domingo, 9 de marzo de 2025

EL CARDENAL RICHELIEU Y SU INFLUENCIA EN CATALUÑA

El famoso cardenal Richelieu será siempre recordado como el malo de Los tres mosqueteros de Alejandro Dumas. Pero los españoles deberíamos recordarle como el traidor a la propia iglesia católica, que tanto defendía España en esos años. Además, ¿Qué influencia tuvo su gestión sobre Cataluña?

CARDENAL RICHELIEU

En 1621 Luis XIII propuso al Papa que hiciese cardenal a Richelieu. Sólo tres años después se convertía en primer ministro. Desde el principio, Richelieu tuvo como meta neutralizar a los Austrias españoles y alemanes, extender el imperio de ultramar y centralizar el poder en Francia. Pero para eso no dudó en apoyar a los protestantes suizos contra España y a los también protestantes holandeses y alemanes en la Guerra de los Treinta años.

Fue alentado por Luis XIII, un monarca que lo aborrecía, pero al que no se le escapaba su sagacidad política. El resultado fue un fortalecimiento de la posición de Richelieu y el exilio definitivo de la reina madre. Se produjo en un momento crucial, porque durante esa época, los protestantes alemanes estaban dispuestos a llegar a un acuerdo con los Austrias que garantizaba a estos la hegemonía a cambio del reconocimiento de la libertad religiosa. 


LUIS XIII DE FRANCIA  REY DE NAVARRA Y CONDE DE BARCELONA 

En 1635, Richelieu logró entrar abiertamente en la guerra de los 30 años de parte de los protestantes, aún siendo un país católico, pero es que veía el poder del Sacro Imperio y el de España. En 1635 declaró la Guerra a España y la situación de Cataluña era clave dado su posición fronteriza. Dejando a un lado las batallas habidas, recordamos que quiso invadir España por Navarra, y fue derrotada en Fuenterrabía. Los catalanes no quisieron acudir a esa asedio francés. Después de su derrota, casi había cortado el camino a Flandes, que usaban los Tercios para abastecerse. De ahí viene lo difícil que es poner una pica en Flandes. Se pensó abrir un segundo frente en los Pirineos, que permitiría un rápido abastecimiento a las tropas. Este frente se abriría en Cataluña, lo que posibilitaría una aportación del Principado. La presencia del ejército no era agradable para las poblaciones fronterizas. El pueblo despreciaba al ejército, los nobles no querían aportar y la situación económica que era grave, influía negativamente para que Cataluña, al igual que el resto de España, entrara en guerra.

PAU CLARÍS 

Encabezados por Pau Claris, jefe del estamento eclesiástico, se impusieron en Barcelona los radicales secesionistas. Ese mismo año de 1640 en septiembre, la Diputación Catalana pide a Francia apoyo armamentístico. En octubre de 1640 navíos franceses usaban los puertos catalanes y Cataluña pagaba a un ejército francés de tres mil hombres, para empezar, que Francia enviaría al condado.  Al mes siguiente un ejército del rey recuperó Tortosa camino de Barcelona. Al acercarse a la ciudad estalló una revuelta más importante que la del Corpus, por lo que se selló la alianza con Francia. El 16 de enero de 1641, la Junta de Brazos (Las Cortes sin el rey) aceptaron la propuesta de Clarís de poner a Cataluña bajo protección del rey de Francia.

El enviado del rey francés a Cataluña ofreció la intervención militar solo en el caso de ser reconocido como soberano el rey francés. Lo aceptaron de forma que Luis XIII de Francia pasó a ser el nuevo conde de Barcelona. Poco después, en enero, un ejército franco-catalán lucharon y vencieron en Barcelona al ejército de Felipe IV que se retiró y no volvería hasta diez años más tarde. El Presidente de la diputación catalana, proclama la República y se la ofrece al rey Francés que es nombrado Conde de Barcelona y se consideran subditos de la corona francesa. El campo de batalla entre Francia y España que era Cataluña, los catalanes querían evitar al comienzo de la guerra y por no querer costear algo su defensa en favor de España, ahora lo hacían en favor de Francia, para colmo cediendo parcialmente su administración a un extranjero.

