jueves, 7 de noviembre de 2024

EL FUERTE MOSÉ

El 25 de junio de 1740 se libró en San Agustín una batalla entre españoles e ingleses: la Batalla del Fuerte Mosé, una lucha que tuvo lugar en el marco de la Guerra del Asiento (1739-1748), una contienda entre ambos imperios que tuvo su epicentro en los territorios españoles del Caribe, que en el bando español contó con oficiales tan insignes como Blas de Lezo (en Cartagena de Indias) y que terminó con una derrota inglesa. La Batalla de Fuerte Mosé es recordada en EEUU como "Bloody Mose" (Mosé sangriento) por su extrema dureza.


En 1687, España empezó a ofrecer asilo a los esclavos negros que huían de las colonias británicas de Norteamérica (los llamados "cimarrones"). Estos huidos, a menudo, eran esclavos raptados por los británicos en África, donde habían sido libres. En el Imperio español, igual que en el británico, existía entonces la esclavitud para los de raza negra, pero los esclavos españoles, por las leyes hispanas y las costumbres católicas, recibían un trato mucho mejor que los esclavos de las colonias británicas, pudiendo tener pertenencias propias y manteniendo la unidad de sus familias. Por otra parte en Florida, entonces territorio español, había muchos negros libres. Para los cimarrones la Florida española se había convertido en una puerta a la libertad. En 1693 el rey Carlos II de España ordena que se conceda la libertad a los negros fugitivos que huyan de plantaciones británicas y busquen refugio en la Florida española. Así se acabaría creando el Fuerte Mosé, el primer asentamiento de negros libres de Norteamérica. La Corona española puso dos condiciones a los esclavos asilados para poder vivir libres en Florida: que abrazasen la fe católica, la religión oficial del Imperio, y que contribuyesen a la defensa del territorio. Se formaron milicias negras con los esclavos huidos, para defender la Florida española frente a los ataques ingleses. Estos hombres formaron en San Agustín un asentamiento que también acabó acogiendo a indios americanos que se habían quedado sin hogar durante la Guerra de la Reina Ana (1702-1713), entre Inglaterra y Francia.
Uno de los cimarrones que acabó al servicio de España fue Francisco Menéndez, un criollo cuya vida es digna de una película. Su nombre original era Mandinga y había vivido libre en la Angola portuguesa hasta que fue secuestrado por tratantes de esclavos y llevado a la Carolina británica. Mandinga consiguió huir y vivió con los indios yamasee, en el nordeste de Florida, luchando junto a ellos contra los ingleses. En 1724 Mandinga llegó a San Agustín, donde se le concedió asilo, tomando el nombre español de Francisco Menéndez tras bautizarse en la fe católica.
Francisco ayudó en la defensa de San Agustín frente a los ingleses en 1727, convirtiéndose en el comandante del Fuerte de Gracia Real de Santa Teresa de Mosé, más conocido como Fuerte Mosé, tras su construcción en 1738, cuando el asentamiento de esclavos huidos de San Agustín cobijaba ya a más de 100 cimarrones, entre hombres, mujeres y niños. Deseosos de vengar las penurias de su esclavitud y movidos por un fuerte patriotismo y gratitud hacia España, los milicianos de Menéndez juraron ser "los enemigos más crueles de los ingleses" y derramar hasta su "última gota de sangre en defensa de la Gran Corona de España y la Santa Fe".
En junio de 1740 los ingleses pusieron a prueba el fervor patriótico y la lealtad de los hombres de Menéndez con un ataque al Fuerte Mosé, encabezado por el coronel John Palmer al frente de 170 hombres highlanders escoceses de un Regimiento de Infantería e indios que estaban con los británicos, que asesinaron a algunos de los habitantes negros del fuerte español. Los ingleses consiguieron tomar el Fuerte Mosé, con el objetivo final de conquistar y arrasar San Agustín.


