miércoles, 31 de mayo de 2023

GRACIAS ROMA

 

Roma fue uno de los muchos pueblos que tanto antes como después llegaron a la península. Como toda metrópoli a sus colonias, Roma explotó económica y socialmente a sus provincias de lo que llamó Hispania. Pero la península recibió un legado cuya trascendencia llega hasta el presente. Todas las lenguas hispánicas, salvo el euskera se derivan de la romana, es decir del latín, hablado por los mercaderes y soldados. Y hoy junto con otras lenguas europeas, (francés, portugués, rumano, etc.) forman el tronco de las lenguas románicas. También los conceptos básicos del derecho tienen su origen en el derecho romano. El arte y los estilos habían llegado de Grecia y también a través de Roma. Y en los últimos tiempos del Imperio fue el intermediario imprescindible para la introducción de la religión cristiana, que acabaría por unificar a la península como dato identitario.

Con Roma la península Ibérica entró definitivamente en los anales de la historia, recibió el nombre con el que se la conoce, Hispania, y forjó por primera vez una unidad política. Pero siempre se debe huir de proyecciones nacionalistas, que no favorecen la realidad histórica. Don Marcelino Menéndez Pelayo apuntó a que gracias a Roma dejamos de ser una multitud de tribus, dispersas, luchando unas contra otras y nos da la unidad del idioma, de la religión, de la administración, el ejército, la cultura de la arquitectura y las magníficas obras de ingeniería. En fin, nos sacaron de la oscuridad, aunque no lo hicieron pidiendo permiso, precisamente.
Pero entrando en harina, hay que tener presente que la romanización no fue un hecho pacífico, como no lo es ningún cambio trascendental en la historia. Roma entra en la península a causa de su pugna con Cartago por el control del Mediterráneo.
En el 149 hasta el 146 a. C. se produjo la Tercera Guerra Púnica en la Península Ibérica, venciendo Roma a Cartago y desapareciendo ésta. Los romanos fueron recibiendo ayuda de griegos e íberos en sus luchas contra Cartago. Finalizadas las Guerras Púnicas, los griegos que quedaban en la península se fueron romanizando al igual que los aliados celtíberos.
A partir del años 150 a.C. los romanos se propusieron extender sus dominios al interior de la península, encontrando resistencia por parte de algunas tribus y alianzas por parte de otras. Roma ya tenía la alianza de los íberos en sus filas.
La conquista se prolongó durante un largo periodo, no solo por la gloriosa resistencia tantas veces magnificado en la enseñanza, sino porque responde su dominio a diferentes proyectos expansivos de Roma, no a un plan establecido puramente militar. Los romanos son la nueva civilización dominante en la península.

TEATRO ROMANO DE MEDELLÍN 
Roma realizó una expedición hasta la Gallaecia (el norte de Portugal y Galicia). Y en el 133 a.C. fue destruida la ciudad de Numancia, con impresionante resistencia de su población, el hambre hacía imposible la resistencia. Los jefes celtíberos se suicidaron con sus familias y el resto de la población fue vendida como esclavos. La ciudad fue arrasada. Era el último bastión de los celtíberos. Vascones y celtíberos se disputaron las tierras del valle del Ebro. Los celtíberos eran enemigos de Roma, y los vascones eran sus aliados. Cuando fue destruida Calagurris (Calahorra), por los romanos, fue repoblada con vascones
Entre los años 29 y 19 a.C. desarrollaron una campaña militar.
Cuando termina la conquista de la península con la guerra contra los galaicos, cántabros y astures sobre el 29 al 19 a.C., el emperador César Augusto realiza una nueva organización en provincias, subdivididas en conventos jurídicos.
Los romanos aprovecharon a fondo las posibilidades económicas de Hispania, en particular sus explotaciones mineras. En el distrito minero de Carthago Nova, en donde se extraía ante todo plata, pero también plomo, se calcula que trabajaban unos 40.000 hombres. Otra actividad destacada era la pesca, en particular los salazones de la costa atlántica de Andalucía. Importante fue asimismo el desarrollo de la esclavitud, que alcanzó cotas muy elevadas
ACUEDUCTO DE SEGOVIA 
El Siglo II d. C., a finales, es la época floreciente en Hispania. Se enseña latín, se realizan obras espectaculares de ingeniería y arquitectura, calzadas, puentes y acueductos, se aplica el Derecho Romano que es la base del actual Derecho en Europa. Los emperadores de origen hispano son los que llevan al imperio a su máximo esplendor y la época de paz, Trajano y su sucesor, Adriano.
La conquista romana de la Península Ibérica comienza en el 218 a. C. (fecha del desembarco romano en Ampurias) y se mantuvieron hasta los principios del 400 d. C. En el 415, en virtud de un pacto (foedus) celebrado entre el emperador romano Honorio y el rey visigodo Walia, los visigodos se asentaron en la provincia romana de Aquitania Secunda, en el sur de las Galias.
A lo largo de este extenso periodo de más de seis siglos, tanto la población como la organización política del territorio hispánico sufrieron profundos e irreversibles cambios, y quedaría marcado para siempre con la inconfundible impronta de la cultura y las costumbres romanas.
Antiguos campamentos militares y asentamientos iberos, fenicios y griegos fueron transformados en grandes ciudades, unidas por una extensa red de carreteras. El desarrollo de la construcción incluye algunos monumentos de calidad comparable a los de la capital, Roma.
ARCO DE MEDINACELI 
La ingeniería civil está representada en imponentes construcciones como el Acueducto de Segovia o el Acueducto de los Milagros de Mérida, en puentes como los de Alcántara sobre el Tajo, el de Córdoba sobre el Guadalquivir o el de Mérida sobre el Guadiana. También se construyeron faros como el que aún está en uso en La Coruña, la Torre de Hércules. Las construcciones civiles fueron fundamentales.
La arquitectura lúdica como los teatros de Mérida, Cartagena, Sagunto, Tiermes o Cádiz, los anfiteatros de Mérida, Itálica, Tarraco y Segóbriga y los circos de Mérida, Córdoba, Toledo, Sagunto y muchos otros prueban de la importancia de Hispania.
La arquitectura religiosa también se extendió por la península. Monumentos funerarios y mausoleos, arcos de triunfo, etc.
Roma estableció su dominio sobre la Península Ibérica, pero también trajo su cultura, su particular forma de entender la vida: su economía, su legislación, el sistema político y militar, las infraestructuras que les permitieron crear y conservar un imperio y las manifestaciones artísticas de todo tipo. De todo ello se conserva hoy un importante legado no sólo arqueológico, sino también cultural.
La latinización, fue un proceso que trajo la pérdida de los idiomas indígenas, a excepción del euskera, y la sustitución de éstos por el latín, del que más tarde derivarían las lenguas romances. La escritura ibérica se siguió usando en muchos ámbitos durante siglos, baste comprobar los grafitos marcados a punzón sobre cerámicas o bien los nombres de las ciudades escritos sobre monedas en ibérico o en latín de modo que, a veces se vuelve al uso del ibérico después de haber acuñado monedas con textos latinos.
La religión de Roma fue fundamental en la vida de las personas e influye en las decisiones. La palabra religión procede del latín religare o re-legere, que significaría volver a ligar o unir. Es decir, atar lo mortal con lo divino. El culto a los dioses en Roma era un deber cívico.
A comienzos del siglo IV, el emperador Constantino abraza la fe católica y deja de ser perseguida para ser la religión oficial de Roma, el cristianismo se encontraba ya desarrollado en Hispania. Tras haber sido impuesto como religión oficial, sufrió la segregación entre el arrianismo que traían los germánicos y el catolicismo de los hispanorromanos hasta la conversión al cristianismo de Recaredo en 586.
Los Hispano-romanos eran las gentes habitantes de Hispania tras la dominación romana que se habían quedado como propia la cultura romana, en toda su extensión. Son los ascendientes de los que luego fueron los reyes cristianos.
En otro orden de cosas los romanos dieron a Hispania una fisonomía distinta, al dotarla de grandiosas obras de arquitectura e ingeniería. Con su sistema constructivo basado en sillares de piedra, el arco y la bóveda, levantaron grandes murallas, arcos triunfales, templos, puentes y acueductos. Además de teatros, anfiteatros, circos, y todo tipo de monumento conmemorativo o funerario. Las ciudades de Hispania compitieron por la grandiosidad y la proliferación de sus construcciones monumentales. Roma era un imperio, una cultura, un pueblo de conquistadores, pero que trataba de consolidar su poder más allá de la simple ocupación militar. Un dominio que iba a incidir profundamente en las costumbres y la cultura.
A partir del final del siglo II el sistema imperial romano fue debilitándose.
Decaía el sistema esclavista en el que se asentaba la economía. Levantamientos y revueltas sociales fueron numerosas. Las oligarquías abandonaron el poder y se trasladaron a sus villas. Se debilitó la demanda y la producción.
El poder legítimo de Roma existía sólo en una mínima parte, la franja costera de la Tarraconense y las zonas del curso medio y bajo del Ebro. El resto del territorio estaba ya en manos de aquellos bárbaros a los que otros romanos, usurpadores, que se lo habían servido en bandeja. Los visigodos, tras esta primera incursión en Hispania, regresaron al sur de la Galia. Volverían pocos años después para instalarse definitivamente.
Sin embargo, gracias a Roma dejamos de ser tribus poco civilizadas para ser un pueblo unificado. Y a partir de Roma se irá creando un país independiente tras los Pirineos.
Por cierto, no se nos ocurre reclamarle ahora a Italia, por la invasión de los romanos 200 años a.C.

