jueves, 13 de febrero de 2025

HISTORIA DE LA LENGUA VALENCIANA

Existen multitud de documentos anteriores a la llegada del Rey Jaime I de Aragón al Reino de Valencia que atestiguan que en los Reinos Taifas, que más tarde fue el Reino de Valencia, se hablaba el “Romance”.  La lengua valenciana nació en el siglo IX , 400 años antes de que en el 1238 llegara Jaime I a Valencia, según el Catedrátrico de Filologia de la Universidad Complutense de Madrid, Sr. Gallego.  Nos estamos refiriendo a las Jarchas, que son canciones eróticas en romance, de cuyos autores podemos destacar. Ibi al Labbana de Denia, muerto en 1113; Ibn labsum, señor de Muviedro, contemporanedo de El Cid y Ibn Ruhaim, del periodo almorávide, de Bocairent, quien fue visir de Sevilla.

Monasterio de San Miguel de los Reyes, sede de la Academia de la Lengua Valenciana.
En el año 1010 se crea la Taifa de Valencia o Reino de Valencia. Con lo cual la población cristiana que se quedó en Valencia pasaron a ser “mozárabes” y siguieron hablando el mismo idioma de siempre, es decir el romance, una derivación del latín romano.
En el 1031 surgen los primeros Reinos de Taifas, donde Toledo es muy importante y se asocia el de Valencia.
Valencia es tomada por el Cid en los años mediante un sitio entre 1092-1094.  Años después, muerto el Cid fue su viuda quien mantuvo el control, hasta el 1102, pero hubo de dejarlo por el ataque musulmán almorávides. Con la batalla de las Navas de Tolosa se marca el inicio del derrumbamiento del poder almohade. Y es en 1224 cuando aparece en escena el poderoso e inteligente rey aragonés Jaime I llamado el conquistador.
Ahora un inciso: El catalán don Antonio Rubio y Lluch, en su libro “Documents per a la historia de la cultura catalana mitgeval”, editado en 1908, nos dice, sin lugar a dudas, que la primera vez que aparece el nombre de “lengua catalana” fue en 1362, cuando Pedro el Ceremonioso ordenó que el libro francés de caballería Lancalot fuera “reduit en llengua catalana” (traducido a lengua catalana). Hasta esa fecha, pues, la lengua catalana no existía.
Sancnis Guarner, en su libro “La lengua de los valencianos” confirma lo de Rubió y Lluch, y añade: “Es la primera vegada que apareix aquesta explícita denominació.” (Es la primera vez que aparece esta explícita denominación.)
Si a Valencia la conquista Jaime I en 1238 y la lengua catalana no existe hasta 1362, nadie de los que vinieron a la conquista, ni aun el mismo puñado de catalanes que llegaron con el Ejército aragonés, podría hablar una lengua que aún no existía: la catalana. Le faltaba ciento veinticuatro años para existir.