El gobernador español ordenó un contraataque en el que tomarían parte 300 hombres, entre tropas regulares, milicias negras e indios semínolas afectos a España. El asalto se hizo en la madrugada del 25 al 26 de junio, y los españoles pillaron por sorpresa a los ingleses, masacrándoles en un combate en el que se llegó a la lucha cuerpo a cuerpo. Fuerte Mosé quedó destruido, pero la victoria española frenó la ofensiva británica, al dar tiempo para la llegada de refuerzos procedentes de La Habana. Las milicias negras de Menéndez combatieron con una bravura que mereció los elogios del gobernador español de Florida. Como el fuerte había sido arruinado, a los cimarrones se les permitió asentarse en San Agustín, con los mismos derechos que los españoles que residían en esa localidad.
Poco después algunos de sus hombres se unieron a un barco corsario que recibía el apoyo de la villa de San Agustín, con el infortunio de ser capturado en 1741 por un buque británico que tenía el significativo nombre de "Revenge" (Venganza). Cuando los ingleses descubrieron a Francisco Menéndez amenazaron con castrarle en venganza por la sangrienta Batalla de Fuerte Mosé. Finalmente le sometieron a un castigo brutal: 200 latigazos, echándole sal en sus heridas para que no curasen. Después le volvieron a someter a la condición de esclavo en las islas Bahamas. Contra toda esperanza, Francisco consiguió huir de nuevo y volver a San Agustín, donde el Fuerte Mosé fue reconstruido en 1752.
En 1763 España cedió Florida a Inglaterra, y los negros de Mosé se negaron a vivir bajo la bandera británica, por lo que se marcharon a la isla española de Cuba. Francisco Menéndez se mudó con su esposa a la provincia cubana de Matanzas, creando una comunidad llamada San Agustín de la Nueva Florida, mudándose después a La Habana. Es ahí donde se perdió el rastro de Menéndez y de sus milicianos negros. Se especula con que algunos se uniesen a la milicia de La Habana y que una parte de ellos, o sus descendientes, pudiesen volver a Florida con la expedición de Bernardo de Gálvez en 1781. Cuando dos años más tarde Florida volvió a ser española, el Fuerte Mosé estaba en ruinas y no fue reconstruido.


En 1812 fuerzas estadounidenses ocuparon lo que quedaba del Fuerte Mosé, siendo expulsadas por los españoles, que decidieron destruir el viejo y ruinoso fuerte para impedir que volviese a ser tomado. Hoy en día apenas queda rastro de él, salvo un pequeño bosque que recuerda su ubicación, bosque que en 1994 fue declarado Monumento Histórico Nacional de EEUU.

Todos los años y a mediados de junio, un grupo de estadounidenses recuerda la Batalla de Fuerte Mosé con una recreación en la que hombres blancos y negros vuelven a vestir uniformes españoles y a ondear la bandera del Aspa de Borgoña. Esos afroamericanos recuerdan con orgullo su pasado español, puesto que gracias al asilo que concedió España a aquellos cimarrones, Fuerte Mosé fue el primer asentamiento de Norteamérica formado por negros libres.
 

 

miércoles, 6 de noviembre de 2024

VIRIATO -GUERRAS LUSITANAS

Desde el año 180 a.C  hasta el 139 a.C) Tenemos a Viriato, el héroe lusitano denominado “el terror de Roma”. Defendió parte del oeste de la península Ibérica (territorios de la actual Portugal y sudoeste de España) contra los romanos. Viriato se puede considerar más portugués que español, pero en realidad no era ninguna de las dos cosas. 


Era lusitano, un pueblo prerromano que se asentaba en la zona portuguesa de Castelo Branco y parte de lo que conocemos hoy como Extremadura, en España. Hacia el norte, los lusitanos se extendieron hasta el río Duero, donde hacían frontera con los galaicos.  


