domingo, 19 de junio de 2016

ESPAÑA SIGLO XVIII (FINALES)

SIGLO XVIII (FINALES) - PARTE 25 Estamos en 1763, se firma la “Paz de París” con lo que finalizó la guerra hispano –francesa contra Inglaterra, ratificó el poder inglés de su armada y terminó con el Imperio francés en América. España recuperó Manila y La Habana pero no consiguió Gibraltar, pero era un paz tensa, Inglaterra se estableció por las bravas en las Islas Malvinas La realidad es que Europa estaba llena de graves problemas. Inglaterra, con las protestas de las trece colonias, que acabó en insurrección a favor de la Independencia. España mantenía su Imperio Americano prácticamente intacto, pero temía un contagio independizador, pero continuó ayudando a Estados Unidos pretendiendo Menorca y Gibraltar a cambio de neutralidad. No fue posible con lo cual la guerra franco española con Inglaterra era inevitable. Se invadió Florida y cercó a Gibraltar, que no se logró pero mantuvo a raya a la armada inglesa con la intención de invadir Inglaterra. Ésta, obligada concertó la “Paz de Versalles” en 1783, reconociendo la independencia de los Estados Unidos y devolvió Menorca, Honduras y Florida a España. Pero nuestro rey Carlos III muere en 1788 y asciende al trono su hijo Carlos IV. Con la desaparición de Carlos III y luego sus ministros ilustrados, se fastidió lo que habían sido casi tres décadas de progreso, de iniciativas sociales y científicas. Aquella indolente España, era incapaz de sacar provecho del vasto imperio colonial, frenada por una aristocracia ociosa y por una Iglesia católica que defendía sus privilegios, pero lo cierto es que, impulsada por hombres inteligentes y lúcidos que combatían todo eso, se había empezado a levantar poco a poco la cabeza.
Nunca había sido España tan unitaria ni tan diversa al mismo tiempo. Teníamos monarquía absoluta y ministros todopoderosos, pero por primera vez no era en beneficio exclusivo de una casa real o de cuatro golfos con título nobiliario, sino de toda la nación. Los catalanes, que ya podían negociar con América e iban con sus negocios para arriba, ni se acordaban de sus fueros en aquellos momentos. Los vascos, integrados en los mecanismos del Estado, en la administración, el comercio y las fuerzas armadas, siempre ha habido vascos en todas las hazañas bélicas de la época, entonces no discutían su españolidad ni hartos de vino. Y los demás, tres cuartos de lo mismo. España, despacio pero notándose, empezaba a respetarse a sí misma, y aunque tanto aquí como en la América hispana quedaba tela de cosas por resolver, el futuro pintaba prometedor. Y entonces, por esa extraña maldición que pesa sobre esta desgraciada tierra, donde tan aficionados somos a cargarnos cuanto conseguimos edificar, a Carlos III le sucedió el imbécil de su hijo Carlos IV. Además en Francia estalló una sangrienta revolución que iba a cambiar Europa, y todo se nos fue al carajo. Al Carlos IV, cornudo feliz, bondadoso, apático y mierdecilla como él sólo, la España recibida en herencia le venía grande. Lo habían casado con su prima María Luisa de Parma, que aparte de ser la princesa más fea de Europa, era más puta que María Martillo. Aquello no podía acabar bien, y para colmo entró en escena Manuel Godoy, que era un guardia de palacio alto, simpático, apuesto y guaperas, que además de calzarse a la reina le caía bien al rey, que lo hizo superministro de todo. Así que España quedó en manos de aquel nefasto ménage à trois, precisamente en un momento en el que habría necesitado buena cabeza y mejor pulso al timón de la nave.
Porque en la vecina Francia había estallado una revolución sangrienta, violenta y exportable. Guillotinaban rapidito, no daban abasto. Primero aristócratas y luego a todos, al rey Luis XVI y a su consorte María Antonieta los habían afeitado en seco. Eso produjo en toda Europa una reacción primero horrorizada y luego belicosa, y todas las monarquías, puestas de acuerdo, declararon la guerra a la Francia regicida. España también, qué remedio; y hay que reconocer, en honor de los revolucionarios gabachos, que cantando su Marsellesa y tal nos dieron una enorme mano de hostias en los Pirineos, pues llegaron a ocupar Bilbao, San Sebastián y Figueras. Temiendo que el virus revolucionario contagiase a la peña de aquí, se cerró la frontera y se pusieron a machacar a todos cuantos hablaban de ilustración, modernidad y progreso. La Iglesia católica y los sectores más carcamales se frotaron las manos, y España se convirtió de nuevo en defensora a ultranza del trono y de la fe. Pero había reformas que ya eran imparables, y el tal Godoy a quien el cargo venía grande pero no era en absoluto gilipollas, dio cuartelillo a científicos, literatos y gente ilustrada. Aun así, el frenazo en materia de libertades y modernidad fue general. Los que hasta entonces defendían reformas políticas fueron considerados sospechosos; y conociendo el percal hispano, procuraron ocultar la cabeza bajo el ala. Encima, nuestros nuevos aliados ingleses, encantados, como siempre, de que Europa estuviera revuelta y en guerra, después de habernos hecho la puñeta todo el siglo, aprovecharon el barullo para seguir dándonos por saco en América, en el mar y donde pudieron. El Despotismo Ilustrado se acababa, estamos en unos momentos especiales en Europa y por tanto en el mundo, la Revolución Francesa, La Revolución Industrial Inglesa, el Liberalismo Económico, y entonces, señoras y señores, para dar la puntilla a aquella España que pudo ser y no fue, en Francia apareció un fulano disfrazado de demócrata con teorías expansionistas llamado Napoleón.

