sábado, 29 de mayo de 2021

GUERRA NAVAL CON INGLATERRA - (Parte 6)- GUERRA DEL DESIGNIO

"Western Design" (1655-1660)
El impulso de Oliver Cromwell. Hemos de tener en cuenta que Oliver Cromwell fue el principal protagonista de la Guerras Civiles inglesas (1642-1649) que llevarían a la ejecución del rey Carlos I de Inglaterra y a la instauración de la República (1649-1653) y del Protectorado (1653-1658), durante el cual ejerció un poder absoluto como lord protector de Inglaterra.
Mientras en España reina Felipe IV. El "Western Design" fue uno de los proyectos favoritos de Cromwell. El plan pasaba por quitar a España el Imperio que había construido en América para poder apropiarse de sus grandes riquezas y así poder luchar por la causa del luteranismo en el mundo. Para llevarlo a cabo se preparó la primera gran expedición militar que lanzaría Inglaterra hacia el Nuevo Mundo. Sin embargo las cosas no iban a salir exactamente como estaban previstas.
ISLA LA ESPAÑOLA 
En 1653 tras un golpe de estado, Oliver Cromwell asumió el título de Lord Protector de Inglaterra e Irlanda (y más tarde de Escocia), convirtiéndose en el dirigente de la República Inglesa. Uno de sus primeros pasos fue finiquitar la impopular guerra con Holanda (1652-54) y ponerse a la búsqueda de un enemigo exterior más adecuado.
Para elegir el nuevo enemigo se tuvieron en cuenta criterios de estabilidad política interna, criterios económicos (no ser costosa y a ser posible incluso rentable económicamente) y criterios religiosos (debía ser una cruzada religiosa para extender el protestantismo por el mundo). Hay que señalar que Cromwell y muchos miembros de su círculo eran sinceros creyentes en la Providencia Divina y creían ser sus instrumentos. Sus éxitos no hacían sino confirmar su creencia de que sus decisiones debían haber sido bendecidas por Dios y por tanto correctas desde un principio. En la situación mundial había 2 claros candidatos para entablar una guerra contra ellos: Francia y España. Ambas estaban agotadas tras una serie de cruentas guerras que habían desgarrado internamente a ambos países.
España presentaba mejores oportunidades en el terreno económico: un Imperio colonial grande y rico que capturar; además de la posibilidad de convertir al protestantismo las colonias españolas.

