domingo, 25 de mayo de 2025

SEXENIO DEMOCRÁTICO Y AMADEO I

Hablamos del Sexenio Democrático al periodo de la historia transcurrido desde el triunfo de la Revolución de septiembre de 1868 hasta el pronunciamiento de diciembre de 1874, que es derrocada la Primer República y que supuso el inicio de la Restauración borbónica.
La revolución conocida como La Gloriosa comienza el 18 de septiembre de 1868 con el pronunciamiento de la Armada en Cádiz, al mando del almirante Juan Bautista Topete y del ejército dirigido por los generales Juan Prim y Francisco Serrano.

General Juan Prim

La reina se exilia a Francia el 30 de septiembre y tres días más tarde el general Serrano lidera el Gobierno provisional, asumiendo la regencia en junio de 1869.
Las Cortes Constituyentes redactan una  nueva Constitución que es aprobada y en sesión extraordinaria de 18 de junio de 1869 nombran Regente del reino al Presidente del Poder ejecutivo Don Francisco Serrano y Domínguez.
La Constitución de 1869 establecía la monarquía dinástica y la base de la soberanía residiendo en el pueblo español. Es decir, se acababa con el absolutismo definitivamente y teníamos otra Constitución de carácter liberal.
Se marca el comienzo de un periodo febril llamado el "Sexenio democrático" (1868-1874), en el que se sucedieron vertiginosamente numerosas fórmulas de gobierno y que desembocarían en la restauración de la monarquía Borbónica.
Asimismo se establecieron diversos mecanismos para impedir la supresión o violación de estos derechos, considerados como inalienables. Tan sólo en la necesidad de preservar la seguridad de Estado sería posible suspenderlos. La Constitución de 1869 fue la más liberal de cuantas se habían promulgado en España. El principio de la soberanía nacional legitimaba la forma de gobierno adoptada, la monarquía parlamentaria. El rey figuraba como monarca constitucional, pero perdía las fuertes atribuciones que le había concedido el sistema moderado. Siguiendo las pautas del derecho británico, el rey reinaba, pero no gobernaba. En sus manos quedaba el derecho de disolución de Cortes.
Un año después de la aprobación de la Constitución, España continuaba sin tener un rey a pesar de que su Carta Magna la definía como un Estado monárquico.
Posteriormente se piensa en cumplir el dictado de la Constitución.
Finalmente Isabel II recién abdicó el 25 de julio de 1870 a favor de su hijo, (Alfonso XII) y se fue a París, donde largó sapos y culebras por la boca.
Por lo que las Cortes, al abdicar la reina ninfómana, (así la llamaban), establecieron una regencia al general Serrano y éste encargó a Prim formar gobierno. 

General Francisco Serrano 

Su tarea era encontrar un príncipe adecuado para la corona de España y lo encontró en la persona de Amadeo de Saboya, que sería elegido rey en el mes de noviembre de 1870. Solo puede pasar en España que sea elegido un rey por votación en un parlamento. Pero así fue. Y como siempre hasta en eso España es diferente, y el rey no tuvo apoyos de casi nadie, ni de la derecha ni de la izquierda ni de su padre. Bueno de éste sí, porque era el padre, políticamente hablando, era Prim, un héroe catalán de la guerra de África.
Las Cortes nombran una comisión para acompañar al rey desde Italia hasta Madrid. A su llegada a Madrid, el 2 de enero de 1871, debe acudir a la basílica de Atocha en la que se halla el fallecido General Prim, que había sido su gran valedor, víctima de un atentado el 27 de diciembre de 1870 en la calle del Turco. A continuación se dirige a las Cortes donde presta juramento a la Constitución y es proclamado Rey de España.
Lo que no puede negarse es que don Amadeo inauguró la primera Monarquía democrática —o la primera democracia coronada— en España; pero, pese a su buena voluntad y a la exquisita corrección con que en todo momento se atuvo a los preceptos constitucionales, nunca pudo contar con la adhesión del país que le tocaba regir.
La primera consecuencia de la muerte de Prim fue la división del Partido Progresista, que él había acaudillado y que constituía, bajo su jefatura, el principal, o el único apoyo de la nueva dinastía. Quedaron enfrentados los herederos políticos del general: Sagasta, a la derecha, y Ruiz Zorrilla, a la izquierda. Por su parte, el general Serrano, duque de la Torre, uno de los “héroes” de La Gloriosa, y jefe de la Unión Liberal, no logró asumir un arbitraje desde su posición de centro. En sucesivas situaciones políticas, Sagasta y Ruiz Zorrilla distaron de formalizar un turnismo solidario como el que sería base, en el futuro, de la Restauración canovista. Ambos buscaron apoyo, para prevalecer políticamente sobre el adversario, en fuerzas políticas adversas al régimen: Ruiz Zorrilla, en los republicanos; Sagasta, en el cada vez más pujante núcleo canovista. El país atravesaba momentos críticos, con dos conflictos armados en su seno: uno, en la misma Península (Tercera Guerra Carlista), otro en Ultramar (Primera Guerra de Cuba).

