Los mapuches son el pueblo indígena más numeroso de Chile y Argentina. También se les llama araucanos que es un nombre dado por los españoles a los indígenas que habitaban la región histórica de Arauco en el siglo XVI.
El explorador y conquistador español de aquella región fue Pedro de Valdivia. Tuvo que vérselas con muchas tribus, una de ellas fueron los “araucanos”.
El explorador y conquistador español de aquella región fue Pedro de Valdivia. Tuvo que vérselas con muchas tribus, una de ellas fueron los “araucanos”.
Valdivia citó para reunirse con un contingente de hombres en Tucapel el día de Navidad para repoblar un fuerte en esa región. Las noticias de un inminente ataque, propaladas por los indios, hicieron que su lugarteniente demorara en un día su partida con sus hombres. Así quedaron divididas las fuerzas españolas. La estrategia de la división fue del indio Lautaro, un joven mapuche que los españoles habían capturado cuando tenía unos once años.
La Navidad de 1553 fue trágica para los conquistadores. Desoyendo la amenaza que presentaban los indios y subestimando sus fuerzas, Valdivia partió en una expedición hacia Tucapel, donde sus enemigos atacarían y quemarían el fuerte el día 25 de diciembre. Preguntados dieron: “Qué quiere nuestra señoría que hagamos, sino que peleemos y muramos”, fue la última consigna de los españoles, que se vieron rodeados sin posibilidad de vencer a unos mapuche que les superaban en número y les habían emboscado por sorpresa.
Mientras sus hombres se entregaban, suicidas, al enemigo, se dice que Pedro de Valdivia intentó huir, abandonando la formación y suponiendo que los indios, distraídos, no iban a perseguirlo. Pero Lautaro personalmente lo perseguiría hasta una ciénaga en la que cayó su caballo y donde el conquistador fue apresado y tratado con violencia: despojado de sus ropas y humillado. Fue asesinado, desollado y, si la crónica es cierta, posteriormente devorado con brutalidad.
No os perdáis “Inés del alma mía” serie hispano-chilena sobre Inés Suárez y Pedro de Valdivia.
La Navidad de 1553 fue trágica para los conquistadores. Desoyendo la amenaza que presentaban los indios y subestimando sus fuerzas, Valdivia partió en una expedición hacia Tucapel, donde sus enemigos atacarían y quemarían el fuerte el día 25 de diciembre. Preguntados dieron: “Qué quiere nuestra señoría que hagamos, sino que peleemos y muramos”, fue la última consigna de los españoles, que se vieron rodeados sin posibilidad de vencer a unos mapuche que les superaban en número y les habían emboscado por sorpresa.
Mientras sus hombres se entregaban, suicidas, al enemigo, se dice que Pedro de Valdivia intentó huir, abandonando la formación y suponiendo que los indios, distraídos, no iban a perseguirlo. Pero Lautaro personalmente lo perseguiría hasta una ciénaga en la que cayó su caballo y donde el conquistador fue apresado y tratado con violencia: despojado de sus ropas y humillado. Fue asesinado, desollado y, si la crónica es cierta, posteriormente devorado con brutalidad.
No os perdáis “Inés del alma mía” serie hispano-chilena sobre Inés Suárez y Pedro de Valdivia.
Los Araucanos (El Arauco es una región independiente, donde vivía una etnia amerindia, conquistada por Chile y Argentina a fines del siglo XIX), se hallaban parcialmente bajo el dominio o influenciados por el Imperio inca y en su mayoría se sometieron a los conquistadores, pero quienes vivían en el territorio al sur eran totalmente independientes de los incas y se opusieron también a los españoles en la llamada Guerra de Arauco. A fines del siglo XIX, los estados argentino y chileno ocuparon los territorios habitados por mapuches autónomos, mediante operaciones militares llamadas “Conquista del Desierto” y «Pacificación de la Araucanía».
La Conquista del Desierto fue una campaña militar llevada a cabo entre 1878 y1885 por el gobierno de la República Argentina principalmente contra las etnias o tribus mapuche y tehuelche, que logró el objetivo de ejercer el efectivo dominio del territorio. Juan Manuel de Rosas emprendió una exitosa campaña contra las tribus indígenas conocida como Campaña de Rosas al Desierto. El 5 de marzo de 1872 el cacique mapuche Calfucurá inició la llamada invasión grande a la provincia de Buenos Aires. Popularmente se le denominó “malón” a los ataques de los indios a poblaciones criollas. Atacaron los pueblos de General Alvear, Veinticinco de Mayo y Nueve de Julio, resultando muertos gran cantidad de criollos, tomando cautivos a los blancos y robando ganado.
Los indios con frecuencia asaltaban los asentamientos fronterizos, robaban caballos y ganado, y las mujeres y niños capturados eran esclavizados u ofrecidos como esposas a los guerreros. Se firmó un tratado de paz con el cacique Catriel, que éste rompió corto tiempo después, cuando atacó a las localidades bonaerenses de Tres Arroyos, Tandil, Azul y otros pueblos y granjas en un ataque incluso más sangriento que el de 1872. Las cifras hablan de 5000 indios que arrasaron Azul, Olavarría y otros lugares vecinos. Hacia la década de 1870 los continuos ataques masivos que desde el dominio indígena practicaban los aborígenes contra las estancias y poblados, mediante los malones dificultaban el progreso de la región y del país. El general Julio Argentino Roca fue nombrado nuevo ministro de Guerra por el presidente Avellaneda. Roca creía que la única solución contra la amenaza de los indígenas era subyugarlos, expulsarlos, o asimilarlos. La política de contención del indio en las fronteras no había dado resultados satisfactorios. Roca presentó su proyecto de realizar una serie de incursiones militares llamadas en su conjunto “conquista del desierto” que se llevarían a cabo con una conjunción entre fuerzas militares nacionales más guerreros de las tribus aliadas. La finalidad era dar por término a los constantes ataques indios, y al mismo tiempo, incorporar a los esquemas productivos de la Argentina los territorios pampeanos y patagónicos donde las distintas tribus amerindias habitaban, afianzando definitivamente la soberanía nacional.
Roca creía que la única solución contra la amenaza de los indígenas era subyugarlos, expulsarlos, o asimilarlos.Fue una falacia, porque aquello de "patacón por oreja", que hizo que prácticamente desapareciesen del mapa la mayoría de las diferentes tribus de todo el país, que fueron sencillamente aniquiladas.
Tanto unos como otros estaban dispuestos a defender lo suyo
No hay comentarios:
Publicar un comentario