miércoles, 18 de noviembre de 2020
41- REINOS CRISTIANOS - CORONA DE ARAGÓN (6)
Por conquistas de nuevos territorios para Aragón se incluyen: los reinos de Mallorca y Valencia (Jaime I, 1213-1276). Sicilia (Pedro III, 1276-1285). Rosellón y Cerdeña (Jaime II, 1291-1327). Nápoles (Alfonso V, 1416-1458) así como el efímero ducado de Atenas y Neopatria (Pedro IV, 1336-1387). Existió una corona aragonesa que constituyó el imperio más extenso del Occidente medieval, donde, bajo su nombre y sus barras, Aragón, Cataluña y Valencia compartieron aventuras, comercio, guerras e historia, enriquecieron sangres y lenguas con el latín, el catalán y el castellano, cartografiaron el mundo, construyeron naves, pasearon mercenarios almogávares y dominaron territorios que luego aportaron a lo que ahora llamamos España.
Alfonso III de Aragón moriría en Barcelona en 1291.
------------JAIME II RECLAMA SU REINO -----
Le sucedió su hermano Jaime II, que ya poseía gran experiencia política, por haber gobernado Sicilia durante seis años desde 1286. Subió al trono en 1291 y después de jurados los fueron y el Privilegio General comenzó en 1304 la campaña de Murcia y en 1323 comenzó la conquista de Cerdeña.
De su alianza con Fernando IV de Castilla para recuperar el reino de Granada, se obtuvo un fracaso, si bien consiguió incorporar parte del reino de Murcia, que actualmente corresponde a la provincia de Alicante.
La disolución de la orden de los Templarios, rivales directos de Jaime II, recuperó muchos bienes que fueron entregados a los Hospitalarios.
Roger de Flor, capitán de los almogávares, mercenarios encuadrados en las Compañías Catalanas, al mando de un ejército de unos cuatro mil hombres saqueó el barrio genovés de Constantinopla. Se eliminaba así la competencia que hacían los genoveses a los catalanes. Mas adelante los almogávares recibieron refuerzos y se sospechó que querían conquistar Bizancio para Jaime II. Se produjo el asesinato de Roger de Flor y la reacción fue la devastaciones del Imperio, entre ellas Tracia. Luego ocuparon el ducado de Atenas entre 1310 y 1311 y Tesalia en 1318, que pasó a denominarse ducado de Neopatria, territorios que se integraron en la corona de Aragón en 1379, durante el reinado de Pedro IV, segundo hijo de Jaime.
---------------TEMPLARIOS.---------------
El rey falleció en Barcelona, en noviembre de 1327.
Su hijo primogénito, don Jaime, renunció a la corona y vistió el hábito blanco con la cruz roja.
Se corona Alfonso IV, el Benigno, 1327-1336. La falta de cooperación con la Castilla de Alfonso XI malogró la campaña contra Granada. Otro problema fueron las concesiones que otorgó su segunda esposa, la ambiciosa Leonor de Castilla, al hijo de ambos, Fernando, lo que disgustó al heredero primogénito de Alfonso IV, el futuro Pedro IV, el ceremonioso, hijo de su primer matrimonio. Además entrañaba la división del reino. Finalmente la oposición de Valencia abortó esta operación.
------------------ROGER DE FLOR-----------
A pesar de que la enemistad con Génova y Pisa debilitó la economía y posteriormente hubo una crisis de subsistencia, un brote de peste negra y una crisis financiera en 1381, su labor fue muy importante. Recuperó para Aragón el reino de Mallorca al que fue su último rey, Jaime III, que sólo se quedó con Montpellier, ciudad que vendió al rey de Francia para pagar a su ejército. También Alfonso IV sentó las bases para tomar Sicilia.
La guerra con Génova trajo la enemistad con Pedro I de Castilla, el Cruel, ya que tenía intereses comunes. Fue llamada “La guerra de los dos Pedros”. Que duró desde 1356 hasta 1363. Enfrentamientos y treguas s ¡hicieron que la guerra se prolongara tanto, debido a que el aragonés debía reunir a las Cortes cada vez que necesitaba fondos para la guerra. Para colmo, el aspirante a rey de Castilla y enemigo de Pedro I, Enrique de Trastámara, al subir al poder se negó a entregar Murcia a Aragón, según estaba acordado. En 1375 fue cuando ambos reinos terminan el conflicto.