AMADEO I DE SABOYA 
En cualquier caso, ha quedado para memoria histórica de este reinado la abolición de la esclavitud (de momento, sólo para Puerto Rico, en paz con la metrópoli), debida a Ruiz Zorrilla (21 de diciembre de 1872).
El desánimo de don Amadeo ante las miserias de la pugna política, y ante el comportamiento de los españoles con él y con la Reina, halló lógico desenlace al plantearse el problema creado por el choque de Ruiz Zorrilla, jefe del Gobierno a la sazón, con los oficiales del Arma de Artillería, que en plena guerra civil se negaron a acatar el mando del general Hidalgo de Quintana, primero en el frente vasco-navarro y luego en Cataluña. Dada la responsabilidad de aquél en los luctuosos sucesos del Cuartel de San Gil (1866), que costaron la vida a la oficialidad del mismo. Don Amadeo había ofrecido su mediación, como jefe supremo del Ejército, cerca de los oficiales rebeldes. Pero tras haber asumido esta tarea, con asentimiento del propio Ruiz Zorrilla, se encontró súbitamente con que aquél, sin consultárselo ni comunicárselo, había suprimido de un plumazo el arma de Artillería, presionado por las Cortes como tajante réplica a los oficiales díscolos. Sintiéndose desairado y humillado, amén de desautorizado para ejercer una de sus facultades constitucionales, don Amadeo presentó su renuncia irrevocable de la Corona, para él y para sus sucesores, el 11 de febrero de 1873. Pocos días antes, doña Victoria había dado a luz, en el Palacio Real de Madrid, al tercero de sus hijos, Luis, duque de los Abruzzos.
Al día siguiente de su abdicación, don Amadeo y su esposa, acompañados de sus hijos, partieron en tren para Portugal.
El mismo día que se marchó el rey Amadeo de Saboya se proclama la Primera República Española. 
El 11 de febrero de 1873, reunidos en la Asamblea Nacional, a pesar de que la reunión no era constitucional, se declaró que la República era la forma de gobierno a partir de ese momento.
 
 
 
 

sábado, 24 de mayo de 2025

PRIMERA REPÚBLICA ESPAÑOLA

En septiembre de 1868 se inicia un agitado período en la historia del siglo XIX español, con el Sexenio revolucionario (1868-1874), a raíz de un pronunciamiento militar que destrona a Isabel II; la Constitución de 1869; la regencia del general Serrano; la monarquía democrática de Amadeo de Saboya y la proclamación de la Primera República.


Todo había comenzado el lunes 11 de febrero de 1873, cuando el diario “La Correspondencia de España” dio la noticia de que el rey Amadeo I de Saboya había abdicado. Inmediatamente los federales se agolparon en las calles de Madrid, pidiendo la proclamación de la República.
La abdicación del rey estuvo motivada por las dificultades a las que tuvo que enfrentarse durante su corto reinado, como la guerra de Cuba, el estallido de la Tercera Guerra Carlista, o la oposición de los monárquicos alfonsinos, que aspiraban a la restauración borbónica.
El 11 de febrero de 1873, las Cortes proclamaron la República como forma de gobierno por 258 votos a favor y 32 en contra. La República surge como una fórmula inédita para aplicar los postulados de la Revolución de 1868. El Partido Radical y el Partido Republicano Federal eran los dos grupos políticos mayoritarios en las Cortes, con intereses contrapuestos: los radicales defendían una república unitaria, mientras que los republicanos eran partidarios de un modelo territorial federal. El 11 de junio, las Cortes proclaman la República federal y de forma inmediata los grupos federalistas provinciales, junto a los anarquistas, forman minúsculas repúblicas autónomas, los cantones, principalmente en Andalucía y la costa mediterránea.


