Como dijimos en el capítulo anterior, el pueblo de Madrid se levantó contra la ocupación de Madrid por los franceses y desde Móstoles se le declaró la guerra a Francia. En el levantamiento del día 2 de mayo la represión del lugarteniente francés Murat, fue cruel ya que se trataba de gente del pueblo, civiles casi sin armas de fuego, mujeres, hombres, viejos, etc. Al día siguiente se realizaron los fusilamientos de los rebeldes prisioneros.
DECLARACIÓN DE GUERRA A NAPOLEÓN
4 de mayo.- Cuando el
infante Antonio Pascual dejó la presidencia de la Junta el 4 de mayo, el
francés Murat se presentó en la Junta Suprema del reino para pedir formar parte
de ella, siendo rechazado en primera instancia y luego aceptado para evitar
males mayores.
6 de mayo.- La Junta en
Madrid recibe un decreto fechado el día 4 por el que Carlos IV nombraba a Murat
como Lugarteniente del Reino para que gobernase en su propio nombre. También
recibió el día 6 de mayo la renuncia de Fernando VII, que revertía sus derechos
en su padre Carlos.
La Junta Suprema publicó la renuncia de Fernando. Sin embargo,
dado que Carlos IV ya había renunciado, de nuevo, se daba la paradoja de que
existía un reino sin rey, con lo cual Murat ostentaba el grado de Lugarteniente
del emperador hasta el nombramiento de un nuevo rey. Murat en Madrid mandó
quitar el nombre de Fernando de todos los actos públicos. El pueblo y la
aristocracia se las vieron venir. Llegaban noticias de Bayona por emisarios
ocultos de Fernando.
10 de mayo.- Dado que
Carlos IV había abdicado por presión en su hijo Fernando en Aranjuez, éste
siguiendo las indicaciones de Napoleón, en Bayona, Fernando abdicó en su padre,
que a su vez traspasó la corona a Napoleón para que fuera depositario de los
derechos del Trono y los dispusiera en favor de alguna persona de su familia,
cosa que fue aprobada junto con algunos pequeños cambios en un texto
constitucional. La Constitución de Bayona, de la que nadie habla. “Su Majestad
el rey Carlos IV ha resuelto ceder, como cede por el presente, todos sus
derechos sobre el trono de España y de las Indias a Su Majestad el emperador
Napoleón Bonaparte”. Con estas palabras fue con las que, en 1808, Carlos IV,
rey hasta entonces de España y por lo tanto de una considerable extensión de
América, otorgó a Napoleón el trono de nuestro país. - Mientras tanto Napoleón, el dominador de
Europa, se convirtió finalmente en dueño de los destinos de España. La familia
real española estaba en su poder, los documentos de abdicación de uno y otro
monarca, las tropas ocupaban puestos estratégicos y la insurrección de Madrid
había sido sofocada. Los órganos de la administración, La Junta de Gobierno y
el Consejo de Castilla, le eran sumisos. Tenía en sus manos la fuerza y los
resortes de España entera. - Todos en Bayona estaban felices porque al fin y al
cabo la corona española no era la primera vez que la ceñía un extranjero. El
proceso se había realizado con formalidad. Fernando que soñaba con emparentar
con Napoleón veía el camino preparado. Carlos tenía su vejez asegurada y a
Godoy lo enviarían a vivir cerca de Paris. La Junta Suprema conjuntamente con
los asesores de Napoleón habían redactado la Constitución de Bayona dando al
hecho un carácter formal quedando libres por tanto de responsabilidades. ¡Que
chupi! Todos contentos! Por dinero, tierra y un exilio dorado habían vendido el
trono de España al francés, que sería el mandamás en estas tierras.
GUERRA DEL PUEBLO ESPAÑOL CONTRA FRANCIA
Pero el corso no calculó un aspecto de la jugada. Vio que todos
esos eran unos felones y cobardes, pero no contó con las pelotas que le echaría
al asunto el pueblo español. Y lo pagó muy caro al final.
22 de Mayo.- Un rosario de sublevaciones contra los franceses fue
surgiendo. Al principio en los territorios no controlados militarmente por los
franceses. Oviedo, La Coruña, Badajoz, Sevilla, Murcia, Valencia, Zaragoza,
etc.
25 de mayo.- Napoleón anuncia al pueblo español que no reinaría él
en España confirmando la Junta de Gobierno Presidida por Murat.
6 de Junio de 1808.- Es
proclamado rey de España José Bonaparte, el hermano mayor de Napoleón, como
José I de España el 6 de junio. El 15 de junio Napoleón reunió una Junta de
Notables que a modo de Cortes y en nombre del pueblo español aprobaban el
traspaso de la corona basándose en las abdicaciones y sancionaron una
Constitución decretada por José como Ley Fundamental del Reino. Obtuvo el apoyo
de las instituciones con lo cual todo tenía las formalidades legales. La
inmensa mayor parte de los españoles ni se enteraron, (ni siquiera ahora) de la
existencia de dicha Constitución, aunque salió publicada entre el 27 y 30 de
junio de 1808 y el 29 de marzo de 1909.
Vamos resumiendo. El rey José I no obtuvo la confianza de la
mayoría del pueblo y no pudo detener el conflicto armado que ya se estaba
desarrollando. José I fue rechazado por el Consejo de Castilla, La Junta
Suprema Central y en su momento por las Cortes de Cádiz.
JOSE BONAPARTE REY DE ESPAÑA
La Constitución de Bayona pudo haber sido un camino hacia una
España más liberal y moderna, pese a su carácter conservador y autoritario.
Sólo se aplicó a intervalos debido a las circunstancia de la guerra que se
había iniciado en el país. - José nunca tuvo apoyo popular ni supo ganárselo.
Apenas pudo mantener una precaria administración y evitar la desmembración del
país. Realmente poco pudo hacer, ya que el 1 de agosto de 1808 el rey y su
gobierno abandonaron apresuradamente Madrid, presos del pánico producido por la
derrota de las tropas napoleónicas en Bailén.
Pero la Guerra de la Independencia Española ya estaba en marcha
con derrotas y victorias. - La masa popular era controlada por un líder a
menudo espontáneo que se dirigía a las autoridades principales para que
declarasen la guerra en nombre de “La Religión, La patria, Las Leyes y el Rey”.
Dado que Fernando VII a su marcha había ordenado al Consejo de Castilla que los
franceses fueran tratados como amigos y aliados, se presentaba para esa
autoridad que solía ser el capitán general que ejercía de presidente de la
Audiencia. Por otro lado resultaba ilógico para un militar de carrera unir el
ejército español a una masa de voluntarios movidos por el patriotismo, con
unidades formadas por seminaristas y estudiantes, en fin, todo hacía prever una
lógica derrota de los españoles, visto el desequilibrio de fuerzas entre un
ejército profesional, bien pertrechado, que pasaba por ser el mejor del mundo
contra un ejército mal dirigido, mal preparado militarmente.
Al no responder positivamente a los deseos del pueblo muchos
fueron destituidos, encarcelados o asesinados. Se delegó en instituciones
ancestrales como las Cortes del Reino de Aragón, que no se habían reunido desde
la derogación de los fueron a comienzos del siglo anterior. Donde no existían
esas instituciones se crearon nuevas llamadas Juntas supremas. Lo primero que
hicieron las Juntas es declarar la guerra a Napoleón