domingo, 27 de septiembre de 2020

21.- REINOS CRISTIANOS (4)

REINO DE PORTUGAL Como vamos narrando la creación de los reinos cristianos, vemos que se solapan en la narración unos con otros de los cuales aún no hemos contado su historia. Esto nos pasa con el reino de Portugal con el de Castilla. Hubo intentos de tener una mayor autonomía en la región, e incluso la independencia por parte de los condes que dominaban el condado de Galicia y de Portucale. Alfonso VI de León entregó el gobierno del condado de Galicia al conde Raimundo de Borgoña, en un intento de acabar con ese clima independentista. Esto incluía las llamadas tierras de Portucale. Los fracasos militares del conde, el rey decidió dar en el 1096 al conde Enrique de Borgoña las tierras más al sur del condado de Galicia fundándose así el condado Portucalense. Se dividió el condado. Este hombre fue eficaz en la lucha contra los musulmanes y tuvo una política independentista. MAPA DE LA PENÍNSUA HACIA 1170 - - - -
A su muerte llega al poder su hijo Alfonso Enríquez, y Portugal consiguió la independencia con la firma en 1143 del tratado de Zamora y reconocida por el papa Alejandro III. Alfonso Enrique se proclamó con el título de Alfonso I de Portugal. Conquistó localidades importantes como Santarém, Lisboa, Palmela y Évora. Enrique de Borgoña consiguió primero independizarse de Galicia, y luego, dado que Braga fue ascendida a arzobispado se independiza de Castilla en lo religioso, pero le siguió reconociendo vasallaje. Se puso de parte de doña Urraca contra Alfonso VII el Batallador. Sus dominios fueron creciendo por el sur con la ayuda de los cruzados gracias a la mediación de los templarios y hospitalarios, ordenes en cuya radicación Portugal siempre había favorecido. A la muerte de Enrique le sucede su viuda pero sus amores con un conde gallego fueron castigados con la sublevación de su hijo Alfonso Enríquez, que le sustituyó en el trono. Sus sucesores continuaron las tareas de reconquista hasta que llegado a la famosa Batalla de las Navas de Tolosa, donde participaron voluntarios portugueses y se aceleraron las conquistas. Más tarde Alfonso III firma la paz con la Corona de Castilla gracias a su matrimonio con Beatriz de Castilla y consigue mantener el Algarve bajo poder portugués. En su momento la independencia del Reino de Portugal fue rechazada por el ya reino de Castilla. Ya en 1297 fue la reina María de Molina, en nombre de su hijo Fernando IV, menor de edad, la que firmó el Tratado de Alcañices con el rey portugués Dionisio I. Portugal suprimía los tratados acordados en contra del reino de Castilla por el apoyo al infante Juan de Castilla. Se establecieron las fronteras. En este tratado se establecía entre otras cosas la delimitación fronteriza entre los entonces reinos de Portugal y de León, en la que se incluía la cuestionada localidad de Olivenza. Pedro I de Portugal consigue reforzar el poder central del gobierno, eliminando la jurisdicción de la aristocracia y el clero. El hijo de este, Fernando I en el año 1369 reclama el trono de la Corona de Castilla a la muerte de Pedro I de Castilla el cruel, como descendiente legítimo por parte materna de Sancho IV de Castilla. Finalmente el escogido para ocupar el trono castellano fue Enrique de Trastámara, hermano bastardo de Pedro I y que fue confirmado por el papa Gregorio XI. Al morir Fernando I sin hijos, su hija Beatriz de Portugal, fue nombrada heredera del país y reina de jure, pero su anterior boda con Juan I de Castilla provoca una insurrección interna de la nobleza, que veía peligrar la independencia de su país, en favor de Juan de Avis, hermano bastardo de Fernando I. Recordemos que en la batalla de Aljubarrota de agosto de 1385, entre tropas portuguesas e inglesas al mando de Juan I de Portugal, y el ejército castellano de Juan I de Castilla, del que formaba parte la mayoría de la nobleza portuguesa. El resultado fue la derrota de los castellanos, el fin de la crisis portuguesa de 1383-1385 y la consolidación de Juan I como rey de Portugal. Con la llegada de este rey, se instala en Portugal la dinastía Avis en 1385. El segundo rey fue Eduardo I de Portugal padre de Juana de Avis, que se casó con Enrique IV de Castilla y, aunque éste por lo visto era impotente, nació una hija, Juana, a la que todo el mundo conoce por “La Beltraneja”, que hubiera sido reina de Castilla, interponiéndose su tía Isabel, ya que no creía que fuera hija natural de su hermano de padre Enrique IV, y de que los reyes eran primos segundos y casados sin la bula papal necesaria, con lo cual, en todo caso la hija Juana no era de matrimonio legitimo con lo cual no podía heredar, por lo que a ella no se le otorgaba nada, solo se cumplía la ley hereditaria, y además de que se hubieran unido las coronas de Portugal y Castilla a manos de un rey portugués y eso no convenía ya que por avatares podría perderse Castilla para siempre en beneficio de Portugal. Mapa de la península hacia 1170

