lunes, 2 de septiembre de 2019

GUERRA DE COMUNIDADES CASTELLANAS

Isabel la católica había muerto en 1504 y ya es su testamento dejó ordenado que en caso de que su hija no “pudiera” o no quisiera gobernar, esto pasaría a su marido Fernando. Ya sabemos que esta sucedió así y Fernando dejo el reino de Castilla en manos del Cardenal Cisneros, hasta que su nieto Carlos llegara a la mayoría de edad y viniera a la península. Muerto ya Fernando el católico en 1516, y en 1517 ya Carlos visitó a su madre, encerrada en Tordesillas haciéndose cargo de todos los reinos y territorios hispánicos con el nombre de Carlos I. A comienzo del reinado de Carlos ya empezó a desarrollarse un movimiento de rechazo en Castilla que comenzó con fuerza en 1520 y duró hasta 1522. Los historiadores que han escrito sobre estos hechos no se han puesto de acuerdo ya que unos la señalan como una revuelta anti señorial, y otros como una revolución burguesa, aunque subyacía un descontento de tipo fiscal y económico. Ante la sucesión, en Castilla, se había formado un importante bando a favor del príncipe Fernando (el hermano criado por su abuelo Fernando el católico) y en contra de Carlos; el primero había sido educado en Castilla, mientras que el segundo era considerado un extranjero. A esta situación se añade el desprecio de Chievres, consejero del nuevo rey, hacia los españoles, el reparto de favores y el nombramiento de borgoñones para los cargos de control del poder, así como las fuertes sumas de dinero embarcadas por Chievres hacia los Países Bajos. En todos estos hechos los castellanos entendían que el nuevo rey sacrificaría la hegemonía castellana por una política imperial y dinástica. Fuertes ciudades, como Burgos y Segovia, veían amenazadas sus libertades y su prosperidad económica. Pensaron en una serie de reivindicaciones para que el rey las aceptara, sobre los impuestos y la salida de dinero al extranjero. Estas reivindicaciones hicieron que muchos comenzaran a pensar en la sustitución del rey y convertir las ciudades en ciudades libres a semejanza de Génova y otros territorios italianos.
Cuadro de la Ejecución de los Comuneros Juan Padilla, Juan Bravo y Francisco Maldonado, el 24 de abril de 1521. Se exhibe en el Congreso de los Diputados. En 1518, el rey Carlos reúne las Cortes en Valladolid para pedir dinero para sufragar sus gastos para obtener la corona de emperador. Encuentra una fuerte oposición: las Cortes plantean la necesidad de que el rey respete las leyes de Castilla y que separe de los centros de poder a los extranjeros. Esta misma oposición encuentra en la Cortes de Aragón y en las de Cataluña. Se pretendía limitar el poder real, poner freno al poder de la nobleza, reducir los impuestos, reducir el gasto público. Realmente era un movimiento de las clases medias. La alta nobleza no estuvo nunca del lado de las Comunidades, pese a que detestaban igualmente a los flamencos y la situación en la que se encontraba el reino. En 1519 Carlos I es elegido emperador del Sacro Imperio. En 1520 se vuelven a reunir las Cortes castellanas en Santiago: el emperador quiere obtener de ellas un nuevo impuesto que le es negado. Ese mismo año en las Cortes de la Coruña presenta su programa imperial. Carlos se marcha sin conseguir el nuevo impuesto y para entonces ya habían empezado las revueltas. Toledo encabeza la rebelión y le siguen el resto de las principales ciudades de Castilla la Vieja. Se forma en Toledo una Junta revolucionaria y se decide que debería estar por encima de las decisiones del rey incluso tomar el control del Estado. Los comuneros moderados fueron replegándose. Madrid se une también al movimiento junto a los capitanes comuneros. En 1520 en Segovia una multitud desoyó las explicaciones de Rodrigo de Tordesillas, procurador en las cortes coruñesas, y terminó por estrangularle en plena calle. El alcalde inició las represalias. La población cerró filas en torno a la Comunidad, erigiéndose Juan Bravo como líder de esta. El alcalde Ronquillo inició entonces un asedio contra la ciudad, por lo que Segovia reclamó ayuda al resto de ciudades rebeldes. Acudieron en su ayuda Toledo y Madrid con el envío de milicias capitaneadas por Juan de Padilla y Juan de Zapata. El fallido asedio de Segovia constituyó el primer gran enfrentamiento entre realistas y rebeldes de las incipientes Comunidades. Medina del Campo, uno de los núcleos comerciales más importantes de la Corona de Castilla, albergaba una importante guarnición de artillería. Tras el estallido en comunidad de Segovia, Rodrigo Ronquillo y Antonio de Fonseca, al mando de las tropas realistas, pusieron rumbo a la villa medinense para apoderarse de la artillería allí estacionada. El corregidor de la villa, accedió a entregar las piezas de artillería a las tropas imperiales, pero no así los vecinos, que se amotinaron en las puertas de acceso a la localidad y reunieron todas las piezas en la plaza, a sabiendas de que si se las entregaban a las tropas imperiales, estas serían utilizadas contra Segovia. Ante la negativa popular, se dio orden de incendiar varias partes de la localidad con el objetivo de dispersar a la multitud congregada en la plaza junto a la artillería, pero esta no se disgregó y permaneció junto a los cañones mientras las llamas avanzaban. Buena parte de la villa resultó destruida. En vista de la situación, los comandantes imperiales dieron la orden de retirada, permitiendo así a los vecinos acudir a sofocar las llamas y evitando que la villa ardiera en su totalidad. El 22 de agosto, el regidor Gil Nieto fue descuartizado en plena calle. Tres son los comuneros destacados: Juan Bravo, de Segovia, fue el que se desplazó a Tordesillas a parlamentar con la reina Juana para recabar su apoyo, que no consiguió. Juan de Padilla, de Toledo, sufrió las rivalidades entre los comuneros que provocaron su sustitución por Pedro de Girón, ante lo cual aquél regresa a Toledo. Cuando Girón deserta en diciembre al bando realista, Padilla vuelve a Valladolid con un nuevo ejército toledano en diciembre de 1520. Sus tropas toman Ampudia y Torrelobatón. Y Francisco Maldonado, de Salamanca acudió al frente de un ejército salmantino compuesto por 200 hombres a caballo y 6.000 peones, a ayudar a Juan de Padilla y al obispo Antonio de Acuña a vencer el 21 de febrero de 1521 a Francés de Beaumont, realista refugiado en Torrelobatón, apresándolo pero respetando su vida. Carlos antes de partir asoció al nuevo al gobierno del regente Adriano de Utrech, al Almirante de Castilla y al Condestable de Castilla, asegurándose con ello el apoyo de la alta nobleza a la causa real. En la comunidad castellana se desarrolla un movimiento antisocial. Tras prácticamente un año de rebelión, se habían reorganizado los partidarios del emperador, la alta nobleza y las tropas imperiales asestaron un golpe casi definitivo a las comuneras en la batalla de Villalar, el 23 de abril de 1521. Allí mismo, al día siguiente, tras un simulacro de juicio, se decapitó a los líderes comuneros, Juan de Padilla, Juan Bravo y Francisco Maldonado. El ejército comunero quedaba descompuesto. Solamente Toledo mantuvo viva su rebeldía, hasta su rendición definitiva en febrero de 1522. Finalmente, tras ser sofocada la revuelta, las Cortes de Castilla presentan un programa al emperador que, tras la aceptación general de Carlos como rey de Castilla, recogía una serie de exigencias: que volviera a Castilla, que excluyera del gobierno del reino a los extranjeros, que contrajera matrimonio para asegurar la sucesión, que convocara las Cortes cada tres años, que redujera los gastos de la Corte y que el impuesto de la Alcabala fuese recaudado por las ciudades. En el siglo XIX se rehabilita la figura de los Comuneros con una imagen romántica frente al absolutismo. En 1976 comienzan a celebrarse manifestaciones en Villalar cada 223 de abril, fecha de la derrota de la batalla. Esto se convirtió en fiesta oficial en 1983 tras la formación de las Comunidades Autónomas, conmemorando la de Castilla-León. El 15 de marzo de 2015 fue inaugurado en Toledo el monumento a Juan de Padilla en la plaza que ocupa el solar en que se levantaban sus casas. De este modo se ponía fin a un anhelo histórico de la ciudad castellana, que había visto cómo hasta en siete ocasiones el intento por erigir este homenaje había fracasado. Toledo recuerda a Juan de Padilla al inaugurar el 15 de marzo de este año el monumento en la plaza que ocupa el solar en que se levantaban sus casas. Juan Bravo tiene su monumento en Segovia desde 1921 y Maldonado solo podemos recordarlo al ver la casa de las Conchas de Salamanca, finca de la familia. De todas formas los tres comuneros figuran en Madrid con sus nombres en calles en una zona céntrica.

sábado, 17 de agosto de 2019

BOLÍVAR - IMPERIALISTA Y REVOLUCIONARIO

Desobedeciendo al rey de España, en ese momento José I, (hermano de Napoleón), se inicia la Revolución del 19 de abril de 1810 en Caracas, fecha que marca el inicio de la lucha por la Independencia de España en Venezuela. El Cabildo constituye la Junta Suprema de Caracas, primer forma de gobierno autónomo y se firma un Acta el 19 de abril, creando la Junta Conservadora de los Derechos de Fernando VII, a la sazón “secuestrado” por Napoleón en Francia. Destituido entonces el Capitán español, al ceder los poderes trajo como consecuencia la expulsión de los funcionarios españoles y son enviados a España. Tres meses después se crea la “Sociedad Patriótica”, asociación revolucionaria creada por los criollos. En diciembre de ese año se une la importante figura de Francisco de Miranda. Este hombre era un militar y diplomático. Fue militar en el ejército español con el grado de coronel. Hoy se le considera el Precursor de la Emancipación Americana. Había sido partícipe de la Independencia de los Estados Unidos y de la Revolución Francesa. En esta sociedad entre otros figura Simón Bolívar. Fue Miranda y no Bolívar, el creador del proyecto geopolítico conocido como Gran Colombia, que Bolívar trataría de llevar a cabo tras la liberación de los territorios que hoy son Colombia, Panamá, Ecuador y Venezuela en 1826, aspirando a unificarlos en una sola nación. El Acta de Independencia de Venezuela (5 de julio de 1811) proclama una Constitución de carácter Federal inspirada en la americana, pese a la oposición de Miranda y Bolívar, que defendían un estado unitario.

Hay que saber que Francisco de Miranda fue un español nacido en el Nuevo Mundo (Como San Martín y Bolívar), que no dudó en combatir a las órdenes de Carlos III convencido de la bondad de la Corona. La revolución no caló en las áreas rurales donde surgieron grupos armados contrarios a los independentistas, integrados por esclavos, llaneros, mestizos, negros y mulatos. Estos grupos significaron el enfrentamiento abierto entre las clases populares y la burguesía criolla. El fin de la primera experiencia republicana en Venezuela fue la capitulación de Miranda ante el ejército general dirigido por el realista (se llamaban así a los partidarios del rey de España), Monteverde, que había conseguido rendir en Puerto Cabello a Bolívar. Como resultado de este fracaso Bolívar se retiró a Cartagena que estaba regida por una Junta instituida en mayo de 1810. Esta ciudad se declaró autónoma. Bolívar declaró solemnemente la “guerra a muerte” a los españoles y en 1812 entró en Caracas culminando una rápida campaña. Bolívar, al concluir la campaña, escribió al Congreso de Nueva Granada que había atravesado nueve ciudades y pueblos, "donde todos los europeos y canarios casi sin excepción fueron fusilados”. Abolió la Constitución y se erigió en Dictador, con el título de Libertador, porque mantenía que la dictadura era la única manera de imponer ideas revolucionarias en un pueblo que era poco permeable a las mismas. Hay que aclarar que en la antigua Roma, en casos de guerra o estados de emergencia, el Senado romano dotaba a un hombre de poderes absolutos durante un periodo máximo de 6 meses, sin que por ello quedase derogado el ordenamiento político y jurídico existente. Recibía el título de Dictador.

