domingo, 25 de junio de 2023

LA ESCLAVITUD EN AMÉRICA - (Parte 2)

España renunció a tener bases en África de acuerdo con el Tratado de Tordesillas (1494), que otorgaba a los portugueses el dominio sobre el hemisferio oriental en el que se encontraba África.

DIVISIÓN SEGÚN EL TRATADO DE TORDESILLAS 

La llegada de Cristóbal Colón a América se realizó en un contexto donde los reinos españoles, si bien no tenían el comercio de esclavos africanos en sus manos, estaban plenamente involucrados en el uso de éstos en sus campos de producción, a los que se sumaban los canarios, moros y otros grupos. El mismo Colón había vivido un tiempo en Madeiras, la cual contaba con una numerosa cantidad de esclavos que trabajaban las plantaciones de azúcar. En su llegada a América, en la isla Guanahani se encontró con los indios taínos. Andaban desnudos y no conocían el trabajo del hierro, por lo que muchos autores los describen como culturalmente inferiores a los pueblos subsaharianos de África. La relación con los nativos del lugar fue descrita por él mismo como una relación amistosa, y confiaba que los indígenas fácilmente se harían cristianos. Así, Colón tomó siete hombres y los llevó a Castilla con la intención de “que aprendieran nuestra habla y volverlos, salvo que Vuestras Altezas, cuando mandaren, puédanlos llevar todos a Castilla o tenerlos en la misma isla cautivos, porque con cincuenta hombres los tendré a todos sojuzgados y les hará hacer todo lo que quisiere”. Aún con estas buenas relaciones que se dieron con los nativos, Colón vio la posibilidad de hacer ganancias con el tráfico esclavista con estos indígenas, lo que puede parecer contradictorio. Sin embargo, debemos tener en cuenta que en la mentalidad de la época, la esclavitud a los pueblos bárbaros o conquistados o vencidos en batallas era algo normal. Tal vez la única excepción se dio en la década de 1470 cuando la reina Isabel prohíbe el tráfico de los habitantes de Canaria, los “Guanches”.

COLÓN TRAE INDIOS A LOS RR.CC.

El cautiverio de estos nuevos paganos por parte de Colón no era necesario justificarla al tratarse de tierras vacantes por tanto estaban susceptibles a que un príncipe cristiano los dominara. La venta de estos esclavos indígenas, fue explícitamente autorizada por los reyes católicos en una carta escrita el 12 de abril de 1495. Curiosamente, cuatro días después es despachada una carta que suspende la venta de indios esclavos hasta conocer la opinión de los letrados, teólogos y canonistas, lo que resulta muy curiosa, considerando que la esclavitud estaba plenamente inserta en la sociedad española, tal como lo entendió Colón a su llegada. Esto marca el principio de lo que sería una larga discusión sobre la licitud de la esclavitud en América y muestra por parte de los Reyes Católicos un espíritu de justicia. La soberana castellana se convirtió en la primera persona en preocuparse de los derechos de los indios.
Las carabelas vuelven a España el 24 de febrero de 1495 con un cargamento de 400 esclavos indios. Sabemos esto por dos Reales Cédulas del 12 y 16 de abril de 1495.
Al parecer, los indios fueron hechos esclavos en acciones de guerra emprendidas por Colón y descritas por Bartolomé de las Casas. Los así “alzados”, en el derecho de guerra de la época, eran hechos prisioneros en calidad de esclavos. No puede sorprender por tanto que el almirante actuase de ese modo, conforme a las ideas comunes de su tiempo. A no ser que esa acción de guerra fuese “injusta”, como la califica el propio De las Casas, censurando a Colón por actuar “sin voluntad de los Reyes”, pero reconociéndole al mismo tiempo como hombre “cristiano y virtuoso y de muy buenos deseos”.
Antonio de Torres había salido de La Isabela con un cargamento de esclavos, el 2 de febrero de 1495, arribando al puerto de Cádiz a primeros de abril. En pocos días, el obispo de Badajoz, Juan Rodríguez de Fonseca, comunicó la llegada de la remesa a los reyes, pidiéndoles instrucciones sobre los esclavos. El 16 de abril salió de la cancillería una Real Cédula en la que se ordenaba al obispo Fonseca que paralizase la venta de esclavos “Porque nos querríamos informarnos de Letrados, Teólogos e Canonistas si con buena conciencia se pueden vender”. De esta consulta a teólogos y canonistas no se conserva más documento hoy que el anuncio de los propios reyes en su carta, ya citada, del 16 de abril.
El 4 de mayo de 1493, por la famosa bula “Ínter Caetera II”, de Alejandro VI, quedaba oficialmente incorporado a la real Corona de Castilla el reino de las "Indias Occidentales, Islas y Tierra Firme del Mar Océano".

LEYES DE BURGOS (1512)

A diferencia de lo que ocurre en África con los portugueses, en América se da una intensa conquista y colonización, por lo que se pasó de extraer esclavos del continente a importarlos, una vez que esclavizar a los locales se restringe por parte de la reina Isabel. Fernando el católico promulga las Leyes de Burgos en 1512 puesto que la esclavización no encajaba con las leyes castellanas, esto causó controversias jurídicas. En 1530, bajo el reinado de Carlos I, la esclavitud de los indios fue prohibida oficialmente, aunque algunos la practicaron de forma ilegal. Algunos españoles disponían de las encomiendas, un sistema de trabajo en el que el conquistador disponía de un determinado territorio y una cantidad establecida de indígenas para el trabajo. Pero en 1534 permite la esclavización de los rebeldes capturados en guerra justa, y finalmente en 1548 la Escuela de Salamanca, tras un profundo estudio humanístico, entre otras cosas vino a regular el trabajo de los indios, y sus derechos sociales, cosa que se promulgó ya con el rey Carlos I. Fundamentalmente sus puntos es que suprime las Encomiendas hasta la muerte del propietario, que tanto problemas habían dado, y regula la forma de hacer los nuevos Descubrimientos y de gratificar a los Conquistadores. También suprime todo tipo de esclavitud de los indígenas, y las guerras de Conquista. Recogen, entre otros, los siguientes derechos: la prohibición de injuriarlos o maltratarlos, la obligación de pagarles salarios justos, su derecho al descanso dominical, la jornada laboral máxima de ocho horas y un grupo de normas protectoras de su salud, especialmente de la de mujeres y niños. Esto en el año 1542.

ESCLAVOS NEGROS LLEGAN A AMERICA 

La corona de Castilla nunca tuvo barcos negreros. Pero para reemplazar a los indios llegaron los negros por esclavistas europeos dentro de las civilizaciones amerindias. Pero no sería exacto decir que los europeos introdujeron la esclavitud en el Nuevo Mundo. Tal institución ya existía, y en formas brutales, dentro de las civilizaciones amerindias. Ello no los disculpa. Sistemas análogos, pero mucho más atenuados, imperaban en Europa.
El comercio comienza con la disposición de caciques negros, que se introducen en el territorio africano y brutalmente se hacen con personas que sean susceptibles de ser vendidas a los negreros europeos. Los tiranos de África los venden, o entre ellos mismos los negros se venden. Los asientos o monopolios para la importación de negros a las colonias españolas se van sucediendo sin interrupción. El contacto con el mundo negro se origina con las expediciones portuguesas a las costas occidentales de África. Cuando se manifiesta que los indios americanos son ineptos para el trabajo del embrionario capitalismo europeo, se echa mano del resistente negro de África. La intervención de los Papas no va más allá de los principios del derecho internacional de la época: se acantonan en su poder espiritual de estimuladores de las Cruzadas. Las concesiones de Eugenio IV o de Nicolás V, de invadir y aun someter a esclavitud a los sarracenos y demás infieles que estuvieran en posesión de tierras cristianas, no volvió a repetirse por parte de los demás Papas.

sábado, 24 de junio de 2023

LA ESCLAVITUD EN AMÉRICA (Parte 1)

El Imperio Romano, con el avance del cristianismo, fue suavizando la situación de los esclavos, con Constantino I el Grande fue legalizada como castigo, más benigno que la condena a muerte. Digamos un derecho de conquista por guerra justa. La esclavitud en Europa, durante la Edad Media, persistió en pocas zonas. Entre cristianos y musulmanes se había establecido un régimen de mutuas represalias.
La esclavitud fue una constante durante la Edad Media en los reinos cristianos peninsulares. Las guerras de reconquista, el comercio con otras áreas del Mediterráneo, la piratería, las primeras relaciones comerciales de mercaderes catalanes y mallorquines con el norte de África y la conquista de las Islas Canarias fueron los canales proveedores de los mercados de esclavos en España. Entre los esclavos árabes y otros de raza blanca, los negros, poco a poco, fueron engrosando el contingente de esclavos a lo largo y ancho de la Península, siendo más abundantes en el sur y en levante, menos en la meseta castellana y más escasos en el norte. Así, a medida que fueron disminuyendo los esclavos procedentes del área mediterránea, aumentaron los del África sahariana debido a las exploraciones y contactos de navegantes.