El 147 a. C., el nuevo líder lusitano Viriato reunió a las tribus lusitanas de nuevo e inició una guerra de guerrillas contra los romanos, sin presentarles batalla en campo abierto. Infligió numerosas derrotas a las temibles legiones romanas, valiéndose de estratagemas. La movilidad de las tropas de Viriato, que aprovechaba su amplio conocimiento del terreno, hacía imposible a los romanos obtener alguna victoria sobre los lusitanos. Viriato sostuvo una guerra de ocho años contra las tropas romanas, llegando a dominar más de la mitad de la Península Ibérica. Varios cónsules y pretores fueron vencidos o muertos en alguno de los combates, como es el caso del pretor Cayo Vetilio en la batalla de Tribola (147 a.C.). Con esta victoria, Viriato se hizo dueño de toda la provincia Ulterior. Su fama se extendió por toda la Celtiberia, donde llegó a ocupar la ciudad de Segobriga (cerca de Saelices, Cuenca).


En el 146 a.C. termina la Tercera Guerra Púnica y los romanos disponían ahora de mayores recursos bélicos para enviar refuerzos a Hispania. Con los nuevos refuerzos llegados a la Península, los romanos pudieron repeler durante dos años a los lusitanos e incluso infligirles varias derrotas. Viriato se vio obligado de atrincherarse. En el 143 a.C. volvió a desplegar una ofensiva contra los romanos, recuperando el terreno perdido.
En el año 140 a.C., Viriato tuvo en sus manos el poder aniquilar el ejército de Serviliano, pero sus tropas habían mermado y estaban ansiosas de paz y Viriato ofreció la paz al enemigo. Los romanos, sabiendo que no podían derrotar al caudillo lusitano, firmaron un tratado de paz, que reconocía la independencia de Lusitania, cosa que no gustó mucho al Senado romano. Roma seguía sin tener dominio alguno sobre la mayor parte de las tierras que más tarde constituirían la Provincia Hispania Ulterior Lusitania, a excepción de El Algarve.
Pero un año más tarde, Roma se recupera de sus derrotas militares en Hispania y envía a un nuevo procónsul para la provincia Ulterior, Quinto Servilio Cepión, cuya primera medida fue romper el pacto llevado a cabo poco antes entre Viriato y su predecesor. Cepión, con un enorme contingente militar, pone cerco a las posesiones lusitanas y obliga a Viriato a retroceder hacia el interior de Lusitania. Viriato, queriendo conseguir una paz honrosa para su gente, envió a tres de sus lugartenientes al campamento de Cepión. El procónsul romano, en vez de negociar, ofreció a los emisarios de Viriato tierras y dinero si le conseguían la cabeza de Viriato. Los tres emisarios aceptaron, cumplieron su misión. El año 139 a.C., Viriato era asesinado por sus propios lugartenientes, sobornados por Roma, mientras dormía en su tienda. Los traidores se presentaron nuevamente ante Cepión para comunicarle que habían cumplido su parte del pacto y reclamarle el dinero y las tierras prometidas por el romano. Dice la leyenda que el general romano los miró con desprecio y les espetó: “Roma no paga a traidores”.

MUERTE DE VIRIATO - José de Madrazo- Museo del Prado 
Con la muerte de Viriato desaparece también la última resistencia organizada de los lusitanos, y Roma continuaría adentrándose en la Lusitania. La caída de Lusitania dejó el camino abierto para el general romano Décimo Junio Bruto, que se interna hasta la inexplorada Gallaecia. La conquista de Talobriga, el último reducto lusitano, supuso el fin de la guerra y la anexión total de la zona.  Con el fin de las Guerras Lusitanas, todo el nuevo territorio conquistado al sur del Duero quedó como propiedad del Estado romano. 
Viriato quedó en la memoria hispanico como el referente heroico de la resistencia sin tregua frente al invasor. 


jueves, 17 de octubre de 2024

TOLEDO

En su origen Toledo era carpetano, con una pequeña villa amurallada si bien su entrada en la historia se produce en el año 192 a. C. al ser conquistada por las legiones romanas. La denominaron “Toletum” y bajo su dominación se construyeron templos, teatros, anfiteatros, circos, murallas y acueducto.

