viernes, 29 de septiembre de 2023

CARLOMAGNO -LA MARCA HISPÁNICA

Las actuales Cataluña, Aragón y Septimania estaban, como el resto de la península habitada por hispano-romanos luego ya confundidos con los visigodos, llamados hispanogodos.
Como sabemos los musulmanes llegaron a la península Ibérica en el 711 y después de la conquista de al-Ándalus, se dirigieron a Francia y el valí de Hispania invadió Septimania (actualmente en Francia), estableció su capital en Narbona y en el 719 ofreció un pacto en los habitantes hispanogodos. Con el añadido de las nuevas tierras conquistadas, al-Ándalus quedó dividido en cinco áreas administrativas correspondientes a las actuales Andalucía, Galicia-Lusitania, Castilla y León, Cataluña-Aragón y 

Y se establecieron en esos territorios dominando fácilmente las regiones.
Sabemos que los francos detuvieron a los musulmanes en la batalla de Poitiers, que tuvo lugar el 10 de octubre de 732 entre las fuerzas comandadas por el líder franco Carlos Martel (abuelo de Carlomagno), y un ejército musulmán a las órdenes del valí de Al-Ándalus, cerca de la ciudad de Tours, en la actual Francia, aunque esta batalla está en entredicho, lo cierto es que los musulmanes no avanzaron. Los francos cristianos derrotaron al ejército musulmán. Este hecho frenó la expansión musulmana hacia el norte, desde la península ibérica y es considerada como un acontecimiento muy importante ya que impidió la continuación de la invasión musulmana por Europa. Además de haberse defendido y preservado la religión cristiana.
Por lo tanto los musulmanes se conformaron con lo conseguido hasta los Pirineos.
Ya en el año 714 tomaron Zaragoza y las ciudades que hallaron a su paso. Desde allí el general berebere Tariq fue enviado al alto Aragón, donde el hijo del conde Cassio le prestó vasallaje e incluso se convirtió al Islám, sin duda para conservar sus dominios. De ahí arranca la poderosa familio Banu Qasi (descendientes de Cassio). El año 714 fue ocupada por el sarraceno Musa y se convirtió en un centro musulmán importante llamado “Medina al-Baida Saraqusta” (Zaragoza la Blanca), que Carlomagno intentó ocupar sin éxito el año 788.
Mientras tanto Barcelona formó parte del al-Ándalus del año 718 al 801. En aquel tiempo, la ciudad fue conocida como (Barshilūna o Barshaluna). Estamos hablando, pues, de casi un siglo de historia.
Décadas después de Poitiers, en abril de 797 ya se habían producido contactos entre las autoridades militares de la Barcelona árabe, dirigidas por el comandante de la guarnición, y la cancillería carolingia de Aquisgrán. Aquellos contactos tenían el propósito de alterar el mapa de la Frontera Superior de al-Ándalus (el territorio situado entre el río Ebro y los Pirineos). Pero, en aquel propósito, cada una de las partes tenía un objetivo diferente. El gobernador Sa'dun, secundado por las oligarcas hispanogodos de la  ciudad, aspiraba a transformar “Barxiluna” en un emirato independiente. Mientras que Carlomagno ambicionaba completar el proyecto iniciado en tiempo de los reyes Pipino el Breve, (padre de Carlomagno), conquistar el territorio entre los Pirineos y el Ebro y crear un escudo defensivo contra las incursiones árabes, lo que posteriormente conocemos como la 

Marca Hispánica.

Todo se precipita a partir de la primavera del año 800, en una magna asamblea celebrada en Tolosa en que se tomó el acuerdo de conquistar Barcelona.
Carlomagno envió a su hijo y heredero el 3 de abril del 801, Luis el Piadoso, con sus tropas en Barcelona, y ponían fin a una efímera etapa de dominación árabe. Por lo tanto se produjo la batalla y los barceloneses, dirigidos por el musulmán Sa'dun, ofrecieron una resistencia encarnizada, las murallas ofrecían una protección segura, y  los francos tuvieron que resignarse a estrechar el asedio.  Esta situación se mantuvo durante el otoño y buena parte del invierno.
Durante décadas, el poder árabe no pasó de la existencia de una guarnición de un centenar de soldados, que nunca intervinieron en la vida cultural y económica de la ciudad.
Pero sorprendentemente, los barceloneses, abrirían las puertas de la ciudad al ejército franco; y aquel paisaje de relativa libertad e independencia desaparecería engullido por la nueva superestructura carolingia. Los barceloneses se entregaron a Carlomagno. Los hispanogodos, que estaban habitando sometidos por los musulmanes, previendo la inutilidad de su sacrificio, pactaron las condiciones de la rendición a espaldas de la guarnición árabe. El cambio de bando de las élites, las oligarquías de origen hispano visigodo es la razón que explica no sólo la conquista e incorporación de Barcelona al Imperio franco, sino el papel destacado que, inmediatamente, alcanzará la ciudad en el mundo político, militar, económico y cultural carolingio. Pero, también, nos revela que aquellas élites barcelonesas abandonaron a los árabes, convencidos de que los francos les darían el mismo trato que habían recibido las oligarquías locales de Nimes, de Narbona, de Carcasona, de Elna o de Gerona; durante la conquista carolingia de la vieja Septimania (737-785). En aquellos casos los indígenas debieron pactar con los conquistadores sobre la garantía de que se respetarían sus propiedades, leyes y autoridades inmediatas. El elemento indígena y visigótico fue, pues, una fuerza política ante la cual los reyes francos prefirieron contemporizar. He ahí la causa del generoso precepto de defensa y de inmunidad otorgado por Carlomagno a los barceloneses el año 801.