viernes, 17 de junio de 2016

NO FUE ESPAÑA LA PRIMERA NI LA ÚNICA NACIÓN EN EXPULSAR JUDÍOS

En tiempos de los reyes cristianos se identificaba la política con la religión. Solo los bautizados estaban en condiciones de ser súbditos del rey y por tanto de estar bajo el amparo de las leyes, usos y costumbres del reino. El cristianismo es una fe que se proclama verdad absoluta, “dogma de fe” y la vida es un tránsito durante el cual se deben obtener los méritos para una posterior vida eterna, que es la importante. Norma válida para todos, desde el rey hasta el último morador. Por lo tanto el primer deber de un rey era eliminar los obstáculos que hubiera para que sus súbditos pudieran alcanzar el logro de este fin sobrenatural. Al comienzo del reinado de Fernando e Isabel, judíos y musulmanes formaban comunidades propias, pero habitaban en tierra ajena. Tenían casas de oración, sus leyes y autoridades y escuelas. Tenían permiso del rey para ello. Abonaban una cantidad de dinero por ello y no podían formar parte de las instituciones. Todo esto es importante para entender los hechos que tanto se les reprochan a nuestros reyes y que inicia la enorme falacia de la “Leyenda Negra”. Si se pierde este punto de vista, tan alejado de nosotros en nuestros días, no podremos comprender los hechos sucedidos, sus porqués y las decisiones que tomaron en aquella época. Por ejemplo la apostasía, la herejía el sacrilegio y los pecados contra natura, eran castigados duramente, incluso con la muerte, dado que eran crímenes horrendos que había que extirpar. Por el contrario el poder y la justicia estaban sometidos a fuertes limitaciones porque por encima de ellos existía el orden moral del cual la iglesia es la custodia. Hay que saber que la religión del monarca era obligatoria para todos sus vasallos. En determinadas condiciones se toleró o aceptó a comunidades judías, pues dado que los cristianos no se les permitía prestar dinero y mucho menos cobrar intereses, esto si fue permitido a los judíos, lo que a la larga provocó la desconfianza del pueblo.
La primer comunidad judía registrada en Gran Bretaña fue llevada a Inglaterra en 1070 por el rey Guillermo I de Inglaterra, quien creía que sus habilidades comerciales harían que su país recién conquistado fuese más próspero. Doscientos años más tarde los judíos ya no eran bienvenidos. El rey Eduardo I de Inglaterra aprobó el Estatuto de la judería (Statutum de Judaismo) en 1275, la cual restringía las actividades de la comunidad, más notablemente declarar ilegal la práctica de la usura (cobro de intereses). Cuando, 15 años después, Eduardo encontró que muchas de estas disposiciones fueron ignoradas, expulsó a los judíos de Inglaterra. Ellos emigraron a países como Polonia, donde eran protegidos por la ley. Una pequeña comunidad inglesa persistió en la clandestinidad a pesar de la expulsión. Los judíos no fueron prohibidos de Escocia, que hasta 1707 era un reino independiente. PAISES QUE HAN EXPULSADOS A LA COMUNIDAD JUDÍA • Año 586 a.C. El primer exilio ocurrió cuando el rey de los babilonios, Nabucodonosor II, conquistó el Reino de Judá, destruyendo el Primer Templo de Jerusalén . Primera diáspora • Año 70 d.C. El general romano Tito derrotó la revuelta judía y destruyó el Segundo Templo de Jerusalén del cual queda un muro, (el de las lamentaciones), y provoca la expulsión del pueblo judío de unas tierras que ellos consideran sagradas. Era la segunda diáspora. • Año 135 d.C. Un número aún mayor de judíos fue expulsado de Judea después de haber sido aplastada la rebelión de Bar Kojba. Desde entonces los judíos se dispersaron por todo el Imperio romano y, posteriormente por el mundo, encontrándose en casi todos los países. • Año 1016 Crimea Expulsados ese año. • Año 1290 Inglaterra: Los judíos fueron expulsados en 1290 por Eduardo I • Año 1290 Gales. Expulsados ese año. • Año 1306 Francia. Algunos regresaron y expulsados en 1394. Poblaciones judías en Bordeaux, Avignon, Marseilles (expulsados en 1682) • Año 1349 Sajonia, Alemania Expulsados ese año. • Año 1360 Hungría, expulsados y regresaron, en 1582 fueron expulsados nuevamente. • Año 1370 Bélgica. Unos pocos se asentaron nuevamente en 1450 • Año 1380 Eslovaquia: Expulsados de Praga, muchos volvieron después de 1562. • Año 1420 Austria: Expulsados por Alberto V. • Año 1445 Lituania- Expulsados ese año. • Año 1492 España: Expulsados • Año 1492 Portugal: Expulsados • Año 1510 Prusia: Expulsados • Año 1537 Túnez Expulsados ese año. • Año 1540 Italia: Expulsados del Reino de Napolés y de Sardinia • Año 1551 Bavaria: Expulsados permanentemente • En 1744 María Teresa los expulsó nuevamente. • Año 1791 Rusia. Obligados a residir en asentamiento • Año 1843 Ucrania Expulsados ese año.

