Pues nada, como dijimos en el capítulo anterior, comienza la guerra del Rosellón, un conflicto que enfrentó a la monarquía de Carlos IV de España y a la Primera República Francesa entre 1793 y 1795. La República Francesa declaró la guerra a España el 7 de marzo de 1793 y pronto se apoderó del valle de Arán. El Consejo de Estado preparó la ofensiva española en los tres frentes pirenaicos, el mayor al mando del general Ricardos. También se establecieron puntos militares en Navarra, Guipúzcoa y en la zona central aragonés. La Corona portuguesa se unió a la ofensiva contra los franceses. El capitán general de Cataluña, Ricardos, al mando del ejército que se había preparado para invadir el Rosellón, perdido en tiempos de Felipe IV, invadió el Rosellón En tanto que una flota anglo-española operaba en Tolón en apoyo de los realistas. Tras ocupar diversas localidades de la frontera, el 18 de mayo de 1793 derrotó al ejército francés.
SAN MARTIN EN LA GUERRA DEL ROSELLÓN (1793)
Traemos ahora a la memoria un hecho que ha pasado desapercibido en América. José de San Martín era militar de carrera español, había estado en las operaciones de Orán, y en Mayo de 1793, y a contando con 15 años, estuvo en la guerra del Rosellón. Se le ordenó a su batallón pasar a reforzar al Ejército de Cataluña, encargado de llevar adelante el ataque español al territorio francés. Durante junio de 1793 José ascendió a segundo subteniente por Orden Real, luciendo los galones de subteniente, tomó la espada correspondiente a su nuevo rango. Desde ahora empezaría a lucir un premonitorio uniforme celeste y blanco. Luego de atravesar los Pirineos, participó, agregado, a una compañía de Cazadores, en varias acciones arriesgadas y heroicas en suelo francés, que quedaron destacadas en su hoja de servicios. Los triunfos del general Ricardos culminaron con la batalla de Truillás, librada el 22 de septiembre. Sin embargo, el general Ricardos, falto de suministros, tuvo que retirarse. El general Ricardos, de regreso en Madrid, murió el 13 de marzo de 1794, víctima de una pulmonía. Durante las campañas de 1794 y 1795 las tropas francesas consiguieron arrojar a los españoles del Rosellón y penetraron en Cataluña, las provincias vascas y Navarra, llegando a ocupar Miranda de Ebro. Godoy firmó por separado con Francia la Paz de Basilea (1795). A cambio de terminar la guerra, se reconocía a la República Francesa, y a cambio de los territorios españoles ocupados se cedía a Francia la parte española de la isla de La Española y se normalizaban las relaciones comerciales. A raíz de este tratado Godoy obtuvo el título de Príncipe de la Paz. Por su parte, Portugal no participó en las negociaciones de paz ya que tuvo conocimiento del tratado una vez había sido ratificado.
MANUEL GODOY - MINISTRO DE CARLOS IV
Para España las alianzas con la Francia del Directorio y después
con Napoleón, no trajeron más que desdichas. Las comunicaciones con América
fueron muy complicadas y difíciles, y esto empobreció aún más a la población.
Lo cual hizo impopular a Godoy y al rey. La llegada de Napoleón al poder fue
como una patada en el estómago para España.
En abril de 1801, Napoleón pide a Portugal que rompa su alianza
con Inglaterra y cerrara sus puertos a los barcos ingleses. Mediante el Tratado de Madrid, firmado por
Godoy meses antes, España se comprometía a declarar la guerra a Portugal si la
nación vecina mantenía su apoyo a los ingleses. Las tropas francesas llegan a
Portugal reforzadas por las españolas.
