martes, 3 de enero de 2017

MONUMENTO AL DESCUBRIMIENTO DE AMÉRICA

CHILAM BALAM DE CHUMAYEL. Situado en la Plaza de Colon de Madrid, existen tres grandes bloques de piedra llamados Las profecías, La Génesis y El Descubrimiento. Cada uno de estos bloques representa cada una de las etapas del descubrimiento de América El escultor no pretendió mostrar la realidad de una extraordinaria aventura sino que materializó la imagen que el marino tuvo de sí mismo cuando se sintió encarnando al San Cristóbal de la leyenda.
El artista hizo visible el ensueño que impulsó a Cristóbal Colón a reemplazar su nombre civil por uno ficticio. Así se comprende que la grafía estampada en numerosos documentos de la época no es un seudónimo sino la representación del autor. Es su firma que dice “Cristo ferens” y que significa “el portador de Cristo.” En el primer bloque se lee una profecía que parece haber nacido en tierras de América antes de la llegada de los europeos. La inscripción dice: “A la distancia de un grito, a la distancia de una jornada están ya, ¡oh, padre! Recibid a vuestros huéspedes los hombres barbados, los del oriente, los que traen la señal de Ku, la deidad”. La cita está atribuida al libro maya del Chilam Balam de Chumayel, una de las piedras angulares de la literatura indígena americana. Se trata de varios libros que relatan hechos y circunstancias históricas de la civilización maya. Escritos en lengua maya, por personajes anónimos, durante los siglos XVI y XVII, en la península de Yucatán.
Desde el siglo XVI, indígenas evangelizados recopilaron, en el alfabeto latino, viejas memorias orales vertidas en códices o dibujos. Así se fueron reuniendo textos de diversa naturaleza: cosmogonías, calendarios, astronomía, rituales, crónicas y profecías; todos sin estructura unitaria. Entre esas memorias están los libros del profeta Chilam Balam de la región de Chumayel en Yucatán. En el texto se dice, es la “Profecía de Chilam Balam, que era cantor, en la antigua Maní”, quien preparaba a los mayas sobre la llegada de un “Padre, señor del cielo y de la tierra”. No es posible deformar la historia a placer porque se corre el peligro de saber de donde venimos y cual es nuestra identidad. El que Colón haya nacido en Génova o no, que todavía está estudiándose, no es procedente para el hecho de la proeza y posterior cristianización e incorporación al mundo civilizado de los indígenas de aquellas épocas.

VIDA EN UN BARCO HACIA AMÉRICA SIGLOS XVI-XVII

A partir del Descubrimiento los viajes fueron incesantes. Los barcos se armaban por lo general en Sevilla bajo condiciones estrictas.   Los ...