Richelieu nombró entonces un virrey y llenó la administración catalana de conocidos pro-franceses. A Cataluña el ejército francés le salía cada vez más caro y además se mostraban como un ejército de ocupación, un invasor. Por otro lado los comerciantes franceses competían con los catalanes favorecidos por Francia, y Cataluña se convirtió en una zona mercante más. Si a esto le sumamos la guerra, su costo, la consecuente inflación, para colmo hubo plagas y enfermedades generalizadas, llevó a la población a una situación límite. Advirtieron que su situación era peor con Francia que con Felipe IV.


EL ROSELLÓN 

En 1643, el ejército francés de Luis XIII conquista el Rosellón, Monzón (en Aragón) y Lérida. Richelieu y el rey francés murieron en 1643. Por una de esas ironías de la Historia, su sucesor en el cargo sería también un cardenal, llamado Mazarino y la regente era Ana de Austria, hermana de Felipe IV. Toda una ironía del destino. La política del país apenas varió con el valido, cardenal Mazarino. En 1648 termina la guerra de los 30 años con el Tratado de Westfalia y con la retirada de la guerra de sus aliados, los Países Bajos, Francia comienza a perder interés por Cataluña. Pero la guerra en Cataluña prosiguió

El fin de la guerra se saldó con la anexión del Rosellón (que jamás se recuperaría), y otras comarcas a la corona francesa, anexión confirmada en el Tratado de los Pirineos (1659), aunque en la Cataluña francesa los fueros catalanes fueron derogados en 1660. Se estipuló también el casamiento de la infanta María Teresa de Austria, hija de Felipe IV, con Luis XIV de Francia. Así se impuso la hegemonía de Francia sobre España.


jueves, 6 de marzo de 2025

LO QUE NATURA NON DA SALAMANCA NON LO PRESTA.

 

La Universidad de Salamanca inició su ininterrumpida actividad docente en 1218. Fernando III de Castilla (1199-1252) confirmaría por Real Cédula todas las franquicias y privilegios otorgados a las Escuelas salmantinas; privilegios que, en 1254, ratificaría su hijo Alfonso X "el Sabio", quien emplea por primera vez la palabra universidad en relación con el establecimiento docente.


El papa Alejandro IV concedió al alma máter salmantina el título de Estudio General, quedando así equiparada a las universidades ya existentes en París, Bolonia y Oxford. La Universidad de Salamanca se convirtió, junto con París, Oxford y Bolonia en una de las primeras universidades europeas y hoy en día es la única española que ha mantenido su actividad a través de los siglos.

En el siglo XVI, momento de esplendor de la universidad salmantina (que se convirtió en el foco más importante del neoescolasticismo español frente al erasmismo dominante en Alcalá de Henares), llegaron a frecuentar sus aulas hasta 12.000 estudiantes en un año, muchos de ellos de los más diversos países de Europa, para asistir a sus cursos, impartidas por insignes maestros de la categoría de Fray Luis de León, y otros nombres ilustres del Siglo de Oro.

La Universidad salmantina  ha quedado vinculada a la Historia Universal por una serie de hechos y personalidades que llegaron a marcar la evolución de la sociedad occidental

A causa de la Universidad, en Salamanca se construyeron diversos colegios, sobre todos los llamados Mayores. El más antiguo fue el Colegio Viejo o de San Bartolomé (1401), debido a la iniciativa del arzobispo don Diego de Anaya. El actual edificio, de estilo neoclásico, más conocido como Colegio de Anaya, fue construido en el siglo XVIII sobre otra edificación anterior. Uno de los personajes más ilustres vinculados a la Universidad de Salamanca fue Miguel de Unamuno. Catedrático de griego y rector de la facultad, un busto suyo preside una lujosa escalera en dicho colegio. De entre su ornamentado arquitectónico sobresale su fachada construida en estilo plateresco hacia el año 1525, y se ha convertido en el centro de interés artístico de la universidad. Sobre las dos arcadas de la fachada, se divide en tres cuerpos: en el primero aparece un medallón con los Reyes Católicos y una inscripción en griego que dice “los reyes a la Universidad, y esta a los reyes”; en el central, el escudo imperial de Carlos V, y en el superior, la figura del Papa con dos cardenales.

miércoles, 5 de marzo de 2025

ARQUITECTURA BRUTALISTA EN MADRID

La capital fue escenario de una fertilísima regeneración arquitectónica en la década de los sesenta cuyo emblema es Torres Blancas y cuyas huellas de hormigón describen un itinerario fascinante (y fantasmal). 