Un año después fue derrotado por las tropas llaneras, (esclavos, mestizos, negros, mulatos y llaneros) y nuevamente se refugió en Cartagena. En 1815 desde Cartagena, Bolívar inició otra campaña para liberar la costa atlántica venezolana y también fracasó. De esta forma se logró que Nueva Granada fuera reconquistada por tropas del rey Fernando VII, reavivando así el sentimiento independentista. Bolívar se refugió en Jamaica y redactó la célebre Carta de Jamaica, que en realidad es un programa político. Se declaraba contrario a la esclavitud, al federalismo y a la democracia. Pretendía formar la República de Colombia que agrupase Venezuela y Nueva Granada. Ayudado por José A. Páez cabecilla llanero convertido a la causa que desarrolló una acción proselitista consiguiendo la incorporación de las tropas llaneras al bando de Bolívar, gracias también a la muerte de su caudillo original, Boves. También recibieron la ayuda de Inglaterra. No obstante no consiguió extender la zona liberada más allá de los Llanos, donde Morillo comandaba a las tropas criollas. En 1819 se proclamó la Tercera República, donde en su carta constitucional consagra la dictadura de Bolívar que le concedía amplio poderes. Emprendió una acción militar amplia venciendo en Boyacá, Bogotá y liberó parte de Nueva Granada que en diciembre de ese año el congreso unificó en una sola nación, Gran Colombia. Posteriormente se firmó un armisticio y España reconoció a los rebeldes como a un ejército dando un trato de igualdad. En mayo de 1821 se nombró a Bolívar como presidente de Gran Colombia y el junio se produjo la victoria de Carabobo que significó la liberación de Venezuela. En 1823 Bolívar fue autorizado por el Congreso de la Gran Colombia para tomar el mando y en septiembre llegó a Lima, cuyo gobierno le pedía que dirigiera la guerra y se reunió con Sucre para planificar el ataque. El Congreso peruano le nombró Dictador el 10 de febrero de 1824, y a partir de entonces logró controlar las intrigas de la nueva República En realidad el sueño panamericanista de Bolívar había fracasado, existían tensiones entre los miembros de la unión a la República de Colombia. Venezuela era secesionista y en 1830 se separaron. Más tarde lo hizo Ecuador. Panamá lo consiguió ya entrado el siglo XX. Bolívar en realidad soñaba con una Sudamérica unida de la cual él tendría que ser el gran dirigente panamericano. Estaba enfrentado a las ideas de San Martín que pretendía una federación de naciones independientes con carácter monárquico español en principio. Él temía que los criollos americanos, que siempre dependieron de las autoridades coloniales que representaban al Rey, no fueran capaces de gobernarse a sí mismos, pues carecían de la experiencia política necesaria, lo que podría desencadenar en una cruenta guerra civil por querer llegar al poder. No se equivocó, pues tras su partida y especialmente, tras la partida de Bolívar unos años después, los caudillos militares desataron un gran caos político en casi toda Hispanoamérica, para satisfacer sus ansias de poder. Las ideas de Bolívar fueron similares a las Napoleónicas. También las de Hitler, si apartamos el holocausto judío. Realmente las emancipaciones americanas fueron una enorme Guerra Civil, no una guerra entre diferentes países. Bolívar murió en diciembre de 1830 y Venezuela se había separado en mayo de ese año. Pero desde 1819 hasta su muerte fue presidente de la Gran Colombia

miércoles, 14 de agosto de 2019

BATALLAS NAVALES CONTRA INGLATERRA (Y Parte 3)

Existen bastantes batallas que los ingleses no quieren recordar. Y por esas cosas de nuestra querida España, aquí tampoco las recordamos. Las derrotas sí que las recordamos, o nos las hacen recordar, en libros, películas y utilizando la proverbial candidez de nuestros gobernantes e instituciones. Pero en este grupo somos distintos, y vamos a contar las verdades, tralalá...! 1.- Hubo una Guerra de las Armadas (1585-1604). La reina “Virgen” Isabel I termina derrotada y hundiendo a Inglaterra junto con su Contra Armada. Felipe II reina en España. De aquella guerra los episodios más reconocidos son la Gran Armada Española y la Contra-Armada Inglesa. Con un resultado pésimo en ambos casos. Sabemos de sobra que la Gran Armada Española fue vencida. La diferencia, la gran diferencia, fue que la Monarquía Hispánica (MMHH) se rehízo con rapidez del desastre pero Inglaterra se sumió en un pozo muy profundo del que tardó más de dos décadas en salir una vez finalizada la guerra. Ocurre que los acontecimientos en torno a la “Gran Armada”, sólo se entienden en el marco de la Guerra anglo-española de 1585 a 1604. Al sacarlos de contexto se deforma mucho la realidad, sería semejante a hablar de la Segunda Guerra Mundial y detenerse en la caída de Francia en 1940, sin mencionar otras importantes batallas como Midway, Stalingrado, o el desembarco de Normandía. Además, fue una guerra con un desenlace y tratado favorable a España. 2.- ISLA FLORES Fue una batalla difícil de olvidar para la pérfida Albión. Aquel día de 1.591 una flota los infames corsarios de su Graciosísima Majestad falló estrepitosamente en su habitual intento de saquear hasta la última moneda de oro que los navíos hispanos traían de América en sus bodegas. Felipe II hacía frente a una deuda nacional que era sufragada con las insuficientes monedas traídas desde América. España combatía por entonces contra la reina Isabel I, quien no dudaba en pagar a piratas Los ingleses se enteraron de una noticia: los españoles pensaban hacerse a la mar desde América con una gran partida de oro y joyas en dirección a España. Se pusieron manos a la obra para armar una flota. Dispusieron una veintena de navíos, varios de ellos piratas, cuyo mando fue otorgado al afamado oficial Thomas Howard, un viejo conocido por su participación en varios asaltos y batallas contra los españoles. Además, entre las filas se destacaba nada menos que el bucanero Richard Grenville, capitán del galeón inglés «Revenge» (el buque que, durante años, había navegado a las órdenes del cruel pirata Francis Drake). La Royal Navy se dispuso a viajar a las Azores. Lo que no sabían era que España, harta como estaba de la piratería, había dispuesto una flota de 55 barcos al mando de Alonso de Bazán para, de una vez por todas, escarmentar a los saqueadores. El 9 de septiembre, Bazán organizó el combate. A pesar de que el asalto no se produjo con toda la celeridad que Bazán pretendía, los ingleses no tuvieron los arrestos de plantar combate en mar abierto y, para asombro de los españoles, la mayoría de la flota de la Royal Navy inició la huida a toda vela. Pero la retirada fue demasiado deshonrosa para Grenville quien, desoyendo las órdenes, decidió mantener la posición y, junto a otros dos navíos ingleses más, plantar batalla a los españoles. Bazán ordenó a parte de sus fuerzas acabar con el «Revenge» mientras varios buques seguían en su huida a los ingleses. La contienda no fue muy extensa. A las pocas horas, los buques que escoltaban a Grenville habían abandonado sus posiciones y sólo el «Revenge» se enfrentaba valientemente a los navíos españoles Al anochecer, el «Revenge», buque insignia de Francis Drake, había caído en manos españolas. De 250 hombres que traía el navío quedaron 100, los más de ellos heridos. Por parte española fallecieron aproximadamente 100 soldados y marineros debido al hundimiento de varios buques durante la contienda. No obstante, aquel día España demostró a su Majestad Isabel I que no estaba dispuesta a sufrir más el pillaje de sus infames corsarios. Puede que las aguas europeas se hayan teñido multitud de veces con la sangre de los marineros españoles e ingleses. No obstante, la armada ibérica y la Royal Navy pueden presumir de haberse plantado cara a lo largo y ancho del mundo entero. Precisamente, uno de los lugares más recónditos en los que se encontraron fue en la bahía de Pensacola, cerca de la Florida. Allí, en un día de 1.781, la Infantería de Marina hispana desembarcó y expulsó del terreno a los defensores de la Pérfida Albión. Para saber por qué la armada de nuestro país viajó miles de kilómetros para derramar sangre inglesa hay que remontarse hasta finales del SXVIII, concretamente a 1.763, año en que Inglaterra venció a una coalición de países entre los que se encontraban Francia y España. Por entonces reinaba ya Carlos III que deseaba devolver la afrenta, y cuando llegaron las primeras noticias de que las Trece Colonias americanas habían iniciado un levantamiento contra los británicos. España dio comienzo a una abismal campaña de apoyo a los rebeldes, a los que equipó con armas, munición y uniformes. En la guerra de Independencia de los Estados Unidos, España intervino a favor de las colonias americanas contra los ingleses. España, aliada con Francia a través de los Pactos de Familia, vio la Revolución de las Trece Colonias como una oportunidad.
3.- La Guerra del Designio Occidental o ‘Western Design’ (1655-1660) El impulso de Oliver Cromwell. Felipe IV reina en España. El plan pasaba por quitar a España el Imperio que había construido en América para poder apropiarse de sus grandes riquezas y así poder luchar por la causa del luteranismo en el mundo. Para argumentar el ataque indecente echa mano del argumentario de un tal Guillermo de Orange. Es aquí donde los ingleses reviven la Leyenda Negra para poder justificar la guerra. Y es en Santa Cruz de Tenerife donde se consiguió la primera de sus tres cabezas de león (la de Robert Blake). Los enfrentamientos de Cromwell con la cúpula militar son continuos y la precaria situación económica en que se encuentra Inglaterra al no conseguir sus objetivos de guerra vuelven a llevar al país a un período de gran inestabilidad. Muere Cromwell. En abril de 1660 Carlos II es declarado rey de Inglaterra y entonces decide suspender las hostilidades contra España y tapar vergüenzas. Curiosamente si buscáis “Western Design” en Google no aparece ninguna información en la wiki inglesa. Sí en castellano, en alemán, en francés, pero no en inglés. Oliver Cromwell escribió en sus cartas y discursos: “Y el español no solo es nuestro enemigo accidentalmente, sino que también lo es de manera providencial, de modo que Dios, en su sabiduría, lo dispuso para que fuera cuando hicimos una brecha en la Nación española hace mucho tiempo ". 4.- La Guerra del Heredero inglés. (1625-1630) Felipe IV reina en España. En Inglaterra, Jacobo I. Su hijo Carlos pretende a la hija del Rey español. Pero fue rechazado. Jacobo muere y le sucede su hijo Carlos I, y ya tenemos la guerra. El episodio más relevante sucede en Cádiz, cuando los ingleses intentan atacarla. Una flota de más de 100 barcos, 15.000 soldados y marineros. Fue un costoso fracaso para Inglaterra. La mala gestión junto con los costos desorbitados y el pésimo resultado de la contienda con la dificultad de financiar tal escándalo, enfrentan seriamente al Parlamento con la Monarquía. 5.- LA OREJA DE JENKINS Un capitán español capturó una nave inglesa dedicada al contrabando en el mar Caribe. El capitán inglés, de apellido Jenkins, fue llevado ante el capitán español. Este le cortó la oreja, pero le perdonó la vida. Eso sí, le mandó un mensaje el rey de Inglaterra Jorge II, que decía básicamente que le hubiera cortado también la oreja al rey, si lo hubiese capturado también. Jenkins guardó su oreja en alcohol y volvió eventualmente a Inglaterra. Contó lo acontecido a todos, incluso a la prensa inglesa. El rey, cuando oyó de dicho incidente, montó en indignación. Y esto hizo que se le llamara “La batalla de la oreja de Jenkins” Las incendiarias proclamas de un parlamentario, decidieron dar un golpe decisivo, para lo que reunió una formidable flota de 186 buques, con 27 600 hombres, armada con 2000 cañones, que salió desde Port Royal (Jamaica) y fondeó a principios de marzo de 1741 junto a la costa de Cartagena de Indias, la ciudad más importante del Caribe. Inglaterra estaba tan segura de su victoria que el rey inglés mandó acuñar monedas celebrando su triunfo, en las que se leía "La arrogancia española humillada por el almirante Vernon y los héroes británicos tomaron Cartagena” abril de 1741 En ellas aparecía Blas de Lezo representado de rodillas entregando su espada al almirante Vernon. La ciudad estaba defendida militarmente por el almirante vasco, marino con experiencia en batallar con los británicos y los piratas africanos, que disponía solamente de unos 3600 hombres y de una flota de seis buques solamente. El asedio y la batalla se ha contado infinidad de veces, porque el arrojo, la valentía y la inteligencia de Blas de Lezo fueron tan determinantes, tan grandes que ha quedado para la historia y los anales de las batallas casi imposibles de ganar. Pero se logró. Blas de Lezo, manco, cojo y tuerto, con sólo seis barcos y la décima parte de hombres, derrotó a la Armada de Vernon, que fue un desembarco solo superado en la historia por el de Normandía de la II Guerra Mundial. El fracaso de la Armada inglesa, se mire desde el punto de vista que se mire, fue muy superior al de la Gran Armada de Felipe II. La humillación de la derrota inglesa fue tal, que el rey Jorge II ordenó a los historiadores ingleses que no se escribiera nada de la derrota; y los historiadores ingleses son hegemónicos, lo que ellos no publican no existe. Y como los historiadores no escribieron nada sobre Cartagena de Indias, esta batalla fue injustamente ocultada para la historia. A pesar de su profundo descrédito, a Vernon a su muerte en 1757 se le decidió enterrar su cuerpo en la Abadía de Westminster, como si fuera un héroe más de los que allí reposan. Blas de Lezo corrió una suerte diferente. Blas quedó muy mal herido por los combates de Cartagena de Indias, murió cinco meses más tarde víctima de las heridas del combate. Y lo lamentable, nadie sabe dónde está enterrado. Sus restos quedaron en una fosa común, por lo que su cuerpo no pudo ser enterrado en las condiciones que merecía, Blas de Lezo murió en Cartagena en septiembre de 1741. Existe un monumento al Almirante inaugurado por el entonces rey de España Juan Carlos I, acompañado por el embajador de Colombia del 2014. También hay una fragata de la Armada Española con el nombre “Blas de Lezo”