OLIVER CROMWELL
De esta forma quedó establecido el “Western Design” (Designio Occidental): se mandaría una expedición militar a las Antillas que capturaría una o varias colonias españolas convirtiéndolas en bases para una posterior conquista de la América Española.
En agosto de 1654 empezó a organizarse en firme de la expedición. El potente ejército inglés, el New Model Army, debía proporcionar una fuerza capaz de vencer cualquier oposición. Pero dado que no se quería mandar a América regimientos completos ya existentes se decidió formar nuevos regimientos para la ocasión en base a soldados que proporcionarían las unidades ya existentes, con el añadido de nuevos reclutas. El resultado es que la mayoría de los comandantes del ejército aprovecharon para librarse de aquellos que consideraban prescindibles o directamente problemáticos mandándolos a América.
Para argumentar el ataque indecente echa mano del argumentario de un tal Guillermo de Orange. Es aquí donde los ingleses reviven la Leyenda Negra para poder justificar la guerra. Y es en Santa Cruz de Tenerife donde se consiguió la primera de sus tres cabezas de león (la de Robert Blake).
La embajada española en Londres no pudo dejar de advertir los preparativos de la expedición. Aunque el destino final era un secreto, todo apuntaba a que se dirigía hacia el Caribe y especialmente salía a mención el nombre de la isla La Española. El embajador, Alonso de Cárdenas, pasó aviso a Madrid, donde estas noticias se recibieron con cierto escepticismo.
MORTERO INGLÉS
Los ingleses pensaron en un ataque a la isla “La Española”. El presidio de Santo Domingo era considerado importante pero no lo suficiente para tener la categoría superior de “plaza de armas” (que adquiriría tras el ataque). Sus defensas y guarnición estaban en principio pensadas para hacer frente a incursiones piratas y no a ejércitos.
Santo Domingo contaba con un recinto amurallado anticuado.
En España se situó una armada al mando de Pablo de Contreras frente a la flota inglesa de Blake. Dado que no había estallado formalmente la guerra, ambas flotas se limitaron a observarse. El 23 de abril de 1655 se presentó ante Santo Domingo la flota inglesa. La flota se dividió en dos marchando una parte hacia el oeste de la ciudad buscando un lugar apropiado para desembarcar. Finalmente el desembarco se realizó en la zona de Niza o el día 24. Venables se quejaría por haber sido desembarcado el ejército tan lejos de Santo Domingo, en una zona selvática sin agua potable. Los españoles, mientras reunían sus fuerzas, se aprestaron a entorpecer lo máximo posible el avance del enemigo hacia la ciudad mandándose varias fuerzas a hacer emboscadas y “cortaduras” aprovechando lo espeso de los montes cercanos a Santo Domingo. La vanguardia inglesa (unos 500 hombres) fue emboscada así como un regimiento que acudió en su socorro. Sólo la disciplina del regimiento naval evitó una catástrofe. Además los ingleses fueron cañoneados desde el fuerte de S. Jerónimo que dominaba el camino hacia Santo Domingo (se había talado una zona de la campiña para facilitar el tiro). Se acercó la armada inglesa a atacar las defensas españolas para apoyar a sus tropas pero fue rechazada por la artillería española (destacando la recientemente construida plataforma de artillería, equipada con 6 cañones de bronce) sin llegar a producirse daños de relevancia. Los ingleses decidieron retirarse.
Algo más de una semana después del primer ataque, el ejército inglés volvió a marchar con intención de acercarse al fuerte de S. Jerónimo y plantar su artillería para batirlo. Nuevamente los españoles estaban esperando. Se preparó una fuerza de emboscada. La artillería del fuerte disparo contra el camino por el que iban los ingleses cortándoles en dos y dejando a una parte a merced de los españoles que desbarataron el ejército enemigo produciéndoles un destrozo mayor que la primera vez ya que perdieron casi un millar de soldados (muchos de ellos en la huida de los ingleses). Las bajas españolas fueron de apenas unos 30 muertos. A pesar del revés los ingleses consiguieron acercarse por la noche al fuerte y montaron una posición. Sin embargo surgieron discusiones sobre si esa posición era adecuada y nuevamente el ejército se retiró al Jaina.
ESTATUA DE OLIVER CROMELL EN LONDRES
El 20 de Mayo los ingleses desembarcaron en Jamaica dirigiéndose a la capital de la isla Santiago de la Vega (Spanish Town). No llegó a haber asalto ya que tras un tiempo de negociaciones el gobernador rindió la ciudad al carecer de recursos para resistir.
Los españoles se retiraron a la parte montañosa de la isla dedicándose a hacer una guerra de guerrillas mientras se evacuaba a la población por el norte de la isla. En su persecución, la fuerza inglesa fue azotada por enfermedades tropicales y el hambre. Especialmente grave fue la falta de agua potable.
Las tensiones entre ejército y marina aumentaron todavía más. Entre Mayo y Noviembre de 1655 se estima que la mitad de los 7000 hombres del ejército del Protectorado en Jamaica murieron, principalmente de enfermedad.
A finales de junio Penn embarcó de vuelta para Inglaterra, considerando unilateralmente su labor ya cumplida. Cuando llegaron a Inglaterra, Cromwell encerró a ambos capitanes  una temporada en la Torre de Londres. Una vez liberados se tuvieron que retirar de los asuntos públicos.
Tras un falso rumor de victoria, la noticia del desastre de Santo Domingo supuso inicialmente un shock para el gobierno inglés. Para gente como los puritanos que creían firmemente en la providencia divina, esto suponía un serio golpe; y de hecho los opositores se lanzaron a señalar que esto suponía un juicio divino negativo al gobierno.
Los enfrentamientos de Cromwell con la cúpula militar son continuos y la precaria situación económica en que se encuentra Inglaterra al no conseguir sus objetivos de guerra vuelven a llevar al país a un período de gran inestabilidad. Muere Cromwell. En abril de 1660 Carlos II es declarado rey de Inglaterra y entonces decide suspender las hostilidades contra España y tapar vergüenzas.
Curiosamente si buscáis “Western Design” en Google no aparece ninguna información en la wiki inglesa. Sí en castellano, en alemán, en francés, pero no en inglés.
Oliver Cromwell escribió en sus cartas y discursos:
“Y el español no solo es nuestro enemigo accidentalmente, sino que también lo es de manera providencial, de modo que Dios, en su sabiduría, lo dispuso para que fuera cuando hicimos una brecha en la Nación española hace mucho tiempo ".

