sábado, 21 de octubre de 2023

REINO DE LEÓN (2)

Ordoño III nació  en el 925 y fue rey de León al morir su padre en el 951, pero solamente durante cuatro años.
Pasó algún tiempo en la corte de su padre, Ramiro II, instalada en los territorios de Galicia puestos a su cargo, conocidos ya en la época con el nombre de Portugal. Cuando contaba aproximadamente con 5 años se trasladó junto a su familia a la Corte de León, lugar donde su padre fue proclamado rey.
A la muerte del padre, Ordoño III ocupa el trono el 5 de enero del año 951, tras presenciar la abdicación formal de su padre ante los personajes más importantes del reino. El nuevo rey demostró en varias ocasiones su gran pericia en el manejo de las armas y su amplio conocimiento de las distintas instituciones y de la administración. Pocos años después, en el 955, tuvo que vencer una peligrosa rebelión de los partidarios de su hermanastro Sancho, encabezados por la reina de Pamplona, el hijo de ella y Fernán González de Castilla. También emprendió una campaña por Portugal, marchó hacia Lisboa donde consiguió un buen botín y prisioneros. Mientras el conde de Castilla fue atacado por los musulmanes, y recibió la ayuda de Ordoño y vencieron en San Esteban de Gormaz y firmaron una tregua.
Al año siguiente Ordoño III enfermó y murió en el 956. Hay que destacar que supo reorganizar la administración de los territorios y las instituciones que inició su padre.
Le sucedió Sancho I de León, llamado el Craso, y también “el gordo”, que  fue rey de León en dos períodos diferentes: entre 956 y 958; y entre 960 y 966.  

SANCHO I, EL GORDO

Su padre le había encargado el gobierno de Castilla en el 944. Cuando abdicó su padre a favor de Ordoño III fue como empezó a fraguar la conspiración que narramos en el capítulo anterior. Como fue derrotado se refugió en Pamplona con su abuela y parece ser que le provocó tal ansiedad por la comida que llegó a tener una descomunal obesidad.
Desde el principio de su reinado en León estuvo presionado por el conde de Castilla y por la nobleza gallega y astur. No cumplió los acuerdos con el Califato de Córdoba. Los musulmanes atacaron y vencieron en el 957. Esto tuvo serias repercusiones negativas ya  que no podía montar a caballo, eso no se entendía. Tampoco podía caminar sin ayuda ni tener relaciones sexuales, con lo cual no había heredero directo por lo que se marchó nuevamente a Pamplona.
Debido a la influencia del conde castellano Fernán González se eligió rey de León a Ordoño IV, hijo de Alfonso IV de León. Ordoño IV había nacido en Pamplona y por lo visto era cruel, perverso, en fin una mala persona. No era un candidato ideal para la corona, pero era legítimo. En realidad este hombre fue una marioneta del conde castellano, que lo casó con su hija Urraca. Dos años de un reinado lleno de conflictos con los nobles que lo despreciaban al igual que el pueblo.
En eso estaba cuando  Sancho I, el gordo, que ya se había curado de su obesidad, se comprometió con los musulmanes a entregarles diez fortalezas en la zona del Duero a cambio de ayuda para recuperar el reino de León. Los moros atacaron y hicieron preso al conde castellano quien tuvo que retirar su apoyo el rey Ordoño IV y apoyar a Sancho I. Éste pasó a Galicia donde consiguió apoyos de nobles y clero y por fin pudo entrar triunfante en León cumpliendo un periodo de reinado desde 960 al 966.

MONASTERIO DE SAN PELAYO

Por lo cual Ordoño huyó a Burgos. Trató de conseguir el favor del califa para recuperar el trono. Éste murió y el sucesor no aceptó el trato y  firmó un pacto con el rey Sancho I.
Ordoño profundamente humillado, perdió toda esperanza de volver a su tierra y se retiró viviendo de forma anónima en Córdoba acompañado por su hijo. Ordoño murió en el 960 y sus restos se depositaron en León.
Con lo cual ya Sancho I reinaba con tranquilidad y convocó en Sahagún lo que se considera la primera convocatoria en Cortes, donde asistieron miembros del clero y la nobleza. Tuvo que entregar las fortalezas prometidas a raíz de una ofensiva musulmana donde se hicieron con Atienza y Calahorra. Pero se creó un periodo de paz con los moros durante diez años. El conde castellano Fernán González persistía en sus intentos independentistas por lo que el rey  se centró en Galicia y Portugal a fin de sofocar las incipientes rebeliones. Negoció la paz al ero poco después enfermó seguramente envenenado, sin saberse por quien. El mismo año de su muerte el rey había erigido el monasterio de San Pelayo, consagrado en honor al niño mártir cordobés cuyos restos mortales fueron llevados a Oviedo. Al parecer el niño se resistió hasta la muerte para no consentir tener relaciones sexuales con el califa Ab al-Rahman III.

INVASIÓN VIKINGA 

Sucedió a su padre Ramiro  III de León, que fue rey entre 966 y 985. Llegó al trono a los cinco años de edad. La regente fue su tía Elvira Ramírez, que era religiosa. La figura del regente era nueva en este reino, y reforzó el carácter hereditario de la monarquía. Hay que tener en cuenta que en las monarquías, las regentes han de ser de sangre noble, a ser posible de la familia real. Se ratificó el tratado de paz con los musulmanes y en el años 968 algunos personajes del clero y la nobleza se unieron para luchar contra la invasión de los vikingos que habían desembarcado en Galicia donde estuvieron un año.  
Las tropas leonesas, castellanas y pamplonesas sufrieron derrotas en Soria y Navarra Lo que provocó una crisis política con lo que la regente se retiró y se nombró a la madre del rey Teresa Ansúrez.

ALMANZOR 

A todo esto, el califato estaba ocupado por un niño de once años completamente manejado por el pérfido Almanzor. Entre 977 y 984 dirigió varias campañas contra el reino de León apoderándose de Zamora, Ledesma, Rueda, Atienza, Salamanca y otras localidades. No pudo entrar en León gracias a una tormenta de granizo.
Al llegar la mayoría de edad del rey la nobleza galaico-portuguesa era desafecta al rey ya que éste les acusaba de ser conspiradores contra su padre que había muerto envenenado. Además el rey no hacía sino acumular derrotas en manos de los musulmanes. Para colmo tenía mal carácter, poco diplomático, sin tacto y era poco inteligente. Por lo cual los nobles se rebelaron y proclamaron rey a Bermudo, hijo de Ordoño III, en el año 981, por lo que el reino quedó dividido en dos. León y Castilla con Ramiro III y Galicia y Portugal para Bermudo II.
Dos años después Ramiro atacó a Bermudo con resultado incierto.  Poco a poco Bermudo iba siendo reconocido en el condado de Saldaña y otras localidades. Ramiro se iba debilitando y Bermudo pidió ayuda a Almanzor, pagando con la devolución de Zamora y un tributo anual. El ejército de Almanzor entró en León y salió victorioso, quedando Bermudo como único soberano.
En el año 984 murió Ramiro de muerte natural.

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