Estanislao Figueras 
En junio, surge la república federal y reformista y al mismo tiempo, desde unas posturas extremistas, la república cantonal.
En once meses, la República tuvo cuatro presidentes. Estanislao Figueras y Francisco Pi y Margall, intentaron realizar algún cambio importante en el devenir de la historia de España. Los dos últimos presidentes, Nicolás Salmerón y Emilio Castelar, representaban una reacción conservadora que, con el apoyo del Ejército, pretendió restablecer el orden, la autoridad y el gobierno frente al movimiento cantonalista.
El primer gobierno de la República tuvo que afrontar una situación económica, social y política muy difícil. En la primera sesión de las Cortes Constituyentes, fue elegido Estanislao Figueras como el primer presidente del Poder Ejecutivo. Tras su caída, Pi y Margall presentó un proyecto ante las Cortes, basado en la necesidad de acabar con la guerra carlista, la separación de la Iglesia y el Estado, la abolición de la esclavitud y las reformas en favor de las mujeres y los niños trabajadores.


Francisco Pi y Margall
Estanislao Figueras, apenas contó con apoyos sociales ni por parte de la burguesía, que tan solo quería una democratización sin cambios drásticos, ni por parte de los obreros y campesinos, que reclamaban un mejor reparto de tierras y reducción de las jornadas laborales. Fueron numerosas las revueltas que se sucedieron por parte del campesinado en Andalucía y las movilizaciones populares en Cataluña.
En el ámbito internacional, solo Estados Unidos reconoció a la República. Pi y Margall, fue el encargado de redactar un nuevo proyecto de Constitución en 1873, que nunca entró en vigor.
La tensión llegó a su cenit cuando los diputados más radicales abandonaron la Cámara en protesta por las medidas del gobernador civil de Madrid contra el desorden callejero.


Rebeliones Cantonales 
Durante aquellos meses, la República se sintió acosada desde el triple frente de la guerra en Cuba, la contienda contra los carlistas y la lucha contra los cantonalistas. La dimisión de Salmerón llevó a la presidencia a Castelar, defensor de una república unitaria. Consiguió que las Cortes lo invistieran de poderes extraordinarios para combatir el carlismo y el cantonalismo y que se suspendieran sus sesiones. Castelar gobernó mediante decreto, suspendiendo las garantías constitucionales y suprimiendo algunos derechos individuales. En el debate con que se abrieron, Salmerón anunció que retiraba su apoyo por lo que Castelar solicitó un voto de confianza que perdió y presentó la dimisión.
Las tesis del anarquismo ganaban adeptos y se imponían a la corriente marxista. A las protestas se sumaron los desórdenes generados en numerosos puntos de la península desde el mismo momento en que se tuvo conocimiento de la proclamación de la República. En amplias capas de la población, sobre todo en las más desfavorecidas, la idea de república iba unida a la de revolución.


Caricaturas de periodico sobre la República 
La vida de la República transcurrió entre grandes tensiones políticas y sociales. El incipiente movimiento obrero, en sus dos vertientes, marxista y anarquista, no se sintieron ligados a los planteamientos republicanos.
La República fue un sainete, un sindiós y un carajal.
“Las sesiones de las Constituyentes me atraían, y las más de las tardes las pasaba en la tribuna de la prensa, entretenido con el espectáculo de indescriptible confusión que daban los padres de la Patria. El individualismo sin freno, el flujo y reflujo de opiniones, desde las más sesudas a las más extravagantes, y la funesta espontaneidad de tantos oradores, enloquecían al espectador e imposibilitaban las funciones históricas. Días y noches transcurrieron sin que las Cortes dilucidaran en qué forma se había de nombrar Ministerio: si los ministros debían ser elegidos separadamente por el voto de cada diputado, o si era más conveniente autorizar a Figueras o a Pi para presentar la lista del nuevo Gobierno. Acordados y desechados fueron todos los sistemas. Era un juego pueril, que causaría risa si no nos moviese a grandísima pena”.  
Esto lo escribió el grandísimo Pérez Galdós.


Emilio Castelar 
El Partido Republicano llegó al poder dividido entre unitarios y federales y éstos a su vez entre intransigentes y moderados, según el método a emplear para una España federal. Los partidos estaban divididos. La I República marcó, en su corta duración, la culminación de proceso revolucionario del sexenio, en cuanto a los más caracterizados rectores del republicanismo democrático, Figueras, Pi Margal, Castelar, Salmerón y otros, aparecieron como los únicos capaces de materializar los ideales de la revolución de 1868. Desde el 11 de febrero de 1873 el día en que comenzó, hasta el 29 de diciembre de 1874 en que se disolvió, en los veintidós meses que duró, los Gobiernos de la Primera República Española fueron 8 en total, 5 durante la República Federal y otros 3 durante la República Unitaria, A saber:
Gobiernos de la República Federal: Presidencia de Estanislao Figueras (11 de febrero - 11 de junio de 1873). Presidencia de Francisco Pi y Margal (11 de junio - 18 de julio de 1873). Presidencia de Nicolás Salmerón (18 de julio - 7 de septiembre de 1873). Presidencia de Emilio Castelar (7 de septiembre de 1873 - 3 de enero de 1874).
El 9 de marzo de 1873 la Diputación de Barcelona, dominada por los republicanos federales volvía a intentar proclamar el Estado catalán, como ya había hecho el 12 de febrero; y, como en aquella ocasión Pi y Margall desde Madrid les hizo desistir. Tres días después, el 12 de marzo, llegó a Barcelona el propio presidente del Poder Ejecutivo de la República, Estanislao Figueras, para disuadirlos definitivamente.
La I República marcó, en su corta duración, la culminación de proceso revolucionario.