miércoles, 26 de mayo de 2021

GUERRA NAVAL CON INGLATERRA - 1585-1604 - (parte 5)

ISLA FLORES. Otra de las derrotas dentro de la Guerra Naval con Inglaterra, que es poco conocida hablaremos hoy de esta. La de la Isla de Flores. Fue una batalla difícil de olvidar para la pérfida Albión. Aquel día, 30 de agosto de 1.591 una flota los infames corsarios de su Graciosísima Majestad falló estrepitosamente en su habitual intento de saquear hasta la última moneda de oro que los navíos hispanos traían de América en sus bodegas. Felipe II hacía frente a una deuda nacional que era sufragada con las insuficientes monedas traídas desde América. España combatía por entonces contra la reina Isabel I de Inglaterra, quien no dudaba en pagar a piratas, (Corsarios).
EL REVENGUE 
Los ingleses se enteraron de una noticia: los españoles pensaban hacerse a la mar desde América con una gran partida de oro y joyas en dirección a España. Se pusieron manos a la obra para armar una flota. Dispusieron una veintena de navíos, varios de ellos piratas, cuyo mando fue otorgado al afamado oficial Thomas Howard, un viejo conocido por su participación en varios asaltos y batallas contra los españoles. Además, entre las filas se destacaba nada menos que el bucanero Richard Grenville, capitán del galeón inglés “Revenge” (el buque que, durante años, había navegado a las órdenes del cruel pirata Francis Drake). La Royal Navy se dispuso a viajar a las Azores. Lo que no sabían era que España, harta como estaba de la piratería, había dispuesto una flota de 55 barcos al mando de Alonso de Bazán para, de una vez por todas, escarmentar a los saqueadores.
RICHARD GRENVILLE
El 9 de septiembre de 1591, Bazán organizó el combate. A pesar de que el asalto no se produjo con toda la celeridad que Bazán pretendía, los ingleses no tuvieron los arrestos de plantar combate en mar abierto y, para asombro de los españoles, la mayoría de la flota de la Royal Navy inició la huida a toda vela. Pero la retirada fue demasiado deshonrosa para Grenville quien, desoyendo las órdenes, decidió mantener la posición y, junto a otros dos navíos ingleses más, plantar batalla a los españoles. Bazán ordenó a parte de sus fuerzas acabar con el Revenge mientras varios buques seguían en su huida a los ingleses.
La contienda no fue muy extensa. A las pocas horas, los buques que escoltaban a Grenville habían abandonado sus posiciones y sólo el Revenge se enfrentaba valientemente a los navíos españoles
Al anochecer, el que había sido buque insignia de Francis Drake, había caído en manos españolas. De 250 hombres que traía el navío quedaron 100, los más de ellos heridos.
BATALLA DE FLORES
Por parte española fallecieron aproximadamente 100 soldados y marineros debido al hundimiento de varios buques durante la contienda. No obstante, aquel día España demostró a su Majestad Isabel I que no estaba dispuesta a sufrir más el pillaje de sus infames corsarios.
El sucesor de Felipe II, al morir éste en 1598, continuó la guerra. Felipe III de España en mayo de 1600 se iniciaron conversaciones de paz en Boulogne-sur-Mer, que resultaron fallidas. Las tropas españolas serían derrotadas a comienzos de 1602 en la batalla de Kinsale, con la coalición perdiendo 1200 hombres, entre ellos 90 españoles, forzando así su regreso a España y dejando como prioritaria la consecución de sus objetivos en Flandes. 
LUCHA A BORDO
Tras la muerte de Isabel I en 1603, su sucesor Jacobo I de Inglaterra firmó en 1604 el tratado de Londres con Felipe III, mediante el cual ambos países acordaban el fin de la guerra. El resultado para España fue mucho más positivo. Fue la principal potencia europea en el siglo XVII, hasta que las derrotas contra Francia en la guerra de los Treinta Años y el ascenso del poderío naval holandés acabaron reduciéndola a una potencia más. Pero para Inglaterra llegaría el más grande de todas sus derrotas, la del asedio de Cartagena de Indias. Esto se enclava ya en otra guerra y el sitio acaeció en mayo de 1741.