MONUMENTO A ENRIQUE EL NAVEGANTE 

Siglo XV - El portugués Enrique “el navegante”, por 1425 crea en el Algarve, un centro de estudios náuticos, geográficos y astronómicos, desde donde organizó diversas expediciones marítimas a las costas occidentales del continente africano, empresas que tenían una finalidad tanto comercial como evangelizadora.
El mismo Papa felicita a Enrique el Navegante por sus descubrimientos y la evangelización que suponen. Simplemente habla de "muchos de Guinea y otros Negros cogidos por la fuerza". En su expansión en África los creyeron subproductos de la civilización musulmana. Por ello las expediciones portuguesas se hicieron bajo el signo de "cruzada" . Semejante error fue mantenido hasta el siglo siguiente. Las ideas medievales niegan personalidad jurídica a los infieles.
Los primeros europeos en llegar a las costas de Guinea fueron los portugueses. El primer europeo que compró esclavos africanos en la región de Guinea fue Antão Gonçalves, un explorador portugués del 1441. Originalmente interesados solo en el comercio de oro y especias, establecieron colonias en las islas inhabitadas de São Tomé.
Sobre la esclavitud de los negros cabe destacar el periodo previo al descubrimiento de América y la trata atlántica de esclavos que es la conquista de las islas Canarias, ello en el marco de la expansión ultramarina de España y Portugal. Ya desde 1425 los portugueses habían ocupado la isla de Madeira y los colonos se encontraban dedicados a la producción de trigo. Enrique "el Navegante" decidió crear un cultivo de caña de azúcar, comprada en Sicilia a comerciantes que la importaban del sudeste asiático, en la isla sostenido por esclavos africanos. Prácticamente al mismo tiempo dos carabelas con pescadores de Palos de la Frontera y algunos marinos del Puerto de Santa María partieron de Andalucía y llegaron al Golfo de Guinea, se apoderaron de ciento veinte esclavos y se los llevaron a Palos, en la actual provincia de Huelva, que se convertiría a partir de entonces en un lugar de trata de esclavos negros. Las islas Canarias resultaban interesantes al estar pobladas, por lo que eran objeto de saqueos para nutrir el tráfico de esclavos. En ellas se encontraba el pueblo guanche. Eran un pueblo que desconocía los metales y los tejidos, aunque sí conocían la cerámica. En un primer momento fue Portugal quien se quiso adjudicar las islas para sí, pero los intentos de conquista fueron infructuosos. Durante la Guerra de Sucesión Castellana, entre los reinos de Castilla y Portugal en 1478, los reyes de Castilla, Fernando e Isabel enviaron una armada a las costas de Guinea. Esta flota fue sorprendida en la batalla naval de Guinea por once navíos portugueses, que se apoderaron del botín castellano en oro y esclavos y lo llevaron a Lisboa. La guerra de Sucesión Castellana terminó al año siguiente con la firma del Tratado de Alcáçovas, donde Alfonso V de Portugal renunciaba a sus aspiraciones al trono castellano, reconocía la soberanía castellana en Canarias a cambio de la soberanía en el Atlántico, lo que le daba poder sobre Guinea, Madeira, las Azores, Cabo Verde y "cualesquier otras islas que se hallaren o conquistaren, de las Islas de la Canaria para Ayuso contra Guinea". 

GUERREROS GUANCHES 

La reina Isabel declara que los isleños (guanches), están bajo su protección y no podían esclavizarse, pero ante cualquier amago de rebelión los españoles actuaban de manera desmedida esclavizando a sus habitantes. Así ocurrió en 1488 en la Gomera, en Gran Canaria 1493, y también en Tenerife. Estos esclavos eran repartidos por el Mediterráneo, aunque se sabe que algunos de éstos más adelante, acompañaron a los españoles a América como domésticos.
Portugal circunnavega el África en busca de una ruta hacia Oriente, pero en su trayecto encuentra una rentable empresa en el continente negro basada en la creación de factorías a lo largo de la costa y la adquisición de oro, marfil y la propia población negra que será una mercancía de gran importancia durante varios siglos, de la cual los portugueses serán los principales proveedores.  En 1450 el comercio portugués estaba ya consolidado. Se intercambiaban tejidos de lino, alfombras, trigo y otros objetos por oro, marfil, especias, goma, pieles, almizcle y esclavos que los árabes traían de la llamada "Tierra de los Negros". El comercio esclavista en África, fue manejada exclusivamente, por Portugal en un inicio y se dio unas décadas antes de la llegada de Colón a América. Portugal había terminado la Reconquista de su territorio antes que España. Y contaba además de otros factores como su tecnología náutica, superior al resto, la geografía, el notable interés y patrocinio de uno de sus gobernantes, todo ello sumado a un impulso religioso, ya que los reyes cristianos consideraban su deber el conquistar a los infieles. En esto último, el Papa jugó un importante. En 1455 el Papa Nicolás V hizo la bula “ROMANUS PONTIFEX” a favor de Portugal, para que pueda ejercer dominio en las nuevas tierras, y se legitima el hacer la guerra a los pueblos gentiles y paganos. Esta bula no condena en lo absoluto la esclavitud hacia los conquistados. En la década de 1440 los portugueses habitualmente realizaban incursiones de cacería de esclavos al sur del recién descubierto río Senegal, pero los africanos habían aprendido a defenderse con sus embarcaciones ligeras. Entonces aquella forma violenta sería dejada de lado en poco tiempo para iniciar el comercio con los traficantes bereberes y árabes. Para ello, se estableció un fuerte en la costa de Mauritania. La factoría resultó ser bastante importante ya que por un lado, proporcionaba los esclavos necesarios para trabajar la recién conquistada región de Algarve en Portugal, importante para la pesca y por otro lado era un buen punto de escala para nuevos viajes para rodear África. Los mercaderes árabes recorrían el país, daban caza a los naturales, compraban prisioneros y los llevaban al mercado más próximo. Los portugueses ofrecían caballos, telas, armas de fuego y otras mercancías a cambio de los esclavos y polvo de oro.