Pedro IV debió enfrentarse a las presiones de los nobles aragoneses, descontentos poro el excesivo peso que habían conseguido los catalanes en las labores de gobierno y dirección de la política internacional. La revuelta de 1327 fue cuando nombra a su hija Constanza heredera al trono, temeroso de no dejar un hijo varón. Esto molestó a su hermano Jaime de Urgel que convenció a algunos en Zaragoza de que se trataba de una medida ilegal. Jaime consiguió recuperar sus derechos al trono.
Pedro obtuvo dos victorias aplastantes contra su hermanastro Fernando, pero no pudo proyectar el éxito militar a lo político ya que nuevamente la peste negra y otros desastres naturales como la sequía o las plagas de langostas, consiguieron desarrollar una crisis económica y guerras exteriores, por lo que la oligarquía aragonesa mantuvo parte de sus privilegios.
Entró en guerra contra Génova en 1351 apoyando a Venecia. Los genoveses ocuparon el Alguer, de donde fueron expulsados por los catalanes en 1354. Consiguieron la repoblación de la ciudad con aragoneses y catalanes, por lo que en la ciudad sarda aún se habla variedades lingüísticas de la Corona de Aragón. Pedro IV tuvo que enfrentarse asimismo a una rebeldía en la isla desde 1364 hasta 1386.
Pedro IV falleció en Barcelona en enero de 1387.
viernes, 13 de noviembre de 2020
40.- REINOS CRISTIANOS - CORONA DE ARAGON (5)
Los últimos años de Jaime I estuvieron marcaos por las luchas nobiliarias. Su hijo primogénito, Pedro luchó contra el bastardo Fernando Sánchez de Castro. Éste propugnaba la desunión con Cataluña, cosa que no aceptaba Pedro. Fernando fue derrotado por Pedro y lo mandó matar en 1275. Posteriormente se reconcilió con su padre. Al año siguiente murió Jaime y le sucedió Pedro III como rey de Aragón, llamado “el Grande”, Conde de Barcelona y rey de Valencia, integrado por los condados de Rosellón y Cerdeña y el señorío de Montpellier. Pedro reinó desde 1276 a 1285.
Atacó Sicilia amparándose en los derechos de su mujer, Constanza, y también en atención a los sicilianos que querían librarse de Francia. Fue excomulgado por el papa y despojado de sus derechos sobre sus Estados en beneficio de Felipe III de Francia, que invadió Aragón con a ayuda de Jaime de Mallorca-Rosellón, hermano del Pedro. --
-----CORONA DE ALFONSO III --------
-------ALFONSO III DE ARAGÓN---
Aquí se produce un hecho que marcaría, otra vez, la imposibilidad de alcanzar una unidad jurídica para España. Se trotó de la concesión de privilegios a los que se vio obligado Pedro III, (Privilegio General de Aragón, las “Consuetuds” a Barcelona y varias concesiones a Valencia y el resto de los condados catalanes). Esto marcó un equilibrio de poder entre el monarca, la alta nobleza y la oligarquía urbana. Juramentados en las Cortes de Tarazona y Zaragoza en 1283, para actuar unidos contra el rey le plantearon una serie de reivindicaciones imposibles de rechazar dada la situación. Pedro III consiguió rechazar la invasión francesa y poco después falleció.
Con Pedro el Grande, se había hecho realidad el proyecto expansionista por el Mediterráneo central con las conquistas de Sicilia y Cerdeña y de los ducados de Atenas y Neopatria. La Corona de Aragón creo así un auténtico Imperio comercial mediterráneo que en algún momento llegó a competir con las repúblicas mercantiles italianas. Contaba con consulados repartidos por toda la cuenca del Mare Nostrum, de Occidente hasta Oriente, en tierras italianas, griegas y musulmanas, con un cónsul nombrado por el rey o por el condado de Barcelona. Éstos contaban con su propia iglesia. El papa llegó a plantear la licitud de comerciar con los musulmanes y llegó a excomulgar a quienes lo hicieran. Solamente sirvió para incrementar los precios.
