domingo, 16 de octubre de 2016

FECHAS Y HECHOS DE LA TRANSICIÓN ESPAÑOLA

22/07/1969 FRANCO DESIGNA A JUAN CARLOS COMO FUTURO REY DE ESPAÑA 
20/12/1973 ATENTADO A CARRERO BLANCO 
20/12/1973 PRESIDENTE - TORCUATO FERNANDEZ MIRANDA 
31/12/1973 PRESIDENTE - CARLOS ARIAS NAVARRO HASTA EL 1 JULIO 76 
20/11/1975 MUERTE DE FRANCO 
12/12/1975 ADOLFO SUAREZ - MINISTRO. SECR. GRAL MOVIMIENTO 
28/01/1976 ARIAS INICIA TIMIDA APERTURA ANCLADO EN EL FRANQUISMO 
09/06/1976 SUAREZ DISCURSO Y APROBACIÓN LEY ASOC. PARTIDOS POLITICOS 03/07/1976 SUAREZ PRESIDENTE 
 30/07/1976 SUAREZ LEY DE AMNISTÍA 
10/09/1976 SUAREZ EN TV- LEY REFORMA POLITICA 
16/10/1976 APROBADO EL PROYECTO DE LEY P/ REFORMA POLITICA ANTE EL CONSEJO NACIONAL DEL MOVIMIENTO 
16/11/1976 APROBADA LEY PARA REFORMA POLITICA POR LAS CORTES FRANQUISTAS 
15/12/1976 REFERENDUM PARA LA LEY DE LA REFORMA 
10/01/1977 SUPRESIÓN DEL TRIBUNAL DE ORDEN PUBLICO 
01/04/1977 SUPRIMIDA LA SECRETARIA GRAL. DEL MOVIMIENTO 
15/06/1977 PRIMERAS ELECCIONES 
22/07/1977 SUAREZ GANA LAS PRIMERAS ELECCIONES DEMOCRÁTICAS 
09/09/1977 LEGALIZADO EL PARTIDO COMUNISTA 
10/10/1977 FIRMA DE LOS PACTOS DE LA MONCLOA 
27/09/1978 PROMULGACION DE LA CONSTITUCIÓN ESPAÑOLA 
06/12/1978 APROBADA POR REFERENDUM  LA CONSTITUCIÓN ESPAÑOLA 
01/03/1979 ELECCIONES GENERALES GANA LA UCD DE SUAREZ 
29/01/1981 ADOLFO SUAREZ DIMITE COMO PRESIDENTE 
23/02/1981 INTENTO DE GOLPE DE ESTADO 
25/02/1981 PRESIDENTE LOEPOLDO CALVO-SOTELO

 