VASCO DA GAMA 

Pensemos que los portugueses ya en 1487 ya habían identificado el Cabo de Buena Esperanza y luego Vasco da Gama en 1498 había llegado a la India. Todo ello costeando África.
España, por su parte, en su búsqueda de una ruta hacia la India va dirigida en dirección este-oeste y Colón se encuentra con un continente nuevo del cual sus habitantes también pasan a formar parte de la mano de obra cautiva. Sin embargo, a diferencia de lo que ocurre en África con los portugueses, en América se da una intensa conquista y colonización, por lo que se pasó de extraer esclavos del continente a importarlos, una vez que esclavizar a los locales se restringe (1495) y finalmente se prohíbe en las Leyes de Indias, (1512 y 1548).
 

jueves, 22 de junio de 2023

ESPAÑA Y LA PIRATERÍA INGLESA

Inglaterra en el año 1500 era una isla pobre y sin industria. Poca población y viviendo en pequeñas aldeas, unos cuatro millones de personas. La inmensa mayoría viviendo en el campo. En muchas ocasiones una vida miserable por el abuso de los terratenientes.
La gente huye de las aldeas buscando mejores condiciones de vida y de la esclavitud de los terratenientes. La única ciudad es Londres. Y miles de personas llegan a ella, buscando trabajo y deseando prosperar. No hay trabajo para todos y la única salida es el Mar, con las expediciones corsarias hacia América apoyada por algunos reyes. Una guerra encubierta en el mar que llegó a poner en peligro las colonias de América. Durante 200 años Inglaterra debilitó a España, sin declararle la guerra

BARCO INGLÉS EN ABORDAJE 

Inglaterra reunía todas las condiciones para ser un nido de piratas. Un país pobre y atrasado si se compara con algunas zonas de Italia, Flandes y Países con numerosas colonias en todo el mundo y con un rico comercio internacional, como eran España y Portugal. Estos Países ricos estaban siempre escasos de marinos, ya que sus amplias rutas hicieron que necesitara una gran marina para poder conectar y abastecer a sus colonias. Sin embargo en Inglaterra sus marinos estaban ociosos y desocupados por el escaso comercio del país, sin el comercio los marinos eran pobres, ociosos y ven barcos con ricas mercancías.
Por delante de sus ojos por el Canal de la Mancha pasaban todo tipo de mercancías. Flandes y en concreto Amberes era un centro comercial utilizado sobre todo por España y Portugal para distribuir sus productos por toda Europa del Norte y a la vez comprar paños y algunos productos industriales.
Portugal llevaba sus propios vinos, las tan valoradas especies, maderas y piedras preciosas traídas desde Oriente o Brasil. España sus vinos, los cereales del Mediterráneo, oro, plata y los sorprendentes productos de América.

PIRATAS INGLESES

Ha habido hasta familias de tradición pirata. Todo un negocio con historia de generaciones dedicadas a la piratería. Estas familias algunas con generaciones en este lucrativo negocio, realizaban la compra del barco y su avituallamiento, sobornos a funcionarios, detalles monetarios para que los nobles hicieran la vista gorda y también pagaban a los piratas que eran los que realizaban el trabajo más peligroso.
Con la mercancía robada se encargaban de la distribución en Londres o en otros puertos mediante sus encubridores para su venta respetable. Comerciantes de lo robado. Toda una tradición y una red encubierta para vender los productos robados por los piratas. Incluso llegaron a tener sus propios alojamientos durante su estancia necesaria mientras hacían las transacciones.
Con la piratería se conseguía dinero rápido, fácil y prestigio social. Francis Drake fue un corsario al servicio de la reina Isabel I de Inglaterra. Portador de especias y tesoros saqueados a los españoles, Drake recibió de manos de la reina el título de Sir, en una ceremonia oficial. Y fue miembro del Parlamento inglés entre 1584 y 1585.
El prestigio social de la piratería y de sus principales jefes era conocido por todos. En las reuniones de la alta sociedad su participación era algo habitual. Con el dinero obtenido ascendían en la escala social y familias enteras controlaban el negocio. Otros famosos piratas ya procedían de familia noble y con la mejor educación. Con esta cultura, no nos debe extrañar que piratas célebres famosos incluso tan salvajes como Morgan fueran ascendidos a gobernadores.

HENRY MORGAN 

A otros corsarios se les recibía con honores dándoles un título nobiliario, ascendiéndoles de esta manera a la nobleza. Demasiado habitual era que los terratenientes apoyasen a bandidos y piratas a cambio de una parte importante del botín.
Y esto se convirtió en algo tan profesional que se financiaban todo un entramado burocrático entramado para que no hubiera problemas con el negocio.
La piratería conseguía prácticamente no tener castigo. La corrupción entre jueces y nobles con un entramado social que los protegía. Exceptuando algunos pocos casos la mayoría de los ataques piratas no fueron castigados. Sólo cuando los emprendedores por su cuenta eran capturados recibían las penas que les correspondía.
Con las expediciones corsarias se enriqueció, a la vez que evitaba que el oro llegara a las arcas de la Corona Española. Inglaterra cada vez más rica, y España cada vez con más gasto por la necesidad de fortificar las colonias de americanas y mantener una marina de defensa de las costas. Tras el desastre del intento de invadir Inglaterra con la Gran Armada, Gran Bretaña se sintió segura.

GALEÓN ESPAÑOL 

Obligó a España a invertir ingentes cantidades de oro, en las defensas de las Colonias de América. Se tuvieron que crear convoyes de escolta, para evitar la captura de los Galeones. Pronto hubo dos flotas defensivas permanentes. Una en el Caribe y otra en el sur de la Península Española, las cuales hacían las funciones de guardacostas.
Esta piratería limitó enormemente el tráfico marítimo entre América y España, por la inseguridad que provocaban los ataques constantes de corsarios y piratas. Las embarcaciones sólo se atrevían a viajar agrupadas en convoyes con protección militar dos veces al año.
Como parte de un acuerdo después de la Guerra de sucesión española, se le fue concedido a Inglaterra el Asiento de Negros por parte del gobierno de España para proveer esclavos a las colonias Españolas en el nuevo mundo, abriéndole las puertas a traficantes y mercaderes británicos a los tradicionalmente cerrados mercados Españoles en América. Este arreglo también contribuyó fuertemente a la expansión de piratería por el oeste del Atlántico. El comercio en las colonias explotó al mismo tiempo que hubo una abundancia de marineros experimentados después de la guerra. Los mercaderes usaron esta excedente oferta de marineros para bajar los salarios y así maximizar sus ganancias, creando condiciones precarias dentro de sus embarcaciones. Los marineros de naves mercantiles, de moral baja y con las condiciones de vida que eran tan pobres que muchos marineros preferían una existencia libre como piratas. El volumen incrementado de navíos comerciales también creó un gran número de bandidos acechándolos.
Aunque algunos detalles son regularmente omitidos, el impacto de la piratería en la cultura popular es difícilmente subestimado.

IMAGEN CINEMATOGRÁFICA DE BARBANEGRA 

Historia general de los robos y asesinatos de los más famosos piratas de Charles Johnson, es la principal fuente para las biografías de muchos piratas conocidos de la edad de oro, proveyendo también una imagen extensiva del periodo. Dando un estatus casi mitológico a personajes como Barbanegra y Calicó Jack, el libro marcó el estándar para representar las vidas de mucho piratas de la edad de oro; además de influenciar la literatura de Robert Louis Stevenson y J. M. Barrie. Trabajos literarios como La isla del tesoro y Peter Pan marcaron la imagen de los piratas que se tiene hoy en día. Películas como Pirates of the Caribbean y el anime/manga One Piece han trazado una imagen romántica sobre el ideal de la piratería.
Muchas afirmaciones y especulaciones sobre su imagen, vestimenta, código de etiqueta, etc. también atribuyeron a su misterio y leyenda. Por ejemplo, los hombre usaban aretes con el propósito de que su valor en oro o plata pagaran un entierro si se llegaban a perder en el mar y su cuerpo llegaba a la costa.
Más recientemente, detalles menos acertados sobre la imagen de los piratas han ganado popularidad (por ejemplo el Día Internacional de Hablar como un Pirata). Sin embargo este fenómeno simplemente ha ayudado a expedir e implementar el romanticismo en el mito de la piratería.
En la mayoría de los casos de los piratas a sueldo de las familias recibían ayuda si era necesario e intervenían las influencias o los sobornos. Era tal el entramado que tanto jueces como legisladores tenían su complemento de alguna forma. Sólo en ciertos casos cuando atacaron propiedades del gobierno o de altos aristócratas fueron castigados con la horca, aunque generalmente con una ligera pena quedaban libres.
Y en lo que se refiere a ataques corsarios al exterior no había motivos para sentir ningún miedo las patentes de corso lo garantizaban.
A diferencia del siglo XVII, a comienzos del siglo XVIII, los piratas ya no eran corsarios, es decir sus actividades no estaban promocionadas ni costeadas por sus respectivos gobiernos a cambio de su apoyo en la guerra. Ahora no eran considerados militares irregulares, sino simples ladrones que no creían en gobiernos ni leyes, solo querían riqueza, libertad y la oportunidad de ser alguien. Al principio, los piratas se componían mayoritariamente de antiguos corsarios y militares desempleados, pero, con el paso del tiempo, sus filas se nutrieron de marinos mercantes, esclavos fugitivos, forajidos y jóvenes aventureros. Todos ellos tenían una cosa en común: querían ser libres y sobre todo ricos, algo que en aquella época era casi imposible para la gente de condición humilde. La vida de los piratas siempre ha sido vista de forma romántica, héroes populares que decidían arriesgar su vida para tener una oportunidad de enriquecerse, personas carismáticas que no aceptaban las leyes de sus naciones, solo sus propias leyes. Pero dejando a un lado el aspecto romántico que nos ha trasmitido el cine y la literatura, la mayoría de los piratas eran idénticos a cualquier banda de asaltantes de tierra firme, solo querían obtener riquezas sin importarles la vida de las personas que robaban. Incluso había piratas que eran auténticos psicópatas que violaban, torturaban y mataban por simple placer.

