus leyes, costumbres e instituciones. Así es que con el hijo de estos, Alfonso II, quedaron asentados Aragón y el condado bajo las cuatro barras de la monarquía aragonesa. Hay que aclarar que los términos Catalania y catalanenses no se encuentran escritos hasta 1117 en los Usatges de Barcelona, (condiciones de los usos y costumbres). Y la denominación Principado de Cataluña (Principatus Cathaloniae) no la encontramos escrita hasta 1350. Se trataba de una denominación jurídica, no exactamente un título de casa real. En esa época de la unión se hablaba del condado de Barcelona, que no abarcaba todo lo que hoy es Cataluña. El término jurídico se utiliza a partir del siglo XIV para nombrar al territorio bajo jurisdicción de las Cortes Catalanas, cuyo soberano era el conde de Barcelona, título que coincidió con el de soberano de la Corona de Aragón en Alfonso II y posteriormente de la Corona de España hasta los Decretos de Nueva Planta de 1707 promulgados en tiempos de Felipe V.

lunes, 19 de octubre de 2020

30.- REINOS CRISTIANOS - CONDADOS CATALANES - segunda parte

CATALUÑA - (Parte 2) El rey franco, Luis el tartamudo, repartió sus condados en el año 878 y los de Barcelona y Gerona correspondieron a Wifredo el Velloso, considerado el primer gobernante autónomo de la región, y que a su muerte dejará sus tierras a sus hijos: Urgel a Sunifredo; a su hijo Mirón II, Cerdaña y Besalú; y a sus hijos Borrell y Suñer, Barcelona y Gerona. Una vez conseguido el poder civil los condes se aplican a construir una Iglesia propia. En el año 888, crean un arzobispado en Urgel. El conde barcelonés Suñer I, (890- 950), firmó la paz con el califa Abderramán III a cambio de someterse a su autoridad. Su hijo y sucesor, Borrell II, renovó su relación de vasallaje. El conde Borrell II era un auténtico político, más que militar, y procuró unas buenas relaciones tanto con los francos como con el Califato Cordobés. En 970 viajó a Roma con el propósito de reorganizar la administración religiosa y restaurar el arzobispado de Tarragona. Pero con el califato de Córdoba, a la llegada de Hisham II (976-1009), y el ascenso de Almanzor, el famoso caudillo musulmán, sanguinario y ambicioso, las relaciones se rompieron. A pesar de los esfuerzos diplomáticos del conde de Barcelona, los condados no se libraron de Almanzor. El 5 de mayo de 985 un ejército partió de Córdoba. Almanzor avanzó a sangre y fuego hacia Barcelona. Los monasterios de Barcelona fueron incendiados, y sus habitantes asesinados. Al-Mansur (Almanzor) atacó y destruyó la ciudad haciendo muchos prisioneros que los trasladó a Córdoba exigiendo un fuerte rescate. La política de paz con el califato había fracasado. Fue necesario abandonar Tarragona y no volvió a ser ocupada hasta mucho después, en 1118. El conde Borrell II trató de retomar las relaciones con los reyes francos, pero el Imperio Carolingio estaba en una franca crisis. La dinastía de los Capetos defendió la corona franca de las revueltas internas y no atendió a las peticiones de Borrell. Esto hizo a que en el 987, cuando el rey Hugo Capeto exigió los pagos correspondientes a los vínculos, la respuesta de Borrell fue no responder nada absolutamente. Eso fue el último contacto entre los condes de la Marca Hispánica y los monarcas francos. Borrel negó obediencia y le siguieron los demás condes de la Marca, consiguiendo la independencia de los condados (posteriormente catalanes) de los reyes francos. A la muerte de Borrell II le sucede su hijo Ramón Borrell que repobló los territorios. Se abstuvo de jurar lealtad a los reyes francos aunque fue requerido para ello. Esto el nacionalismo lo interpreta como el