jueves, 16 de junio de 2016

GIBRALTAR, TRATADO DE UTRECH Y DESPOJO DE ESPAÑA

Ya Isabel la Católica, con una visión de estadista que asombra, hace más de 500 años, dejó dispuesto en su testamento que “Mando a la dicha Princesa, mi hija e al dicho Príncipe, su marido, e a los Reyes que después de ella sucederán en mis Reinos, que siempre tengan en la Corona o Patrimonio real de ellos la dicha ciudad de Gibraltar, con todo lo que le pertenece e no le den ni enajenen, ni consientan dar ni enajenar cosa alguna de ella”. Para el francés Luis XIV, el dominio sobre España tenía entre otros objetivos, según relata él mismo en una carta enviada a su embajador en Madrid, “el comercio de Indias y de las riquezas que producen” Si hay un momento histórico en que pueda fijarse el inicio de la transformación de España en un país sometido y controlado por la intervención exterior, éste es sin duda la Guerra de Sucesión que se desarrolla entre 1701 y 1713. De ella sale nuestro país convertido en un juguete en manos de las grandes potencias europeas, Inglaterra y Francia. Muerto el último rey de los Habsburgo, Carlos II, sin descendencia, la sucesión al trono español se convierte en un asunto internacional y pone en evidencia que España, tras su continuo declive, se ha transformado en un tentador botín para las distintas potencias europeas. Tanto el rey francés Luis XIV como el emperador austriaco Leopoldo I alegan de inmediato derechos sucesorios, dado que ambos estaban casados con sendas hijas de Felipe IV y eran nietos, por parte de madre, de Felipe III. "Una guerra por la supremacía continental europea adopta la forma de una guerra civil española" Sin embargo, la entronización del nieto de Luis XIV al trono de España, suponía, en los hechos, la unión de España y su vasto imperio con Francia bajo una única dirección, la francesa, lo que otorgaba a Luis XIV la posibilidad de convertirse en la gran potencia hegemónica de Europa. Algo que es rechazado inmediatamente por Inglaterra y los Países Bajos, que pasan a alinearse con el pretendiente austriaco. Una de las primeras medidas que toma Felipe V al llegar a Madrid, es formar, siguiendo las indicaciones del embajador francés, un “Consejo de Despacho” que se convierte en el máximo órgano de gobierno del reino. Estará formado por el propio rey, el presidente de la Junta de Gobierno, el presidente del Consejo de Castilla, un alto funcionario nombrado como “Secretario de Despacho” y, por imposición de Luis XIV, el embajador francés en Madrid. Según la historiadora francesa Janine Fayard, pronto quedó claro que “Luis XIV iba a actuar como el verdadero dueño de España”.
Hasta tal punto Luis XIV toma las riendas del gobierno en España que en junio de 1701 manda a su consejero-secretario, Jean Orry, como auténtico ministro de Economía y Hacienda encargado de reformar el Estado español para reconstruirlo a imagen y semejanza del francés, envía en 14 años más de 400 cartas a su nieto dándole toda clase de consejos políticos y órdenes expresas. En palabras del historiador Joaquim Albareda Salvadó, “era, pues, el rey francés (...) quien controlaba los auténticos resortes del poder. De este modo, los respectivos embajadores –Harcourt, Marcin, los dos Estrées, tío y sobrino, y Gramont– no actuaron como representantes legales de Francia en el sentido estricto sino como auténticos ministros”. Para Luis XIV, el dominio sobre España tenía entre otros objetivos, según relata él mismo en una carta enviada a su embajador en Madrid, “el comercio de Indias y de las riquezas que producen”. Intenciones que no tardó en llevar a la práctica. Una de las primeras medidas que toma el Consejo de Despacho instaurado por Felipe V –y en el que recordemos que uno de sus cinco miembros es el embajador francés– es el de favorecer e impulsar el comercio francés con el Imperio colonial de la América española. En pocos meses, un flota de más de una treintena de barcos realizaban ya continuos viajes entre los puertos franceses y los de Nueva España (México) y Perú. En poco tiempo, los puertos de la América española habían sido “pacíficamente invadidos” por cientos de navíos franceses rompiendo el monopolio del comercio con América del que durante dos siglos había disfrutado la Casa de Contratación de Sevilla. Se concede el asiento de negros –es decir, el monopolio de la trata de esclavos con América– a la "Compagnie de Guinée", compañía de la que abuelo y nieto, Luis XIV y Felipe V, se repartían el 50% del capital. Y que también recibiría el privilegio de extraer oro, plata y otras mercancías libres de impuestos de todos aquellos puertos donde hubiera vendido esclavos. Dominio político, control militar y saqueo económico aparecen así inexplicablemente unidos desde el principio de la intervención exterior sobre nuestro país.

