sábado, 4 de mayo de 2024

TRATADOS CON PORTUGAL A RAÍZ DEL DESCUBRIMIENTO

Para entender los acuerdos entre el reino de Portugal y el de Castilla-León, hemos de remontarnos a la Guerra de Sucesión Castellana entre ambos reinos producida entre los años 1475-1479, poco después de la proclamación de Isabel como reina de Castilla. Este enfrentamiento se saldó con el Tratado de Alcácovas al terminar la guerra. Además de acordar la paz y el portugués Alfonso V renunciar al trono castellano en nombre de su esposa Juana, (la Beltraneja), se repartieron los territorios del océano Atlántico, manteniendo Portugal el control sobre sus posesiones de Guinea, Madeira, las Azores, Islas Flores y Cabo Verde y a Castilla le reconoció la soberanía de las Islas Canarias. Es decir que Portugal tenía posesiones en África salvo las Canarias. 


TRATADO DE ALCÁCOVAS 
Recordemos que el Océano Atlántico aún estaba sin conocer en toda su extensión. También tengamos en cuenta que en Portugal siempre hubo importantes marinos, como Enrique “el navegante” que ya en 1452 el papa reconoció la conquista portuguesa en cabos e islas de África, ya que habían explorado hasta Sierra Leona esto fue en 1455 y 1456 con dos bulas reconociendo los descubrimientos de Enrique. Tiempo después, en 1488, el navegante portugués Bartolomé Díaz descubrió y dobló el Cabo de Buena Esperanza, culminando el proyecto iniciado en 1410 por Enrique, a fin de encontrar el extremo sur de África y proporcionar una ruta alternativa a las Indias. La diferencia con el viaje de Colón es fundamental ya que éste cruzó el Atlántico en busca de la India. Los portugueses hacían navegación de cabotaje, es decir cercana a las costas africanas.
Con lo cual, al regresar Colón de su primer viaje el Papa Alejandro VI determinó el futuro del Nuevo Mundo en la bula “Inter Caetera”. La primera bula, bula de donación, concedió los territorios descubiertos por los navegantes castellanos a los Reyes Católicos y sus herederos en los tronos de Castilla y León. La segunda, llamada bula de partición, promulgada pocos meses después, a instancias de los propios Reyes Católicos, corrigió la anterior y estableció el dominio castellano sobre los territorios al oeste de una línea imaginaria geográfica entre los polos, dejando al Reino de Portugal las posesiones al este. Además de la partición, las bulas “Inter Caetera” daban la orden de evangelizar a todos los indígenas de las tierras descubiertas.
Fueron firmadas poco después del regreso de Colón en 1493. El manuscrito original del breve promulgado se encuentra en el Archivo de Indias de Sevilla.
Pero el desencadenante del conflicto con Portugal fue la visita que Colón había realizado a Portugal antes de su llegada a España en su primer viaje el 15 de febrero de 1493, Colón llega a las Bocas del Tajo, como quien dice a Lisboa. Va a tener que hacer partícipes de la noticia a los portugueses antes que a los castellanos. Colón hace saber que él es Almirante del Mar Océano y el Virrey de las Indias nombrado por los reyes de Castilla. El marino que le recibirá será Bartolomé Díaz, quién dos años antes había llegado al Cabo de las Tormentas en el sur de África, y le había dado el nombre de Cabo de Buena Esperanza, abriéndole el camino a Portugal para llegar hasta la China y el Japón. Con esto estoy diciendo que los portugueses llegaron a Asia, antes que España, dos años antes. Bartolomé Díaz fue el navegante primer explorador europeo en doblar a principios de 1488 el extremo sur de África, llegando al océano Índico a partir del Atlántico, un hito de la navegación a vela. Fue el primer navegante que viajó alejado de la costa en el Atlántico Sur. Bartolomé Díaz estaba en la cumbre de su gloria. El 4 de marzo de 1493 Colón es recibido en Lisboa por el rey Juan II de Portugal. Colón le advierte al portugués que las tierras que acababa de descubrir se hallaban al sur del paralelo de las Canarias, y pertenecían, según él, a Portugal.
El conflicto estallaría entre ambos reinos, después de enterarse de las bulas que hemos mencionado. Los portugueses pretenden que el paralelo de las Canarias sirva de límite a las conquistas de ambos reinos. Los Reyes Católicos rechazan esta pretensión y tratan de conseguir que Juan II se quede con África y deje para los castellanos las nuevas tierras descubiertas. Este intento por parte de los Reyes castellanos, se concreta en la promulgación por el Papa Alejandro VI de tres bulas en 1493: en la "Inter Caeteras" que hemos mencionado anteriormente. Se establece que todas las tierras descubiertas por Colón y las que posteriormente se descubran serán para Castilla, ampliando los dominios asignados a los castellanos.


TRATADO DE TORDESILLAS
La firmeza de Juan II al rechazar estas soluciones, así como el deseo sincero de ambos reinos de no reiniciar una nueva guerra, unida a la incertidumbre de los Reyes Católicos ante los secretos del Océano motivaron una larga serie de contactos y negociaciones que se materializaron en 1494 en Tordesillas, provincia de Valladolid, se firma el “Tratado de Tordesillas”, entre los Reyes Católicos y el rey de Portugal, Juan II, que determina la frontera entre los dominios de España y Portugal en América. Cabe destacar que cuando Colón descubre América, en 1492, América, según el portugués, ya pertenecía a Portugal por bulas papales emitidas en el siglo XV al término de la guerra.
El Papa había venido obteniendo el máximo provecho político-internacional al también mediar en la pugna entre Francia y España por obtener poder en Italia emitiendo las afamadas “bulas alejandrinas”.
Negocian los reyes durante un año y firman el Tratado de Tordesillas el 7 de junio de 1494. Se concede a Castilla las tierras que se encuentren a más de 370 leguas al oeste del Cabo Verde. Todos los territorios por descubrirse al oriente de dicha línea quedarían bajo dominio portugués, mientras que España tendría soberanía sobre los ubicados al occidente. Dicha demarcación coincide con la actual ciudad de São Paulo.
Años después sucedió que el navegante portugués Pedro Álvares Cabral en el año 1500 navegó a lo largo de la costa africana en el océano Atlántico, se desvió de su ruta al adentrarse en el Atlántico en busca de vientos que le empujaran hacia el sur, aunque es posible que buscara visitar las tierras americanas que le habían correspondido a Portugal en el por el Tratado de Tordesillas seis años antes, de esta manera arribó a lo que, inicialmente, se pensó que era una gran isla. Como el nuevo territorio se encontraba dentro de la órbita portuguesa del acuerdo, exploró el litoral y percibió que la gran masa de tierra era posiblemente un continente, enviando enseguida un navío para notificar al rey de Portugal sobre el descubrimiento de nuevas tierras. Cabral había desembarcado en América del Sur, y las tierras que había reivindicado para Portugal más tarde constituirían lo que hoy es Brasil. El Tratado de Tordesillas se confirma en 1506 con esta inclusión.
Ya con Carlos I, 35 años después, ambos reinos se reunieron en Zaragoza para resolver el dominio de la otra mitad del planeta. El viaje de Magallanes-El Cano, había permitido a los españoles acceder a las Indias Orientales por el oeste, que en eso momento estarían adjudicadas a Portugal.
Se determinó con acuerdo la zona de influencia de cada reino. 




 

miércoles, 1 de mayo de 2024

BATALLA DE CARTAGENA DE INDIAS (1741)

En 1731se produjo el incidente llamado “La oreja de Jenkins”. León Fandiño, capitán de un guardacostas español, le cortó la oreja al inglés después de haber tomado su navío que se dedicaba al contrabando en las costas de Florida. Se comentó que el capitán español, tras cortarle la oreja, le dijo “Ve y dile a tu Rey que lo mismo le haré si a lo mismo se atreve”, mostrando su oreja. Aunque en realidad es posible que el hecho fuera inventado y exagerando para provocar la manipulación y para convencer y empujar a los miembros del Parlamento de la necesidad de una guerra. Todo provenía de "Asiento" conseguido tras el Tratado de Utrech. Aprovechaban sus viajes para dedicarse al contrabando.

Asiento de negros por la Armada Británica 
La prensa británica se encargaría de deformar el incidente de la oreja de Jenkins exagerando la crueldad española mientras las calles londinenses aparecían empapeladas con panfletos, incitando a la guerra contra España. Los comerciantes ingleses utilizaron la rivalidad política interna, para crear una reacción patriótica inducida a presión con la intención de precipitar la guerra. Gran Bretaña pretendía dominar los mares y para ello debía desalojar a España de América. La presencia de Gran Bretaña en aguas americanas era un hecho consumado desde hacía tiempo: Belice, Trinidad y Tobago, Jamaica, las Caimán, etc.
Decidieron dar un golpe decisivo, para lo que Inglaterra reunió una formidable flota que salió de Jamaica y fondeó a principios de marzo de 1741 junto a la costa de Cartagena de Indias, la ciudad más importante del Caribe. Inglaterra estaba tan segura de su victoria que el rey inglés mandó acuñar monedas celebrando su triunfo, en las que se leía "La arrogancia española humillada por el almirante Vernon y los héroes británicos tomaron Cartagena” abril de 1741. En ellas aparecía el almirante español Blas de Lezo representado de rodillas entregando su espada al almirante Vernon. La ciudad estaba defendida militarmente por el almirante vasco, marino con experiencia en batallar con los británicos.