sábado, 26 de septiembre de 2020

20.- LOS REINOS CRISTIANOS -3-

REINO DE GALICIA Sabemos que la zona que hoy es Galicia conjuntamente con Asturias y Cantabria fueron los últimas regiones en ser sometidas por los romanos. Los pueblos eran los galaicos, astures y cántabros. Seguramente vencidos hacia el año 20 a.C. Esto fue producido por la fuerte resistencia y unidad social y territorial que tenían estos pueblos. Es cuando la provincia romana de Gallaecia, galaicos, (llamada así por los romanos por su parecido a la forma de luchar de los guerreros de las Galias), aún no estaba constituida política y administrativamente, cuando aparecen los castros. Una reciente investigación aclara que existió una vinculación celta entre este pueblo y los de Bretaña, Gales e Irlanda. Los galaicos eran unos de los pueblos celtas, o “celtizados”. Hubo unas cincuenta tribus de galaicos, cada una con diferente nombre. Asentados en el norte de Portugal y el área de la Galicia actual, introduciendo en esta región la cultura de los castros o castreña. Roma lleva su cultura y su poder. Fundan tres ciudades, lo que hoy son Lugo, Braga, y Astorga. Con Diocleciano se unifica en una provincia separada de la Tarraconense, Gallaecia.
Los castros yo no tenían importancia defensiva para los romanos, aunque siguieron siendo habitados durante varios siglos. Roma llevó además de organización administrativa, su lengua, el latín, y la religión cristiana. Debilitada Roma ya a principios del siglo V, llegan a la península los vándalos los alanos y los suevos procedentes del norte de Europa, y se puso fin al dominio romano en la región. Los suevos, de religión arriana, se establecieron en la Gallaecia creando un reino independiente que duraría ciento setenta años. Hasta que en el año 585, que habían entrado los visigodos, que ya dominaban el resto de la península ibérica, invaden la Galicia sueva incorporando ésta a su reino. Como sabemos en el 711 llegan los islámicos y en el 715 entran al sur de Galicia, aunque no durarían mas de unas pocas décadas, ante el avance de los reinos cristianos. Galicia, aunque fue independiente durante breve tiempo, siguió existiendo y por entonces estaba incorporado al Reino Astur, como Reino de Galicia, corona dependiente de Asturias primero y de León después. Al sur del río Miño, que en 1139 se independizaría con el nombre de Reino de Portugal. ESCUDO DE GALICIA - - -
Pero el Reino de León fue precisamente la entidad que absorbió al Reino de Galicia, que finalmente sirvió como base para conformación contemporánea de la región de Galicia. El descubrimiento del sepulcro del apóstol Santiago fue la consolidación del reino de Galicia. primero dependiendo del reino de León y posteriormente de la Corona de Castilla. La primera integración se produce con Alfonso I de Asturias. Más adelante durante el reinado de Alfonso III se pretende mantener las tierras de Galicia bajo control mediante el nombramiento de herederos de la casa real para su gobierno. Estas medidas no calmaron los conflictos entre los nobles gallegos y los monarcas asturleoneses. Alfonso III deja a su hijo Ordoño II el reino de Galicia, y fija su capital en Braga. A la muerte de Alfonso le sucede su hijo García que a su vez al fallecer hereda Ordoño el trono leonés, y acaba aquí el primer reino de Galicia. Pero es posible que quedara configurado dentro de la corona de León en el 1065. De todas formas las luchas fratricidas desembocan en que el reino de Galicia es dividido en dos condados, el de Portugal y el de Galicia. El último rey de Galicia fue Alfonso VI de León y Castilla y gobernó Galicia hasta su muerte en 1109. Se incorpora definitivamente al reino de Castilla en la Corona de Castilla en 1230 con Fernando III de Castilla. El reinado de Alfonso VI fue de vital importancia, sobre todo porque impuso las peregrinaciones a Santiago, aunque el culto a las reliquias del Apóstol había comenzado ya durante el reinado de Alfonso II. Es en este momento cuando Galicia pasa ya a tener su configuración actual, y se inicia una de las etapas más brillantes de su historia.

miércoles, 23 de septiembre de 2020

19.- LOS REINOS CRISTIANOS (2)

El primer núcleo de resistencia cristiana se formó en la actual Asturias y tuvo como protagonista a Pelayo, un noble visigodo. La batalla de Covadonga (722), dirigida por don Pelayo fue decisiva porque a raíz de esta, los musulmanes abandonaron aquellas tierras y nunca más volvieron. Lo de Covadonga pudo ser solo una escaramuza, pero a los apaleados godos les devolvió el orgullo y la confianza perdidos. La presencia de nobles que se habían refugiado en la zona contribuyó a darle un carácter institucional a las empresas de resistir al empuje musulmán. El caso de don Pelayo, según algunos historiadores, parece ser que en realidad fue una simple emboscada para consolidar la posición. Y su valor era meramente simbólico. Lo cierto es que para los reducidos reinos cristianos posteriores, don Pelayo fue la encarnación de la resistencia contra Al-Andalus, y el punto de unión entre la Hispania visigoda y los nuevos reinos cristianos que fueron formándose. Hay numerosas narraciones por parte de los cristianos que exageran desmesuradamente, incluso con ayudas de la divinidad, pero si es cierto que la victoria supuso la muerte del caudillo musulmán Al-Kama. Llamamos a ese periodo Reino Astur, y de hecho los primeros gobernantes no se auto titulaban reyes, sino “Prínceps”.