.---------PEDRO III DE ARAGÓN ---------
Esta expansión mediterránea de Aragón, unida a diversos factores, determinaron el auge económico de la Corona aragonesa desde finales del siglo XII hasta mediados del XIV, en que la peste, entre otras razones determinó un cambio de tendencia, en sentido negativo.
El sucesor de Pedro fue su hijo Alfonso III de Aragón. Apodado el Liberal, nació en Valencia en 1265 y moriría en Barcelona en 1291. Fue rey de Aragón, y de Valencia, y conde de Barcelona entre 1285 y 1291, y rey de Mallorca entre 1286 y 1291. Los problemas de su corto reinado, estuvieron centrados en la posesión de Sicilia y en la oposición de la nobleza aragonesa. Cuando recibió la Corona el monarca se encontraba junto a la expedición de Mallorca, enviada por Pedro III para luchar contra su hermano Jaime, feudatario de la isla
Gobernó la isla de Sicilia, antes de ser rey, durante las ausencias de su padre, pero el conflicto se internacionalizó al participar en el dominio de la isla el Pontificado, la casa francesa de Anjou y los reinos de Francia, Castilla y Mallorca. Carlos de Salerno, hijo de Carlos de Anjou, fue hecho prisionero por Pedro III, lo que trajo consigo la amenaza, por parte de los franceses, sobre el valle de Arán, Aragón y Gerona, ciudad que fue conquistada por Felipe III de Francia.
Sin embargo, la postura beligerante de los aliados franceses solo fue posible con la ayuda de Jaime de Mallorca, quien permitió a los ejércitos franco pontificios atravesar los territorios del Rosellón y por la actitud de Sancho IV de Castilla, quien no acudió a ayudar al rey aragonés. Alfonso III firmó con Francia y con el papa Nicolás IV la paz de Canfranc el 26-X-1288.
Alfonso III se comprometió a ir a Roma para que le fuera levantada la excomunión, realizar una cruzada en Tierra Santa y procurar la salida de Sicilia de los partidarios de Jaime. Por otra parte se instó a Nicolas IV a ejecutar sus compromisos anteriores y a reconocer el señorío de Alfonso III sobre Mallorca.
Al surgir las batallas por la sucesión en el reino de Castilla, Alfonso apoyó al infante de la Cerda, a quien coronó en Jaca como rey de Castilla (1288) en contra de las aspiraciones de Sancho IV. La oposición aragonesa formada por la nobleza, mesnaderos, caballeros e infanzones de Aragón, Valencia y Ribagorza, no olvidó nunca el gesto de Alfonso III al tomar el título de rey sin haber jurado los fueros y llegó a ofrecer la Corona a Carlos de Valois. El monarca concedió a sus opositores el privilegio de la Unión, en 1287, conjunto de preceptos en detrimento del poder real Incluía, entre otros, el de que el rey ante aragoneses y valencianos de no ejecutar ni prender a nadie sin el consentimiento de las Cortes y de no embargar la propiedades rústicas sin sentencia del Justicia Mayor.
El monarca aragonés instauró en las Cortes de Monzón (1289) el juicio de purga de taula, procedimiento por el que los oficiales públicos debían exculpar o reparar purga las equivocaciones cometidas. La purga de taula fue instituida en Cataluña y realizada por Pedro III en las Cortes de Barcelona de 1283.
Alfonso III el Liberal falleció sin lograr contraer matrimonio con Leonor de Inglaterra. Dejo en su testamento los estados de Aragón a su hermano Jaime, rey de Sicilia, y la isla mediterránea al infante Fadrique.
martes, 10 de noviembre de 2020
39.- REINOS CRISTIANOS - CORONA DE ARAGÓN (4)
En la Batalla de Muret muere el Rey de Aragón Pedro II, frenando la expansión de la Corona de Aragón en la zona del Mediodía francés.
Su sucesor era Jaime I. Nació en Valencia en 1208 y murió en 1276. Fue llamado el Conquistador. Fue Rey de Aragón, de Mallorca y de Valencia, conde de Barcelona y de Urgel y señor de Montpellier. Hijo de Pedro II de Aragón y de María de Montpellier.