viernes, 14 de octubre de 2016

LA TRANSICIÓN ESPAÑOLA III

EL 3 de julio de 1976  se dio a conocer el nombre del nuevo presidente del gobierno: Adolfo Suárez. La decisión sorprendió tanto a políticos como a la opinión pública, ya que Suárez era prácticamente desconocido. Dos días antes había dimitido Carlos Arias Navarro, cuya lentitud en las reformas e inmovilismo político deterioraron su relación con el rey desde que éste accedió a la jefatura del Estado en 1975. La elección de Juan Carlos recayó en un político joven y ambicioso, pero que tenía experiencia y conocía bien el funcionamiento del régimen franquista. Entre los dos procedieron en los meses siguientes al desmantelamiento del franquismo y a poner las bases de una nueva democracia española. El guión a seguir, en lo fundamental, estaba escrito por Carrero Blanco, ampliado por Fraga, luego otra redacción por Torcuato Fernández. Era necesario asegurarse que la unidad del pueblo aprobase una monarquía que aunara y asegurase la paz y una forma de gobierno. No se buscaba la continuidad del régimen, que de hecho, había cambiado mucho ya en vida del Dictador. Muy poco se parece el régimen de la primera parte de la dictadura a la segunda, que empieza en los 60 con la puesta en marcha de la industrialización y otros aspectos sustanciales de la economía y que termina con la muerte del dictador. El diseño de Carrero, con el Rey como continuidad y cambio del régimen, estaba apoyado por algunos miembros y por el propio Franco, que nunca pensó en otro rey que Juan Carlos. El cambio lo ejecutó Suárez con guión de Torcuato Fernández Miranda. Arias Navarro y algunos otros fueron obstáculos en un camino claramente trazado desde el franquismo y que, en realidad, era el único posible para un cambio de régimen incruento y sin revanchismos de guerra-civilistas. Suarez, como presidente del gobierno, todavía franquista, elaboró la Ley Fundamental para la Reforma Política que, no sin tensiones, fue finalmente aprobada por las Cortes franquistas y sometida a referéndum el día 15 de diciembre de 1976, se promulgó el 4 de enero de 1977. Esta norma contenía la DEROGACIÓN tácita del sistema político franquista en sólo cinco artículos y una convocatoria de elecciones. Eran las primeras desde la Guerra Civil. La coalición Unión de Centro Democrático (UCD) liderada por Adolfo Suárez resultó la candidatura elegida, sin mayoría pero fue la encargada de formar gobierno. A partir de ese momento comenzó el proceso de construcción de la democracia en España y de la redacción de una nueva constitución. Enseguida se iniciaron lo que se dio en llamar “Los Pactos de la Moncloa”, que fueron firmados durante la transición española en de octubre de 1977, comprometiéndose a su desarrollo el Congreso de los Diputados y en el Senado, entre el Gobierno de España de la legislatura constituyente, los partidos políticos con representación parlamentaria, las asociaciones empresariales y el sindicato Comisiones Obreras, la Unión General de Trabajadores y la CNT, con el objetivo de llegar a una estabilización del