Alrededor del 714 los moros habían aparecido en el valle del Ebro y dos años después toman Pamplona. El territorio fue campo de batalla entre musulmanes, francos y vascones. El Imperio carolingio trató de proteger la zona con apoyo de los núcleos de resistencia cristianos y en su afán de dominio del territorio, alcanzó alianzas con las familias más poderosas de aquellas tierras. Los vascones siempre intentaron deshacerse tanto del yugo musulmán como del franco, como lo demuestra la batalla de Roncesvalles en el 778 contra el ejército de Carlomagno, y su política díscola con el emir de Córdoba. El avance musulmán se detuvo en la cordillera Cantábrica y en los Pirineos. Los habitantes de estas zonas crearon sus propios núcleos primigenios de reinos cristianos. La zona de los Pirineos estaba tomada por el Imperio Carolingio ante el avance musulmán, y tuvo una fuerte influencia gala. En su parte occidental se creó el Reino de Pamplona, en la oriental el Imperio Carolingio dominaba la Marca Hispánica que había establecido para detener el avance musulmán, y entre ambas, el Condado de Aragón. No obstante los hispano-romanos y visigodos que componían la población de la península, todos cristianos, a la vez que se desarrolló al-Andalus fueron creando núcleos de resistencia a los musulmanes, primero en el norte y luego irán avanzando y creando lugar a los reinos cristianos medievales, que son los que se encargarán de hacer frente al musulmán, recuperar territorio al cristianismo o someterlos de alguna forma. En la franja norte de la península, desde Galicia a Cataluña, grupos armados combatían a los musulmanes. Operaban sobre todo en la zona cantábrica y eran insumisos a cualquier gobierno desde la época romana, estaban apenas controlados por los visigodos. Aunque se presentan estos hechos como el principio de la Reconquista, más bien parece una continuación de la actitud habitual de los montañeses. Si bien los reinos cristianos no existían entes de la invasión musulmana fueron resistiendo los ataques musulmanes y pudieron destruir guarniciones y atraer a la población visigoda y fundar el hecho y derecho del reino Astur en la persona de Alfonso I, con la corte de Cangas de Onís en el 739. Pensemos que los visigodos llevaban en la península desde el reino visigodo con capital en Toledo desde el 507 y gobernaron hasta la llegado de los musulmanes en el 711. Doscientos años de convivencia con los hispano-romanos, con la mezcla de la población y la unidad lingüística, (los visigodos hablaban el gótico, una lengua germánica extinta, hablada por el pueblo visigodo. Actualmente no existen lenguas derivadas de ella), fueron hablando el latín de los hispanos aunque algunos términos góticos permanecieron y el acceso a la cultura vendría por sí solo con el tiempo. Para finales del siglo VI, escasa o no, la cultura abarcaría a ambas poblaciones. Lo que quiero decir que aquellos visigodos del principio, ya no existían, y eran tan hispanos como los demás, ya que compartían lengua y religión. Volviendo al reino Astur, la presencia de nobles visigodos, refugiados en la zona cantábrica, contribuyó a iniciar de una forma institucional la empresa de constituir un reino. Don Pelayo, descendiente del rey Chindasvinto y fugitivo de la batalla de Guadalete, aclamado como jefe venció a los musulmanes en Covadonga. Los musulmanes despreciaron la zona porque en ese tipo de terreno no estaban habituados a combatir. Tras aquella batalla de Covadonga comienza a organizarse la monarquía. Alfonso I aprovechó las revueltas musulmanas para hacer incursiones en el valle del Duero y atravesando el Ebro llegar a La Rioja. Pero cuando se fundó el Emirato de Córdoba se hicieron fuertes en el norte dejando una zona desierta entre ellos y el emirato recién fundado. Cesaron los avances cristianos y durante las siguientes monarquías el reino Astur fue vasallo del cordobés pagando los correspondientes tributos. Estaba claro que se oponían a estos pagos y dejaron de hacerlo con Alfonso II. Los musulmanes saquearon Oviedo y al volver fueron vencidos en el 794. Es con Alfonso II (791-842) con quien la monarquía se afianza gracias al triunfo de las tesis hereditarias de acceso al trono. Entre los siglos VIII y X el reino astur se expande por las despobladas tierras del valle del Duero y se traslada la capital de Oviedo a León, denominándose desde entonces Reino de León. Será Alfonso II quien conciba el proyecto de la Reconquista y protagonice la primera peregrinación del camino de Santiago al ser descubierta la tumba del apóstol bajo su reinado. Con Alfonso III (866-910) se extenderá la frontera hasta la línea del río Duero, repoblando la zona. A mitad del siglo IX se liberó León del asedio islámico y se venció al ejército musulmán. Los islámicos no pudieron tomar Galicia por mar y a finales del siglo se resistió en Zamora al asedio árabe. El reino Astur llegó a tomar Lisboa, y se contó con el respaldo incondicional de la población mozárabe, que eran cristianos que vivían en zonas árabes, impregnados de la mentalidad visigoda. Esto fundamentó el encadenamiento entre la monarquía y la sociedad visigoda y la astur. El elemento simbólico fundamental de la lucha contra el emirato fue el descubrimiento de unos restos que se atribuyeron al apóstol Santiago y así Compostela comenzó a ser la etapa final de una peregrinación que unió a todos los reinos cristianos peninsulares y de media Europa, impulsada además por el propio Carlomagno. Los reinos cristianos realmente se sentían herederos del reino visigodo, y debían encargarse juntamente con la defensa, de ocuparse de la expansión de la religión cristiana, aunque no se ajustaban a fronteras naturales. El mayor enemigo de la integración peninsular fue el concepto patrimonial de los reinos, es decir, que no buscaban la unidad como lo consiguieron los visigodos, sino que los reyes se sentían propietarios de las tierras conquistadas y las dejaban en herencia. Los reinos cristianos se van formando desde el siglo VIII al XI. Van extendiendo sus territorios a costa de los musulmanes.