martes, 30 de mayo de 2023

PATRIMONIO DE LA HUMANIDAD - SEGOVIA

 
Una de las ciudades más bellas del Mundo. Todo contribuye: su Acueducto Romano, su Catedral gótica, su Alcázar de ensueño, sus iglesias románicas, sus palacios renacentistas, sus jardines y calles, sus vistas de la sierra nevada, su gastronomía, su vitalidad turística.
La Santa Iglesia Catedral de Nuestra Señora de la Asunción y de San Frutos de Segovia, conocida como la Dama de las Catedrales por sus dimensiones y su elegancia, es una catedral construida entre los siglos XVI y XVIII, de estilo gótico con algunos rasgos renacentistas.

 ALCÁZAR
La primitiva Catedral fue destruida en 15211 durante la Guerra de las Comunidades, por su cercanía al Alcázar, el claustro y otros elementos fueron trasladados a este lugar. Comenzó su construcción en 1525 según escritos fue financiada por el pueblo segoviano mediante aportaciones de los gremios y sisas del ayuntamiento. Por su parte el Alcázar tiene los primeros documentos escritos de esta colosal obra del S. XII. Pero ya en tiempos de la dominación romana de la ciudad ya hubo de haber un castro o fortificación. Sobre los restos de éste, el Alcázar fue erigido como fortaleza hispano-árabe En la Edad Media, estaba formado por un par de torres y un modesto lienzo defensivo que contaba con foso. El Alcázar se ubicó en una zona estratégica y perfecta para la
 defensa de la ciudad.

 ACUEDUCTO 

Está situado en la ciudad. Su construcción se data a principios del siglo II d.C., en época del emperador Trajano. La parte más visible, y por lo tanto famosa, es la arquería que cruza la plaza del Azoguejo, en la ciudad. El acueducto de Segovia conduce las aguas del manantial de la Fuenfría, situado en la sierra cercana a 17 kilómetros de la ciudad, Está construido con sillares de granito asentados sin argamasa entre ellos. Sobre los tres arcos de mayor altura había en la época romana una cartela con letras de bronce donde constaba la fecha y el constructor.


Caminando por Segovia entre sus callejuelas estrechas y retorcidas, destacan la calle Real de Segovia y la calle Cervantes, aparecen iglesias como la de San Martín, del siglo XII y considerada una auténtica joya del románico castellano, a pesar de sus orígenes mozárabes; la de San Millán, con su admirable campanario; o la de San Juan de los Caballeros, la iglesia más antigua de Segovia, plazas, como la Plaza Mayor o la de Medina del Campo, antiguas mansiones y palacetes, y la Judería, donde podrás  admirar el legado de una de las comunidades judías más ricas de Castilla.


CATEDRAL DE SEGOVIA


Además, en el centro encontrarás bares y restaurantes que llenan de vida la parte más histórica que ver en Segovia. Aunque es mundialmente famoso el cochinillo asado segoviano, no dejes de probar otras propuestas como el lechazo asado, los judiones de La Granja, patatas guisadas con chorizo, perdices y setas a la segoviana, o truchas, muy abundantes en las frías aguas de sus ríos y embalses.
La dinastía de los Trastámara sentía una gran predilección por Segovia, convirtiéndola en una de las principales ciudades de Castilla y su Alcázar se transformó en residencia real y se  convirtió en una de las residencias favoritas de los Reyes de Castilla, en especial de Alfonso X. Fue habitado muchas veces y llegó a ser uno de los más suntuosos palacios-castillos en el siglo XV, siendo testigo mudo de acontecimientos claves de la Historia de España como la proclamación de Isabel la Católica (13 de diciembre de 1474) o la misa de velaciones entre Felipe II y Ana de Austria (14 de noviembre de 1570) en su capilla.

Ha sido castro romano, fortaleza medieval, palacio real, custodio del tesoro real, prisión de estado, Real Colegio de Artillería y Archivo General Militar.
Está ubicado en la Ciudad vieja, y declarada Patrimonio Mundial de la Unesco en 1985, tanto la ciudad como el Alcázar.
Sobre sus restos, se cree que se edificó alguna fortaleza hispano-árabe, aunque la primera datación que tenemos de una construcción defensiva se la debemos a Alfonso VI de León en 1122. Esta construcción se mantuvo más o menos igual, con su estilo gótico castellano, con interiores mudéjares, al gusto de la época hasta Felipe II, que realizó bastantes cambios para adecuarlo al gusto de los castillos europeos del siglo XVI. Cambia la característica teja segoviana por la teja de pizarra que tan a la moda estaba en Austria. Además edificará algunos torreones, con lo que la construcción adquiere la silueta que disfrutamos actualmente que a tantos ha conquistado. 

sábado, 27 de mayo de 2023

PATRIMONIO DE LA HUMANIDAD - MONASTERIO DE POBLET - TARRAGONA

 

Representa uno de los puntos álgidos de la arquitectura monástica española, comparable en otro orden a lo que sería luego, Guadalupe o El Escorial. En un pequeño valle, a orillas del río Francolí, entre viñedos y olivares, se encuentra enclavado el Monasterio de Santa María de Poblet, un importante recinto monacal rodeado por dos murallas defensivas, una de ellas con sólidas torres que alcanzan los cinco metros de alto. Paradisíaca situación del monasterio estudiada por los monjes llegados desde Fontfroide, cerca de Narbona.