Cautivo de Simón de Monfort, caudillo de los cruzados partidarios del papa en la campaña albigense, solamente la intervención de los nobles aragoneses y catalanes con el papa consiguieron liberarle. En pocos años Jaime paso por duras pruebas que forjaron sus carácter. Una de las primeras dificultades que tuvo que afrontar el rey-niño, fue la amenaza del nuevo Papa Honorio III. Casa Jaime con Leonor de Castilla, aunque luego fue anulado, aunque ya tenían un hijo. Comienza los graves problemas. Pugna entre la nobleza y la monarquía, bancarrota financiera heredada de su padre, problemas derivados de la sucesión en el condado de Urgell y la rebelión de los ricos-hombres aragoneses.
A raíz de la batalla de las Navas de Tolosa se produjo el hundimiento y la fragmentación del poder almohade en al-Andalus, que propició en las décadas siguientes el avance de las fronteras de los reinos cristianos hacia el sur, y mientras Portugal llegaba al Algarbe en 1249, Castilla conquistaba Sevilla (1248) y Jaime I el castillo y villa de Biar (1245), dando por finalizada la conquista de las tierras valencianas. Por entonces se proclamó un emir de los musulmanes en Murcia. En 1229 se firmó en Calatayud un acuerdo por el que el emir se declaró vasallo de Aragón, le ofreció rentas y Peñíscola, Morella, Alpuente, Culla y Segorbe, a cambio de ayuda militar y la entrega de los castillos de Ademuz y Castielfabib.
En 1235 se casaría con Violante de Hungría, con quien tuvo diez hijos.
Jaime I fue el primer gran protagonista de la expansión mediterránea de la Corona de Aragón, comenzando por la conquista de Mallorca, que Jaime promocionaría como una obra colectiva, que a todos beneficiaría. Sobre la conquista de Mallorca, buena parte de la historiografía nacionalista le atribuye a Jaime I una premeditada intención pancatalanista con las conquistas de Valencia y Mallorca. Sin embargo antes de morir en 1276 lo que hizo fue desgajar su patrimonio dinástico entre sus hijos. A Pedro III le legó las posesiones peninsulares (Aragón, Cataluña y Valencia) y a Jaime II las ultrapirenaicas (Rosellón y Cerdaña) e insulares (Baleares).
----------CASTILLO DE MONZÓN -------
Además participaron unos 15.000 infantes y unos mil caballeros aragoneses en virtud de sus obligaciones con el soberano en su mayoría procedentes de condados catalanes, a los que se sumaron unos 500 mercenarios originarios de la Provenza, Marsella y Narbona. Además del del rey, aportaron huestes Nuño Sánchez I de Rosellón y Cerdaña. Hugo IV de Ampurias, la Orden de los Templarios, Ramón II de Moncada, entre otros.
La isla de Ibiza fue conquistada en 1235. Mallorca se constituyó como un territorio más de la Corona. La conquista supuso acabar con la piratería islámica en las Baleares, que se constituían en puente para el comercio entre Cataluña y el norte de África. La conquista de Valencia, auténtica obsesión para Jaime I, cuyas energías absorbió durante quince años, se preparó minuciosamente dada su trascendencia, una vez ocupada Mallorca y alejado el peligro musulmán del Mediterráneo.
El Puig se tomó en agosto de 1237. Se llega a los límites estipulados para la conquista entre Aragón y Castilla en el tratado de Almizra en 1244, firmado para delimitar las áreas de reconquista de las Coronas de Castilla y Aragón.
Con el reino de Castilla, Jaime ayudó a su yerno Alfonso X a pacificar la rebelión de los mudéjares murcianos. Acudió en ayuda del rey de Castilla, sometió Murcia en 1266 e inició un proceso de repoblación con catalanes y aragoneses, devolviendo luego Murcia a Alfonso el Sabio. También el Conquistador autorizó a sus súbditos a luchar con el rey de Castilla frente a la ofensiva de Marruecos y Granada.