martes, 22 de septiembre de 2020

1.- LOS REINOS CRISTIANOS EN LA EDAD MEDIA

La conversión del rey visigodo Recaredo en el Concilio de Toledo del 7 de abril del 589 en el cual quedó sellada la unidad espiritual y territorial del reino visigodo, dejando la religión arriana y abrazando el cristianismo romano, también simbolizaba el triunfo de la civilización hispanorromana sobre los bárbaros, y contribuyó a sellar una alianza entre la corona y la iglesia. Tanto es así que la unión de la península era un hecho por la religión cristiana. Pero como sabemos en el 711 un ejército bereber cruzó el estrecho de Gibraltar, como aliado de los nobles visigodos contrarios a la llegada al trono del rey Don Rodrigo, y tras vencerlo en la batalla de Guadalete, comenzó la conquista de la Península Ibérica. Es la invasión musulmana. El reino visigodo se desplomó y se creó una nueva entidad política, Al-Andalus. 

CONVERSIÓN DE RECAREDO 

No obstante los hispano-romanos y visigodos que componían la población de la península, todos cristianos, a la vez que se desarrolló al-Andalus, fueron creando núcleos de resistencia a los musulmanes, primero en el norte y luego irán avanzando y creando lugar a los reinos cristianos medievales, que son los que se encargarán de hacer frente al musulmán, recuperar territorio al cristianismo o someterlos de alguna forma. En la franja norte de la península, desde las actuales
  Galicia a Cataluña, grupos armados combatían a los musulmanes. Operaban sobre todo en la zona cantábrica y eran insumisos a cualquier gobierno desde la época romana, estaban apenas controlados por los visigodos. Aunque se presentan estos hechos como el principio de la Reconquista, más bien parece una continuación de la actitud habitual de los montañeses. Si bien los reinos cristianos no existían entes de la invasión musulmana, por lo tanto se trataba de avanzar por el territorio de la península, recuperando para la cristiandad los pueblos sometidos, y o bien expulsar o conseguir una debilidad que produjera impuestos que los musulmanes debían pagar. Está claro que si no había un rey cristiano con los visigodos, tendría que haberlo escogiendo entre los nobles de la población existente ante de la llegada de los agarenos.
JAIME I EN VALENCIA 
Por lo tanto se organizaron y luego fueron resistiendo los ataques musulmanes y pudieron destruir guarniciones y atraer a la población visigoda y fundar de hecho y derecho del reino Astur en la persona de Alfonso I, con la corte de Cangas de Onís en el 739. Cuando ochocientos años después, los reyes Isabel y Fernando salen victoriosos en la guerra de Granada, terminando así con el último reducto musulmán en la península, Rodríguez de Almela, historiador, en esos días, al entregarles a los reyes un ejemplar de su “Compilación de las crónicas e estorias de España”, les recordaba que el origen de la legitimidad de los reinos cristianos, estaba en la estirpe visigoda que a su vez la recibiera de Roma por el primer pacto (Foedus) del 418, en Tolosa. Los ocho siglos de convivencia en el mismo territorio tuvo todo tipo de situaciones en las relaciones de diferentes reinos y con los invasores musulmanes. La consolidación de los reinos cristianos durante la Edad Media presenta una dinámica particular. Los reinos de Castilla y León forman el bloque más aventajado y compacto. Era una época en que se confundía el gobierno de los territorios con las administraciones de las propiedades privadas. Por lo que no es de extrañar que los conflictos familiares, los matrimonios de conveniencia y las cuestiones hereditarias determinasen los dominios sobre amplias extensiones, muchas sin poblar incluso.
Las alianzas, enemistades y los frecuentes cambios fronterizos de los reinos eran moneda común. Esto nos lleva a pensar que el sentimiento de Estado o Nación no existía aún, o era solo un esbozo. Los reinos eran hereditarios y competían entre sí e incluso eran capaces de luchar entre hermanos o padres contra hijos. No obstante tanto León como Castilla, Navarra y Aragón estaban en general empeñados en arrebatar los territorios a los musulmanes en aras de la expansión del cristianismo, o al menos de convertir a esos sus pobladores musulmanes en vasallos de los reinos cristianos. Esto explica cómo pudo ser que los islámicos estuvieran tanto tiempo en la península, digamos que gran parte de ese tiempo lo hicieron como inquilinos mal considerados. El Califato de Córdoba se va desintegrando y termina en el año 1031, pero ya se había iniciado la disgregación del territorio en pequeños reinos llamados Taifas. La primera se considera que fue la de Badajoz en el 1009. Pero el avance cristiano hace que los reyes de las taifas pidieran ayuda al sultán almorávide del norte de África, hasta el 11404. Cuando el dominio almorávide empezó a decaer, surgieron los llamados segundos reinos de taifas en 1144 que habían sucedido a los almorávides en su dominio del norte de África.  Tras el fin del periodo almohade, marcado por la batalla de las Navas de Tolosa (1212), hubo un corto periodo denominado terceros reinos de Taifas, que terminó en la primera mitad del siglo XIII con las conquistas cristianas en el Levante de Jaime I de Aragón y en Castilla de Fernando III el Santo. Y perduró en Granada con la fundación del reino nazarí en 1238, que no capituló hasta el 2 de enero de 1492, fecha que pone fin a la Reconquista.
FERNANDO III DE CASTILLA
Si bien esto no impedía que hubiese alianzas tácticas entre cristianos y musulmanes, ya fuese para combatir a los del credo contrario o a los adversarios del credo propio. Muchas veces a la defensa de la fe, se anteponía la necesidad política o económica de asegurar determinada región. Aún ante esta confusa situación, los reinos cristianos fueron consolidando sus propias identidades a través de instituciones y normas sociales, diferentes entre unos reinos y otros muchas veces, pero que les imprimieron sus particulares rasgos sociales, sus usos y costumbres. Su identidad.