martes, 13 de agosto de 2019

BATALLAS NAVALES CONTRA INGLATERRA (Parte 2)

La ejecución de la Estuardo, María I de Escocia en febrero de 1587 ultrajó a los católicos de la Europa continental. Su reivindicación al trono fue heredada por Felipe, que era viudo de María I de Inglaterra. En julio del mismo año, Felipe recibe autorización del Papa Sixto V para deponer a Isabel I de Inglaterra, que ya en 1570 había sido excomulgada por Pío V. Luego vino la victoria inglesa en Cádiz en 1587. La flota inglesa de Francis Drake destruyó la armada española fondeada en la bahía. Desembarcó en el Algarve destruyendo varias fortalezas, atacó la flota de Álvaro de Bazán amarrada en Lisboa, y poniendo rumbo a las islas Azores. En el transcurso de la expedición la flota inglesa consiguió destruir más de 100 barcos españoles, retrasando los planes españoles de invasión más de un año. Felipe II con este asunto y con que quería acabar con la piratería inglesa y sus constantes incursiones en las posesiones hispánicas, al tratarse Inglaterra de una isla de poco menos de 3.000.000 de habitantes, de los cuales menos de un cuarto se encargaban de su protección, una fuerza militar anticuada y falta de experiencia, Felipe II estimó que un pequeño contingente sería suficiente para someter en pocas semanas todo el país. Ya en el capítulo anterior hemos hablado de la “Gran Armada”, que al ser derrotada los ingleses la bautizaron “La Armada Invencible”, quedándose este nombre irónico incluso entre los españoles para siempre. ¡Seremos idiotas! La armada dirigida por el duque de Medina-Sidonia atacó a la flota inglesa liderada por Charles Howard en el canal de la Mancha. Las condiciones climatológicas adversas y los enfrentamientos con la flota inglesa provocaron la derrota en la que realmente los ingleses solo provocaron el hundimiento de un solo navío español. El resto lo hicieron la circunstancias climatológicas y la mala cartografía. La Contra armada inglesa, desplegó unas 160 naves de varios tipos y perdió 40 navíos entre hundimientos y capturas causando fuertes pérdidas en las arcas inglesas. A la vez permitió la reconstrucción de la flota española. Ayudados por corsarios, los ingleses continuaron con sus robos en alta mar. Pero un sistema de escolta frustró los ataques. Expediciones de piratas como Martin Frobisher y John Hawkins fueron derrotadas. El navío “Revenge” uno de los más importantes de su marina fue apresado cerca de las Azores en la Batalla de Flores (1591), cuando una flota inglesa pretendía capturar la Flota de Indias. En 1592 Pedro de Zubiaur vencía a un convoy inglés de 40 buques incendiando la nave capitana y capturando otros tres barcos. En 1593 en la batalla de Blaye derrotaba a una pequeña flota de seis buques ingleses hundiendo sus dos unidades principales. Entre 1595 y 1596, Drake y Hawkins murieron en las derrotas sufridas por los enfrentamientos de una expedición inglesa contra los asentamientos españoles en el Caribe, primero en Las Palmas de Gran Canaria y luego en diferentes localizaciones caribeñas. En 1595, cuatro barcos españoles comandados por Carlos de Amésquita desembarcaron en Cornualles, al oeste de Inglaterra. También huyeron sin problemas de una flota enviada para destruirlos.
En julio de 1596, una expedición angloholandesa dirigida por el Robert Devereux, II conde de Essex saqueó Cádiz, destruyendo la flota española fondeada en la bahía. Esta armada fue reorganizada y los ingleses no pudieron atacarla por otra tormenta en las costas gallegas. Entre junio y agosto de 1597, la flota inglesa organizó la expedición Essex-Raleigh a Ferrol y las Azores, donde no consiguió imponerse a la flota española de regreso de las Indias. Una nueva expedición española contra Inglaterra en octubre del mismo año fue desbaratada por un temporal en el canal de la Mancha. El sucesor de Felipe II, al morir éste, continuó la guerra. Felipe III de España en mayo de 1600 se iniciaron conversaciones de paz en Boulogne-sur-Mer, que resultaron fallidas. Las tropas españolas serían derrotadas a comienzos de 1602 en la batalla de Kinsale, con la coalición perdiendo 1200 hombres, entre ellos 90 españoles, forzando así su regreso a España y dejando como prioritaria la consecución de sus objetivos en Flandes. Tras la muerte de Isabel I en 1603, su sucesor Jacobo I de Inglaterra firmó en 1604 el tratado de Londres con Felipe III, mediante el cual ambos países acordaban el fin de la guerra. El resultado para España fue mucho más positivo. Fue la principal potencia europea en el siglo XVII, hasta que las derrotas contra Francia en la guerra de los Treinta Años y el ascenso del poderío naval holandés acabaron reduciéndola a una potencia más. Pero para Inglaterra llegaría el más grande de todas sus derrotas, la del asedio de Cartagena de Indias. Esto se enclava ya en otra guerra y el sitio acaeció en mayo de 1741. El almirante inglés Edward Vernon atacó con éxito Portobelo en panamá. La plaza solo contaba con 700 hombres. Realmente Inglaterra pretendía cortar la comunicación española y el comercio entre el Virreinato de Nueva España y Nueva Granada. Para terminar por dificultar las posibilidades de navegación entre América y España. Con este triunfo y ante un clima de euforia y aprovechando un hecho extraño. Un capitán español capturó una nave inglesa dedicada al contrabando en el mar Caribe. El capitán inglés, de apellido Jenkins, fue llevado ante el capitán español. Este le cortó la oreja, pero le perdonó la vida. Eso sí, le mandó un mensaje el rey de Inglaterra Jorge II, que decía básicamente que le hubiera cortado también la oreja al rey, si lo hubiese capturado también. Jenkins guardó su oreja en alcohol y volvió eventualmente a Inglaterra. Contó lo acontecido a todos, incluso a la prensa inglesa. El rey, cuando oyó de dicho incidente, montó en indignación. Y esto hizo que se le llamara “La batalla de la oreja de Jenkins” Las incendiarias proclamas de un parlamentario, decidieron dar un golpe decisivo, para lo que reunió una formidable flota de 186 buques, con 27 600 hombres, armada con 2000 cañones, que salió de Port Royal (Jamaica) y fondeó a principios de marzo de 1741 junto a la costa de Cartagena de Indias, la ciudad más importante del Caribe. La ciudad estaba defendida militarmente por Blas de Lezo, marino con experiencia en batallar con los británicos y los piratas africanos, que disponía solamente de unos 3600 hombres y de una flota de seis buques solamente. El asedio y la batalla se ha contado infinidad de veces, porque el arrojo, la valentía y la inteligencia de Blas de Lezo fueron tan determinantes, tan grandes que ha quedado para la historia y los anales de las batallas casi imposibles de ganar. Pero se logró. Blas de Lezo, manco, cojo y tuerto, con sólo seis barcos y la décima parte de hombres, derrotó a la Armada de Vernon, que fue un desembarco solo superado en la historia por el de Normandía de la II Guerra Mundial. El fracaso de la Armada inglesa se mire desde el punto de vista que se mire, fue muy superior al de la Gran Armada de Felipe II

lunes, 12 de agosto de 2019

BATALLAS NAVALES CONTRA INGLATERRA SIGLOS XVI Y XVII (PARTE 1)

