lunes, 8 de enero de 2024

CURIOSIDADES DE LAS MENINAS

 

Las Meninas es sin duda la obra cumbre de Velázquez. El problema espacial de las figuras y, sobre todo, el enrevesado significado de la obra la convierten, efectivamente, en una de las obras emblemáticas de la pintura universal.

Son muy pocos los que recuerdan que hasta 1978 Las Meninas se exhibía en el Museo del Prado con un espejo delante. Él espectador tenía daba la espalda al enorme lienzo. Con ello no tardaba en verse dentro de la propia escena.
No es en absoluto algo casual. 

El cuadro es una complejísima estructura pictórica, humana y mágica. La interpretación de la obra cumbre del sevillano Diego Velázquez da Silva (1599-1660) ha vuelto loco a más de un crítico. Pablo Picasso se encerró en su estudio de Cannes en 1957 y no salió de él hasta conseguir dar con la clave del cuadro. 
Y aún así, tampoco estaba convencido de haberlo conseguido.
Hoy conocemos el lugar exacto en donde fue pintado: un salón de la esquina sureste de la planta baja del antiguo Alcázar de los Austrias de Madrid. A la izquierda vemos a Velázquez ante un lienzo. A la derecha se encuentra la primera menina, María Antonia Sarmiento, que ofrece un búcaro con agua a la Infanta Margarita María de Austria, hija de Felipe IV y Mariana de Austria, representados en el espejo del fondo. Al lado abre una puerta que deja ver a José Nieto, Aposentador de la Reina o Sargatanas. Luego aparece la segunda menina, Isabel de Velasco. Detrás de ella está Marcela de Ulloa, Dama de Compañía de la Infanta, que charla con un hombre, quizás Diego Ruiz de Ancona, albacea del testamento del pintor. En el extremo derecho, bajo la ventana, vemos a la enana Mari Bárbola y al enano Nicolasito de Pertusato quien juguetea con un mastín, León. La estancia estaba decorada con copias de cuadros de Pedro Pablo Rubens y de Jacob Jordaens.


En su libro La Magia de las Meninas (Madrid 1978), Ángel del Campo Francés publicó muchos de los secretos de la obra de Velázquez. Según este catedrático, la solución al problema yacía en el empleo de seis espejos, lo que explica la extraña posición en el espacio interior de sus personajes.
El profesor Jacques Lassaigne dio a conocer en su Les Ménines (Lausana 1973) que el cuadro era en realidad una representación mágica y protectora de la constelación Corona Borealis en cuyo centro destacaba la Infanta Margarita. Si unimos el corazón de las figuras reconstruimos esta constelación. Precisamente la estrella más brillante de Corona Borealis, la misma que ocupa la Infanta, se llama curiosamente Margarita.
Del Campo fue más allá y pudo precisar que en Las Meninas la constelación de Capricornio también desempeñaba un marcado papel protector. Efectivamente, si unimos las cabezas de los personajes del cuadro, incluyendo hasta el perro, obtenemos esta constelación cuyo círculo protege a los reyes en el espejo del fondo del salón.
Todos los autores relacionan este hecho como un homenaje de Velázquez a la reina Mariana de Austria. Por la luz existente en el cuadro y a sabiendas de la ubicación del salón en el antiguo Alcázar, se ha podido saber que el cuadro fue pintado poco después de las 17 horas del 23 de diciembre de 1656, fecha del cumpleaños de la reina.
En 1659 después de un largo proceso Velázquez ingresó en la Orden de Santiago, con lo cual sabemos que la Cruz de Santiago fue pintada tres años después que el cuadro. No se sabe quien lo hizo. 
En 1984, desvelaron Las Meninas tras su restauración, obra del británico John Brealey, director del gabinete de restauración del Museo Metropolitano de New York.
La restauración había sido pagada íntegramente por la británica Hilly Mendelssohn , una dama judía eternamente agradecida a España, porque durante la II Guerra había salvado de la persecución nazi, gracias a que el gobierno español en época de Franco le había expedido un pasaporte de judía sefardí española.
En el cuadro había una tenue luz en la estancia de cuyo techo pendían lámparas, los azules de los trajes podían admirarse, la plata relucía y el espejo al fondo donde se reflejaban los Reyes, brillaba! Era ver el cuadro como acabado de pintar por Velázquez.
Un sabio, don Ernesto Giménez-Caballero,
 comentó que la menina de rodillas era doña María Agustina Sarmiento de Sotomayor e Idiáquez, cuya familia tenía intereses en el Perú y México. Su abuelo y luego su tío - condes de Salvatierra -, habían sido sucesivamente virreyes en Lima y México, y la familia había quedado extremadamente unida a esos lejanos reinos de ultramar.