comienzo de la independencia de hecho y se reconoce “de iure” en 1258 mediante la firma del Tratado de Corbeil con Jaime I de Aragón. Pero en realidad se trata de un acuerdo por el cual el rey de Francia renuncia a sus pretensiones sobre los condados catalanes y el rey de Aragón renuncia, por su parte, a sus pretensiones sobre parte del Languedoc, excepto Montpellier. Pero esto sucedió doscientos años después de la abstención de Borrell II a los francos. El siguiente conde de Barcelona es Berenguer Ramón I, nacido en 1005. Desde la muerte de su padre, en los condados de Barcelona, Gerona y Osona, gobernaba su viuda Ermesenda, y su hijo, Berenguer Ramón I (1017-1035). Se casó con la hija de Sancho García, conde de Castilla, con la que tuvo dos hijos. Fue un hombre de paz. Promulgó un decreto que liberaba a los propietarios de tierras de cualquier vinculación jurisdiccional que no fuera la del condado y los liberó de los impuestos. Le sucedió su hijo Ramón Berenguer I llamado el viejo, (1035-1076) y también “Hispaniae subjugator”, (Apoderador de España).
---------Almanzor, pintado por Zurbarán, y Hugo Capeto, quien negó ayuda a Borrell II. ------------- Legó a sus hijos más territorio reconquistado. Impuso el pago de parias, (tributos), a los reinos musulmanes de Zaragoza, Lérida y Tortosa con lo cual se enriqueció el condado y pudo formar un ejército. En 1068 sancionó un código regulando las relaciones y reafirmando la primacía del conde de Barcelona. Hemos de tener en cuenta que en el año 1017 estaba ya muy avanzada la guerra civil cordobesa que desmembró el califato de Córdoba en decenas de reinos de taifas y que provocó su caída en el 1031. Incluso ya existía un reino taifa independiente, el de Tortosa. Este reino dominaba prácticamente toda la actual provincia de Tarragona y continuaba hacia el sur, seguramente hasta Sagunto, donde lindaba con la taifa de Valencia. El resto de la zona andalusí de la actual Cataluña, con Lérida y Balaguer como centros más importantes, se integrará luego en la Taifa de Zaragoza aunque, en ese momento, pertenecía teóricamente al califato de Córdoba. Esa era la situación de la actual Cataluña hace 1000 años: un mosaico de condados de origen franco, aún lejos de estar unidos, que estaban tratando de expandirse hacia el sur aprovechando la debilidad del poder musulmán. A Berenguer Ramón I le sucedieron sus hijos Ramón Berenguer II y Berenguer Ramón II, (no confundir). El primero murió asesinado y su hermano fue acusado por lo que se le llamó “el fratricida”. Éste conde fue el que inició una campaña contra Zaragoza, aliado de Aragón, Navarra y los los reinos musulmanes de Lérida y Tortosa, y acabó fracasando en Almenar en el 1082. Lucharon las tropas del rey musulmán de la Taifa de Zaragoza al mando del Cid Díaz de Vivar, contra las tropas del rey de las Taifa de Lérida, apoyado por el rey de Aragón y el conde de Barcelona Berenguer Ramón II. El resultado fue favorable al Cid Campeador, que hizo prisionero al conde. Luego lo liberó a cambio de un importante rescate. Almanzor, pintado por Zurbarán, y Hugo Capeto, quien negó ayuda a Borrell II.

viernes, 16 de octubre de 2020

29.- REINOS CRISTIANOS- CONDADOS CATALANES (primera parte)

La Cataluña actual antes de la llegada de los musulmanes, estaba habitada, como el resto de la península, por los visigodos, que discurría por los carriles del Código de Recesvinto (654), dando soporte a la estratificación sociopolítica de los “seniores”, “nobiles” y “potentiores”. Eran reminiscencias de la antigua aristocracia romana de los que sería testimonio el Belascot o Belascut ribagorzano en los días de la invasión sarracena.  