Edificio "los Cubos"
Una de las obras más interesantes de la arquitectura madrileña no existe. Y no porque desapareciera con el paso del tiempo, sino porque el Ayuntamiento de Madrid permitió demolerla en 1999. Me refiero a la Pagoda de Miguel Fisac, sobrenombre de la sede de los laboratorios JORBA y víctima de un atentado urbanístico que las autoridades permitieron a expensas de la reputación del brutalismo.


Edificio La Pagoda 
El brutalismo en Madrid más escondido: entre el mal gusto y los ecos a Le Corbusier
El brutalismo es una corriente arquitectónica que se derivó de la precariedad de la posguerra, II Guerra Mundial y cuya idiosincrasia tanto se reconocía en la sobriedad de los materiales, el hormigón, el ladrillo, el metal, como en la funcionalidad de las construcciones. Era la manera de reaccionar a la desolación de los bombardeos y a la devastación de las ciudades, aunque las emergencias de la corriente arquitectónica no contradijo el esmero de una estética severa y responsable, empezando por los "prototipos" de Londres.

Instituto del patrimonio Nacional 
La monstruosidad de la Guerra había introducido un discurso filosófico respecto a la misión del arte. Y a la resignación con que debía aceptarse el fin de la belleza en su dimensión más lúdica y creativa. Procedía un periodo de oscuridad, de sobriedad. O un movimiento de rotundidad y grisura al que pusieron adjetivos interesantes varios de los arquitectos más cualificados de Occidente. Incluidos Le Corbusier, Mies van der Rohe o Alvar Aalto.

Torre de Valencia 
El brutalismo prorrumpió en la España de Franco y lo hizo en Madrid. No me refiero a la fealdad y al feísmo de las construcciones precarias, ni a la vacuidad hortera de la arquitectura megalómana, sino a la condescendencia con que el régimen toleró las fórmulas vanguardistas.
La difunta Pagoda de Fiscac, inaugurada en 1967, fue una de ellas, aunque la expresión brutalista más popular de todas probablemente consiste en las Torres Blancas, de Sáenz de Oiza. No se explica la realización de la obra (1969) sin la mediación de Juan Huarte, propietario de la empresa constructora y mecenas polifacético de las vanguardias.
Se ha convertido Torres Blancas en un icono de la ciudad, más interesante de cuanto puedan serlo la Cibeles o la Puerta de Alcalá. Y en el ejemplo de una peculiaridad del brutalismo madrileño: las obras que jalonan el interés del movimiento no se localizan en barrios populares ni en modelos desarrollistas, sino en zonas privilegiadas de la ciudad y en barrios acomodados.
Es el caso de la urbanización Galaxia en Argüelles o de la zona más exclusiva de Cuzco, aunque el brutalismo también puede identificarse en otros edificios civiles que han sobrevivido a los vaivenes de las modas y que han adquirido una singularidad estética en las entrañas de la villa.
Torres Blancas 
El brutalismo no discrepa de la armonía ni de la belleza, pese a la semántica del movimiento arquitectónico. 
Ni siquiera se manifiesta en la excentricidad o las variedades estrafalarias. Por eso tiene sentido detenerse en el suburbio carísimo de Somosaguas. Y asombrarse con el chalé de hormigón que concibió Javier Carvajal a finales de los sesenta.
Esta corriente bebe de las fuentes del concepto residencial Unité d'Habitation de Le Corbusier en Marsella, fechado también a comienzos de mitad de siglo XX. "La expansión global de este nuevo estilo coincide con la necesidad de reconstrucción en las ciudades en periodo de posguerra, lo que incrementa su popularidad", en palabras de Ana del Rosario Íscar, para Open House Madrid.

Casa Carvajal
Se trata de una propiedad privada, pero la visita clandestina en los aledaños del templo civil permite hacerse una idea del racionalismo brutalista en su expresión más pura y estética. No hace falta transgredir la propiedad privada. Otra posibilidad para apreciarla consiste en navegar en las filmotecas y reanimar La madriguera, una película inquietante de Saura que se rodó en la Casa Carvajal y que redunda en la fertilidad con que las vanguardias cohabitaron con el franquismo, no por afinidad, claro, sino por la ceguera del caudillo y el desinterés mismo. 
 

lunes, 3 de marzo de 2025

PALACIO REAL DE MADRID

Es uno de los más hermosos y mejor conservados de Europa. Sus más de 135.000 metros cuadrados han sido testigos de siglos de la historia de España. Es una de las pocas residencias oficiales de Jefes de Estado que está abierta al público. Cerca de 1,5 millones de visitantes vienen cada año a descubrir sus rincones, sus obras de arte y sus tesoros únicos en el mundo.

