En España, debido al retraso de las promesas de 1858, como la reforma constitucional, la libertad de prensa y la descentralización se iniciaron unas disidencias que fueron creciendo. O´Donnell presentó su dimisión en 1863. - Las represiones en el campo y la ciudad habían sido brutales, y si a eso le sumamos la injusticia que imperaba, hizo que, muchos se echaran al monte. Subieron por elección de la reina los moderados y tras cuatro presidentes inútiles. Espartero fue apartado. Prim que alcanzó la fama militar se convirtió en la nueva estrella política. Dado que el poder era inalcanzable por medios legales, puesto que las elecciones serian amañadas, y tampoco por el llamamiento de la Corona, que ya era un obstáculo, el pensamiento de Prim se fue barajando “Señores, a conspirar”. La monarquía era un desastre, y los burgueses veían que esto se les estaba yendo de las manos. Isabel, sobraba desde hace rato, y a grandes males grandes remedios.
GENERAL JUAN PRIMEn
mayo de 1866 debido en parte al incremento de la especulación, al abuso del crédito
y a la escasez de dinero real, una fuerte crisis económica, con quiebras de
empresas, restricción de créditos y vertiginosa caída de la bolsa, arruinando a
muchos ahorradores, produjo el crac bancario y trajo como consecuencia la falta
de empleos y si añadimos malas cosechas de 1867 y 68, consideradas las peores
del siglo.
Para
colmo se emitió un empréstito forzoso que obligaba a todos los contribuyentes y
decretar una rebaja de sueldos de los funcionarios públicos civiles, pero no
los militares. A su vez existía una falta de participación en la política de
las clases medias y el empeoramiento de las condiciones de vida de las clases
humildes.
Fue
cuando el almirante Topete en el puerto de Cádiz realiza un pronunciamiento
militar que fue el detonante de la revolución, conocida como "La
Gloriosa". En septiembre de 1868, en Cádiz, los generales Prim, Dulce,
Serrano y Topete firmaron el bando de la proclama revolucionaria. El presidente
del gobierno Ramón M. Narváez y su primer ministro, González Bravo abandonaron
a la reina, y gran parte del ejercito desertó para pasarse al bando
revolucionario. Surgieron Juntas Provisionales Revolucionarias que excitaban al
pueblo a la revuelta con consignas radicales.
A
todo esto, la reina Isabel II, que veraneaba en Lequeitio se marchó exiliada a
Francia, pero no renunció a la corona. Apenas hubo sucesos violentos. Existía
una confianza en la nueva situación. Las Cortes Constituyentes redactan
una nueva Constitución que es aprobada y
en sesión extraordinaria de 18 de junio de 1869 nombran Regente del reino al
Presidente del Poder ejecutivo Don Francisco Serrano y Domínguez, con el
tratamiento de Alteza y con todas las atribuciones que la Constitución concede
a la Regencia, menos la de sancionar las leyes y suspender y disolver las
Cortes Constituyentes. De entrada tuvo que enfrentarse con la insurrección
cubana, que inició la "Guerra de los Diez Años". Pero eso es otra
historia.
La Constitución de 1869 establecía la monarquía dinástica y la base de la soberanía residiendo en el pueblo español. Es decir, se acababa con el absolutismo definitivamente y teníamos otra Constitución de carácter liberal. - Se marca el comienzo de un periodo febril llamado el "Sexenio democrático" (1868-1874), en el que se sucedieron vertiginosamente numerosas fórmulas de gobierno y que desembocarían en la restauración de la monarquía.
El
principio monárquico contemplado en la Constitución y que excluye a los
Borbones implica la búsqueda de un nuevo rey. En la sesión de Cortes de 16 de
noviembre de 1870 se elige a Amadeo de Saboya.
Quedaba
el problema de la abdicación de la reina, que Cánovas se esforzaba en
conseguir. Era el gran obstáculo para la dinastía borbónica en España y su
renuncia resultaba imprescindible.
Mientras
tanto con la apertura del Canal de Suez en 1869, la distancia entre España y
Filipinas se redujo en 8.500 kilómetros, lo que favoreció al comercio.
Filipinas gozaba de cierta paz, prosperidad y estabilidad y desde entonces esto
sería absorbido por Gran Bretaña y EEUU. Por entonces las constituciones
españolas de 1837 y 1845 no reconocían el derecho de Filipinas a tener
representación en las Cortes.
Finalmente
Isabel II, aunque se revolvió como gato panza arriba, perjudicando todavía más
al país, reinó hasta 1870, cuando abdicó a favor de su hijo, (Alfonso XII). Se
fue a París, donde largó sapos y culebras por la boquita, todo lo que pudo,
poniendo a parir al personal. Años después y con la monarquía asentada la reina
fue a Madrid a ver a su hijo cuando éste se encontraba al borde de la muerte.
Preguntó qué ocurriría a continuación. Era una pregunta con deseo incorporado.
Pero existía una heredera y la reina consorte estaba embarazada, por lo que la
regencia y la sucesión al trono estaban garantizados.
Finalmente Isabel II murió en París, el 9 de abril de 1904.