PUERTA DE LA BISAGRA EN LA MURALLA

De los romanos aún se pueden ver un circo y un acueducto. Toledo fue capital del estado visigodo desde el siglo V y un centro de cristianismo. Con la desaparición de la Hispania romana, la ciudad fue ocupada los visigodos que la convirtieron en su capital, extendiendo su reino a toda la Península. La conversión de su rey Recaredo, en el año 587, y la celebración en ella de los concilios visigóticos iniciaron la vinculación de la ciudad con el cristianismo.


PUENTE DE ALCÁNTARA

Toledo en el siglo VI se convirtió en residencia de los reyes visigodos, de la corte y de la administración, y representó el primer intento de unidad política de la península Ibérica manteniéndose hasta la llegada de los musulmanes a principios del siglo VIII. Con la invasión musulmana, queda bajo su mandato. Toledo tras la conquista islámica, dejó de ser la capital del reino visigodo. Se convirtió en una de las principales ciudades de Al-Andalus. En siglo X el monarca Abderramán III, mandó la reconstrucción del recinto fortificado haciendo de esta capital un centro de resistencia islámica inexpugnable.


MEZQUITA DEL CRISTO DE LA LUZ 

La judería  de Toledo la cual ocupaba el barrio de San Martín “Madinat al-Yahud” (Ciudad de los Judíos)  también contaba con su recinto amurallado, levantado después de la invasión árabe, en el año 820, para la protección de los judíos, quedando así establecidos los límites de separación con los árabes y cristianos. Este recinto fortificado contaba con distintas puertas que comunicaban las zonas de la judería con otros barrios de la ciudad. Es en 1480, cuando los Reyes Católicos en las Cortes de Toledo, obligan a la integración del barrio hebreo.



CATEDRAL 

Las tropas cristianas de Alfonso VI entraron en Toledo trescientos años después, el 25 de mayo del año 1085 llegando a un acuerdo con el musulmán Yahia-al-Cadir. Terminan así el mandato musulmán. No obstante el rey concedió fueros a los mozárabes, (cristianos), musulmanes y judíos, que la habitan, que fueron refundados luego por Alfonso VII en 1118, naciendo un importante periodo cultural. La calma que existió entre los siglos XI, XII Y XIII entre las tres religiones es donde aparece el sobrenombre de la “Ciudad de las tres culturas”. Bajo el amparo económico y la protección de los arzobispos toledanos, eruditos árabes, judíos y cristianos mozárabes se encargaron de la traducción de un buen número de obras clásicas, griegas y romanas. Pero esto no sucedió en el resto de los territorios hispánicos.  Gracias a esa paz y cultura en el siglo XII surge la “Escuela de Traductores de Toledo”. Aquí renace un pensamiento filosófico, teológico y científico, primero en España y luego de todo el Occidente cristiano. En el siglo XII se confeccionaron textos, se interpretaba y escribía en latín los comentarios de Aristóteles, escritos en árabe y que el judío converso Juan Hispano traducía al castellano, idioma en el que se entendían, también de Ptolomeo e Hipócrates. En la primera mitad del siglo XIII esta actividad se mantuvo.

MURALLA 

Fernando III de Castilla y de León (Unidas ya ambas coronas), compuso el Libro de los Doce Sabios (1237),  resumen de sabiduría política y moral clásica oriental. Alfonso X, el sabio, rey de Castilla y León compuso la primera “Crónica General de España” e institucionalizó en Toledo esta Escuela centrada en crear textos sobre astronomía medicina y ciencias.

En 1162, Fernando II de León había conquistado la ciudad de Toledo, arrebatándosela a los castellanos. La ciudad de Toledo permaneció en poder de los leoneses hasta el año 1166, en que fue recuperada por los castellanos. Será el rey Alfonso VI el que conquista Toledo y traslada la corte de Burgos a Toledo, que se transforma en la capital de la monarquía castellana. Para evitar sucesivos ataques por parte de los moriscos (instalados en el Sur de la Península), el monarca encargó la reconstrucción de la antigua muralla levantada en su día por los musulmanes.