Dejando al margen la leyenda de un solitario eremita sabemos que la fundación se inicia en la segunda mitad del siglo XII, cuando Ramón Berenguer IV hace retroceder en la Reconquista a los musulmanes más allá del Ebro.
Entrado el siglo XII, la orden cluniacense era una potencia en la Europa occidental y, como tal, había perdido su afán de sencillez y pureza. Con todo, el espíritu reformista persistió y engendró ese mismo siglo un nuevo movimiento, surgido de las propias filas del Cluny. De esa convicción nació el Cister, que llegaba de la mano del francés Roberto de Champagne y que encontraría en Bernardo de Claraval a su más infatigable impulsor. En el período románico se establece la Orden del Cister (1140), y en consecuencia, la proliferación de iglesias y monasterios. Los primeros intentos reformistas firmes llegaron en 909 con la fundación, por parte de un grupo de monjes benedictinos de la Borgoña francesa, de la abadía del Cluny . Sometida directamente al poder papal, al margen de las influencias feudales locales, constituyó un núcleo decidido a seguir la tradición benedictina lejos de la sociedad civil.
Su influencia se extendió por toda la cristiandad y acabó por acatarse la disciplina y se impuso el Románico como estilo artístico a través de la construcción de centros cluniacenses. A finales del siglo XI (1098) un grupo de monjes benedictinos fundó el monasterio de Citeaux o del Cister en Borgoña (Francia), donde se ensayó una nueva manera de vivir la regla de San Bernardo, con voluntad de volver a los orígenes y de buscar una mayor austeridad y más alejamiento del mundo. Este movimiento triunfó gracias a la gran personalidad de San Bernardo de Claraval, fundador y abad del monasterio de este nombre. Había nacido la orden de Cister. La orden daría un impulso definitivo al arte de la forja, y la función práctica comenzaría a tomar un carácter decorativo. Esta manifestación artística, la podemos observar en un variado repertorio, que abarca desde sencillas formas simbólicas y zoomórficas, hasta refinadas figuras vegetales.
El Monasterio de Poblet se fundó en el año 1149, por orden del conde Ramón Berenguer IV, que lo quiso edificar en terreno propio, y también por los reyes de Aragón, pero el rey murió antes de verlo terminado. El Real monasterio forma parte, junto con los de Santes Creus y Vallbona de les Monjes, del conjunto de monasterios cistercienses que se establecieron en Cataluña en la segunda mitad del siglo XII. Los monjes venidos de Francia, llamados por Ramón Berenguer IV se encontraron con un pequeño cenobio y pocos ingresos para sacarlo adelante. Los sucesores de Ramón Berenguer continuaron la obra y uno de ellos, Jaime I el conquistador, que reposa en el monasterio, y la comunidad no solo lo sacaron adelante sino que inició un proceso de expansión que hizo de este monasterio el más importante de las fundaciones cistercienses de Cataluña. Con el paso del tiempo la influencia social y política de los abades de Poblet se hizo cada vez más extensa y más patente, le llovieron donaciones tonto de reyes como de nobles por lo que su iglesia se convirtió en panteón real. Durante el reinado de los Austria decreció la importancia que llegó a tener en la política de los reinos, mediante reuniones de las Cortes en el monasterio.
En 1835 se dañó físicamente cuando se produjo el saque e incendio del monasterio que exigió luego de muy costosos esfuerzos de restauración. La decadencia absoluta llegó con las desamortizaciones del siglo XIX y el abandono de la vida monástica. Saqueos, expolios, incendios, dejaron al monasterio en una situación lamentable. Gracias a un Patronato que se hizo cargo del convento se pudo rehabilitar y los monjes pudieron volver a ocupar las dependencias. Los últimos trabajos de recuperación se hicieron en 1976-1982. Se recuperó perfectamente el recinto amurallado de 1800 metros de perímetro, una entrada notable añadida en el XVII, con una maravillosa portada. Un retablo renacentista de 1527. La capilla real, que aglutina el ámbito mismo del crucero, donde están los enterramientos, fue terminado en tiempos de los Reyes Católicos. Allí reposan los restos de Alfonso II, Juan I y Juan II, Jaime I el conquistador, Pedro, el ceremonioso, y Fernando de Antequera. En fin, que se puede uno extender muchísimo con esta maravilla. Es mejor, verla tranquilamente.

AMBROSIO SPINOLA DORIA - LA VICTORIA DE BREDA

 

 Todos conocemos “La rendición de Breda” o “Las lanzas” un óleo sobre lienzo, pintado entre 1634 y 1635 por Velázquez.  La toma de la ciudad de Breda fue la culminación de la carrera del general Spínola. Todo proviene lógicamente de la situación que Los Países Bajos liderados por Guillermo de Orange estaban inmersos en la guerra de los ochenta años o guerra de Flandes, en la que luchaban por independizarse de España.
Pero ¿Quién era Spínola? Ambrosio Spínola Doria, nació en 1569 miembro de una poderosa familia genovesa, que por entonces era una República que había tomado Carlos I el emperador. Fue un general al servicio de la Monarquía Hispánica, honrado además como caballero de la Orden de Santiago y del Toisón de Oro, capitán general de Flandes y comandante del ejército español durante la Guerra de los Ochenta Años. Es recordado como uno de los últimos grandes jefes militares de la Edad de Oro española.

LA RENDICIÓN DE BREDA - VELAZQUEZ 1634-  MUSEO DEL PRADO 


Spínola enroló mil hombres para operaciones militares terrestres con su hermano Federico que se ocupó de formar una escuadra de galeras para operaciones en la costa. Todo esto arriesgando la totalidad de la fortuna de la familia. El propio Federico resultó muerto en acción con los holandeses en 1603. Ambrosio Spínola recorrió con su ejército una larga distancia hasta llegar a Flandes en 1602 
Las ruinas de la plaza de Ostende cayeron en sus manos en septiembre de 1604.
La hija de Felipe II, Clara Eugenia, soberana de los Países Bajos, se sintió muy complacida con este éxito. En 1606 regresó a España, siendo recibido con grandes honores. Se le confió asegurar la gobernación de Flandes, y aquí es donde le obligaron a entregar en garantía la totalidad de su fortuna para avalar los gastos de la guerra antes de conseguir los fondos por otros medios. La saliva se convirtió en hiel.
Spínola consiguió la pasta. Y allá que fue. Fundamentalmente se trataba de sitiar. La ciudad de Breda estaba defendida por Justino de Nassau. El cerco y sitio a la ciudad fue una lección de estrategia militar. Según la documentación algunos generales de otras naciones acudieron allí en calidad de “observadores” para conocer la táctica del gran Spínola. “Esto es para alquilar balcones” decían.
Las crónicas cuentan que la defensa de Breda llegó a ser heroica, pero Justino de Nassau capituló el 5 de junio de 1625. Fue una capitulación honrosa que el ejército español reconoció como tal, admirando en su enemigo la valentía de los asediados. Cosas de entonces, donde se premiaba el honor y la valentía. Se permitió que salieran formados en orden militar, con sus banderas al frente. Los generales españoles dieron la orden de que los vencidos fueran rigurosamente respetados y tratados con dignidad. El general Spínola esperaba fuera de las fortificaciones al general holandés Nassau. La entrevista fue un acto de cortesía, y el enemigo fue tratado con caballerosidad, sin humillación. Este es el momento histórico que eligió Velázquez para pintar su cuadro. Justino de Nassau aparece con las llaves de Breda en la mano y hace ademán de arrodillarse, lo cual es impedido por su contrincante, que pone una mano sobre su hombro y le impide humillarse. Antes no se pitaba al himno. Se respetaba el honor. En este sentido, es una ruptura con la tradicional representación del héroe militar, que solía representarse erguido sobre el derrotado, humillándolo. Igualmente se aleja del hieratismo que dominaban los cuadros de batallas.

