martes, 20 de mayo de 2025

ORIGEN DE LA LENGUA CASTELLANA

Como sabemos la península Ibérica fue conquistada por Roma y acabó siendo una provincia romana, Hispania, y con ellos entre otros muchos legados nos quedó su lengua, el latín. Fundamentalmente el latín utilizado por las tropas de los ejércitos, su hablar habitual. El latín del habla coloquial se denomina vulgar, para distinguirlo del utilizado en las grandes creaciones literarias romanas. De este latín vulgar van a surgir en toda Europa las lenguas romances a partir del siglo VIII: aragonés, leonés, castellano, gallego, portugués, catalán, provenzal, francés, italiano, sardo, romanche, rumano y dálmata.


Beato de Liébana - Códice de San Andrés (s.XIII)
Durante el siglo V después de Cristo, ya sin los romanos, los llamados pueblos bárbaros, germánicos, invaden la Península Ibérica (año 409). Eran tribus de suevos, vándalos y alanos. Los más importantes fueron los visigodos, los más civilizados de los que vinieron a la península. No vinieron en gran número y se asentaron sobre todo en la meseta castellana. Los visigodos se adaptaron a la cultura y al latín vulgar que se utilizaba en España; pero nos dejaron muchas palabras de su lengua que se llaman germanismos como  el sufijo –engo (abolengo, realengo). Y nombres como Álvaro, Fernando, Rodrigo, Gonzalo, Alfonso, Ramiro.


Primer Escudo del Reino de Castilla 
Llegan los musulmanes en el 711. Su cultura es superior a la de los visigodos. Por esto y por la cantidad de tiempo que estuvieron con nosotros nos dejaron muchísimas palabras (en general, las terminadas en –í y las que empiezan con al-).
Con el declive de los visigodos se inicia el poder árabe, pero en su territorio, Al-Ándalus, también se hablaba el latín vulgar, y lo habitantes católicos de esos territorios que se convertían en musulmanes, los mozárabes, hablaban en un idioma que se le llamó como a ellos, mozárabe. Y los escritos que nos han llegado son las “Jarchas”. Idioma romance, es decir que proviene del romano, del latín.
Al avanzar la Reconquista por los reinos cristianos, los mozárabes se fueron incorporando a los nuevos reinos, desapareciendo poco a poco. Y el idioma se fue transformando en lenguas romances, una de ellas el castellano.
Debido a diferentes evoluciones del latín, se desarrollaron otras lenguas que se extienden frente a la dominación árabe. El vasco, en cambio, permaneció aislado y sin alteraciones con el paso de los siglos gracias a su situación geográfica. Dialectos, son al norte, el gallego-portugués, el leonés, el castellano (Cantabria) el navarro-aragonés y el catalán. Al sur, los dialectos mozárabes. De esta manera se va formando el actual mapa lingüístico de la Península ibérica, formado por cuatro lenguas románicas: castellano, catalán, gallego y portugués; además de una lengua no románica: el vascuence.


Monasterio de San Pedro de Cardeña - Burgos 
Origen del castellano Surge en Cantabria, en unos condados dependientes del reino de León, en contacto con el navarro-aragonés y la lengua de los vascones. El nombre de Castilla, la “Castella Vetula” o Vieja, aparece documentado por primera vez el año 800 como territorio fronterizo oriental del reino asturleonés, expuesto a periódicas incursiones árabes. Tras quedar en posesión de los reyes de Asturias, éstos promovieron la defensa levantando castillos, y ante todo la repoblación con gentes de diferente proveniencia: asturianos, leoneses y vascos. 
Sobre todo con ayuda de mozárabes exiliados del sur peninsular, se fundaron también numerosos monasterios en la región, y los monjes desarrollaron una importantísima labor espiritual, cultural y colonizadora, como documentan los respectivos cartularios, uno de importancia clave es precisamente el Cartulario de Santa María de Valpuesta.
En los cartularios, (semejantes a los actuales registros), se copiaban, primero en pergamino, luego en papel, los documentos relativos a un monasterio, obispado o municipio que acreditaban sus propiedades, fundaciones, donaciones y escrituras similares, sobre todo de tipo económico, con sus fechas correspondientes. A  algunos se les llama también “becerros” ya que los pergaminos se obtenían de la piel de becerros o terneros. Estas escrituras son de enorme interés para la evolución de la lengua, porque, si bien están redactadas en el latín eclesiástico de la época, con frecuencia los copistas adaptaban las formas latinas al habla popular; y para mayor claridad, poco a poco se introducen palabras o expresiones usadas por la gente de la región, es decir, del romance que se iba independizando del latín: el castellano. El castellano hablado empezó siendo un lenguaje bárbaro que motivaba a risas entre los cortesanos de León. Era un dialecto de una zona pequeña de la frontera oriental del reino leonés. El condado de Castilla que fue dependiente del reinado Leonés. Cuando aumenta el poder de Castilla y la Reconquista avanzaba, la lengua castellana se fue enriqueciendo con numerosos vocablos.