Para resolver sus diferencias con Francia, el 11 de mayo de 1258 Jaime I firmó con Luis IX (San Luis), el tratado de Corbeil, en virtud del cual Luis IX renunció a los derechos que desde tiempos de Carlomagno pretendía tener sobre el Rosellón, Conflent y Cerdaña, y a los condados catalanes (Barcelona, Urgel, Besalú, Ampurias, Gerona y Vic), y Jaime I a los derechos que le asistían sobre diversos lugares del mediodía francés. El tratado ha sido juzgado con dureza por los historiadores, en particular los catalanes, ya que ponía fin a la expansión y política ultra pirenaica de la Corona de Aragón.
El espíritu de cruzada de Jaime I le llevó a emprender una expedición a Tierra Santa, como resultado de la embajada tártara que recibió. Los tártaros, enemigos de los turcos, ofrecían unir su ayuda a la del emperador bizantino Miquel Paleólogo en la expedición a Tierra Santa que desde hacía tiempo Jaime I proyectaba. El 4 de septiembre de 1269 zarpó de Barcelona pero una tempestad hizo fracasar la empresa. La mayoría de los historiadores apelan a la edad del monarca, con sesenta años, y, sobre todo, al deseo de estar junto a Berenguela Alfonso, con quien tenía amores.
En 1275 se sublevaron los mudéjares valencianos y Jaime I El Conquistador fue derrotado por los moros en Llutxent (junio de 1276), falleciendo el mes de julio de ese mismo año. Su herencia se repartió entre Pedro III de Aragón, Valencia y conde de Barcelona, y Jaime, que recibió Mallorca, y los condados de Rosellón, Cerdaña y el señorío de Montpellier.
Fue en el reinado de Jaime I cuando se produjo el nacimiento de la conciencia territorial en la Corona de Aragón, sobre todo en los Estados fundacionales de Aragón y el principado de Cataluña. En Cataluña, la protección de la monarquía permitió el triunfo de los Usatges de Barcelona y su difusión territorial por Cataluña a mediados del siglo XIII. También Jaime I otorgó a Valencia una ordenación político-administrativa.
Para los historiadores aragoneses el juicio histórico sobre Jaime I suele ser negativo, acusándole de separar Aragón y Cataluña, entregando la primera a Alfonso y la segunda a Pedro, quedando Valencia para el tercer hijo, Jaime. Complicó el problema con el trazado de la frontera entre Aragón y Cataluña, tras la adjudicación final de Lérida a Cataluña, y puso la frontera en el cauce del Cinca, y el resultado fue el enfrentamiento entre ambos territorios, que llevaban cien años unidos. Y la misma opinión les merece sus acciones de conquista y la creación de los reinos de Valencia y de Mallorca. Obviamente, para mallorquines y valencianos, la visión del monarca es radicalmente opuesta y es el gran rey, el tótem histórico, el mito, el punto de partida de los futuros reinos de Mallorca y de Valencia, el creador de sus señas de identidad hasta nuestros días. Territorio, fueros, moneda e instituciones.
Fue un gran creyente y un gran pecador, además de mujeriego, ya que sus últimos añores corresponden a las vísperas de su muerte. Monarca longevo, falleció a los 71 años, tras sesenta y tres de reinado, que coincide con la época del apogeo medieval.
38.- REINOS CRISTIANOS - CASTILLA (8)
El rey Enrique IV en 1468, se encuentra en una situación muy complicada. Su hermano Alfonso había muerto y su mujer estaba embarazada de otro hombre, lo que quedaba claro que la sospecha de la bastardía de su hija Juana fuera cierta ya que el rey no había tenido hijos con su primera mujer y con Juana pasaron siete años hasta el parto de Juana, (la Beltraneja). Esto contribuyó a que se decidiera a negociar. La poderosa Liga Nobiliaria a modifica su estrategia, eligiendo a Isabel para heredera al trono.