Nicolás Salmerón 
El primer gobierno de Figueras duró quince días. El de Pi y Margal duró un mes. El de Nicolás Salmerón dos meses. El de Emilio Castelar duró cuatro meses. Y la presidencia de Francisco Serrano tuvo tres gobiernos desde enero a diciembre de 1874. Crecida la anarquía por todas partes, Figueras se marchó en secreto a Francia, sin presentar la dimisión. Nicolás Salmerón comenzó a poner sitio a Cartagena donde los cantoneses (insurrección cantonal) se habían apoderado de la escuadra. Como no quiso firmar penas de muerte dimitió duró 51 días.
El 29 de diciembre de 1874, el general Arsenio Martínez-Campos se pronunció en Sagunto a favor de la restauración en el trono de la monarquía borbónica, en la persona de don Alfonso de Borbón, hijo de Isabel II. Serrano les ordenó no resistir, y el Gobierno aceptó la decisión sin protestar.
El 31 de diciembre de 1874 se formó el llamado Ministerio-Regencia, presidido por Cánovas del Castillo, a la espera de que el príncipe Alfonso regresara a España desde Inglaterra.
Después del periodo navideño, cuando se reabrieron las Cortes el 2 de enero de 1874 el capitán general de Madrid, Manuel Pavía, tenía preparadas sus tropas para el caso de que Castelar perdiera la votación parlamentaria. En el lado contrario, batallones de Voluntarios de la República estaban preparados para actuar si vencía Castelar.
Nicolás Salmerón anunció que retiraba su apoyo a Castelar. En su discurso acusó a Castelar de haber abandonado la «política republicana.
Hacia las cinco de la madrugada del 3 de enero se votó la cuestión de confianza al gobierno presentada por varios diputados de la derecha en la que Castelar salió derrotado por lo que obligó a este a presentar la dimisión.



General Pavía. 
A las siete menos cinco de la mañana se reanudó la sesión y cuando se estaba iniciando la votación de investidura del nuevo gobierno se supo que las tropas Pavía habían rodeado el edificio del Congreso y el propio general se encontraba en la plaza frente al edificio. Dos ayudantes suyos le entregaron una nota a Salmerón, presidente de las Cortes, que decía: «Desaloje el local». Le dieron cinco minutos de plazo para cumplirla. Salmerón les dijo que le comunicaran a Pavía que estaba atentando contra la soberanía nacional y contra la República y «que el tribunal del pueblo será inexorable contra el autor de semejante crimen». Salmerón informó a los diputados lo que estaba sucediendo a lo que estos respondieron con vivas a la soberanía nacional y mueras a los traidores y a Pavía.
A continuación penetraron en el edificio los soldados del regimiento de Mérida, seguidos por los guardias civiles encargados de la custodia del edificio al mando de coronel Iglesias, que se había pasado al lado de los golpistas. Hubo disparos al aire en los pasillos para que los diputados aceleraran el abandono del hemiciclo. Uno de los últimos en salir fue el todavía presidente del Poder Ejecutivo Emilio Castelar.
Pavía envió un telegrama a los jefes militares de toda España en el que les pedía su apoyo al golpe.
Como Castelar había rehusado el ofrecimiento del general Pavía para que presidiera el «gobierno nacional» que él proponía. ​La presidencia del Poder Ejecutivo de la República la asumió el líder del Partido Constitucional el general Serrano, duque de la Torre, quien se fijó como objetivo prioritario acabar con la rebelión cantonal y con la tercera guerra carlista. Su gobierno estuvo integrado por constitucionalistas, radicales y un republicano unitario.
La Primera República oficialmente continuaría casi otro año más, con el general Serrano al frente. El líder del partido alfonsino Antonio Cánovas del Castillo le comunicó a la reina exiliada Isabel II que “Los principios democráticos están heridos de muerte
Serrano aceptó el cargo de presidente del Poder Ejecutivo de la República, y disolvió las Cortes republicanas en 1874 instaurando una especie de dictadura republicana de concentración con talante conservador. Serrano gobernó apoyado en la Constitución de 1869, que a su vez era la primera Constitución democrática. Serrano acabó con la rebelión cantonal y levantó el sitio de Bilbao en 1874, dejando a los carlistas prácticamente derrotados. Pero la destrucción de las fuerzas políticas republicanas había abierto el camino para la restauración de los Borbones, precipitada en los días finales de diciembre de 1874,
El 9 de enero de 1875 llegó a España el rey Alfonso de Borbón y Borbón y fue proclamado rey ante las Cortes Españolas.