Durante el siglo XVI, la rivalidad entre España e Inglaterra fue muy recurrente. Estamos acomplejados porque nos quedamos con verdades a medias, pero no podemos olvidar que somos de los países que mejor nos ha ido contra los británicos. Pero si algo diferencia sus derrotas del resto es su tendencia a esconder estos fracasos, como ocurrió en Cartagena de Indias. Lo que ha faltado en España es el interés por leer y estudiar estos episodios. Hemos permitido durante demasiado tiempo que nuestros enemigos escondieran los méritos españoles. Eso es culpa nuestra. Si hiciéramos caso a Hollywood que los británicos son invencibles en el mar. Pero es completamente falso. Cualquier inglés o español al que le pidamos que cite tres derrotas de la Armada española, si es mínimamente conocedor de la historia, lo hará sin muchas dificultades: la Armada invencible, Trafalgar y la Guerra de Cuba. Si pidiéramos lo mismo sobre la Royal Navy sería casi imposible encontrar siquiera tres. Derrotas inglesas que hoy día parecen estar recuperándose del olvido, como Cartagena de Indias, la Contra-armada o Tenerife, hasta otras confrontaciones desconocidas para el gran público como Veracruz, Atacames, Cádiz o el Raid del Medway. Entre las más ignoradas tenemos la Incursión Castellana de 1380, cuando Fernando Sánchez de Tovar logró penetrar por nada menos que hasta el Támesis. Isabel I de Inglaterra era hija de enrique VIII, la bestia parda que se lió con Ana Bolena dejando de lado a su mujer, Catalina de Aragón, que era hija de nuestros Reyes Católicos, o lo que es igual, tía del Emperador Carlos V. El caso es que antes que Isabel había reinado María Tudor, que era hija la primera hija de Enrique y la única de Catalina. María Tudor como buena hija de española era cristiana apostólica romana, no protestante como había instituido su padre para divorciarse. Con lo cual además de volver al cristianismo de Roma, también se casó con nuestro Felipe II. Y aunque no parezca, Felipe fue rey consorte de Inglaterra antes que de España. Pero no tuvieron hijos. Y María Tudor reinó desde 1553 hasta su muerte en 1558. Con lo cual al morir ella, Felipe ya no pintaba nada en Inglaterra. Y el problema estaba aquí, en la sucesión, porque de haber tenido un hijo todo hubiera cambiado, pero heredó Isabel, que si el padre era un animal, la hija los tenía cuadrados. Y volvieron las cosas de la religión donde habían quedado antes de María, es decir a las reformas religiosas sin la autoridad del papa de Roma. Isabel además de palmar en Holanda varias veces tuvo la feliz idea de apoyar a un ladrón de los mares como Francis Drake. Ya sabemos que en el amor y en la guerra todo vale, y eso lo debió haber pensado Isabel porque echó mano de lo que sea para defender lo suyo. Concedió numerosas “patentes de corso”, que era una especie de licencias para convertir un oficio deplorable como era la piratería en su servicio útil al pueblo inglés. Así, contó con una armada formada por piratas “por cuenta ajena”. Por tanto, asaltar los buques españoles, asesinar a su tripulación y robar su mercancía ya no era un execrable crimen, sino que era una forma de servir a Dios y a su sagrado pueblo anglicano, puesto que se limpiaba el mar de católicos españoles. Además, esta práctica ayudaba a sanear las finanzas de Inglaterra, que era, casualmente también, la nación predilecta de Dios según la nueva religión. Pero claro, Felipe II gobernaba la gran potencia del mundo de entonces que era España, y eso de robar y asaltar galeones españoles no estaba bien visto.
Felipe tenía ganas de dejarse de mamandurrias y asaltar Inglaterra entera. Necesitaba una razón de peso para ello. Y llegó. Supo que había una conspiración para asesinar a Isabel y coronar a María Estuardo, que era cristiana. Fue descubierto el complot y aunque al principio se resistió, Isabel terminó por ordenar la ejecución de María, que en su testamento cedió todos sus derechos al trono inglés a Felipe II. María fue ejecutada en febrero de 1587. Y es aquí donde podemos decir que se inicia la guerra naval entre España e Inglaterra. Aunque la guerra comenzó en 1585. En octubre de ese año Drake, saqueó Vigo y Santiago de Cabo Verde, además de intentar hacer lo mismo en La Palma, donde el asalto no tuvo éxito; cruzó a las Indias Occidentales capturando Santo Domingo y Cartagena de Indias, por cuya devolución exigió a las autoridades españolas el pago de un rescate, y San Agustín (en la Florida). Irritado por estos ataques, Felipe II mandó armar una gran flota con la misión de invadir Inglaterra. La ejecución de María I de Escocia en febrero de 1587 ultrajó a los católicos de la Europa continental. Su reivindicación al trono fue heredada por Felipe, que era viudo de María I de Inglaterra. Continuará

viernes, 2 de agosto de 2019

LEYES DE ESPAÑA SOBRE LOS INDÍGENAS DE AMÉRICA

Ya la Reina Católica, Isabel de Castilla, promulgó decretos en 1494 para la protección de los indios frente a los posibles (y ciertos) abusos de los colonizadores. Determinó que los indios seguirían siendo propietarios de sus tierras y prohibió expresamente la esclavitud. Pero la corona no se quedó solo en esto, puso decisión, recursos, conocimientos y sus mejores hombres a la tarea de integrar a los pueblos americanos a la cultura española, es decir la que predominaba en Europa. Posteriormente en diciembre de 1512 Fernando el Católico promulga “Las Leyes de Burgos u Ordenanzas para el tratamiento de los Indios” Juristas y teólogos estudiaron el asunto y de aquí salió el resultado de que lo importante era la evangelización del indígena. También que la corona tenía el dominio sobre los territorios descubiertos o por descubrir, y el indio era un hombre libre, no podrá ser explotado pero debía trabajar a favor de la corona, a través de los españoles que allí estaban, y para ello se crearon la “encomienda” y el “requerimiento”. Estas Leyes de Burgos se les considera hoy como el primer acuerdo sobre los Derechos Humanos, siendo el precursor de ese derecho. El Requerimiento era una serie de razones para el sometimiento de los indígenas sin necesidad de enfrentamientos. Un escrito redactado en castellano que, mediante intérprete, debían leerse al nativo al comienzo de una empresa de Conquista. Finalizaba con una exhortación formal a los aborígenes de que se sometieran a su nuevo señor y adoptasen el cristianismo. Si los indios aceptaban se les respetarían sus costumbres, propiedades y haciendas, pero si se negaban se le amenazaba con guerrear contra ellos con todos los recursos y despojarles de sus propiedades y reducirles a la esclavitud, incluyendo a las mujeres y niños. Se les concedía a los indígenas un tiempo para que pensasen en todo esto y, si lo aceptaban, pasaban a ser cristianos y súbditos del Rey y no había guerra. Si lo rechazaban, se les haría la guerra. La Encomienda era el derecho que se le concedía al colono para tener a su cargo a un grupo de indígenas, juntamente con el derecho fundamental el de la cobranza del tributo indígena. Todo indígena varón que tuviera entre 18 y 50 años era considerado tributario, es decir estaba obligado a pagar un tributo al rey, en su condición de “vasallo libre” de la Corona de Castilla. Este tributo, era el que cedía el Rey al encomendero como merced otorgada a su labor en la Conquista. Ateniéndonos a un estudio de la Orden de los caballeros de San Ignacio de Loyola, podemos asegurar que España no se limitó a explorar aquel vasto territorio sino que realizó una empresa aún más asombrosa y trascendente: la incorporación de sus gentes a su cultura y a su fe, en definitiva, a la civilización cristiana, europea y occidental. Y no con la intención de que fuera una forma circunstancial, sino definitiva. Ya con el rey Carlos I, en noviembre de 1542 se promulgó en Barcelona la Pragmática “Leyes y ordenanzas nuevamente hechas” conocidas por Las Leyes Nuevas. Fundamentalmente sus puntos es que suprime las Encomiendas, y regula la forma de hacer los nuevos Descubrimientos y de gratificar a los Conquistadores. También suprime la esclavitud de los indígenas, y las guerras de Conquista. Además las Leyes de Indias recogen, entre otros, los siguientes derechos: la prohibición de injuriarlos o maltratarlos, la obligación de pagarles salarios justos, su derecho al descanso dominical, la jornada laboral máxima de ocho horas y un grupo de normas protectoras de su salud, especialmente de la de mujeres y niños. Esto en el año 1542. La conquista española de los territorios estaba orientada por la información que daban los nativos. Buscando la riqueza, y porque era más fácil recibir noticias, los conquistadores fueron al encuentro de las civilizaciones más desarrolladas. Éstas estaban mejor estructuradas y tenían un poder concentrado, que en realidad facilitó su conquista. Los españoles se limitaron en realidad a “heredar” el poder y eligieron la forma del protectorado, como fue el caso de Pizarro, al elegir a Manco Capac como nuevo Emperador Inca. La política era aprovechar lo que había y se aventuraban en empresas solo si se suponía que compensarían los tremendos gastos y el riesgo. Supieron aprovecharse del descontento de muchos pueblos y tribus contra la opresión de los Aztecas o los Incas, lo que permitió conseguir aliados y enfrentarlo entre ellos o también organizar un ejército con los propios indígenas. Utilizaron guías, espías, porteadores y guerreros. Evidentemente uno de los mayores problemas de los españoles era además de tomar un territorio el problema siguiente era repoblarlo dada la inferioridad numérica que tenían demográficamente.
UNIVERSIDAD DE MÉXICO La rapidez de la conquista no se explica acudiendo al tópico del heroísmo y tesón, solamente. Una idea patriótica pero plagada de prejuicios. Primero hay que tener en cuenta la tecnología. Armas de fuego y también los caballos y perros. El soldado español tenía una concepción de la guerra completamente distinta al nativo. Los mexicas solo atacaban con luna llena, por ejemplo. Por su religión no entendían una lucha tan aguerrida como la cristiana, que al fin y al cabo provenía de las luchas de los reinos cristianos contra los musulmanes durante siglos. Desde 1573 se dictaron normas y ordenanzas para la fundación y disposición urbanística de las nuevas ciudades y se reguló hasta el extremo. Se adoptó el sistema de cuadrícula castellano. Una plaza mayor y alrededor las principales edificaciones gubernativas y religiosas. La plaza era el centro del comercio, el paseo, celebraciones, etc. Actividades de ocio y festivas. Misas diarias y sobre todo dominicales. En fin, que esto lo conocemos sobradamente. España dejó unas 30 Universidades funcionando antes de la independencia, 39 ciudades y monumentos que son ahora Patrimonio de la Humanidad, más de 150.000 licenciados en diversas materias, de distintas razas y colores de piel, dejamos hospitales Lima por ejemplo tenía una cama por cada cien habitantes cifra que hoy no tiene por ejemplo Los Ángeles. Se construyeron caminos, alguno de más de tres mil kilómetros como en Camino real de México a la tierra alta hoy EE. UU. De lo que se obtenía llegaba tan solo un 20% a la península, que una parte era de particulares y el resto, amén de los chupópteros que no pagaban impuestos, como los nobles y el clero, se lo gastaron nuestros reyes en defender la religión católica en sus tierras de la casa de Austria por centro Europa. Carlos I tenía serios problemas de dinero a causa de eso, y se vio obligado a endeudarse con banqueros europeos. Al igual que Felipe II, que en su reinado pasaron dos crisis muy serias. En el siglo XVII todavía Felipe IV no lo tuvo mejor, de hecho, cerrada la posibilidad de abastecer a los famosos “Tercios de Flandes” fue lo que propició el declive militar en Europa de España alrededor de 1650. Eso confirma que la gran parte del oro y la plata de América se invirtió allí mismo. Y que la corona no se enriqueció, ya que lo que se podía sacar a mano en aquella época durante 250 años, se saca hoy, aún, en un solo año.