CARLOMAGNO

Carlos Martel fue el fundador de la dinastía Carolingia, militar franco, en la batalla de Poitiers en el 732 salió victorioso derrotando a las tropas musulmanas frenando definitivamente el avance musulmán en la actual Francia. Su hijo Pipino el breve, ya el primer rey de los Francos logró expulsar definitivamente a los árabes de la Septimania, tras la toma de Narbona en el 759. Se trata de la provincia del reino franco, que correspondería con la región actual de Languedoc-Rosellón, una región costera en el sur de Francia, que se extiende desde Provenza hasta los Pirineos y la frontera con España. En la batalla el ejército musulmán a cuyo frente iba Abderramán, se lanzó al ataque. Los francos derrotaron al ejército islámico y el emir murió. Tras la muerte de Abderramán, surgieron los conflictos entre los musulmanes y emprendieron el retorno. A la muerte de Pipino le sucede en esa zona su hijo, Carlomagno, que se convierte en la fuerza militar única capaz de hacer sombra a Córdoba. Los musulmanes habían conquistado las guarniciones visigodas de Barcelona, Gerona y Lérida. En la Septimania se establecieron los visigodos, los “hispanis”. Dado el avance peninsular de los musulmanes y su rechazo como hemos contado del reino franco, Carlomagno fundó en territorio de su protección que le servía de escudo. A principios del siglo IX creó la Marca Hispánica (de la que ya hemos publicado un capítulo). Denominación geográfica de una serie de condados vinculados a los monarcas carolingios, con amplia autonomía, desigual desarrollo y problemática existencia. Hacia el año 785 Gerona se incorporó voluntariamente al reino franco, que ocupó Urgel, Cerdaña, Pallars y Ribagorza.

Wifredo el Velloso

En los tiempos visigodos, los obispos, reunidos en concilios toledanos, han sido casi un Estado. Carlomagno en el 792 obliga a retractarse al gran apoyo de Elipando, el obispo Félix de Urgel. Siete años después lo condenará a permanecer en Lyon hasta su muerte. Este movimiento permite el control total por parte de los clérigos carolingios de la sede de Urgel, elemento fundamental para la consolidación del poder franco en la Marca Hispánica. Y, lo que es más importante, sella la alianza entre los monarcas asturianos y el imperio carolingio, una alianza que marcará el destino de España. El destino, en primer lugar, de la sede compostelana, pues el entendimiento entre Oviedo y Aquisgrán supondrá el apoyo incondicional del imperio carolingio hacia el mito jacobeo; Carlomagno enviará mucho dinero a la sede compostelana, y Santiago se convertirá en la gran luz de la cristiandad medieval, construyendo un cordón umbilical entre la España y la Europa cristianas. Más a largo plazo, esta alianza, unida a la empresa de la Reconquista, convertirá a España en el principal baluarte del proyecto imperial romano y del catolicismo en el mundo. Sin embargo es en los condados pirenaicos donde termina el imperialismo carolingio en España. Carlomagno sólo conseguirá el control de algunos condados y el impulso de la ruta jacobea. Su gran fracaso será controlar a la Iglesia local. Todos estos elementos son de extraordinaria importancia para la Historia de España, y es por ello por lo que la etapa carolingia es tan importante. La peregrinación jacobea será fundamental para España y para Europa. El control de la Marca Hispánica como único territorio hispano de influencia carolingia tenderá a hacerlo distinto: Carlomagno es, sin duda, el primer plantador del hecho diferencial catalán.  Más adelante su hijo Ludovico Pío en el 802 conquistó Barcelona, plaza fundamental para consolidar la Marca fronteriza. Puso al mando al conde Borrel, de Vic. Firmó una tregua con el califato de Córdoba a no traspasar el río Llobregat. A partir del año 820 se sucedieron varios condes de origen franco. Con el título de marqués, que controlaban la Marca. La guerra civil por derechos dinásticos hizo que los condes en las sucesivas políticas de alianzas van teniendo cada vez más poder. Aquisgrán dejará de confiar en los nobles locales y nombrará gobernadores francos, como Bernardo de Septimania. El tratado de Verdún creaba el territorio occidental para Carlos el Calvo, y supuso su cese inmediato y su sustitución por los hermanos Sunifredo y Suñer. Ambos conseguirán que sus hijos les sucedan en el cargo condal, creando con ello el germen de un poder catalán hereditario por sí mismo. Con la muerte de Carlos el Calvo en 877, los condes locales, gobiernan sobre el territorio prácticamente sin oposición. Se rompe la línea dinástica carolingia en París lo que generará toda una serie de rebeliones de nobles que, a lo largo de todo el territorio franco, entenderán que dicha ruptura les otorga fuerza moral a ellos para independizarse. Flandes, Borgoña o Aquitania inician estos procesos, como lo inician los condados. El rey franco, Luis el tartamudo, repartió sus condados en el año 878 y los de Barcelona y Gerona correspondieron a Wifredo el Velloso, considerado el primer gobernante autónomo de la región, y que a su muerte dejará sus tierras a sus hijos: a Sunifredo Urgel; a su hijo voyeur, Mirón II, Cerdaña y Besalú; y a sus hijos Borrell y Suñer, Barcelona y Gerona. Una vez conseguido el poder civil los condes se aplican a construir una Iglesia propia. En el año 888, crean un arzobispado en Urgel; su arzobispado propio, lo que explica que sea tan importante la Seo para el catalanismo.