lunes, 21 de septiembre de 2020

MILITARES BRITÁNICOS EN LAS LUCHAS DE EMANCIPACIÓN AMERICANAS

El 4 de julio de 1776, Gran Bretaña perdió definitivamente la posesión de sus colonias norteamericanas. Necesitada como quedó de nuevos mercados para vender sus productos, que gracias a la Revolución Industrial aumentaba aceleradamente, pues lo que se le ocurrió es patrocinar y financiar las revoluciones independentistas en los Virreinatos hispanoamericanos. Aquellos americanos que hoy en día creen que las emancipaciones fueron por un sentimiento de patriotismo, sin otro interés, pueden estar seguros de que están equivocados. Habría que preguntarse de que patria están hablando, cuando por entonces la patria era España. Los criollos, españoles nacidos en suelo americanos, eran la clase pudiente del continente. Gente con estudios en Europa incluso. En 1806 se produjo una primera invasión inglesa a Buenos Aires, que obtuvo un importante botín paseado por las calles de Londres. Los ingleses ocuparon, temporalmente, la capital del Virreinato del Río de la Plata, aunque era una importante plaza militar, lo que pone de manifiesto la debilidad de la corona española en aquellos tiempos. Teníamos en España al absurdo e incompetente de Carlos IV. Claro que se tuvo que tragar las consecuencias de la Revolución Francesa de 1789 con el sunami que provocó en las coronas absolutistas de Europa. El que comandaba la expedición inglesa era William Carr Beresford.
En 1807 el valido del rey Carlos IV firma el tratado de Fontainebleau en el que se estipula el paso militar por España para ir a Portugal y a Inglaterra. Una mentira de Napoleón que en realidad buscaba la invasión de España y Portugal y desde allí pasar a Inglaterra. Pero en mayo de 1808, levantado el pueblo español contra el ejército francés comenzó la Guerra de Independencia Española. El rey Carlos IV había cedido la corona a su hijo, Fernando VII, que a su vez la cedió a Napoleón y éste a su hermano José, proclamándose José I, rey de España. La Guerra de Independencia se produjo a la vez del reinado de José Napoleón. Con lo cual una parte de la clase pudiente estaba con los franceses y los liberales luchaban para tratar de recuperar al rey español, que era Fernando VII. Dentro de esta guerra en la batalla de La Albuera del 16 de mayo de 1811, José de San Martín, como oficial español combatió a las órdenes del general William Carr Beresford, el mismo que cinco años antes había invadido Buenos Aires. Inglaterra se había aliado con los liberales españoles en contra de la invasión francesa. Esta guerra terminó con la victoria española, con ayuda inglesa, en 1814. En virtud del acuerdo Hispano-Inglés para la Guerra de la Independencia, Inglaterra cobraba su ayuda a los liberales españoles que luchaban contra Napoleón, con la posibilidad de negocios con los virreinatos americanos. Con lo cual ya en mayo de 1810 en Buenos Aires se había proclamado el gobierno en manos de una Primera Junta Revolucionaria. La camarilla mercantil y los miembros de la Junta se mostraron liberales y vieron la oportunidad de negocio directo con el exterior, (Inglaterra), y el manejo de la política a su conveniencia. Incluso en ese momento su proyecto de nación no pasaba por la participación igualitaria del resto del territorio, dominado en su mayor parte por caciques regionales. Inglaterra había negociado la neutralidad en el asunto de las emancipaciones americanas y realmente hasta 1817 pocos británicos habían participado en fases iniciales de la lucha en distintos lugares de América, pero algunas importantes como las navales del Río de la Plata. Pero el reclutamiento sistemático en Gran Bretaña comenzó en abril de 1817, a favor de Simón Bolívar. Los agentes venezolanos recurrían a oficiales británicos, y cada uno de estos reclutaba en Gran Bretaña un cuadro de oficiales y sargentos formando sus propios regimientos. Pensemos que había veteranos de las guerras contra napoleón que estaban de baja y desempleados. Poco después muchos oficiales en activo solicitaban permiso para viajar a Sudamérica y los periódicos daban la noticia del embarque de tropas y material de guerra en buques rumbo América del Sur. Los voluntarios, marinos, y soldados británicos contribuyeron decisivamente a la independencia de las naciones rebeldes. Evidentemente se desarrollo un fuerte tráfico de armas, sin consentimiento oficial, pero mirando para otro lado. El número de soldados se acercaba a los 6.000. Algunos de sus comandantes fueron Gregor MacGregor, Guillermo Miller, Arthur Sandes. John Illingworth, al mando del buque de guerra "Rosa de los Andes". Este buque adquirido por el gobierno revolucionario de Chile trasportó desde el Reino Unido al marino británico, Lord Thomas Cochrane. La escuadra que formó Thomas Cochrane estaba compuesta por Thomas Sackville Crosbie, en la Fragata O'Higgins, William Wilkinson en el Navío San Martín, Jorge Guise en la Fragata Lautaro , Robert Forster, en la Corbeta Independencia, John Tooker Spry en el Bergantín Galvarino, Thomas Carter en el Bergantín Araucano, William Prunier en el Bergantín Pueyrredón, y algunos más pero todos con la Bandera del Reino Unido. Otros personajes importantes fueron Juan Illingworth Hunt y Guillermo Brown. Inglaterra emite la ley para prohibir el alistamiento o el compromiso de particulares a servir en el exterior o equipamiento para propósitos bélicos, sin licencia de su majestad en mayo de 1819. Realmente era una cierta formalidad para ganar tiempo. Efectivamente, el ministro Castlereagh consigue imponer las condiciones del Reino Unido en el Congreso de Verona (1820) frente al resto de potencias europeas, bloqueando la ayuda a España para la reconquista. Fue un factor decisivo del resultado final de la lucha por la independencia en Hispanoamérica. Especialmente importantes son el papel de la Legión Británica en las campañas de Bolívar, y el papel de la escuadra de Lord Cochrane en las campañas navales de Chile. Tenemos aquí a algunos de los más importantes británicos que lucharon en contra del reino de España, a favor de las Independencias Americanas y favorecieron el comercio con el continente desplazando a la empequeñecida flota española, contando con la intervención de los españoles nacidos en suelo americano, los criollos, ricos hacendados que lograron su propósito de enriquecerse. Bernardo O'Higgins Riquelme. Era de ascendencia española e irlandesa. Hijo de Ambrosio O'Higgins, quien fue gobernador de la Capitanía General de Chile y virrey del Perú. ¡Era hijo de un virrey! William Miller. En 1818, las fuerzas del Ejército de Chile y del Ejército Libertador de los Andes son atacadas en la Sorpresa de Cancha Rayada, donde el Coronel Miller se bate contra las tropas realistas. Esto le valió su ascenso a Sargento Mayor y el nombramiento de edecán del General San Martín con quien mantendría una larga amistad por el resto de su vida. Fue un militar británico que contribuyó de manera sobresaliente en la guerra de independencia de Chile y Perú. Thomas Alexander Cochrane, X conde de Dundonald. Después de ser dado de baja de la Marina Real británica, sirvió en las marinas de Chile y Brasil. El 11 de diciembre de 1818 adquirió la ciudadanía de Chile a petición del director supremo Bernardo O'Higgins, y sirvió como comandante en jefe de la Armada de Chile. La idea de emancipación que tenía San Martín no era la que se produjo, ya que prefería una monarquía para América, en la persona de un descendiente de la familia real. Esto no es lo que Bolívar aceptaba. Prefería un gran país libre con un sistema federal de regiones que designa un gobierno representativo. Es decir, algo así como un Imperio al estilo napoleónico. En el final de sus días dejó la reflexión de haberse equivocado y en vez de una federación consiguió una serie de países, muchos enfrentados entre sí y debilitados ante Inglaterra y EE UU.