Esta nueva Armada Inglesa era la segunda más grande de todos los tiempos, después de la armada aliada que desembarcó en Normandía en la II guerra Mundial . El ejército inglés, comandado por el almirante Edward Vernon, trató de invadir Cartagena de Indias con 32.000 soldados y 3.000 piezas de artillería. Cartagena estaba escasamente defendida.
En aquellos días, Blas de Lezo era el responsable de la defensa de la ciudad. Cartagena de Indias contaba con unas magníficas fortalezas y castillos que protegían la ciudad. Lezo disponía de 3.000 soldados del ejército regular español, reforzados con 600 arqueros indios del interior y unas 1.000 piezas de artillería y tan solo 3 navíos.
Resultó decisiva la eficacia de los servicios de inteligencia españoles, que consiguieron infiltrar espías en la Corte Londinense y en el Cuartel General del almirante Vernon. El plan general inglés así como el proyecto táctico de la toma de Cartagena de Indias fueron conocidos de antemano en las Cortes Españolas y por Blas de Lezo.
Por entonces, el virrey Eslava, suponía el almirante Torres llegaría a tiempo a Cartagena para atacar a Vernon por la retaguardia, ya que estaba en La Habana. Pero Torres nunca llegó a Cartagena.
En Cartagena no era Lezo quien comandaba la defensa de las fortificaciones, sino el virrey de Nueva Granada, don Sebastián Eslava. Lezo estuvo enfrentado a su jefe.
No existía un gobernador militar en la ciudad, por lo que Eslava decidió tomar en persona el mando de la defensa al saber que los británicos se dirigían al puerto caribeño, por lo que Blas de Lezo quedó como su subordinado.
Al igual que Blas de Lezo, Eslava era un hombre de hierro, enemigo de los halagos y sin pelos en la lengua. Felipe V por Real Cédula de 20 de agosto de 1739, el Rey restauró el Virreinato de Nueva Granada y lo puso a cargo del teniente general don Sebastián de Eslava.

Busto de Sebastián Eslava 
Eslava está considerado uno de los virreyes que iniciaron las reformas borbónicas en América, un ilustrado con conocimiento de ciencias naturales y con la inteligencia de saber que los asedios se ganan por los ingenios militares y no la fuerza bruta.
En cuestión dos meses el vasco repelió dos ataques británicos a esta plaza y comenzó a mejorar las fortalezas.
Don Blas de Lezo, hombre avezado en la mar y acostumbrado a dirigir sus navíos desde una autoridad indiscutible, se vio obligado a poner pie a tierra, y enviar buena parte de sus hombres y los cañones de sus barcos a cubrir puestos en la muralla, porque no había con qué hacerlo.
Eslava era de carácter áspero, mientras que Blas de Lezo, un brillante estratega que ya había tenido problemas con otros mandos, llevaba muy mal ponerse a las órdenes de “caballeros terrestres”.
Eslava reparó el Castillo de Bocachica y varios fuertes que protegían el puerto. En el Castillo de San Lázaro puso en marcha una fábrica de munición y carruajes. Se preocupó del suministro de las armas y del entrenamiento de los hombres. Rehabilitó los puestos en Santa Marta, Puerto Cabello y Guaira, también los fuertes de Araya y San Antonio en la provincia de Cumaná y el islote de Caño de Limones.
El 25 de marzo el jefe de los ingenieros propuso una defensa móvil por las fortalezas exteriores (San Luis de Bocachica, Santa Cruz, Manzanillo, Pastelillo, San Felipe y, en último término, El Arrabal), mientras que Lezo apostaba por una defensa estática y por hundir los pocos barcos españoles a la entrada de la bahía para dificultar la navegación de los barcos británicos. Eslava finalmente ordenó que los barcos no se hundieran, pues se trataba de una operación muy compleja y estéril si no se hacía en el lugar exacto, decisión que el vasco no acató.
El paso de las semanas derivó en un choque directo entre los mandos españoles. Si bien Eslava exigió con palabras gruesas en su informe a la Corte que cesara al marino por insubordinación hasta que explicara su comportamiento, Blas de Lezo no se quedaba corto en el fragmento de su diario que hizo llegar a Madrid al presentar al virrey como un cobarde y un incompetente.
La realidad es que el navarro fue herido en combate y que consta su presencia en la primera línea de batalla en momentos críticos. Eslava planeó una defensa en tierra, conocedor de que bastaba con ganar tiempo y dejar que fueran las enfermedades tropicales quienes hicieran el trabajo sucio. Algunos autores hablan de 18.000 bajas entre muertos y heridos en las filas británicas, en su mayoría a causa de enfermedades.
Los cascos hundidos sirvieron de núcleo colector de arena lo que aceleró la formación de la barra, dificultando la navegación.
El 13 de marzo de 1741 la imponente flota del almirante Edward Vernon llegaba a la bahía de Cartagena. El 15 de marzo, llegan los primeros buques ingleses a Playa Grande y dos días después fondearon sobre la misma playa 195 navíos. El19 de marzo, los ingleses continúan sin disparar y estudian el campo de operaciones. 20 de marzo, toda la armada inglesa queda anclada en la Punta de Hicacos, consiguen desembarcar 500 efectivos cerca de la batería de Santiago y el 21 desembarca el resto del contingente británico. Noche del 20 al 21, los ingleses toman la batería de Varadero y con sus cañones disparan a la de Punta de Abanicos. Los españoles abandonan la batería, quedando Campuzano con un sargento y 11 soldados del regimiento de Aragón y dos artilleros. El 3 de abril, 18 buques alineados frente a Bocachica inician un terrible bombardeo para romper las defensas de los castillos de San Luis y San José. El 4 y el 5 de abril, los fuertes reciben un intensísimo y prolongado cañoneo. Las murallas del  castillo San Luis se derrumbaron y por la brecha abierta cargaron los ingleses a bayoneta calada  desde tierra. Ante la imposibilidad de resistir, se tocó retirada y durante toda la noche continuó el desembarco enemigo.
Noche del 5 al 6 de abril, Blas de Lezo  sitúa los buques Dragón y Conquistador entre los canales del Castillo Grande y Manzanillo con intención de hundirlos.
El 11 de abril, los ingleses toman el castillo de Santa Cruz que previamente había sido abandonado. La situación empeoraba para los españoles

Blas de Lezo 
El 13 de abril  a las 9 de la mañana, comenzó el asedio de la ciudad con continuos bombardeos. Simultáneamente otra escuadra asediaba  al fuerte Manzanillo.  La situación empezaba a ser desesperada para los españoles, les faltaban alimentos y el enemigo no daba tregua. Iban pasado los días, y el cañoneo inglés no cesaba, era intenso y continuo, mañana, tarde y noche.
Cartagena de Indias fue severamente castigada por la artillería naval inglesa. Vernon estimó que los españoles resistiría dos o tres días más. Los españoles tenían orden de resistir hasta el final no se les permitía ni un paso atrás, habían clavado la bandera e iban a morir allí, defendiendo la ciudad hasta el final. El 16 de abril, a las 4 de la mañana, Vernon decidió que se tomaría Cartagena de Indias al asalto, más de 10.000 hombres desembarcaron por la costa de Jefar, los macheteros jamaicanos, los milicianos americanos y las fuerzas regulares inglesas. Pero las sucesivas ofensivas inglesas se encontraron con trincheras inexpugnables así como con los mosquetes y bayonetas españolas. El 17 de abril, la infantería británica, toman el alto de Popa, a un kilómetro del castillo de San Felipe.
Blas de Lezo  mandó excavar un foso en torno al castillo para que las escalas inglesas se quedasen cortas al intentar tomarlo. Ordenó cavar una trinchera en zigzag, evitando que los cañones ingleses se acercasen demasiado. Les envió dos “desertores” que engañaron y llevaron a la tropa inglesa hasta un flanco de la muralla bien protegido, donde serían masacrados sin piedad.
La noche del 19 al 20 de abril se produjo el definitivo asalto al castillo de San Felipe. Tras  una potente  preparación artillera Vernon intentó asaltar el castillo con unos 10.200 hombres de infantería. Enfrente  tenía la batería de San Lázaro de propio castillo de San Felipe y 1.000 hombres muy motivados.
La sorpresa fue mayúscula, cuando los ingleses comprobaron que sus escalas eran demasiado cortas y no podían escalar las murallas del castillo. Las tropas inglesas no podían atacar ni huir debido al peso del equipo. Aprovechando esta circunstancia, los españoles abrieron fuego contra los británicos, produciéndose una carnicería sin precedentes. Al amanecer, se encontraron con las bayonetas de unos trescientos soldados de los tercios españoles que saltaban sobre ellos desde sus trincheras.
El error del castillo de San Felipe desmoralizó a los ingleses. El orgulloso y engreído Sir Andrew Vernon había sido incapaz de vencer a unos pocos harapientos españoles.
El pánico se apoderó de los ingleses, rompieron sus líneas de combate y huyeron despavoridos tras la última carga española hacia sus barcos.