miércoles, 15 de junio de 2016

LA EXPANSION Y EL DOMINIO DE INGLATERRA

LA INQUISICIÓN INGLESA Enrique VIII. Fue contra los cristianos que no quisieron abrazar la religión que el propio rey había creado. Fue horrible, sangrienta y despiadada. El protestantismo y anglicanismo causaron innumerables muertes. Las represiones contra los católicos causaron muchas más víctimas en menos tiempo que la Inquisición Española, aparte de confiscaciones de propiedades particulares, expolio de propiedades eclesiásticas y mil abusos más. LOS PIRATAS INGLESES. Isabel I la reina que concedió numerosas “patentes de corso”, que era una especie de licencias pata convertir un oficio deplorable como era la piratería en su servicio útil al pueblo inglés. Así, contó con una armada formada por piratas “por cuenta ajena”. Por tanto, asaltar los buques españoles, asesinar a su tripulación y robar su mercancía ya no era un execrable crimen, sino que era una forma de servir a Dios y a su sagrado pueblo anglicano, puesto que se limpiaba el mar de católicos españoles. Además, esta práctica ayudaba a sanear las finanzas de Inglaterra, que era, casualmente también, la nación predilecta de Dios según la nueva religión. LA EXPULSIÓN DE LOS JUDÍOS EN INGLATERRA Ordenada por Eduardo I de Inglaterra, la expulsión de los judíos de Inglaterra fue la primera gran expulsión de la Edad Media Los judíos que vivían en Inglaterra durante la Edad Media fueron tratados como propiedad del Rey. Les fue permitido quedarse ahí sólo por razones financieras: negocios y préstamo de dinero, lo que era muy ventajoso para la corona, ya que ganaban mucho dinero y pagaban altos impuestos al rey. Finalmente, esto empobreció a la mayoría de los judíos de tal manera que ya no resultaron rentables; fue entonces cuando Eduardo I, echó a los Judíos de Inglaterra en 1290. INVASIÓN DE IRLANDA. La conquista de Enrique II. Todo empezó cuando en 1166 un rey de Leinster llamado Diarmuid MacMorrough propuso a un normando formar parte de su reino, fue entonces cuando Enrique II de Inglaterra temiendo que Irlanda se convirtiese en un reino rival decidió invadirla imponiendo el poder de Inglaterra sobre Irlanda que dura hasta día de hoy. Al invadir Irlanda, Inglaterra decidió imponer sus leyes discriminatorias a los irlandeses. Una de sus primeras leyes racistas, promulgada en 1367, fue el Estatuto de Kilkenny que prohibía el matrimonio entre irlandeses y británicos bajo pena de muerte, hablar el gaélico irlandés o adoptar cualquier costumbre irlandesa. Para los británicos los irlandeses no eran seres humanos. AUSTRALIA El navegante James Cook fue quien cartografió lo que es hoy Australia y Gran Bretaña utilizó al principio el territorio para usarlo como penal por la enorme cantidad de presos que tenían. A la vez colonizó el continente y las islas. "Guerra negra" En Tasmania no alude a ninguna guerra, sino a la agresión cometida en Tasmania a comienzos del siglo XIX, por los invasores británicos, en agravio de la población aborigen, para adueñarse de su territorio. Este genocidio fue promovido y recompensado económicamente, por el gobierno británico. En 1772 en Australia los tasmanos fueron convertidos en esclavos, tomados como fuente de placer sexual, fueron torturados y mutilados por los colonos invasores ingleses les daban caza y las vendían sus pieles, a cambio de una recompensa otorgada por el gobierno. Los hombres eran asesinados; a las mujeres se las dejaba marchar con las cabezas de sus esposos atadas alrededor del cuello. Los hombres que no morían de esa manera eran castrados, los niños morían golpeados y apaleados. Nueva Zelanda (bajo el dominio de la Corona desde 1840) crearon una nueva zona para la migración desde las islas británicas, por lo que las poblaciones indígenas tuvieron que sufrir guerras y, especialmente, enfermedades, reduciéndose su tamaño en alrededor de un 60–70% en algo menos de un siglo. LA GUERRA DE LOS SIETE AÑOS supuso la consolidación del Reino de Gran Bretaña en Norteamérica por la expulsión del Reino de Francia del Canadá y el territorio de Luisiana de la margen oriental del río Misisipi, así como la obtención de los derechos franceses de exploración en la India y la incorporación de la Florida Española en 1763.