miércoles, 16 de septiembre de 2020

17.- EL LEGADO ANDALUSÍ - 6 -

Fue necesario que transcurriese un siglo desde el desembarco musulmán en la península, para que comenzara a despuntar cierta vida cultural en el invasor. Los primeros en llegar eran guerreros y difícilmente podrían aportar estímulos culturales. Además la cultura existente en el territorio, la visigoda, se fue restringiendo a medida que aumentaba la musulmana. Hasta quedar confinada a reductos, los llamados mozárabes. La lengua árabe sustituyó a la latina, en las zonas ocupadas. Las iglesias se convirtieron en mezquitas, en vez de rezar mirando a Roma se miró a La Meca, y la Hispania de romanos y visigodos empezó a llamarse Al Andalus ya en monedas acuñadas en el año 716. Al comienzo la actividad de su cultura se redujo a los conocimientos necesarios para la vida cotidiana o actividades mercantiles.
Esta situación contrasta con el altísimo nivel cultural que se encuentra en los siglo IX y X, que fue el reflejo del impulso en el occidente musulmán del califa Al-Mansur, en el siglo VIII a todas las ramas del saber. Córdoba se convirtió entonces en uno de los focos culturales más brillantes del mundo. Sabios de religiones y culturas diversas, musulmanes, cristianos y judíos convivieron en armonía y se fundieron en una fecunda simbiosis cultural. Pero, lo que eran el pueblo, esa idea de que había una Al Andalus tolerante y feliz, llena de poetas y gente culta, donde se bebía vino, tolerancia religiosa y las señoras eran más libres que en otras partes, no es verdad. En otro orden de cosas, durante siglos fueron frecuentes las alianzas entre cristianos y musulmanes, con matrimonios mixtos y otros convenios, hasta el extremo de que muchos reyes y emires de uno y otro bando tuvieron madres musulmanas o cristianas; no esclavas, sino concertadas en matrimonio a cambio de alianzas y ventajas territoriales. Todo esto fue creando una tierra de nadie peligrosa, despoblada, que se extendía hasta el valle del Duero, en la que las familias de colonos cristianos pobres se instalaban poblando por su cuenta y riesgo. Se unían para defenderse con fortificaciones y a su manera empezaron una reconquista sin imaginar lo importante que era aquello. Y desde la Rioja se comenzó a extender una rica lengua, que hija del latín, no dejó de absorber palabras árabes y enriquecerse de los griegos y demás. Cómo estarían las cosas reconquistadoras de poco claras por ese tiempo, que el primer rey cristiano de Pamplona del que se tiene noticia, Íñigo Arista, tenía un hermano carnal llamado Buza que era caudillo moro, y entre los dos le dieron otra soba después de Roncesvalles a Carlomagno.
En el siglo XI se produce la desaparición del califato cordobés que conllevó la división política de Al-Ándalus en núcleos independientes, los reinos de “Taifas”, (Banderas). Cada uno de sus reyes dominaba en provecho propio, el descontento de la población fue en aumento por el incremento de los impuestos y tributos que debían pagar a los reyes cristianos para su protección. Los reinos de Taifas no dominaban un cuerno, pagaban impuestos a los cristianos para poder seguir establecidos. Cuando todo el mundo dice que los árabes estuvieron es España 800 años, o no saben contar o desconocen la historia. Dominar, lo que se llama dominar, digamos desde el 714 al 1085 año en que se reconquista Toledo. Al principio la estructura económica de Al-Andaluz se basaba esencialmente en la agricultura y ganadería. Aunque aumentaba la producción artesanal y se incrementaba el comercio. En contacto con los principales centros intelectuales del Islam, se acometió desde comienzos del siglo X la elaboración de creaciones artísticas e investigaciones científicas. Sus resultados fueron exportados a los reinos cristianos. España es heredera de gran patrimonio artístico andaluz, que se conserva con orgullo.
Se confeccionaron diccionarios y se usaron leyes gramaticales. Se desarrolló una técnica para la elaboración del cristal. La numeración arábiga, de origen indio, llegó poco después de ser adoptada en Oriente en el siglo IX, y de allí pasó al Occidente cristiano. Esto permitió el uso de la aritmética comercial, la geometría y la agrimensura. La astronomía, siempre ligada a la astrología y siempre ha resultado difícil desligar ambas materias antiguamente. También se desarrollaron la medicina y la botánica, la zoología y la mineralogía, todas ellas relacionadas por la alquimia. La filosofía andalusí provenía de sus raíces con el mundo cultural bizantino. La importancia de la poesía era considerada, junto con el lenguaje la principal expresión estética.
Pero la mejor expresión de arte que nos han dejado ha sido la arquitectura. La pobreza de los materiales se disimulaba con una profusión decorativa que confiere gran vistosidad y sensación de riqueza. La piedra se utilizó poco y sí en cambio el ladrillo y la mampostería. Ocasionalmente el adobe. Pilares de ladrillos revestidos de mosaicos y estucos. El arco fue el de herradura, también con variantes hasta entrar en un cierto barroquismo. Cubiertas de madera, bóvedas de crucería sin clave central. La decoración no deja espacio sin decorar. La mezquita es el edificio más característico de la arquitectura islámica. Generalmente se abre a un patio con una fuente. El edificio fundamental es la mezquita de Córdoba. Fue construida en el 786 sobre una iglesia visigótica de San Vicente. En el periodo de las segundas taifas lo llena en el terreno artístico la Granada nazarí con la culminación en el siglo XIV, época de la construcción de la Al-hambra. Es un conjunto de edificios y jardines levantado en los siglos XIII y XIV sobre una antigua fortaleza. De gran belleza, es objeto de otro artículo sobre el tema.