SIR FRANCIS DRAKE 

La fama romántica, aventurera y casi heroica que acompaña a los piratas en las novelas y películas, no hacen sino profundizar en la injusticia, en un latrocinio autorizado, fomentado y disfrutado por Inglaterra perjudicando durante siglos a España y Portugal, que además tiene como consecuencia para Inglaterra que ya los llevan en su ADN político, imperialista y comercial.

miércoles, 21 de junio de 2023

AL -ANDALUS SIGLO XIV-XV - (Parte 10)

Estamos a finales del siglo XIII. Todo se ponía difícil para la Corona de Castilla-León. Muhammad II había conseguido hacerse fuerte frente a Castilla, aliándose con Aragón y con los benimerines. La política exterior granadina con el nuevo emir, Muhammad III, cambió, ya que firmó un nuevo tratado con Castilla (1303), convirtiéndose en vasallo del rey 

Fernando IV de Castilla 

Muhammad III rompió definitivamente con Aragón en 1304. Dos años después emprendió la conquista de Ceuta. Al mismo tiempo las coronas de Castilla y Aragón acordaban la paz en el conflicto por Murcia en la Sentencia Arbitral de Torrellas (1304) y el Tratado de Elche (1305), por lo que dejaban en una posición delicada al reino de Granada.
En 1308 los reinos de Castilla y Aragón firmaron el Tratado de Alcalá de Henares para iniciar la guerra contra Granada. Castilla y León atacarían las plazas de Algeciras y Gibraltar, mientras que los aragoneses conquistarían la ciudad de Almería. Jaime II atacó Almería, mientras los benimerines recuperaban Ceuta, que se rebeló contra el dominio nazarí. Las tropas castellanas, por su parte, emprendieron el sitio de Algeciras.
 Nasr el nuevo emir desde 1309, rápidamente se puso en contacto con los benimerines con los que concretó la paz. La ruptura del acuerdo tripartito hizo que fracasaran. Los castellanos solo pudieron tomar Gibraltar. La Tregua de 1310 significó la paz entre los contendientes, a la vez que obligaba a Granada a pagar.
La situación de tregua fue rota y al Azafi, señor de Ceuta,  logró derrotar a una escuadra castellana en 1316. Los castellanos, dirigidos por el infante Pedro de Castilla, tutor del rey Alfonso XI que era menor de edad, emprenden una campaña en la frontera del Reino de Jaén.
El avance cristiano fue derrotado en la Vega de Granada (1319). La tregua de 1321 permitió al sultán Ismail recuperar algunas plazas. El reino de Aragón renovó la paz con Granada en 1321.
Cuando el rey Alfonso XI de Castilla alcanzó la mayoría de edad comenzó una campaña expansiva contra Granada, obtiene la ayuda del rey aragonés Alfonso IV, que facilitó la conquista de la zona. Finalmente la campaña terminará con la Tregua de 1331 entre Castilla y Granada.
El mayor éxito de los benimerines fue la toma de Gibraltar en 1333, mal defendida y que se convirtió en la plaza fuerte de los norteafricanos. Al año siguiente se firmó la paz.
El reino de Aragón se unió a esta paz con Alfonso IV y renovada con Pedro IV el Ceremonioso, rey de Aragón desde 1336.
En 1338, al expirar la tregua, deseoso de conquistar Tarifa y derrotar a los castellanos, el sultán  pasó el Estrecho con su ejército y comenzó el cerco de Tarifa, por su parte, la alianza para esta lucha entre los reinos de Portugal y Castilla obligó a presentar batalla a los benimerines cerca de Tarifa. En octubre de 1340 se desarrolla La batalla del Salado, de las más importantes de la Reconquista cristiana. Supuso el triunfo definitivo de Alfonso XI sobre los benimerines. 

BATALLA DEL SALADO 

El rey Alfonso XI puso sitio a Algeciras. Los nazaríes intentaron socorrer a la población, pero fueron vencidos en batalla naval cerca de Estepona. Finalmente en 1344 las tropas castellanas tomaban Algeciras, dejando a Gibraltar como único baluarte benimerín en la Península. En 1344 se acuerda una tregua por 10 años entre Castilla, Granada y los benimerines. Un año más tarde se firmó la tregua entre Aragón y Granada.
Alfonso XI respetó la tregua hasta 1349, cuando decidió la toma de Gibraltar, a la que puso sitio en verano. Sin embargo, el avance de la plaga de la peste negra por Europa alcanzó el campamento cristiano en el que falleció el rey.
La gran beneficiaria, Castilla, quedaba como dueña de las plazas del Estrecho, salvo Gibraltar, pero las guerras civiles posteriores facilitaron la supervivencia del Reino de Granada y desviaron su atención en la zona del Estrecho. La rebelión de Gibraltar (1411) significó el último intento de los benimerines de mantener influencia en la Península.
Los portugueses tomaron Ceuta en 1415, Tetuán en 1437 y Tánger en 1471 cuando ya el poder benimerín había desaparecido.
La lucha por el Estrecho concluye con la toma de Gibraltar en 1462 por parte de los castellanos, superando el intento fracasado en 1436. Con ello, el Estrecho quedaba en manos castellana en su parte europea (Tarifa, Algeciras, Gibraltar) y en manos portuguesas en la zona africana (Tánger y Ceuta).

FERNANDO II DE ARAGON 
ISABEL I DE CASTILLA 

Ya solamente quedaba el reino nazarí de Granada, cuya guerra comenzaría en 1482.
El gobernador de Ronda, Mohamed al Zagrí, que se apoderó de la plaza de Zahara en 1481. Toda una provocación, y Fernando II de Aragón y esposo de Isabel I de Castilla, se acuarteló en Córdoba. Organizó un ejército con su Estado Mayor. Había nacido la guerra moderna. En las luchas los moros eran derrotados y en el Palacio crecieron las intrigas. Para colmo el rey Muley Hacén, algo viejo ya, se encaprichó con una concubina cristiana mucho más joven que él llamada Soraya. Su esposa Aixa, muy resentida por perder la condición de favorita, se conchabó en secreto con su hijo Boabdil para que le destronase y traicionase. 

