FELIPE V y LUIS I - Dejando aparte la Guerra de Sucesión, vamos a recordar las realizaciones de tipo político y social, cultural, administrativo, económico, etc. que se desarrollaron bajo el reinado de Felipe V. Nuevo siglo, nueva dinastía y nuevo estilo de gobierno. El Estado español experimentó una amplia reestructura reforzando el centralismo, la monarquía y la articulación de sus instituciones. El pueblo mantenía una mentalidad secular, la nobleza rechazaba cualquier tipo de cambio, y el clero sentía temor ante el avance de las ideas ilustradas, sobre todo francesas, que iban llegando. La anterior división en reino dio paso a un Estado centralista. La cadena de “validos” que habían intrigado en los reinado de los Austrias se quebró en favor de una sucesión de competentes ministros. En 1721 ya eran cinco, Estado, Hacienda, Marina Guerra e Indias. Estos estudiaban y conocían y tomaban decisiones sobre los asuntos y despachaban directamente con el rey. Le daban a conocer las medidas propuestas y éste resolvía. Eficaces gestores fueron los ministros Grimaldi, Patiño y Campillo, entre otros. No obstante los Consejos de los Austrias seguían funcionando. Pero es claro que desaparecieron lo Consejos de Flandes, Italia y Aragón.
FAMILIA DE FELIPE V
Felipe V en 1707 había promulgado los
“Decretos de Nueva Planta”. Conjunto de decretos por los cuales quedaron
abolidas las leyes e instituciones propias de la Corona de Aragón, es decir,
del Reino de Valencia, del Reino de Aragón, del Principado de Cataluña y del
Reino de Mallorca, terminando de esta forma la estructura compuesta y mantenida
por la monarquía de los Austrias. También fue aplicada a la organización
jurídica y administrativa de la Corona de Castilla, es decir los antiguos
reinos de Navarra, Castilla, León, Asturias y Galicia. Solo las Provincias Vascongadas
y Navarra, así como el Valle de Arán, conservaron sus fueros e instituciones
forales tradicionales por su demostrada fidelidad al nuevo rey durante la
Guerra de Sucesión Española. Felipe V
promulgó una variante de la Ley Sálica, que impedía reinar a las mujeres y a
sus descendientes. Solo podrían heredar el trono de no haber herederos varones
en la línea principal (hijos) o lateral (hermanos y sobrinos), con lo que se
pretendía bloquear el acceso de dinastías extranjeras al trono español. Se establece
el castellano como la lengua oficial del estado. Aparece el catastro.
Bajo su gobierno la arquitectura brilló con
luz propia. Ordenó la construcción del Palacio Real de La Granja de San
Ildefonso, realmente un pequeño Versalles. Tapices, escultura, pinturas, etc.
adornaron el palacio. Tras el incendio del Alcázar de Madrid, ordenó la
construcción de maravilloso Palacio Real, que es el más grande del mundo (como
palacio real). También reformó y amplió el palacio de Aranjuez. Se preocupó en
la fundación de la Real Academia española, (futura de la Lengua), la Real
Academia de la Historia, la Real Fábrica de Tapices de Santa Bárbara. Reformó
la industria naval con la creación de astilleros y la fabricación de nuevas
embarcaciones. Se mejoró el sistema fiscal. También se aumentaron los impuestos
y se crearon aduanas, encargadas de recaudar los impuestos del comercio
interior y exterior. La educación también fue reformada. La enseñanza primaria
siguió en manos de la iglesia. Pero la educación universitaria fue reformada a
fondo. Se crearon colegios mayores, que eran administrados por el Estado, como
el Colegio de Minería; en ellos se implantó el sistema de provisión de becas.
Las academias científicas completaron las reformas en este campo. La
resistencia de algunos sectores de la Iglesia y la aristocracia española no
podían retener la entrada de ideas. Por primera vez en España se separaron
religión y justicia.
PALACIO REAL. (RECONSTRUÍDO)
Felipe V uniformó legislaciones y centralizó
el gobierno, fenómeno general en toda la Europa de aquel tiempo, lo que también
conllevó grandes cambios en la vieja planta castellana.
El rey estaba casado con su prima María Luisa
de Saboya. Los hijos de Felipe V y María Luisa de Saboya fueron, el futuro Luis
I de España, que nació en Madrid, el 25 de agosto de 1707 y fue rey de España
desde el 15 de enero de 1724 hasta su muerte el 31 de agosto de 1724. El 7 de
junio de 1712 nacía el tercer hijo del matrimonio, al que se le dio el nombre
de Felipe y un año después, el 23 de septiembre de 1713, venía al mundo el
cuarto descendiente de la regia unión, bautizado como Fernando, pero desde su
alumbramiento, la Reina no recuperó la salud y murió el 14 de febrero del año
siguiente. Felipe V se sumió en un estado de postración serio de melancolía, a
causa de la defunción de su esposa por una tuberculosis.
LUIS I
Felipe V se casó en diciembre del mismo año
con Isabel de Farnesio, una aristócrata italiana que le dio siete hijos, entre
ellos a Carlos que sería rey como Carlos III.
Felipe V también tenía lo suyo. En octubre de
1717 sufrió un ataque de histeria cuando salió a cabalgar: creía que el sol le
atacaba. El carácter del Rey siempre había oscilado con rapidez de la euforia a
la depresión. A partir de entonces, el Rey no era un ser normal. No se dejaba
cortar por nadie el cabello ni las uñas. Así, las uñas de los pies le crecieron
tanto que llegó un momento que ya no podía ni andar. Creía que no tenía brazos
ni piernas. Y que era una rana. En 1717, la salud de Felipe V se quebrantó
tanto que dio pie a intrigas y maquinaciones. Por aquellas fechas, según
algunos testimonios, Felipe V ya había decidido “abandonar la corona y
retirarse del mundo para pensar únicamente en su salvación y en servir a Dios”,
cediendo la Corona voluntariamente a su hijo Luis. Abdicó en su hijo Luis I, en
enero de 1724. Luis estaba casado con Luisa de Orleans y Felipe era regente de
Francia y de la hija de Luis XIV. Luis tenía dieciséis años cuando llegó al
trono. Pero murió a los pocos meses. La viuda tenía quince años. Se marchó a
Francia y murió a los treinta y dos años. Felipe V volvió a reinar de modo más
bien nominal, pues la que se hizo cargo del cotarro fue su esposa, la reina
Isabel de Farnesio, apoyada en dos favoritos que fueron, sucesivamente, el
cardenal Alberoni y el barón de Riperdá.
Por otro lado Isabel de Farnesio encerró casi
22 años Fernando y su esposa, Bárbara de Braganza vivieron aislados de la corte
y con las visitas restringidas, por orden de su madrastra, Isabel de Farnesio,
ya que temía a los posibles contactos del heredero con la nobleza que
propugnaban por una segunda abdicación de Felipe dado el estado del rey. No
pudo Fernando salir de su encierro hasta la muerte de su padre. A todo esto, la
resistencia de los sectores más cerriles de la Iglesia y la aristocracia española
no podían retener la entrada de ideas. Había nuevas aires por Europa, se movía
despacio hacia la razón y el futuro.
Felipe V murió la noche del 9 de julio de
1746, siendo el reinado más largo de España.
Fernando, el tercer hijo de Felipe V y su primera mujer, era el Príncipe de Asturias, por lo tanto el heredero a la corona. A la semana de la muerte del rey, Fernando, coronado Fernando VI, ordenó a Isabel de Farnesio que abandonara el palacio real del Buen Retiro, acompañada por sus hijos.