EL GENERAL SPINOLA DORIA - RUBEN 1630 - MUSEO DEL PRADO

Mientras tanto en España,  Felipe IV, el rey pasmado, sabemos que había delegado en el Conde Duque de Olivares, que era una persona inteligente, reformista, con ideas para levantar el negocio. Un hombre a la altura de Richelieu. Pero si algo hacemos bien en España es el suicidio colectivo, y poco a poco, aquel sueño imperial, que fue y se podía haber conservado más tiempo, y dejado como herencia una situación de riqueza material y cultural de no te menees, lentamente se fue yendo por la alcantarilla, quedando las piezas de pintura, arquitectura y literatura, sobre todo, por encima de la falta de auténtico patriotismo conservador y protector que debería haber habido, y desarrollar a un pueblo analfabeto, inculto y dirigido por clérigos corruptos al igual que una clase dominante.
En siglo y medio, tanto gobernante mediocre, tanto vago con título, tanto gasto en guerras para cuidar una religión que ya estaba dividida, precisamente por culpa de los que la dirigían, consiguieron que España fuese perdiendo lo que llegó a ser y tal como decía Quevedo, No ha habido otro rey como Fernando, el católico, que supo entender a su pueblo y supo defenderlo.
Las regiones luchaban por mantener sus fueros y privilegios, y siguen con ello en pleno siglo XXI, dejando intacto un razonamiento de separación al sistema medieval de los reinos o peor aún de las Taifas.
En la parálisis del gobierno de España, la necesidad acuciante de dinero y el conde-Duque de Olivares, cabrón como el que más, celoso del general, permitieron a los holandeses recuperarse. Spínola no pudo evitar que Federico Enrique de Nassau ocupase Groll, en una buena avanzadilla hacia Breda. En Madrid tuvo que sufrir las insolencias de Olivares, que se esforzaba al máximo en hacerle responsable de la pérdida de Groll. Spínola que estaba poco apoyado por la pérfida Clara Eugenia, decidió no regresar a Flandes. Como compensación no se le ocurrió otra cosa a esa panda de cabrones que nunca se le restituyera el dinero, por lo que quedó completamente arruinado. El gobierno español comenzó entonces a recurrir a excusas para mantenerlo lejos de España.
Cuando estalló la guerra de Sucesión de Mantua, el gobierno de España nombró a Spínola gobernador del Milanesado. Desembarcó en Génova en septiembre de 1629. En Italia sufrió otra vez los efectos de la enemistad de Olivares, quien provocó que se le privase de sus poderes como plenipotenciario. La salud de Spínola se derrumbó, y habiendo sido objeto de expropiación de su dinero, escatimado la compensación que había reclamado para sus hijos y dejado caer en desgracia en presencia del enemigo.
Murió el 25 de septiembre de 1630 luchando durante el sitio de la ciudad de Casale. Realmente fue el principio del fin del imperio. Años después, en la batalla de Rocroi, aunque no fue la última, en 1643, donde los Tercios perdieron todo menos el honor y la gallardía, quedó como símbolo del ocaso español. Y nuestros viejos Tercios, que habían hecho temblar a Europa entera, que habían sido el ejemplo de valentía y disciplina militar, fueron dejándose caer silenciosamente, fieles a su leyenda, y así fue como España, habiendo sido dueña de medio mundo, solo reteniendo algo un par de siglos más, lentamente el sol fue poniéndose por el horizonte.

sábado, 20 de mayo de 2023

BENEDICTO XIII- EL ANTIPAPA

 

Pedro de Luna nació en el castillo de Illueca, Zaragoza en 1328. Pertenecía a un noble linaje aragonés (los Luna). - Estudió Derecho Canónico en la Universidad de Montpellier, y obtuvo el título de doctor en Decretos y fue docente. Posteriormente comenzó su carrera como eclesiástico obteniendo varias canonjías en, después fue canónigo de Cuenca, arcediano de Zaragoza y preboste de Valencia. Por su linaje aragonés, su cultura en sus estudios jurídicos y su moralidad consiguió el respeto de la Curia romana y el Papa Gregorio XI lo tuvo en cuenta, designándole cardenal-diácono. Los Estados Pontificios incluían entonces a la ciudad de Aviñón y al Condado Venaissin, en el sudeste de Francia. Siguieron siendo parte de dicho Estado hasta la Revolución francesa, convirtiéndose en parte de Francia en 1791.


ESTATUA DEL PAPA EN PEÑÍSCOLAPasó que Roma no era una ciudad segura y se realizó un cónclave en Perugia, donde salió elegido Clemente V. Y fue coronado en Lyon. En 1309 se trasladó de Burdeos a Aviñón. Aquí es cuando se inicia el Papado de Aviñón. La curia, estaba dividida entre el reino de Francia y el Papado. El asunto venía desde los tiempos de Felipe el Hermoso. Se pensaba que los papas de Aviñón eran serviles a la política francesa. No olvidemos que Felipe IV (El hermoso), hacer elegir a papas franceses, Benedicto XI en 1303 y Clemente V en 1305 una personalidad maleable que estaba bajo su poder. Con lo cual inició la persecución y supresión total de la Orden del Temple, por motivos políticos y económicos, dada la gran deuda que tenía con ellos.
Por otra parte, Europa estaba en lo que se llamó “La pequeña edad del hielo”, unos años de extremo frío que trajo desgracias a casi toda Europa en la producción agrícola y ganadera fundamentalmente. Es evidente que en ese período de la Edad Media la religión católica era tan importante, las gentes miraban a la Iglesia aferrándose a una solución divina.
En 1377, don Pedro de Luna acompañó al Papa Gregorio XI que abandonaba Aviñón para regresar a Roma donde murió.  Era muy esperado el papa para la solución del El Papado de Aviñón. Fue un periodo de la Iglesia católica, entre 1309 y 1377, en el que siete Obispos de Roma residieron en la ciudad de Aviñón, siendo precisamente Gregorio XI el último de ellos. Su muerte provocaría el comienzo del Cisma de Occidente (entre 1378 y 1417) época en la que la Iglesia se encontraba dividida, la del papa residente en Roma y la del antipapa residente en Aviñón.
El cardenal aragonés Luna se convirtió en figura de primer orden en la Iglesia, viéndose inmerso en los acontecimientos desencadenados cuando a la muerte de Gregorio XI, y en 1378 fueron elegidos Urbano VI en Roma y Clemente VII en Agnani, confirmándose el Cisma de Occidente con la división de obediencias en el mundo cristiano. Don Pedro de Luna se inclinó por el Papa Clemente, poniéndose a su servicio en Aviñón y actuando en la Península Ibérica como legado pontificio ante los reyes de Castilla, Navarra, Portugal y Aragón. Desde 1378 hasta 1389 residió habitualmente en su país natal, haciendo frente a las denuncias de Urbano VI, el Papa de Roma, y a la inicial reticencia de las monarquías españolas. Pedro IV de Aragón se mantuvo desde un principio neutral con Roma, pero sin abandonar sus buenas relaciones con Aviñón, lo que permitió que los aragoneses recibieran con simpatía al cardenal legado. Esta aceptación fue correspondida por Clemente VII
Pedro IV supo conjugar durante toda su vida la rivalidad de los papas. La respuesta de los súbditos de la Corona estaba implícita en las simpatías que por lo general profesaba el clero en la figura de don Pedro de Luna, quien asimismo contó con la fiel amistad de San Vicente Ferrer. Poco antes de morir en 1387, Pedro IV rompió definitivamente con Roma y su sucesor Juan I se inclinaría decididamente por el Papado aviñonés. - La actividad del cardenal aragonés lo hizo famoso también fuera de la Corona de Aragón. Don Pedro de Luna significó el alma en el concilio nacional de Palencia de 1388 e incluso el propio Papa de Roma, Bonifacio IX alabó su talento y sus méritos. Castilla aceptaría al Papa Clemente por su mediación en 1381 y Navarra en 1390, antes de que, el 15 de diciembre de este último año, Pedro de Luna regresara a Aviñón una vez cumplida su misión española. No obtendría sin embargo el mismo éxito en su legación ante buena parte de Francia, Flandes e Inglaterra; a pesar de su defensa en la Universidad de París, el año 1393, de la causa aviñonesa, que provocó cierto malestar y desconfianza en el clero francés originándose el alejamiento de Clemente VII de su estima. La muerte de este Papa en 1394 colocaría de nuevo en primer plano para ser elegido a sucederle. Con ello se perdía la ocasión de terminar con el Cisma.  Por veinte de los veintiún votos disponibles fue elegido Papa don Pedro de Luna, adoptando el nombre de Benedicto XIII. Una clara victoria del papa Luna rebate cualquier oposición.  Los cardenales que intervinieron en el cónclave se habían comprometido previamente, en su mayor parte, a terminar tan delicada situación en el caso de ser elegidos, aun a costa de renunciar al pontificado. El cardenal aragonés suscribió la cédula que recogía dicha moción. Los estados de la Corona de Aragón acogieron el triunfo de su paisano como una causa nacional, y el resto de los reinos europeos vieron en ello el inminente final del cisma por la honradez y prestigio del elegido. Las buenas intenciones de Benedicto XIII a este respecto quedaron ratificadas en el contenido de las múltiples bulas enviadas por su voluntad a los monarcas cristianos, en las que expresaba su sincero deseo de concluir con la división de la Iglesia. Dos vías quedaban abiertas para ello: la abdicación de los dos papas propuesta por el rey Carlos VI de Francia o la discusión y entrevista con Bonifacio IX señalada por el propio Benedicto XIII, seguro del triunfo final de su dialéctica.