BOABDIL EL CHICO, REY DE GRANADA

Boabdil, se dejó enredar. El rey moro salió a la lucha por recuperar Alhama y su hijo Boabdil aprovechó la ausencia de su progenitor para dar un golpe de mano con la ayuda del poderoso clan de los Abencerrajes, una familia aristocrática traicionera. Fernando de Trastámara, se enteró de la cuestión e influyó lo que pudo para incrementar las rencillas del palacio moro. El rey Muley Hacén, se refugió en el castillo de Mondújar. Boabdil condujo entonces un ejército hasta los territorios cristianos, donde los castellanos salieron a su encuentro, le derrotaron en Lucena y se lo enviaron a Fernando cargado de cadenas. Todos los cristianos pedían la cabeza de Boabdil, pero a Fernando eso le parecía un desperdicio. Le dejó marchar a cambio de que, en secreto, fuese su aliado y pagase una indemnización. En prenda se quedó con sus dos hijos.  El Papa había echado una mano otorgando bula de Cruzada a la guerra, lo que significaba dinero. Con el emirato partido en dos bandos Fernando se dispuso a ir troceando con paciencia los dominios del enemigo. Ronda y Marbella cayeron en 1485, Loja en 1486 y Málaga en 1487, tras un sonado asedio. Málaga era muy importante. Los reyes reclamaron soldados de todos sus reinos, y hasta allí llegaron enfervorecidas huestes de vizcaínos, guipuzcoanos, asturianos y valencianos. La flota castellana bloqueó el puerto para evitar que la ciudad recibiese refuerzos y provisiones de Marruecos. A finales de agosto se rindió. Tanto había costado doblegarla que Fernando fue cruel con los supervivientes. Lo que quedaba del emirato estaba dividido entre Boabdil, que controlaba Granada, y su tío el Zagal, que tenía en su poder Almería y Guadix. Muley Hacén había muerto dos años antes. Fernando antes dar el remate a Boabdil, que se escondía en el Albaicín, siguió y  los castellanos conquistaron Baza, envió un emisario al Zagal para pedir la rendición. El Zagal lo entendió enseguida. Entregó Almería y se largó al norte de África. Granada, la capital en 1490, era lo que quedaba. Fernando sabía que entrar a saco hubiera sido una carnicería por ambos bandos, y con resultado incierto. De modo en lugar de tratar de tomarla al asalto, la sitió. Mandó construir una ciudad junto a Granada, a la que llamó Santa Fe. Caso insólito éste; edificar una ciudad para sitiar otra. No se volvería a ver cosa igual.

ENTREGA DE GRANADA                         

Granada resistía, Isabel envió un emisario negociador. Ofreció a Boabdil un señorío en la Alpujarra, rentas y el compromiso de respetar la religión y las costumbres de los granadinos.  Se fijó el 2 de enero de 1492 para hacer efectiva la entrega de la ciudad. Al amanecer, los reyes esperaron a Boabdil a orillas del Genil. El moro se acercó derrotado; hizo ademán de besar las manos de Fernando, cosa que éste rechazó, y entregó las llaves al rey, que, a su vez, se las dio a Isabel. Era su regalo, el más preciado que una reina de Castilla pudo soñar jamás. La unión de la península era un hecho por la religión cristiana. Rodríguez de Almela, cronista e historiador les recordaba que el origen de la legitimidad de los reinos, estaba en la estirpe visigoda, que a su vez la recibiera de Roma por el primer pacto (Foedus) del 418, en Tolosa.
La noticia recorrió el continente y todos los reyes de Europa celebraron la conquista y ordenaron misas en gratitud por la victoria. El Papa hizo repicar al unísono todas las campanas de Roma.

martes, 20 de junio de 2023

AL-ANDALUS SIGLO XIII - (Parte 9)

Muere Alfonso VIII de Castilla, el vencedor de la batalla de las Navas en 1214, y le sucede su hijo Enrique I de Castilla, pero muere y por asuntos de herencia sube al trono Alfonso IX de León.
Un año antes de morir, en 1229 Alfonso IX de León logra tomar Cáceres y en marzo de 1230 Badajoz es tomada por las tropas de Alfonso IX de León. Muere el rey y hereda Fernando III, (el santo), que recibe de su madre Berenguela, el reino de Castilla y de su padre (en 1230) el reino de León, por lo que se unieron definitivamente ambos reinos.
Nace así la Corona de Castilla-León se unen los reinos y las Taifas y señoríos conquistados a los árabes, Córdoba, Jaén, Murcia y Sevilla. Fernando el santo fue el rey que conquistó Córdoba en 1236, en noviembre de 1248, tomó Sevilla.

FERNANDO III, EL SANTO 

El reino Taifa de Murcia abarcaba por entonces casi todo Al-Andalus, (1228-1266).
Por el reino de Aragón, en tan solo dieciséis años, entre 1229 y 1245, Jaime I de Aragón conquistó gran parte de lo que ya desde 1238 se constituyó como Reino de Valencia. La isla de Ibiza fue conquistada en 1235. Desde 1229 a 1232 luchó por tomar Mallorca y la consiguió y Mallorca se constituyó en reino, uno más de la Corona de Aragón.  Consiguió someter Menorca.
Desde 1232 a 1238 conquistó parte de Valencia, Burriana, Peñíscola y Castellón, en los años siguiente tomó Alcira y Valencia, tras duro asedio y más tarde el resto hasta el límite con Castilla.
En febrero de 1236 llegó Fernando III a Córdoba con su ejército. Los cordobeses esperaron la ayuda de Ibn Hud, que no venía desde Murcia, por lo que iniciaron negociaciones de rendición con Fernando III. Al no aceptar las condiciones del rey para evacuar la ciudad, propició que la ciudad de Córdoba se rindiese en junio de aquel año. En las negociaciones se estableció una tregua de seis años y el pago de parias.
Después de la caída de Córdoba, Ibn Hud se instaló en Almería. A principios de 1238 fue asesinado por el gobernador de Almería, que inmediatamente se alzó con el poder en aquella ciudad. Se anexionó también el territorio almeriense. Numerosas villas y castillos cordobeses fueron anexionados mediante pactos o por las armas. El poder almohade se estaba perdiendo rápidamente y fueron incapaces de socorrer a los musulmanes de Al-Ándalus mientras Fernando III avanzaba por el valle del Guadalquivir.

ALFONSO X, EL SABIO 

Mientras su hijo, Alfonso X el sabio estaba en la reconquista de Levante. Y se estableció en Murcia  firmando un acuerdo con el rey en 1243, viendo éste el peligro al haber tomado Jaime I Valencia. En 1244 se concertó el matrimonio de Violante, la hija de Jaime I, con Alfonso X.
Al año siguiente Jaime conquista Játiva y Alcira.
En 1246 Ibn al-Yadd expulsó al gobernador y quedó como principal de Sevilla, firmando una tregua con Fernando III. Los elementos contrarios a este acuerdo le asesinaron y su líder, Axataf, pasó a ser el nuevo gobernante de Sevilla.
En 1246 el Rey Muhammad ibn Nasr, rindió vasallaje y entregó la ciudad de Jaén a Fernando III, consiguiendo que el nuevo Reino Nazarí de Granada perdurase.
Después de la toma de Jaén en 1246, Fernando III devastó los campos sevillanos de Carmona, Lora y otros, como preparación al asedio a Sevilla para el año siguiente, dominando así todo el valle del Guadalquivir. La conquista de Sevilla no era fácil y se llevó de manera simultánea por tierra y por el río. Ordenó la formación de una flota. Eso les privó a los musulmanes de los refuerzos procedentes de África. Mientras las plazas cercanas fueron atacadas por las tropas castellano-leonesas y se procedió al asedio de Sevilla. La ciudad quedó aislada del castillo de Triana y no tuvo más remedio que rendirse. Después Fernando bajó por el Guadalquivir con dos compañías de saqueo, liquidando las resistencias restantes de las Marismas y de la comarca del estrecho de Gibraltar, Jerez, Arcos, Medina Sidonia y otras ciudades gaditanas como Puerto de Santa María, Sanlúcar, Rota y Trebujena. En estas actividades estuvo implicado el príncipe Alfonso, ejerciendo labores de gobierno, dada la mala salud de su padre. Sólo quedaba Cádiz y Niebla. Pero se registra la excepción del Algarve y Granada, que se declaró vasallo del rey castellano y que como sabemos aguantó hasta 1492.
Muere Fernando III el santo, en 1252. Su hijo Alfonso X, el sabio, continuó la lucha contra las Taifas musulmanas. En 1248 Jerez de Jerez de la Frontera cae a manos de Alfonso X de Castilla, el sabio, el puerto de Rabat en 1260 y conquistó Cádiz en 1262
Por el lado aragonés en 1266 Jaime I sometió Murcia e inició un proceso de repoblación con catalanes y aragoneses, devolviendo luego Murcia a Alfonso X de Castilla.
Muhammad I, fue el primer rey de Granada entre 1238 y 1273,y  fundador de la dinastía nazarí.