sábado, 6 de enero de 2024

CORONA DE ARAGÓN - 9 -

Desde 1450 Carlos, el príncipe de Viana, derrotado entró en negociaciones con Castilla, pactos firmados en septiembre de 1451, que sirvieron para ser acusado por su padre, Juan I de Navarra, de alta traición. El enfrentamiento civil se saldó, momentáneamente, con la derrota de los beamonteses en Aybar, en octubre de 1451, en la que el príncipe Carlos fue hecho prisionero. Mientras que la mujer de Juan, que estaba en estado de gestación se trasladó a Sos, Aragón, donde nació Fernando, en 1452.
Juan I de Navarra


Llegó a nombrar a Juana Enríquez, su segunda mujer, como gobernadora de Navarra, y negoció, en 1455 en Barcelona, la sucesión al trono navarro, desheredando para ello a Carlos de Viana y a su hermana Blanca, en beneficio de su hija menor Leonor.
El príncipe Carlos, derrotado en Navarra, acudió a Nápoles, donde fue acogido por su tío, el rey  Alfonso V de Aragón. Con la muerte del rey de Aragón en 1458, su hermano Juan heredó el trono aragonés y su hijo Carlos se convirtió en el príncipe heredero de la Corona. Navarra desde entonces ocupó un lugar secundario en el desarrollo del conflicto por la sucesión entre padre e hijo.
Alfonso V dejó a Ferrante, su hijo natural, el reino de Nápoles, mientras que su hermano Juan fue reconocido como rey Juan II de Aragón y heredero de los diversos estados de la Corona, que eran muchos.
Juan I de Navarra en julio de 1458 se coronó como el rey Juan II de Aragón. Y encumbró a su hijo Fernando en detrimento del príncipe Carlos. Juan era ya hombre de avanzada edad, sesenta y un años.


Carlos, Príncipe de Viana 
Por su parte, el gobierno municipal de Barcelona, que asumía la capitalidad del Principado, se dirigió a Juan II para reclamar su presencia en la ciudad. Tanto las Cortes del reino de Aragón  como las catalanas exigieron a Juan II que designara a su primogénito Carlos de Viana como príncipe heredero y futuro rey de la Corona de Aragón. El monarca aragonés decidió, firmar la llamada Concordia de Barcelona en enero de 1460 por la que perdonaba a su hijo Carlos, y reconoció obligado a Carlos como primogénito. El acercamiento entre padre e hijo duró poco tiempo ya que el príncipe Carlos, desde Barcelona, negoció con Enrique IV de Castilla su boda con Isabel de Castilla. Estos contactos, a espaldas de su padre, sirvieron de justificación para que Juan II ordenara la detención y encierro de su propio hijo en diciembre de 1460 en Lérida. Esto provocó revueltas en Cataluña donde las clases privilegiadas que eran contrarias a Juan obligaron al rey a liberar a su hijo y a firmar unas capitulaciones, en las que no podría entrar Juan en Cataluña y reconocía a Carlos heredero de todos sus reinos. Fernando y su madre llegan a Barcelona y entre diciembre de 1461 y febrero de 1462, la reina conspirará contra las autoridades catalanas desafectas a su esposo.