CARLOMAGNO 

La empresa carolingia de conquista del arco mediterráneo se hizo con una importante participación de los descendientes del éxodo de las actuales Tarragona y Narbona, que se habían exiliado al país de los francos durante la ocupación árabe (714-723). Mas adelante la segunda, tercera y cuarta generación de aquel exilio alcanzarían un papel protagonista en la reorganización de la nueva Marca de Gotia. Aquellos hijos del exilio a medida que avanzaba la conquista no fueron nunca vistos como extranjeros por la población indígena.
Los francos dieron el nombre de Gotia (en latín, Gothia) a la región habitada por los visigodos en la región pirenaica y que cayó en poder musulmán a partir del 759 hasta la conquista de Barcelona en 801. Se aplicaba tanto a la Septimania como a la hoy llamada Cataluña Vieja. Lo que se conoce como la “Marca Hispánica”. El nombre de Gotia se usó entonces porque esta zona había sido parte del reino visigodo desde el siglo V y muchos nobles visigodos se habían refugiado en la zona tras la conquista musulmana de la península Ibérica.
Fue un territorio en el cual Carlomagno en 795creó una zona de control franco, más allá de la antigua provincia de Septimania del desaparecido Reino visigodo de Toledo, como una barrera defensiva entre los omeyas de Al-Andalus y el Imperio Carolingio franco (ducado de Gascuña, ducado de Aquitania y la Septimania carolingia). La Marca Hispánica no tenía una estructura administrativa unificada propia.
Era el territorio ganado a los musulmanes en contraposición a la Marca Superior andalusí, e iba de Pamplona hasta Barcelona. Los condados más importantes fueron los de Pamplona, (poco después en reino), Aragón, constituido en condado independiente en 809; Urgel, importante sede episcopal y condado con dinastía propia desde 815; y el condado de Barcelona, que se convirtió en hegemónico sobre los de Ausona y Gerona, colindantes.
La Gotia estuvo ocasionalmente regida por duques. El duque (dux) era uno de los condes del territorio que había conseguido regir varios de los condados vecinos. Barcelona era una pequeña ciudad recluida en su muralla de la época romana (siglos III e IV).  La Barcelona de la plenitud romana había reunido una población de 5.000 habitantes. Pero las crisis urbanas que anticipaban el colapso del imperio romano. Y la Barcelona del año 801 no tenía más de 2.000 habitantes; y su trama urbana había dejado amplias zonas deshabitadas que se destinaban a espacios de cultivo. No obstante; aquella Barcelona minúscula conservaba la memoria y el prestigio de la época que había sido sede regia de la monarquía visigótica.
El 28 de diciembre de 801, ocho meses después de la incorporación de Barcelona al mundo carolingio, la cancillería de Aquisgrán nombraba a Bera primer conde de la ciudad y del territorio. Barcelona había recuperado su condición de capital condal y capital diocesana de la época visigótica (siglos V-VIII). Y Bera, primer conde carolingio, era un descendiente, por lado materno, del exilio “pre-catalán” al país de los francos. En aquella primera fase (primeras décadas del siglo IX) la cancillería carolingia, plenamente consciente de que estaba construyendo el aparato de dominación sobre un territorio aliado, pero extranjero (la Marca de Gotia) fue muy estricta en el cumplimiento de los pactos, y priorizó el nombramiento de condes indígenas o semi-indígenas; no sólo en Barcelona, sino en el conjunto de aquellos nuevos condados.

LA VIDA EN UN CASTILLO MEDIEVAL

Los castillos, por lo general, estaban situados en un alto, dominando el pueblo y la comarca. Estaban situados cerca de una villa, en lo alto de una colina. Otras veces en un peñasco de difícil acceso. Los llamados castillos roqueros.



Cuando había un ataque enemigo la gente abandonaba las casas y se refugiaba en el castillo. Allí vivía el asedio aglomerada en la plaza de armas, los hombres ayudando en la defensa y las mujeres recluidas en los sótanos junto con los viejos y los niños, como lugar más seguro, pero aterrados testigos por lo ruidos de la batalla, las quejas de los heridos, etc. Solo al final, con el triunfo o la derrota abandonaban la población el castillo. Ya sabían que sus casas habrían sido quemadas y sus huertas arrasadas, sus animales muertos y lo habrían perdido todo. Pero al menos salvaban la vida y podrían volver a empezar. La nobleza era poseedora de una porción de tierra concedida por el rey donde se contaba con servidumbre propia (los vasallos), y eran éstos señores feudales los que levantaban los castillos donde sus vasallos cultivaban la tierra y criaban animales. También estaba presente el clero, que establecía las reglas del lugar en función de la religión católica. En la Península Ibérica, algunos castillos pasaban a pertenecer a los musulmanes o cristianos de forma alternativa en sucesivas ocasiones según las circunstancias. Fundamentalmente durante la Reconquista, no siendo sólo entre musulmanes y cristianos, sino entre los propios reinos de taifas musulmanes entre sí y entre los propios reinos cristianos entre sí. Entre las dependencias de los castillos cristianos existían, la capilla, lugar sagrado del interior del castillo, un salón principal, donde la nobleza ofrecía sus banquetes en eventos especiales a sus invitados, los patios de armas, donde además de la preparación militar se celebraban las festividades populares.