LAS GUERRAS DEL OPIO Las guerras anglo-chinas fueron dos conflictos bélicos que ocurrieron en el siglo XIX entre los imperios chino y británico. Sus causas fueron los intereses comerciales que creó el contrabando británico de opio desde la India hacia China y los esfuerzos del Gobierno chino para imponer sus leyes a ese comercio. La derrota china en las dos guerras coaccionaron a los chinos para firmar los Tratados Desiguales y anexándose a los ingleses Hong Kong. Esto trajo primero la Rebelión Taiping, a mediados del siglo XIX, y la Rebelión de los Bóxers, a principios del XX, y la caída de la Dinastía Qing en 1912. También, acabó con el relativo aislamiento chino respecto a Occidente. EL IMPERIO BRITÁNICO- CIEN MILLONES DE MUERTOS Los dominios de la reina Victoria I (1819-1901), reina de Gran Bretaña e Irlanda y emperatriz de la India (entre 1876 y 1901), se extendían a lo largo y a lo ancho de 32 millones de kilómetros cuadrados (130 veces la superficie actual del Reino Unido). Las rebeliones de los países sometidos dentro de tan vasto imperio (Afganistán, Australia, Birmania, Egipto, India, Nueva Zelanda, Sudáfrica, Sudán, etc.), y los conflictos instigados por Londres, como las dos Guerras del Opio y la Guerra de los Boxers en China, provocaron más de cien millones de muertos en un período de apenas sesenta años (1840-1900). El Imperio comienza a principios del siglo XVII, mediante el establecimiento por parte de Inglaterra de las 13 colonias de Norteamérica, que fueron el origen de los Estados Unidos así como de las provincias marítimas de Canadá. También se produjo la colonización de pequeñas islas en el Mar Caribe como Jamaica y Barbados. Las colonias productoras de azúcar del Caribe, donde la esclavitud se convirtió en la base de la economía, eran las colonias más importantes y lucrativas para Inglaterra. Las colonias americanas producían tabaco, algodón, y arroz en el sur y material naval y pieles de animales en el norte. LA INDIA- CEILÁN (ACTUAL SRI LANKA)-BIRMANIA La victoria de las fuerzas de la Compañía Británica de las Indias Orientales en la batalla de Plassey en 1757 abrió la provincia india de Bengala al dominio británico, aunque la posterior hambruna (1770) exacerbada por las expropiaciones realizadas por el gobierno provincial fue controvertida en la metrópoli. El siglo XIX vio como el control de la Compañía se extendía sobre toda la India. Tras el motín de 1857 los territorios de la Compañía pasaron a estar bajo la administración de la Corona (1858). La Reina Victoria (1837-1901) fue proclamada Emperatriz de la India Británica en1876. EGIPTO El gobierno británico del conservador Benjamin Disraeli compró al endeudado gobernante de Egipto, Ismail Pasha, su parte en el Canal de Suez para asegurarse el control de esta vía estratégica, un canal para el tráfico entre Reino Unido y la India desde su apertura seis años antes, bajo el Emperador Napoleón III. El control financiero conjunto de Reino Unido y Francia sobre Egipto acabó en la ocupación británica del país en 1882. La ocupación de Egipto por parte del Reino Unido (a raíz de los intereses en el Canal de Suez) contribuyó a un aumento de la preocupación respecto del control del valle del Nilo, que condujo a la conquista del vecino Sudán en1896–98 y al enfrentamiento con fuerzas expedicionarias francesas en Fashoda en septiembre de 1898. AFRICA En 1914 tan sólo Etiopía y la república de Liberia permanecían fuera del control europeo. La transición entre un «imperio informal» que controlaba a través de la dominación económica y el control directo supuso una lucha por el territorio entre las potencias europeas. La actividad francesa, belga y portuguesa en la zona del Río Congo amenazaba con debilitar la ordenada colonización del África tropical. En 1899 Reino Unido se lanzó a completar la conquista de Sudáfrica, que había comenzado con la anexión en 1795 de El Cabo, a través de la invasión de las repúblicas afrikaner en la región productora de oro del Transvaal y del vecino Estado Libre de Orange. Ya había tomado las tierras al norte, rebautizándolas como Rodesia en homenaje a su jefe, el magnate del Cabo Cecil Rhodes. Las críticas por estas anexiones condujeron al «Espléndido aislamiento» del Reino Unido. El Reino Unido, acérrima defensora del libre comercio, emergió en 1914 no sólo con el mayor imperio de ultramar gracias a su larga presencia en la India, sino como vencedora en la lucha por África, dada su ventajosa posición al comienzo de la misma. Entre 1885 y 1914 Reino Unido tomó