Castillo de San Felipe
Desde el 22 al 25 de abril, decrecieron los enfrentamientos. El 26 los ingleses volvieron a bombardear la ciudad. El 9 de mayo, Vernon ordenó la retirada, levantar el asedio y volver a Jamaica. Había fracasado estrepitosamente. Tan sólo acertó a pronunciar, entre dientes, una frase: “God damn you, Lezo!”, (Dios te maldiga, Lezo)
Vernon envío de una última carta a Lezo: “Hemos decidido retirarnos, pero para volver pronto a esta plaza, después de reforzarnos en Jamaica”. A lo que Lezo respondió con ironía: “Para venir a Cartagena es necesario que el rey de Inglaterra construya otra escuadra mayor, porque esta sólo ha quedado para conducir carbón de Irlanda a Londres.”
Los ingleses tuvieron 9.500 muertos, 7.500 heridos, perdieron 1.500 cañones y 50 naves.
Los españoles sufrieron 800 muertos, 1.200 heridos y perdieron 6 naves.
El asedio y la batalla se ha contado infinidad de veces, porque el arrojo, la valentía y la inteligencia de Blas de Lezo y el virrey Eslava fueron tan determinantes, tan grandes que ha quedado para la historia y los anales de las batallas casi imposibles de ganar. Pero se logró. El fracaso de la Armada inglesa, se mire desde el punto de vista que se mire, fue muy superior al de la Gran Armada de Felipe II.
En un informe que el virrey Eslava envió por Vía Reservada el 1 de junio de 1741 a José Quintana, expuso lo poco útil que fue la estrategia del vasco de hundir los navíos: “Todo el interés de Lezo estaba en hundir sus navíos para que no cayeran en poder del enemigo y resultase él responsable, y pretender tapar con los cascos hundidos los canales por donde Vernon tendría que meter sus barcos; pero hundieron todos los barcos mal, no solo los suyos, sino que hizo hundir además nueve barcos mercantes que había en el puerto, y semejante ruina no sirvió para nada, porque los que debían desfondarlos los abandonaron antes de tiempo y así los buques no se hundieron donde debían sino donde el viento los llevó, de manera que ninguno estorbó para la entrada de Vernon, quien llegó con sus barcos hasta la misma bahía de las Ánimas, el puerto de la ciudad”.
No obstante la victoria de las fuerzas españolas prolongó la supremacía militar española en el Atlántico occidental hasta el siglo XIX.
El rey Jorge II ordenó a los historiadores ingleses que no se escribiera nada de la derrota. Y así se ocultó a la historia.


A pesar de su profundo descrédito, a Vernon a su muerte en 1757 se le decidió enterrar su cuerpo en la Abadía de Westminster, como si fuera un héroe más de los que allí reposan.
Blas de Lezo corrió una suerte diferente. Blas quedó muy mal herido por los combates de Cartagena de Indias, murió cinco meses más tarde víctima de las heridas del combate. Y lo lamentable, nadie sabe dónde está enterrado, murió en Cartagena en septiembre de 1741.
Sebastián de Eslava tras la batalla, Felipe V lo ascendió a capitán general de los Reales Ejércitos en octubre de ese año. En 1754 fue nombrado ministro de la Guerra, cargo que ocupó hasta su muerte
Para los ingleses aquella costosa campaña quedaría como una retirada táctica. Al terminar la guerra del Asiento, en 1748 se retornó al statu quo anterior. La integridad territorial española permaneció como antaño. En 1750 Gran Bretaña renunciaría al Navío de Permiso y al Derecho de Asiento a cambio de 100.000 libras.
A pesar del potencial desplegado en todas sus campañas navales, los resultados fueron magros, por no decir nulos.
Existe un monumento al Almirante Blas de Lezo inaugurado por el entonces rey de España Juan Carlos I, acompañado por el embajador de Colombia del 2014.
También hay una fragata de la Armada Española con el nombre “Blas de Lezo”. Lezo está reivindicado como un héroe no solamente en su defensa de Cartagena de Indias, sino en anteriores batallas. 

lunes, 22 de abril de 2024

LA CONTRA ARMADA INGLESA

Hace ahora 435 años, en 1589, un año después del desastre de la Gran Armada de Felipe II, Inglaterra reunió una flota aún mayor que la española y que fue derrotada en los puertos españoles y portugueses. Se la conoce como la Contra-Armada y fue desastrosa para los intereses ingleses. Pero Inglaterra consiguió ocultar la vergonzosa retirada, en la que murieron 20.000 hombres, durante siglos. Sin embargo, el relato ha quedado como que tras la derrota de la Armada Española, se inició la caída del Imperio Español. Y nada más lejos de la realidad.
En 1589, Inglaterra reúne una flota de 200 navíos para dar un golpe definitivo a España.


A fin de arrojar luz sobre los acontecimientos que rodearon tanto a la Gran Armada Española  como a la Contra Armada se han reunido en abril de 2019 expertos ingleses, escoceses, portugueses y españoles en el primer congreso internacional dedicado a tratar de una manera científica estas aventuras militares: La Armada Española de 1588 y la Contra Armada Inglesa de 1589. Un congreso internacional para cubrir las dos orillas del conflicto, tanto investigadores españoles como ingleses, escoceses y portugueses abordando lo que pasó con la Armada Invencible y explicar a la población de todo el mundo qué pasó cuando la reina Isabel I envió una flota de barcos que llamamos la Contra Armada” pero con documentación y desde un punto de vista científico y académico. Sin ideologías ni nacionalismos.
Pese a que la intención primera de la Armada inglesa, comandada por Francis Drake y John Norris, es atacar Santander y acabar con la Armada Española, optan por atacar Galicia. A diferencia de la Gran Armada que Felipe II envía contra Inglaterra, que es una empresa nacional, pagada por la Corona, los ingleses, que tienen un criterio mucho más economicista, organizaron esta armada como una empresa particular. 


BUQUE INGLÉS 
La reina de Inglaterra puso sus dineros, Drake puso los suyos, junto con muchos banqueros ingleses para ver si obtenían beneficios. Mientras que la empresa española era un empresa Real o nacional, no orientada a dar beneficios. Los armadores que buscan beneficios priorizan el ataque a la entonces pequeña ciudad de La Coruña, de apenas 4.000 habitantes, en busca de un botín fácil.
Vayamos tomando nota de los enfrentamientos después del fracaso de la Invasión a Inglaterra:

HEROÍNA EN LA CORUÑA, MARÍA PITA 
1.- Ataque a La Coruña que se produjo desde el 4 al 19 de mayo de 1589. Los ingleses logran desembarcar pero son repelidos por la población civil. Fue una oposición y un enfrentamiento abierto en el que destacó la figura de María Pita.  Drake no consiguió tomar La Coruña, y lo necesitaba para reponer alimentos, un fallo que pagará muy caro. La peste y el hambre empiezan a hacer mucho daño a la empresa inglesa.
2.- Ataque a Portugal. Una vez en Lisboa, la Contra Armada quiere imponer en el trono a Antonio Prior de Crato. La flota inglesa es repelida por barcos españoles y portugueses.
3.- Ataque a la Isla de Flores. Este es el tercer objetivo militar y estratégico de Isabel I para la Contra Armada, tomar la plaza de las Azores para controlar las rutas a América. Pero no consiguieron llegar a las islas, una flotilla de galeras comandada por Martín Padilla lo evitó.
4.- En 1592 Pedro de Zubiaur vencía a un convoy inglés de 40 buques incendiando la nave capitana y capturando otros tres barcos.
5.- En 1593 en la batalla de Blaye derrotaba a una pequeña flota de seis buques ingleses hundiendo sus dos unidades principales.
6.- Entre 1595 y 1596, Drake y Hawkins murieron en las derrotas sufridas por los enfrentamientos de una expedición inglesa contra los asentamientos españoles en el Caribe, primero en Las Palmas de Gran Canaria y luego en diferentes localizaciones caribeñas.
7.- En 1595, cuatro barcos españoles comandados por Carlos de Amésquita desembarcaron en Cornualles, al oeste de Inglaterra, sin resultados, huyeron sin problemas de una flota enviada para destruirlos.
8.-En julio de 1596, una expedición angloholandesa dirigida por el II conde de Essex saqueó Cádiz, destruyendo la flota española fondeada en la bahía. Esta armada fue reorganizada y los ingleses no pudieron atacarla por otra tormenta en las costas gallegas.
9.- Entre junio y agosto de 1597, la flota inglesa organizó la expedición Essex-Raleigh a Ferrol y las Azores, donde no consiguió imponerse a la flota española de regreso de las Indias.
10.- Una nueva expedición española contra Inglaterra en octubre del mismo año fue desbaratada por un temporal en el canal de la Mancha
11.- Guerra del Designio de Occidente. En abril de 1655 se presentó ante Santo Domingo la flota inglesa. Se acercó la armada inglesa a atacar las defensas españolas para apoyar a sus tropas pero fue rechazada por la artillería española. Una semana después el ejército inglés volvió a marchar con intención de acercarse al fuerte de S. Jerónimo y plantar su artillería para batirlo. Nuevamente los españoles estaban esperando. Los ingleses consiguieron acercarse por la noche al fuerte y montaron una posición. Surgieron discusiones entre oficiales y tropa y nuevamente el ejército se retiró.  Los españoles se retiraron a la parte montañosa de la isla dedicándose a hacer una guerra de guerrillas. En su persecución, la fuerza inglesa fue azotada por enfermedades tropicales y el hambre. Especialmente grave fue la falta de agua potable. Las tensiones entre ejército y marina inglesas aumentaron todavía más por la falta de víveres. A finales de junio Penn embarcó de vuelta para Inglaterra, considerando unilateralmente su labor ya cumplida. Cuando llegaron a Inglaterra, Cromwell encerró a los capitanes una temporada en la Torre de Londres.