viernes, 23 de mayo de 2025

MUJERES DE LA GENERACIÓN DEL 27.

Coincidieron con una generación de grandes poetas y escritores y también  con una época de cambios revolucionarios. El reconocimiento no fue por igual, pero no es cuestión de buscar culpables, la época en que vivieron era la que era. Ellas tienen el mérito de que siendo mujeres supieron abrirse paso y haber roto moldes en una época muy difícil
Solo una pequeña semblanza de estas personalidades.
 
MARÍA ZAMBRANO ALARCÓN
Málaga, 22 de abril de 1904, murió en Madrid, en febrero de 1991.  Filósofa y ensayista fue  discípula de Xavier Zubiri y colega de José Ortega y Gasset. Su extensa obra, entre el compromiso cívico y el pensamiento poético, no fue reconocida en España hasta el último cuarto del siglo XX, tras un largo exilio. Recibió los galardones literarios, el Premio Príncipe de Asturias en 1981, y el Premio Cervantes en 1988.

CONCHA MÉNDEZ
Nació en Madrid en 1898. Amiga de Luis Buñuel,  de García Lorca y Rafael Alberti, frecuentó reuniones, lecturas poéticas y exposiciones con la joven generación artística de los años treinta. En 1926 publicó su primer libro, "Inquietudes".  En 1932 se casa con el también poeta Manuel Altolaguirre, en cuyos proyectos intervendría.

MARÍA TERESA LEÓN
ue compañera y amiga durante más de cuarenta años del poeta Rafael Alberti. Ella fue una gran escritora, novelista, ensayista, dramaturga y traductora. Escribió libros tan emotivos como su libro de memorias, Memoria de la melancolía.

ERNESTINA DE CHAMPOURCÍN
Fue la mujer de otro poeta Juan José Domenchina secretario durante la guerra de Manuel Azaña.
Gerardo Diego sufrió presiones para no incluirla en la obra antológica “Poesía española contemporánea”. Pero él la incluyó como miembro de su propia generación.

ZENOBIA CAMPRUBÍ AYMAR
una catalana que se casó con , que  no es un poeta considerado de la generación del 27, sí tuvo mucha influencia en esa generación en sus inicios. Se  convirtió desde el primer  momento y hasta su fallecimiento, 40 años después, en compañera inseparable y colaboradora del poeta.
Ya de joven escribía cuentos en castellano y en inglés, y a desarrollar sus dotes literarias.  Interesada por la obra del poeta y pensador indio Rabindranath Tagore, lo  traduce al castellano partiendo de las prosificaciones en inglés que de su obra hiciera el propio Tagore.

ROSA CHACEL
Nació el 3 de junio de 1898 en Valladolid.  En 1915 se matricula en la Escuela Superior de Bellas Artes de San Fernando para estudiar escultura, materia que abandona en 1918.
Comienza a frecuentar el café Granja del Henar y el Ateneo, donde dará su primera conferencia polémica sobre "La mujer y sus posibilidades". En abril de 1921 se casa con el pintor Timoteo Pérez Rubio. En 1922 se trasladan a vivir a Italia.
En 1930 publica su primera novela, Estación. Ida y vuelta. Tres años después viaja a Berlín por seis meses. En estos años formativos recibe la influencia de Proust y del Joyce de Retrato de un artista adolescente, pero también de Freud y Nietzsche. Entra en el círculo de Ortega y Gasset. Publica en la Revista de Occidente dos relatos, y también en La Gaceta Literaria.
Con la llegada de la Guerra Civil  Pérez Rubio se alista y Chacel firma el Manifiesto de los intelectuales antifascistas. En febrero de 1937 se trasladan a París hasta que en marzo 1939 se mudan a Sudamérica a vivir entre Río de Janeiro y Buenos Aires.