Puede que las aguas europeas se hayan teñido multitud de veces con la sangre de los marineros españoles e ingleses. No obstante, la armada ibérica y la Royal Navy pueden presumir de haberse plantado cara a lo largo y ancho del mundo entero. Precisamente, uno de los lugares más recónditos en los que se encontraron fue en la bahía de Pensacola, cerca de la Florida. Allí, en un día de 1.781, la Infantería de Marina hispana desembarcó y expulsó del terreno a los defensores de la Pérfida Albión.
Para saber por qué la armada de nuestro país viajó miles de kilómetros para derramar sangre inglesa hay que remontarse hasta finales del SXVIII, concretamente a 1.763, año en que Inglaterra venció a una coalición de países entre los que se encontraban Francia y España. Por entonces reinaba ya Carlos III que deseaba devolver la afrenta, y cuando llegaron las primeras noticias de que las Trece Colonias americanas habían iniciado un levantamiento contra los británicos. España dio comienzo a una abismal campaña de apoyo a los rebeldes, a los que equipó con armas, munición y uniformes. 
En la guerra de Independencia de los Estados Unidos, España intervino a favor de las colonias americanas contra los ingleses.
España, aliada con Francia a través de los Pactos de Familia, vio la Revolución de las Trece Colonias como una oportunidad.

domingo, 23 de mayo de 2021

GUERRA NAVAL CON INGLATERRA - 1585-1604 - (parte 4)

LA CONTRA-ARMADA INGLESA EN EL ATLANTICO. - Siguiendo con las batallas contra Inglaterra, recordaremos que en Lisboa en junio de 1589, tras la dura derrota sufrida por los ingleses en el ejército terrestre del  Norris, Francis Drake decidió abandonar con su flota las aguas lisboetas y adentrarse en el Atlántico. Por su parte, los marinos españoles se dispusieron para la persecución del enemigo.
RÉPLICA DE LA GALERA DE JUAN DE AUSTRIA UTILIZADA EN LEPANTO