Reina Juana Enríquez 
Pero inesperadamente muere Carlos de Viana enfermo y se complicó la situación. Fernando II (el futuro rey Fernando el católico), es reconocido heredero de la corona aragonesa.
La reina, temiendo también ella por su vida y por la de su hijo Fernando, se refugia en Gerona. Los enemigos del monarca formaron un ejército para terminar con el levantamiento campesino y destituir al monarca en 1462. Aragoneses, valencianos y mallorquines, mientras tanto, prestan su apoyo a Juan II, además de los de la Busca y los remensas, y algunos nobles y clérigos.
Juan II consiguió ayuda de Luis XI de Francia a cambio de las rentas del Rosellón y Cerdaña. El 28 de mayo de 1462 el Monarca rompió la Capitulación y entró con sus tropas en el Principado; era el comienzo de la guerra civil catalana iniciada desde las instituciones más representativas, la Generalitat, el Consell de Cent de Barcelona y el Consell del Principat, dominadas por los grupos oligárquicos. Pudo invadir Cataluña en 1462, lo que le costó su destitución según los acuerdos tomados en su día.
El ejército de la Generalitat entra en Gerona y asedia la ciudadela, donde se encuentran la reina Juana y el infante Fernando. Aquellos días, tropas populares formadas por campesinos la ayudan a resistir, testimonio elocuente de la profunda división de la sociedad catalana. La reina supo defenderse en espera de ayuda. La Diputació de Cataluña desposee a Fernando de los derechos de su primogenitura y ofrecen su gobierno a Enrique IV de Castilla, nombrándole Conde de Barcelona, pero se encontró la resistencia del rey francés y Enrique la rechazó. Luego se lo ofrecieron a Pedro de Portugal, pero este muere en la batalla de Calaf. Ofrecieron la corona también a Renato de Anjou, que había sido vencido por el padre de Juan II, (Alfonso V), en Nápoles y estaba refugiado en Francia. En 1466 que aceptó ser rey de Aragón pero envió a su hijo Juan que muere cuatro años después.
En 1468 muere el infante Alfonso de Castilla, (el hermano de Isabel), por lo que después de numerosos conflictos, se llega al 

Pacto de los Toros de Guisando


Se reconoce a la infanta Isabel, la hermana de Enrique IV, rey de Castilla, como heredera. El rey Juan II, padre de Fernando, trató de conseguir por todos los medios posibles el matrimonio de Fernando con Isabel. Se firmó un acuerdo según el cual los contrayentes actuarían conjuntamente y tomarían decisiones entre los dos. Además, este enlace no era del agrado del rey Enrique IV, por lo que se lleva a cabo en secreto.
Mientras tanto el rey aragonés Juan II seguía luchado y en 1471, en octubre tomó Gerona, y venció en la batalla de Santa Coloma de Gramanet. Y continuó con otras localidades menores. Muchas pueblos se rendían sin problema, dado la forma de trato del rey. Barcelona seguía resistiendo aunque estaba sitiada por tierra y por mar. Pero en el mes de octubre de 1472 se firmó la Capitulación de Pedralves que suponía la capitulación de  toda Cataluña, no solamente de Barcelona.
La guerra civil catalana ha durado diez años. Se ponía fin a la guerra pero no a la crisis económica ni al conflicto entre los campesinos y los señores. También quedaba por recobrar los condados del Rosellón y Cerdaña que el francés retenía. Cosa que consiguió con una rendición, y aceptó el pago de las deudas, pero cuyas condiciones el francés no cumplió y que el aragonés no pudo recuperar por la falta de medios. Cataluña saldría a medio plazo bien librada porque mantenía sus estructuras políticas y sociales con capacidad de reforma y esto la hizo entrar en la modernidad. Sin embargo no fue igual para Aragón que había contribuido a la victoria de Juan II para que mantuviera unida a la Corona y asegurarse el comercio marítimo en el Mediterráneo. La fuerza de los nobles detuvo cualquier cambio.
Juan II dejó a su hija de su primer matrimonio, Leonor, el reino de Navarra. Desde aquí es cuando Navarra queda desprendida de la unión con las fuertes coronas de Aragón y Castilla  Y Fernando, que era hijo de su matrimonio don Juana Enríquez, heredó el reino de Aragón y los condados catalanes. Todavía en 1478 Cerdeña se sometía definitivamente a la Corona de Aragón, viéndose así el anciano Monarca reconfortado en los últimos meses de su vida.
Murió Juan II en enero de 1479. Fue enterrado en el real monasterio de Poblet.

viernes, 5 de enero de 2024

BENITO PÉREZ GALDÓS

Galdós nació en las Canarias, en las Palmas el 10 de mayo de 1843, y murió en Madrid el 4 de enero de 1920, hace hoy 104 años. Fue un novelista, dramaturgo, cronista y político.
Que un escritor haya llegado a ser tan popular como en su día lo fue Lope y tan universal como lo fue Cervantes habla de la importancia y de la magnitud de este escritor que supo entender al pueblo español, que conoció al país de primera mano y que aunque se le recuerda, no le tenemos en cuenta hoy en día como se merece. Decir Galdós es decir “Los Episodios Nacionales”. 