CRISTINA DE ARTEAGA
Era hija del XVII Duque del Infantado, Joaquín de Arteaga y Echagüe Silva y Méndez de Vigo
Nació en Zarauz, Guipúzcoa, en septiembre de 1902. A los 24 años era doctora en Ciencias Históricas. Escribió poesías, libros y artículos de temas históricos y religiosos. Entró en el Monasterio de la Concepción Jerónima de Madrid en 1934, donde profesó en 1936. Fue una gran historiadora y entre otras obras escribió la biografía de su familia “La Casa del Infantado" así como "Una mitra sobre dos mundos"  la del Venerable Don Juan de Palafox y Mendoza. La obra ocupó toda la vida de Sor Cristina de la Cruz Orteaga: desde los 15 años, en que descubrió en su propia casa los legajos inéditos del archivo personal del Venerable, lejano pariente suyo; a la tesis doctoral de 1925, premio extraordinario de la Universidad Central de Madrid.

MARUJA MALLO 
Gallega de nacimiento nació en 1902 y murió en 1995. Fue una pintura surrealista muy comprometida con la República. Considerada de vanguardia interior española.
En la década de los 20 trabaja para varias publicaciones como La Gaceta Literaria, El Almanaque Literario o la Revista de Occidente y realiza portadas de varios libros. Frecuenta a Ortega y Gasset. Colaboró con Alberti, conoció a Miguel Hernández.
Colaboró intensamente con Alberti hasta 1931, quedando constancia de este trabajo conjunto los decorados del drama "Santa Casilda"
Al estallar el conflicto bélico del 36, Maruja Mallo huye a Portugal, donde la recibe Gabriela Mistral, quien en aquel momento era embajadora de Chile en Portugal. Gabriela Mistral, le ayudó a trasladarse a Buenos Aires, recibiendo una invitación de la Asociación de Amigos del Arte, a dar una serie de conferencias sobre la temática popular en la plástica española, "Proceso histórico de la forma en las artes plásticas", en Montevideo y luego en Buenos Aires,  iniciando así su exilio en Argentina que desde 1937, duraría 25 años. Allí siguió pintando, dando clases y cultivando amistades, entre ellas, Pablo Neruda.

MARIA GIL ROËSSET
Nació en Madrid en 1908 y murió en 1932  Fue  escultora, ilustradora, poetisa española, fue una niña prodigio. A los siete años ya mostraba una extraordinaria capacidad para el dibujo.
Gracias a su escultura, Marga Gil, quien se instruyó por sus propios medios, fue aceptada en las Exposiciones Nacionales de Bellas Artes de 1930 y de 1932. Su mejor escultura fue el busto de la esposa de Juan Ramón Jiménez, Zenobia Camprubí. En el ámbito de la ilustración, combinaba modernismo y simbolismo e ilustraba  los cuentos que escribió Consuelo Gil Roësset de Franco, su hermana. Es probablemente uno de los ejemplos más duros y singulares del expresionismo español.
Margarita era admiradora de Zenobia Camprubí, conocida por ser traductora del poeta bengalí Rabindranath Tagore y esposa de Juan Ramón Jiménez. En 1932, en un recital de ópera Margarita y el matrimonio fueron presentados. La escultora quedó enamorada de él. Marga decidió de inmediato hacer un busto de Zenobia. Como era imposible el amor con un hombre casado y Margarita era muy religiosa, decidió suicidarse.

MARGARITA MANSO.
Después de morir su padres cuando aún ella era muy joven, su familia se instaló poco después en Madrid. Acudió a la Academia San Fernando, donde Julio Romero de Torres fue su profesor más destacado.
En dicho recinto educativo la pintora hizo enorme amistad con Maruja Mallo y Alfonso Ponce León (con quien se casó en 1933), sirviendo de fuente inspiradora constante en sus pinturas destacadas.
El sangriento conflicto armado desatado en el año 1933 significó la desaparición pública de las obras de Margarita Manso. En diciembre de ese mismo año se casó con Alfonso Ponce de León, quien era un falangista militante. Este fue secuestrado en la puerta de su domicilio por los franquistas. Durante 1936, la dictadura le quitó todo a Margarita Manso. Su esposo apareció muerto en una cuneta. La musa de la Generación del 27 comenzó a desaparecer. A tal punto, que sus hijos desconocieron las vivencias de su madre adolescente.
 