JAIME I DE ARAGÓN 

Después de 1266, en Granada, los reyes de Castilla, cobraban un tributo a sus homólogos nazaríes. Un tributo en oro, porque Granada era la puerta del oro africano.
El reino nazarí ocupaba una franja que comprendía desde la punta de Tarifa hasta un 30 km. Al este de Almería. Con un anchura de unos 100 kilómetros.
Aquí aparecen los Benimerines, nombre castellanizado que reciben los Banu Marin, miembros de un imperio de origen bereber. Se movieron al norte de África y tomaron Fez en 1244, convirtiéndola en su capital. Una vez instalados declararon la guerra a los debilitados almohades con la ayuda de mozárabes mercenarios. En 1269 se capturó Marrakech y se hizo con el control de gran parte del Magreb.
La línea defensiva nazarí se centraba en Tarifa y las plazas fuertes como Jimena de la Frontera y Castellar de la Frontera que defendían el acceso a Málaga. Otras poblaciones menores eran Algeciras y Gibraltar.
El rey de Granada por entonces, Muhammad II conseguirá derrotarlos en 1273. Un año después concertó un tratado con Alfonso X por el cual el soberano nazarí daba  una fuerte cantidad en plata.
La presión a la que estaba sometido el nazarí le obligó a solicitar nuevamente ayuda a los benimerines, que esta vez acudieron. Las tropas del sultán Abu Yusuf desembarcaron en Tarifa el 13 de mayo de 1275 convirtiéndola en su base de operaciones desde donde saquearon los campos próximos a Jerez de la Frontera, los benimerines dirigidos por el sultán saquearon las tierras de Sevilla, Córdoba y Jaén.  Finalmente Abu Yusuf volvió a saquear los campos de Sevilla y Jerez antes de retirarse.
En 1277 regresó a la península y emprendió razias contras las poblaciones de Sevilla. A finales de año el sultán sitió a Córdoba, saqueando los arrabales. Alfonso X ante este panorama solicitó la paz, que fue firmada en 1278 en Algeciras. Abu Yusuf regresaba nuevamente a Marruecos. Alfonso X decidió romper la tregua e inicia el sitio de Algeciras. El nazarí Muhammad preparó una armada y ayudó a su aliado norteafricano. El fracaso castellano se completó con un desastre naval.
En 1279 se entrevistaron Alfonso X y Abu Yusuf en la ciudad de Algeciras para concretar una alianza militar contra Granada. Las tropas castellanas asolaron la Vega de Granada hasta la derrota castellana en la batalla de Moclín, en julio de 1280. Los benimerines atacaron la serranía malagueña. La paz se alcanzó en 1281 siendo devueltas las poblaciones a los nazaríes.

JAIME I 

Los benimerines se hacen con las poblaciones de Estepona y Fuengirola; al tiempo que ponían sitio a Málaga. Muhammad II aprovechó la situación para acercarse al hijo de Abu Yusuf, Abu Yaqub, para que intercediera ante su padre para negociar una paz. La acción tuvo éxito y ese año se firmó una alianza, con ello los benimerines rompieron su alianza con Castilla y saquearon las tierras de Sevilla, Carmona, Écija y sometieron a asedio a Jerez. Ese mismo año Granada firmaba una alianza con la corona de Aragón.
Con la muerte de Abu Yusuf en 1286 le sucedió su hijo quien devolvió las plazas y firmó la paz con Castilla. En 1291 Jaime II ponen fin a la enemistad con Castilla y firma el Tratado de Monteagudo que garantizaba seguir la guerra contra los musulmanes. La situación cambia nuevamente cuando los benimerines rompieron la tregua.
Las tropas castellanas tomaron Tarifa en 1292, pero el rey Sancho IV se negó a ceder la plaza lo que provocó que Muhammad II firmara la paz con los Benimerines (1295). Los benimerines, apoyados por el infante Juan de Castilla que se hallaba en rebeldía contra su hermano Sancho IV, fracasaron en el asedio de 1294 a Tarifa, defendida por Guzmán el Bueno.

JAIME I ENTRA EN VALENCIA  

El emir nazarí realizó las negociaciones diplomáticas para oponerse al reino de Castilla. La paz con los benimerines le permitió recuperar las plazas de Algeciras y Ronda, a lo que le siguió la alianza con Aragón en 1296 justo cuando el rey conquistaba el reino de Murcia, aprovechando la crisis entre el rey castellano y los regentes.

domingo, 18 de junio de 2023

AL-ANDALUS - SIGLO XII/XIII - (Parte 8)

Últimos años del siglo XII. El Cid, el Sidi, se convierte en Soberano Cristiano de un Principado Musulmán, Valencia, una difícil posición que no sólo supo mantener hasta su muerte sino que incluso consolidó.
Volverían los almorávides sobre Valencia por tercera vez, sufriendo otro descalabro más. Fue en la batalla de Bairén, en enero de 1097. En esta ocasión al lado del Cid lucharía el futuro Pedro I de Aragón, aniquilando el ejército almorávide. Las alegrías durarían poco ya que el 15 de agosto cuando en la derrota de Alfonso VI de León en los campos de Consuegra (Toledo) muera el joven Diego Rodríguez, el único hijo varón del Cid, luchando al lado su rey.  Finalmente Alfonso VI retira el destierro a Rodrigo y le ofrece la posibilidad de regresar a Castilla. 

EL CID CAMPEADOR 
Rodrigo Díaz de Vivar rechaza la oferta, pero a partir de ese momento se abre una convivencia amistosa. Los intentos almorávides por recuperar la ciudad no cejaron y a mediados de septiembre de ese mismo año de 1097 un ejército al mando de ibn Tāšufīn, llegó hasta Quart de Poblet, y la asedió, pero fue derrotado por el Cid en una batalla campal. Dos años después, cinco días antes de la toma de Jerusalén por los cruzados, temido y respetado por moros y cristianos, murió Rodrigo Díaz de Vivar en Valencia de muerte natural el día 10 de julio de 1099. Se dice que le alcanzó una flecha, pero eso es leyenda. A la muerte del Cid, Jimena heredó los territorios de levante, pero sólo pudo mantener el trono unos pocos años más con la ayuda del conde Ramón Berenguer III de Barcelona, casado con su hija María. Consiguieron defender la ciudad hasta el año 1101, en que cayó en poder de los almorávides.