ALCÁZAR
Alfonso VIII en 1196 concede una parte del impuesto (portazgo) recaudado en la Puerta de Bisagra para la reparación y mantenimiento de la muralla. Posteriormente en 1219  seria Fernando III el que sustituye para el mismo fin los ingresos anteriores de la Puerta de Bisagra. Al perder su utilidad como fortificación defensiva (debido a la evolución de las técnicas militares y a la aparición de armas más avanzadas), la muralla se mantiene hoy en día como un mero legado histórico.

La historia de esta ciudad venía marcada por su pasado medieval, con la presencia simultánea de cristianos, musulmanes y judíos. De ahí que se la denominara ciudad de las tres culturas. Afortunadamente, a pesar de la expulsión o conversión forzosa, algunos templos musulmanes y judíos sobrevivieron mediante su transformación en iglesias. Hay multitud de estas en una de las capitales católicas de la península ibérica. En muchas domina el estilo mozárabe, mezcla musulmana y cristiana que tuvo su punto álgido en Toledo.

ALCÁZAR

Los judíos están representados por algunas sinagogas, entre las que destaca la de Santa María la Blanca. Fue un modelo artístico para otras muchas en la península gracias a sus 32 columnas en estilo mozárabe. Los musulmanes tienen varias mezquitas. Dicha sinagoga, construida en el 1180, fue expropiada y transformada en iglesia en 1391.Eso fue como consecuencia del pogromo, (levantamiento popular contra los judíos que se dio en las principales juderías de las ciudades de casi todos los reinos cristianos de la península ibérica). Se inició el 6 de junio en Sevilla. Hubo saqueos, incendios, matanzas y conversiones forzadas de judíos en las principales juderías de las ciudades de casi todos los reinos cristianos de la península, es decir en las coronas de Castilla y León, en Aragón y en el reino de Navarra. Las revueltas más graves fueron las iniciadas en Sevilla y aquellas ocurridas en Córdoba, Toledo y otras ciudades castellanas.  En 1391 existió grandes levantamientos populares contra los judíos que se dieron en las principales juderías de las ciudades de casi todos los reinos cristianos de la península ibérica es decir en las coronas de Castilla y León, en Aragón y en el reino de Navarra. Las revueltas más graves fueron las de  Sevilla, Córdoba, Toledo y otras ciudades castellanas. Hubo saqueos, incendios, matanzas y conversiones forzadas.

Pero en la lucha fratricida de Enrique de Trastámara y Pedro I de Castilla, Toledo luchó junto a Pedro, pero fue asediada y tomada en enero de 1369.  En el siglo XV gana relevancia política y con los Reyes Católicos la ciudad de las tres culturas se convierte en una única, la dominante católica. En el siglo XVI con Carlos I vivió su remodelación más fuerte en 1535, cuando adquiere su estética renacentista actual y Toledo alcanzó su mayor esplendor incluso después del traslado de la capitalidad a Madrid en el año 1561 con Felipe II. La única institución importante que quedó en la ciudad fue la iglesia, por lo que llegó a ser considerada como segunda Roma. En ese ambiente, El Greco, produciría sus mejores cuadros, valorado muy singularmente por las vanguardias artísticas contemporáneas.

MONASTERIO DE SN JUAN DE LOS REYES 
En arte católico es obligado mencionar el Monasterio de San Juan de los Reyes, el mayor legado arquitectónico de los Reyes Católicos.

A Toledo se entra por la puerta de Bisagra, del siglo XVI sobre base árabe, o por alguno de sus puentes. El de Alcázar es de origen romano y el de San Martín medieval. El diseño es un entramado de callejas que solo gana espacio en la plaza Zocodover, centro neurálgico de la ciudad histórica.

El Puente de Alcántara está situado a los pies del castillo de San Servando, se tiene constancia de su construcción en la época romana, en la fundación de Toletum. Era uno de los puentes que daba entrada a la ciudad.