Quedó así conformada la Generación del 27. El relato de la visita del grupo de amigos al monasterio de Santo Domingo de Silos es muy famoso: como el ingreso era exclusivo para hombres, Maruja Mallo y Margarita Manso decidieron disfrazarse de hombres y así pudieron visitar el cenobio.
“Las Sin Sombrero”. Este ensayo “surrealista” lo ejecutaron Dalí, García Lorca, Manso y Mallo como forma de plantarse ante ciertas normas absurdas. En esa época era impensable acudir a espacios públicos con la cabeza descubierta, pero eso fue exactamente lo ocurrido en La Puerta del Sol de Madrid a principios de 1920. 

jueves, 22 de mayo de 2025

EXPULSIÓN JUDÍOS EN ESPAÑA Y EUROPA

Es posible que los primeros judíos en la península Ibérica hayan llegado en la época del rey Salomón, aproximadamente por el 950 a.C.
Cuando el rey visigodo Recaredo se convirtió al catolicismo, (año 587), en estrecha colaboración con la Iglesia católica, adoptó una actitud beligerante contra las comunidades judías. 


Conversión de Recaredo 

Durante el reinado de Sisebuto, las leyes antijudías se endurecieron, se produjeron numerosas conversiones forzosas, lo que motivó que gran número de judíos abandonasen el reino.
En tiempos de los reyes cristianos se identificaba la política con la religión. Solo los bautizados estaban en condiciones de ser súbditos del rey y por tanto de estar bajo el amparo de las leyes, usos y costumbres del reino. El cristianismo es una fe que se proclama verdad absoluta, “dogma de fe” y la vida es un tránsito durante el cual se deben obtener los méritos para una posterior vida eterna, que es la importante. Norma válida para todos, desde el rey hasta el último morador. Al comienzo del reinado de Fernando e Isabel, judíos y musulmanes formaban comunidades propias, pero habitaban en tierra ajena. Tenían casas de oración, sus leyes y autoridades y escuelas. Tenían permiso del rey para ello. Abonaban una cantidad de dinero por ello y no podían formar parte de las instituciones. Todo esto es importante para entender los hechos que tanto se les reprochan a nuestros reyes y que inicia la enorme falacia de la “Leyenda Negra”. Si se pierde este punto de vista, tan alejado de nosotros en nuestros días, no podremos comprender los hechos sucedidos, sus porqués y las decisiones que tomaron en aquella época. Por ejemplo la apostasía, la herejía el sacrilegio y los pecados contra natura, eran castigados duramente, incluso con la muerte, dado que eran crímenes horrendos que había que extirpar. Por el contrario el poder y la justicia estaban sometidos a fuertes limitaciones porque por encima de ellos existía el orden moral del cual la iglesia es la custodia. En determinadas condiciones se toleró o aceptó a comunidades judías, pues dado que los cristianos no se les permitía prestar dinero y mucho menos cobrar intereses, esto si fue permitido a los judíos, lo que a la larga provocó la desconfianza del pueblo.
El papel del judío dentro de las cortes castellanas fue el de transmisor de los conocimientos árabes. Cortes como la de Alfonso X, junto con colaboradores árabes, se creó la Escuela de Traductores de Toledo, una obra enorme de recopilación de los conocimientos y divulgación. De ahí la costumbre de  decir ”La ciudad de las tres culturas”, siendo esto solamente aplicable a nivel cultural, pero no en el ámbito popular, que fue solamente una toleración. 


Cántigas de Santa María - Alfonso X el sabio 

Los judíos fueron imprescindibles en la medicina. No había casa noble o real que el médico no fuera judío.  No obstante esto estaba prohibido por la religión.
El judío era además el recaudador de impuestos y encargado de la custodia y control del tesoro estatal.  Este trabajo, cerca del poder de nobles, prelados y reyes explica el incremento del recelo de las clases populares contra los judíos, ya que era visto como el explotador, gentes cercanos a los ricos y poderosos y apartados del pueblo.
Pero no fueron pocos los reyes que defendieron a los judíos, y podemos citar precisamente a Fernando e Isabel sobre todo en 1481. Pero también a Enrique IV de Castilla y a Juan II de Castilla, a quien hasta se le acusó de defender a los judíos.
De los libros del rabí de Toledo se desprende que la vida de los judíos castellanos era mucho más favorable que en el resto de Europa; por lo general, se gobernaban casi con total independencia en sus propios barrios.
El pueblo, fue principal víctima de la usura, hasta el punto de que con frecuencia tenían que vender sus casas, tierras o majuelos para saldar las deudas, no dejaba de presentar una y otra vez en las Cortes sus peticiones para conseguir moratorias y rebajas en los pagos, alegando su pobreza debida a la escasez de frutos, las malas condiciones climatológicas o los excesivos impuestos; en otras ocasiones acusaban a los judíos de que, conscientes de sus necesidades, los obligaban a aceptar en las escrituras doble cantidad de la que recibían, o insertaban cláusulas engañosas.
Aunque las leyes no lo obligaban muchos judíos se convencieron que les convenía convertirse al cristianismo. Estos cristianos nuevos tampoco convenció a los cristianos viejos por lo que se introdujo la noción de la pureza de sangre. Y también dividió a la comunidad judía entre los más conservadores y los conversos.
La decisión de prohibir el judaísmo está relacionada con la instauración de la Santa Inquisición en las Coronas de Aragón y en la de Castilla, que perseguía a los falsos conversos que en realidad engañaban y seguían practicando su primitiva fe.