ALFONSO I DE ARAGÓN

Por su parte Alfonso I de Aragón, “el Batallador” luchando contra las Taifas, dio un impulso definitivo a la reconquista del valle del Ebro: tras tomar Egea de los Caballeros, Tauste (1106), Tamarite (1107) y Morella (1117), y detener una ofensiva musulmana en la Batalla de Valtierra (1110). Para estas fechas el rey de León ya era Alfonso VII, que con sus  incursiones periódicas y del aragonés Alfonso I el batallador, que conquistó Zaragoza en 1118, supusieron el principio del declive almorávide, dando muestras de debilidad en lo militar. Con la conquista de Zaragoza en el 1118 dio un impulso definitivo a la reconquista del valle del Ebro, tomando importantes ciudades como Tudela, Tarazona, Calatayud, Alhama, Daroca, además de repoblar Soria y la derrota almorávide en la Batalla de Cutanda (1120), que acaba con las posibilidades almorávides de reconquistar Zaragoza. Su empresa más audaz fue, sin embargo, una expedición contra Granada, en la que se adentró profundamente en territorio musulmán, al frente de un ejército de aragoneses, normandos y bearneses: en menos de un año (1125-26) recorrió Teruel, Valencia, Játiva, Murcia, Baza, Granada, Motril, Málaga, Lucena, Córdoba, Alcaraz, Cuenca, etc.
Aunque no hizo conquistas en aquella ocasión, sí logró un gran botín y se le incorporaron muchos mozárabes que, a su regreso, contribuyeron a repoblación que era tan necesaria en los territorios despoblados.
El reino de Portugal conquistó Lisboa en el año 1147 y el catalán Ramón Berenguer IV ocupa Lérida. Poco a poco Castilla y León consiguió dominar el valle del Guadiana y de los pasos de Sierra Morena.
Poco a poco Castilla y León consiguió dominar el valle del Guadiana y de los pasos de Sierra Morena. Las cosas se iban complicando para los musulmanes. Aragón y Castilla-León se habían repartido los territorios de Al-Andalus delimitando las zonas de conquista, lo que disparó la alarma. Además, Alfonso VII de León, junto con el conde Ramón Berenguer de Barcelona y García Ramírez IV de Navarra tomaron Almería en el 1147, que era una de las Taifas más poderosas.
La presencia de los primeros indicios del malestar andalusí en contra de los almorávides se produjeron en Córdoba en 1121, la población se rebeló contra los almorávides. Sólo la intervención de los alfaquíes pudo evitar lo que sería un baño de sangre. Otras rebeliones se produjeron en distintas ciudades. A partir de 1140 el poder almorávide empieza a decaer en el norte de África por la presión almohade y a la península llegan esas noticias.
En el año 1144 un sufí, Ibn Qasi comienza un movimiento anti-almorávide y van apareciendo territorios musulmanes con gobiernos independientes que constituyen las llamadas segundas taifas. Todas muy efímeras, y la mayor parte de ellas sucumbieron en menos de un lustro al Imperio almohade, salvo la Segunda taifa de Murcia, que regida por el Rey Lobo resistió al poder norteafricano hasta 1172 gracias al apoyo del Reino de Castilla. Caso distinto es la Taifa de Mallorca, que siguió en manos almorávides debido a su carácter insular.
En 1147, el ejército comandado por el líder almohade Abd Al-Mumin llegó a España y conquistó una gran parte del sur de España, incluidas las ciudades de Cádiz, Málaga y Sevilla. En 1172, su hijo ( Abu Yaqub Yusuf), completó la conquista de Al-Ándalus con la toma de la taifa de Murcia y poner fin a la última taifa de este período en la península, todavía quedara la taifa de Mallorca, que finalmente caerá en 1203.

GUERREROS ALMOHADES 

Los Almohades eran una dinastía marroquí de origen bereber que dominaron el norte de África. Surgieron en el actual Marruecos en el siglo XII, como reacción a la relajación religiosa de los almorávides. Al morir asesinado el rey musulmán de Sevilla, la ocupó Yusuf, y se enfrentó a los avances cristianos, pero también se supo aliar con ellos para disputar territorios en litigio con otros cristianos. Decretó la expulsión de los judíos o su conversión. Sufrió algunas derrotas, como la de Santarem, una fortaleza cerca de Lisboa que sitió y murió poco después.
Su sucesor consiguió una tregua para ir a África. Alfonso VIII de Castilla, firma la tregua, pero la rompe cinco años más tarde, cuando se propone tomar Sevilla. El combate se desarrolla el 18 de Julio de 1195 en Alarcos, próximo a Ciudad Real, con una evidente inferioridad numérica del ejército Cristiano. El rey castellano, no pudo o no quiso esperar las ayudas de otros reinos y se adelantó a iniciar el combate.  Realmente fue una batalla librada entre las tropas de Alfonso VIII de Castilla y las Almohades de Yusuf II. La batalla de Alarcos fue una humillante derrota cristiana, que confirmó las estrategias militares que llevó al Rey Alfonso VIII a huir al galope hacia el castillo de Malagón y al día siguiente partió hacia Toledo.
La derrota castellana fue un importante retroceso en la expansión castellana, desestabilizó por completo al Reino de Castilla y frenó todo intento de reconquista hasta años después
Pudo tomar la revancha Alfonso VIII de Castilla en la famosa Batalla de las Navas de Tolosa en 1212. Se unieron las tropas del rey castellano, las aragonesas de Pedro II de Aragón, las navarras de Sancho VII de Navarra y por voluntarios del reino de León y del reino de Portugal contra el ejército numéricamente superior del califa almohade Muhammad an-Nasir en las inmediaciones de la localidad jienense de Santa Elena. Esta victoria fue fundamental, de tal forma que se señala como el verdadero inicio del declive del poder almohade en la península.
El reino de león no había en Cortes su participación en la batalla debido a una importante deuda que Castilla mantenía con León, y a pesar de reconocerla no la saldaba. No obstante autorizaron a los voluntarios que quisieran acudir.

LA CARGA DE LOS TRES REYES

La batalla de las Navas es la primera gran derrota de los almohades en lucha campal. El desastre bélico que llevó a los almohades al comienzo de su descomposición como Imperio, declive al que se sumó la muerte del califa, Al-Nasir que era asesinado por sus cortesanos.
El poder musulmán se fue dividiendo y cayendo lentamente. En los mapas se aprecia perfectamente esto datos. El importante califato de Córdoba había caído en el 1031. Para entonces los almorávides estaban en franca caída y desaparecen pocos años después con la llegada de los “Almohades”. A su vez estos van luchando y  perdiendo terreno lentamente y en la batalla de las Navas en 1212 es la gran derrota de los almohades contra tres reyes cristianos. Consecuencia inmediata de la victoria fue la toma de Úbeda y Baeza. El desastre bélico que llevó a los almohades al comienzo de su descomposición como Imperio.
La victoria habría sido mucho más efectiva si no se hubiera desencadenado en aquellos mismos años una hambruna que ralentizó la Reconquista, situación de penurias que se prolongó hasta 1225.
Los musulmanes a consecuencia de esta derrota subió al poder un hombre de 15 años Abu Ya´qub Yusuf II, que solo sirvió para acentuar el declive. Luchas dinásticas a las que siguió el nacimiento de nuevas Taifas.

jueves, 15 de junio de 2023

AL-ANDALUS - SIGLO XI - (Parte 7) -

El tan mentado poder de al-Andalus, en Hispania, diciendo que habían dominando durante 800 años, no es verdad. Desde que llegaron comenzó una resistencia, que posteriormente se llamó Reconquista. Es verdad que dominaron gran parte de la península durante los tres primeros siglos, pero los reinos cristianos no existían cuando ellos invadieron, solo el reino visigodo. Los reinos cristianos se fueron formando lentamente y luchaban por su territorio y por la religión cristiana, que aglutinaba a los pueblos. Como dijimos  el Califato de Córdoba  (929-1031) fue su época de esplendor. Después se dividieron en pequeños reinos, las Taifas. Los Primeros reinos de Taifas tuvieron una vida muy corta, ligeramente superior al medio siglo, pues fueron barridos por los invasores almorávides (1090), que puso fin a estos reinos  independientes. Veamos:

ALFONSO VI DE LEÓN Y CASTILLA 

Los Almorávides eran monjes-soldado salidos de grupos nómadas provenientes del Sáhara. Fueron los fundadores de Marraquech. Era una facción que predicaba el cumplimiento ortodoxo del islam. La reclamación realizada por Alfonso VI sobre las plazas sevillanas y el hecho de que amenazara también con tomar Córdoba y Zaragoza, determinaron a los taifas de Sevilla, Granada y Badajoz a invitar al almorávide Yusuf ibn Tashufin a pasar a la Península, algo que los almorávides esperaban con ansiedad. Llegaron en el 1085. Era una apuesta arriesgada pero los cristianos estaban sacando partido a la división musulmana en pequeños estados.
Para los cristianos la guerra contra Al-Andalus está planteada como una guerra santa y lo que era provisional es ahora permanente.