Martín de Padilla y Manrique experimentado marino, comandaba la escuadra de galeras de Castilla. Las galeras eran ideales para atacar tropas terrestres desde las aguas costeras poco profundas, como se había demostrado en Lisboa, pero eran claramente inferiores a cualquier velero de guerra en un combate naval. No obstante la ausencia de viento dejaba a los barcos de vela prácticamente inmóviles, sin capacidad de maniobra y al capricho de las corrientes marinas
GALERA DE 1590 
En cambio, las galeras podían ser remadas, situarse a popa del velero, batiéndolo con su escasa artillería de modo que los proyectiles atravesasen el velero. Maniobra arriesgada en realidad. Padilla partió tras la flota inglesa con siete galeras. Los españoles mantuvieron la distancia con la flota enemiga. Durante la noche, Padilla se adentró entre la flota enemiga, y envió a un capitán inglés católico a bordo de un esquife para ponerse en contacto con los marinos ingleses y tratar de averiguar sus planes. Las tripulaciones inglesas se encontraban enfermas y desmoralizadas.
Con vientos muy débiles, las galeras se lanzaron a la caza. Padilla ordenó a sus barcos formar en hilera y atacar a los buques enemigos. Murieron unos 570 ingleses, y unos 130 fueron hechos prisioneros. Los españoles solo lamentaron dos muertos y 10 heridos. Padilla, muy preocupado por el peligro que corría Cádiz, decidió ir para participar en su defensa llegado el caso.
Drake puso rumbo entonces a las islas Azores, pero sus fuerzas estaban ya muy mermadas, y fueron rechazados sin grandes dificultades por las tropas ibéricas destacadas en el archipiélago. Perdida la ventaja de la sorpresa inicial, se decidió que el objetivo de formar una base permanente en las Azores no era posible. Tras otra tormenta que provocó nuevos naufragios y muertes entre los ingleses, Drake saqueó la pequeña isla de Puerto Santo en Madeira, y ya en las costas gallegas, desesperado por la falta de víveres y agua potable se detuvo en las Rías Bajas de Galicia para, el 27 de junio, arrasar la indefensa villa de Vigo, que en aquella época era un pueblo marinero de unos 600 habitantes aunque éstos se defendieron causando bajas en los ingleses. Drake tuno numerosas deserciones y un nuevo brote de tifus. El propio Drake regresaría a las Azores para tratar de apresar la flota española  que venía de América, mientras que el resto de la expedición regresaría a Inglaterra.
Drake capturó una flota de barcos comerciales. Pero aquello no sirvió para sufragar los gastos de la expedición. Antes de conseguir llegar de nuevo a las Azores, otro temporal obligó al almirante inglés a retroceder, se dio por vencido y ordenó poner rumbo a Inglaterra.

RÉPLICA DEL GOLDEN HIND BUQUE DE FRANCIS DRAKE
Diego Aramburu recibió la noticia de que el enemigo navegaba por el Cantábrico camino de Inglaterra por lo que inmediatamente partió, consiguiendo finalmente capturar dos buques ingleses más, que remolcó a Santander. La retirada inglesa degeneró en una carrera individual en la que cada buque luchaba por su cuenta para llegar lo antes posible a un puerto amigo. Drake arribó a Plymouth el 10 de julio de 1589 con las manos vacías, habiendo perdido a más de la mitad de sus hombres y numerosas embarcaciones, y habiendo fracasado absolutamente en todos los objetivos de la expedición. Sus hombres se amotinaron porque no aceptaban los miseros cinco chelines que se les ofreció como paga. Las autoridades inglesas ahorcaron a siete amotinados.
La Contra armada Inglesa fue una expedición desastrosa, uno de los más grandes fracasos navales de la historia. Sólo superado, siglo y medio después y durante la Guerra del Asiento, por la derrota sufrida en el sitio de Cartagena de Indias de nuevo a manos de Blas de Lezo un pequeño ejército contra una impresionante armada inglesa.
En la expedición las baja mortales fueron numerosas, el contraalmirante William Fenner, ocho coroneles, decenas de capitanes y centenares de nobles voluntarios murieron debido a los combates, los naufragios, y las epidemias de aquella empresa. Más del 70 por 100 de los expedicionarios fallecieron en la operación. Veinticuatro navíos, barcazas y lanchas. Los costes de la expedición agotaron el tesoro real de Isabel.

GALERA DEL IMPERIO ESPAÑOL
Aunque al principio pensaron en crear una comisión para esclarecer los hechos y las causas, prefirieron ocultar los hechos por temas políticos. Sir Francis Drake, quedó condenado a un casi total ostracismo tras el fracaso. Años después se le dio la ocasión de comandar otra expedición, también fracasó y además perdió la vida en 1595 en combate contra los españoles en el Caribe. La guerra dejó exhaustos las cajas de ambos países. Felipe II tuvo que declararse en bancarrota en 1596, tras otro ataque a Cádiz.
Tras la derrota de la Contra-Armada, España rehízo su flota, que rápidamente incrementó su supremacía marítima hasta extremos superiores a los de antes de la Gran Armada.

martes, 18 de mayo de 2021

GUERRA NAVAL CON INGLATERRA - 1585-1604 - (parte 3)