DUQUE DE MEDINA SIDONIA 
12.-  España rechaza al Príncipe de Gales como pretendiente  a la  hija del rey Felipe IV. Declaran la guerra. Parten de Plymouth el 15 de Octubre de 1625. Mal planificados, con pocas provisiones y con falta de preparación deciden atacar Cádiz. Muchas peripecias, tormentas y motines cuando llegan, Cádiz se abastecía con embarcaciones que partían desde Sanlúcar y Chiclana y cruzaban las líneas enemigas para surtir de víveres la ciudad.
Ante tal situación ni se plantean atacar la ciudad fortificada. La mañana del día 4 de noviembre se ordena la retirada dejando tras de sí 100 hombres a los que le podía más la resaca del vino de Jerez que el miedo al Duque de Medina Sidonia, los cuales fueron ejecutados sin demora . El día 7 salieron de Cádiz con mucha más pena que gloria. Las malas condiciones de las naves y falta de suministro hacen que el 26 de Noviembre decidan partir a Inglaterra. Regresaron ingleses y holandeses sin honores ni botín alguno.
13.-  La Guerra del Asiento. Con el pretexto de una afrenta sucedida siete años atrás, pretendían tomar las posiciones españolas en el Caribe, que daba enormes beneficios y aunque tenía Inglaterra el permiso para el Asiento de Negros, dado el Tratado de Utrech, querían monopolizar todo el comercio posible. Inglaterra reunió una formidable flota que salió de Jamaica y fondeó a principios de marzo de 1741 junto a la costa de Cartagena de Indias, la ciudad más importante del Caribe. El ejército inglés, comandado por el almirante Edward Vernon, trató de invadir Cartagena de Indias con 32.000 soldados y 3.000 piezas de artillería. Cartagena estaba defendida por 3.600 soldados y 6 navíos españoles. La batalla fue cruenta y hubo momentos en que casi todo estaba perdido para España, pero finalmente a los ingleses les fue imposible conquistar la plaza, pese a la enorme superioridad militar. El 9 de mayo, Vernon ordenó la retirada, levantar el asedio y volver a Jamaica. Había fracasado estrepitosamente. Los ingleses tuvieron 9.500 muertos, 7.500 heridos, perdieron 1.500 cañones y 50 naves.
La guerra continuaba abierta pero se demostró que la invasión era imposible y España era inconquistable. Se decretó secreto sobre esta derrota. Para Inglaterra fue un fracaso terrible. Es sorprendente que la versión internacionalista inglesa se haya impuesto durante siglos y nadie hablara de la Contra Armada.

ATAQUE A CARTAGENA DE INDIAS 
Los historiadores ingleses han pasado como por ascuas por el tema, y en España se conocía poco. La gran iniciadora de los conocimientos de la Contra Armada fue la profesora María Rodríguez Salgado, de The London School of Economics, que escribió en 1988 sobre la Contra Armada. Los historiadores del siglo XIX lo mencionan pero no profundizan en ello y, como quiera que los ingleses tampoco lo habían hecho, no se sintió la necesidad de hacerlo.
Es difícil comprender que los historiadores españoles, portugueses y franceses no hayan rescatado jamás estos episodios. Fueron un fracaso con un coste muy alto en número de vidas. Los historiadores no han sabido subrayar estos episodio de la Contra Armada, que para Inglaterra fue un palo muchísimo mayor que para España la Armada de Felipe II. Pero no fue un hecho glorioso, por eso los historiadores, y los historiadores militares, no lo han subrayado.
Frente al mito que manejamos, incluso los españoles, de que el fracaso de la Armada Española supuso el comienzo del hundimiento del Imperio español, en verdad ocurrió lo contrario. Tras estos episodios, Felipe II se dio cuenta de la importancia de tener una Armada más poderosa para el tráfico con las Américas, y eso supuso un rearme y la construcción de barcos aún mejores. La Armada  no supuso ninguna quiebra de ningún tipo ni en el comercio con América ni en la defensa de nuestros puertos.
El Imperio todavía viviría sus mejores años.
 

miércoles, 17 de abril de 2024

LA PIRATERÍA INGLESA CONTRA ESPAÑA

Inglaterra en el año 1500 era una isla pobre y sin industria. Poca población y viviendo en pequeñas aldeas, unos cuatro millones de personas. La inmensa mayoría viviendo en el campo. En muchas ocasiones una vida miserable por el abuso de los terratenientes. La gente huye de las aldeas buscando mejores condiciones de vida y de la esclavitud de los terratenientes. La única ciudad es Londres. Y miles de personas llegan a ella, buscando trabajo y deseando prosperar. No hay trabajo para todos y la única salida es el Mar, con las expediciones corsarias hacia América apoyada por algunos reyes. Una guerra encubierta en el mar que llegó a poner en peligro las colonias de América. Durante 200 años Inglaterra debilitó a España, sin declararle la guerra. Inglaterra reunía todas las condiciones para ser un nido de piratas. Un país pobre y atrasado si se compara con algunas zonas de Italia, Flandes y Países con numerosas colonias en todo el mundo y con un rico comercio internacional, como eran España y Portugal. Estos Países ricos estaban siempre escasos de marinos, ya que sus amplias rutas hicieron que necesitara una gran marina para poder conectar y abastecer a sus colonias. Sin embargo en Inglaterra sus marinos estaban ociosos y desocupados por el escaso comercio del país. Sin el comercio los marinos eran pobres, ociosos y para colmo ven barcos con ricas mercancías, por delante de sus ojos por el Canal de la Mancha pasaban todo tipo de mercancías. Flandes y en concreto Amberes era un centro comercial utilizado sobre todo por España y Portugal para distribuir sus productos por toda Europa del Norte y a la vez comprar paños y algunos productos industriales.

Portugal llevaba sus propios vinos, las tan valoradas especies, maderas y piedras preciosas traídas desde Oriente o Brasil. España sus vinos, los cereales del Mediterráneo, oro, plata y los sorprendentes productos de América. Ha habido hasta familias de tradición pirata. Todo un negocio con historia de generaciones dedicadas a la piratería. Estas familias algunas con generaciones en este lucrativo negocio, realizaban la compra del barco y su avituallamiento, sobornos a funcionarios, detalles monetarios para que los nobles hicieran la vista gorda y también pagaban a los piratas que eran los que realizaban el trabajo más peligroso. Con la mercancía robada se encargaban de la distribución en Londres o en otros puertos mediante sus encubridores para su venta respetable. Comerciantes de lo robado. Toda una tradición y una red encubierta para vender los productos robados por los piratas. Incluso llegaron a tener sus propios alojamientos durante su estancia necesaria mientras hacían las transacciones. 
Con la piratería se conseguía dinero rápido, fácil y prestigio social. El prestigio de la piratería y de sus principales jefes era conocido por todos. En las reuniones de la alta sociedad su participación era algo habitual. Con el dinero obtenido ascendían en la escala social y familias enteras controlaban el negocio. Otros famosos piratas ya procedían de familia noble y con la mejor educación. Con esta cultura, no nos debe extrañar que piratas célebres famosos incluso tan salvajes como Morgan fueran ascendidos a gobernadores. A otros corsarios se les recibía con honores dándoles un título nobiliario, ascendiéndoles de esta manera a la nobleza. Demasiado habitual era que los terratenientes apoyasen a  bandidos y piratas a cambio de una parte importante del botín. Y esto se convirtió en algo tan profesional que se financiaban todo un entramado burocrático para que no hubiera problemas con el negocio.