Toledo es hoy la capital de Castilla-La Mancha. Por todo el centro veremos multitud de tiendas que explotan la industria armamentística del pasado, sobre todo en forma de espadas. La Semana Santa toledana es bastante importante, pero más aún lo es el Corpus Christi, en junio. Se celebra con una gran procesión. El área protegida comprende el casco antiguo de la ciudad, encerrado por la muralla de la ciudad y por el meandro que forma el río Tajo, y una serie de zonas en la orilla opuesta del curso fluvial. Fue declarado Patrimonio de la Humanidad por la Unesco en 1986. La ciudad también tiene el estatus de Bien de Interés Cultural, al haber sido declarada monumento histórico-artístico el 9 de marzo de 1940.


PUENTE DE ALCÁNTARA 

La llamada Catedral Primada de España, fue construida entre 1226 y 1492. Es una de las mejores muestras del alto gótico francés, aunque incluye detalles mozárabes, como en el claustro o en la imponente torre de 92 metros de altura. En el siglo XIV se construyeron las naves laterales y el claustro. En el XVI se levantaron varias capillas, se colocaron las vidrieras y se terminó la decoración interior. El exterior de la Catedral es difícil verla en su conjunto pues está encajada entre las callejuelas del casco viejo de Toledo. Se pueden apreciar las portadas. La puerta del Perdón  en el centro es de dos vanos. A la derecha la Puerta de Juicio y a la izquierda la de la torre. Evidentemente hay una torre enorme, de 90 metros se finalizó en el siglo XV. La fachada sur tiene la puerta de los Leones del siglo XIV. La sacristía constituye un auténtico museo en sí misma, albergando obras de tan célebres artistas como El Greco, Rubens, Zurbarán, Lucas Jordán, Vand Dick, Tristán, Goya.

ENTIERRO DEL CONDE DE ORGAZ - EL GRECO 



 

lunes, 14 de octubre de 2024

¿ESPAÑOL O CASTELLANO?

Según la Real Academia Española, si bien ambas opciones resultan correctas, hay un matiz que desequilibra la balanza en favor de una.
 
REAL ACADEMIA DE LA LENGUA ESPAÑOLA 

Hoy existen 600 millones de personas hablan español a nivel mundial. No sólo es una de las lenguas más usadas, sino también la cuarta más estudiada.
México es el país con mayor número de hispanohablantes, seguido de Colombia y Argentina. En España, 46 millones lo hacen. Lo que, junto a otros 19 territorios, se traduce en el 7,5% de la población mundial. Ahora bien, ¿cuál es la forma correcta de llamarla?
Según la Real Academia Española (RAE), tanto castellano como español son correctos para designar a nuestra lengua.
Para la institución, la opción más adecuada es español por carecer de ambigüedad y ser la denominación que se emplea a nivel internacional: spanish, spanjisht, espagnol, spanisch, spanska... Entonces, ¿qué sucede con castellano? Tal y como señala, lo preferible es reservarlo para el dialecto románico nacido en el reino de Castilla durante la Edad Media. O, en consecuencia, para el dialecto que se habla hoy en la región.
Asimismo, es una fórmula adecuada cuando se trata de hablar de las lenguas cooficiales del país, pues el valenciano, el catalán, el gallego y el euskera también son idiomas representativos de España. El castellano, con ser una de ellas, no es la lengua actual que se habla en todos los países y que se puede estudiar ya que la lengua ha recibido y sigue recibiendo infinidad de términos de otras lenguas, que no tienen mucho que ver con aquel castellano. Además están las reglas ortográficas y gramaticales, que no son las mismas ni de lejos.
 

CRISTOBAL COLÓN Y LA FUERZA DE SU PASIÓN - (1)

Para un europeo del siglo XV era muy difícil imaginar un mapamundi de aquellos tiempos. No habían viajado por toda la tierra conocida. Tenía...