domingo, 5 de febrero de 2023

LA GUERRA CIVIL ESPAÑOLA - CAPÍTULO 1


 Si has leído los capítulos anteriores, no podrás decir que fue un golpe orquestado por un grupo de militares exaltados sin más. - Al principio se pensó que debía ser algo rápido, como señaló el General Mola y la sublevación militar iniciada en Melilla se extendió al resto de plazas africanas y a la península con el apoyo civil de carlistas y falangistas.
Casares Quiroga el día 17 de julio tiene noticias de la revuelta en Tetuán. Melilla se subleva en la madrugada del día 18.Es necesario traer a Franco que se traslada a Canarias, luego pasará a Casablanca. El día 19 aterriza en Tetuán y toma el mando de las tropas rebeldes. Ya se había hecho público su discurso por las radios locales de Canarias donde se presentaba los principios básicos del alzamiento y se declaraba el estado de guerra en todo el Marruecos español.
EL DRAGON RAPIDE (Avión que transportó a Franco)

En julio de 1936 la sublevación militar iniciada en Melilla se extendió al resto de plazas africanas y a la península con el apoyo civil de carlistas y falangistas. En Barcelona, en Oviedo, en Madrid, en Valencia, en la mitad de Andalucía, la sublevación fracasó; y muchos rebeldes, que no esperaban tanta resistencia popular, quedaron aislados y en su mayor parte acabaron palmando.