 
RECREACIÓN DEL BUSTO DEL PAPA 
Pero la obstinación de don Pedro de Luna en su postura provocó el apartamiento de los cardenales de Aviñón, hasta el punto de que tan sólo cinco de ellos le quedaron fieles, refugiados en la fortaleza papal durante cuatro años en los que la división de opiniones se diversificó: desde la reprobación de San Vicente Ferrer y del rey de Francia hasta las simpatías de Martín el Humano rey de Aragón, que le envió una flota para rescatarle en 1399. Tras la liberación, Benedicto XIII recobraría la confianza de Castilla y Francia. Aragón no le había retirado su apoyo, así como el prestigio político que trajo consigo, incluso, la sumisión de algunas ciudades italianas. A ello se sumó la intención fracasada de acabar el cisma por la vía de justicia, acudiendo personalmente a Italia a debatir con el papa de turno.
Carlos VI de Francia declaró la neutralidad de su reino en 1408. El concilio de Perpiñán, reunido por el Papa Luna con el apoyo del rey Martín de Aragón y que se definió a favor de la legitimidad del Pontífice de Aviñón, quedaría relegado y desautorizado por el concilio de Pisa que declaró cismáticos a los dos papas.
En este concilio de Pisa de 1409 se arbitró la elección de un nuevo pontífice, Alejandro V,  que obligara a renunciar a los dos existentes; pero esta solución no hizo sino consagrar la división tripartita de la iglesia. Benedicto XIII se refugiaría en la Corona de Aragón excomulgando a quienes se oponían a sus derechos y a partir de este momento los acontecimientos tomarían otro cariz.


PARTE DE LA ESCULTURA EN PEÑÍSCOLA
Pues no tienen idea mejor que celebrar otro concilio, esta vez en Pisa. El concilio depone a los papas Gregorio XII de Roma y Benedicto XIII de Aviñón, y los cardenales eligen a Alejandro V, dando paso a lo que los contemporáneos llamaban el maldito trinomio. Ahora teníamos tres papas. Posteriormente el​ concilio de Pisa no es reconocido por la Iglesia católica. - La solución de Pisa constituyó el inicio de una nueva etapa en el comportamiento de Benedicto XIII, quien escribiría en su defensa. Y comenzó a interesarse por la iglesia aragonesa, así como por la política de la Corona. Dos hechos: la intervención en el interregno abierto en Aragón tras la muerte del rey Martín el Humano sin sucesión directa en 1410 que terminó en el Compromiso de Caspe de junio de 1412 y la regencia personal del gobierno y administración de la diócesis de Zaragoza, vacante de titular por el asesinato del arzobispo. La elección de Fernando I de Trastámara para ocupar el trono Aragonés en 1412 reforzaría la postura del Papa Luna en Castilla-León.
Un nuevo concilio en Constanza en noviembre de 1414 por especial interés del emperador de Alemania, al objeto de terminar decididamente con el cisma, y que logró la deposición de ambos papa, Juan XXIII,  así como la renuncia de Gregorio XII, abriría el definitivo aislamiento de Benedicto XIII en su refugio de Peñíscola. Castilla, Navarra y Aragón, así como los pocos cardenales que le quedaban, reconocieron a Martín V como papa, poniendo fin al cisma. La entrevista mantenida en 1415 en Perpiñán entre el Papa aragonés, el emperador y el rey de Aragón sirvió únicamente para que Pedro de Luna se aferrase a su causa. El abandono definitivo de San Vicente Ferrer y de Fernando I se consumó. La sustracción de la obediencia al Papa Benedicto XIII dictada por el monarca a comienzos de 1416 para todos sus estados y ratificada por su sucesor Alfonso V el Magnánimo colocaron al ya considerado “antipapa” aragonés hizo que se recluyera en Peñíscola. Allí culminaría sus días abandonado de todos, aislado, declarado hereje y excomulgado por el nuevo papa en 1417; pero por encima de todo, convencido de su legitimidad en el derecho irrenunciable que la Providencia le había deparado. Su muerte en el exilio a los seguramente con unos noventa años no significaría el olvido de los reinos que primero le amaron y le abandonaron después en su obstinación. Su figura ha sido objeto de numerosos estudios en todos los tiempos, pero no se duda de la grandeza de su alma gigante y su tesonería en la defensa de los derechos adquiridos en el Pontificado.


Maravillosa escultura de Benedicto XIII. El escultor Sergio Blanco, componente de “Mocedades”
La Recreación del busto del Benedicto XIII fue realizada por ordenador después de numerosos estudios antropológicos de su cráneo conservado. Su tumba fue profanada, como tantas otras, por las tropas francesas en la Guerra de Independencia del siglo XIX. También fue robado el cráneo  y luego rescatada por la Guardia Civil hace pocos años. 


martes, 16 de mayo de 2023

ISABEL - SERIE DE TELEVISIÓN

 

Me voy a extender algo sobre esta serie. El texto que publico es una serie de reportajes hechos a los productores y guionistas. El tema entra perfectamente dentro de las publicaciones objeto del grupo, como entraría una pintura o escultura sobre personajes históricos españoles. Debemos entender que “Isabel” es una serie de ficción en la que se cuida el rigor histórico, pero en la que es necesario adaptar los hechos a los entornos más adecuados para el rodaje.

