martes, 15 de diciembre de 2020

59.- CORONA DE CASTILLA (22)

LA PROPUESTA DE COLON, LOS RR CC Y VIAJE ------ Para un europeo del siglo XV era muy difícil imaginar un mapamundi de aquellos tiempos. No habían viajado por toda la tierra conocida. Constantinopla cayó en manos musulmanas en mayo de 1.453. Ese hecho cambió la historia de la humanidad. Esa ciudad era el centro de la cultura, la religión y el comercio. Su ubicación la hacían fundamental para el control marítimo con oriente. Aparece un extraño personaje, Cristóbal Colón, que defiende la teoría, ya sabida por la gente culta, de que la tierra era redonda, y por lo tanto era posible viajar por mar y por Occidente en vez de por tierra a Oriente y así evitar el monopolio musulmán. En 1.484 presentó al reino de Portugal su empresa, que no les interesó. Portugal en realidad llegó a Oriente en 1488 rebasando el Cabo de Buena Esperanza, extremo meridional de África. Al hacer una navegación de cabotaje no se tropezaron con todo un continente. En 1.484, en España se luchaba por reconquistar el territorio que ocupaba el reino nazarí de Granada. Colón en el año 1.485 marchó a Huelva donde entabló amistad con el que había sido confesor de Isabel, Hernando de Talavera, que influyó ante los marinos de la zona. También gestionó la audiencia ante los monarcas. Colón consiguió su primera entrevista con los reyes en enero de 1486. En la entrevista se mostró decidido y defendió su proyecto con convicción, ofreció el monopolio del comercio a la corona y la extensión del cristianismo entre los paganos.
Los reyes se mostraron sorprendidos de la teoría de Colón pero interesados por la posibilidad. Decidieron nombrar una comisión de técnicos que estudiaría el asunto. Las deliberaciones duraron más de un año. La comisión determinó que los cálculos de Colón estaban errados. En realidad tenían razón, la distancia era mucho mayor de la que calculaba Colón y por tanto el coste sería altísimo. No sería posible realizar el viaje. Sin embargo los reyes no le negaron del todo la proposición. No podían responder económicamente la empresa, estaban en plena lucha contra Granada y de esto dependía todo. Venciendo a los musulmanes volverían a considerar la propuesta. Pese a ello los monarcas decidieron retener a Colón y le otorgaron una paga con la que subsistir. Esperó pacientemente, viviendo de la paga real y de la compra y venta de libros y mapas. En 1489 se entrevistó nuevamente con los reyes. No obtuvo la aprobación deseada. Envió a su hermano Bartolomé a la corte inglesa. Enrique VII tampoco lo encontró factible. Al fin cayó Granada marcando una nueva época para la cristiandad y para la política del mundo en general. En la nueva audiencia Colón pidió títulos y honores, quería ser nombrado Almirante, Virrey y obtener el 10% de todas las riquezas conseguidas. Eso en aquella época era impensable. Realmente se extralimitó y sus exigencias fueron rechazadas. Colón se marchó hacia Huelva, pero fue alcanzado por los emisarios reales que traían la afirmación de los reyes con la aceptación de sus condiciones.
Los reyes habían cambiado de opinión y decidieron sufragar el proyecto. Cuatro personajes habían logrado el milagro. Fray Diego de Deza, mosén Juan Cabrero, fray Hernando de Talavera y Luis de Santángel. Éste último tesorero del rey, un judío converso, habló con la reina diciéndole que sería posible. ¿Por qué no? se preguntó y pensó que la oportunidad era única. Podían perder el dinero pero si se conseguía el objetivo, la hazaña sería impresionante, tanto para la cristiandad como para las arcas del reino. Además él mismo aportaría gran parte del dinero necesario. En agosto de 1491, Cristóbal Colón firma con los reyes las llamadas Capitulaciones de Santa Fe, documentos por los cuales se autoriza y financia la expedición de Cristóbal Colón a las Indias por el mar hacia occidente. Además se le conceden a Colón una serie de prebendas y títulos, entre ellos: Almirante, Gobernante, Virrey y el 10% de las riquezas. También se firman varias provisiones y cédulas. Una provisión es dirigida a la villa de Palos por una sanción impuesta a algunos de los vecinos de esta villa. Embargó dos barcos por medio de la orden real a la villa de Moguer para que obedecieran la comisión. Pero seguía sin conseguir la tripulación necesaria. La corona perdonaría a los presos que se embarcaran en el viaje. Solo lo hicieron cuatro hombres. No fue fácil reclutar a la tripulación. Todo era motivo de desconfianza. Colón conoce a Martín Alonso Pinzón, rico navegante y comerciante y hombre de reputada fama y respeto en la zona dada sus muchos viajes por el Atlántico y el Mediterráneo. Quedó este hombre convencido de las razones de Colón, quién prometió repartir los tesoros que encontrase, con él. Pinzón toma parte decididamente en la empresa y decide desechar las embarcaciones que Colón había confiscado en Moguer y contrató otras nuevas, La Pinta y La Niña, aportó dinero personal, medio millón de maravedíes, tercera parte de los gastos. También convence a los hermanos Niño que eran miembros de una familia marinera importante. Con esto se consigue enrolar a toda la marinería necesaria. La tercera carabela se fletó, La Santa María, que era más complicada de manejar. El Almirante llevó un diario de a bordo, que afortunadamente aún se conserva. También tenemos una carta que escribió a los Reyes a su vuelta relatando el suceso. Salió de Palos y se dirigió al suroeste, a Las Islas Canarias. El 6 de septiembre zarpan de Canarias y comienzan realmente a cruzar el océano. Las órdenes eran de ir al oeste. Los vientos los alejaban de lo conocido fácilmente, pero entonces la pregunta era ¿cómo volveremos teniendo los vientos en contra? La vida a bordo era soportable para esos tiempos. Hoy sería impensable de todo punto. El 26 de septiembre creyeron ver tierra. El 2 de octubre se avistan pájaros dirigiéndose al suroeste. No era lo pensado ir algo hacia el sur, pero cambiaron el rumbo.
Al día siguiente apareció en el agua un junco verde unas tablas y hierbas. Esto indicaba tierra, sin duda. Eran las 2 de la noche cuando el marinero que pasaría a la historia, Rodrigo de Triana, gritó ¡¡Tierra!! La luna reflejaba posiblemente la isla El Salvador. Pinzón hizo los avisos acordados y por fin el 12 de octubre llegaron. Se realizó el encuentro de dos mundos, entonces muy diferentes. El conocimiento del hecho viene de una sola fuente, el libro que escribía Colón, el diario de a bordo. Llamó indios a las gentes que encontró, porque pensó que había llegado a la India legendaria.

200 AÑOS DE LA BATALLA DE AYACUCHO