La torre del homenaje era la construcción más característica y dominaba todo el conjunto. Servía como residencia del señor, ya fuera rey o noble. Tenía la posición más protegida, de forma que si en un ataque caían el resto de las defensas, esta torre proporcionase un último refugio. El tamaño de la cocina era equivalente a su importancia en la zona. Además de una cocina, era frecuente que contaran con una panadería propia y también se situaba una cervecería, bebida importante en el medioevo. Uno de los problemas más grandes era el frío. Como inicialmente los castillos se construyeron de piedra, eran terriblemente gélidos. Eran oscuros, pues las ventanas se hacían pequeñas por seguridad. Las paredes estaban cubiertas de tapices y los suelos aún en las residencias regias era simplemente paja, recurriendo a braseros hasta la invención hacia el siglo XIII de las chimeneas murales de alfombras, que protegían del frío y contribuían a aumentar la imagen de prestigio y poder. Cuando llegaba la noche se recurría a los candelabros, las lámparas, las velas y las lucernas para iluminar en la oscuridad. Siglos después se extendió el uso de las chimeneas. La alimentación era a base de carne, jabalí, pavo, cisne y el cerdo. Acompañaban la carne con una diversidad de piezas de pan y empleaban las manos. También era común consumir vegetales frescos. El uso de las especias, para potenciar el sabor o disimular los alimentos de dudosa frescura, fue un recurso muy utilizado. Los utensilios básicos eran los platos de madera, cerámica o metal, también las cucharas y cuchillos de metal, y por último los vasos y copas de oro, plata, bronce o cristal. Había aguamaniles para limpiar las manos. El agua se servía en puntos específicos del castillo. Generalmente se colocaba una cisterna en algún punto elevado con conexiones que llevaban el líquido hasta lugares más bajos. CASTILLO DE LOARRE 
También contaban con pozos desde donde se extraía el agua del subsuelo. El baño representaba una de las mayores dificultades a la hora de vivir en un castillo. A las gentes no les preocupaban sus desechos, y la verdad es que no les importaron durante mucho tiempo. Solían hacer sus necesidades en pozos que daban a lado exterior del castillo o en el foso que lo circundaba. Como el agua se estancaba, el hedor era espantoso. La mayoría de los castillos no contaban con calabozos para mantener prisioneros. Luego se fue pensando que podría resultar “interesante” para un señor feudal mantener prisioneros en su propiedad. Lógicamente los caballos eran el medio de transporte más veloz en aquellos tiempos así como un medio de comunicación, además resultaban imprescindibles en batalla. Por esto, cada señor feudal que se respetara requería de un número elevado de estos animales y de un lugar propio para su crianza. Los famosos fosos de agua, en realidad eran pocos los castillos que contaban con un foso natural, por lo que se hacía necesario construir uno de forma artificial. En estos casos, como el agua se estancaba y los desperdicios se vertían al agua, ésta se pudría. Pero en los castillos en que había que subir una empinada colina, no tenían foso. Las torres redondas eran mucho más seguras que las cuadradas. Al levantarse por encima de la muralla ofrecían una visión amplia de la región y zonas ideales de disparo para los arqueros. La mayoría de los castillos contaba con portones muy elaborados, con varias puertas y, a veces, con el famoso puente levadizo. En la Península Ibérica se edificaron alrededor de unos 6.000 castillos, tanto musulmanes como cristianos, de los cuales España mantiene, algunos bien, otros en ruinas y muchos a medias, unos 3.000 en total. El paso del tiempo ha causado que algunos prácticamente hayan desaparecido, aunque otros han podido vencer el trascurrir de los siglos, superando guerras, abandonos y expolios. Los castillos no eran solo fortalezas, sino que podían realizar tareas de centros administrativos de la región que controlaban, siendo donde se recaudaban las rentas, se impartía justicia, se ejecutaba las sentencias, etc. La piedra era el material con el que estaban realizadas la mayor parte de las estructuras, aunque algunas de estas dependencias empleaban además la madera, el ladrillo o el adobe. Los reyes se caracterizaban porque no vivían en un lugar fijo y de hecho no solían estar en un sitio más de unas pocas semanas. Se trasladaban constantemente de castillo en castillo, con una extensa corte que podía ser de cientos de personas. Iban junto a muebles, vestidos, tapices, etc. CASTILLO DE MANZANARES EL REAL 
Los castillos o fortalezas eran muy difícil de tomar. Una de las pocas formas de poderlo conseguir era mediante un asedio a través del que se creaba un cerco que impedía salir a sus moradores. Pero era una tarea muy ardua ya que los asedios se planificaban para durar meses o incluso años. Se creaba un campamento en su entorno, atacando y esperando que se rindiesen al quedarse sin alimentos ni agua con los que resistir. La rendición quizá podía pactarse a conveniencia de ambos bandos o en caso contrario unos debían seguir atacando, que también era complicado y muy costoso y otros seguir resistiendo por si llegaba ayuda o el enemigo abandonaba. Muchas veces el sitiador conseguía entrar y arrasaba absolutamente todo, normalmente sin hacer prisioneros. También se excavaban túneles hasta llegar bajo las murallas, en los que se acumulaban maderas para incendiar y debilitar la consistencia de estas. Los ataques con arietes para derribar la puerta principal. La invasión mediante escalas, las torres de asalto para llegar a lo alto de las murallas. Además de envenenar las aguas, arrojar al interior restos humanos y animales contaminados con enfermedades o restos descuartizados de prisioneros. Con frecuencia había un pasadizo secreto de huida. Las murallas, junto a las defensas naturales en caso de que las hubiese, rodeaban todo el recinto. En la parte superior de las murallas estaba el adarve, una zona transitable y resguardada por almenas. Las murallas, que solían estar rematadas por almenas, eran muy anchas y altas para soportar los impactos de la artillería. Estos gruesos muros podían tener cierta inclinación; eran los taludes, que ofrecían mayor resistencia a los proyectiles. A lo largo de las murallas y torres había pocos vanos al exterior, siendo en forma de saeteras y troneras desde las que se podían disparar flechas y demás proyectiles. Otro elemento de defensa en los muros eran los matacanes, que consistían en balcones o espacios salientes desde donde se arrojaban materiales como piedras y brea, arena calentada al fuego o bien mezclas incendiarias a base principalmente de cal viva, azufre, brea o aceite de roca. Los señores empleaban gran cantidad de tiempo en cacerías en los bosques cercanos. Había también juegos de torneos y justas, que solían llevarse a cabo fuera del castillo, en los que los participantes simulaban que estaban luchando. Los castillos comenzaron a perder su importancia militar con la llegada del uso de la pólvora. Al principio los cañones eran complicados de manejar y de poca efectividad, pero fueron mejorando y debilitando la resistencia de los castillos. Éstos fueron transformándose en construcciones palaciegas para reyes y nobles. Por este motivo muchos reyes fueron destruyendo algunos castillos, ya que la nobleza llegó a obtener mucho poder en las comarcas, debilitando las decisiones reales.

miércoles, 27 de septiembre de 2023

EL ARTE ROMÁNICO ESPAÑOL

El arte románico en Europa fue una manifestación del cristianismo de la Edad Media. Fue un arte religioso que reflejó la sociedad medieval, que a la vez era guerrera y cristiana. Romana, prerromana, bizantina, germánica y árabe. No era solo de una región sino que paulatina y simultáneamente se fue introduciendo en las diferentes regiones de Europa, con las características propias. La prosperidad y la renovación inspiraron gran cantidad de obras, iglesias y catedrales. 

