lunes, 11 de enero de 2021

73.- ESPAÑA SIGLO XVI (9)

 En Valencia y Murcia la presencia musulmana había tenido gran importancia y continuidad durante siglos, y para los cristianos eran necesarios para una estructura económica floreciente. Todos los monarcas habían sido tolerantes con ellos. Eran vasallos de los señores feudales y resultaban una mano de obra campesina eficiente y no problemática como la cristiana. Los pobladores musulmanes eran o bien “mudéjares”, que practicaban su religión en zonas cristianas o moriscos, que eran los musulmanes que se habían convertido al cristianismo.


MORISCOS

En 1525 Carlos I ordenó la conversión de todos. Los que se levantaron contra el rey fueron los que se habían convertido a la fuerza durante la revuelta de las Germanías. Fueron sometidos en 11526 y los que no se convirtieron fueron expulsados. Otros se escaparon y opusieron aun resistencia, planificaron guerrillas y las tropas del rey organizaron una expedición, sofocando definitivamente la rebelión a los seis meses.  Algunos murieron, otros se convirtieron y otros se marcharon o fueron expulsados. Pero el problema morisco continuó durante mucho tiempo. Hasta el reinado de Felipe III. Pero además Carlos debía ocuparse de la protección de los Estados cristianos. Solimán “el Magnífico”, sultán otomano, estaba a punto de estrangular a Europa por tierra y por mar. Dominaba todo el Mediterráneo oriental. Consiguió derrotar al rey de Hungría en 1526, Luis II que moriría después de la batalla. Con esto llegó a las puertas de Viena pero pudieron ser rechazados. El rey Luis II murió sin dejar herederos, ante lo cual Fernando I de Habsburgo, hermano de Carlos V, reclamó el trono húngaro a través de sus derechos matrimoniales con Ana Jagellón de Hungría y Bohemia, hermana del fallecido monarca. Se repartió el reino con su opositor, que estaba apoyado por el sultán Solimán. Aquí es donde nace Eslovaquia y Croacia, como dominio austríaco y Transilvania para Juan Segismundo de Zápolya, hijo de Juan I.

Mientras el problema luterano seguía su curso y en 1526 Carlos V tuvo que admitir concesiones dejando en manos de los señores de la Dieta, la libertad religiosa de sus territorios. No obstante formarían parte del ejército del emperador. Pero los luteranos protestaron porque Carlos no dejaba hacer propaganda del luteranismo en los estados católicos. De ahí viene el apelativo de “protestantes”.


Ya coronado Carlos Emperador Romano Germánico en 1530, por el papa Clemente VII, organizó en Alemania una asamblea donde los luteranos le expusieron sus pretensiones que rechazó. Y propuso la creación de un Concilio al papa para resolver la diferencias, cosa que no satisfizo a los protestantes. En 1531 formaron lo que se llamó Liga de Esmalkalda, que fue una liga de príncipes protestantes creada para defender sus privilegios y luchar contra el emperador defensor del catolicismo frente a la Reforma luterana. Más adelante, en 1532, se unirían al ejército Francia y en 1538 Dinamarca. El apoyo y seguimiento de la Reforma luterana y las confiscaciones de tierras a la Iglesia y las expulsiones de Obispos y Príncipes cristianos hicieron que Carlos V, como emperador defensor de la religión de Roma, decidiera enfrentarse a la Liga.


FRANCISCO I DE FRANCIA Y SOLIMÁN EL MAGNÍFICO

Pero Solimán asedió Viena en 1530 y Carlos firmó con la Liga Esmalcada un tratado de paz con una tregua hasta el Concilio y esto le daría tiempo a preparar un poderoso ejército  para liberar la capital de Austria. Solimán levantó el sitio pero ejecutó a los prisioneros cristianos. En venganza, Carlos V mandó contra los turcos  al almirante Andrea Doria, un italiano que se había pasado al servicio del emperador. Conquistó dos plazas pero la tranquilidad no fue duradera. Los otomanos tenían una clara superioridad sobre los cristianos. Las naves turcas eran un peligro en Italia y en las costas españolas, asaltadas por piratas berberiscos del norte de África, como Barbarroja, que había fundado el Estado de Argel. Barbarroja tomó Túnez destituyendo al rey, que era vasallo del emperador, lo cual se convertía ya en una seria amenaza en el Mediterráneo. Carlos V con ayuda de Portugal y de algunos señores italianos pudo formar una escuadra importante que dirigió conjuntamente con Andrea Doria y Álvaro de Bazán. El rey francés se puso del lado de los musulmanes y prometió su ayuda  atacando Italia. Pero en julio de 1535 cayó Túnez en manos del emperador, que restituyó al rey Muley Hasan. Pero Barbarroja continuaría poco después con sus correrías y seguía fiel a Solimán. Carlos en 1541 intentó hacerse con Argel pero un temporal lo hizo naufragar. Mientras Francisco I se apoderó de Niza en 1543.

El matrimonio del rey francés con la hermana del emperador, calmó un poco la rivalidad entre los monarcas. Poco después Francisco I invadió Saboya y Piamonte y Carlos respondió con la invasión de Provenza. Gracias a la mediación del papa Pablo III se firmó una tregua por diez años. Gante se sublevó y Carlos la cedió a Francia ya que sus arcas estaban vacías.


CARLOS V NEGOCIANDO PRÉSTAMOS BANCARIOS

Diversas situaciones militares se suceden. Francia invade Brabante y Luxemburgo que luego recupera Carlos. Solimán avanza hacia Viena. Los continuos altibajos en la guerra decidieron a Carlos a por fin a la guerra. Hizo concesiones al francés y lo mismo hizo éste. También se comprometió a luchar contra los protestantes y turcos.

En 1540 el papa Pablo III aprobó la constitución de la Compañía de Jesús, orden fundada por Ignacio de Loyola. El Concilio de Trento fue un fracaso para Carlos. Algunos de los suyos querían la guerra, los protestantes ni siquiera acudieron y además se iban extendiendo por Dinamarca además de completar Alemania. Las discusiones entre el papa y Carlos fueron continuas. Se iniciaron hostilidades contra los sublevados de la liga Smalkalda que terminaron en la batalla de Mühlberg favorable a Carlos, afianzando su poder en Alemania. Aunque Carlos reconoció la libertad religiosa en Alemania.

Cuatro años después muere el rey francés y sube al trono su hijo Enrique II y comienza la guerra por quinta vez. Terminó en febrero de 1556, con una tregua por cinco años, que fue violada por el ataque del Duque de Alba contra los Estados Pontificios, ya con el reinado de Felipe II.

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