martes, 15 de septiembre de 2020

ESCLAVOS AFRICANOS EN ESPAÑA, PORTUGAL Y AMÉRICA

La esclavitud fue una constante durante la Edad Media en los reinos cristianos peninsulares . Las guerras de reconquista, el comercio con otras áreas del Mediterráneo , el corso , la piratería , las primeras relaciones comerciales de mercaderes catalanes y mallorquines con el norte de África. y la conquista de las Islas Canarias fueron los canales proveedores de los mercados de esclavos en España. Entre los esclavos árabes y otros de raza blanca los negros, poco a poco, fueron engrosando el contingente de esclavos a lo largo y ancho de la Península , siendo más abundantes en el sur y en levante ,menos en la meseta castellana y más escasos en el norte. Así, a medida que fueron disminuyendo los esclavos procedentes del área mediterránea, aumentaron los del África Subsahariana debido a las exploraciones y contactos de navegantes castellanos, andaluces y portugueses que comenzaron a "rescatarlos " en las costas occidentales africanas. Los centros más importantes del comercio de esclavos fueron Valencia y sobre todo Lisboa y Sevilla por el trasvase establecido a través del eje Guinea-Lisboa-Sevilla a finales del s. XV
Sobre la esclavitud de los negros cabe destacar el periodo previo al descubrimiento de América y trata atlántica de esclavos es la conquista de las islas Canarias, ello en el marco de la expansión ultramarina de España y Portugal. Ya desde 1425 los portugueses habían ocupado la isla de Madeira y los colonos se encontraban dedicados a la producción de trigo. El noble portugués Enrique "el Navegante" decidió crear un cultivo de caña de azúcar, comprada en Sicilia a comerciantes que la importaban del sudeste asiático, en la isla sostenido por esclavos africanos. Prácticamente al mismo tiempo dos carabelas con pescadores de Palos de la Frontera y algunos marinos del Puerto de Santa María partieron de Andalucía y llegaron al Golfo de Guinea, se apoderaron de ciento veinte esclavos y se los llevaron a Palos, en la actual provincia de Huelva, que se convertiría a partir de entonces en un lugar de trata de esclavos negros. Las islas Canarias resultaban interesantes al estar pobladas, por lo que eran objeto de saqueos para nutrir el tráfico de esclavos. En ellas se encontraba el pueblo guanche. Eran un pueblo que desconocía los metales y los tejidos, aunque sí conocían la cerámica. En un primer momento fue Portugal quien se quiso adjudicar las islas para sí, pero los intentos de conquista fueron infructuosos. Durante la Guerra de Sucesión Castellana, entre los reinos de Castilla y Portugal en 1478, los reyes de Castilla, Fernando e Isabel enviaron una armada a las costas de Guinea. Esta flota fue sorprendida en la batalla naval de Guinea por once navíos portugueses, que se apoderaron del botín castellano en oro y esclavos y lo llevaron a Lisboa. La guerra de Sucesión Castellana terminó al año siguiente con la firma del Tratado de Alcáçovas, donde Alfonso V de Portugal renunciaba a sus aspiraciones al trono castellano, reconocía la soberanía castellana en Canarias a cambio de la soberanía en el Atlántico, lo que le daba poder sobre Guinea, Madeira, las Azores, Cabo Verde y "cualesquier otras islas que se hallaren o conquistaren, de las Islas de la Canaria para ayuso contra Guinea". La reina Isabel declara que los isleños (guanches), están bajo su protección y no podían esclavizarse, pero ante cualquier amago de rebelión los españoles actuaban de manera desmedida esclavizando a sus habitantes. Así ocurrió en 1488 en la Gomera, en Gran Canaria 1493, y también en Tenerife. Estos esclavos eran repartidos por el Mediterráneo, aunque se sabe que algunos de éstos acompañaron a los españoles a América como domésticos. Portugal circunnavega el África en busca de una ruta hacia Oriente, pero en su trayecto encuentra una rentable empresa en el continente negro basada en la creación de factorías a lo largo de la costa y la adquisición de oro, marfil y la propia población negra que será una mercancía de gran importancia durante varios siglos, de la cual los portugueses serán los principales proveedores. En 1450 el comercio portugués estaba ya consolidado. Se intercambiaban tejidos de lino, alfombras, trigo y otros objetos por oro, marfil, especias, goma, pieles, almizcle y esclavos que los árabes traían de la llamada "Tierra de los Negros". El comercio esclavista en África, fue manejada exclusivamente, por Portugal en un inicio. y se dio unas décadas antes de la llegada de Colón a América. Portugal había terminado la Reconquista de su territorio antes que España. Y contaba además de otros factores como su tecnología náutica, superior al resto, la geografía, el notable interés y patrocinio de uno de sus gobernantes, todo ello sumado a un impulso religioso, ya que los reyes cristianos consideraban su deber el conquistar a los infieles. En esto último, el Papa jugó un importante. En 1455 el Papa Nicolás V hizo la bula “Romanus Pontifex” a favor de Portugal, para que pueda ejercer dominio en las nuevas tierras, y se legitima el hacer la guerra a los pueblos gentiles y paganos debido a la influencia que tienen sobre ellos los mahometanos. Esta bula no condena en lo absoluto la esclavitud hacia los conquistados. En la década de 1440 los portugueses habitualmente realizaban incursiones de cacería de esclavos al sur del recién descubierto río Senegal, pero los africanos habían aprendido a defenderse con sus embarcaciones ligeras. Entonces aquella forma violenta sería dejada de lado en poco tiempo para iniciar el comercio con los traficantes bereberes y árabes. Para ello, se estableció un fuerte en la costa de Mauritania. La factoría resultó ser bastante importante ya que por un lado, proporcionaba los esclavos necesarios para trabajar la recién conquistada región de Algarve en Portugal, importante para la pesca y por otro lado era un buen punto de escala para nuevos viajes para rodear África. Los mercaderes árabes recorrían el país, daban caza a los naturales, compraban prisioneros y los llevaban al mercado más próximo. Los portugueses ofrecían caballos, telas, armas de fuego y otras mercancías a cambio de los esclavos y polvo de oro. Pensemos que los portugueses ya en 1487 ya habían identificado el Cabo de Buena Esperanza y luego Vasco da Gama en 1498 había llegado a la India. Todo ello costeando África. España, por su parte, en su búsqueda de una ruta hacia la India que va dirigida en dirección este-oeste. Colón se encuentra con un continente nuevo del cual sus habitantes también pasan a formar parte de la mano de obra cautiva. Sin embargo, a diferencia de lo que ocurre en África con los portugueses, en América se da una intensa conquista y colonización, por lo que se pasó de extraer esclavos del continente a importarlos, una vez que esclavizar a los locales se restringe y finalmente se prohíbe. En la península también hay algunos de esclavos, resultado de la guerra contra los musulmanes sobre todo y de la provincia de Huelva, que ya hemos hablado. La llegada de Cristóbal Colón a América se realizó en un contexto donde los reinos españoles, si bien no tenían el comercio de esclavos africanos en sus manos, estaban plenamente involucrados en el uso de éstos en sus campos de producción, a los que se sumaban los canarios, moros y otros grupos. El mismo Colón vivió un tiempo en Madeiras, la cual contaba con una numerosa cantidad de esclavos que trabajaban las plantaciones de azúcar. En su llegada a la isla Guanahani se encontró con los indios taínos de cultura arahuaco, bastante pobres culturalmente, además de débiles en lo militar. Andaban desnudos y no conocían el trabajo del hierro, por lo que muchos autores los describen como culturalmente inferiores a los pueblos subsaharianos de África. La relación con los nativos del lugar fue descrita por él mismo como una relación amistosa, y confiaba que los indígenas fácilmente se harían cristianos. Así, Colón tomó siete hombres y los llevó a Castilla con la intención de “que aprendieran nuestra habla y volverlos, salvo que Vuestras Altezas, cuando mandaren, puédanlos llevar todos a Castilla o tenerlos en la misma isla cautivos, porque con cincuenta hombres los tendré a todos sojuzgados y les hará hacer todo lo que quisiere”. Aún con estas buenas relaciones que se dieron con los nativos, Colón vio la posibilidad de hacer ganancias con el tráfico esclavista con estos indígenas, lo que puede parecer contradictorio. Sin embargo, debemos tener en cuenta que en la mentalidad de la época, la esclavitud a los pueblos bárbaros o conquistados o vencidos en batallas era algo normal. Tal vez la única excepción se dio en la década de 1470 cuando la reina Isabel prohíbe el tráfico de los habitantes de Canarias. El cautiverio de estos nuevos paganos por parte de Colón no era necesario justificarla al tratarse de tierras vacantes por tanto estaban susceptibles a que un príncipe cristiano los dominara. La forma de actuar en esta etapa era la de acumular todo el oro que poseía la élite aborigen, para más tarde llegar hasta la fuente del mineral, cuya explotación no pasó de la media centuria. La venta de estos esclavos fue explícitamente autorizada en un primer momento por los reyes católicos en una carta escrita el 12 de abril de 1495. Curiosamente, cuatro días después es despachada una carta que suspende la venta de indios esclavos hasta conocer la opinión de los letrados, teólogos y canonistas, lo que resulta muy curiosa, considerando que la esclavitud estaba plenamente inserta en la sociedad española, tal como lo entendió Colón a su llegada. Esto marca el principio de lo que sería una larga discusión sobre la licitud de la esclavitud en América y muestra por parte de los Reyes Católicos un espíritu de justicia. Ante las disputas habidas en la época y con motivo de la evangelización del Nuevo Mundo, en 1537, el papa Paulo III emite una bula donde prohibió que los indios fueran esclavizados. Sobre el comercio negrero la mentalidad era muy distinta a las consideraciones a los indígenas. Los negros no eran considerados seres humanos como los demás. Por lo que no podían tener los derechos habituales y eran considerados como objetos en la práctica. Por supuesto que se debatió si tenían o no alma. Los indígenas fueron considerados personas con alma, por lo que no se les podía esclavizar. Por lo tanto salía económico comprar esclavos negros. El “Asiento de negros” era un convenio entre la Corona y un particular o sociedad comercial. La Corona concedía un arrendamiento de una explotación determinada, con exclusividad. Se utilizó para la explotación de minas y para el comercio de esclavos negros. La primera que se concedió el asiento de negros ocurrió en 1516 con una compañía genovesa. Muy pronto, los portugueses se hicieron con este lucrativo negocio y lo controlaron durante siglos.