proceso a la democracia plena y también conseguir adoptar una serie de políticas de orden económico para contener la hiperinflación que sufría el país que llegaba a más del 25%. Una vez elaborada la Constitución se sometió a referéndum, fue ratificada por el pueblo el 6 de diciembre de 1978, siendo posteriormente sancionada por el rey Juan Carlos  entrando en vigor el 29 de diciembre. Las Comunidades Autónomas se recogen en la Constitución del 1978. El artículo 2 reconoce y garantiza el derecho a la autonomía de las regiones y nacionalidades que componen la Nación. En cambio el mapa autonómico de España es fruto de los pactos autonómicos de 1981 y 1992, que nunca refrendado ni llevados a las Cortes. Tras la dimisión de Adolfo Suárez y el intento de golpe de Estado del 23-F se marca un punto de inflexión en la política autonómica que exige actuar con acierto para encauzar la situación. En julio de 1981, Leopoldo Calvo-Sotelo, presidente del Gobierno, y Felipe González, líder del PSOE, plasman las conclusiones de dicho informe en los primeros pactos autonómicos. Suarez obtuvo un éxito con el Referéndum para la Reforma Política, su triunfo electoral en 1977, con la redacción y votación de la Constitución en 1978 y con las elecciones y nueva victoria de 1979. Suárez consiguió pasar de Secretario General del Movimiento en 1976 a Presidente del Gobierno democrático en 1977 y constitucional en 1979. En sólo tres años prodigiosos, al principio junto al Rey y el grueso del franquismo y, después, en consenso con AP, el PCE y el PSOE, (pero no el PNV) Suárez logró un milagro. 
Lo que no pudo es sobrevivir al milagro obtenido. Desde 1979, el PSOE, el Ejército, su propio partido y, sobre todo, el Rey, que pasó de padrino a enemigo, conspiraron incansablemente para echarlo del poder. Un hombre que encantaba al pueblo, tenía en su haber los éxitos conseguidos durante la dictadura y había dirigido la transición y conseguido promulgar una Constitución democrática y afianzado a la Monarquía. No se podía tolerar. Suárez estaba convencido de que sólo podían hacerlo mediante un golpe de Estado Y entonces se produjo el segundo milagro, el más importante: el falangista Suárez demostró, frente al Rey, los partidos y los poderes fácticos, que él sí que creía en la soberanía nacional y en la democracia. Y se adelantó a todos. Dimitió, y en sus propias palabras, "para que la democracia no fuera un paréntesis en la historia de España". Jugada magistral ya que obligaba a unas nuevas elecciones democráticas. El golpe contra Suárez, teledirigido, entre otros, por el Rey, ya no se podía parar. Pero en el lío del 23-F orquestado por el CESID se perdió la pista, pero ha quedado grabado para siempre, el valor político ante el golpismo de Adolfo Suárez. Es verdad que traicionó al régimen franquista, pero no traicionó a España. Abordó con genio la tarea política más difícil del siglo XX: enterrar en libertades, en democracia, a la Guerra Civil y al Franquismo. El rey traicionó a Adolfo Suárez, según escribió en una columna el coronel Amadeo Martínez Inglés.