La piratería conseguía prácticamente no tener castigo. La corrupción llegaba a estar entre jueces y nobles que los protegían. Exceptuando algunos pocos casos la mayoría de los ataques piratas no fueron castigados. Sólo cuando los emprendedores por su cuenta eran capturados recibían las penas que les correspondía. 
Con las expediciones corsarias se enriqueció, a la vez que evitaba que el oro llegara a las arcas de la Corona Española. Inglaterra cada vez más rica, y España cada vez con más gasto por la necesidad de fortificar las colonias de americanas y mantener una marina de defensa de las costas. Tras el desastre del intento de invadir Inglaterra con la Gran Armada, Gran Bretaña se sintió segura. Obligó a España a invertir ingentes cantidades de oro, en las defensas de las Colonias de América. Se tuvieron que crear convoyes de escolta, para evitar la captura de los Galeones. Pronto hubo dos flotas defensivas permanentes. Una en el Caribe y otra en el sur de la Península Española, las cuales hacían las funciones de guardacostas. Esta piratería limitó enormemente el tráfico marítimo entre América y España, por la inseguridad que provocaban los ataques constantes de corsarios y piratas. Las embarcaciones sólo se atrevían a viajar agrupadas en convoyes con protección militar dos veces al año. Como parte de un acuerdo después de la Guerra de Sucesión Española, (1713) se le fue concedido a Inglaterra el Asiento de Negros por parte del gobierno de España para proveer esclavos en el nuevo mundo, abriéndole las puertas a traficantes y mercaderes británicos a los tradicionalmente cerrados mercados Españoles en América. Este arreglo también contribuyó fuertemente a la expansión de piratería por el oeste del Atlántico. 
El comercio en las colonias explotó al mismo tiempo que hubo una abundancia de marineros experimentados después de la guerra. Los mercaderes usaron esta excedente oferta de marineros para bajar los salarios y así maximizar sus ganancias, creando condiciones precarias dentro de sus embarcaciones. Los marineros de naves mercantiles, de moral baja y con las condiciones de vida que eran tan pobres que muchos marineros preferían una existencia libre como piratas. El volumen incrementado de navíos comerciales también creó un gran número de bandidos acechándolos. Aunque algunos detalles son regularmente omitidos, el impacto de la piratería en la cultura popular es difícilmente subestimado. Historia general de los robos y asesinatos de los más famosos piratas de Charles Johnson, es la principal fuente para las biografías de muchos piratas conocidos de la edad de oro, proveyendo también una imagen extensiva del periodo. Dando un estatus casi mitológico a personajes como Barbanegra y Calicó Jack, el libro marcó el estándar para representar las vidas de mucho piratas de la edad de oro; además de influenciar la literatura de Robert Louis Stevenson y J. M. Barrie. Trabajos literarios como La isla del tesoro y Peter Pan marcaron la imagen de los piratas que se tiene hoy en día. Películas como Pirates of the Caribbean y el anime/manga One Piece han trazado una imagen romántica sobre el ideal de la piratería.

Muchas afirmaciones y especulaciones sobre su imagen, vestimenta, código de etiqueta, etc. también atribuyeron a su misterio y leyenda. Por ejemplo, los hombre usaban aretes con el propósito de que su valor en oro o plata pagaran un entierro si se llegaban a perder en el mar y su cuerpo llegaba a la costa. Más recientemente, detalles menos acertados sobre la imagen de los piratas han ganado popularidad (por ejemplo el Día Internacional de Hablar como un Pirata). Sin embargo este fenómeno simplemente ha ayudado a expedir e implementar el romanticismo en el mito de la piratería. En la mayoría de los casos de los piratas a sueldo de las familias recibían ayuda si era necesario e intervenían las influencias o los sobornos. Era tal el entramado que tanto jueces como legisladores tenían su complemento de alguna forma. Sólo en ciertos casos cuando atacaron propiedades del gobierno o de altos aristócratas fueron castigados con la horca, aunque generalmente con una ligera pena quedaban libres. Y en lo que se refiere a ataques corsarios al exterior no había motivos para sentir ningún miedo las patentes de corso lo garantizaban. A diferencia del siglo XVII, a comienzos del siglo XVIII, los piratas ya no eran corsarios, es decir sus actividades no estaban promocionadas ni costeadas por sus respectivos gobiernos a cambio de su apoyo en la guerra. Ahora no eran considerados militares irregulares, sino simples ladrones que no creían en gobiernos ni leyes, solo querían riqueza, libertad y la oportunidad de ser alguien. Al principio, los piratas se componían mayoritariamente de antiguos corsarios y militares desempleados, pero, con el paso del tiempo, sus filas se nutrieron de marinos mercantes arruinados, esclavos fugitivos, forajidos y jóvenes aventureros. Todos ellos tenían una cosa en común: querían ser libres y sobre todo ricos, algo que en aquella época era casi imposible para la gente de condición humilde. La vida de los piratas siempre ha sido vista de forma romántica, héroes populares que decidían arriesgar su vida para tener una oportunidad de enriquecerse, personas carismáticas que no aceptaban las leyes de sus naciones, solo sus propias leyes. Pero dejando a un lado el aspecto romántico que nos ha trasmitido el cine y la literatura, la mayoría de los piratas eran idénticos a cualquier banda de asaltantes de tierra firme, solo querían obtener riquezas sin importarles la vida de las personas que robaban. Incluso había piratas que eran auténticos psicópatas que violaban, torturaban y mataban por simple placer. En el mar engañaban a sus víctimas, utilizando otras banderas. De esta forma se podían acercar lo más posible, sin levantar sospechas. Cuando ya estaban cerca de la nave, utilizaban la bandera pirata, para atemorizarlos y hacer que se rindieran. Algunos utilizaban la bandera negra como aviso. Si el barco no se rendía, sacaban la bandera roja, indicando que matarían a todos. Esto causaba pavor en las tripulaciones de los barcos. Los barcos que asaltaban eran normalmente mercantes, con escasa tripulación, y sin soldados. Por lo que no solían encontrar en ellas, gentes de armas, que pudieran ser auténticos rivales, en el combate. La fama romántica, aventurera y casi heroica que acompaña a los piratas en las novelas y películas, no hacen sino profundizar en la injusticia, en un latrocinio autorizado, fomentado y disfrutado por Inglaterra perjudicando durante siglos a España y Portugal, que además tiene como consecuencia para Inglaterra que ya los llevan en su ADN político, imperialista y comercial. Una pequeña relación de los corsarios más conocidos. SIR FRANCIS DRAKE (1540-1596). Corsario y Navegante. Desde muy joven navegó con John Hawkins, realizando viajes desde Europa a África y América, especialmente en expediciones de tráfico de esclavos y contrabando. Tras años de practicar la piratería y el tráfico de esclavos consiguió entrevistarse con la Reina Isabel I de Inglaterra que le aportó los más modernos y grandes barcos de Inglaterra y paso a ser corsario a su servicio. 


JOHN HAWKINS (1532-1595) Almirante y Corsario. Con una patente de corso de la reina Isabel I de Inglaterra realizó la segunda expedición en 1564 a bordo del Jesús of Lubeck, junto con otros tres navíos, con el propósito de vender esclavos africanos en Borburata en la costa de Venezuela, Curazao, Río Hacha y Cartagena de Indias. Al regresar a Inglaterra, gracias a los sustanciosos dividendos repartidos, fue honrado por la reina Isabel I con el título de caballero. SIR WALTER RALEIGH (1554-1618) Fue marino, pirata, corsario, escritor, cortesano y político inglés, que popularizó el tabaco en Europa y la patata en Inglaterra. Instaló una colonia en Virginia. Fue elegido miembro del Parlamento varias veces y gozó de gran influencia en la corte isabelina THOMAS CAVENDISH (1555-1592). Imitó las hazañas de Drake. Recorrió la Argentina y atravesó el estrecho de Magallanes llegando al Pacífico.

 

 

 

                                                                           

lunes, 15 de abril de 2024

ALCÁZAR DE TOLEDO

Es un edificio representativo de la arquitectura renacentista española.
Situado a 548 metros sobre el río Tajo, el Alcázar de Toledo domina el horizonte y las vistas panorámicas de la ciudad, además de ser uno de sus monumentos más importantes y visitados. Es una fortificación sobre rocas, ubicada en la parte más alta de la ciudad. Su privilegiada situación ha hecho de él un lugar de gran valor estratégico militar y así lo intuyeron los diversos pueblos que se asentaron en él. 


En el siglo III fue un palacio romano donde, tras la reconquista de la ciudad, establecieron el pretorio, sede del magistrado o pretor. Durante la época visigótica el rey Leovigildo estableció en él su capitalidad en el año 568. A partir de entonces se utilizaron las inmediaciones para “residencias regias” que se completaron con la construcción de las iglesias “pretorienses”, llamadas así por su proximidad al pretorio, como la de Santa Leocadia. Se cree que en esta iglesia están enterrados, flanqueando la tumba de la santa, los reyes Wamba y Recesvinto.
Su posición estratégica ha favorecido la ocupación humana durante milenios, existiendo vestigios de una fortaleza construida durante el período de dominación romana.
Las posteriores culturas establecieron aquí la residencia de sus dirigentes, es el caso de los visigodos y los musulmanes. Los visigodos aprovecharon esta zona y los musulmanes (711-1085) dotaron de singular importancia este espacio creando en esta zona el denominado “Alfizén” (Al-Hizan) Las últimas investigaciones arqueológicas realizadas en esta zona, con motivo de su adaptación a Museo del Ejército, arrojan nuevos datos sobre este período, con notables estructuras recuperadas.
Reconquistado Toledo por Alfonso VI, recupera el espacio del Alfizén musulmán dotándole de nuevas funciones y dependencias palaciegas. Los Reyes Católicos se alojan en Toledo en numerosas ocasiones, el Alcázar es más un palacio para la monarquía que un emplazamiento militar. Aun así, nunca perderá su importancia estratégica, y durante la Guerra de las Comunidades (1520-23), el Alcázar vuelve a ser objeto de disputa, siendo controlado en primer lugar por las fuerzas de Carlos I y posteriormente por los comuneros. 