Originalmente fue el Real Alcázar, fortaleza levantada en el mismo solar donde hoy se alza la construcción barroca. El rey Enrique III de Castilla lo convirtió en una de sus más frecuentadas residencias. Durante la guerra de Sucesión castellana (1476) las tropas de Juana la Beltraneja fueron sitiadas en el alcázar, lo que ocasionó algunos destrozos. El emperador Carlos I comenzó con reformas en el alcázar, empleando ya una arquitectura renacentista. Felipe II impulsó mayores obras contratando a artistas de Italia, Francia y los Países Bajos. Fue por entonces cuando se construyó la llamada Torre Dorada y la Real Armería, derribada en 1894. Felipe III, Felipe IV y Carlos II continuaron con este proyecto.

Cuando Felipe V, primer monarca español de la Casa Borbón, llegó a Madrid en 1700 y vio que su residencia sería el destartalado Alcázar de los Austrias, se les cayó el alma a los pies. Ese vetusto edificio nada tenía que ver con las refinadas estancias del Palacio de Versalles, donde hasta entonces había residido.  No le gustaba nada el Alcázar. Casualidad o no, lo cierto es que en la Nochebuena de 1734, se desató un violento incendio (algunos creen que provocado) en el edificio. Tras el suceso, el nuevo monarca Borbón decidió renovar por completo el inmueble. Así se iniciaron las obras del actual Palacio Real de Madrid, que en la actualidad es el complejo palaciego real más grande de Europa occidental. Consideró que el antiguo alcázar era demasiado austero y estaba anticuado por lo que acometió nuevas reformas. La reina María Luisa Gabriela de Saboya por su parte y la Princesa de los Ursinos redecoraron las estancias al gusto francés.

Desde que se quemó creencia de que el lugar estaba maldito. Y había quienes establecían que veían fantasmas. Además de este incendio, hay otras leyendas que están en el Palacio Real. En este caso, está relacionado con la vida del rey Felipe V, pues se dice que mandó cortar las manos de su arquitecto Felippo Juvara, quien estuvo al cargo de construir el palacio. Se dice que este arquitecto falleció por todo aquello que mandó hacer el rey y que por esto su espíritu paseaba por el lugar. La segunda esposa de Felipe V, Isabel de Farnesio, tenía muchas pesadillas donde veía un terremoto. Por esto, se ordenó acabar y retirar con aquellas estatuas que estaban en el techo porque tenía miedo de ser aplastada por una de ellas.

Más tarde fueron sacadas del palacio y actualmente las encontramos en los jardines de la Plaza de Oriente. Cuando el rey abdicó en su hijo Luis I, éste murió a los siete meses. Y volvió a reinar Felipe V, que estaba trastornado completamente. depresiones que le “apagaban” por momentos. Estos problemas de salud mental llegaron a su máximo apogeo en la segunda parte del reinado, cuando Felipe V se vuelve completamente loco. Una de las anécdotas es que el rey se consideraba una rana o un muerto que no tenía por qué moverse o hablar.  Se obsesionó con que su camisa estaba envenenada, por lo que se negaba a ponerse una que no hubiese llevado antes.

Entre los secretos que se dicen de este lugar es que hay variedad de pasadizos secretos y que han estado muy vivos a lo largo de la historia. Así es notable hablar de la construcción de  túneles subterráneos que unían la residencia con diferentes zonas.

Hay más leyendas, como los jardines del Campo del Moro que están debajo del Palacio Real. En este caso, destaca la figura de Juan II de Castilla, que rey con sólo 14 años, contrató a un domador de osos. Las leyendas cuentan que un oso le devoró durante una noche porque trataba mal a los animales. Desde ese momento todavía se dice que se escuchan los gritos del hombre en el momento en el que el oso acabó con él.

El último monarca que vivió en palacio de manera continua fue Alfonso XIII, que terminó huyendo de España sin abdicar. Y luego lo ocupó Manuel Azaña, presidente de la Segunda República, también habitó en el mismo, siendo por tanto el último Jefe de Estado que lo hizo, que también huyo de España. Durante ese periodo fue conocido como Palacio Nacional. Todavía hay una sala, al lado de la Real Capilla, que se conoce por el nombre de "Despacho de Azaña". Otra de las denominaciones empleadas para referirse al edificio es la de Palacio de Oriente; este nombre viene dado por la plaza a la que recae una de las balconadas del palacio, la plaza de Oriente, en la que también se encuentra el Teatro Real.