martes, 30 de julio de 2019

EL PLAN MAITLAND Y SAN MARTÍN

Se conoce al plan elaborado por el general escocés Thomas Maitland en el año 1800, al cual él había llamado originalmente "Plan para capturar Buenos Aires, Chile y Perú" Los puntos principales de este plan consistían en: Ganar el control de Buenos Aires. Tomar posiciones en Mendoza. Coordinar las acciones con un ejército separatista en Chile.. Cruzar los Andes. Derrotar a los españoles y controlar Chile. Continuar por mar y someter Perú. El plan de 1804 elaborado por el general escocés Thomas Maitland constituía un proyecto británico para separar las provincias sudamericanas de la Corona hispánica y poder someterlas a su propia esfera de influencia económica. A grandes rasgos, los pasos de este plan consistían en enviar una fuerza al virreinato del Río de la Plata con el objetivo de tomar Buenos Aires, para luego avanzar al interior hacia Mendoza (borde oriental de la cordillera de los Andes), cruzar la cordillera y liberar Chile, aprovechando la alianza de las tribus indígenas presuntamente hostiles al Rey situadas al sur del río Bío-Bío (esta parte del plan fracasó, pues los araucanos del sur chileno se mostraron leales a España, liderados por los patriotas Pincheira).
En Chile se cortarían los abastecimientos de trigo al Perú para debilitarlo por hambre, para finalmente enviar una flota que llevaría estas fuerzas desde la Capitanía General hacia el Perú y Quito para separarlas del imperio. Este plan fracasó en las invasiones inglesas al Río de la Plata de 1806 y 1807. Sin embargo, el historiador Rodolfo Terragno en su obra Maitland y San Martín ha planteado la posibilidad de que exista una vinculación entre el libertador y el mencionado proyecto, del que habría tomado conocimiento durante su estadía en Inglaterra, desde donde se dirigió al Río de la Plata en la fragata Canning. De esta manera, los británicos lograron a través de los generales emancipadores lo que no pudieron conseguir a través de la conquista militar y política. José de San Martín conoció el plan en Londres, en 1811. Esta teoría es avalada por Rodolfo Terragno en su libro "Maitland & San Martín" editado por la Universidad Nacional de Quilmes, y también por Felipe Pigna. Junto con esta afirmación, Terragno aclara que el gran mérito de San Martín fue el haber ejecutado dicho plan. El oro del Perú (Hoy millones de euros), fue conseguido por Inglaterra por Lord Cochrane (inglés) Se apoderó de todos los fondos del gobierno peruano y de fondos particulares de Lima, que San Martín había resguardado en los buques peruanos Jerezana, La Perla y La Luisa ‘para evitar que cayeran en poder de las fuerzas realistas en caso de que éstas tomasen la ciudad de Lima’. Posiblemente haya sido el pago por los servicios prestados.

jueves, 20 de junio de 2019

OBRA ESPAÑOLA EN AMÉRICA DESDE EL SIGLO XVI

La imagen estereotipada de una conquista de saqueo y rapiña no responde en absoluto a la realidad histórica de una empresa que fue, sustantivamente, una empresa de incorporación de los pueblos americanos a la sociedad, a la religión y a la cultura española y, por ende, europea. A esta empresa responde la política sistemática de construcción emprendida por los españoles desde el mismo momento de su llegada al nuevo continente. Cientos de ciudades construidas o reconstruidas a lo largo y ancho de toda la América española respondiendo a un plan y bajo unas instrucciones concretas. Cada una de ellas focos activos de gobierno, justicia, cultura y fe. Cientos de catedrales, iglesias y misiones, focos de la tarea evangelizadora emprendida por la Iglesia al amparo de las leyes y la autoridad españolas. Universidades y colegios mayores fueron promovidos y levantados a lo largo de toda Hispanoamérica. Lejos de la leyenda negra, que niega a España labor intelectual o cultural alguna, más de veinte Universidades y otros tantos colegios mayores fueron fundados en la América española, desde el descubrimiento hasta las guerras de secesión del siglo XIX. La primera imprenta introducida en América comenzó a funcionar en México. Aunque todavía son confusas las noticias acerca del impresor y las primeras obras, parece que la primera obra impresa fue la Escala espiritual para llamar al cielo, de Juan Clímaco, traducida por fray Juan de Estrada, y data de 1536. No se conserva ningún ejemplar de esta edición, y tampoco de otras obras que pudieran seguir a esta.
Fueron veintiséis los centros universitarios fundados y construidos por España en América. España no se limitó a explorar aquel vasto territorio sino que realizó una empresa aún más asombrosa y trascendente: la incorporación de sus gentes a su cultura y a su fe, en definitiva, a la civilización cristiana, europea y occidental; no de manera circunstancial sino definitivamente. Las Leyes de Indias recogen, entre otros, los siguientes derechos para los aborígenes americanos: la prohibición de injuriarlos o maltratarlos, la obligación de pagarles salarios justos, su derecho al descanso dominical, la jornada laboral máxima de ocho horas y un grupo de normas protectoras de su salud, especialmente de la de mujeres y niños. Era el año 1542. Sin duda, en la América española se cometieron abusos, no pocos impulsados o consentidos por las autoridades locales, y no se niega la barbarie cometida a espaldas de las leyes vigentes. Pero es indiscutible que todos ellos lo fueron al margen de la legalidad, en contra de la ley dictada desde la metrópoli. Una ley que, no pocas veces, perjudicaba los intereses materiales de los colonos españoles, y de ahí su incumplimiento muchas veces. España se impuso desde un principio un objetivo de integración de la población aborigen en la sociedad de la nueva España trasatlántica mediante: Una política de discriminación positiva (como diríamos hoy) de los indígenas mediante las leyes protectoras a las que me he referido anteriormente. Si alguien puede informar de Universidades o Colegios para indígenas en las colonias inglesas, francesas, holandesas o de cualquier país en América, le agradeceré me de ese dato. Ingentes recursos y conocimientos fueron invertidos en la tarea de poner a América a un nivel aceptable. Pensemos que los indígenas no sabían navegar a vela, no conocían la rueda ni el hierro. Se emplearon entonces conocimientos de astronomía, navegación, construcción naval, ingeniería militar, arquitectura, bellas artes, literatura, teología, derecho, administración y economía; fueron necesarios para el buen fin de la empresa americana. No sorprende la hegemonía de España en todos esos campos durante los siglos XVI y XVII. Después vino el siglo XVIII. Para unos de consolidación y reforma. De revisionismo y claudicación para otros. Un siglo durante el que, en cualquier caso, España mantuvo una posición entre las cuatro o cinco grandes potencias mundiales. Fue el siglo XIX el testigo de la debacle histórica de España. La ocupación de la península por el ejército napoleónico propició la insurgencia de los partidarios de la secesión americana alentada por la masonería y las potencias enemigas tradicionales de España (Inglaterra y Francia) y, posteriormente, Estados Unidos de Norteamérica.
Aquí una relación de Universidades y Colegios fundadas por España en América. Aquí estudiaban españoles, indígenas, mestizos y cualquier persona que quisiera. Algunas han desaparecido, otras han cambiado y otras se mantienen. 1.- Real y Pontificia Universidad de Santo Tomás de Aquino, Santo Domin-go, República Dominicana, por bula del 28 de octubre de 1538 2.- Real y Pontificia Universidad de San Marcos, Lima, Perú, por Real Provisión del 12 de mayo de 1551 y ratificada por bula del 25 de julio de 1571. 3.- Real y Pontificia Universidad de México, creada por Real Cédula de 21 de sep-tiembre de 1551 4.- Real y Pontificia Universidad de Santiago de la Paz y de Gorjón, Santo Domin-go, República Dominicana, por Real Cédula de 23 de febrero de 1558 5.- Pontificia Universidad de Santo Tomás de Aquino, Bogotá, Colombia, por bula de 1580 6.- Universidad de San Fulgencio, Quito, Ecuador, 1586. Fue extinguida. Pontificia Universidad de San Ildefonso, Lima, Perú, por bula del 13 de octubre de 1608. 7.- Universidad de Córdoba, Argentina, 1613. Actual Universidad Nacional de Córdoba. Pontificia Universidad de Santo Tomás de Aquino, Santiago, Chile, por Bula papal de 1619. 8.- Real y Pontificia Universidad de Mérida, Yucatán, México. 9.- Pontificia Universidad de San Ignacio de Loyola, Cuzco, Perú, 1621. De origen jesuita 10.- Universidad de San Miguel, Chile, por bula de 1621. 11.- Pontificia Universidad de San Francisco Javier, Bogotá, Colombia, por breve del 9 de julio de 1621 12.- Universidad de San Gregorio Magno, Quito, Ecuador, 1622. Universidad jesuita. 13.- Real y Pontificia Universidad de San Francisco Xavier, Sucre, Bolivia, 1624. Actual Universidad San Francisco Xavier de Chuquisaca. 14.- Real Universidad de San Carlos Borromeo, Guatemala, por Real Cédula de 31 de enero de 1676. Actual Universidad de San Carlos de Guatemala. 15.- Universidad de San Cristóbal, Huamanga (Ayacucho), Perú, 1677. Fue extinguida durante la segunda mitad del siglo XIX. La actual Universidad Nacional San Cris-tóbal de Huamanga fue fundada en 1959. 16.- Real Universidad de San Antonio Abad, Cuzco, Perú, por breve del 1º de marzo de 1692. Actual Universidad Nacional de San Antonio Abad del Cuzco. 17.- Universidad de San Jerónimo, La Habana, Cuba, 1721. Actual Universidad de La Habana. 18.- Real Universidad de Santa Rosa de Lima, Caracas, Venezuela, por Real Cédula de 22 de diciembre de 1721. La actual Universidad Central de Venezuela. 19.- Universidad Pencopolitana, Concepción (Chile), en 1724. Su sucesora puede considerarse la actual Universidad Católica de la Santísima Concepción. 20.- Real Universidad de San Felipe, Santiago, Chile, en 1738. Actual Universidad de Chile. 21.- Real Universidad de Santo Tomás de Aquino, Quito, Ecuador, 1786. Universidad Central del Ecuador en 1836. 22.- Universidad de Guadalajara, de México, 1792. 23.- Colegio de la Santa Cruz de Tlatelolco, Tlatelolco, México, 1533. Ç 24.- Real Colegio de San Nicolás Obispo, Pátzcuaro, México, 1540. Actual Seminario de Santo Toribio de Mogrovejo. 25.- Real Colegio de San Felipe y San Marcos, Lima, Perú, 28 de junio de 1592. 26.- Seminario San Luis, Ecuador 1594. 27.- Colegio Seminario de San Antonio Abad, Cuzco, Perú, 1598. 28.- Colegio Mayor de San Bartolomé, Bogotá, Colombia, en 1604. 29.- Colegio San Jose De Los Infantes, Guatemala 1781. 30.- Real Convictorio de San Francisco Javier, Santiago, Chile, 23 de marzo de 1611. 31.- Real Colegio de San Bernardo, Cuzco, Perú, 1619. De origen jesuita. Colegio de Ciencias y Artes. 32.- Real Colegio Convictorio de San Carlos, Lima, Perú, 1770 33.- Real Colegio Seminario de San Buenventura de Mérida Venezuela, 1785. 34.- Real Colegio de Nobles Americanos en Granada 1792. 35.- Real Colegio de Medicina y Cirugía de San Fernando, Lima, Perú, 1808, actual Facultad de Medicina de la Universidad de San Marcos. Asimismo, como señala John Lynch, (profesor emérito de la Universidad de Londres y director de su Instituto de Historia de América Latina), historiador, hispanista y americanista británico, “una importante cantidad de plata permanecía en América, donde el proceso histórico era más de transformación que de hundimiento”. Las colonias alimentaban cada vez más el comercio propio, de tal modo que el capital se quedaba allí, tanto a través de inversiones privadas como públicas. A partir de 1640, fueron muchos los mercaderes españoles que invertían sus metales preciosos en América, sobre todo en Perú, en vez de arriesgarse a que fueran confiscados en España o se perdieran en el viaje. Este capital fue la base para la transformación de las ciudades en la era posterior a la minería. El oro y la plata que se traían a la España península era el Quinto Real, es decir el 20% del total obtenido. El resto quedaba en América o los Virreinatos. Si no hubiera sido así los españoles no habrían podido dejar en América 55 Universidades desde 1550 y más ciudades patrimonio de la Humanidad (32), que en la propia España. Por otro lado hay que decir que la cantidad de oro y plata llegada a España en 300 años es menos que la hoy obtenida sólo en Perú en un año o en México en el mismo periodo. Los métodos de extracción eran muy rudimentarios comparativamente, y no digamos las dificultades del transporte.