El monarca propone un nuevo impulso para el degradado edificio y convoca para su construcción a algunos de los mejores arquitectos de la época y con Felipe II, Juan de Herrera construye la magnífica fachada sur. Cuando decide en 1561 trasladar la corte a Madrid, el Alcázar pierde su función palaciega y comienza una etapa de abandono y decadencia. Durante esta etapa será cárcel, cuartel de caballería, residencia para la madre y para la viuda de Carlos II.
No volverá su función militar hasta la guerra de Sucesión, en el siglo XVIII, siendo convertido de nuevo en cuartel por el archiduque Carlos de Habsburgo. A consecuencia de esta función militar, sufre hacia 1710 un violento incendio, que no sería el único ya que en el siglo siguiente se repetiría, durante la ocupación francesa (1810).


Hacia 1875 será sede de la Academia de Infantería hasta la Guerra Civil (1936-1939) fue que utilizado como punto de resistencia de la Guardia Civil y resultó prácticamente destruido por las tropas republicanas y los milicianos. Un asedio desde el 21 de julio al 27 de septiembre de 1936. Fue liberado ese día por las tropas nacionales. El franquismo sacó provecho con la publicidad  del heroísmo de sus tropas.
En 1961 se finalizan las obras de reconstrucción y se reabre con un pequeño museo dedicado al “Asedio” y algunas funciones militares.
Durante el actual período Democrático (1998), se adecua parte del edificio para alojar la “Biblioteca de Castilla-La Mancha”, hoy en pleno funcionamiento. A partir de entonces, el Gobierno de Castilla-La Mancha inicia las gestiones en colaboración con el Central para alojar en las dependencias vacías del Alcázar el actual “Museo del Ejército”, abriendo sus puertas en el verano de 2010. En el interior se ubica hoy en día la exposición permanente distribuida entre 13 salas temáticas y 8 salas históricas ordenas cronológicamente.



Se puede visitar la sección de armas de fuego, armas blancas, armas defensivas, munición, artillería, uniformes, insignias, vexilia, fotografía, pintura, escultura, etnografía, numismática, maquetas o vehículos.

BATALLAS NAVALES CONTRA INGLATERRA SIGLOS XVI Y XVII

Durante el siglo XVI, la rivalidad entre España e Inglaterra fue muy recurrente. Estamos acomplejados porque nos quedamos con verdades a medias, pero no podemos olvidar que somos de los países que mejor nos ha ido contra los británicos. Pero si algo diferencia sus derrotas del resto es su tendencia a esconder estos fracasos, como ocurrió en Cartagena de Indias. Lo que ha faltado en España es el interés por leer y estudiar estos episodios. Hemos permitido durante demasiado tiempo que nuestros enemigos escondieran los méritos españoles. Eso es culpa nuestra. Si hiciéramos caso a Hollywood que los británicos son invencibles en el mar. Pero es completamente falso.  Cualquier inglés o español al que le pidamos que cite tres derrotas de la Armada española, si es mínimamente conocedor de la historia, lo hará sin muchas dificultades: la Armada invencible, Trafalgar y la Guerra de Cuba. Si pidiéramos lo mismo sobre la Royal Navy sería casi imposible encontrar siquiera tres. Derrotas inglesas que hoy día parecen estar recuperándose del olvido, como Cartagena de Indias, la Contra armada o Tenerife, hasta otras confrontaciones desconocidas para el gran público como Veracruz, Atacames, Cádiz o el Raid del Medway. Entre las más ignoradas tenemos la Incursión Castellana de 1380, cuando Fernando Sánchez de Tovar logró penetrar por nada menos que hasta el Támesis.

Isabel I de Inglaterra era hija de enrique VIII, la bestia parda que se lio con Ana Bolena dejando de lado a su mujer, Catalina de Aragón, que era nieta de nuestros reyes católicos, o lo que es igual, hermana del Emperador Carlos. El caso es que antes que ella había reinado María Tudor, que era hija la primera hija de Enrique y la única de Catalina. María Tudor como buena hija de española era cristiana apostólica romana, no protestante como había instituido su padre para divorciarse. Con lo cual además de volver al cristianismo de Roma, también se casó con nuestro Felipe II. Y aunque no parezca, Felipe fue rey, consorte, de Inglaterra antes que de España. Pero no tuvieron hijos. Y María Tudor reinó desde 1553 hasta su muerte en 1558. Con lo cual al morir ella, Felipe ya no pintaba nada en Inglaterra. Y el problema estaba aquí, en la sucesión, porque de haber tenido un hijo todo hubiera cambiado, pero heredó Isabel, que si el padre era un animal la hija los tenía cuadrados. Y volvieron las cosas de la religión donde habían quedado antes de María, es decir a las reformas religiosas sin la autoridad del papa de Roma.

Isabel además de palmar en Holanda varias veces tuvo la feliz idea de apoyar a un ladrón de los mares como Francis Drake. Ya sabemos que en el amor y en la guerra todo vale, y eso lo debió haber pensado Isabel porque echó mano de lo que sea para defender lo suyo. Concedió numerosas “patentes de corso”, que era una especie de licencias pata convertir un oficio deplorable como era la piratería en su servicio útil al pueblo inglés. Así, contó con una armada formada por piratas “por cuenta ajena”. Por tanto, asaltar los buques españoles, asesinar a su tripulación y robar su mercancía ya no era un execrable crimen, sino que era una forma de servir a Dios y a su sagrado pueblo anglicano, puesto que se limpiaba el mar de católicos españoles. Además, esta práctica ayudaba a sanear las finanzas de Inglaterra, que era, casualmente también, la nación predilecta de Dios según la nueva religión. Pero claro, Felipe II gobernaba la gran potencia del mundo de entonces que era España, y eso de robar y asaltar galeones españoles no estaba bien visto. Felipe tenía ganas de dejarse de mamandurrias y asaltar Inglaterra entera. Necesitaba una razón de peso para ello. Y llegó, se enteró que había una conspiración para asesinar a Isabel y coronar a María Estuardo, que era cristiana. Fue descubierto el complot y aunque al principio se resistió, Isabel terminó por ordenar la ejecución de María, que en su testamento cedió todos sus derechos al trono inglés a Felipe II. María fue ejecutada en febrero de 1587. Y es aquí donde podemos decir que se inicia la guerra naval entre España e Inglaterra. 

FRANCIS DRAKE 

Aunque la guerra comenzó en 1585. En octubre de ese año Drake, saqueó Vigo y Santiago de Cabo Verde, además de intentar hacer lo mismo en La Palma, donde el asalto no tuvo éxito; cruzó a las Indias Occidentales capturando Santo Domingo y Cartagena de Indias, por cuya devolución exigió a las autoridades españolas el pago de un rescate, y San Agustín (en la Florida). Irritado por estos ataques, Felipe II mandó armar una gran flota con la misión de invadir Inglaterra. La ejecución de María I de Escocia en febrero de 1587 ultrajó a los católicos de la Europa continental. Su reivindicación al trono fue heredada por Felipe, que era viudo de María I de Inglaterra. En julio del mismo año, Felipe recibe autorización del Papa Sixto V para deponer a Isabel, que ya en 1570 había sido excomulgada por Pío V. Luego vino la victoria inglesa en Cádiz en 1587. La flota inglesa de Francis Drake destruyó la armada española fondeada en la bahía. Desembarcó en el Algarve destruyendo varias fortalezas, atacó la flota de Álvaro de Bazán amarrada en Lisboa, y poniendo rumbo a las islas Azores. En el transcurso de la expedición la flota inglesa consiguió destruir más de 100 barcos españoles, retrasando los planes españoles de invasión más de un año. Felipe II con este asunto y con que quería acabar con la piratería inglesa y sus constantes incursiones en las posesiones hispánicas, al tratarse Inglaterra de una isla de poco menos de 3.000.000 de habitantes, de los cuales menos de un cuarto se encargaban de su protección, una fuerza militar anticuada y falta de experiencia, Felipe II estimó que un pequeño contingente sería suficiente para someter en pocas semanas todo el país. Ya en el capítulo anterior hemos hablado de la “Gran Armada”, que al ser derrotada los ingleses la bautizaron “La Armada Invencible”, quedándose este nombre irónico incluso entre los españoles para siempre. ¡Seremos idiotas! La armada dirigida por el duque de Medina-Sidonia atacó a la flota inglesa liderada por Charles Howard en el canal de la Mancha. Las condiciones climatológicas adversas y los enfrentamientos con la flota inglesa provocaron la derrota en la que realmente los ingleses solo provocaron el hundimiento de un solo navío español. El resto lo hicieron la circunstancias climatológicas y la mala cartografía. La Contra armada inglesa, desplegó unas 160 naves de varios tipos y perdió 40 navíos entre hundimientos y capturas causando fuertes pérdidas en las arcas inglesas. A la vez permitió la reconstrucción de la flota española. Ayudados por corsarios, los ingleses continuaron con sus robos en alta mar. Pero un sistema de escolta frustraron los ataques. Expediciones de piratas como Martin Frobisher y John Hawkins fueron derrotadas. El navío “Revenge” uno de los más importantes de su marina fue apresado cerca de las Azores en la Batalla de Flores (1591), cuando una flota inglesa pretendía capturar la Flota de Indias. En 1592 Pedro de Zubiaur vencía a un convoy inglés de 40 buques incendiando la nave capitana y capturando otros tres barcos. En 1593 en la batalla de Blaye derrotaba a una pequeña flota de seis buques ingleses hundiendo sus dos unidades principales. Entre 1595 y 1596, Drake y Hawkins murieron en las derrotas sufridas por los enfrentamientos de una expedición inglesa contra los asentamientos españoles en el Caribe, primero en Las Palmas de Gran Canaria y luego en diferentes localizaciones caribeñas. En 1595, cuatro barcos españoles comandados por Carlos de Amésquita desembarcaron en Cornualles, al oeste de Inglaterra. También huyeron sin problemas de una flota enviada para destruirlos. En julio de 1596, una expedición angloholandesa dirigida por el Robert Devereux, II conde de Essex saqueó Cádiz, destruyendo la flota española fondeada en la bahía. Esta armada fue reorganizada y los ingleses no pudieron atacarla por otra tormenta en las costas gallegas. Entre junio y agosto de 1597, la flota inglesa organizó la expedición Essex-Raleigh a Ferrol y las Azores, donde no consiguió imponerse a la flota española de regreso de las Indias. Una nueva expedición española contra Inglaterra en octubre del mismo año fue desbaratada por un temporal en el canal de la Mancha. El sucesor de Felipe II, al morir éste, continuó la guerra. 