YUSUF IBN-TASHUFIN

Alfonso VI exigió el pago de tributos incluso a la poderosa Sevilla, que para librarse de esto pidió ayuda a jefe almorávide Yusuf ibn-Tashufin, que logró vencer al rey castellano cerca de Badajoz en el 1086. Pero el rey cristiano prosiguió con su trabajo en tierras musulmanas. Esto hizo que ibn-Tashufin decidiera quedarse en la península, con la protestas de algunos suyos. Se inició una etapa de corrupción. Se produjeron enfrentamientos, y sometidos, debieron comprar su supervivencia a los Almorávides, los judíos con grandes sumas de dinero, pero los mozárabes se vieron obligados a emigrar.
En 1085 Alfonso VI se hace con el reino musulmán de Toledo. Los almorávides africanos se enfrentarán con Alfonso VI en Zalaca, (Badajoz), infligiéndole una severa derrota y poniendo en peligro las nuevas conquistas del reino de Toledo. Noticiado el Cid Campeador de la situación de su rey, abandona la taifa de Zaragoza (que era vasallo del rel Alfonso VI) y se presenta en Toledo para ponerse a las órdenes de su señor. Será entonces, en 1087, cuando Alfonso VI envíe al Campeador a Valencia con órdenes de asegurar a al-Qadir, el antiguo rey de Toledo, al que el cristiano había ofrecido Valencia a cambio de Toledo. El Campeador pasa por Zaragoza donde se refuerza. La llegada de Rodrigo obliga a retirarse a Berenguer Ramón II conde de Barcelona que estaba sitiando la ciudad.

EL CID CAMPEADOR 

El año 1088 Alfonso VI ordena a Rodrigo Diaz de Vivar  que se una al ejército real que se dirigía hacia Aledo (Murcia) para levantar el asedio que sufría. Pero hubo algún fallo y se produjo un desencuentro. Con este fallo aprovechado por los enemigos de Rodrigo le acusaron ante el rey de traición y desobedecer a su rey. El Monarca creyó estas acusaciones y declaró reo al Campeador, confiscando sus bienes y apresando a su mujer e hijos. Declarado traidor por Alfonso, a partir de este momento el Campeador tendrá que sobrevivir en territorio musulmán mediante su espada; tampoco volverá a servir a ningún otro príncipe taifa, como había hecho antes durante cinco años, entre 1081 y 1086, cuando se puso al servicio del Rey de Zaragoza. En el verano de ese mismo año se instala en la huerta de Valencia donde es agasajado por al-Qadir y recibido por el Rey de Lérida. 
No era ninguna novedad que musulmanes descontentos con sus señores, situaran la fe en un plano secundario y lucharan a favor de un jefe cristiano. El propio Rodrigo Díaz habría hecho algo parecido durante los años que sirvió a los príncipes de Zaragoza, servir a un señor musulmán en sus guerras contra enemigos cristianos. El gran poder adquirido por el Campeador en Levante alarmó al Rey de Lérida, que reclamó la ayuda del conde de Barcelona Berenguer Ramón II, que no podía olvidar la afrentosa derrota sufrida a manos del Cid cinco años atrás. Llegada la primavera de 1090 Berenguer se puso en camino con un inmenso ejército. Unos primeros momentos difíciles para Rodrigo, que fue derribado del caballo, la lucha acaba con la más estrepitosa derrota de Berenguer II que cayó prisionero de Rodrigo con otros 5.000 guerreros más. La libertad del conde fue convenida mediante el pago de un rescate. Poco después los dos enemigos, Rodrigo y Berenguer Ramón, llegan a un acuerdo de paz por el que el conde cede a Rodrigo las tierras del levante incluyendo Valencia. Al-Cadir pagaba los impuestos al Cid, aunque era dinero de Alfonso VI. Invadió los territorios de su rey y estando en la Taifa de Zaragoza fue perdiendo influencia en Valencia por lo cual los valencianos entregaron la ciudad a los almorávides que estaban ocupando Al-Andaluz.  Rodrigo era imbatible. Pero fracasó ante Valencia. El saqueo de la Rioja habían puesto de manifiesto que Rodrigo sobresalía por su valor y capacidad como militar y por su habilidad política en crear y mantener un protectorado sobre Valencia y todo el Levante. Alfonso comprendió la realidad y como gran monarca que era, dejó de lado olvidando los antiguos conflictos y envió a Rodrigo su perdón y vuelta a la gracia real más amplia y generosa, devolviéndole todos sus bienes. El Cid se sintió muy agradecido con su rey y a partir de ese año de 1092 hubo concordia entre ambos.

AL-QADIR 

Al-Qadir era el rey de la taifa de Valencia y algunos musulmanes deseaban acabar con el gobierno y con el protectorado del Cid. Por lo que aprovecharon la ausencia de Rodrigo para abrir a los almorávides las puertas de Valencia, asesinando a Al-Qadir en octubre de 1092. Vuelto Rodrigo al mes siguiente se entabla la lucha contra los almorávides y comenzó a hostigar y a preparar el asedio de la ciudad de Valencia, ahora enemiga, y en julio de 1093 puso sitio a Valencia, y decidió actuar en interés propio aprovechando el conflicto interno entre partidarios y opuestos a librar la ciudad a los almorávides.
Año y medio duraron estas operaciones hasta que finalmente en junio de 1094, tras un terrible cerco con todos los horrores y espantos del hambre, Valencia se rindió sin condiciones.
Esto enfureció al emir almorávide que pocos meses después enviaba otro segundo ejército contra el Cid. Las fuerzas almorávides iniciaron pero la mañana del 21 de octubre de 1094, sorprendidas por una salida de los sitiados y por una emboscada tendida durante la noche, al ver perdido su campamento, presas del pánico se dieron a la fuga abandonando un inmenso botín.
Tras la victoria el Cid cambia de estrategia. Ya no se conforma con someter el levante como un protectorado que paga por su defensa militar, sino que se lanza a la conquista de Valencia para crear un principado hereditario. Deja de ser el jefe de un ejército que cobra tributo a los reyezuelos locales para asumir todo el poder en la zona de forma directa, sin intermediarios. Después de espantar la amenaza almorávide, el Cid se centra en los asuntos internos y pone en marcha una durísima represión contra sus enemigos en la ciudad y en las poblaciones vecinas con las técnicas habituales de la época: ejecuciones sumarias, torturas, incendios, saqueos, destierros... Expulsa de Valencia a todos los musulmanes partidarios de los almorávides y los sustituye, en apenas dos días, por mozárabes a los que traspasa sus posesiones. Después de las purgas, se autoproclama príncipe de la ciudad, aunque antes declara formalmente la plena vigencia de la legalidad del Corán. Pero es que además de tener en sus tropas guerreros musulmanes llega incluso a designar para cargos administrativos y organizativos importantes a algún musulmán. Es el caso de su almojarife, llamado Abenabduz, encargado de gestionar el cobro de tributos (diezmo) y administrar las rentas del Campeador. Rodrigo Díaz construyó en aquel arrabal anexo a Valencia un prototipo de villa islámica, donde convivían musulmanes, cristianos, judíos y había cierta libertad de culto. Sonará extraño para los que piensan que toda la Reconquista era una guerra contra los musulmanes. El paladín de la cristiandad en aquella época, permite que sea legal el Corán en un territorio que domina. Es que entre sus filas se encontraban numerosos guerreros musulmanes, como hemos dicho anteriormente. El Cid, el Sidi, se convierte así en Soberano Cristiano de un Principado Musulmán, una difícil posición que no sólo supo mantener hasta su muerte sino que incluso consolidó.

TRATADOS CON PORTUGAL A RAÍZ DEL DESCUBRIMIENTO

Para entender los acuerdos entre el reino de Portugal y el de Castilla-León, hemos de remontarnos a la Guerra de Sucesión Castellana entre a...