Se trata de la apasionante lucha de una mujer en la que durante toda su vida tuvo que luchar, primero por ser considerada apara que se respetaran sus derechos, para ser considerada heredera, para llegar a ser reina, para casarse con el hombre que eligió y no con otro. Ésta es la historia de una mujer que decidió ser la dueña de su propio destino sin saber los muchos sacrificios que eso iba a conllevar, que no fueron pocos. Vio destrozada su infancia al ser arrebatada de su madre enferma y fue obligada a ir a vivir a la Corte por su hermanastro el rey Enrique IV.
Sufrió la pérdida de su hermano Alfonso, por delante suyo en la línea sucesoria, y tomó, con apenas 16 años, decisiones claves tras una cruenta guerra civil. Soportó, tras su boda, maledicencias y limitaciones económicas. Tuvo que manejar diplomacia con una dureza de carácter capaz de poner firmes a un ejército (y a su propio marido, si hacía falta). Y todo, por una obsesión: ser reina. Pero, más allá de los hechos históricos, están las pasiones, emociones y renuncias de una mujer adelantada a su tiempo que rechazó ser figura decorativa y moneda de cambio La serie se ha emitido en más de 80 países, incluyendo varios europeos (Reino Unido, Irlanda, Portugal, Francia, Estonia, Letonia, Lituania, Bulgaria, Rusia, Serbia, Croacia e Italia) y americanos (Bolivia, Brasil, Colombia, Costa Rica, Chile, República Dominicana, Ecuador, Estados Unidos, Guatemala, Honduras, México, Nicaragua, Perú, Paraguay, Puerto Rico, El Salvador y Uruguay). Luego China Zone Media, EE UU, México, y la FOX de Latinoamérica. También se ha vendido a Puerto Rico, a la mayor parte de los países ex-soviéticos y a quince países árabes. Tuvo un presupuesto de 726.000 € por capítulo.
Los guionistas se enfrentaron a la decisión de cómo acercarse a unos personajes, no exentos de controversia, que determinaron el futuro de España. “Casi dos años para organizar una trama convincente, ni muy enciclopédica, ni muy ficcionada”. Todos los implicados reconocen que tuvieron que desempolvar los libros de historia. Y estuvieron de acuerdo: nada puesto a propósito para crear un efecto en la audiencia. La historia en sí ya les parecía más que interesante a la cadena, a la productora Diagonal TV y al director. “Es una serie básicamente histórica, también de intrigas políticas. De emociones, más que de amor. Todo lo que contamos siempre tiene una referencia a la verdad; si encontramos un hecho en dos libros o crónicas de la época, lo damos por bueno. Quizá haya pasajes que se han fabulado. Ese es el motivo por el que, por ejemplo, cambiaron las primeras versiones sobre Juana la Beltraneja. Quedaba demasiado evidente que era hija de Beltrán de la Cueva y no del rey Enrique IV. No se ha querido resolver ningún enigma histórico
Hay quien dice que esto es una serie de derechas y facha. Entonces no había ni derechas ni izquierdas. En todo caso es una visión posterior a lo que hizo esta mujer, estés de acuerdo o no. No hay que olvidar que mientras algunos buscan la beatificación de Isabel la Católica, otros le reprochan la violencia de la Inquisición. “El reto era colocarse en esa época para juzgar las cosas que hizo con justicia. No quiere decir que estemos a favor…”. Esa era una de las mayores dificultades del guion. “Hay un problema fundamental para nosotros, por ejemplo con la expulsión de los judíos. Tenemos que escribir qué le pasaba por la cabeza a Isabel, y eso es lo que no está documentado”, resume José Luis Martín, director argumental de la serie. Fueron importantísimos para el futuro de España, otra cosa es que uno haga reflexiones desde el siglo XXI sobre el siglo XV. No se puede hablar de genocidio o limpieza étnica porque en esa época no existía ese concepto”, explica José María de Francisco Olmos, decano de la Facultad de Documentación de la Complutense. Tampoco comparte la idea de que se pueda describir a Isabel como feminista: “Ella tiene plena conciencia de quién es: la reina propietaria de Castilla y no la esposa del rey. Y lucha por serlo no por su condición de mujer, sino porque cree que es reina por la gracia de Dios. Es la elegida por la providencia divina, y eso está demostrado porque gana la guerra”. Se puede conocer la historia viendo la serie. De Francisco Olmos asegura que sí. “Es cierto que algunos hechos los tienen que juntar, pero es que si no sería un documental y no televisión. No nos pongamos excesivamente rigurosos. Sigue los acontecimientos y está bien”, opina este experto en los Reyes Católicos, alguien para quien la historia de España es tan apasionante que si la cogieran los productores americanos se volverían locos. “Partimos del hecho histórico, y a veces lo adornamos o manipulamos para que tenga más chicha, somos guionistas”, se defiende Martín, el director argumental de la serie. Así, al alcaide de Burgos y al conde de Plasencia los unieron en un personaje, hicieron coincidir en el tiempo un aborto de la reina de Castilla con una derrota militar de Fernando, y decidieron reflejar los rumores sobre la muerte de Alfonso por envenenamiento o el amor platónico de Gonzalo de Castro por la entonces infanta Isabel. “Si la leyenda es mejor que la verdad, se imprime la leyenda”, dice riendo un guionista escribiendo los guiones del devenir de una historia ya revelada.
Entre los miles de metros cuadrados de los estudios donde transcurre la trama hay una sastrería, un espacio repleto de dibujos de los personajes y de los libros que han utilizado para documentarse sobre la moda de entonces. Cuatro habitaciones repletas de vestuario y pasillos con burros de ropa con las barras arqueadas por el peso de los ropajes evidencian el enorme reparto de Isabel. Solo en la segunda temporada, 130 actores. “Los trajes no pueden ser como los que llevaban, los tenemos que aligerar. Y aun así Michelle ha llevado a veces 30 kilos encima, como en la escena de la rendición de Granada”, dice Reyes. Michelle Jenner reconoce que al principio sintió miedo por el peso que supone interpretar a una reina “con una vida tan apasionante”. Superado ese temor, hoy padece el peso de sus trajes. “Los hay que son realmente difíciles de llevar. Todo el reparto empieza a ensayar un mes antes de la grabación, y uno de los motivos es para que aprendan a llevar los incómodos trajes medievales. Sorprende encontrar también una carpintería en los estudios. Es la manera de optimizar dinero y tiempo en el montaje de los decorados, que tarda entre 5 y 20 días, en función de la complejidad de la secuencia, matiza Marcelo Pacheco, el director de arte de la serie, en posesión de tres premios de la Academia de Televisión por sus trabajos, asegura que hasta el momento Isabel es su gran reto. Es en el vestuario y los decorados donde el académico De Francisco Olmos ve más fallos, pero son errores “de los que nos damos cuenta cuatro”, como sus colegas de Facultad, con quienes suele comentar la serie los martes. Cree que la reina de Castilla viste demasiado de blanco, o no le convenció ver a Juan Pacheco vestido de cuero negro. Recuerda cuando se vio por primera vez una moneda con la cara de los Reyes Católicos, que en vez de ser de 1475 era de 1497, “aunque de eso no creo que se dieran cuenta dos personas, sino media”. Pequeñas minucias que no desmerecen a la historia, por algo él remite a escenas de la serie como ejemplos en sus clases. Es una nueva arma para los profesores. “La primera temporada la despedimos en un cine de Madrid. Ahí se me acercó un profesor para contarme que con Isabel había recuperado a alumnos que creía perdidos y que ahora se han empezado a interesar por la historia”, recuerda con orgullo Ginés García Millán (Juan Pacheco). El equipo cuenta con dos historiadores que trabajan con guionistas, vestuario y decorados. Uno más dedicado a la historia, y el otro, a las tradiciones de la época. Además colaboran desde la segunda temporada con la Real Academia Española para el lenguaje. “Con estos tres bastiones, muy mal se nos tiene que dar” dice la productora Laura García. Una vez que está hecho el guion, proceso que no tarda más de un mes y diez días, ellos lo filtran. “No nos los devuelven muy tachados ni se escandalizan. El proceso previo de documentación es bastante exhaustivo”, asegura Martín, quien dice haber podido realizar todo lo que tenía en mente excepto en las batallas. Una palabra que menciona con el mismo tono de decepción que Jordi Frades. Las escenas de acción parecen ser el talón de Aquiles de ambos. “Con el presupuesto que tenemos, sufrimos mucho, sobre todo con las escenas exteriores. Mis luchas con Laura siempre son por más caballos y figurantes. Sabemos lo que tenemos, pero nos comparan con Los Tudor y Juego de tronos, cuando nuestro presupuesto es su catering”, lamenta Frades. Tras tres horas de rodaje, el timbre indica un descanso de 15 minutos, el único de esa longitud en toda la jornada. Es el momento del bocadillo, y salen en tromba del plató el equipo y los actores. Muchos aprovechan para coger el móvil y reconectarse con el siglo XXI. “Cuando te das cuenta de cómo manipulaba Fernando, sacando a un arzobispo por otro, hablando con Maximiliano del sacro imperio… piensas: ¡si en esa época no había ­WhatsApp!”, dice con una seductora carcajada Rodolfo Sancho, el rostro del rey de Castilla, a quien no le disgusta en absoluto que le apunten errores de la serie. “Señal de que la siguen y que despierta interés”, asegura orgulloso de las audiencias. “Me regocija que le das algo de calidad a la gente, que podía parecer difícil de seguir porque la serie es muy política y muy coral, y no solo le interesa, sino que entra en la web para saber más”. Unas palabras que el actor lanzaba en nuestra visita en octubre, cuando aún la serie rondaba el 20% de cuota de pantalla y el equipo grababa los martes con una sonrisa. “Tenemos un suelo de espectadores muy importante. Y lo que está claro es que los lunes hay ocho millones de personas viendo ficción española. Nos gustaría tener más audiencia, pero no podemos hacer nada”. “Es un regalo que nos da miles de satisfacciones. Como que te abran la Alhambra para grabar, que ni a Ridley Scott se la abrieron [para El reino de los cielos, en 2005]. Merece la pena hacer la serie solo por este tipo de cosas”, recuerda con emoción la productora. Un momento que Roberto Enríquez, alter ego de Muley Hacén, califica como mágico. “Aquel rodaje no estuvo exento de folclore; aunque nos acotaban las zonas, al otro lado hordas de turistas pensaban que formábamos parte del espectáculo. Unas puertas que no les abrieron en Barcelona, cuando el Museo de Historia de la ciudad vetó la grabación del atentado que sufrió Fernando en la plaza del Rey en 1492. “Cada uno tiene su forma de ver las cosas, y no queremos darle más importancia porque no la tiene. Consideramos este capítulo cerrado y nos vamos a Plasencia”, caballos y sus entrenadores incluidos, dice quitándole hierro al asunto. Un solo capítulo requiere más de 100 personas en el equipo, un mes de escritura de guion, 12 días de grabación, unos 10 días de montaje, el mismo número que para trabajar con los efectos especiales y la música, en manos de Federico Jusid. En la primera temporada, el músico tuvo que viajar a Hungría para grabar con la Orquesta Sinfónica de Budapest. Pero hoy ya no hace falta. La grandilocuencia que parece rodear a esta serie ha conseguido que la Orquesta Sinfónica y Coro de RTVE se haya incorporado al proyecto desde la segunda temporada. Ciento cincuenta músicos, ni un solo instrumento electrónico y 65 voces. Y esto no es ficción”, afirma la actriz, premio Ondas 2013 por su interpretación (Isabel lo recibió como mejor ficción española). La historia es la que es, y en este caso termina con la muerte de la soberana castellana que reunificó los reinos.

