jueves, 17 de diciembre de 2020
60.- CORONA DE CASTILLA (23)
A PARTIR DE 1492 ------- A partir de la conquista de Granada la unión de las Españas era un hecho por la religión cristiana. Rodríguez de Almela, historiador, en esos días, al entregarles a los reyes un ejemplar de su “Compilación de las crónicas e estorias de España”, terminada en 1491, les recordaba que el origen de la legitimidad de los reinos, que residía en la estirpe goda que a su vez la recibiera de Roma por el primer pacto (Foedus) del 418, en Tolosa. La noticia recorrió el mundo. Los reyes de Europa, incluido el de Francia, celebraron la conquista y ordenaron misas en gratitud por la victoria. El Papa hizo repicar al unísono todas las campanas de Roma. El nuncio de su santidad, en mayo de 1494 pidió al papa que aceptarse la petición hecha por Enrique Enriquez (tío de Fernando), para dar el título a Isabel y Fernando de “Muy Católicos”. El título de Reyes Católicos fue concedido oficialmente a los reyes mediante bula en 19 de diciembre de 1496. La decisión estaba fundamentada por varios motivos, a saber; Las virtudes personales y reales. La reconquista del territorio de Granada en manos del Islam. La expulsión de los judíos en 1492. Y la liberación de los Estados Pontificios de del reino de Nápoles (Feudo papal), que habían sido invadidos por el rey francés Carlos VIII. El embajador portugués se quejó porque el término “Las Españas” incluía a Portugal, que había formado parte de la Hispania romana. El título se fue heredando y conservando, incluso hasta nuestros días. Felipe VI podría ser llamado Rey Católico, sin embargo nunca uso el título.
Pero hemos llegado a este punto de la historia en que nos encontramos en el año fundamental de 1492, reconocemos que nuestros reyes nunca lo tuvieron fácil. Pero después de la boda con Isabel Fernando fue proclamado corregente de Castilla con los mismos derechos que Isabel mediante la Concordia de Segovia en 1475. Dos años después comenzó la Guerra de Granada, que duró diez largos años que la consideramos en otro capítulo. Pocas veces se da conjunción más perfecta ante situaciones tan complejas. El rey Fernando era un político práctico, militar despiadado en la guerra y buen gobernante. Isabel en cambio era más enigmática, romántica y muy devota. Pero decidida y ambiciosa. Una mezcla genial. Fernando supo ver y resolver problemas militares en la península y en el extranjero. Supo sacar partido en momentos de carestía económica. Aparte de poner en su sitio a los nobles en los reinos, y decretar la expulsión de los judíos, aprobar la instauración del Santo Oficio, supieron crear una confianza y fe en su pueblo. Isabel por su parte supo instruir a sus hijos haciéndoles ver las obligaciones que por su condición debían mantener, sacrificarse y hacerse respetar.
Los reyes no sentían animadversión personalmente contra los hebreos, el propio rey Fernando tenía sangre judía por parte de madre y en su corte había financieros, consejeros, médicos y artesanos hebreos, como lo había habido en la corte de su padre. En tiempos de los reyes cristianos se identificaba la política con la religión. Solo los bautizados estaban en condiciones de ser súbditos del rey y por tanto de estar bajo el amparo de las leyes, usos y costumbres del reino. Al comienzo del reinado de Fernando e Isabel, judíos y musulmanes formaban comunidades propias, pero habitaban en tierra ajena.
Seguramente la presión de la Inquisición que pretendía resolver de una vez el problema de los falsos conversos. También ha habido un fondo político; el fortalecimiento de la monarquía autoritaria de los RR CC para lograr una mayor integración social que repetidamente daba manifestaciones y tumultos antijudíos en la década de 1480. La unidad por la fe católica se interpretaba como la maduración del poder de la monarquía en la construcción del Estado que pretendían componer.
Nuestros reyes han sido la conjunción de la inteligencia y la espiritualidad, el honor y la pasión en sus decisiones. Nunca se habían dado un matrimonio que se entendieran mejor y que lograran prácticamente todos sus propósitos.
Para muchos historiadores la caída de Constantinopla marca el final de la Edad Media y el comienzo de la Edad Moderna. Para otros es el Descubrimiento de América y también la invención de la imprenta. Ya poco importa, lo cierto es que la conquista de Granada compensó la caída de Constantinopla y la victoria de ejércitos cristianos frente a los musulmanes. A su vez permitió que los reyes pudieran arriesgarse con la gran aventura, que otros reinos no quisieron emprender, al poder organizar una expedición con un destino posible pero con grandes interrogantes y muchísimo gasto. Pero de esto hablaremos en otro capítulo.
Con el tema del Descubrimiento de América, Los Reyes Católicos nunca fueron conscientes de su envergadura y su participación en el proyecto fue muy limitada. Colón fue el ideólogo del Descubrimiento. Pero además, los descubrimientos más importantes se llevaron a cabo después de la muerte de los Reyes. En el momento en que murió Fernando, el dominio español se limitada a varias islas periféricas y en Europa apenas se conocía en ese momento datos sobre aquellas tierras.
Pero Isabel y Fernando sentaron las bases de lo que fue España a partir de entonces y con el descubrimiento de un nuevo continente el mundo ya no sería el mismo, la religión cristiana se extendió como nunca lo había hecho, ni con los romanos. Y todo ello con la visión y el gobierno de nuestros reyes. Los romanos habían conseguido conquistar ocho millones de kilómetros cuadrados. España llegó a los veinticinco millones. Jamás hubo un imperio tan grande.
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