LA CONTRA-ARMADA INGLESA. El intento de invadir Inglaterra y crear la Gran Armada Española por parte de Felipe II costó la vida a 1.000 hombres, eso lo sabemos, pero muchos no saben que en 1589, un año después del desastre de la Gran Armada, Inglaterra reunió una flota aún mayor que la española y que fue derrotada en los puertos españoles y portugueses. Se la conoce como la Contra-Armada y fue desastrosa para los intereses ingleses. Pero Inglaterra consiguió ocultar la vergonzosa retirada, en la que murieron 20.000 hombres, durante siglos. Sin embargo, el relato ha permanecido completamente oculto en el acervo cultural popular. Y además se supone que tras el fracaso de Armada Española se iniciaba la caída del Imperio Español. Nada más lejos de la realidad.
Recordemos que existía una guerra no declarada entre Inglaterra y España , de lo cual hemos hablado en anteriores capítulos, y que comenzó en 1585. En octubre de ese año Drake, saqueó Vigo y Santiago de Cabo Verde, además de intentar hacer lo mismo en La Palma, donde el asalto no tuvo éxito; cruzó a las Indias Occidentales capturando Santo Domingo y Cartagena de Indias, por cuya devolución exigió a las autoridades españolas el pago de un rescate, y San Agustín (en la Florida). Luego vino la victoria inglesa en Cádiz en 1587. La flota inglesa de Francis Drake destruyó la armada española fondeada en la bahía. Desembarcó en el Algarve destruyendo varias fortalezas, atacó la flota de Álvaro de Bazán amarrada en Lisboa, y poniendo rumbo a las islas Azores. En el transcurso de la expedición la flota inglesa consiguió destruir más de 100 barcos españoles, retrasando los planes españoles de invasión más de un año.
Irritado por estos ataques, Felipe II mandó armar una gran flota con la misión de invadir Inglaterra, cuyos movimientos y resultados están en el capítulo anterior.
En 1589, hace ahora 432 años, los barcos españoles supervivientes a la fallida Armada Española, unos 100, se encuentran replegados en los puertos del norte de España. Inglaterra realiza un movimiento militar para aprovechar el momento de debilidad de la Armada. Frente a los a los 130 barcos que Felipe II envió a Inglaterra, Isabel I reúne una flota de entre 190 y 200 navíos para dar un golpe de suerte a España. Parten desde Plymouth el 28 de abril. También conocida como Expedición Drake-Norreys.
Sucedió en el marco de las operaciones de la guerra anglo-española de 1585-1604. Aquella expedición fue comandada por Francis Drake, que ejercía de almirante de la flota.
Desde el primer momento, la indisciplina de las tripulaciones inglesas se hizo notar. Drake se negó a atacar Santander como se le había ordenado, alegando vientos desfavorables y el temor a verse cercado por la flota española en el golfo de Vizcaya. En su lugar, Drake decidió poner rumbo a La Coruña.
El ataque a La Coruña se produjo desde el 4 al 19 de mayo de 1589. Las defensas de La Coruña eran bastante deficientes. El gobernador de la ciudad tan solo podía contar con unos 1500 hombres. A pesar de todo, la población civil de la ciudad se dispuso a ayudar a la defensa en todo lo que fuese necesario, lo cual resultaría decisivo. Tan solo se contaba con el galeón, una nao, la urca Sansón y el galeoncete San Bernardo, así como con dos galeras.
Unos 8000 ingleses desembarcaron en la playa de Santa María de Oza, llevando a tierra varias piezas de artillería y batiendo desde allí a los barcos españoles que no podían cubrirse ni responder al fuego enemigo.
Durante los siguientes días, las tropas inglesas atacaron la ciudad, tomando sin demasiada dificultad la parte baja de la misma, saqueando el barrio de La Pescadería y matando a unos 500 españoles, entre los cuales se contaban numerosos civiles. Tras esto se lanzaron hacia la parte alta de la ciudad, pero esta vez se estrellaron contra las murallas coruñesas. Apostados tras ellas, la guarnición y la población de la villa, incluyendo a mujeres y niños, se defendió con total determinación del ataque inglés, matando a cerca de 1000 asaltantes. Fue durante esta acción donde se distinguió la que hoy en día sigue siendo considerada heroína popular en la ciudad de La Coruña: María Mayor Fernández de la Cámara y Pita, más conocida como María Pita. La leyenda cuenta que muerto su marido en los combates, cuando un alférez inglés arengaba a sus tropas al pie de las murallas, doña María se fue sobre él con una pica y lo atravesó, arrebatándole además el estandarte, lo que provocó el derrumbe definitivo de la moral de los atacantes. Otra mujer que aparece en las crónicas de la época por su distinción en los combates fue Inés de Ben. María Pita fue nombrada por Felipe II Alférez Perpetuo, y el capitán Juan Varela fue premiado por su actuación al mando de las tropas y milicias coruñesas.
MARÍA PITA
Finalmente, y ante la noticia de la llegada de refuerzos terrestres, las tropas inglesas abandonaron la pretensión de tomar la ciudad y se retiraron para reembarcar el 18 de mayo, habiendo dejado tras de sí unos 1000 muertos españoles, y habiendo perdido por su parte unos 1300 hombres. Tras hacerse a la mar, otros diez buques de pequeño tamaño con unos 1000 hombres a bordo decidieron desertar y tomaron rumbo a Inglaterra. El resto de la flota, a pesar de no haber conseguido aprovisionarse en La Coruña, prosiguió con el plan establecido y puso rumbo a Lisboa.
Estamos en la primavera de 1589. Isabel I de Inglaterra estaba empeñada en disminuir el poder de la corona española y Portuguesa en esos momentos en manos de Felipe II. Un pretendiente portugués a la corona, el prior de Crato, heredero final de la Casa de Avis, le pidió ayuda, y ella vio una oportunidad en esto. La realidad es que la inglesa deseaba obtener una base en las islas Azores desde la que atacar a los mercantes españoles y finalmente, arrebatar a España el control de las rutas comerciales a las Indias.
La flota inglesa fondeó en la ciudad portuguesa de Peniche el 26 de mayo de 1589 e inmediatamente comenzó el desembarco de las tropas expedicionarias. Los ingleses perdieron 80 hombres. Inmediatamente la fortaleza de la ciudad, bajo mando de un seguidor de Crato, se rindió a los invasores. Acto seguido, el ejército inglés, compuesto por unos 10 000 hombres, partió rumbo a Lisboa. Paralelamente, la flota comandada por Drake también puso rumbo a la capital portuguesa.