Las órdenes religiosas como la del Cluny y la del Cister construyeron monasterios y el Camino de Santiago aportó influencia en la religión y en la arquitectura. Se edificaron con la aportación también de los aldeanos con dinero y trabajo. Artesanos y arquitectos especialistas, picapedreros, etc. El Arte Románico penetró en España en el siglo XI por los Pirineos y se extendió por el norte del país a través del Camino de Santiago. Este estilo artístico tiene unas características comunes en Europa, aunque en España mantiene un cierta personalidad propia. Fue influida en la península por las tradiciones culturales y lógicamente el arte andalusí. Gran parte de sus construcciones las encontramos en los cascos antiguos de las ciudades, haciendo ver el lugar con el atractivo medieval. La Ruta del Románico en el valle de Boí, entre El Pont de Suert y Taüll, en los Pirineos de Lérida conserva un grupo de templos de los siglos XI y XII, que fueron declarados Patrimonio de la Humanidad por la UNESCO. Entre ellos destacan las iglesias de San Clemente y la de Santa María de Taüll. Hay que destacar la Catedral de San Pedro de Jaca, el castillo de Loarre, la fortaleza mejor conservada de Europa. En Castilla y León se encuentra Santo Domingo de Silos, en Burgos, con su monasterio benedictino, cuyo claustro está considerado una de las obras maestras del románico español.

CASTILLO DE LOARRE 
En la Ruta del Románico Palentino, se reúne la mayor concentración de iglesias y ermitas románicas de toda Europa. Frómista alberga la iglesia de San Martín de Tours una de las cumbres del románico en España y Europa, Carrión de los Condes, villa muy importante en su tiempo. Zamora está considerada la capital del románico ya que conserva el mayor conjunto de construcciones de este estilo de toda España. En Asturias la Ruta del Románico cerca de Oviedo podemos admirar obras prerrománicas como Santa María del Naranco. Galicia, con su Catedral de Santiago de Compostela al frente, está repleta de monumentos y edificios de un gran valor, que destacan por su calidad artística. El Pórtico de la Gloria, de la Catedral es la obra cumbre de la escultura románica. España es el tercer país del mundo con mayor cantidad de bienes declarados Patrimonios de la Humanidad. El turismo cultural ha hecho que nos visiten cerca de 8 millones de personas por motivos culturales, a los que hay que agregar unos 13 millones del turismo interior

LA CATEDRAL DE JACA 
El origen de la catedral y su relación íntima con la villa de Jaca debe situarse en ese mundo de las peregrinaciones jacobeas, tremendamente rico en flujos e intercambios de personas, productos e ideas, y en un preciso momento histórico en el que los reinos cristianos hispanos luchaban contra el invasor musulmán y avanzaban lentamente desde la montaña hacia el valle dejando a su paso testimonios de la fe restablecida. Así, conquistada Jaca a comienzos del siglo X, inmediatamente se amuralla y se organiza su vida religiosa mediante la fundación de un viejo monasterio puesto bajo la advocación de San Pedro (llamado luego el Viejo, para diferenciarlo de la propia catedral, que recibió el mismo nombre).

IGLESIA DE SAN MARTÍN DE TOURS es un templo iglesia católica construido en el siglo XI en Frómista, en la provincia de Palencia, España, que está situado en el Camino de Santiago. Iglesia de San Martín de Tours pertenece al estilo románico y está considerado como uno de los principales prototipos de románico en Europa. Construida en la segunda mitad del siglo XI por orden de doña Mayor de Castilla, como parte de un Monasterio de San Martín. l arte asturiano se manifiesta principalmente en la arquitectura y recoge pocos elementos de tradición visigoda, pero con aportaciones del Bajo Imperio Romano e influencias carolingias, así como artes aplicadas de tinte oriental bizantino. Se extiende principalmente durante los siglos IX y X; es un arte que se da básicamente en el reino de Asturias, de ahí su nombre, y destaca también por la ausencia de cualquier influencia musulmana.

SANTA MARIA DEL NARANCO Mandado construir por el rey Ramiro I de Asturias (842-850) en las faldas del Monte Naranco como edificio palatino. Muy cerca también manda construir la Iglesia de San Miguel de Lillo. Ambas construcciones formarían parte de un amplio complejo palatino de este rey, como lugar de descanso y recreo, no como sede permanente de la corte. Características de Santa María del Naranco es el uso de la bóveda de cañón, los contrafuertes y la utilización de arcos fajones para la sujeción de las bóvedas. Aunque es una edificación en su origen palatino, el factor religioso impregna toda la construcción. Destaca también por el uso de columnas con el fuste sogueado típico del arte asturiano, y la utilización de medallones y fajas como elementos decorativos.

CATEDRAL DE SANTIAGO La construcción de un sitio destinado a rendir culto a los restos del apóstol Santiago, tiene sus raíces en torno al siglo II, en un mausoleo pagano de Compostela (Campo de Estrellas) que contenía los restos de dos mártires cristianos. Este edificio sepulcral, despertó el interés del obispo Teodomiro, quien en torno a 829, identificó los restos como pertenecientes al apóstol Santiago y a dos de sus discípulos, Atanasio y Teodoro. Durante un tiempo, por decisión del papa Nicolás I, la iglesia sirvió de concatedral junto a la de Iria Flavia, pero fue el 5 de diciembre de 1095 cuando por fin los fieles pudieron conocerla como la gran catedral de Santiago. Siguiendo el patrón de la época, una cruz latina con tres naves en cada uno de los brazos sirvió de estructura a la planta. La obra culminó el Románico, pero como siguieron produciéndose reformas y construcciones, quedó abierta a los estilos que traían los nuevos tiempos. La construcción de la Catedral comenzó en torno a 1075, promovida por el obispo Diego Peláez. Tras derruir una parte de las antiguas construcciones, el sepulcro pasó a figurar en el presbiterio y más tarde, bajo el auspicio de Diego Gelmírez, el cual impulsó las obras del primitivo claustro, los trabajos se mantuvieron de forma intermitente, hasta quedar completada en 1105.