domingo, 9 de octubre de 2016

LA TRANSICIÓN ESPAÑOLA (II)

Si don Juan Carlos ha llegado a ser rey ha sido porque Franco así lo propuso. Ese era el proyecto político de su vida: modernizar España para que desaparecieran las causas profundas que habían provocado la guerra; crear un Nuevo Estado y coronarlo con la figura de un Rey. El 20 de noviembre de 1975 las instituciones entraron en funcionamiento como un reloj. Sigue como Presidente Arias Navarro. El 2 de diciembre de 1975 don Juan Carlos nombra a Torcuato Fernández-Miranda presidente de las Cortes; el desmantelamiento del Régimen va a comenzar. Torcuato también jura pero en su discurso, tras afirmar que la memoria de Franco es “para todos nosotros inolvidable”, también dice que “el pasado no me ata”. El 13 de diciembre, en el primer gobierno del Rey, Torcuato jura desempeñar sus cargos “con absoluta lealtad al Rey y estricta fidelidad a los Principios del Movimiento Nacional y Leyes Fundamentales del Reino.”
En una entrevista con José Luis de Vilallonga, publicada en un libro, D. Juan Carlos confiesa que en una charla que tuvo con Torcuato le manifestaba su preocupación por el juramento que habría de prestar, y que él consideraba que incluso habiendo jurado mantenerlos, los principios del franquismo no podían seguir vigentes, pues ello equivalía a admitir que el régimen precedente seguía en su lugar. Pero Torcuato Fernández Miranda, sin perder la calma, me decía: «Vuestra Alteza no debe preocuparse. Jurad los Principios del Movimiento, que más tarde los iremos cambiando legalmente uno tras otro.» Su frase favorita era: «Hay que ir de la Ley a la Ley a través de la Ley» Y así fue como se hizo… Torcuato Fernández-Miranda fue el cerebro de la Ley para la Reforma Política. El cambio lo ejecutó después Adolfo Suárez, con guión de Torcuato. Arias Navarro y algunos otros fueron obstáculos en un camino claramente trazado desde el franquismo y que, en realidad, era el único posible para un cambio de régimen incruento y sin revanchismos de guerra-civilistas. Torcuato Fernández en mayo de 1977 dimitió como presidente de las primeras Cortes de la Monarquía al estar en desacuerdo con Adolfo Suárez y con el modo en el que se habían abordado determinados acontecimientos que escapaban a su control, especialmente la cuestión autonómica. La idea de Torcuato Fernández-Miranda era establecer un sistema con dos partidos políticos, uno conservador y otro de tipo más liberal, y que en su opinión podía ser el Partido Socialista Obrero Español (histórico) que presidía Rodolfo Llopis, y que se caracterizaba por ser más moderado que el PSOE Renovado del interior, encabezado desde 1976 por Felipe González, Alfonso Guerra, Javier Solana y Enrique Múgica, tras la escisión del Congreso de Suresnes. Falleció, olvidado, el 19 de junio de 1980 en Londres, a consecuencia de un paro cardíaco. Pero lo cierto es que gracias a hombres como Torcuato en menos de tres años se pudo pasar del franquismo a la promulgación de una Constitución Democrática, consensuada por los partidos políticos y aprobada en referéndum por el pueblo español. El trabajo fue delicado, rápido, consensuado y valiente. Llevado en momento con mucha discreción y secretismo, soportando presiones por los más aferrados al pasado y también por una oposición democrática demasiado impaciente en ver cambios reales. Pasos que fueran demostrando al pueblo la verdad de las promesas democráticas, afrontadas con valor y decisión y también con la prudencia necesaria para no romper y echar por tierra lo andado por la negativa de los poderes todavía franquistas. Era necesario conceder una amnistía al menos para presos políticos. Era necesario legalizar al Partido Comunista, pues no se podría ir a unas elecciones democráticas sin su participación, no sería creíble que parte del pueblo no pueda manifestar su derecho a elegir. Y también de cara a la credibilidad internacional era necesario demostrar que estábamos en la senda de la auténtica democracia. Pero si había algo realmente peligroso era precisamente la legalización de los comunistas. Negociaciones, habilidad política, manejo de los tiempos y mucho sentido de las responsabilidades conferidas. Pero el punto de inflexión, la gran prueba de fuego era una solicitud de suicidio: la aprobación por las Cortes Franquistas de la Ley de la Reforma Política que traería precisamente la desaparición del franquismo. Antes de esto, siendo aún Arias Navarro el Presidente del gobierno, Adolfo Suarez, todavía Ministro Secretario del Movimiento, el día 9 de junio de 1976 pronuncia el discurso de la Ley de Asociación de Partidos Políticos ante las Cortes Franquistas. Suarez coloca acertadamente unas palabras, de Machado, sin nombrarlo, un poeta republicano, fallecido en el destierro. “Está el hoy abierto al mañana. Mañana al infinito. Ni el pasado ha muerto, ni el mañana ni el ayer está escrito”. La ley fue aprobada. Pero Arias Navarro no era el hombre que debía llevar el gobierno del país. No podía por ley ser destituido, pero tuvo el acierto de dimitir lo que permitió buscar entre gente nueva a la persona que llevara el proceso con la inteligencia necesaria. No era tarea fácil. Los candidatos más señalados eran Areílza y Fraga. De entre todas las posibilidades que el Consejo del Reino consideraba fueron descartados ambos a las primeras de cambio. El Rey se las había ingeniado para que Suarez figurase en la terna en la cual él debía decidir. No era una personalidad de peso y los consejeros lo incluyeron precisamente porque pensaban que era simplemente para “hacer bulto”, el candidato previsto era Solís.