El ejército inglés tuvo una durísima marcha hasta llegar a Lisboa. Además, las autoridades españolas habían vaciado de materiales y pertrechos utilizables por los ingleses todos los pueblos entre Peniche y Lisboa. La esperada adhesión de la población portuguesa no se produjo nunca. La ciudad se aprestaba a la defensa. La guarnición lisboeta estaba compuesta por unos 7000 hombres entre castellanos y portugueses.
Inmediatamente las galeras de Bazán atacaron a las fuerzas terrestres inglesas desde la ribera del Tajo causando numerosas bajas a los invasores con su artillería. La noche siguiente montaron su campamento en la oscuridad para evitar ser detectados por las temibles galeras. De Bazán ordenó simular un desembarco, cayeron en la trampa y fueron abatidos. Drake con su flota alegaba que no tenía posibilidades de entrar en Lisboa debido a las fuertes defensas y al mal estado de su tripulación. Lo cierto es que mientras las tropas terrestres llevaban todo el peso de la batalla. En junio entraban en Lisboa otras nueve galeras de la escuadra de España, transportando a 1000 soldados de refuerzo. Esto supuso el punto de inflexión, y el 16 de junio, siendo ya insostenible la situación del ejército inglés, Norreys ordenó la retirada. Inmediatamente se ordenó a las tropas hispano-lusas salir en persecución de los ingleses. Tras la dura derrota sufrida por el ejército de Norris, Drake decidió abandonar con su flota las aguas lisboetas y adentrarse en el Atlántico. Por su parte, los marinos españoles se dispusieron para la persecución del enemigo.

LOPE DE VEGA CARPIO – EL GENIO

Uno de los escritores más importantes de la historia de la literatura española. De vida polémica, muchas veces alejado de las normas y la mo...