IGLESIA DE SAN CLEMENTE DE TAHULL Situada en el Valle de Bohí, en Lérida. Fue consagrada el 10 de diciembre de 1125 según consta en una inscripción hallada en una columna que se conserva en el Museo Nacional de Arte de Cataluña. De planta de tres naves, techumbre de madera. Decoración lombarda del exterior que denota la inspiración de Mantua y Verona

lunes, 25 de septiembre de 2023

FERNANDO VI - UN REY PACÍFICO

Felipe V, en enero de 1724 abdicó en su hijo Luis, casado con Isabel de Orleans, pero enfermó y murió ocho meses después. El sucesor debería haber sido su hijo Fernando, pero para algo estaba la Farnesio, la reina  consorte de Felipe, la gran manipuladora del momento, que impidió y consiguió que el propio rey volviera a gobernar. De esta manera Fernando pasó a ser Príncipe de Asturias (heredero a la corona). Ventidós años estuvo en esa situación, en que la reina era la que marcaba el paso de todos los movimientos de la corte y Fernando y su esposa, Bárbara de Braganza, vivieron en una jaula de oro, aislados y con pocas visitas. Los príncipes no podrían recibir a otros embajadores que los de Francia y Portugal. A todo esto la salud mental del rey Felipe V iba deteriorándose rápidamente. Hasta que el 9 de julio de 1746 murió el rey. Una semana tardó Fernando en ordenar a su madrastra, mala como la de Blancanieves a que debía abandonar el palacio real y se marchara junto con sus hijos. Más adelante fue desterrada de Madrid y enviada al palacio de La Granja de San Ildefonso, no sin la protesta de ella, tratando de enmendar sus decisiones, a lo que el rey respondió “Lo que yo determino en mis reinos no admite consulta de nadie antes de ser ejecutado y obedecido”


Cuando Fernando VI llegó al trono, España se encontraba en la Guerra de Sucesión Austriaca, que terminó con la Paz de Aquisgrán en1748. Fernando deseaba una reforma completa del estado de cosas y su meta era una neutralidad manifiesta en Europa. Las reformas debían de empezar de inmediato y contó con hombres de talla para realizarlas. Fernando VI “Paz con todos, guerra con ninguno”. Ese fue el lema que empleó el rey para definir su pensamiento. El reinado, desde 1746 hasta 1759 tuvo como propiedad todo alejamiento bélico, y ese pacifismo activo fue especialmente importante para revitalizar la Hacienda Pública y completar el proceso modernizador de la administración del Estado Para esta tarea contó con importantes hombres, magníficos ministros que estudiaban los proyectos y los sometían a la aprobación del rey, que luego se encargarían de mandar ejecutar. 

Destacó José de Carvajal, uno de los mejores conocedores de la política europea de mediados del siglo XVIII. A su lado trabajó también Zenón de Somodevilla, más conocido por el Marques de la Ensenada, persona dinámica, creador del catastro y negociador del Concordato con la Santa Sede en 1753. Mediante este pacto se limitó las cantidades de dinero que se enviaban a Roma, al mismo tiempo que se reforzó el patronato regio, lo que permitió al rey ser el que designaba a la mayoría de las figuras del clero. Mediante la ordenanza del 2 de julio de 1751 prohibió la masonería Ensenada, además encontró satisfacción en la potenciación de la flota naval española. Se ampliaron los astilleros de Cádiz, El Ferrol y Cartagena y contrató de forma  clandestina a ingenieros y capataces ingleses, que tenían prohibida su salida de la isla dado sus conocimientos navales. Fomentó la agricultura nacional, abrió canales de riego, perfeccionó los transportes y comunicaciones, restauró la Real Armada y protegió cuanto tenía que ver con las artes y las ciencias: uno de esos grandes hombres, resumiendo, con los que España y los españoles tenemos una deuda inmensa y del que, por supuesto, para no faltar a la costumbre, ningún escolar español conoce hoy el nombre. El rey siguió con la costumbre de nombrar ministros competentes, gente capaz, ilustrada, con ganas de trabajar y visión de futuro, que pese a las contradicciones y vaivenes del poder y la política hizo de nuestro siglo XVIII, posiblemente, el más esperanzador de la dolorosa historia de España. En aquella primera media centuria se favoreció las ciencias y las artes, se creó una marina moderna y competente, y bajo protección real y estatal se fundaron las academias de la Lengua, de Medicina y la Biblioteca Nacional. Pero todos esos triunfos y avances tuvieron su resistencia, el interior fue el sector más reaccionario de la Iglesia que veía la Ilustración como quién ve a Satanás. Entre la propia clase eclesiástica había gente docta y leída, con ideas avanzadas. El problema era que la ciencia, les desmontaba dogmas y consignas para ellos irrefutables. Pasó, por ejemplo, la barbaridad de Jorge Juan que era un humanista, ingeniero naval y científico, junto con Antonio de Ulloa, que fue un naturalista, militar y escritor, los dos marinos científicos más brillantes de su tiempo, a la vuelta de América para medir la longitud del meridiano terrestre demostrando que la Tierra está achatada en los polos, reformando el modelo naval español. Y así llegó a darse la circunstancia siniestra de que en algunos libros de ciencia figurase la pintoresca advertencia: "Pese a que esto parece demostrado, no debe creerse por oponerse a la doctrina católica". Pese a todo, hombres doctos y valientes, algunos fueron dignos eclesiásticos, dieron en la correcta dirección pese a las trabas y peligros; como cuando el Gobierno decidió implantar la física newtoniana en las universidades y la mayor parte de los rectores y catedráticos se opusieron a esa iniciativa, o cuando el Consejo de Castilla encargó al capuchino Villalpando que incorporase las novedades científicas a la Universidad, y los nuevos textos fueron rechazados por los docentes. El rey Fernando VI en sus 13 años de reinado, intentó siempre por todos los medios mantener la neutralidad de España en los conflictos entre Francia e Inglaterra que intentaron su implicación, primero Francia conquistó Menorca a los ingleses y la ofreció a España a cambio de su alianza, más tarde Inglaterra ofreció Gibraltar  a cambio de su alianza contra Francia, Fernando VI había visto tantas guerras innecesarias, provocadas por las ambiciones de su madrastra, que evito su implicación en cualquiera por muy bien que le sirviesen las propuestas. Fernando sufría, como su padre, crisis de melancolía, carácter indolente y una esposa a la que idolatraba, Barbara de Braganza. Por el origen portugués de ella, tradicional aliado de Inglaterra, esto tuvo mucho que ver con la neutralidad española en la guerra de los Siete Años. Cuando ella murió, en 1758, Fernando se volvió tremendamente melancólico, (con lo cual le quedó el mote) permaneciendo encerrado  en Villaviciosa de Odón (Madrid), donde paso a sumirse en profunda locura. Un año el Estado pudo mantener el tono vital gracias al impulso creado en años anteriores. 