jueves, 6 de octubre de 2016

LA TRANSICIÓN ESPAÑOLA (1)

El día 22 de julio de 1969 en las Cortes franquistas, Don Juan Carlos pasó a la derecha del asiento de Franco. El silencio en la Cámara era absoluto. Ante el Jefe del Estado y el presidente de las Cortes, el Príncipe hincó las rodillas sobre un cojín de terciopelo granate, colocado sobre una tarima de madera. Sobre la mesa, el libro de los Santos Evangelios, el mismo en el que prestaron juramento la Reina María Cristina, como Regente, y el Rey Alfonso XIII, bisabuela y abuelo, respectivamente del Príncipe don Juan Carlos. El presidente de las Cortes preguntó al Príncipe: – En nombre de Dios y sobre los Santos Evangelios, ¿juráis lealtad a Su Excelencia el Jefe del Estado y fidelidad a los Principios del Movimiento Nacional y demás leyes Fundamentales del Reino? – Sí, juro lealtad a Su Excelencia el Jefe del Estado y fidelidad a los Principios del Movimiento Nacional y demás Leyes Fundamentales del Reino. El presidente de las Cortes, concluyó – Si así lo hiciereis que Dios os lo premie, y si no, os lo demande. Con este juramento quedó sellado la forma en que transitaría el gobierno de España a la muerte de Franco.
----------------------------------------------------------- Hay un detalle que muchos no se ponen de acuerdo y es en señalar la fecha de que comienza la Transición. Como sabemos Francisco Franco gobernó como dictador después de ganar la Guerra Civil. Pero lo que nunca se aprecia es que el franquismo no fue totalitario sino autoritario. El totalitarismo es poner el partido por encima del estado. Franco hizo lo contrario, puso al Estado, que era él, por encima del partido. El resultado es el mismo: represión e inseguridad jurídica. Pero esa diferencia es lo que permitió evolucionar al régimen hacia otra cosa, ir tomando los raíles hacia la monarquía. Ya que fue por su voluntad y no la del partido y sus gentes la que fue pensando en la Transición para después de su muerte. Por eso digo que la Transición empezó en 1969, no con la muerte de Franco. Ya desde los años 60 el país había entrado en un proceso modernizador, industrial, turístico y con un desarrollo lento pero efectivo y consolidado. Se rodeó de tecnócratas y gentes que supieran evolucionar, dentro de sus principios, con ideas que fueran colocando al país en el lugar que le correspondía en el concierto internacional. Franco diseñó un futuro que asegurase los valores y sobre todo la unidad de España. Nombró a Carrero Blanco, su mano derecha y el hombre del cual nunca tuvo dudas de su fidelidad. El sería el encargado de asegurarse esa unidad y que el pueblo aprobase una monarquía que aunara y que asegurase la paz y una forma de gobierno que evitase lo sucedido en las aventuras republicanas del país y que habían llevado a un desgobierno lleno de huelgas, atentados, asesinatos e incluso declaraciones de independencia. A Franco podríamos llamarle muchas cosas menos que fuese tonto o poco previsor. Años antes de morir piensa y prepara el futuro como una monarquía que asegurase los valores y sobre todo la unidad de España. El guión estaba escrito por Carrero Blanco. Pero el 20 de diciembre de 1973 el Almirante Carrero es brutalmente asesinado por ETA. Fue un gran golpe en todos los sentidos, incluso en lo personalmente emocional. Designa a Arias Navarro como presidente de gobierno lo que sorprende a los más conservadores. En abril del 74 Portugal logra que su “Revolución de los claveles” triunfe sin derramamiento de sangre, lo que es un aviso para el Franquismo. Mientras ETA da su golpe asesino en la calle del Correo de Madrid, lo que hace endurecer las medidas del gobierno. No obstante Arias había iniciado unas tímidas reformas anunciadas en lo que se llamó el “espíritu del 12 de febrero”. A pesar de la enorme presión internacional el 27 de septiembre del 75 son ejecutados 5 de los 11 etarras condenados a muerte, lo que provoca gran cantidad de manifestaciones y retirada de embajadores y descrédito internacional. Sin embargo el pueblo español el día 1 de octubre realiza manifestaciones de apoyo a Franco realmente multitudinarias, fundamentalmente la de la Plaza de Oriente de Madrid. Poco tiempo después Franco sufre un infarto, del que se recupera, pero a partir de entonces queda seriamente enfermo. No está en condiciones de gobernar, y aunque se opone al principio, Juan Carlos recibe poco después la orden de Franco de asumir la Jefatura del Estado. Lo que no conoce el dictador es que el rey de Marruecos Hassan II ha ordenado una marcha civil sobre los territorios españoles en el Sahara, lo que provoca gran tensión militar ya que no sería posible disparar a una población civil desarmada. El asunto se resuelve después de muchas negociaciones, algunas secretas, con la entrega del territorio el 14 de noviembre. Franco muere después de varias operaciones el día 20 de noviembre. Dos días después don Juan Carlos es proclamado rey de España. El diseño de Carrero Blanco, con el Rey como continuidad y cambio del régimen, estaba apoyado por algunos miembros, y el propio Franco nunca pensó en otro rey que Juan Carlos.

TRATADOS CON PORTUGAL A RAÍZ DEL DESCUBRIMIENTO

Para entender los acuerdos entre el reino de Portugal y el de Castilla-León, hemos de remontarnos a la Guerra de Sucesión Castellana entre a...