FELIPE II 

Felipe III de España en mayo de 1600 se iniciaron conversaciones de paz en Boulogne-sur-Mer, que resultaron fallidas. Las tropas españolas serían derrotadas a comienzos de 1602 en la batalla de Kinsale, con la coalición perdiendo 1200 hombres, entre ellos 90 españoles, forzando así su regreso a España y dejando como prioritaria la consecución de sus objetivos en Flandes. Tras la muerte de Isabel I en 1603, su sucesor Jacobo I de Inglaterra firmó en 1604 el tratado de Londres con Felipe III, mediante el cual ambos países acordaban el fin de la guerra. El resultado para España fue mucho más positivo. Fue la principal potencia europea en el siglo XVII, hasta que las derrotas contra Francia en la guerra de los Treinta Años y el ascenso del poderío naval holandés acabaron reduciéndola a una potencia más. Pero para Inglaterra llegaría el más grande de todas sus derrotas, la del asedio de Cartagena de Indias. Esto se enclava ya en otra guerra y el sitio acaeció en mayo de 1741. El almirante inglés Edward Vernon atacó con éxito Portobelo en panamá. La plaza solo contaba con 700 hombres. Realmente Inglaterra pretendía cortar la comunicación española y el comercio entre el Virreinato de Nueva España y Nueva Granada. Para terminar por dificultar las posibilidades de navegación entre América y España. Con este triunfo y ante un clima de euforia y aprovechando un hecho extraño. Un capitán español capturó una nave inglesa dedicada al contrabando en el mar Caribe. El capitán inglés, de apellido Jenkins, fue llevado ante el capitán español. Este le cortó la oreja, pero le perdonó la vida. Eso sí, le mandó un mensaje el rey de Inglaterra Jorge II, que decía básicamente que le hubiera cortado también la oreja al rey, si lo hubiese capturado también. Jenkins guardó su oreja en alcohol y volvió eventualmente a Inglaterra. Contó lo acontecido a todos, incluso a la prensa inglesa. El rey, cuando oyó de dicho incidente, montó en indignación. Y esto hizo que se le llamara “La batalla de la oreja de Jenkins” Las incendiarias proclamas de un parlamentario, decidieron dar un golpe decisivo, para lo que reunió una formidable flota de 186 buques, con 27 600 hombres, armada con 2000 cañones, que salió de Port Royal (Jamaica) y fondeó a principios de marzo de 1741 junto a la costa de Cartagena de Indias, la ciudad más importante del Caribe. La ciudad estaba defendida militarmente por Blas de Lezo, marino con experiencia en batallar con los británicos y los piratas africanos, que disponía solamente de unos 3600 hombres y de una flota de seis buques solamente. El asedio y la batalla se ha contado infinidad de veces, porque el arrojo, la valentía y la inteligencia de Blas de Lezo fueron tan determinantes, tan grandes que ha quedado para la historia y los anales de las batallas casi imposibles de ganar. Pero se logró. Blas de Lezo, manco, cojo y tuerto, con sólo seis barcos y la décima parte de hombres, derrotó a la Armada de Vernon, que fue un desembarco solo superado en la historia por el de Normandía de la II Guerra Mundial. El fracaso de la Armada inglesa, se mire desde el punto de vista que se mire, fue muy superior al de la Gran Armada de Felipe II.

lunes, 8 de abril de 2024

LA INQUISICIÓN ESPAÑOLA

La Inquisición medieval fue fundada en 1184 en la zona de Languedoc, el sur de Francia. Tras la publicación en 1231 de la bula de Gregorio IX titulada “Excommunicamus”, estableció formalmente el tribunal de la Inquisición haciéndola depender directamente del pontífice y nombrando a los padres dominicos como inquisidores, estableciendo que los herejes fueran entregados al brazo secular para su castigo.
El concilio de Tarragona de 1242 estructuró definitivamente el tribunal de la Inquisición en Aragón.

TORQUEMADA ANTE LOS RR.CC. 

Esta fue el primer Tribunal de la Inquisición, que todavía no se instituyó en Castilla.  Pero  la orden de los padres dominicos  en los tribunales inquisitoriales no evitó, sin embargo, que la Inquisición actuase en Aragón para combatir la apostasía de algunos frailes de dicha orden mendicante. La introducción de la “Inquisición nueva” en Aragón fue empeño especial de Fernando II quien forcejeó con el papa varios años, entre licencias y derogaciones. Fue establecida por Fernando en Aragón como herramienta de persecución de la herejía y las disidencias. El tribunal de Zaragoza se fundó en 1482, y tenía competencias sobre el territorio aragonés y Lérida, aunque Teruel estaba excluida. En 1483 fue nombrado Torquemada inquisidor general, a la vez que de Castilla, de los reinos de Aragón, Cataluña y Valencia. La oposición le fue intensa desde el primer momento, no sólo por la abundancia de conversos y el apego de los frailes dominicos a sus privilegios en la amortiguada Inquisición anterior, sino por el de los aragoneses a sus Fueros, en peligro de infracción ante este entrometimiento castellano.
Inquirir significa averiguar, preguntar. Éste era el objetivo primero del Santo Oficio. Averiguar sobre la verdad de la herejía de una persona, y si las denuncias presentadas eran verdad y no se trataba de venganzas personales. Al recibir una denuncia había una investigación siempre secreta. Si se comprobaba que la denuncia no tenía fundamento, al denunciante le multaban y hubo miles de denunciados que jamás supieron que habían estado en el punto de mira y que las denuncias habían sido archivadas
El Santo Oficio fue creado en Castilla para combatir los focos judaizantes que se habían localizado en el arzobispado de Sevilla.


El cristianismo es una fe que se proclama “dogma de fe”. Norma desde el rey hasta el último morador. Al comienzo del reinado de Fernando e Isabel, judíos y musulmanes formaban comunidades propias, pero habitaban en tierra ajena. Tenían casas de oración, sus leyes y autoridades y escuelas. Tenían permiso del rey para ello esto desde hacía siglos. Abonaban un impuesto (paira) y no podían formar parte de las instituciones. Los musulmanes eran invasores y los judíos al no ser cristianos, el pueblo llano los rechazaba pues no olvidaba que fueron los que rechazaron a Jesús y lo hicieron crucificar y también convinieron acuerdos con los musulmanes en su invasión en el siglo VIII. Y esos cristianos se consideraban herederos de los reyes godos y descendientes de Roma. Por esto es por lo que se dice que “Soy cristiano, apostólico romano”.
Todo esto es importante para entender los hechos. Si se pierde este punto de vista, tan alejado de nosotros en nuestros días, no podremos comprender los hechos sucedidos, sus porqués y las decisión que se tomaron. 
A partir de las serias revueltas de 1391 en adelante, los conflictos eran cada vez mayores, alcanzando hasta la desconfianza a los nobles y reyes. Es por esto por lo que se obligó a la conversión a los judíos, para evitar tantos problemas en la sociedad de entonces. Era lógico entonces crear un organismo que averiguara si esta situación de falsa conversión era cierta en cada acusación. Por ello es por lo que en 1478 se creó el “Santo Oficio de la Inquisición”, en decir, que “averiguaba”, “inquiría”. Y se descubrió que entre los conversos había todo tipo de actitudes religiosas, desde los sinceros cristianos hasta los más recalcitrantes judíos que continuaban con sus costumbres y ritos, denunciados y rechazados por los cristianos. Estaba claro que la situación era insostenible. Los cristianos viejos seguían protestando por el posible engaño de los conversos y porque consideraban un insulto grave la existencia de conversos que continuaban con su religión a escondidas.