jueves, 13 de junio de 2019

CONQUISTA CRISTIANA FRENTE AL MUSULMÁN

Hay que tener presente que la Guerra de la Reconquista no existió como tal. Si hubo batallas de unos reinos contra otros, muchos entre cristianos entre sí y otros contra los musulmanes y también estos entre sí. Por control del territorio y también por defender una religión determinada. Los Reinos de Taifas existieron por la división entre musulmanes y los reinos cristianos aprovecharían la división musulmana y la debilidad de cada taifa individual para someterlas. Al principio el sometimiento era únicamente económico, forzando a las taifas a pagar un tributo anual, las parias, a los monarcas cristianos. Es decir que aceptaron su existencia, lo que demuestra que el concepto de nación unificada no existió por entonces. No es que no hubiera recuperación de territorios en la Edad Media. Lo que no hubo fue idea de nación. Los cronistas medievales hablan de conquistas, no reconquistas. Si en la Edad Media nadie pensó en la Reconquista, y el término nació con unos contenidos totalmente ajenos a la medievalidad peninsular, tal vez convendría eliminarle definitivamente de nuestro léxico más técnico, manteniéndolo, en cualquier caso, como lo que siempre ha sido: un mito utilizado para explicar los diferentes presentes contemporáneos, sin utilidad alguna para analizar el pasado medieval. La palabra “Reconquista” nunca se empleó en textos antiguos, aparecen en la época del romanticismo, donde se ensalza la españolidad, el Cid, y batallas que no existieron o que fueron simplemente escaramuzas. En realidad se trató de conquistas militares del territorio invadido por los musulmanes y a la vez de conquistas de unos reinos cristianos a otros.
Después de la victoria de Don Pelayo en Covadonga, El Reino De Asturias empezó a organizarse. En el siglo IX se establece la capital en Oviedo y Galicia y parte de la meseta Norte se va poblando con visigodos para evitar nuevos ataques árabes. Luego se traslada la capital a León. El Reino de Asturias pasa a llamarse “Reino de León”. Se formó el Reino de Navarra que se encontraba entre el estado franco (Marca Hispánica) y Al-Andalus. Con Sancho III el Mayor llegó a su apogeo entre los años 1000-1035 y extendió su poder a Aragón y Castilla. Se enfrentaron a los árabes. La resistencia estuvo protagonizada por Iñigo Arista, rey de Pamplona en el año 830. Incorporó el condado de Aragón a su reino. La llamada «Marca Hispánica» quedó integrada por condados dependientes de los monarcas carolingios a principios del siglo IX. Designaron condados, algunos de origen franco y otros con gobernantes autóctonos. Los más importantes fueron los de Pamplona, convertido en Reino, Aragón, condado independiente, Urgel condado y sede episcopal y el condado de Barcelona, que pasado un tiempo se convirtió en hegemónico de los condados de Ausona y Gerona. Wilfredo el Velloso, conde de Barcelona, conquistó territorios árabes en la zona de Tarragona, y consiguió que los restantes condes reconocieran su autoridad, y ya en el siglo X, el condado de Barcelona se independizó del reino franco. El Condado De Castilla era frontera entre el reino de León y la zona musulmana. Fernán González declaró la guerra al rey de León en el 927. La paz fue sellada por un matrimonio que unía a las dos familias y reinos. En el año 1065, pasó a convertirse en el “Reino de Castilla”. Durante la etapa del hundimiento del califato cordobés y de la creación de los Reinos de Taifas, León y Castilla aprovecharon para ocupar la cuenca del Tajo. Toledo es reconquistada en el año 1085 d.C por Alfonso VI de Castilla. La llegada de los refuerzos llamados por los musulmanes, los almorávides y almohades, fue un periodo detenido en la lucha. Después continuó, tras las conquistas de Zaragoza por Alfonso I de Aragón y Tortosa y Lérida por Ramón Berenguer IV, conde de Barcelona. Portugal conquistó Lisboa en el año 1147. Castilla y León consiguieron dominar el valle del Guadiana y de los pasos de Sierra Morena. Ese proceso culminó con la batalla de Las Navas de Tolosa (1212), que abrió definitivamente el avance cristiano hacia el valle del Guadalquivir y Valencia. Hubo un corto período denominado Terceros Reinos de Taifas, que terminó en el siglo XIII conquistando Levante, Córdoba y Sevilla. El Reino de Granada fue fundado en el año 1238 y fue aliado de la Corona de Castilla y luego pasó a pagar impuestos para mantenerse independiente. Los musulmanes iban huyendo hacia el sur de la península, hacia Granada. Pero 200 años después, en 1482, comenzó la Guerra de Granada que duró 10 años, y fue un conjunto de campañas emprendidas por los Reyes Católicos. Se conquistaron Ronda (1485) y Málaga (1486) y culminaron con las Capitulaciones de Granada de Boabdil el día 2 de enero de 1492. Boabdil sufría una gran falta de control sobre su propia gente. Hubo negociaciones secretas que incluyeron el respeto a la religión islámica, la posibilidad de migrar y una Exención fiscal por tres años. Se concedió un plazo de dos meses para la rendición. Los granadinos causaron tumultos, sofocados por los cristianos y por los fieles a Boabdil. El Reino Nazarí de Granada había durado 254 años. El resto del poder musulmán había desaparecido hacía 244 años antes que Granada. Los musulmanes dominaron parcialmente en realidad unos 500 años. La guerra de Granada fue clave para desarrollar el sistema fiscal y la capacidad militar castellana. A nivel defensivo, la victoria en Granada sirvió para asegurar que los turcos no invadiesen el país. El papa Alejandro VI reconoció a Isabel y Fernando con el título de Reyes Católicos en 1496. Enrique IV, el hermano de Isabel ya había conquistado Gibraltar en 1462 y Ceuta en 1415 era Portuguesa pasando a España tiempo después. Particularmente afirmo que los musulmanes no dominaron 800 años en la península, sino que residieron simplemente. Entraron en el 711 y en pocos años dominaron todo el territorio, pero pronto tuvieron que empezar a defenderse. Y se fueron creando reinos cristianos, que paulatinamente avanzaron en lo que se ha dado en llamar erróneamente “reconquista”, ganando y también perdiendo batallas, pero avanzando hasta sacudirse la existencia musulmana. Aquí una relación de los Reinos Cristianos en la península, con las fechas de su formación. Si el moro hubiera dominado realmente estos reinos no hubieran nacido ni se hubieran desarrollado.
REINOS CRISTIANOS NAVARRA, inicialmente Condado de Pamplona (del Imperio carolingio) y reino de Pamplona. También se usó la denominación reino de Nájera. Del 810 al 1076 en que se une a Aragón MARCA HISPÁNICA (Imperio Carolingio) Condados Pirenaicos formados por: Condado de Barcelona. Del 801 al 1164 en que se une a la Corona de Aragón, continuando como condado. El Condado de Sobrarbe, Ribagorza, Condado de Barcelona, en torno al que se unificaron todos los condados (Ahora Cataluña). Condado de Aragón. (del Imperio carolingio, junto con, Sobrarbe y Ribagorza) ARAGÓN. Unidos los Condados en reino del 1035 AL 1707. Aragón en el 1076 se une a Pamplona. En 1134 se dividen los reinos hasta 1504. En 1479 se une a Castilla. Y se une Navarra en 1512. NAVARRA desde 1134 hasta 1512 CASTILLA. Condado desde 930 hasta 1230 del reino de León, independizado, vinculado al reino de Navarra, vuelto a separar convertido en reino, reunificado y separado varias veces con el reino de León hasta la formación definitiva de la Corona de Castilla. REINO DE LEÓN, inicialmente segregado del de Asturias (o "asturleonés"), que posteriormente se le incorpora. Independiente desde 910 al 924. REINO DE ASTURIAS, ampliado como "reino asturleonés", brevemente separado por fragmentación de éste y definitivamente incorporado al que se denominó reino de León. Independiente desde el 714 al 924. REINO DE GALICIA, de existencia episódica, inicialmente condado del reino de León, independiente desde 910 al 914 CORONA DE CASTILLA, incluye León, Asturias y Galicia desde 1230 hasta 1516. CORONA de Castilla y Aragón, unidas por matrimonio a partir del reinado de Fernando II en 1479, se une Navarra en 1512 en las que gobierna Fernando y luego Carlos I REINO DE PORTUGAL, inicialmente condado del reino de León desde 930 al 1065 pertenece a León y luego a Galicia por breve periodo, y luego independiente desde 1143 a 1580 y hasta 1640 unido a España. Independiente hasta 1910.

