lunes, 17 de febrero de 2025

GUERRA DE INDEPENDENCIA ESPAÑOLA 1808-1814 (Otra visión)

Sabemos que España fue ocupada pacíficamente por el ejército del emperador Napoleón. Pero llegado el momento sustituyó al rey, y se hizo por las bravas con los mandos. Es verdad que al llegar los franchutes, España estaba corrompida, su corte era degenerada, y los afrancesados, que eran unos españoles que querían lo mejor para su país y entrara en la modernidad, vieron en Napoleón la esperanza de que ese deseo se convirtiera en realidad. 

La realidad histórica, mil veces contada y mil veces ocultada es que se demostró, una y otra vez, que el cambio no ha de ser forzado ni con ideas y sistemas ajenos a nuestra forma de ser. Y como las ideas para España de Napoleón en realidad eran otras, España necesitó a su Ejército para devolver al pueblo, la ansiada paz y tranquilidad, el trabajo el honor y el orgullo robado a sus hogares por los ejércitos franceses de ocupación. La batalla de Bailén supuso la primera derrota en la historia del potentísimo e invencible ejército napoleónico. El combate tuvo lugar el 19 de julio de 1808, en él se enfrentaron el cuerpo de ejército francés del general Dupont y el ejército del general Castaños. Los franceses fueron derrotados. La Batalla de Bailén, desde el punto de vista puramente militar, demostró a los generales españoles como vencer a los franceses. Aquella batalla representó que Napoleón no era invencible y que sus ejércitos podían ser derrotados en el campo de batalla. Bailén fue un triunfo del Real Ejército heredado de la Ilustración, con sus virtudes y defectos; y un asunto importante, fue fundamental para el ejército español  el apoyo recibido de cientos de lugareños. Dupont y sus oficiales fueron puestos en libertad pero tuvieron que marchar a Francia. José I tuvo que abandonar la Corte de Madrid y dirigirse a Navarra. Esto, evidentemente enfureció a Napoleón que regresó a España con su ejército de veteranos combatientes. unos 300.000 soldados galos ocuparon de nuevo toda España derrotando al resto de las unidades militares del ejército español. Napoleón volvió a poner en el Trono a José y mantuvo en España a una potente fuerza militar para consolidar la Corona de José I.

Los ejércitos franceses se enfrentaron en 1808 a los españoles en las batallas de Gamonal, Tudela, Somosierra, Espinosa y el Bruch, y llevaron a cabo el primer sitio de Gerona y Zaragoza. Los combates que se llevaron a cabo en los sitios de Zaragoza y Gerona parecían más bien epopeyas griegas y espartanas que de combates de las Guerras Napoleónicas del siglo XIX. Los combates fueron calle por calle, casa por casa, cuerpo a cuerpo, con bayonetas, azadas, machetes, espadas y toda clase de armas imaginables de la época, en las que los hombres murieron a miles por salvar un ciudad española. El general Palafox, considerado por muchos un militar mediocre en busca de fama, sacrificó a miles de soldados regulares y paisanos reservistas de la milicia atrincherados dentro de una ciudad, que acabó por convertirse en un matadero. En Zaragoza murieron más de 50.000 defensores, dejando sin fuerzas militares a Aragón, con tan sólo 4.000 soldados para combatir a los franceses. Los cuales habían tenido más de 10.000 bajas en la toma de la ciudad de Zaragoza. En Gerona, paso algo similar, aunque la ciudad estaba bajo el mando de un competente general Álvarez de Castro, el cual resistió la embestida de las tropas francesas, que sufrieron la perdida de cerca de 15.000 hombres. La Inmortal Gerona sufrió la pérdida de 11.000 defensores. Miles de vidas se perdieron inútilmente en campo abierto Las filas españolas aglutinadas por una amalgama de comerciantes, artesanos y campesinos faltos de preparación militar y de armas, los cuales difícilmente hubieran podido resistir la carga de la caballería pesada francesa y de su artillería. Zaragoza y Gerona, en sus errores, costaron la vida a miles de españoles, pero también desgastaron a los ejércitos franceses, poco acostumbrados a este tipo de lucha de guerrilla urbana. 

En Gamonal y Espinosa de los Monteros se había destruido por completo la estructura defensiva del ejército español en apenas un mes. 1811 fue un año de lamentables y catastróficas derrotas para el ejército español y sus aliados en la Península; sin olvidarnos de la toma por las tropas imperiales francesas de Tarragona, Tortosa, Sagunto o Valencia, donde las tropas Imperiales capturaron la ciudad y con ella a unos 20.000 defensores. El último ejército en campaña español que podía hacer frente a los franceses había sido derrotado al capturarse la ciudad de Valencia. Tarragona, también fue otro desastre, en la ciudad murieron durante el sitio 15.000 defensores frente a tan sólo 1.000 franceses. En Tortosa, los franceses tomaron la ciudad tras aplastar la resistencia de sus más de 7.000 defensores. Los desastres no vinieron solos, y evidentemente la tragedia de Extremadura, aún fue peor; El triunfo del mariscal Soult había sido asombroso y demostraba una y otra vez, la inmensa superioridad táctica y técnica de los ejércitos franceses. En apenas dos meses había destruido el ejército español de Extremadura con casi 20.000 soldados y capturando Olivenza y Badajoz, dos importantes plazas que aseguraban la frontera con Portugal.