En los estados cristianos existía, sin duda, poesía vulgar desde la formación misma de las lenguas romances. En los siglos X y XI los reyes y nobles castellanos debían de ser ya objeto de poemas heroicos. Hubo también, sin duda, canciones líricas tradicionales. Pero no se conservan textos. Era una literatura de transmisión oral, no se escribía y consistía principalmente en poemas que narraban personas por las plazas y castillos de los pueblos a cambio de comida, ropa o dinero. Estas personas eran los juglares. Los juglares sabían hacer otras cosas además de contar historias. Había saltimbanquis, equilibristas, bailarines y músicos; su misión era entretener a la gente. Las historias que contaban los juglares solían tratar de hazañas o gestas que había realizado algún héroe o guerrero popular. Estas historias están hechas en verso y se conocen como cantares de gesta. No tienen autor conocido, son anónimos; son obras escritas en verso; estaban destinados a ser cantados o recitados; se transmitían oralmente de padres a hijos.
El castellano adoptaba vocablos procedentes de otras lenguas a las que se sobreponía, tal como sigue haciendo ahora. El desarrollo de Castilla como potencia política trajo la creación también de una “forma literaria”, transformando el dialecto en lengua total. Esto se puede fechar en el siglo XIII. Hasta entonces solo existían cantares de gesta como el del Mío Cid, que difundían la lengua por todas las regiones.
Pero la fijación llega con el reinado de Alfonso X “el Sabio”.
El texto más antiguo que conservamos es el Cantar de Mio Cid, refundido hacia 1140, transcrito a fines del siglo XII o comienzos del XIII y conservado en una copia del XIV.
En el 2002 el Consejo de Europa reconoció oficialmente el Camino de la Lengua Castellana, como Itinerario Cultural Europeo. Hoy el castellano es la segunda lengua materna más hablada del mundo, después del chino mandarín. Está por delante del Inglés, del hindi y otros. La lengua castellana, hija del latín, comenzó su andadura histórica por la geografía de España en el antiguo reino de Nájera. Suelo riojano. En el siglo XI un predicador anotó, en los márgenes de un texto latino, un testimonio escrito. Son las famosas “Glosas Emilianenses” que eran anotaciones en los márgenes a un códice latino en el que se recoge una homilía de San Agustín, tres sermones y una narración de las Vitae Patrum, entre otros textos. Esto pertenece al Monasterio riojano de San Millán de la Cogolla. Estos primeros balbuceos son las “Glosas Silenses”, registradas en el cenobio burgalés de Santo Domingo de Silos.                                                           
Códice de Vivar