domingo, 14 de mayo de 2023

DOÑA URRACA DE LEÓN Y CASTILLA

Fue una reina poderosa, que accedió al trono al morir su padre sin heredero varón, a pesar de haber tenido varias esposas. La reina Urraca fue la primera mujer que ejerció de forma efectiva el papel de reina “propietaria” y se trata de un personaje verdaderamente insólito en la Historia del medioevo hispánico, por su condición femenina y por la incidencia que tuvo en los hechos históricos de su época como por las controversias ha generado después. Sufrió el maltrato físico y psíquico de su marido, pero demostró también una fuerza y una determinación indomable que la llevo a ser de nuevo maltratada por la Historia. Hija de Alfonso VI y de Constanza de Borgoña, se casó con Raimundo de Borgoña en 1090 y, al enviudar (1107), Alfonso VI les dio a ella y su hijo Alfonso el señorío de Galicia. 


Su segundo matrimonio, con Alfonso I el batallador (1109), fracasó en su objetivo de reforzar la estabilidad interna y externa, pues el país se vio agitado por graves problemas políticos (la presencia de guarniciones aragonesas en ciudades castellanas y leonesas), que llevaron al país a la guerra civil, y sociales, por los nobles y también por la presión almorávide.
La orden de Cluny, la nobleza, Enrique de Borgoña rey portugués y los magnates gallegos se opusieron a la unión con Aragón, el clero y la nobleza castellana apoyaron a Urraca, y la burguesía era partidaria de Alfonso el batallador.
En 1109 se llegó a un acuerdo de gobierno conjunto y de normas sucesorias, a principios de 1110 la reina y el rey discutieron tan gravemente que doña Urraca optó por abandonar León y refugiarse en el monasterio de Sahagún, en espera de que las bulas pontificias llegasen. Y Urraca mantuvo relaciones con el conde de Candespina, Gómez González, con quien tuvo un hijo.
Tal vez ello explique la reacción de Alfonso el Batallador: en septiembre de 1110, la prendieron y la encerraron. Alfonso formó un ejército para arrasar Castilla y tomó todas las plazas fuertes del reino, incluyendo Toledo, Sahagún, Burgos, Palencia, Osma y Orense. El conde de Candespina se las arregló para liberar a Urraca. Pero ella supo que los nobles gallegos habían secuestrado a su hijo el príncipe Alfonso.
Enrique de Borgoña, rey de Portugal y cuñado de doña Urraca, se alió con Alfonso el Batallador, formaron un ejército conjunto que se enfrentó al castellano en la batalla del Campo de Espino en abril de 1111, contra las tropas dirigidas por Gómez González, conde de Candespina, y doña Urraca. La victoria sonrió al Batallador y a su aliado portugués, y el conde de Candespina, halló la muerte.

El Batallador entró triunfalmente en Toledo, lo que molestó a su aliado portugués Enrique de Borgoña. Y se le ocurrió una entrevista secreta con doña Urraca para pasarse a su lado y combatir juntos a Alfonso el Batallador, para lo cual el portugués contó con la presencia de su esposa Teresa, que era hermana de Urraca.
Las hermanas no se podían ni ver. Y Urraca hizo una jugada extraña, reconciliarse con su esposo. Hecha pública la reconciliación los monarcas portugueses se enfurecieron, reaccionaron con furia. Aún quedaba la cuestión del infante Alfonso; la reina Urraca se entrevistó con los nobles gallegos. Se acordó el perdón para todos por los delitos y la proclamación de Alfonso que fue coronado rey de Galicia, en septiembre de 1111. El púber tenía 7 años todavía.
El monarca aragonés estaba furioso contra su mujer, pues reunió a su ejército y atacó, a mediados de octubre, a la comitiva gallega que transportaba al niño Alfonso hacia León. El noble Gelmírez pudo escapar hacia Galicia llevándose consigo a su nuevo rey.
Entre Urraca y El Batallador había nuevamente una guerra civil. Y el conde don Pedro de Lara se había convertido en influyente amante de Urraca. Hacia la primavera de 1112, Urraca pudo reunirse con su hijo en Galicia, donde también recibió apoyos, subsidios y tropas para enfrentarse a su esposo, que había cometido toda clase de tropelías en Castilla. Con la dirección de Pedro de Lara, las tropas de doña Urraca empujaron al ejército del Batallador hacia Carrión de los Condes.Una nueva reconciliación de los cónyuges, se llevó a efecto en 1112. Pero las desavenencias eran insufribles a pesar de la intermediación de un delegado papal.
En Castilla la guerra continuaba, las tropas castellanas dirigidas por Pedro de Lara, se habían hecho con el control de algunas plazas. Urraca sabía que las conquistas obedecían a que su marido se hallaba más preocupado por la situación en Aragón. Por ello, decidió recurrir al poderoso Diego Gelmírez.