La defensa de Madrid se rindió el 3 de diciembre de 1808. Desde su Cuartel General en Chamartín, Napoleón emitió medidas modernas de la Ilustración para ganarse la confianza. Pero era muy difícil que Napoleón pudiese atraerse las simpatías del pueblo español; principalmente porque desde el 2 de mayo había corrido mucha sangre y las tropas imperiales habían provocado demasiados desmanes, violaciones y asesinatos de mujeres y niños indefensos; saqueos de ciudades y poblaciones, profanaciones de tumbas de reyes y nobles para robar joyas, sin olvidarnos de los incendios de iglesias. Y eso no se olvida, también está en la Memoria Histórica. Los ejércitos españoles prácticamente habían dejado de existir, las unidades dispersadas se unieron a la guerrilla. En España se llevó a cabo un tipo de lucha a la que los franceses no estaban acostumbrados. Sus ejércitos se batían en campo abierto a otros ejércitos en las mismas condiciones que exigían los reglamentos de la guerra. Pero se encontraron con una guerra a la que no supieron vencer. Los españoles que lucharon y murieron entre 1808 y 1814, combatieron por su patria y por sí mismos, para expulsar a un ejército invasor que sojuzgaba a España. Entre 1809 y 1813 una serie de derrotas militares francesas en Europa, exceptuando la expedición de José I a Andalucía, llevará a la derrota de los franceses en España. Evidentemente la llegada de los ejércitos ingleses de Wellington a la Península, junto con las tropas portuguesas y el reorganizado ejército español a través de la Junta Suprema Central acabarán por derrotar a los napoleónicos. Las Batallas de Albuera, Arapiles, Vitoria y San Marcial conducirán a la huida de José I de España con el resto de su ejército y un séquito de cerca de 15.000 españoles que huirán al exilio. En la Guerra de la Independencia hubo infinidad de combates victorias y derrotas, pero la derrota más catastrófica del ejército español en toda sus historia militar, fue la Batalla de Ocaña; en la que el Ejército de La Mancha, bajo el mando del general Areizaga con unos 54.000 soldados fue aniquilado por un ejército francés. Capturaron a unos 15.000 soldados, que fueron paseados por Madrid, para dar una lección a los madrileños, de esa manera el pueblo español se lo pensaría dos veces a la hora de levantar un ejército contra su nuevo rey José I y el Emperador Napoleón.

La guerrilla nació como fruto de las incapacidades de las unidades regulares del ejército español ya muy mermadas. Eran una quimera en las batallas a campo abierto, donde la superioridad enemiga era aplastante. Los guerrilleros no podían enfrentarse a las líneas de fusilería francesa, apoyada por su amplia artillería y su caballería pesada por los flacos a campo abierto, ya que hubiesen sido barridos en una sola batalla. A los españoles, tan sólo les quedaba un única opción, militarizar las partidas guerrilleras, bajo el mando de cuadros de oficiales regulares del ejército y apoyadas por la intendencia británica; en armas, equipos, caballos, utensilios, comida, víveres y uniformes, como el fue el caso del Regimiento de Caballería de Almansa que fue creado íntegramente por Inglaterra. 

En 1810, el ejército francés requirió a más de 50.000 soldados para combatir a la guerrilla, lo que reducía a los ejércitos franceses en campaña contra los ejércitos de la coalición hispano-anglo-portuguesa.  Aquello comportará la invasión de los ejércitos de la coalición hispano-anglo-portuguesa de Francia y el posterior Tratado de Valençay en 1813, que conllevaría el regreso del rey español Fernando VII a España y el fin de la guerra. Una guerra que había causado un millón de muertos en total, y la agonía de Francia y su Imperio. España entraba en declive, y aquella nación maltrecha y agonizante se encaminaba hacia un siglo muy turbulento de guerras civiles, cambios de gobierno, perdida de los territorios de ultramar, golpes de estado, la caída de la monarquía y la proclamación de la Primera República. Sabemos que no hace tanto nuestros antepasados derramaron mucha sangre. Cuando la Patria en peligro les reclamó, y como tal entregaron sus vidas en las gestas más heroicas de nuestra historia. El pueblo español siempre ha actuado de la misma forma. Ha soportado sufrimientos, pero llegado el momento se la juega por entero si es necesario.

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