Evidentemente quien quiera conocer los sucesos que marcan al país desde la desastrosa batalla de Trafalgar, pasando por todo el siglo XIX, que si hay un siglo nefasto en España es ese, se hace necesario y primordial leer los “Episodios” para entender la política de los años siguientes. Nació a mediados del siglo XIX y murió en 1920. Con los relatos de primera mano de su padre, que había intervenido en la Guerra de la Independencia contra Napoleón y la época que le tocó vivir, es decir, el reinado de Isabel II, el de Amadeo de Saboya, la Primera República y la llegada de Alfonso XII, pudo componer los relatos de los “Episodios”, (50 novelas), una crónica de los sucesos que recogen la historia del país. Llegó de su Canarias natal a Madrid y eran frecuentes su visitas al primer Ateneo en la calle Montera, centro de charlas y discusión de la intelectualidad del momento, donde pudo trabar cierta amistad con gente incluso opositora a sus ideas progresistas, como Menéndez Pelayo, o Francisco Silvela. Allí conoció al que sería su gran amigo, Leopoldo Alas, Clarín.
Galdós era un hombre culto que prefería la lectura de Shakespeare, Dickens, Cervantes, Lope de Vega y Eurípides. Supo conocer al pueblo español viajando en ferrocarril y recorriendo el país, alojándose en hostales de segunda. Fumaba mucho y leía en las plazas escuchando las conversaciones de la gente, lo que le hacía conocer las inquietudes del personal. En 1881 se publica “La desheredada” que describe la sociedad de la segunda mitad del siglo. La historia de una prostituta le sirve al autor para descubrir unos personajes que ya no son estáticos y analiza el visión masculina del egoísmo y el romanticismo femenino que le conduce a su debilidad. Considerada por algunos estudiosos de su obra como la más cervantina. En 1886, por su amistad con Sagasta ingresa por el partido Liberal, en el Congreso como diputado de una provincia de Puerto Rico, que jamás visitó.


Allí pudo observar, como mudo parlamentario, el insólito mundo de la política que más adelante definiría como “novenable”. En 1897 ingresa como académico en la Real Academia Española pese a las oposiciones de los católicos. Su obra teatral “Electra”, estrenada en 1901, todo una denuncia contra la manipulación de los poderes de la Iglesia Española en la sociedad, interviniendo en los avances liberales después de la revolución “La Gloriosa” de 1868, hizo que la influencia de esos poderes se usaran para una revancha importante al impedir que Galdós fuera reconocido con el Premio Nobel de Literatura al que había sido propuesto en 1912. En 1909 junto a Pablo Iglesias, presidieron la coalición republicano-socialista, si bien Galdós, se apartó pronto “Por el acta y la farsa” según sus palabras y continuó con sus pocas energías ya a su labor de escritor. En sus últimos años fue perdiendo la visión completamente. Se fue endeudando continuamente. En enero de 1919 se descubrió en el Parque del Retiro de Madrid una escultura erigida por suscripción pública. Lloró de emoción al palpar la obra que un joven escultor había realizado sin cobrar.
Galdós murió en Madrid al año siguiente. Mucho se ha escrito que murió solo, pobre y olvidado. Pero solo es cierto en parte. 


Según crónicas de la época unas 30.000 personas del pueblo acompañaron al féretro hasta el cementerio. Si fue olvidado institucionalmente, según denunció Ortega y Gasset al día siguiente. Unamuno ese mismo día escribía que, “Leyendo su obra, nos daremos cuenta del bochorno que pesa sobre la España en que él ha muerto” No era costumbre que las mujeres acudieran a los entierros en aquella época, pero en el caso de Galdós, las mujeres del pueblo, las obreras, las madres y todas aquellas que sabían que aquel hombre las había entendido, que era un hermano, merecía ser acompañado por ellas en su último viaje.

jueves, 4 de enero de 2024

LA GRANDE Y FELICÍSIMA ARMADA ESPAÑOLA

Anoche tuve la desgracia de ver la película “Isabel, la edad de oro” que trata de los movimientos de la reina Isabel I de Inglaterra en los momentos en que su mala relación con el monarca español Felipe II, ve como éste decide enviar una fuerza naval contra Inglaterra.