Se vieron en mayo de 1113, y Gelmírez pidió que la diócesis fuese arzobispado con él mismo de arzobispo. Urraca le prometió ambas cosas a cambio de ayuda militar. En una acción conjunta, la guarnición aragonesa de Burgos fue sitiada por las tropas de Gelmírez, mientras que Pedro de Lara detuvo al ejército de refuerzo del propio monarca aragonés. Teresa (ya viuda de Enrique de Borgoña), en busca de una alianza con el rey de Aragón, le informó de que su hermana Urraca planeaba envenenarlo y hacerse con todos sus estados. Esta vez Alfonso el Batallador repudió a la reina Urraca, la expulsó de sus reinos y prohibió, bajo pena de muerte, que alguien le diese cobijo.
La ruptura definitiva en 1114 provocó un problema en todo el reino de Castilla, hastiado de las luchas militares. La alta aristocracia castellana, señores feudales, laicos y eclesiásticos cerraron filas hacia la reina, el embrión de la burguesía de los concejos castellanos apoyó siempre a Alfonso el Batallador. A partir de 1114 se abrió una etapa negra en el devenir de la reina Urraca.
Pero aún había otro problema mayor: Gelmírez, que con la ayuda del conde de Traba, impulsaba cada vez más la autonomía del reino de Galicia, esgrimiendo a Alfonso como baluarte, pues sabía que la reina jamás iría en contra de su hijo. Dos veces entró Urraca para prender a Gelmírez pero no lo consiguió. Gelmírez recurrió a la ayuda de Teresa de Portugal, que le envió tropas para que sitiasen a Urraca en un castillo fronterizo con Portugal. A su vez, Urraca logró que se uniesen a su causa los habitantes de Santiago de Compostela, hartos del gobierno despótico de Gelmírez. Urraca y Gelmírez firmaron una especie de tregua en Tierra de Campos a principios de 1117.
Pedro Froilaz, el conde de Traba se hallaba junto al ya adolescente Alfonso en Toledo, donde el futuro rey velaba sus primeras armas contra los musulmanes. Enterado de las noticias que venían del norte, el conde resolvió llevar a Alfonso a Galicia, donde el joven príncipe expuso sus derechos a la corona de Galicia y a la de Castilla, instando a su madre a la concordia. Así, en mayo de 1117, Gelmírez y Urraca firmaron el llamado pacto del Tambre, que puso fin a los conflictos bélicos y que, de manera más que evidente, consolidó el futuro de Alfonso en el trono castellano.
El mismo año de 1117, durante conversaciones entre reina y obispo en la capital se produjo un motín. Urraca y Gelmírez tuvieron que refugiarse en la torre del palacio episcopal, pues habían prendido fuego a la catedral en busca de venganza.
Cuando encontraron el escondite de reina y obispo, Gelmírez arrancó la capa a un pobre vagabundo y escapó embozado, trepando por los tejados. La reina Urraca fue violentamente atacada y despojada de sus ropas; pero aun así, en paños menores, plantó cara a los amotinados y les conminó a que expusiesen sus quejas, ayudando con ello a calmar la violenta situación. Finalmente, accedió a relevar a Gelmírez como señor jurisdiccional de la ciudad y a reponer la justicia. Otra muestra más de carácter fue el que no cumplió nada de lo prometido, sino que, con la ayuda del conde de Traba, llevó a cabo una violenta represión contra quienes habían protagonizado el motín. Pero jamás perdonó a Gelmírez y continuó con la persecución contra el obispo compostelano, al que llegó a hacer prisionero en 1121. Pero para entonces las cosas habían cambiado.
Alfonso, a la sazón un joven ya de veinte años, se armó caballero en la catedral de Santiago en 1124, lo que significó la retirada de Urraca. La indómita reina castellana falleció en Saldaña, en marzo de 1126, y su hijo heredó sin mayor problema el reino de Castilla y León como Alfonso VII (el Emperador se le llamaría)

sábado, 13 de mayo de 2023

JUAN PONCE DE LEÓN -DESCUBRIDOR DE LA FLORIDA (EE UU)

 

El rey Fernando el Católico en septiembre de 1514 escribió a Ponce de León: “Acatando los servicios que me habéis hecho y los que espero que me haréis, es mi merced y voluntad, por lo que a mi toca, que ahora y de aquí adelante para en toda vuestra vida seáis mi adelantado en las dichas islas Florida y de Bímini, que vos habéis descubierto, y en las otras islas y tierras que en aquellas partes descubrierais por nuestro mandado”. Este era el nombramiento de Juan Ponce de León como “adelantado” de la Florida, que en 1513 había descubierto. El documento se conserva en el Archivo General de Indias y es el primero donde aparece el nombre de Florida, ha sido editado en facsímil, y aporta, además, un apasionante relato de las aventuras de Ponce de León. Ponce nació hacia 1474 en Valladolid, en una localidad entonces adscrito al monasterio de Sahagún (León). Era probablemente hijo del marqués don Rodrigo Ponce de León. Se embarcó en el segundo viaje de Colón al Nuevo Mundo, en 1493, y recaló en la isla “La Española”, (lo que hoy es Rep. Dominicana y Haití) donde luchó en una revuelta de indios. Desde allí se veía la isla “San Juan”, como la llamó Colón, hoy Puerto Rico. Los indígenas de Boriquén (hoy Puerto Rico) creían inmortales a los españoles. Hasta que Uraioan, rey de la isla y señor de la provincia de Jaguaca, decidió hacer un experimento con Diego Salcedo, (antepasado del periodista Miguel De la Quadra-Salcedo). Se le proporcionó escolta para llevarle la impedimenta y al vadear unas aguas, los nativos lo ahogaron y llevaron el cuerpo ante su señor. Comprendieron así que los españoles eran tan mortales como las demás gentes. En 1508, ya Colón había muerto, el gobernador de La Española, Nicolás de Ovando, le encomendó su reconocimiento y llegó a un acuerdo para colonizar la isla y extraer oro de sus minas, siendo la mitad de lo que obtuviera para él y la otra mitad para el rey. Pero el hijo de Colón, que había reclamado los derechos arrebatados a su padre, había conseguido para sí la jurisdicción sobre todas las Indias en virtud de las capitulaciones de 1492. Y por lo tanto consiguió la sustitución de Nicolás de Ovando por él mismo, (Diego Colón) y se enfrentó a todos los hombres que habían prosperado a la sombra de Ovando, e hizo lo posible por socavar el poder de Ponce de León. A partir de entonces, el rey Fernando, que favoreció a Juan Ponce en cuanto pudo, le animó a centrar sus esfuerzos en nuevos objetivos. En 1512 el monarca firmó la capitulación para que descubriera y poblara la isla de Bímini

ESTATUA DE PONCE DE LEÓN EN SAN JUAN DE PUERTO RICO ---  El 3 de marzo de 1513 se dio a la vela en la isla de San Juan una armadilla formada por tres naves, con Ponce de León al mando. Tras pasar por el archipiélago de las Bahamas, puso proa al noroeste y el domingo 27 avistó una tierra, a la que llamó Florida, por haber sido hallada en Pascua Florida y tener “muy linda vista de muchas y frescas arboledas”, siguiendo la narración del cronista real Antonio de Herrera en el siglo XVII. Ponce de León siguió la costa hasta lo que se llamó Cabo de Corrientes porque allí el agua “tiene más fuerça que el viento y dexa ir los navíos adelante”. Acababa de descubrir la corriente del Golfo, que fue posteriormente utilizada por los navíos de la carrera de Indias en el Tornaviaje, llevado a cabo más de cuarenta años después del viaje de Magallanes por la expedición liderada por Miguel López de Legazpi, acompañado por el navegante Andrés de Urdaneta, donde se demostró empíricamente lo que ya se sabía, que la tierra era una esfera. Como dijimos, al año siguiente, el rey le concedió el título de “adelantado” de lo que entonces se creía eran las islas de Bímini y la Florida. Bimini es el punto más cercano en las Bahamas a los Estados Unidos. Fernando el católico desconocía que aquellas tierras eran parte del subcontinente norteamericano sobre el que nacerían los Estados Unidos de América. En 1514 volvió a España y recibió comisiones para conquistar el Caribe, y la supuesta Isla de Florida. Su expedición llegó a la isla de Guadalupe en 1515 pero cayó en una emboscada. Algunas mujeres y hombres bajaron a tierra y fueron asaltados matando a los hombres y capturando a las mujeres.

-------------ESTATUA EN MIAMI --------------- 
Ponce no acudió en su ayuda y puso vela a Puerto Rico donde se quedó hasta 1521. Ponce organizó en 1521 una expedición para colonizar La Florida con dos barcos que transportaban aproximadamente 200 hombres. Lleaba sacerdotes, agricultores y artesanos, también caballos y otros animales. Cerca de un gran campamento indígena en Bahía Espero, comenzó a construir una colonia. Durante 5 meses todo marchó adecuadamente pero los colonos pronto fueron atacados por los Calusa y Ponce fue herido por una flecha envenenada. Después de este ataque fueron en barco a La Habana, donde pronto murió a causa de la herida, en abril de 1521. Su tumba está en la catedral de Viejo San Juan, Puerto Rico, en un monumento erigido y costeado por el Casino Español de San Juan. Juan Ponce de León no creía en la racionalidad de los indios, por lo tanto eran incapaces de recibir la fe.

TRATADOS CON PORTUGAL A RAÍZ DEL DESCUBRIMIENTO

Para entender los acuerdos entre el reino de Portugal y el de Castilla-León, hemos de remontarnos a la Guerra de Sucesión Castellana entre a...