Se señaló la fecha del 19 de septiembre de 1468 para la entrevista en Guisando. Un día antes, en Cadalso, (a dos horas de Guisando), ambas partes firmaron un documento en que se señalaba las cosas de las que se hablaría. Erróneamente se ha llamado a este documento el Tratado de los Toros de Guisando. Al día siguiente se realizaron los actos, pero no se firmó ningún documento, pero se acordó, primero detener la guerra. Segundo, Isabel sería reconocida como Princesa de Asturias, otorgándose su juramento por las Cortes y la Junta de la Hermandad en el plazo de cuarenta días. Tercero, Isabel recibirá rentas y propiedad como el Principado de Asturias, las rentas de Ávila, etc. Cuarto, Isabel se comprometía a casarse con quien el rey acordase, con el consejo del arzobispo. Pero la princesa se reservaba el derecho a rechazarlo. Quinto se establece que el rey no está legítimamente casado con Juana de Avis “a servicio de Dios”, es decir, que aquel matrimonio entre primos segundos se realizó sin dispensa papal. Se haría divorcio y separación entre ambos, enviándose a ella a Portugal, dado su grave pecado de concubinato. Sexto, la “hija de la reina”, (por no certificar quien era su padre), será llevada a la Corte permaneciendo en ella. Al no estar casados sus padres, era hija ilegal.
Pues bien. De momento estaba todo aclarado. Enrique ordenó detener la guerra y que se reconociera a Isabel como su heredera en el trono. Dado que Isabel estaba en Ocaña al amparo del marqués de Villena, Pacheco, este intrigante e incumplidor de pactos como sabemos, dejó pasar los cuarenta días acordados para el Juramento por las Cortes. Pacheco, astuto manejaba la situación e Isabel, que tenía aún diecisiete años y no contaba con experiencia en asuntos de Estado aún. Pero desde luego tonta no era, con lo cual en secreto encargó a persona de confianza que llevase un documento para su firma y hacer público lo firmado en Cadalso por el rey, haciendo hincapié en las donaciones que incluían el Principado de Asturias. Todo lo encomendado fue realizado y cuando el marqués Pacheco, tempo después, quiso deshacer lo hecho en Guisando, se encontró con la sorpresa de que tanto en Asturias como en Vizcaya no solo se negaron a obedecer, sino que reafirmaron su fidelidad a la princesa, en quién veían encarnarse la antigua legitimidad, y Covadonga, origen de aquella lucha por la recuperación de la cristiandad, no era para el pueblo asunto baladí.
Hay que tener en cuenta que Según Manuel Colmeiro, de la Academia de la Historia, en su libro “Introducción a Cortes de los antiguos Reinos de León y de Castilla” nos dice : “Es sabido que Enrique IV, muerto su hermano el Príncipe D. Alonso, mandó jurar Princesa y heredera de sus reinos a la Infanta Doña Isabel el 19 de Setiembre de 1468 en la venta de los Toros de Guisando. Concurrieron a esta ceremonia, que tanto pesó en la balanza de la fortuna de España, muchos prelados y caballeros que con el Rey estaban. Un pueblo innumerable fue testigo de aquella solemnidad, a la cual faltó para ser completa la presencia de los procuradores de las ciudades y villas del reino. Subsanaron la falta las Cortes de Ocaña de 1469, pues según la carta que la Princesa Doña Isabel escribió a Enrique IV, cuando ya meditaba el Rey el rompimiento con su hermana, después en la villa de Ocaña “por mandado de vuestra señoría, otros muchos prelados e procuradores de las cibdades e villas... lo juraron, según que vuestra señoría bien sabe, e a todos es notorio”.
Confirmada la jura de la Princesa en las Cortes inmediatas, se desvanecen todos los escrúpulos acerca del derecho de sucesión en la Corona que asistía a doña Isabel; derecho declarado por el único tribunal competente, que no pudo invalidar la jura posterior de doña Juana, hija presunta del Rey, en el Ayuntamiento de grandes, prelados y caballeros de Val-de-Lozoya, porque no se reunieron allí los tres estados del reino, como era necesario, para anular la concordia de los Toros de Guisando”
Se refiere aquí el historiador al repudio realizado por el rey por la boda de Isabel y Fernando en 1469, que no contaba con su aprobación como señalaba los Pactos de los Toros de guisando. El rey reconoció nuevamente los derechos de su hija Juana en la Ceremonia de la Val de Lozoya el 25 de noviembre de 1470, pero no asistieron allí representantes de los tres estados del reino, como era preceptivo para anular el pacto anterior.