Fray Tomás de Torquemada bendiciendo a nuevos cristianos
Ángeles Irisarri, historiadora y autora de “Isabel, la reina”, apuesta por que fue un tema de fe: "Cuando  los señores Reyes dictaron el edicto de expulsión,  los judíos habían  sido expulsados de todos los países y sólo quedaban dos por adoptar esa  medida: Portugal y Austria, que muy pronto se sumaron al  sentimiento  generalizado de odio a los hebreos. Es de decir que, mucho antes de la  expulsión Sus Altezas  quisieron convertir a los judíos a la fe  cristiana, y mandaron por todas las ciudades, villas y aldeas, a  predicadores que instruyeran a los herejes en la doctrina de la Iglesia  Romana. Y muchos, escarmentados por las grandes matanzas del siglo XIV y  por lo que se vislumbraba que iba a venir, se convirtieron, aunque  algunos siguieron judaizando. Contra éstos últimos se estableció la  Inquisición."
El hispanista francés Joseph Pérez ha destacado las semejanzas que existen entre esta expulsión y la persecución de los judíos en la Hispania visigoda casi mil años antes de la realizada por los Reyes Católicos en 1492, y que ésta no fue una excepción en Europa, salvo por tardía, a pesar de la fama de antisemitas que arrastran los monarcas.


Auto de Fe

La primer comunidad judía registrada en Gran Bretaña fue llevada a Inglaterra en 1070 por el rey Guillermo I de Inglaterra, quien creía que sus habilidades comerciales harían que su país recién conquistado fuese más próspero. Doscientos años más tarde los judíos ya no eran bienvenidos. El rey Eduardo I de Inglaterra aprobó el Estatuto de la judería (Statutum de Judaismo) en 1275, la cual restringía las actividades de la comunidad, más notablemente declarar ilegal la práctica de la usura (cobro de intereses). Cuando, 15 años después, Eduardo encontró que muchas de estas disposiciones fueron ignoradas, expulsó a los judíos de Inglaterra. Ellos emigraron a países como Polonia, donde eran protegidos por la ley. Una pequeña comunidad inglesa persistió en la clandestinidad a pesar de la expulsión. Los judíos no fueron prohibidos de Escocia, que hasta 1707 era un reino independiente.
Año 586 a.C. El primer exilio ocurrió cuando el rey de los babilonios, Nabucodonosor II, conquistó el Reino de Judá, destruyendo el Primer Templo de Jerusalén . Primera diáspora. Año 70 d.C. El general romano Tito derrotó la revuelta judía y destruyó el Segundo Templo de Jerusalén del cual queda un muro, (el de las lamentaciones), y provoca la expulsión del pueblo judío de unas tierras que ellos consideran sagradas. Era la segunda diáspora. Año 135 d.C. Un número aún mayor de judíos fue expulsado de Judea después de haber sido aplastada la rebelión de Bar Kojba. Desde entonces los judíos se dispersaron por todo el Imperio romano y, posteriormente por el mundo, encontrándose en casi todos los países.


Año y país de su expulsión.
1016 Crimea - 1290 Inglaterra, Eduardo I
1290 Gales.
1306 Francia.
1394 Algunos regresaron y expulsados.
1349 Sajonia, Alemania
1360 Hungría, expulsados y, en
1380 Eslovaquia
1562. Eslovaquia regresaron y fueron expulsados de Praga
1582 Hungría, regresaron y fueron expulsados nuevamente.
1370 Bélgica. Unos pocos se asentaron nuevamente en
1450 Algunos regresaron y fueron expulsados  
1420 Austria: Expulsados por Alberto V.
1445 Lituania
1492 España
1492 Portugal
1510 Prusia
1537 Túnez
1540 Italia: Reino de Napolés y de Sardinia
1551 Bavaria: Expulsados permanentemente
1744 María Teresa los expulsó nuevamente.
1791 Rusia. Obligados al asentamiento
1843 Ucrania
1682 Bordeaux, Avignon, Marseilles
 

COLÓN LLEGA A AMÉRICA -3-

El viernes 3 de agosto de 1492 estaban listos para zarpar. Para Colón era un día glorioso, al fin podría demostrar su sueño. Solo eran tres ...