JAIME I EL CONQUISTADOR 
Entonces, ¿qué lengua existía y hablaban las gentes contemporáneas de Don Jaime y trajeron a Valencia los que con él vinieron a la conquista? ¿De qué lengua se deriva, pues, la valenciana? Los pueblos de la Corona de Aragón hablaban en “romanz” o en “romanç”. Esa era la misma lengua única que hablaban todos los pueblos de España; romance. Por eso en 1238 es el romance lo único que podían traernos, y nos trajeron, las huestes del Conquistador, las cuales procedían de todas partes de España. Así, todos los documentos de la época de Don Jaime, o están escritos en latín, que es la lengua oficial o documental, tanto para la Iglesia corno para la Cancillería real, o lo están en la otra lengua única que es el romance.
Es falso que no quedasen mozárabes tras la reconquista, las lenguas romances del este peninsular y sur de Francia tenían gran parecido entre ellas estando en continua convivencia por influencia de los trovadores y al Reino de Valencia fueron pobladores del norte de la Corona de Aragón y Francia, que a pesar de ser una minoría, dejaron numerosos prestamos lingüísticos. Cabe recalcar que estos repobladores hablaban provenzal y occitano por lo que la afirmación de que el valenciano es una lengua romance, con dialecto del mozárabe e influencia del dialecto provenzal y del occitano, dialecto de lenguas romances, que a su vez son dialectos del latín, se acercaría más a la realidad.
Con la conquista de Valencia por Jaime I se habría producido una especie de vacío que fue llenado con la llegada de pobladores de origen aragonés, catalán y castellano, habiendo por lo tanto un antes y un después, sin solución de continuidad, a la Reconquista. Por lo tanto, esta teoría defiende que el valenciano no sería más que el habla catalana, a pesar de ser, el idioma catalán, posterior a la Reconquista, traída por los recién llegados con ingredientes aragoneses y castellanos no se sostiene.
Lo que hoy llamamos Cataluña, en el siglo IX entonces era sólo Marca Hispánica creada por Carlomagno, y hablaba provenzal, del que desciende el catalán. A diferencia del valenciano que viene de la lengua romance y una buena muestra es el libro de San Pedro Pascual, escrito en romance, y que se conserva en el Escorial.
La documentación existente se puede consultar: Los fueros del reino de Valencia se escribieron en latín; pero además en 1261, para que todos los habitantes del Reino los entendiesen y pudiesen cumplirlos, Don Jaime ordena que se traduzcan a la lengua que el pueblo habla, el romane. No hay otra. Una vez terminado la traducción completa se le llevó al propio Don Jaime para que los revisara, los aprobara, los firmara y, al fin, los jurase; lo que hizo el 7 de abril de 1261, poniendo una mano sobre el texto latino y la otra sobre la versión en romançe.
El Rey, antes vio y repasó fuero por fuero. Añadió o incrementó lo que consideró oportuno. Y lo tradujo personalmente, y así está consignado ciento cinco veces.
Añadiéndose siempre como coletilla final, que el propio Rey había hecho la traducción al romanç, diciéndose: “Arromançat per lo Senyor Rey”. O bien: “Romançat per lo Senyor Rey.” Siempre la expresión “arromançat o romançat”; es decir, arromanzado, traducido al romanç.
Así se demuestra claramente que en esos años en Valencia se hablaba el romance.
En el siglo XIX la burguesía catalana afrancesa su lengua distanciándola de la valenciana, y Prat de la Riba en 1906 encarga al ingeniero industrial Pompeyo Fabra la fabricación de la lengua catalana.
En 1912 se publica la primera gramática catalana independiente de la valenciana, mezcla de arcaísmos, valencianismos, galicismos y palabras inventadas por Fabra. La pretensión de imponer esta jerga o esperanto catalán a valencianos y mallorquines para amalgamarlos en el aberrante ente de "Países Catalanes", responde a un chauvinista y práctico deseo catalán de dominar estas dos regiones que acaparan el setenta y cinco por cien de la riqueza española.
Carles Fenollosa, licenciado y doctor en Filología Catalana por la Universidad de Valencia, repasa en su último ensayo la evolución del idioma y la literatura en valenciano para alertar de un presente inédito: cada vez nuestra lengua tiene más prestigio y cada vez se habla menos.
“O hacemos del valenciano la lengua de los valencianos, o nos podemos preparar para ser definitivamente otros”. Con esta rotundidad (y en valenciano) se expresa en el epílogo-manifiesto con el que cierra "Irreductibles. Una història de la llengua i la literatura dels valencians". Un ensayo que, como su propio autor explica, es una reacción al momento actual de un idioma escrito y estudiado y respetado institucionalmente, pero que está cada vez más cerca de perder la calle: "Se está deshaciendo un pilar fundamental que nos ha identificado y ligado durante siglos como pueblo sin que el relato político dé respuesta a este proceso de disolución".
 

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