Godoy necesitaba recobrar su prestigio, así que organizó un cuerpo expedicionario a cuyo frente se puso él mismo. Así fue como España se vio envuelta en medio de esta guerra, que tan solo duró 18 días. Cuando Godoy se hizo con la plaza portuguesa de Elvas, los soldados recogieron una cuantas ramas de naranjas que Godoy hizo llegar a su amante, María Luisa de Parma, esposa del rey de España, Carlos IV. La oposición utilizó este hecho para hacer bromas sobre las relaciones entre la reina María Luisa de Parma y el primer ministro. La anécdota fue utilizada por parte de la oposición sirvió para bautizar éste conflicto bélico. Napoleón no consiguió conquistar Portugal, pero sí consiguió que, al menos, el país luso cerrase sus puertos a Inglaterra. Tal conflicto bélico dio como resultado el Tratado de Badajoz, la pérdida de territorio portugués, en particular Olivenza, y finalmente sentó las bases para la invasión total de la Península Ibérica por las fuerzas francesas. La paz se firmó en Badajoz, el 6 de junio de 1801. El franchute estaba empecinado en derrotar a Inglaterra, y ésta era muy superior en el mar.
DIORAMA DEL SANTÍSIMA TRINIDAD EN TRAFALGAR
Carlos IV de España y Napoleón I de Francia, merced los tratados
firmados con la anterior República Francesa y por el interés de la recuperación
de Gibraltar, obligaban a España a contribuir económicamente a las guerras de
Napoleón, y también a poner a disposición de éste la Armada para combatir a la
flota británica. Con lo cual nos hicimos aliados de Francia para invadir a
Inglaterra comenzando por la famosa y desastrosa batalla de Trafalgar. Tuvo
lugar el 21 de octubre de 1805.
Un comentario para aclarar algo. Tenemos en la memoria de España
que perdimos la batalla naval de Trafalgar, cuando en realidad la perdió
Francia, porque el que estaba al mando era el vicealmirante francés Pierre
Villeneuve, impuesto así por Napoleón. Por parte española estaba el teniente
general del mar Federico Gravina. La armada británica al mando del famoso vicealmirante
Horatio Nelson. Para que la invasión tuviera éxito, Napoleón quiso que la
Marina Real británica hubiera sido atraída lejos del canal de la Mancha. El
colega de Nelson, el almirante sir Robert Calder se tropezó con la flota
franco-española. En un día de vientos flojos, la flota combinada navegaba a
sotavento, lo que también daba la ventaja a los británicos y, para colmo de
desdichas, Villeneuve dio la orden de virar hacia el noreste para poner rumbo a
Cádiz en cuanto tuvo constancia de la presencia de la flota británica. El
cuerpo español no estaba de acuerdo en esto. Al parecer, el Brigadier español Cosme Damián Churruca, que había hundido seis naves inglesas, mientras leía las señales con el anteojo, manifestó: “el almirante no sabe lo
que hace, la flota está perdida”.
COSME CHURRUCA
Churruca se distinguió en la batalla al mando del navío de línea San Juan Nepomuceno, a bordo del cual encontró la muerte el 21 de octubre de 1805. En el espacio de dos horas, la mayoría de los navíos más importantes de la flota franco-española ya se habían rendido o ya no disparaban sus cañones. En este tiempo, Gravina había sido herido y más tarde encontró la muerte, y también el valeroso Alcalá Galiano.
La derrota de Trafalgar supuso la supremacía naval de Inglaterra
durante todo el siglo XIX en el mar. Napoleón desistió en su intento de invadir
Inglaterra y supuso también un duro golpe en su carrera. España sufrió a partir
de entonces que Inglaterra controlara a través de Gibraltar por sus buques,
ocasionando un estancamiento en el comercio español por mar. Napoleón ordenó un bloqueo a Inglaterra y ésta se alió con
Portugal. El francés maduró el plan. Hacer de España otro reinado satélite como
los que ya tenía en Holanda y Alemania.
COLUMNA DE NELSON EN TRAFALGAR SQUARE- LONDRES
El 21 de octubre de 1805 murió un héroe inglés. Nelson fue herido y murió pocas horas después, ya conocedor de la victoria.