aproximadamente al 30% de la población africana bajo su control, comparado con el 21% de Francia, el 9% de Alemania, el 7% de Bélgica o el 1% de Italia: sólo Nigeria contribuía con 15 millones de súbditos, más que todo el África Occidental Francesa o todo el imperio colonial de Alemania. TRAS LA PRIMERA GUERRA MUNDIAL el Imperio británico vio su período de máxima extensión, ya que Reino Unido obtuvo el control de Palestina y Mesopotamia a través del mecanismo del mandato de la Sociedad de Naciones, tras la caída del Imperio otomano en el Oriente Próximo, así como las antiguas colonias alemanas: Camerún, Togolandia, África Oriental Alemana (Tanganica, Ruanda y Burundi), África del Sudoeste (actual Namibia) y Nueva Guinea Alemana (las dos últimas quedaron bajo control de la Unión Sudafricana y Australia, respectivamente IMPERIO BRITÁNICO EN 1921. Tras los territorios adquiridos en el Tratado de Versalles es el momento en el que este imperio alcanzó su máxima extensión territorial, que desmoronaría en unas pocas décadas al acabar la Segunda Guerra Mundial África del Sudoeste, parte de la Unión Sudafricana (actual Namibia) Ascensión (Santa Elena, Ascensión y Tristán de Acuña) Bechuanalandia (actual Botsuana) Basutolandia (actual Lesoto) Togolandia Británica (parte de la actual Ghana) Camerún del Norte (Parte del actual Camerún y parte de la actual Nigeria) Costa de Oro (actual Ghana) Egipto británico (pasó a Reino de Egipto, actual Egipto y la franja de Gaza) Gambia Kenia Mauricio Nigeria Nyasalandia (actual Malaui) Santa Elena (Santa Elena, Ascensión y Tristán de Acuña) Sierra Leona Somalilandia Británica (parte de la actual Somalia) Rodesia del Norte (actual Zambia) Rodesia del Sur (actual Zimbabue) Suazilandia Seychelles Sudán Anglo-Egipcio (Sudán, dividido actualmente en Sudán y Sudán del Sur) Tanganika y Zanzíbar (actual Tanzania) Tristán de Acuña (Santa Elena, Ascensión y Tristán de Acuña) Protectorado de Uganda (actual Uganda) Unión Sudafricana (Sudáfrica) AMÉRICA Y EL ATLÁNTICO DEL NORTE Guyana Británica (actual Guyana) Honduras Británica (actual Belice) Canadá Islas Malvinas (reclamadas por Argentina) Dominio de Terranova (actualmente Terranova y Labrador en Canadá) Indias Occidentales Anguila Antigua y Barbuda Bahamas Barbados Bermudas Islas Vírgenes Británicas Islas Caimán Dominica Granada Jamaica Montserrat San Cristóbal y Nieves Santa Lucía San Vicente y las Granadinas Trinidad y Tobago Islas Turcas y Caicos Islas Georgias del Sur (reclamadas por Argentina) Islas Sandwich del Sur (reclamadas por Argentina) ASIA Archipiélago de Chagos (Territorio británico del Océano Índico) Protectorado de Adén y Colonia de Adén (Antiguo Yemen del Sur actualmente parte de Yemen) Baréin Bután Brunéi Birmania británica (actual Birmania) Catar Ceilán (actual Sri Lanka) Colonias del Estrecho (actual Singapur y partes de Malasia) Concesiones en Tianjín (actual Tianjin en China) Estados de la Tregua (Emiratos Árabes Unidos) Hong Kong británico (actual Hong Kong de China) India Británica (actuales India, Pakistán y Bangladés) Kuwait Maldivas Mandato británico de Mesopotamia (Reino de Irak, actual Irak) Nepal Palestina (actuales Israel y Territorios Palestinos) Borneo Septentrional (hoy día parte de Malasia) Omán Sarawak (hoy día parte de Malasia) Transjordania (actual Jordania) Unión Malaya (Mayor parte de la actual Malasia) Weihawei (actual ciudad de Weihai) EUROPA Gibraltar, territorio de Reino Unido, es reclamado por España. Se encuentra en la lista del Comité de Descolonización de las Naciones Unidas. Chipre Gibraltar (Reclamado por España) Islas del Canal Jersey (Dependencia de la Corona) Guernsey (Dependencia de la Corona) Malta Isla de Man (Dependencia de la Corona) Reino Unido de Gran Bretaña e Irlanda Estado Libre Irlandés (en 1937 se proclama la actual República de Irlanda) OCEANÍA Australia Islas Ellice (actual Tuvalu) Fiyi Islas Cook (actualmente estado asociado a Nueva Zelanda) Islas Gilbert (actualmente parte de Kiribati) Nauru Niue (actualmente estado asociado a Nueva Zelanda) Nueva Zelanda Pitcairn Islas Salomón Tokelau (actualmente estado asociado a Nueva Zelanda) Tonga Papúa Nueva Guinea Nuevas Hébridas (actual Vanuatu) Samoa Actualmente los países que son potencias mundiales o de una gran importancia política mundial herederos del Imperio británico son: Australia, Canadá, India, Nueva Zelanda y Sudáfrica.

