miércoles, 15 de noviembre de 2023

CORONA DE CASTILLA-LEÓN -7-

En el capítulo anterior hemos hablado de la Farsa de Ávila celebrada en junio de 1465,  donde se destronaba al rey Enrique IV y se proclamaba a Alfonso de Trastámara como Alfonso XII.
En esos días Isabel supo de la noticia de que a su hermano lo habían coronado como rey de Castilla una serie de nobles encabezados por Pacheco. (La Farsa de Ávila). Por lo tanto en Castilla había dos reyes, enemigos y hermanos de padre, Alfonso XII y Enrique IV.
El nuevo heredero fue entregado a la custodia del marqués de Villena.

ISABEL DE CASTILLA DE JOVEN 

Isabel ya entonces pensó que la propia vida de ser hermano corría peligro. Amenazaba el presagio de una guerra civil. El rey Enrique tenía sus partidarios. El más leal los nobles de la casa Mendoza. De esta forma es que estalla una guerra que terminará tres años después, en 1468. Alfonso reinó incluso con el nombre de Alfonso XII durante tres años. Fue un títere en manos del marqués Pacheco y no fue seguido por muchos castellanos que seguían fieles a Enrique IV. Pero tuvo una corte con actividad cultural a la que acudían caballeros de renombre.
Pasado el invierno de 1465 a 1466 era evidente que ambos bandos no estaban en condiciones de obtener la victoria.  Mientras tanto, continuaba la guerra, y Pacheco sabedor que no podría asaltar la fortaleza de Segovia, ofreció al rey una propuesta de paz. Eliminaría a su rival (Alfonso) de la escena política. El rey debía alejar de la corte a los Mendoza y fundamentalmente a Beltrán de la Cueva y devolvería a él los cargos que había ostentado y a la vez ofrecería a Isabel para casarla con su hermano, Pedro Girón. 


JUAN PACHECO Y PEDRO GIRÓN     
Girón era un hombre bruto, ya maduro para Isabel, freire incapaz de cumplir sus votos de castidad por ser maestre de Calatrava, padre de bastardos, ambicioso y hombre violento. Enrique dio su consentimiento. Y también Alfonso. Isabel se encomendó a la protección de Dios, según la espiritualidad que le habían enseñado. En el viaje de vuelta Girón se sintió enfermo y sorpresivamente murió en abril de 1466. Sucesos como este fortalecieron a Isabel en la fe, ya que en su biografía encontramos más de uno. Isabel adoptó una actitud pasiva, tampoco podía hacer mucho.
La muerte de Pedro Girón detuvo toda negociación y prosiguió la guerra. En el mes de agosto de 1467 ambos bandos se enfrentaron en Olmedo, conocida como la Segunda Batalla de Olmedo. Realmente ninguno fue vencedor claro, pero Enrique no se atrevió a proclamar su victoria ante sus tropas, cosa que si hizo Alfonso aconsejado por su valedor, experto en asuntos militares. Se dice que en realidad en que combatió con la armadura de Alfonso fue Gonzalo de Córdoba, (el que sería El Gran Capitán), su protector, e indujo a Alfonso a declararse vencedor.

GONZALO FERNANDEZ DE CÓDOBA (EN TVE)
Las cosas se complican y entra en el asunto el papa Paulo II como pacificador. Encarga las negociaciones a Antonio de Veneris, nuncio papal ante la corte de Enrique IV y embajador de este en Roma, con plenos poderes. Pronto sentenció que la legitimidad de la corona pertenecía a Enrique IV y las cosas debían volver a como estaban en 1464. Es decir que Alfonso volvería a ser infante, pero recordemos que había sido proclamado Príncipe de Asturias, es decir heredero a la corona, lo que desplazaba a la hija del rey, Juana.
Mientras siguen las negociaciones, Pacheco pierde la batalla en Toledo. Con lo cual decide hacerse con Segovia, plaza muy difícil de tomar, tanto la ciudad como la fortaleza. Pero hábil y astuto consigue, como dijo, que las puertas se abran desde dentro, es decir que había sobornado a algunos hombres. Con lo cual entra en Segovia tomando la ciudad, no sin resistencia, pero con éxito. No lo consigue con el Alcázar defendido por Cabrera.
Recordemos que Isabel no vivía en palacio, sino en la ciudad y por lo tanto se convierte en rehén de Pacheco y del arzobispo Alfonso Carrillo, que era otro personaje de cuidado, muy poderoso y que también había participado en la Farsa de Ávila, contrario al rey. Lo único bueno para nuestra Isabel es que se reuniría con su hermano y ambos fueron ver a su madre. El pérfido marques Pacheco despidió a Beatriz y otras mujeres cercanas a Isabel, con lo cual ésta fue en busca de Carrillo, recién promovido a Duque de Alba, y le puso delante un papel para su firma, jurando por su honor que empeñaba su palabra de no consentir que se impusiese a ella un matrimonio mientras ella libremente no diera su voluntad. Poca garantía era un papel en tiempos tan revueltos, pero la palabra de un primado de España era algo muy serio.
Aquí es donde los hermanos se reúnen con su madre y celebran el cumpleaños de Alfonso con, entre otras, una representación de “momos”, una pieza de baile y recitado, en la que participó la propia Isabel, con otras jóvenes, bailando y vestidas como hadas. El propio Jorge Manrique dio fe de la brillantez de la corte. Recordemos que en esos días al hermano de Isabel, Alfonso, lo habían proclamado rey de Castilla.

Baile de Momos de la serie Isabel

Alfonso le ofreció a su hermana en agradecimiento el señorío de Medina del Campo, uno de los mandos de la voluntad de su padre. Así es como Medina entró a formar parte en marzo de 1468 de la vida de Isabel, para no desprenderse jamás de la villa, hasta el momento de su muerte. El alojamiento que buscó en la villa no fue el castillo de la Mota, como se cree, sino un palacio, edificio que no merece siquiera ese nombre, situado junto a la Iglesia de San Antolín.
En el mes de julio de 1468 muere repentinamente Alfonso, por causas desconocidas. 
La guerra por la corona había terminado.

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