jueves, 15 de octubre de 2020

28.- REINOS CRISTIANOS - LA MARCA HISPANA

Dado la expansión musulmana, Carlomagno pacta con los musulmanes la creación de unos límites territoriales, que llamó la Marca Hispánica. Territorios del sur de Francia y del norte de la península ibérica y derivó en la formación de un conjunto de pequeños condados vinculados a los monarcas francos. Los condados que hoy llamamos catalanes, por entonces eran: Condado de Barcelona, de Berga, de Cerdaña, de Conflent, Besalú, de Ampurias, de Gerona, de Manresa, de Osona, de Pallars, el Rosellón y el de Urgel. Los condados de Ribagorza y Sobrarbe son los que formarían más adelante el reino de Aragón. El control de la Marca Hispánica como único territorio hispano de influencia carolingia, es sin duda la circunstancia del hecho diferencial catalán, zona dependiente de los reyes francos. Y aunque los musulmanes consiguieron penetrar en los Pirineos occidentales, no fue por mucho tiempo dejando aislada por ejemplo Navarra, no entrando de esta forma en la Marca Hispánica que había establecido el Imperio Carolingio. Los montes cantábricos y pirenaicos quedarían libres del efectivo dominio musulmán y en ellos se formarían prontamente dos reinos, Asturias y Navarra, resultado del pacto alcanzado entre las gentes autóctonas y los refugiados godos. En lo que hoy conocemos como Navarra el norte de la comunidad permaneció poco tiempo bajo dominio musulmán y pronto se organizó en un núcleo cristiano de fugaz sometimiento al Imperio carolingio y con centro en la ciudad de Pamplona. Su primer soberano conocido fue Íñigo Arista, hacia el 810, cabeza de la primera dinastía navarra. De este modo se conformó el Reino de Pamplona, más tarde llamado Reino de Navarra. Íñigo Arista, señor de Pamplona, se le considera como el fundador del reino de Navarra (810-840).
El primer conde de Barcelona fue Bera (801-820) personaje de origen franco-visigodo. Esta autoridad era favorable a la paz con los musulmanes, por lo que fue acusado de traición. Fue destituido y el gobierno pasó totalmente a manos de los francos. Se establecieron regiones administrativas, (los condados), y los más importantes fueron Pamplona, Aragón que se haría condado independiente en el 809 con el conde Aznar, Urgel, condado con dinastía propia desde el 815 y el condado de Barcelona dinástico desde el 878, que se convirtió en hegemónico sobre otros como Gerona. La Marca Hispánica, de hecho, se conformó como una débil unión de condados independientes, coordinados por una asamblea anual, en los cuales todos los nobles al frente soñaban con consolidar un poder vitalicio a su favor. La realeza astur-leonesa, la aragonesa y también los Condes de Barcelona, reivindicarán su estirpe visigoda como factor de legitimación histórica de los nuevos poderes resultantes de la articulación territorial de la resistencia hispánica frente al invasor islámico. Entramos aquí, lentamente, en otro periodo histórico, sucesivo de la Monarquía gótica, la llamada Reconquista, denominado así por la pretensión de los nuevos poderes autóctonos de recuperar el territorio peninsular ocupado por los musulmanes. La Península Ibérica es para Carlomagno una de las joyas de la corona imperial. A él no le vale sólo con defender la cruz; defiende, además, determinada cruz, esto es, la unidad eclesial total, pues Roma teme, y hace bien, las tendencias centrífugas entre los cristianos; que son