No obstante unos cuantos nobles con Pacheco a la cabeza hicieron lo imposible para incumplir lo de Guisando. Pactaron casar a Isabel con Juan V de Portugal, (el africano), que la llevaría a su tierra, y por la enorme diferencia de edad es posible que no nacieran hijos, y se casaría a Juana con el príncipe heredero de Portugal, Joao. Se reconocerían los derechos tanto de Portugal como los de Castilla para la segunda pareja y se retiraba a Isabel de la escena política a la vez que también a los temidos aragoneses. Los embajadores de Enrique ya estaban en Roma para solicitar la dispensa papal para ambos matrimonios, estableciendo así un infranqueable argumento respecto a cualquier demanda que se plantease desde Aragón a favor de Fernando.
Pero recordemos que en el acuerdo de Guisando, existía la posibilidad de que Isabel rechazara al pretendiente ofrecido por el rey. También sucedió que Juana de Avis no había sido enviada a Portugal. Tanto Pacheco como el rey estaban incumpliendo sus palabras.
En enero de 1469 llegó la embajada portuguesa a concertar las condiciones el matrimonio de Alfonso V, (el rey portugués), viudo a la sazón, con Isabel, pero está claro que ella se negó rotundamente. Y en junio de 1469 la Cancillería Pontificia expidió la dispensa para el parentesco entre el rey de Portugal e Isabel. El portugués rechazado ya no volvió a ocuparse del asunto y durante años estuvo ajeno a los asuntos de Castilla.
Pero los consejeros de Enrique establecieron que la princesa debía obedecer al rey, su señor, y al no hacerlo el rey quedaba facultado, por poder real, a revocar su nombramiento de sucesora. Isabel dio aquí otra muestra más de su templanza e inteligencia. Argumentó que al aceptar el rey en el documento de Guisando, que Juana no era nacida en matrimonio legítimo, por consecuencia no se la había dado nada a Isabel, sólo se le había reconocido una condición en derecho de heredera, y si ella no existiese a la muerte del rey, la corona pasaría a Fernando de Trastámara, hijo del rey de Aragón, esto era lógico ya que Fernando era un Trastámara. En este punto podemos suponer que la opción de la boda con Fernando ya la consideraba Isabel.
-------- Recreación popular del tratado de los Toros de Guisando ------
Enrique IV, presionado por Pacheco despidió a los consejeros de las Cortes, sin que tuvieran oportunidad de pronunciarse. Con lo cual, además de no enviar a Juana de Avis a Portugal, no había entregado las villas que debían de constituir las rentas de Isabel, había transcurrido más de siete meses del tiempo pactado para cumplir los acuerdos con las Cortes, e Isabel en abril de 1469 era casi una prisionera en Ocaña en manos de Pacheco.
Se le propuso al duque de Guyena, un francés hermano de Luis XI, un indeseable y deforme persona que la hubiera llevado a Francia, que por supuesto rechazó. Con estos datos para Isabel una cosa estaba clara, el rey había incumplido los pactos habidos. Fundamentalmente porque había disuelto las Cortes.
Aparece en escena Pieres de Peralta, un “mosén” (tratamiento usado en Aragón antiguamente reservados a los ciudadanos honorables). Enviado por Juan II de Aragón para ir tratando el matrimonio de su hijo con Isabel. El arzobispo Carrillo fue un entusiasta defensor de esta causa, ya que buscaba reforzar su influencia. No había muchos partidarios castellanos temerosos de la reclamación de bienes confiscados a los aragoneses. Tres meses después de llegar, Peralta comunicó a Carrillo que Isabel le había dicho “me caso con Fernando o con ningún otro”. Debemos entender la frase como es, o sea que se casa con Fernando, o se quedaba soltera, sin problema alguno.
Había otra cuestión que se tuvo que lidiar: Isabel y Fernando eran hijos de primos hermanos, y era imprescindible una dispensa para legitimar el matrimonio. Pero se entendía que mientras la solicitud presentada no fuera negada por el papa, ésta ilegitimidad no existía. El riesgo es que se resolviera a posteriori.
Recreación del tratado de los Toros de Guisando con motivo del 550 aniversario.
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