En marzo de 1766 se había producido el "Motín de Esquilache", que ya narramos en el capítulo anterior. Destituido Esquilache, fue el conde de Aranda había sido el encargado de pacificar los motines contra el marqués de Esquilache y de ejecutar la orden de expulsión de los jesuitas, además de poner en marcha las ideas reformistas. desempeño labores de embajador en Lisboa, Varsovia y París donde se había impregnado de las ideas ilustradas, pero comprendió el peligro que éstas suponían para el sistema en España. Grandes ministros reformistas fueron Pedro Rodríguez de Campomanes y José Moriño, marqués de Floridablanca. Desde sus puestos contribuyeron a la modernización de la administración y del pensamiento político español. “Todo para el pueblo, pero sin el pueblo” era el lema de los que pertenecían al Despotismo Ilustrado europeo. Es decir que la clase gobernante participaban que el monarca y el Estado eran garantes de la seguridad y bien del pueblo. Pero sin la participación de éste. De este modo el país estaba dirigido por un reducido número de personas y el rey gobernaba prácticamente sin intermediarios y sin tener que responder de sus actuaciones. Las medidas gubernamentales alcanzaban desde las esferas políticas y económicas a las religiosas, sociales y educativas. La Iglesia era un estamento de mucho poder y la política de Carlos III no pretendía combatir a la Iglesia, pero no mantener un estado dentro de otro estado.
FIGURAS DEL DESPOTISMO ILUSTRADO
Las dificultades con las comunicaciones con América a causa de la guerra con Inglaterra, impedía la recaudación y la llegada de productos. En el interior una mala red de comunicaciones dificultaba la distribución. Se construyeron caminos y canales (de riego y navegables como los de Aragón y Tauste y el Canal de Castilla). El enfrentamiento en nuevos conflictos bélicos hacía necesaria la recaudación. Se creó la Lotería Nacional, se emitió deuda pública. - La política internacional española se centraba fundamentalmente en la defensa de los territorios americanos. Los intereses de la Europa central hace tiempo que habían desaparecido.
Entre 1754 y 1763 se libró la llamada “Guerra de los Siete años”,
que estaban implicados la mayoría de las potencias de Europa, aunque España se
incorporó en 1761. Afectó también a Norteamérica, Centroamérica, parte de
África, y Filipinas. Pero los principales contendientes fueron Inglaterra y
Francia. Carlos III se ofreció como mediador, pero no fue atendido por
Inglaterra que, al contrario, aumento sus ataques a buques y posesiones
españolas en América. Esto hacía
peligrar la seguridad del Virreinato de Nueva España en México. En tal estado
de cosas se llegó a una alianza Hispano-francesa, el Tercer Pacto de Familia
(1761), lo que supuso aliarse con el bando perdedor. Al finalizar la guerra
Francia lo había perdido todo en América, mientras que España mantenía intacto
su Imperio.
NUEVA ESPAÑA EN EL 1800
A raíz de la sublevación de las trece colonias inglesas en el norte de América desde 1763 existía con Inglaterra una paz tensa. Invadieron las islas Malvinas, que con el tiempo abandonaron. La ayuda española al principio era la excusa para lograr Menorca y Gibraltar, en manos inglesas, a cambio de neutralidad. Segura de su superioridad naval, Londres rechazó la oferta y a través del Pacto de Familia se entró en la guerra con la invasión de Florida y Honduras. Pero el asedio a Inglaterra dificultó las maniobras navales inglesas y favoreció el abastecimiento de los independentistas americanos y ayudó a su victoria. España recuperó Manila y La Habana y devolvió Sacramento a Portugal. - Derrotada militarmente Inglaterra en Norteamérica, e imposibilitada de cualquier movimiento en Europa, un vertiginoso ascenso de la revolución industrial a causa del bloqueo del Canal se vio obligada en 1783 a concertar, la Paz de Versalles. Inglaterra reconoció la independencia de los Estados Unidos y devolvió a España algunos territorios salvo Gibraltar. - España consiguió logros y enjugaron las pérdidas, sin embargo, produjo profundas perturbaciones en el comercio con América y la independencia estadounidense influyó poco a poco en los ilustrados americanos, lo que tres décadas después comenzó el proceso de emancipación de los virreinatos americanos.
LLEGADA DE LA REVOLUCIÓN INDUSTRIAL
Cincuenta años de reinado, entre Nápoles y España, son muchos años
de trabajo arduo y Carlos III, aunque estaba al tanto de los asuntos
importantes fue lentamente retirándose. Estaba viudo, sus hermanos habían
muerto salvo Luis, cuyas relaciones eran pocas. Con su hijo Carlos, el futuro
heredero, su trato no era muy interesante de los que debía ser. El invierno de
1788 iba a ser el último para Carlos y para la Ilustración en España. El 14 de
diciembre de 1788, falleció sin estar senil.
Al morir Carlos III se terminaron las reformas de la Ilustración
en España, y al año siguiente estallaría la Revolución Francesa, lo que
marcaría el reinado de su hijo, Carlos IV, marcando una etapa diferente. - El
conde de Aranda continuó como primer ministro con Carlos IV pero fue víctima de
intrigas palaciegas del favorito del rey, Godoy, quien consiguió su destierro y
persecución por parte de la Inquisición. Al ver el triunfo de la Revolución
Francesa se retiró a su casa en Zaragoza donde murió en 1798.
A partir de estos hechos, España entra en una de las peores etapas
de su historia.