En cuanto a extensión, tiene 135.000 m² y más de 3.418 habitaciones. Alberga un valioso patrimonio histórico-artístico, entre el que se encuentra el quinteto de los Stradivarius Palatinos, la colección más importante del mundo de estos instrumentos, así como colecciones muy relevantes de otras disciplinas artísticas.

Su construcción comenzó en 1738, según planos del arquitecto Filippo Juvara, modificados de manera notable por su discípulo Juan Bautista Sachetti. Francesco Sabatini se encargó de la conclusión del edificio, así como de obras secundarias de reforma, ampliación y decoración. Felipe V no vivió en continuamente en el palacio, fue su hijo Carlos III el primer monarca que habitó de forma continua el palacio.

Desde entonces fue la morada habitual de los reyes de España hasta 1931. En el edificio continúan celebrándose recepciones, actos oficiales y ceremonias de estado, si bien la residencia de la familia real es el palacio de la Zarzuela, donde Jun Carlos I y Sofía se instalaron tras su matrimonio en 1962, renunciando el rey a vivir en el Palacio Real.  El último monarca que vivió en palacio de manera continua fue Alfonso XIII, aunque Manuel Azaña, presidente de la Segunda República, también habitó en el mismo, siendo por tanto el último Jefe de Estado que lo hizo. 

Durante ese periodo fue conocido como Palacio Nacional. Todavía hay una sala, al lado de la Real Capilla, que se conoce por el nombre de "Despacho de Azaña". Otra de las denominaciones empleadas para referirse al edificio es la de Palacio de Oriente; este nombre viene dado por la plaza a la que recae una de las balconadas del palacio, la plaza de Oriente, en la que también se encuentra el Teatro Real.  El interior del palacio destaca por su riqueza artística, tanto en lo que se refiere al uso de toda clase de materiales nobles en su construcción como a la decoración de sus salones con obras de arte de todo tipo, como las pinturas de artistas de la talla de Caravaggio, Velázquez, Goya y frescos de Corrado Giaquinto, Tiepolo o Mengs. Otras colecciones de gran importancia histórica y artística que se conservan en el edificio son las de la Armería Real, tapices, porcelanas, relojes, mobiliario y platería.

La colección de los Stradivarius, desde el otro lado de la vitrina, puede parecer un objeto del Museo del Palacio Real de Madrid, pero estos instrumentos, ubicados en el monumental edificio de la plaza de Oriente, son casi entes vivos que aguardan su resurrección una vez superado el límite del frío cristal. Estas piezas, con tres siglos de edad, permanecen expuestas habitualmente a la admiración de los visitantes en un lugar destacado del Palacio Real. Desde 2008 se puede apreciar la calidad de estos instrumentos, ya que Patrimonio Nacional con su generosidad organiza, de manera regular, ciclos de conciertos en vivo de los Stradivarius.

La Real Armería constituye una de las joyas del Patrimonio Histórico Español y es considerada como la más importante de Europa junto con la Imperial de Viena, tanto por el mérito de sus piezas como por la historia que otorga sentido a tal colección de armas, fundamentalmente de gala.

El Salón del Trono fue concebido como la pieza más importante de cuantas conformaban las habitaciones del rey Carlos III en el Palacio Real de Madrid. El Salón del Trono, también llamado Salón de Reinos o de Embajadores, este espacio es, actualmente, uno de los símbolos de la continuidad de la monarquía española. Además, atesora una de las mejores colecciones artísticas de Patrimonio Nacional: todos los elementos que lo decoran, destinados a cantar las glorias de los reyes de España, son obra de los mejores artistas nacionales e internacionales de los siglos XVI, XVII, XVIII y XIX.

El Comedor de Gala se presenta como una de las estancias más amplias del Palacio Real de Madrid. Creado entre 1879 y 1885, ocupa el espacio principal de la fachada de poniente. Actualmente, este salón continúa empleándose en almuerzos y cenas de gala, teniendo una capacidad para más de ciento cuarenta comensales.

Junto a él está la Catedral de la Almudena.

COLÓN LLEGA A AMÉRICA -3-

El viernes 3 de agosto de 1492 estaban listos para zarpar. Para Colón era un día glorioso, al fin podría demostrar su sueño. Solo eran tres ...