martes, 11 de junio de 2019

EMANCIPACIÓN DE BUENOS AIRES – MAYO DE 1810

Napoleón coloca a su hermano José como rey de España en junio de 1808. Un mes antes el pueblo de Madrid declara la guerra a Napoleón, no el ejército, sino el pueblo. Comenzaba así la Guerra de la Independencia. Se había conseguido la ayuda de los ingleses. Y así es como Inglaterra pasó de ser enemigo a aliado. No olvidemos las dos invasiones inglesas a Buenos Aires en 1806 y 1807 que terminaron en fracaso inglés. Lo cierto es que a los ingleses les interesaba el debilitamiento de Francia y su emperador, así como el de España y su imperio Americano. Con la Guerra de Independencia española contra Napoleón, mataban dos pájaros de un tiro. El pago a su ayuda sería con el comercio de los virreinatos americanos. Y solapadamente ayudaron en las emancipaciones de los virreinatos americanos La guerra duraría desde 1808 hasta 1814. En ese periodo precisamente se fraguan las ideas independentistas de los criollos americanos. Los virreinatos eran la prolongación de la corona española, es decir que aquellos territorios eran España. Pero a los criollos, que eran los hijos de españoles nacidos en América, y por lo tanto españoles, hijos del liberalismo y de la Ilustración, para ellos el rey español suponía un atraso, volvería el absolutismo, el viejo régimen. El ejemplo de Francia con su revolución, de EE. UU. con su independencia, y de Inglaterra con su ayuda y comercio, fueron las condiciones precisas para que las ideas emancipadores se desarrollaran. Inglaterra aún en la Guerra de la Independencia Española no dejó de ser un peligro para España. En Buenos Aires, el pequeño ejército (realista), y la participación de las milicias populares en la Reconquista de los dos intentos de invasiones inglesas, que al mando de Santiago de Liniers obtuvieron un rotundo éxito, aumentó el poder y la popularidad de los líderes criollos militares e incrementaron la influencia y el fervor de los grupos independentistas. Paralelamente, estos motivos se convirtieron en uno de los catalizadores de la causa emancipadora. Un antecedente inmediato de la Revolución de mayo de 1810 que dio inicio al proceso de Independencia de lo que ahora es Argentina Por entonces el rey Fernando VII era prácticamente prisionero de Napoleón. La fidelidad de Liniers al legítimo rey, Fernando VII, por el que se estaba luchando en España hicieron que se nombrara a un sustituto en reemplazo de Liniers a Baltasar Hidalgo de Cisneros. Santiago de Liniers era un héroe popular, pero se había retirado. En 1810, cuando ya estaba preparado para regresar a España, le llegó la noticia de la Revolución de Mayo. Liniers, contrario a la Revolución que sustituiría al virreinato se unió al grupo que pretendía oponerse a la Primera Junta surgida. Fue cuando escribió “Será necesario considerar como rebeldes a los causantes de tanta inquietud. Como militar estoy pronto a cumplir con mi deber. Y me ofrezco desde ya a organizar las fuerzas necesarias. La conducta de los de Buenos Aires con la Madre Patria, en la que se halla debido el atroz usurpador Bonaparte, es igual a la de un hijo que viendo a su padre enfermo, pero de un mal del que probablemente se salvaría, lo asesina en la cama para heredarlo.” El héroe ante las dos Invasiones Inglesas fracasadas, que el Imperio británico emprendió en 1806 y 1807 en Buenos Aires, con el conocimiento de algunos criollos revolucionarios y organizadas por espías ingleses, Santiago de Liniers, fue fusilado por orden de Mariano Moreno y Juan José Castelli, miembros de la Primera Junta Revolucionaria de Gobierno. La revolución no caló en las áreas rurales donde surgieron grupos armados contrarios a los independentistas, integrados por nativos, llaneros, mestizos, negros y mulatos. Estos grupos significaron el enfrentamiento abierto entre las clases populares y la burguesía criolla. Por los que hoy son llamados “patriotas” de Mayo, deberíamos preguntarnos de que patria hablaban cuando impulsaron la revolución de mayo. La única patria era precisamente España. En un territorio despoblado, con ganadería extensiva y agricultura casi inexistente, todo hace pensar que el propósito de aquellos personajes no pretendió una emancipación, (eso vino seis años después), sino hacerse con el poder para disponer de libertad para negociar directamente sobre todo con Gran Bretaña. Su propósito no pasaba por la igualdad de las provincias ni de la participación popular en asuntos públicos. La muchedumbre que acudió al Cabildo abierto de mayo pudo refugiarse cómodamente bajo la pequeña Recova cuando empezó a llover. Realmente eran muy poca gente. La revolución en Buenos Aires, en mayo de 1810, sin participación popular, instituyó la Primera Junta Revolucionaria. El virrey Baltasar Hidalgo de Cisneros fue depuesto. Al año siguiente, en España, en la batalla de Bailén, primera derrota del ejército napoleónico destaca por su valor un joven oficial, José de San Martín. Más adelante, en 1811 en España en La Batalla de La Albuera, una de las de la Guerra de la Independencia combatieron fuerzas aliadas compuestas por tropas españolas y anglo-portuguesas contra el ejército del Imperio Francés. En esa batalla José de San Martín combatió a las órdenes del general William Carr Beresford, el mismo que cinco años antes había invadido Buenos Aires. Ironías del destino, pero que deja a las claras el españolismo de San Martín. Tras esta fulgurante carrera en el ejército español, y poco después de estallar la revolución emancipadora en América, San Martín, que había mantenido contactos con las logias masónicas que simpatizaban con el movimiento independentista. El sentimiento de su identidad americana y su ideario liberal, desarrollado en el clima espiritual surgido tras la Revolución Francesa y en la lectura de los enciclopedistas e ilustrados franceses y españoles, lo determinaron a contribuir a la libertad de los territorios americanos. Siempre se ha dicho que fue San Martín el libertador de Argentina, Chile y Perú, cosa imposible pues esos países no existían aún. San Martín fue iniciado masón en la logia Integridad de Cádiz (1808). Estuvo en Londres por 4 meses. Allí participó de la fundación de la Logia Caballeros Racionales. Con la masonería londinense, acordó los detalles finales de su viaje al río de la Plata a bordo de la fragata “George Canning” junto a sus hermanos masones Alvear, Zapiola, Holmberg, Chilabert y otros. Ya en Buenos Aires se pusieron en contacto con Julián Álvarez, venerable maestro de la logia Independencia, y con su ayuda fundaron la logia Lautaro, cuyo primer venerable maestro fue Alvear. CABILDO DE BUENOS AIRES -
El 24 de mayo de 1814 constituyó la logia Lautaro de Córdoba. Con su hermano masón Manuel Belgrano, a través de misivas y documentos, instó entonces a la convocatoria de un congreso que finalmente se reunió en Tucumán y resolvió la Independencia el 9 de julio de 1816. Semanas más tarde, el director supremo Juan Martín de Pueyrredón nombró a San Martín General en Jefe del Ejército de los Andes. La relación con Bolívar fue difícil. Bolívar en realidad soñaba con una Sudamérica unida de la cual él tendría que ser el gran dirigente panamericano. Estaba enfrentado a las ideas de San Martín que pretendía una federación de naciones independientes con carácter monárquico español en principio. Él temía que los criollos americanos, que siempre dependieron de las autoridades coloniales que representaban al Rey, no fueran capaces de gobernarse a sí mismos, pues carecían de la experiencia política necesaria, lo que podría desencadenar en una cruenta guerra civil por querer llegar al poder. No se equivocó, pues tras su partida y especialmente, tras la partida de Bolívar unos años después, los caudillos militares desataron un gran caos político en casi toda Hispanoamérica, para satisfacer sus ansias de poder, que aún hoy perduran. Generalmente en Sudamérica se entiende por “ejército realista” a las tropas llegadas desde España a combatir contra los emancipadores americanos. Nada más lejos de la realidad. Sólo por poner un ejemplo, en la gran batalla de Ayacucho, que significó el final del dominio de España en América del Sur, acaecido el 9 de diciembre de 1824, de todos los soldados del ejército realista, solo 900 eran nacidos en España. ¿Y el resto? Las unidades se formaban por tropas originarias americanas, y su componente social y étnico era el reflejo de su población local. Los oficiales y suboficiales del Ejército Real del Perú hablaban en la lengua quechua o aimará para dirigir a las tropas amerindias ya que la inmensa mayoría sólo hablaban su lengua nativa por lo cual los oficiales debían conocerla para poder dirigirlos. Los hombres identificados con las múltiples castas de amerindios mestizos (cholos), o de negros mestizos (mulatos o pardos), junto con negros esclavos liberados fueron el grueso de la tropa realista dependiendo del predominio étnico en la población. Mirado de otra forma las guerras de emancipación americana realmente fue una gran guerra civil en el continente.