Es evidente que el año 1492 contempla cuatro acontecimientos singulares, la toma de Granada. La entrega de la ciudad de Granada marcó la que podemos considerar como la cúspide del reinado. Sin embargo, el Reino de Granada seguía contando con una población que era mayoritariamente musulmana. Isabel emprendió un intenso trabajo de adoctrinamiento para conseguir que se produjesen numerosos bautismos. Fray Hernando de Talavera ocupó la sede arzobispal, recién creada, el cristianismo había estado prohibido en Granada hasta entonces y el Papa otorgó a los Reyes un derecho de patronato sobre las diócesis que se fueran creando, de modo que ellos escogían los obispos. Es el mismo sistema que se aplicaría luego en América, recién descubierta ese mismo año.
La Inquisición ya había sido establecida en 1478, por los reyes con el fin de mantener el catolicismo más puro en todos sus territorios. Fue creada para actuar como tribunal con el fin de descubrir y someter a juicio a los herejes. Esto conllevó al crecimiento del odio entre judíos y cristianos, ya que cuando una persona tenía una rencilla con algún vecino o conocido, lo acusaba directamente de ser judío para llevarlo a juicio y complicarle la vida. De este modo, aumentó notablemente el número de denuncias falsas y acusaciones por ser judío. Tanto el gobierno, como los demás funcionarios proclamaban que era importante expandir el catolicismo real. Por ello, promulgaron leyes para prohibir los matrimonios mixtos entre cristianos y judíos o judíos conversos, ya que ensuciaban la pureza de la sangre. A raíz de este rechazo continuo y creciente, muchos judíos que no renunciaron a su fe fueron asesinados y otros muchos expulsados del país. Con ellos, se fue buena parte de la cultura y de las tradiciones que hasta ese momento había habido en el territorios.  Pero los judíos eran una amenaza para la monarquía y los Reyes Católicos vieron en la Inquisición el medio para eliminar la fuente de uno de sus mayores problemas.


Lo cierto es que el Tribunal del Santo Oficio en España era más garantista que la Justicia ordinaria. La Institución consagró la figura del abogado de oficio, quizá existiera ya, pero con su uso en esta institución quedó para siempre. Sepamos que el primer Tribunal inquisitorial para juzgar delitos contra la fe, no fue español, sino que nació en Alemania, en 1220 a petición del emperador Federico II, que reinaba también en el sur de Italia y en Sicilia. Lo creó el papa Honorio III. La herejía paso a ser un delito de atentado contra el rey, es decir contra el Estado, castigado con la pena de muerte en la hoguera., por lo que esas ejecuciones no fueron contabilizadas como ordenadas por la Inquisición local, sino por la Justicia Ordinaria.
La Santa Inquisición en España fue estructurada desde el principio como un tribunal subordinado directamente a la Corona. Ofrecía unas garantías procesales más amplias que los tribunales ordinarios y, de hecho, ejecutaba bastante menos. Recurría a la tortura en escasas ocasiones, y siempre bajo supervisión de un inquisidor que tenía orden de evitar daños permanentes, a menudo junto a un médico, en contraste con las salvajes torturas aplicadas por la autoridad civil. El desarrollo de la tortura era registrado escrupulosamente por los secretarios, incluyendo los quejidos y exclamaciones proferidas por las víctimas. Además, el Santo Oficio tenía un manual de procedimiento que prohibía muchas formas de tortura usadas en otros sitios de Europa y por los tribunales ordinarios. En cuanto a las manidas torturas admitidas en todos los sistemas judiciales de Europa hasta hace dos días, estaba terminantemente prohibida la efusión de sangre. Un físico estaba presente en los interrogatorios, que se detenían en cuanto saliera aunque fuese una gota de sangre por la nariz, cosa que los tribunales civiles era algo común. Salvo raras excepciones, se empleaban artilugios de tortura. Las confesiones obtenidas durante el tormento no eran válidas por sí mismas y debían ser ratificadas, fuera de él, en las veinticuatro horas siguientes.
Entre los reos finalmente condenados, los castigos podían ir desde una multa económica, servir en galeras como remeros durante un tiempo específico, penas de prisión o, en los casos más graves, ser quemados vivos.
La Inquisición en España, es propaganda británica y holandesa más que nada. Parece mentira que aún haya gente que se sienta identificada y crean que tienen algo que ver con la que gente que nació 500 o 700 años atrás, culpando o ensalzando.
Desde que se creó la Inquisición en España, en 1478 hasta que se abolió, en 1834, (356 años) ha habido 341.000 procesos documentados con la ejecución a 31.912 personas. Es decir algo más de 7 al mes. También indica que sólo el 10%  eran ejecutados. Pero estamos hablando desde el siglo XV al XIX. Para aquellos tiempos no eran cifras tan alarmantes. En la actualidad, en el país modelo de democracia en el mundo, EE UU, desde 1976, año en que la Suprema Corte reimplantó la pena de muerte, se ha ejecutado a 1.462 personas hasta diciembre del 2017. Es decir casi 4 al mes. En Inglaterra el Tudor persiguió con saña a los católicos. En Francia los gabachos se cargaron en una sola noche a más hugonotes que todos los que fueron quemados en autos de fe, y las brujas fueron perseguidas sin piedad en Alemania y Centroeuropa.
Aparecieron herejías en el sur de Francia y en el norte de Italia, la albigense y la valdense. Calvino a mediados del siglo XVI se había erigido en el principal dirigente del protestantismo europeo, capaz de hacer frente a la Contrarreforma católica que defendía nuestro Carlos V, en Emperador del Sacro (Sagrado) Imperio romano. 
El calvinismo superó pronto en influencia al luteranismo. Calvinista fue el protestantismo dominante en Suiza y en Holanda, así como el de los hugonotes franceses, los presbiterianos escoceses, ingleses y otras comunidades como Hungría, Polonia y Alemania. Pues durante su mandato en Ginebra fueron enviados a la hoguera unas 500 personas en 23 años, entre ellos el aragonés Miguel Servet, una ciudad con 100.000 habitantes. Casi 22 personas al año y un 0,5% de la población.
Mientras que en España, Henry Kamen, historiador hispanista  británico considera que hasta desde la aparición de Torquemada en 1483 hasta 1530, (47 años) el número de personas ejecutadas por la Inquisición española fue alrededor a dos mil (42 cada año). Esto en toda España, que tenía una población del orden de 7 millones de habitantes, (Un 0,03% de la población)
En Ginebra existe un monumento de varios metros de alto de Calvino. Si tuviéramos un monumento, aunque fuera pequeño a Torquemada sería un escándalo impresionante y en Ginebra lo tienen con mucho orgullo, ya que fue un defensor de su religión.
Alemania, Suecia, Inglaterra, Holanda, Bélgica, países de religión protestantes no se quedaron atrás. A diferencia del Tribunal español los sentenciados por su Inquisición siempre fueron delitos contra el Estado, por lo que no se contabilizan las muertes en la hoguera por decisión de la Inquisición.
Desde que se creó la Inquisición en España, en 1478 hasta que se abolió, en 1834, (356 años) ha habido 341.000 procesos documentados con la ejecución a 31.912 personas. Es decir algo más de 7 al mes. También indica que sólo el 10%  eran ejecutados en vida, otros lo eran con la persona fallecida, por lo que la sentencia era simbólica, realmente eran estatuas en representación de los reos. Pero estamos hablando desde el siglo XV al XIX. Para aquellos tiempos no eran cifras tan alarmantes. En la actualidad, en el país modelo de democracia en el mundo, EE UU, desde 1976, año en que la Suprema Corte reimplantó la pena de muerte, se ha ejecutado a 1.462 personas hasta diciembre del 2017. Es decir casi 4 al mes. En Inglaterra el Tudor persiguió con saña a los católicos. En Francia los gabachos se cargaron en una sola noche a más hugonotes que todos los que fueron quemados en autos de fe, y las brujas fueron perseguidas sin piedad en Alemania y Centroeuropa. En España, el número de "candorosas herboristas” ejecutadas fue ridículo en comparación. Teniendo en cuenta que se dedicaban sobre todo a practicar abortos, preparar venenos que vendían. Los que acaban en la hoguera eran pocas, las que se negaron hasta el último momento de abjurar de sus herejías a pesar de haber tenido cien veces oportunidad de hacerlo. Las cifras demuestran que la caza de brujas fue un problema ajeno al Mediterráneo. Según cálculos del historiador alemán Wolfgang Behringer, la persecución provocó en toda Europa entre 40.000-60.000 víctimas, donde 500 corresponden a la suma de las ejecutadas en España, Portugal e Italia (exceptuando las regiones alpinas de lengua italiana). En esta cifra, correspondiente a la primera parte de la Edad Moderna, Francia habría ejecutado a 4.000 y Alemania al menos a 25.000.
Y lo más importante para tener en cuenta es que la religión, el estado y la política estaban unidos como casi un solo estamento. En toda Europa. La religión del rey era obligatoria para todo el reino.

TRATADOS CON PORTUGAL A RAÍZ DEL DESCUBRIMIENTO

Para entender los acuerdos entre el reino de Portugal y el de Castilla-León, hemos de remontarnos a la Guerra de Sucesión Castellana entre a...