sábado, 11 de junio de 2016

MATRIMONIOS ENTRE ESPAÑOLES E INDÍGENAS (1514)

EN 1514 UNA REAL CÉDULA QUE VALIDABA CUALQUIER MATRIMONIO ENTRE VARONES CASTELLANOS Y MUJERES INDÍGENAS. LA LEY DE MATRIMONIOS MIXTOS QUE CAMBIÓ LA COLONIZACIÓN DE AMÉRICA Los contactos entre los conquistadores y las mujeres nativas fueron un problema y una característica de la conquista de América. El matrimonio también era una herramienta para la conversión de los indios. En 1503, los Reyes Católicos fomentaron los matrimonios mixtos La situación estuvo llena de irregularidades y vacíos jurídicos. Fue la importancia de regularizar tales uniones lo que llevó al rey Fernando el Católico a aprobar la ley de 1514 que sería en una de las principales características de la experiencia colonial española: el mestizaje. El quinto centenario que se celebra este año. Sin embargo, es cierto que la casi total ausencia de mujeres castellanas en las Américas causó problemas desde el principio, y determinó la tendencia a buscar esposas o parejas no formales entre las mujeres locales. Cristóbal Colón atribuyó la destrucción del fuerte Navidad, fundado en su primer viaje, al hábito de los castellanos de amancebarse con hasta "cuatro mugeres" y de apropiarse de las nativas a placer.
Las relaciones entre castellanos e indias crecieron exponencialmente a medida que la colonización de las islas caribeñas iba avanzando. Muchos colonos desposaron a las hijas de caciques locales con el objetivo de heredar tierras y mano de obra. Esta táctica matrimonial, practicada con asiduidad en La Española, llamó la atención del tercer gobernador de la isla, fray Nicolás de Ovando. Tales matrimonios suponían la peligrosa creación de una nobleza basada en la tierra, reconocida por los nativos pero encabezada por españoles. Ovando trató de limitar los matrimonios mixtos, todavía en el limbo legal, imponiendo una licencia matrimonial y otorgando encomiendas a quienes se habían casado con las hijas de caciques en territorios alejados de las tribus a las que pertenecían. La mezcla de ambos grupos, además de ser una necesidad obvia, se había convertido en una cuestión política.
La validez de estas uniones matrimoniales se veían afectadas además por un problema legal añadido: el del status jurídico de los indios. Los indios, según entendió Colón desde el principio, podían ser esclavizados. Sin embargo, la corona tenía una interpretación diferente. Ya en 1495, la reina Isabel la Católica se había visto obligada a intervenir para evitar que el Almirante vendiera cuatro nativos americanos que había traído consigo de su segundo viaje.
La ambigua situación de los indios creaba una gran incertidumbre acerca de la legalidad de los matrimonios mixtos y su descendencia. Tal incertidumbre desapareció a principios del siglo XVI. Si bien la postura oficial de los Reyes Católicos con respecto a los indios era aún imprecisa en 1495, tan sólo cinco años más tarde, en 1500, los monarcas publicaron una real cédula prohibiendo su esclavización. La política de PROTECCIÓN DE LOS NATIVOS AMERICANOS INICIADA POR ISABEL fue continuada por su cónyuge, el rey Fernando: las LEYES DE BURGOS, promulgadas en 1512 y complementadas por LAS LEYES DE VALLADOLID DE 1513, trataron de suprimir los abusos de los colonos españoles en ultramar, al tiempo que buscaban la conversión de los indígenas y su sujeción al entramado colonial. En este contexto, la REAL CÉDULA DE 1514, aunque de mucha menor envergadura, suponía un gran avance en la afirmación de los derechos de los indios. A pesar de la frecuencia con la que varones castellanos se emparejaban con mujeres nativas con anterioridad a la real cédula de 1514, la ley se consideraba necesaria dado que la mayoría de estas relaciones carecían de un verdadero status legal. La convivencia variaba desde meras mujeres de compañía hasta esposas, formalizadas a veces a través de ritos indios y no cristianos. Fray Bartolomé de las Casas afirmaba que el grado de amancebamiento era tal que los colonos se referían a sus parejas con el término "criadas". No obstante, y a pesar de la abundancia de casos de convivencia fuera del matrimonio que se daba en América, las uniones reconocidas parecen haber sido la regla general. Según el historiador británico Hugh Thomas, el repartimiento de 1514 organizado por Rodrigo de Alburquerque sugería que la mitad de los colonos castellanos de La Española estaban formalmente casados con mujeres indígenas. El matrimonio también era una herramienta para la conversión de los indios. En 1503, los Reyes Católicos enviaron una ordenanza al gobernador Ovando instándole a fomentar los matrimonios mixtos con la esperanza de facilitar la tarea evangelizadora. Un ejemplo especialmente importante fue la política de enlaces matrimoniales que Cortés empleo con los herederos de Moctezuma, entre ellos, los de Isabel de Moctezuma, hija del emperador mexica Moctezuma II, nació con el nombre de Tecuichpo Ixcazochitzin. Siendo aún niña fue desposada con el noble Atlixcatzin, quien murió en 1520. Tras la muerte de Moctezuma, Tecuichpo se casó sucesivamente con los dos emperadores que sucedieron a su padre, Cuitláhuac y Cuauhtemoc, convirtiéndose en la última emperatriz azteca. La conquista de Tenochtitlán supuso un cambio radical de gobierno al que Tecuichpo sobrevivió convirtiéndose al catolicismo y adoptando el nombre de Isabel. Isabel de Moctezuma fue desposada en 1526 con Alonso de Grado, uno de los lugartenientes de Cortés. Este enlace encarna la política de integración adoptada por Cortés con el objetivo de incluir a la estructura de poder azteca dentro del entramado colonial español y, al mismo tiempo, el intento por parte de los españoles de legitimar su dominio sobre Méjico a través de la autoridad de los gobernantes aztecas. El matrimonio de Isabel de Moctezuma con Alonso de Grado incluía como encomienda la ciudad de Tacuba, y era la mayor propiedad en el Valle de Méjico. Alonso de Grado murió sin dejar descendencia, e Isabel se casaría otras dos veces, e incluso daría a luz a un hijo ilegítimo de Hernán Cortés. De su último matrimonio con el español Juan Cano, Isabel engendró cinco hijos que iniciarían la genealogía de los duques de Miravalle, título aún existente y uno de los muchos legados directos de la conquista española de Méjico. Con sus seis matrimonios, y viuda tres veces antes de cumplir los dieciocho años, Isabel de Moctezuma fue una de las grandes figuras femeninas de la conquista y del mestizaje. Sus matrimonios con lugartenientes de Cortés respondían a una razón simbólica: Isabel era la última emperatriz de los aztecas.
El matrimonio no sólo era una herramienta para la conversión, sino también para la integración cultural y la hispanización. Isabel de Moctezuma encarna en su persona la unión cultural entre la América Precolombina y la España imperial, unión de la que emergería Hispanoamérica. A pesar de su importancia, la real cédula de 1514 no fue percibida como una gran innovación por sus contemporáneos. Comprendida entre los grandes cuerpos jurídicos de las Leyes de Burgos de 1512 y las Leyes Nuevas de 1542 que sentarían las bases del DERECHO INDIANO, la real cédula además adolecía de dificultades obvias en cuanto a aplicación y control. Si bien es cierto que las uniones entre españoles e indias ya eran numerosas antes de 1514, la real cédula sentó las bases de un cambio social desconocido hasta entonces. Al reconocer la posibilidad del matrimonio entre ambas razas, la cédula de Fernando el Católico sirvió para llenar un vacío legislativo referente a la condición legal de los indios, asegurando la absoluta legitimidad e igualdad de la descendencia que surgiera de los matrimonios mixtos comparados con los matrimonios de Castilla. No sólo reconocía una realidad ya existente. También abría la puerta al mestizaje y a la simbiosis cultural, que fueron características exclusivas del imperio español, y que hicieron única a la experiencia colonial española en comparación con los demás imperios europeos. Fuente: JUAN RIVAS MORENO - María del Carmen Calero Palacios Mestizos famosos, Naomi Campell, Keanu Reeves, Caterine Z. Jones...