La producción es de los estudios Universal Pictures, es decir que son americanos, no ingleses. Pero ya esperaba yo que pusieran en ridículo a España y quedaran los ingleses como víctimas que salían vencedores ante un enemigo atrasado y meapilas. Las fotos que aporto son del final de la película, donde ya las frases hablan claramente lo que por el mundo anglosajón nos conceptúan.
BATALLA DE LAS GRAVELINAS 


En 1585, como consecuencia de los constantes ataques de los corsarios ingleses a la flota española y del apoyo inglés a las Provincias Unidas de los Países Bajos, que en aquella época estaba enfrentada a España en la guerra de los Ochenta Años, se desataron las hostilidades entre Inglaterra y España, lo que  dio comienzo la guerra anglo-española.
En 1585 es cuando comienza la guerra. Francis Drake zarpó de Plymouth. Al alcanzar la costa oeste de Galicia, saquea las islas de Bayona y bloquea la villa de Vigo. Los vigueses acudieron a la defensa y obligaron a que huyeran abandonando su botín.
Rumbo de las Indias, desvalijó varias carabelas en La Palma y El Hierro de las Canarias y las islas de Cabo Verde. Atacaron la isla La Española y luego Cartagena de Indias.
La flota de Drake llegó a Portsmouth.
En 1587 dirigió una campaña contra la flota que Felipe II estaba preparando para invadir Inglaterra. En una expedición sin precedentes, la flota de Drake atacó y saqueó Cádiz, destruyendo más de 30 barcos destinados a la Armada Española. El éxito rotundo de la expedición de Drake retrasó un año más los planes españoles.
El famoso corsario, comerciante de esclavos, luego político y almirante Inglés al servicio de Isabel I de Inglaterra, hizo que a Felipe II se le hincharon las narices, supo de la ejecución de María Estuardo en febrero de 1587, una reina católica, ejecución ordenada por Isabel de Inglaterra, este hecho decidió al monarca español  a intervenir en Inglaterra. Además Felipe quería acabar con la piratería inglesa y sus constantes incursiones en las posesiones hispánicas. Por lo tanto, y al tratarse de una isla de poco menos de 3.000.000 de habitantes, de los cuales menos de un cuarto se encargaban de su protección, una fuerza militar anticuada y falta de experiencia, Felipe II estimó que un pequeño contingente sería suficiente para someter en pocas semanas todo el país
Lo que en un primer momento hubo fue  terror ante la reacción del monarca más poderoso de su era, Felipe II y pánico después ante la cercanía de la mayor flota, en esfuerzos, que ninguna nación ha conseguido nunca reunir, y, finalmente, estupor ante la posibilidad de un contraataque.
El propósito de Felipe II, tal y como incide en sendas cartas del 4 de septiembre de 1587 al marqués de Santa Cruz y al duque de Parma es el "restaurar Inglaterra para la Iglesia católica y poner fin a los ataques ingleses contra los intereses de España". Nunca existió la idea de ocupar y extender el imperio español a las islas, sino el de acabar con un enemigo muy concreto: la reina Isabel I de Inglaterra, de la casa Tudor. La monarca estaba en contra de los católicos y patrocinaba la piratería contra los intereses españoles con corsarios como Francis Drake.
España era un Imperio, el país más poderoso de Europa y tras el triunfo en la Batalla de Lepanto  en octubre de 1571, quedó clara la consolidación del poder naval español.
La expedición y el ataque se desarrolló desde el 12 de julio al 23 de septiembre de 1587.