tan fuertes que en Constantinopla generarán incluso crueles masacres en los siguientes 500 años. Poco después de la invasión peninsular, un grupo de musulmanes se entrevista con Carlomagno. Le ofrecen su apoyo si entra en la península y le prometen la entrega de Zaragoza. Hacemos un aparte para recordar que estos condados que formaron la “Marca Hispánica” franco-carolingia, fue gobernada por Carlomagno y sus descendientes en la corona francesa desde el año 801 hasta que el rey de Francia Luis IX y el rey de Aragón Jaime I el Conquistador firmaran el Tratado de Corbeil en 1258, con el fin de llegar a un acuerdo de paz y establecer unas fronteras estables entre Francia y Aragón, renunciando Luis IX a los condados (actualmente catalanes), que pasan a ser feudatarios del Rey de Aragón y Jaime I renuncia a su parte de Lanquedoc, salvo Montpellier. Queda claro entonces que en dicho tratado ambos reyes cedieron derechos sobre territorios, Jaime I de Aragón sobre territorios Occitanos y el francés sobre los condados, que pasaron a depender únicamente del monarca de la Corona de Aragón. Pero habíamos dejado a Carlomagno reunido con los musulmanes. Con la palabra de apoyo ofrecida por los musulmanes, las fuerzas de Carlomagno se atreven a entrar en territorio español para tomar Zaragoza. Serán rechazadas en la ciudad y en su retirada son emboscados en Roncesvalles por vascos, o tal vez gascones, esto posiblemente en el 778. Carlomagno, que de todas formas controla los Pirineos, pone sus ojos en la iglesia hispana. Este movimiento permite el control total por parte de los clérigos carolingios de la sede de Urgel, elemento fundamental para la consolidación del poder franco en la Marca Hispánica. Y, lo que es más importante, sella la alianza entre los monarcas asturianos y el Imperio Carolingio, una alianza que marcará el destino de España. Carlomagno enviará mucho dinero a la sede compostelana, y Santiago se convertirá en la gran luz de la cristiandad medieval, construyendo un cordón umbilical entre la España y la Europa cristianas. En la Historia, Santiago se le aparece en sueños a Carlomagno y lo anima a ir a España, mostrándole el camino de estrellas que desde Frisia (Países Bajos) le llevará a Galicia, donde se encuentra su cuerpo y donde también, tras la liberación del sepulcro de manos musulmanas por el propio Carlomagno, gentes de todos los países irán en peregrinación por los siglos. Sin embargo en los condados pirenaicos termina el imperialismo carolingio en España. Carlomagno sólo conseguirá el control y el impulso de la ruta jacobea. Su gran fracaso será controlar a la Iglesia de los condados. La peregrinación jacobea será fundamental para España y para Europa. Se rompe la línea dinástica carolingia en París lo que generará toda una serie de rebeliones de nobles que, a lo largo de todo el territorio franco, entenderán que dicha ruptura les otorga fuerza moral a ellos para independizarse. Flandes, Borgoña o Aquitania inician estos procesos, como lo inicia Cataluña de la mano de Vilfredo el Velloso, considerado el primer gobernante autónomo de la región, y que a su muerte dejará sus tierras a sus hijos. No se puede decir, por lo tanto, que la huella carolingia en España sea ni débil ni despreciable.

COLÓN LLEGA A AMÉRICA -3-

El viernes 3 de agosto de 1492 estaban listos para zarpar. Para Colón era un día glorioso, al fin podría demostrar su sueño. Solo eran tres ...