domingo, 2 de junio de 2019

SIGLO XX-56- CONSECUENCIAS DE LA GUERRA CIVIL

El coste humano de la Guerra Civil tuvo unas consecuencias inmediatas. Además de muertos, heridos desaparecidos y la pérdida de la gente joven, y la desproporción entre hombres y mujeres. También el exilio y abandono de su país de infinidad de gente. Al igual que después de un incendio se asegura el monte apagando cualquier rescoldo que queda, pues la represión posterior a la guerra pretendió apagar cualquier posibilidad de rebeldía para una nueva forma de gobernar que se tenía pensado. Aunque los historiadores no se ponen de acuerdo en el número de víctimas durante la guerra, se puede afirmar que fueron más de 300.00, la mitad en los frentes y la otra parte en las retaguardias de ambos bandos. Posteriormente con la represión en la España franquista se calcula que unas 40.000 personas murieron fusiladas, otras 500.000 se vieron obligadas a marcharse del país y unas 300.000 fueron encarceladas, condenadas a penas de prisión o trabajos forzados. El país había quedado desbastado, con las carreteras, puentes y vías férreas destruidos o dañados. La renta per cápita cayó un 28% y no volvió a su nivel anterior a la guerra hasta 1952. La producción industrial bajó casi un tercio y la agrícola lo hacía en una quinta parte. Los costes financieros de la guerra, sumados los dos bandos se calcula que pudieron llegar a unos 700 millones de dólares de la época. El Movimiento Nacional, aparato burocrático del franquismo, sustituyó a la antigua administración del Estado. Todos los avances democráticos y de progreso social y cultural serían eliminados de raíz. El Franquismo fue una régimen fascista con aspiraciones totalitarias hasta 1945, prooccidental hasta 1957 y desarrollador en 1958 y 1959. Creó un nuevo orden económico y social, represivo. No obstante tuvo apoyo popular porque se basó en los valores más tradicionales, familia, orden y religión. Muchos intelectuales de prestigio optaron por el exilio. La atmósfera política no propició las manifestaciones en las artes y la cultura. Una férrea censura se aplicó a todos los ámbitos con objeto de promover los valores del catolicismo y la tradición, pero no de apertura de ideas y de libertades. No obstante ya en los años 50 el régimen había evolucionado. La Falange se había diluido en el Movimiento Nacional, la represión ya no era tan dura, aunque si selectiva. Y fundamentalmente la economía se había estabilizado. Se construyeron aeropuertos, embalses, nuevos trenes, planes de electrificación. Se inauguraron Universidades Laborales en Gijón, Córdoba, Sevilla, Zamora y Tarragona. Se potenció el sistema de la Seguridad Social, con atención sanitaria, médica y hospitalaria. Sistemas de Jubilación, Viudedad, Orfandad, Desempleo, jornada laboral reducida, vacaciones pagadas. En los años 60 no se había producido todavía una reforma fiscal, con lo cual el sistema tributario era obsoleto. De todas formas España era secularizada y consumista. EL INSTITUTO NACIONAL DE INDUSTRIA
El fuerte impulso que dio el turismo en España supuso una gran fuente de ingresos además del progreso de la construcción y el desarrollo de las zonas costeras de Valencia, Alicante y Andalucía, fundamentalmente. El Instituto Nacional de Industria se dedicaba a subvencionar empresas en crisis interviniendo en el desarrollo del sector industrial. También hay que sumar el hecho de que el régimen no podía obviar el asunto de la sucesión de Franco. Aquí es donde podemos indicar que comienza la Transición Española. Muchos no se ponen de acuerdo en señalar la fecha de que comienza la Transición. Como sabemos Francisco Franco gobernó como dictador. Pero lo que nunca se aprecia es que el franquismo no fue totalitario sino autoritario. El totalitarismo es poner el partido por encima del estado. Franco hizo lo contrario, puso al Estado, que era él, por encima del partido. El resultado es el mismo: represión e inseguridad jurídica. Pero esa diferencia es lo que permitió evolucionar al régimen hacia otra cosa, ir tomando los raíles hacia la monarquía. Ya que fue por su voluntad y no la del partido y sus gentes la que fue pensando en la Transición para después de su muerte. Por eso digo que la Transición empezó en 1969, no con la muerte de Franco. Ya desde los años 60 el país había entrado en un proceso modernizador, industrial, turístico y con un desarrollo lento pero efectivo y consolidado. Se rodeó de tecnócratas y gentes que supieran evolucionar, dentro de sus principios, con ideas que fueran colocando al país en el lugar que le correspondía en el concierto internacional. El día 22 de julio de 1969 en las Cortes franquistas, Don Juan Carlos, ante el Jefe del Estado y el presidente de las Cortes, el Príncipe hincó las rodillas sobre un cojín de terciopelo granate, colocado sobre una tarima de madera. Sobre la mesa, el libro de los Santos Evangelios. El presidente de las Cortes preguntó: – En nombre de Dios y sobre los Santos Evangelios, ¿juráis lealtad a Su Excelencia el Jefe del Estado y fidelidad a los Principios del Movimiento Nacional y demás leyes Fundamentales del Reino? – Sí, juro lealtad a Su Excelencia el Jefe del Estado y fidelidad a los Principios del Movimiento Nacional y demás Leyes Fundamentales del Reino. El presidente de las Cortes concluyó – Si así lo hiciereis que Dios os lo premie, y si no, os lo demande. Con este juramento quedó sellado la forma en que transitaría el gobierno de España a la muerte de Franco. Franco diseñó un futuro que asegurase los valores y sobre todo la unidad de España.
Nombró a Carrero Blanco, su mano derecha y el hombre del cual nunca tuvo dudas de su fidelidad. El sería el encargado de asegurarse esa unidad y que el pueblo aprobase una monarquía que aunara y que asegurase la paz y una forma de gobierno que evitase lo sucedido en las aventuras republicanas del país y que habían llevado a un desgobierno lleno de huelgas, atentados, asesinatos e incluso declaraciones de independencia. A Franco podríamos llamarle muchas cosas menos que fuese tonto o poco previsor. Años antes de morir piensa y prepara el futuro como una monarquía que asegurase los valores y sobre todo la unidad de España. El guion estaba escrito por Carrero Blanco. El diseño con el Rey como continuidad y cambio del régimen, estaba apoyado por algunos miembros, y el propio Franco nunca pensó en otro rey que Juan Carlos. Pero el 20 de diciembre de 1973 el Almirante Carrero es brutalmente asesinado por ETA. Fue un gran golpe en todos los sentidos, incluso en lo personalmente emocional. Designa a Arias Navarro como presidente de gobierno lo que sorprende a los más conservadores. En abril del 74 Portugal logra que su “Revolución de los claveles” triunfe sin derramamiento de sangre, lo que es un aviso para el Franquismo. Mientras ETA da su golpe asesino en la calle del Correo de Madrid, lo que hace endurecer las medidas del gobierno. No obstante Arias había iniciado unas tímidas reformas anunciadas en lo que se llamó el “espíritu del 12 de febrero”. A pesar de la enorme presión internacional el 27 de septiembre de 1975 son ejecutados 5 de los 11 etarras condenados a muerte, lo que provoca gran cantidad de manifestaciones y retirada de embajadores y descrédito internacional. Sin embargo el pueblo español el día 1 de octubre realiza manifestaciones de apoyo a Franco realmente multitudinarias, fundamentalmente la de la Plaza de Oriente de Madrid. Poco tiempo después Franco sufre un infarto, del que se recupera, pero a partir de entonces queda seriamente enfermo. No está en condiciones de gobernar, y aunque se opone al principio, Juan Carlos recibe poco después la orden de Franco de asumir la Jefatura del Estado. Franco muere después de varias operaciones el día 20 de noviembre. Dos días después don Juan Carlos es proclamado rey de España.

sábado, 4 de mayo de 2019

EDAD CONTEMPORÁNEA-48-EL OCASO DE LA MONARQUÍA

El auge burgués e industrial del momento estaba metiendo mucho dinero en las provincias vascas, Asturias y sobre todo en Cataluña, donde ciudades como Barcelona, Sabadell, Manresa y Tarrasa, con sus manufacturas textiles y su proximidad fronteriza con Europa, aumentaban la riqueza y por supuesto inspiraba, al igual que hoy, un sentimiento de superioridad al resto del país no era un sentimiento separatista todavía pero si de descentralizar el estado, un federalismo. Y para arreglar las cosas se desata la Primera Guerra Mundial. España se declara neutral. La clase obrera sufrió las consecuencias de la carestía de los productos. Y a raíz de esto y otros muchos conflictos sociales el ejército ganó prestigio como garante de la paz. En 1917 una huelga revolucionaria declarada por la UGT. En 1918 una crisis de capitalización a causa de la guerra de Marruecos. En el exterior se veía a España como un país imposible de gobernar. Comenzaron a oírse voces como “el peligro bolchevique”, el “separatismo”, y “debilidad del liberalismo”. Por ejemplo en 1920 hubo 1.060 huelgas con 7.260 días laborables perdidos. Los anarquistas reconocieron la revolución rusa como la oportunidad esperada para terminar con el capitalismo. Esto forzó la división del Psoe y en el ala más izquierda se independizó con el nombre de Partido Comunista de España. Y claro, apareció un militar para arreglar las cosas. En septiembre de 1923 el general Primo de Rivera da un golpe de estado que dura hasta 1930. Miguel Primo de Rivera, el dictador aunque tuviera buenas intenciones usaba métodos muy equivocados y se preocupaba de poner orden social fundamentalmente, y la unidad de España, pero faltaba un programa político. Entre los tantos a su favor se cuentan la construcción y equipamiento de nuevas escuelas, el respeto a la huelga y los sindicatos libres, la jubilación pagada para cuatro millones de trabajadores, la jornada laboral de ocho horas, que hay que decir que fuimos los primeros del mundo en adoptarla, una sanidad nacional bastante potable, lazos estrechos con Hispanoamérica, las exposiciones internacionales de Barcelona y Sevilla, la concesión de monopolios como teléfonos y combustibles a empresas privadas (Telefónica, Campsa), y una inversión en obras públicas, sin precedentes en nuestra historia, que modernizó de forma espectacular reservas de agua, regadíos y redes de transporte. Pero el pueblo y la Iglesia sobre todo, seguían en su letanía.
El bolchevismo intentaba controlar desde Rusia el tinglado, el socialismo y el anarquismo peleaban por la revolución, y el fascismo, que acababa de aparecer en Italia, era todavía un experimento nuevo, cuyas siniestras consecuencias posteriores aún no eran previsibles, que gozaba de buena imagen en no pocos ambientes. Y todo esto llegaba a nuestro país, que, por ejemplo la Barcelona industrial, sobre todo, siguió siendo escenario de lucha entre patronos y sindicatos, pistolerismo y violencia. El nacionalismo catalán siempre apretando cuando el estado anda flojo, jugaba fuerte para conseguir una autonomía propia. La primera pitada al himno nacional tuvo lugar en 1925 en el campo del FC Barcelona, con el resultado inmediato del cierre temporal del estadio. La represión de Primo de Rivera se centró especialmente en intelectuales y periodistas, la crítica de la dictadura. Blasco Ibáñez, Unamuno, Ortega y Gasset, entre muchos, tomaron partido contra él. Y Alfonso XIII, un rey sin arrestos comenzó a distanciarse tímidamente. Así que para cuando el rey dejó caer a Primo de Rivera, la monarquía parlamentaria estaba fiambre total. Tras el fracaso de la dictadura de Primo de Rivera, unos se inclinaban por soluciones autoritarias conservadoras, y otros, menos pero bastantes, por soluciones autoritarias desde la izquierda. Siempre hubo republicanos de izquierdas y de derechas. Las ideas independentistas vasca y catalana, fastidiaban el paisaje, ávidos de pescar en rio revuelto. La Iglesia iba a lo suyo, sin ponerse el mono de trabajo de la actualidad, y en materia de educación escolar, emancipación de la mujer y reformas sociales no facilitaba las cosas, precisamente. Alfonso XIII era ya cadáver. Los partidarios del trono eran cada vez menos, e intelectuales como Ortega y Gasset, Unamuno o Marañón empezaron a dirigir fuego directo contra Alfonso XIII. Los últimos tiempos de la monarquía fueron agónicos. La oposición a la monarquía se fue extendiendo. Socialistas y anarquistas por una parte, y el naciente partido de Alianza Republicana respaldado por intelectuales y algunos miembros del ejército y también Acción Republicana liderada por Manuel Azaña. Un creciente movimiento de los partidos nacionalistas. Así pues, socialistas, republicanos, sindicalistas y nacionalistas pactaron en San Sebastián en agosto de 1930 una salida republicana constituyente para el país. En el Pacto de San Sebastián es donde se encuentran las ideologías que marcarán la futura República Española. La “Dictablanda”, periodo desde la caída de Primo de Rivera no funcionó. Con buenas intenciones decidió aplazar la elecciones previstas y en su lugar convocó elecciones municipales para abril de 1931. El gobierno de Dámaso Berenguer inició su singladura con el objetivo de retornar a la Corona su discutida autoridad moral. Legaliza partidos y sindicatos, pero es inútil, Berenguer constata su soledad política. El gobierno fue desestabilizado por un grupo de militares tras el levantamiento de Jaca en diciembre de 1930, que fracasó y luego sus cabecilla fueron fusilados convirtiéndose en héroes para los partidarios de la República. Berenguer dimite en febrero de 1931 y el declinar de la monarquía es imparable. Se constituye un gobierno de concentración nacional presidido por Juan B. Aznar, un militar. A este gobierno agonizante solo le da tiempo a convocar elecciones municipales, las primera en España, la fecha es el 12 de abril de 1931. Si bien las opciones monárquicas obtienen más votos, los partidos republicanos son los que consiguen más concejales, 34.368 frente a los 19.035 de los monárquicos. Es sin duda el advenimiento de la República. Alfonso XIII tenía las horas contadas, no querían hablar con él, sino echarlo a la puta calle. Y la peña se dedicó a pensar en la II República, dado que el rey se lo había puesto en bandeja. La España monárquica empezaba a ser inviable. A nadie le importó su labor humanitaria en la Guerra Mundial ni al tratar de salvar a los monarcas rusos del afeitado general. No tuvo apoyos ni de dentro del país ni de fuera. Realmente el pescado estaba vendido y ya se sabía que las elecciones municipales eran realmente un referéndum, no sobre los ayuntamientos sino sobre monarquía o república.
En Eibar la población se echa a la calle proclamando la República. Alfonso XIII, ese mismo día 14 de abril emprende un viaje a Francia, sin retorno. Ya en Francia escribe desde las páginas del ABC,” …Soy el Rey de todos los españoles, pero, quiero apartarme de cuanto sea lanzar a un compatriota contra otro en fratricida guerra civil. No renuncio a ninguno de mis derechos porque más que míos, son depósito acumulado de la Historia, de cuya custodia ha de pedirme cuenta algún día”.

TRATADOS CON PORTUGAL A RAÍZ DEL DESCUBRIMIENTO

Para entender los acuerdos entre el reino de Portugal y el de Castilla-León, hemos de remontarnos a la Guerra de Sucesión Castellana entre a...