Cuando los romanos ya abandonaron Hispania, llegan los visigodos y con el declive de los visigodos se inicia el poder árabe que también en Al-Ándalus hablaban el latín vulgar, y lo habitantes católicos de esos territorios que se convertían en musulmanes, los mozárabes, hablaban en un idioma que se le llamó como a ellos, mozárabe. Y los escritos que nos han llegado son las “Jarchas”. Idioma romance, es decir que proviene del romano, del latín. Al avanzar la Reconquista con lo reinos cristianos, los mozárabes se fueron incorporando y  desapareciendo poco a poco. Y el idioma se fue transformando en varias lenguas romances, una de ellas el castellano.                                                           
El castellano era un dialecto de una zona pequeña de la frontera oriental del reino leonés. Castilla fue un Condado dependiente del reinado Leonés y luego un reino soberano que asumió la iniciativa de la reconquista en la meseta y acabó sometiéndolo políticamente a León. Hablar de dialecto riojano es hablar de un conglomerado de influencias lingüísticas procedentes de Castilla, Navarra y Aragón, que tienen su origen en hechos históricos. A partir de la segunda mitad del siglo XI. Debemos saber que La Rioja sufre ocupaciones, una castellana, de 1076 al 1109 y aragonesa del 1114 al 1134. La región queda bajo poder castellano, entre 1134 y 1162 , para pasar a formar parte de Castilla, ya de forma definitiva, en 1176. El castellano fue penetrando poco a poco en La Rioja, y esa penetración acabó con las características propias del romance riojano.                   
En la localidad de San Millán de la Cogolla, donde están los monasterios de Suso y Yuso, y allí se encontraron las Glosas Emilianenses. Tradicionalmente se consideraba como los más antiguos textos en castellano a las Glosas Emilianenses, del siglo X, conservadas en el Monasterio de Yuso, en La Rioja, pero actualmente los estudios realizados concluyen que se trata de un proto-romance riojano, o navarroaragonés.
Pero lo que sí ha sido posible datar son los primeros vestigios de la lengua escrita, las huellas más primitivas del castellano: los textos contenidos en los Cartularios de Valpuesta, escritos entre los siglos IX y XII en la provincia de Burgos. Esta pequeña localidad guarda documentos monásticos del siglo IX donde se pueden leer las primeras palabras en castellano, mezcladas con otras en latín.
Este primer vestigio de esta lengua se guarda en el Archivo Histórico Nacional y se conocen como Cartularios de Valpuesta. Aunque por un tiempo se creyó que otros documentos encontrados en el Monasterio de San Millán de la Cogolla podían ser anteriores, expertos y académicos de la RAE certificaron que Valpuesta es la verdadera cuna del castellano.
La lengua San Millán de la Cogolla figura dentro de la denominada Ruta de la Lengua Castellana a la que pertenecen varios municipios que tuvieron un papel fundamental en la evolución del latín vulgar como el burgalés Santo Domingo de Silos o ciudades tan importantes como Valladolid o Salamanca. En este sentido, la ruta del castellano por La Rioja se concentra en los Monasterios de Yuso y Suso, ambos Patrimonio de la Humanidad. También Berceo, a escasos dos kilómetros, donde nacieron San Millán, santo que dio nombre a la población vecina, y Gonzalo de Berceo, considerado el primer poeta conocido en lengua castellana.
El Monasterio de Suso se construyó entre los siglos VI y IX.  De su “scriptorium” salieron obras como el Códice Emilianense de los Concilios (s. X), la Biblia de Quiso (s. VII) o una copia del Apocalipsis, de Beato de Liébana (s.VIII).

Monasterio de Suso
Las universidades de Salamanca y Valladolid imprimieron al castellano dimensiones imperiales y universales. Finalmente, el castellano alcanza su cima en Alcalá de Henares, patria chica del genial autor de El Quijote. Recorrer este Camino de la Lengua visitando los monumentos y reliquias, es un placer que nos permite la curiosidad inteligente.
Nájera, antigua capital del reino floreciente, también es etapa del Camino de Santiago. Allí encontraremos la capilla de la Veracruz donde se conservan los códice de interés para los cimientos del castellano. El Monasterio de Santo Domingo de la Calzada, que es etapa fundamental para el Camino de Santiago. La Colegiata de Covarrubias, en Burgos, donde vivieron los primeros condes que vieron el nacimiento de la lengua. Santo Domingo de Silos.
Santo Domingo de Silos 
El propio Gonzalo de Berceo escribió la Vida de santo Domingo de Silos. Aranda de Duero. Donde encontramos la Colegiata de Santa María. Peñafiel, donde apreciaremos su magnífico castillo. Valladolid, ciudad clave para el desarrollo de la lengua. Sede desde 1215 de la Universidad o Estudio General. También fua capital del reino. Se disputa con quien quiera hablar “el mejor castellano derecho”. Cuantos literatos escribieron o vivieron en Valladolid. Cervantes, fray Luis de León, Santa Teresa de Jesús, Quevedo, Zorrilla, y de los actuales Guillén, Chacel, Delibes, Umbral, etc. Simancas es otra etapa, su castillo es su referencia. Aquí se guarda el Archivo General de Simancas. Más de 70.000 legajos históricos. En unas 50 salas.
Arévalo, ya en Ávila, famosa por su conjunto medieval. Y la magnífica Salamanca, “La Roma chica”. Solo hay que recordar que en su universidad se escribió el Código de las Siete Partidas, en parte aún vigente, por Alfonso X, el sabio, y esta ciudad vio la luz de la primera Gramática Castellana, obra de Antonio de Nebrija y que la ofreció en 1492 a los Reyes Católicos.
En Madrid, es obligado pasar por Alcalá de Henares, donde tenemos la legendaria Cumplutum romana. Aquí pasaron el Arcipreste de Hita y don Miguel de Cervantes. Madrid y Toledo son fundamentales en el desarrollo de la literatura en castellano. Reduciendo todo lo posible, nos queda por conocer todo un continente que habla y escribe en español.
 
 
 
 
 
 
 

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