sábado, 12 de septiembre de 2020

CAUSAS DE LA DECADENCIA DE LA POBLACIÓN IINDIGENA AMERICANA

Según María Luisa Laviana Cuetos, doctora en Geografía e Historia de América, por la Universidad de Sevilla, Científica Titular del Consejo Superior de Investigaciones Científicas en la Escuela de Estudios Hispano-Americanos, nos dice; “No sabemos con exactitud cuánta población existía a la llegada de los españoles a América, pero sí sabemos por qué disminuyó la población indígena, aunque tampoco sea posible valorar con precisión lo que cada una de las causas conocidas representa en el fenómeno global. De la amplia gama de causas que usualmente se mencionan, citaremos sólo tres de las más significativas: primera, la violencia española, segunda, el "desgano vital" indígena y tercera, las epidemias. La primera de ellas, la violencia o brutalidad de los españoles, tanto en la conquista como en la colonización, ha sido, desde Bartolomé de Las Casas, uno de los argumentos más repetidos como explicación del fenómeno, siendo la base de las conocidas teorías homiciditas y del genocidio. Sin duda la conquista fue extremadamente violenta y ocasionó una gran mortandad indígena, aunque no hasta el punto de provocar una contracción tan profunda y duradera en unos pueblos ya de antiguo acostumbrados a guerrear entre sí.
La segunda, el “desgano vital”, cabe decir sobre la explotación laboral (incluyendo malos tratos, trabajos excesivos, desplazamientos de población), que siendo evidente y cierta, no proporciona una explicación suficiente del hundimiento poblacional, sobre todo para los pueblos mesoamericanos y andinos, acostumbrados también a enormes esfuerzos y trabajos. La colonización obligó a los indígenas a un reacondicionamiento económico y social (Nicolás Sánchez Albornoz) que agravó el derrumbe demográfico iniciado por las guerras de conquista. El impacto psicológico causado en los indios por su derrota y dominación (con la consiguiente anulación de todo su sistema de vida y creencias) es un factor muy importante aunque muy difícil de evaluar. Se refleja en el llamado desgano vital, pronto traducido en suicidios, y en la reducción de la capacidad reproductiva indígena. A la mortalidad causada por la violencia, desnutrición, agotamiento, se suma la caída de la fertilidad, impidiéndose así una pronta recuperación demográfica. La contraconcepción, el aborto y el infanticidio no son más que prácticas defensivas derivadas de la condición de sometimiento y explotación. La tercera causa es que sobre esta población anímicamente deprimida y físicamente agotada se cebaron además las enfermedades epidémicas, que resultaron así una de las principales causas de la catástrofe, o la principal causa, según muchos autores. El aislamiento americano había mantenido a sus habitantes en condiciones relativamente salubres y también completamente indefensos ante la repentina invasión de gérmenes europeos, que se reprodujeron entre ellos a gran velocidad. Incluso enfermedades benignas para los adultos blancos, como sarampión, tos ferina o gripe, resultaban letales para los indígenas, y más aún lo eran otras como la viruela, el tifus o la peste bubónica que también causaban estragos en Europa; o enfermedades africanas como la fiebre amarilla y la malaria, que se harán endémicas en el Nuevo Mundo. Y si las epidemias fueron un poderoso aliado en la conquista, incluso precediendo a la presencia física de los españoles (el inca Huayna Capac murió de viruela años antes de la llegada de Pizarro), los sucesivos y reiterados brotes a lo largo de los siglos XVI y XVII, frecuentemente asociados a hambrunas, explican la perduración del derrumbe demográfico indígena.” El mejor resumen de todo esto lo hizo el virrey de Perú, marqués de Castelfuerte, en 1736: "Las causas de la decadencia de la población de las Indias son varias, y aunque todos los que han tratado y hablan de ellas ponen el principal origen de la ruina en... el trabajo de las minas, y aunque no dudo que este trabajo, el de los obrajes y otros concurren poderosamente al decaimiento, sin embargo, la universal que aun sin estas causas ha ido a extinguir esta nación es la inevitable de su preciso estado, que es la de ser regida por otra dominante, como ha sucedido en todos los imperios". Algunos autores sostienen que había en América cuatro millones de indígenas y otros 20 cuando se produjo el descubrimiento. Pero esas cifras no tienen base histórica porque no había censo alguno. Lo que sí se sabe es que cuando llegaron los españoles hubo epidemias devastadoras (como el sarampión) que se pudieron controlar más gracias a que se desarrolló una política activa de control de epidemias, lo que evidencia que el Imperio se preocupaba por la salud de los indígenas. El crecimiento de la población en Iberoamérica fue espectacular. México capital tiene en el año 1621, Siete mil setecientas casas y en 1650, Treinta mil. Y Lima tiene en 1619 Veinticinco mil, y en 1687, ochenta mil. Y según el Archivo de Indias, hasta el año 1700 sólo viajaron a América unos 200.000 españoles. Así que tuvieron que ser los indios o mestizos los habitantes. Los frailes que habían ido solo a evangelizar, los “Dominicos”, no soportaban la injusticia con que se trataba a los indios. En 1508 fundaron la primera iglesia y poco después se rebelaron contra los españoles que extorsionaban con su trabajo a los indígenas. Su rebelión llegó a España y a Europa entera y se planteó una disputa. ¿Eran los indios hermanos o eran bestias similares a los bárbaros medievales? Finalmente se dictaminó que si abrazaban la fe cristiana y sucumbían como súbditos de la corona serían libres. Pero si se negaban o huían serían vendidos como esclavos o encarcelados. Esto se les comunicaba a los indios con toque de tambor y a voz en grito acompañados por soldados, era el sistema militar en uso con lo cual se asustaban y huían despavoridos. Las conductas de abusos a los indios fueron denunciadas como dijimos por Fray Bartolomé de las Casas. Exagerado en su exposición pero con el objetivo claro de protección cristiana a los indios y justicia para los culpables. Sus escritos circularon por Europa y comenzó la llamada “Leyenda negra”. El historiador norteamericano John Tate Lanning, denunció exageración en las atrocidades referidas por el fraile De Las Casas. Ya en el siglo XIX, Charles F. Lummis (1859-1928), historiador estadounidense que se propuso cubrir a pie 3.500 millas a lo largo de 143 días por el estado de Nuevo México y su pasión por el mundo indio y español; publicó su experiencia, en su obra “Los exploradores Españoles del Siglo XVI” y escribió: “Los españoles no solo fueron los primeros conquistadores del nuevo mundo, sino también sus primeros civilizadores. Ellos construyeron las primeras ciudades, las primeras imprentas y publicaron los primeros libros; escribieron los primeros diccionarios, historias y geografías y trajeron los primeros profesores y misioneros. Una de las cosas más asombrosas de los españoles, es el espíritu humanitario y progresivo que desde el principio hasta el fin caracterizó sus instituciones. Algunas historias han pintado a esa heroica nación como cruel para los indios; pero la verdad es que la conducta de España en este particular a nosotros debería avergonzarnos.”

TRATADOS CON PORTUGAL A RAÍZ DEL DESCUBRIMIENTO

Para entender los acuerdos entre el reino de Portugal y el de Castilla-León, hemos de remontarnos a la Guerra de Sucesión Castellana entre a...