Tras la abdicación de Carlos V en su hijo Felipe II, en Flandes vieron a Felipe como un extranjero. No olvidemos que Carlos, años antes, cuando le llega la noticia del motín que se produce en su ciudad natal, provocado por la negativa de los ciudadanos a pagar impuestos para sufragar las guerras contra Francia, marchó sobre Gante con un ejército de cinco mil hombres. La rebelión de la ciudad fue aplacada de manera cruel. Gante perdió todos sus derechos, y pasó a ser una ciudad de segunda categoría. De esto no se olvidan incluso hoy, ya que desprecian al español. Y es lo que hereda Felipe, territorio y odio. Introdujo la Inquisición en los Países Bajos. Por supuesto que el rechazo fue total. Pedían destituir al nuevo presidente, cosa que se concedió más adelante y también la libertad de culto, tema tabú para Felipe.
GANTE EN LA ACTUALIDAD
Las diversas manifestaciones y saqueos de iglesias católicas se habían iniciado inician en 1566. La sociedad aquella era muy diferente a la española, y el comercio, las costumbres, la autonomía que siempre habían tenido, había cambiado con Carlos, por lo tanto con Felipe la cuestión sería aún peor. Los nobles no querían perder su situación privilegiada, pero muchos católicos se veían rodeados por protestantes. Alemania era Luterana, parte de Francia Calvinista, Inglaterra Anglicana. Los protestantes de Flandes se negaban a pagar y a respetar a la corona de Felipe. Con lo cual éste envía el primer ejército para pacificar los Países Bajos, compuesto de 10.000 soldados, conocidos desde entonces como los “Tercios de Flandes”. Malas noticias para los flamencos.
Ya hemos hablado en el capítulo anterior de los inicios de Felipe, las enseñanzas de su padre. Pero tuvo una vida muy complicada y de abundantes problemas que supo encarar con desigual fortuna. Felipe I de Nápoles, Felipe I de Inglaterra y Felipe I de Portugal no es otro que nuestro Felipe II, una de las grandes figuras de la historia. La Leyenda Negra que no sólo no se corresponde con la realidad histórica, sino que es producto de la primera campaña de propaganda realizada con el apoyo de la imprenta, rodeó a Felipe II durante todo su reinado e incluso después. La afrontó con energía, utilizando como secretarios verdaderos ministros, siendo el primero descendiente de Gonzalo Pérez, judío converso, experto en el manejo de los negocios durante los largos viajes que había realizado el Emperador. Felipe pudo contar, en su enorme trabajo, con su hermano de padre, Juan de Austria, nacido de la relación extramatrimonial que tuvo el emperador con Bárbara Blomberg en 1545. El padre lo vio por primera vez poco antes de morir. Realmente Carlos hubiera querido que su hijo Felipe fuera nombrado aspirante a la corona Imperial. Pero fue Fernando I de Habsburgo, a partir de 1558, el Emperador del Sacro Imperio Romano Germánico. Era hijo de Felipe el Hermoso y de Juana I de Castilla y, por lo tanto, hermano menor de Carlos I, y pretendía que fuera su hijo, el futuro Maximiliano II, quien se hiciera cargo de la corona imperial a su muerte y no su sobrino. Maximiliano II, el hijo de Fernando de Habsburgo fue también Emperador desde 1562. Es por esta razón que este emperador no prestó ayuda a la monarquía hispánica, el país donde había nacido, cuando Felipe II la reclamó en la guerra contra Francia de 1557.
FERNANDO I. EMPERADOR (HERMANO DE CARLOS V)
Así y todo, los lazos entre las dos ramas Habsburgo continuaron entrecruzados
hasta el final de esta dinastía en nuestro país. El emperador Maximiliano II
fue regente de España en 1551, mientras Felipe II realizaba un viaje de tres
años por Europa, y mantuvo siempre una gran amistad con su primo.
El padre de Felipe, el gran monarca de las largas ausencias, Carlos I, había
dejado vacías las arcas, hecho que don Felipe había advertido al Emperador:
"De un año contrario queda la gente pobre, de manera que no puede levantar
cabeza en otros muchos". Encontró Don Felipe II una carga muy grande, al hacerse cargo de
la corona, que pesaba no solo sobre los reinos de España, sino también sobre
los europeos de Nápoles, Sicilia, Cerdeña, señoríos de Milán, los Países Bajos,
el Franco Condado y la corona de Portugal por su matrimonio. Ya sabemos que Felipe II se casó con su prima María de Portugal, pero ella
murió en el parto en julio de 1545. Su hijo Carlos, murió en extrañas
circunstancias a los 23 años de edad. Luego se casó con María Tudor, reina de
Inglaterra, pero en 1558 falleció la Reina María I sin descendencia. Con lo cual Felipe quedó
sin derecho al trono inglés. Luego se casó con Isabel de Valois, hija de Enrique
II de Francia. Tuvo Isabel un aborto por enfermedad mal curada, y después en
1566 nace su hija Isabel Clara Eugenia que moriría en 1633. La reina tuvo un
parto prematuro en 1568 y ella falleció a los veintidós años de edad. El rey
quedó muy afectado durante mucho tiempo. Deprimido, viudo y sin descendencia
tenía la necesidad de un heredero. Se casó en 1570 con su sobrina Ana de
Austria, hija del emperador Maximiliano II, el que había sido regente en la
ausencia de Carlos. Tuvieron un hijo, Fernando pero falleció a los siete años.
Luego otro, Carlos Lorenzo fallecido también a los dos años de edad. Y en 1575
nació un tercer varón Diego, que falleció víctima de viruela. En 1578 había nacido otro varón, Felipe que al sobrevivir a sus
hermanos alcanzo el Principado de Asturias, es decir, heredero al trono. El
futuro Felipe III. Tuvieron otra hija, María
que murió a los tres años. La reina enfermó y murió en 1580 a los
treinta y un años. Los hijos varones, salvo Felipe habían muerto. Felipe II
parece ser que amó más que a ninguna otra mujer a:
Isabel de Valois.