Desde el Palacio de la Granja Isabel de Farnesio seguía a los suyo, preparando la coronación de su hijo Carlos, rey de Nápoles para ser rey de España. Fernando murió el10 de agosto de 1759 y al no tener descendencia fue sucedido por su hermano de padre, el futuro Carlos III, hijo de la Farnesio.

domingo, 24 de septiembre de 2023

ISABEL II - CLAROSCUROS DE SU ETAPA

"La de los Tristes Destinos"  Título de una de las novelas de la serie de Pérez-Galdós, "Episodios Nacionales". Es verdad que su vida ya desde niña fue un cúmulo de problemas. Regida por su madre y luego rodeada de interesados políticos y espadones. El reinado de Isabel II fue una precariedad política. Hubo de nombrar en total 32 Jefes de Gobierno. No obstante la etapa de Isabel fue fecunda en otros campos. Se construye el ferrocarril, cuya primera línea unía Mataró con Barcelona. El entramado del capitalismo se desarrolló, como por ejemplo con la Ley de Bolsa o la constitución de Bancos de emisión. Se concretó la regulación del orden público mediante la promulgación del Código Penal y la creación de la Guardia Civil. No obstante Isabel siempre fue ajena a todos estos cambios. Incapaz de comprenderlo, por su falta de preparación para tan alta responsabilidad. De la familia real podemos destacar a su sexto hijo, que sería el futuro Alfonso XII. Como decíamos, teníamos una reina casi analfabeta, caprichosa y aficionada a los fornidos palafreneros, unos militares ambiciosos metidos en políticos, unos políticos metidos hasta las orejas en la corrupción. Pronunciamientos militares y revolucioncitas parciales de Narváez y O'Donnell, con el acuerdo de un tercero llamado Espartero, para inventarse dos partidos, liberal y moderado, que se fueron alternando en el poder; y así todos disfrutaron, por turnos. Aquella pandilla de sinvergüenzas se fue repartiendo España durante cierto tiempo. Jefes de gobierno sobornados por banqueros extranjeros. Farsas electorales. Votos comprados y muertos que votaban. Represión, destierros al norte de África, Canarias o Filipinas, a jóvenes soldados obligados  a luchar con clara inferioridad en todos los sentidos. Mientras y de paso la oligarquía catalana se forró el riñón de oro con la industria textil. Si había protestas obreras se la reprimía vía ejército y a otra cosa, que lo de ser español en Cataluña fue buen negocio en lo del trabajo sucio. Por su parte, las Provincias Vascongadas, que así se llamaban salvo alguna intentona carlista, estaban tranquilos. Sabino Arana con su eslogan de vascos buenos y españoles malvados, y la industrialización, sobre todo metalúrgica, todavía no había aparecido. A nadie se le ocurría hablar de independencia ni asesinar españolistas, con el cinismo de la burguesía. En otras palabras, la burguesía y la oligarquía vasca y catalana, igual que las de Murcia o de Cuenca, estaban integradas en la parte rentable de aquella España que, aunque renqueante, iba hacia la modernidad. Surgían ferrocarriles, minas y bancos, la clase alta terrateniente, financiera y especuladora cortaba el bacalao, la burguesía creciente daba el punto a las clases medias, y, esto era lo jodido, los obreros y campesinos analfabetos fueron manipulados y explotados a gusto por los caciques locales, quedándose fuera de toda fiesta pero entregando a sus hijos para guerras coloniales, para arar o para llevar un mísero sueldo a casa. Esto producía cabreo muy justificado, que era frenado por la intervención policial y por jueces corruptos, por políticos demagogos. Mientras reinaba Isabel, por decir algo. 


