Felipe IV nació en Valladolid en 1605 y ciñó la corona en 1621 a la muerte de su padre. Hombre de gran cultura y notable inteligencia era en cambio débil de carácter. Simboliza el esplendor de la España ya decadente. Su reinado concentró asuntos muy importantes, como los grandes destellos del siglo de Oro y la pérdida de Portugal y los Países Bajos, las rebeliones catalanas, la andaluza y las derrotas militares en Europa. La inesperada muerte de Felipe III le convirtió en rey con solo 16 años. Fue el reinado más importante del siglo pues significó el punto sin retorno de la decadencia española que ya lentamente se había manifestado. Fue de joven un buen estudiante, culto, amante de la historia, la teología, el derecho, la música y los idiomas. Le atrajeron el arte, el teatro y la poesía, pero no solo como espectador. Sabía pintar y escribir con soltura. Fue rey desde 1621.
TERCIOS DE FLANDES
El ejército de Flandes que España mantenía desde 1567, se inició con la rebelión de los Países Bajos, quedando divididos en la mitad norte, no sometida a Madrid, (con matices, la actual Holanda), y la mitad sur, parte integrante de la monarquía hispánica (también con matices, la actual Bélgica). Este ejército de fama bien conseguida eran los Tercios, unidades de élite, españolas, italianas, alemanas, valona, inglesa y borgoñona, además de la caballería ligera y pesada. No obstante al magnífico ejército le faltaba el buen complemento del apoyo naval, que se vio como un elemento imprescindible. Los Habsburgo españoles siempre han tenido una visión del mundo en la que España tenía junto con sus derechos unas responsabilidades fundamentales, la primera garantizar la fe católica, amenazada por el protestantismo. Esto les hacía ver la grandeza de su linaje, del Imperio a gobernar y de ser un pueblo en el que Dios confiaba para consolidar y extender la religión de Roma. Esto es importante tenerlo en cuenta para entender el punto de vista de aquellos personajes cuyas ideas y decisiones son tan alejadas del concepto actual de la gobernación y la Justicia actuales. Felipe estaba prometido con la hija de Enrique IV de Francia, Isabel de Borbón, dos años mayor que él. Y también se prometió a su hermana Ana de Austria para casarla con el rey francés Luis XIII. Con lo cual las dotes al ser de la misma cantidad quedaban compensadas, y se conseguía una alianza de matrimonios que convenía a ambos países.
MARIANA DE AUSTRIA EN EL CUADRO DE VELÁZQUEZ
Felipe IV y la reina Isabel tuvieron cuatro hijas hasta 1627, de los cuales no sobrevivió ninguna más allá de los dos años. Luego nació un varón al que buscaron pareja, pero él moriría joven soltero aún. La reina enfermó y también murió. De modo que el rey se encontraba viudo y sin descendencia. Decidió casarse con la prometida de su hijo fallecido, su sobrina Mariana de Austria que en aquél momento ella tenía trece años y él cuarenta y dos. Tuvieron a su primera hija que llegó a ser emperatriz consorte y murió a los veintidós años. Tuvieron otros cuatro hijos de los cuales sobrevivió solamente el último, Carlos, destinado a suceder a su padre. Felipe IV tuvo seguramente una treintena de hijos extramatrimoniales, de los cuales hay que destacar, por su futuro, a Juan José de Austria, que llegó a virrey de Sicilia, Cataluña, Flandes y Aragón, y mandó la Armada. Andando el tiempo, fue importante en la vida del rey, sor María de Ágreda, religiosa de fama y cultura, consejera del rey, contraria al valido Conde-Duque de Olivares, favorable a la paz con Francia y circunspecta con la Inquisición. Parece ser que los consejos de sor María fueron siempre discretos y atinados.
Felipe IV en los primeros días de su reinado despidió del
gobierno al duque de Uceda, hijo del duque de Lerma, el que fuera válido de su
padre Felipe III, y nombra a su ayo y severo tutor Baltasar de Zúñiga para que
se haga cargo de los papeles y negociaciones de Estado. Dos figuras emergieron,
Baltasar de Zúñiga y su sobrino Gaspar de Guzmán y Pimentel. Ambos se
necesitaban mutuamente ya que el primero tenía larga experiencia y el segundo
disfrutaba del importante favor del rey. Felipe enseguida confió en el primero
para los asuntos de Estado y para que fuera instruyendo a su sobrino Gaspar en
el arte de gobernar. Éste a su vez completaba la educación del joven rey, algo
muy importante. Además se quería romper con la imagen de decadente e inerte de
su padre Felipe III, optando como modelo a su abuelo, tratando de hacer un
nuevo rey, trabajador implicado en los asuntos de Estado y que representara lo
que se le llamó “El rey planeta”. Su
corta edad no permitió que asumiera personalmente la ingente tarea de gobierno.
Se apoya el rey en Baltasar de Zúñiga, que había trabajado para su padre y
también para su abuelo, hombre severo y justo, cumplidor de las leyes y muy
trabajador. Se hará cargo del papeleo y negociaciones de Estado. Baltasar fue
ayudado por su sobrino Gaspar y su intención era “Limpiar la casa” de
corrupción, abusos, preferencias pagadas y demás asuntos sucios que había
dejado la anterior administración. Esto pasaba sin duda por la eliminación de
la corrupción que se había adueñado del sistema durante el periodo de Lerma,
cuando todo era comprable, lo único discutible era el precio. El Duque de Lerma apenas se salvó de la
prisión al conseguir ser nombrado cardenal. Su hijo, el duque de Uceda, que le
sucedió en el cargo de valido, murió en prisión. El marqués de Sieteiglesias, ayudante
del duque de Lerma fue decapitado públicamente por sus fechorías. Dado que le
dijo al verdugo “Cumple con tu trabajo” y le dio un beso, quedó en el refranero
popular, “Tener más orgullo que el marqués en la horca”. Pedro Téllez Girón,
III duque de Osuna, arrestado en abril de 1621. Y las propiedades del duque de
Lerma, fueron confiscadas.
DUQUE DE LERMA- CARDENAL
Felipe IV y Baltasar de Zúñiga se preocupan por los problemas
de Portugal, tales como quejas sobre el mal gobierno de los virreyes. Las
recomendaciones de la junta fueron firmadas por el rey dos semanas después del
fallecimiento de Baltasar de Zúñiga en octubre de 1622.
Aquí es donde entra en juego un personaje muy importante en
el reinado de Felipe IV, Gaspar de Guzmán y Pimentel Ribera,
más adelante conde y duque de Olivares. Hombre inteligente y de gran
influencia, supo hacerse con el favor del futuro Felipe IV de España, de forma
que cuando había accedió al trono el año anterior, lo nombró favorito. El 10 de
abril de ese año, el rey concedió a Olivares el título de grande de España,
utilizando la fórmula convencional «conde de Olivares, cubríos». Finalmente fue
el valido a la muerte de su tío en 1622.