jueves, 9 de junio de 2016

ROMA - OBRAS DE INGENIERÍA - CANALES

La grandeza del Imperio Romano crecía proporcionalmente al volumen de agua que entraba en él. Cuando los bárbaros cortaron su suministro, Roma cayó. Se caracterizan entre otras cosas por responder a una geometría muy cuidada. Las carreteras tienen, cuando el terreno es propicio, alineaciones largas y precisas, sus pendientes son suaves. Las ciudades y los campos se cuadriculaban escrupulosamente llegando a alcanzar tamaños enormes. Pero probablemente los acueductos, esas largas canalizaciones que llevaban el agua desde las fuentes naturales u otras captaciones hasta las ciudades, para el consumo humano, alcancen el paradigma de la perfección geométrica, precisamente porque su funcionamiento está fuertemente condicionado a este factor. Cuando se analiza el proceso constructivo de estas obras y la metodología de replanteo y construcción, asaltan dudas razonables sobre la forma en que los técnicos romanos conseguían medir y construir con precisión cada cosa en su sitio. Estas obras adquieren en ocasiones una complejidad extrema y su realización, incluso hoy y con nuestros medios, sería objeto del máximo esmero y no poca dificultad en su replanteo, de forma que se garantizase su correcto funcionamiento.
El Chorobate se trata de una herramienta para la comprobación de niveles del terreno utilizada por los romanos para la construcción de acueductos.En una regla en la cual se horadaba una ranura que se llenaba de agua. En cada extremo de la regla, una plomada permitía comprobar la vertical. Al inclinar la regla, un simple control visual permitía apreciar el nivel del agua en la ranura. Mediante esta observación, era posible deducir la inclinación que debía darse al acueducto para garantizar en la obra la misma inclinación. El chorobate se equipaba con 2 visores en cada extremidad de la regla. El espacio entre los dos visores definía la precisión de la medida; las reglas tenían en general una longitud de alrededor de 6 metros.
En las canalizaciones bajo tierra cavaban varios agujeros hasta la profundidad deseada e iniciaban la excavación de la galería. Estos agujeros se mantenían una vez finalizada a obra para asegurar la aireación cuando se realizaban las tareas de mantenimiento. Para la mayor parte de las cuadrillas el trabajo preliminar consistía simplemente en excavar una trinchera en terreno blando, asegurando temporalmente las paredes con puntales de madera, una precaución que no era necesaria cuando el canal se excavaba en roca sólida. Sin embargo, los grupos con peor suerte se encontraban con que tenían que excavar toda su zanja en un terreno de roca sólida, aunque los más desafortunados de todos eran aquellos a los que les tocaba cavar túneles. Estos tenían que empezar a abrir un pozo, cada setenta y un metros, más o menos, y luego, con el espacio justo para un hombre, tenían que ir excavando hacia delante, pasando hacia atrás con unas cestas la piedra que iban quitando para que la arrastraran fuera del pozo. Al mismo tiempo, otros hombres iban trayendo la piedra, que se había cortado en la cantera. Luego, una vez colocados, los canteros tallaban cada bloque cuidadosamente de forma adecuada ya que debían encajar perfectamente sin necesidad de argamasa, aunque luego sí se recubrieran con argamasa las piedras del canal, para impedir las filtraciones. Doscientos cincuenta años tardaron los trabajos de explotación en las Médulas, hasta principios del siglo III, en lo que hoy es El Bierzo. Fueron la mayor mina de oro del Imperio y la construcción de los canales fue el primer paso que permitió extraer oro de la montaña. Fueron una de las obras hidráulicas más extensas del mundo antiguo, y su trazado una obra de ingeniería que ha perdurado 2.000 años. Los canales han sido recuperados como rutas de senderismo y ahora se valora su inclusión dentro del espacio cultural y protegido de este Patrimonio de la Humanidad en 1997. El entorno de las minas de oro romanas es uno de los principales tesoros paisajísticos de El Bierzo. Pero lo que no todo el mundo sabe es que, oculta en las faldas de las montañas que rodean la antigua explotación aurífera, se encuentra una impresionante red de canales de agua que abastecían la mina y que suman más de 600 kilómetros de longitud, algunos de los cuáles se pueden recorrer ahora en itinerarios de montaña. La red de canales permaneció poco conocida e infravalorada hasta época reciente y su cartografía y estudio detallado no se acometió hasta los primeros años del siglo XXI. Casi enterrados por el paso del tiempo, deformados por los procesos de erosión de las laderas y sepultados bajo un manto de arbustos. Una extensión de más de 600 km. Una de las características que más llama la atención en las observaciones de campo es la pendiente suave y uniforme que presenta el trazado de los canales, que en algunos casos alcanza los 143 km y que se mantiene, con un pequeño margen de error, en torno al 0,2-0,3%. Al mantenerse la pendiente regular a lo largo de muchos kilómetros, el trazado de los canales queda identificado de manera peculiar sobre el terreno. Y es que la construcción del canal se llevaba a cabo desde la explotación hacia el curso de agua y no al revés. Lo que marca la posición es la altura de la mina. Entre diferentes puntos de explotación en Las Médulas existen diferencias de cota de hasta 200 metros.

TRATADOS CON PORTUGAL A RAÍZ DEL DESCUBRIMIENTO

Para entender los acuerdos entre el reino de Portugal y el de Castilla-León, hemos de remontarnos a la Guerra de Sucesión Castellana entre a...