Nada nuevo bajo el sol, como digo, políticos jueces, alcaldes, militares todos en la degradación moral. Esto hizo que sea tan evidente la inutilidad de una reina que lo único que hacía bien, por lo visto, era follar y comer soberbios cocidos en Casa Lhardy . La gentuza instalada en las Cortes se había convertido en forajidos políticos. Se consiguió una farsa de administración y Justicia. Nadie escuchaba la voz de los desfavorecidos que a base de palos y demagogia iban a la guerra a veces cobrando para que no fuera el hijo del rico. Las campañas militares en que anduvo España, como la guerra del Pacífico, la intervención en México, en la Conchinchina y en Italia para ayudar al papa, eran para lamerle las botas a las grandes potencias que por interés nacional. Pero por debajo de toda aquella basura monárquica, política, financiera y castrense, algo estaba cambiando. El pueblo llano estaba hasta los escrotos de que le tomaran por el idiota útil. Las urnas no sirven para nada a un pueblo analfabeto. Y alguien lo pensó, la cultura es lo único que puede hacer que esto vaya cambiando. Algunos heroicos hombres y mujeres se empeñaron en crear mecanismos de educación popular. Escritura, lectura, ciencias aplicadas a las artes y la industria, emancipación de la mujer, empezaron a ser enseñados a obreros y campesinos en centros casi clandestinos. Ayudaron a eso el teatro, y la gran difusión que los libros y periódicos, novelas y publicaciones de todas clases, que a veces lograban torear a la censura. Se pusieron de moda los folletines por entregas publicados en periódicos, y la burguesía y el pueblo bajo que accedía a la lectura los acogieron con entusiasmo. Y así hubo estallidos revolucionarios serios, como el de 1854, resuelto con metralla. Creciente conflictividad obrera, como la primera huelga general de nuestra historia, que se extendió por Cataluña ondeando banderas rojas con el lema “Pan y trabajo”, anuncio de lo que se venía. Las represiones en el campo y la ciudad fueron brutales, y si a eso le sumamos la injusticia que imperaba, hizo que, muchos se echaran al monte a lo Curro Giménez. Policía militar para el medio rural utilizada para la represión. La monarquía era un desastre, y los burgueses veían que esto se les estaba yendo de las manos. Por lo que cuando el equipo pierde se cambia al entrenador y a ver qué pasa. Vamos a poner a otro para seguir nosotros. Isabel sobraba desde hace rato, y bueno pues a grandes males, grandes remedios. En 1868 se produjo la famosa revolución que se llamó “La Gloriosa” que puso las cosas muy difíciles a Isabelita, y aunque se revolvió como gato panza arriba, perjudicando todavía más al país, gobernó hasta 1870, cuando abdicó a favor de su hijo. Se fue a País, donde largó sapos y culebras por la boquita, todo lo que pudo, poniendo a parir al personal, Finalmente murió en París, el 9 de abril de 1904. Las cosas cambiaron, pero eso es otra historia. 

sábado, 23 de septiembre de 2023

EL ÚLTIMO VIAJE DE COLÓN

 Empezó en la primavera de 1502. A final de junio llegó a lo que es hoy la República  Dominicana. Allí había sido gobernador, pero ya no le permitían bajar a tierra siquiera. Los reyes le habían permitido sólo ser expedicionario. Descubrir tierras, levantar mapas. Fue un mal gobernante y no supo mantener el orden ni con los españoles en tierra ni con los indios, pero era un gran marino. Allí Colón dijo al gobernador que se aproximaba un gran huracán, cosa que no le creyeron  porque pensaron que era una excusa para bajar a tierra. El gobernador necesitaba mandar una flota hacia España, y desoyendo las indicaciones del almirante envió a las embarcaciones que se encontraron con el huracán que hundió casi toda la flota. Colón se había marchado y se refugió penosamente, pero quedaron las naves muy dañadas.


Su objetivo seguía siendo navegar hacia las tierras de oriente yendo por occidente. Navegaron hasta encontrar tierra y llegaron a la actual Honduras. Fueron costeando hasta lo que es Panamá. Allí encontraron un gran bahía, una entrada que daba un paso hacia oriente.  Pensó que había dado con un foso que abriría el paso al para cruzar por mar hacia el otro lado. El pasaje llegaba solo hasta una laguna, hoy llamada Se marcharon de allí y durante más de dos meses navegaron por un mar embravecido Chiriquí. Las naves estaban en un estado lamentable. Se refugiaron unos días, arreglaron como pudieron las embarcaciones y penosamente regresaron en lo que es la entrada del canal. Si hubiera explorado por tierra junto al río hubiera visto el otro lado, lo que consiguió Núñez de Balboa diez años después, en 1513, ver el océano Pacífico.
Siguieron hasta que el 24 de febrero de 1503, Colón fundó el primer asentamiento español en territorio continental, Santa María de Belén. Los españoles tuvieron frecuentes conflictos con los indígenas, por lo que el hermano del almirante, Bartolomé ordenó el arresto del rey Quibián y toda su familia. El monarca logró escapar arrojándose al río desde la canoa donde se encontraba encadenado, por lo que sus captores lo creyeron ahogado. Una vez en tierra, logró convencer a las demás tribus de atacar Santa María de Belén. Lograron una alianza de paz con varias tribus indígenas, principalmente con la del rey Quibián de Veragua (actual República de Panamá), el que se entrevistó con Colón a bordo de una de sus naves.  Luego de varios exitosos ataques por parte de los indígenas, Santa María de Belén fue abandonada por sus habitantes, quienes partieron nuevamente a España. 
REPLICA DE LA SANTA MARÍA 

Colón, por otra parte, ya con 51 años y con artritis parte con dos carabelas, la Capitana y la Santiago, y dos naos, el Gallego y el Vizcaíno. Sin embargo, una incursión de carcoma en la flota le obligó a encallar las naves en Jamaica deliberadamente el 25 de junio de 1503.  Inicialmente, los nativos dieron la bienvenida a la flota, proporcionándoles alimento y refugio. Pero a medida que los días se convirtieron en semanas las tensiones aumentaron. Después de 6 meses de estancia, algunos hombres de la tripulación mataron a unos nativos. Se les negó la comida, el hambre y la venganza eran inminentes y Colón tuvo la suerte de que al consultar el libro de un matemático y astrónomo alemán encontró que el siguiente eclipse lunar sucedería el 29 de febrero de 1504. Sabiendo esto, tres días antes del eclipse, Colón pidió reunirse con el líder de los indígenas para informarle que el Dios cristiano estaba muy enojado con ellos y que sufrirían las “consecuencias”. Así que, para mostrar su enojo, en tres días “las llamas de la ira” harían desaparecer la luna del cielo.
De hecho, ocurrió lo que dijo Colón. Comenzó el eclipse y la “luna sangrienta” hizo su aparición. Según el hijo del navegante, los nativos se encontraban sumidos en tal terror que de inmediato pidieron a Colón que “hablara con Dios” para devolver a la luna a su tamaño original.
Monasterio de la Cartuja-Sevilla 