El General Goded se hizo cargo de la rebelión en Barcelona. Declaró el estado de guerra, pero fracasó en su intento de tomar el control de la ciudad, no obstante, logró hacerse con el control de las islas de Mallorca e Ibiza. Ante la situación de bloqueo, y tras los duros combates Goded se rindió. Días después fue fusilado junto a otros compañeros.
El General Sanjurjo se encontraba en Portugal y debe viajar a Burgos pues asumiría el mando del golpe de Estado, pero su avión se estrella en Cascais el día 20. Su muerte y la de los ya fusilados generales Goded y Fanjul obligaron a reorganizar los planes.
En Burgos no se dispara ni un tiro, o casi. De esta forma será la sede de la Junta de Defensa Nacional, en espera inútilmente, del general Sanjurjo. Barcelona resiste y aquí la sublevación es sofocada.
En Madrid el asunto se complica para ambos bandos. Los rebeldes se concentraron en los cuarteles y uno de ellos, el de “La Montaña”, el gobierno exigió la entrega de las armas que había, que eran inservibles, y se negaron con lo cual el cuartel se sumó a los sublevados. El general Fanjul, defensor del cuartel y otros oficiales decidieron salir, pero una multitud de ciudadanos les cerró el paso con lo cual se inició durante toda la noche un enfrentamiento, seguido de una masacre contra los defensores del cuartel que habían sobrevivido. Como dijimos Fanjul y Goded fueron fusilados. El gobierno como tal, queda superado por los hechos y se duda en armar a la población. Incluso se intenta negociar con el general Mola. Pero éste responde que ya es tarde, seguro de su victoria.   
Cuatro días después, lo que iba a ser un golpe de estado rápido y brutal, visto y no visto, se empezó a estancar. Las cosas no eran tan fáciles como en el papel. Sobre el 21 de julio, España ya estaba partida en dos.
Para el 20 de julio el alzamiento militar es considerado un fracaso. Madrid, Barcelona, Bilbao y Valencia permanecían fieles a la República. Y en las restantes zonas el control de los nacionales no era total. El gobierno controlaba las zonas mineras de Asturias y Vizcaya y la textil de Cataluña. Es decir que la República controlaba las zonas industriales y los nacionales las rurales. Pero el fracaso fue para ambos bandos. Ninguno de los dos hubiera podido decir que controlaba España. Estábamos como siempre. Es necesario convertir un golpe en una guerra larga.
Por lo tanto, el 24 de julio de 1936, los nacionales constituyeron en Burgos la Junta de la Defensa Nacional, que asumió los poderes del Estado representando al país. La formaron militares como Moscardó, Cabanellas, Dávila, etc. Más tarde se sumaron Quiepo de Llano, Franco y Gil Yuste. El objetivo era la coordinación de la guerra. Más adelante pasó a ser un organismo administrativo. 
Las primeras decisiones eran sustituir al estado Republicano, ilegalizar los partidos políticos y los sindicatos. Medidas inmediatas de carácter contrarrevolucionario, como por ejemplo la anulación de las leyes que avalaban las ocupaciones campesinas de los yunteros en Extremadura o la devolución a sus antiguos propietarios de las tierras expropiadas. 
Franco envió negociadores a Mussolini y a Hitler. Ambos dictadores concedieron su apoyo no de muy buen grado. Tuvieron en cuenta que Stalin había decidido enviar a ayuda al gobierno de Madrid. El temor a una España dirigida por comunistas que pudieran incorporarse al recién ratificado Tratado de Alianza entre Francia y la Unión Soviética pesaba mucho en Roma y Berlín. Para Hitler y Mussolini no era cuestión de si Franco era o no fascista, sino que al menos era un seguro anticomunista. Y a finales de agosto y primeros de septiembre llegaron las ayudas prometidas. Los soldados recién llegaron a finales de octubre. Incomprensiblemente la aviación republicana no atacó estas ayudas.
En estas circunstancias los tres jefes de los mandos sublevados obtuvieron considerables victorias. Franco estaba en Sevilla el 7 de agosto del 36 y avanzó hacia Extremadura. Mérida cae el 11 de agosto y el 14 lo hace Badajoz. En ambas plazas la limpieza siembra el terror. La de Badajoz es uno de los hechos más trágicos de la guerra. Las tropas de Franco habían vencido en Talavera de la Reina, cerca de Madrid, pero no avanzó hacia la capital, sino que se dirigió a Toledo, donde el Alcázar era defendido de su asedio a sangre y fuego.
Barcelona se convierte en el claro ejemplo de revolución urbana dentro de la España republicana. Lluís Companys puso su cargo a disposición de los anarquistas, quienes lo compartieron con el resto de las fuerzas de izquierda. Fueron quemadas casi todas las iglesias y se salvó la catedral gracias a la intervención de Companys. Valencia era más moderada. Estaban dirigidas por los socialistas de la UGT y los anarquistas y las expropiaciones se efectuaron a menor escala. De todos modos, en ambas ciudades lo saqueos, asesinatos a cualquiera que pudiera parecer burgués se dejó notar con la euforia revolucionaria inicial.
Madrid estaba controlada por la UGT y había poca radicalización. Pero los comunistas del PCE ya se iban haciendo notar, en parte a la división interna por el ala radical encabezada por Largo Caballero. Había otro sector moderado junto a Indalecio Prieto y otro que se oponían a la guerra presididos por Julián Besteiro.FRANCO ELEGIDO EL 1 DE OCTUBRE DE 1936
El bando nacional comprendió, con mucha lucidez militar, la necesidad de un mando único para conducir de forma eficaz aquella matanza. También la Alemania nazi y la Italia fascista exigían un interlocutor concreto, un nombre, un rostro con quien negociar apoyo financiero, diplomático y militar. El general Mola había muerto en junio y Sanjurjo murió en julio, ambos en accidente de aviación. Quedaba el general Franco, del cual no se esperaba, debido a sus titubeos iniciales. Según las memorias del general Alfredo Kindelán, Franco rechazó la propuesta. Pero el 21 de septiembre de 1936, reunidos en Salamanca, fue elegido Franco como Generalísimo de los Ejércitos. También faltaba por decidir al Jefe del Gobierno y, sin la asistencia de Franco, se deliberó, ya que había llegado el hijo del rey, Juan de Borbón, sin ninguna autorización. Finalmente se firmó un decreto en nombre de la Junta en la que se reconocía a Franco Jefe del Gobierno y los poderes del Nuevo Estado. El día 1 de octubre, en Burgos se le proclamó en exaltación solemne y ante la sorpresa de algunos, la última cláusula del texto, concebida previamente, desapareció, y decía “durante la guerra”.
Y cuando las tropas nacionales fracasaron en su intento de tomar Madrid, y la cosa tomó derroteros de guerra larga, el flamante jefe supremo decidió actuar con minuciosa y criminal calma, sin prisas, afianzando de forma contundente las zonas conquistadas.
Así, mientras la parte bélica del que ya se llamaba Alzamiento Nacional discurría por cauces lentos pero seguros, el ahora Caudillo de la nueva España se puso a la tarea de concentrar poderes y convertirla en “Una, Grande y Libre” según sus palabras. A su peculiar estilo.
 

BATALLA DE AYACUCHO

Ayacucho, 9 de diciembre de 1824 Es considerada la última batalla y desencadena el principio del fin del Imperio Español en América. En agos...