NOTA FINAL DE LA PELÍCULA 

Otra cosa importante es la de denominar “Invencible” a la Armada Española. En el mundo anglosajón no ha hecho, en absoluto, desde 1588 y hasta hoy la nota predominante, siendo el término “Spanish Armada” el mayormente utilizado. Sin embargo, en España se ha dado pábulo a esa creencia de “Invencible” durante años. El padre Pedro de Ribadeneira en su “Tratado de la tribulación” de 1589 escribe: “Una armada grande y poderosa, y que parecía invencible, aprestada para volver por la causa de Dios y su santa fe católica, y acompañada de tantas oraciones y plegarias y penitencias de sus fieles y siervos, se haya deshecho y perdido por una manera tan extraña que no se puede negar, sino que es azote y severo castigo de la mano del Muy Alto”.
Con todos los datos anteriormente, creemos pues, que el término “Armada Invencible” si bien fue usado ocasionalmente en Inglaterra, cuando lo fuese, rara vez se hizo de una manera especialmente histriónica o denigrante
El ataque que llevó a cabo ocurrió en el contexto de la guerra anglo-española de 1585-1604.
Los españoles, a su vez, sufrieron cerca de 10 000 bajas debido a un feroz temporal que los sorprendió bordeando la costa occidental irlandesa. Un hecho muy importante, y que al mismo tiempo es poco conocido, es que los marinos ingleses fueron a su vez diezmados por causas ajenas al combate, ya que unos 9.000 marineros ingleses fueron víctimas de sendas epidemias de tifus y disentería que estallaron a bordo de los barcos ingleses inmediatamente después del enfrentamiento con la flota española. Además, el ambiente en Inglaterra tras la batalla distó mucho de ser la algarabía de fervor patriótico y festejos.
Hasta la altura del Canal de la Mancha no se efectuó el único gran combate de toda la campaña, por llamarlo de algún modo, pues Francis Drake no tuvo más ocurrencia que prender fuego a sus barcos y estamparlos contra la armada (los llamados brulotes) causando ciertos estragos. Bien, el resultado del único enfrentamiento directo fue el de un solo barco español hundido.
Temerosos de iniciar un prolongado enfrentamiento, la armada inglesa se batió en retirada. La flota española, exhausta, con sus objetivos demasiado desdibujados, incapaces de llegar a ningún puerto aliado y con numerosas pequeñas averías se vería obligada a rodear la isla británica. Las condiciones fueron horribles. Los pequeños arañazos alcanzados por los ingleses fueron transformando los barcos en ruinas flotantes por las tempestades y la defectuosa cartografía portada por los españoles.


NOTA FINAL DE LA PELÍCULA 

Esto es la gran victoria por la que brindan: que los españoles tuvieran que dar media vuelta debido al temporal y a la imposibilidad de combate. Y es que más que una victoria Inglesa fue un cúmulo de desastrosos contratiempos que bien resumió Felipe II en su célebre frase: “Yo envié a mis naves a pelear contra los hombres, no contra los elementos”.
En 1589 Inglaterra llevó a cabo una expedición militar para destruir los barcos españoles que estaban siendo reparados en La Coruña, Santander y San Sebastián, así como para iniciar una insurrección antiespañola en Lisboa. Esta expedición fue conocida como Contra armada y fracasó en sus objetivos. En la batalla de La Coruña fueron rechazados.
La Contra armada inglesa, desplegó unas 160 naves de varios tipos y perdió 40 navíos entre hundimientos y capturas causando fuertes pérdidas en las arcas inglesas. A la vez permitió la reconstrucción de la flota española. Ayudados por corsarios, los ingleses continuaron con sus robos en alta mar. Pero un sistema de escolta frustró los ataques. Expediciones de piratas como Martin Frobisher y John Hawkins fueron derrotadas. El navío “Revenge” uno de los más importantes de su marina fue apresado cerca de las Azores en la Batalla de Flores (1591), cuando una flota inglesa pretendía capturar la Flota de Indias. En 1592 Pedro de Zubiaur vencía a un convoy inglés de 40 buques incendiando la nave capitana y capturando otros tres barcos. En 1593 en la batalla de Blaye derrotaba a una pequeña flota de seis buques ingleses hundiendo sus dos unidades principales.
Entre 1595 y 1596, Drake y Hawkins murieron en las derrotas sufridas por los enfrentamientos de una expedición inglesa contra los asentamientos españoles en el Caribe, primero en Las Palmas de Gran Canaria y luego en diferentes localizaciones caribeñas.
Muere Felipe II en 1598 y su hijo Felipe III de España proseguiría la guerra contra Inglaterra. En mayo de 1600 se iniciaron conversaciones de paz en Boulogne-sur-Mer, que no dieron resultado
Aprendida  la lección de la forma de combatir de los ingleses, la mejora en la escolta de las flotas procedentes de América y la rápida recuperación ente las pérdidas militares, muertos la reina inglesa y los corsarios Drake y Hawkins, se debilitó la decisión inglesa y el sucesor Jacobo I firmó un tratado de paz en Londres, posiblemente favorable a Felipe III, en 1604.
Ahora son los prestigiosos historiadores británicos Geoffrey Parker y Colin Martin, expertos en Historia Naval del periodo, quienes publican un gran volumen sobre la mítica historia, La Gran Armada. Un nuevo acercamiento a "la historia de la mayor flota jamás vista desde la creación del mundo" a través de un tocho de 800 páginas que, si te descuidas, lo acabas en tres días.

COLÓN Y LA FUERZA DE SU PASIÓN - (2)

En 1.484 Colón presentó al reino de Portugal su empresa de ir a las Indias Orientales por Occidente. Juan II le escuchó atentamente y quedó ...