Entonces Colón se encerró en una cabaña durante 50 minutos, aparentemente para hablar con el altísimo. Usó su reloj de arena para registrar las fases del eclipse y, justo antes de que llegara a su fin, anunció que Dios estaba de acuerdo en “devolverles” la luna. Así pues, los nativos agradecidos los alimentaron y ayudaron hasta su partida por el Caribe el 29 de junio de 1504. Un año había estado allí hasta que fue rescatado.
Durante ese tiempo Colón ya no era necesario, era una rémora estaba olvidado en España. En una carta a los reyes se quejaba amargamente de su suerte. Dijo que vio evidencias de oro fabulosas. Podrían la cristiandad recuperar Jerusalén.
Por entonces el marino y cartógrafo Juan de la Cosa que había viajado con Colón en el primer y segundo viaje, participó como piloto mayor en la expedición de Alonso de Ojeda a las costas del continente sudamericano. A su regreso a Andalucía dibujó su famoso mapamundi y poco después volvió a embarcarse hacia las Indias. En los años siguientes alternó viajes a América bajo su propio mando con encargos especiales de la Corona. Es su mapa, al norte, dice “Mar Descubierta por los Ingleses”.  Juan Caboto, navegante y explorador genovés, por encargo del rey inglés había llegado a la parte continental de Norteamérica. Llegó a la costa de Terranova el 24 de junio de 1497, creyendo que eran las costas asiáticas de Cipango.
Además Pedro Álvares Cabral en el año 1500, siguiendo la ruta recién inaugurada por Vasco da Gama, alrededor de África inició una expedición en nombre del rey de Portugal.  El objetivo era regresar con especias valiosas y establecer relaciones comerciales en la India. Su flota de trece navíos parece que se desvió accidentalmente de su ruta, aunque es posible que buscara conscientemente visitar las tierras americanas que le habían correspondido a Portugal en el reparto con Castilla realizado por el Tratado de Tordesillas (1494), de esta manera arribó a lo que, inicialmente, se pensó que era una gran isla que sería la “Terra de Vera Cruz”. Como el nuevo territorio se encontraba dentro de la órbita portuguesa de acuerdo con el Tratado de Tordesillas, Cabral envió una nave con la noticia al rey Manuel I de Portugal.  Había reivindicado para Portugal las tierras que más tarde constituirían lo que hoy es Brasil.
En fin, Colón ya viejo, se embarcó en una carabela y llegó a Sanlúcar de Barrameda, Cádiz, el 7 de noviembre de 1504. Veinte días después de su llegada, moría la reina Isabel.
De Cádiz pasó a Sevilla, de ahí a Segovia y de aquí a Valladolid tratando de entrevistarse con el rey Fernando el Católico para comentar el resultado de sus últimas expediciones y para negociar los privilegios que habían sido rebajados ostensiblemente por los Reyes sin contar con el Descubridor. Nunca lo consiguió.
Al llegar a Valladolid se empezó a sentir mal y sufrió un ataque al corazón.
Colón murió, sin honores, en Valladolid en 1506, a los 55 años de edad. Luego sus restos fueron trasladados a Sevilla y de allí a Santo Domingo, luego a La Habana y a Sevilla de nuevo, en donde reposan actualmente dichos restos o parte de ellos porque en Santo Domingo reclaman que los restos que poseen son los verdaderos. 
Pero la vida lo llevó más allá de sus sueños, donde la pasión se hace materia y la realidad se impone. Una vez más el destino quiso estar a favor del hombre que marcaría con su gesta un punto épico de la humanidad: que él nunca supiera la verdad, que muriese con su deseo cumplido.
Aunque los hechos eran todavía más inconmensurables, más grandiosos que lo previsto, realmente había llegado a un nuevo mundo.

REINO DE PORTUGAL

Como vamos narrando la creación de los reinos cristianos, vemos que se solapan en la narración unos con otros de los cuales aún no hemos contado su historia. Esto nos pasa con el reino de Portugal con el de Castilla.
Hubo intentos de tener una mayor autonomía en la región, e incluso la independencia por parte de los condes que dominaban el condado de Galicia y de Portucale.

Alfonso VI de León (1070 aprox.) entregó el gobierno del condado de Galicia al conde Raimundo de Borgoña, en un intento de acabar con ese clima independentista. Esto incluía las llamadas tierras de Portucale. Los fracasos militares del conde, el rey decidió dar en el 1096 al conde Enrique de Borgoña las tierras más al sur del condado de Galicia fundándose así el condado Portucalense. Se dividió el condado. Este hombre fue eficaz en la lucha contra los musulmanes y tuvo una política independentista. A su muerte llega al poder su hijo Alfonso Enríquez, y Portugal consiguió la independencia con la firma en 1143 del tratado de Zamora y reconocida por el papa Alejandro III. Alfonso Enrique se proclamó con el título de ALFONSO I DE PORTUGAL. 

ALFONSO I 
Conquistó localidades importantes como Santarém, Lisboa, Palmela y Évora. Enrique de Borgoña consiguió primero independizarse de Galicia, y luego, dado que Braga fue ascendida a arzobispado se independiza de Castilla en lo religioso, pero le siguió reconociendo vasallaje. Se puso de parte de doña Urraca contra Alfonso VII el Batallador, (1180 aprox.)
Sus dominios fueron creciendo por el sur con la ayuda de los cruzados gracias a la mediación de los templarios y hospitalarios, ordenes en cuya radicación Portugal siempre había favorecido. A la muerte de Enrique le sucede su viuda, pero sus amores con un conde gallego fueron castigados con la sublevación de su hijo Alfonso Enríquez, que le sustituyó en el trono. Sus sucesores continuaron las tareas de reconquista hasta que llegado a la famosa Batalla de las Navas de Tolosa, (1212) donde participaron voluntarios portugueses y se aceleraron las conquistas. Más tarde Alfonso III firma la paz con la Corona de Castilla gracias a su matrimonio con Beatriz de Castilla y consigue mantener el Algarve bajo poder portugués.
En su momento la independencia del Reino de Portugal fue rechazada por el ya reino de Castilla. En 1297 fue la reina María de Molina, en nombre de su hijo Fernando IV, menor de edad, la que firmó el Tratado de Alcañices con el rey portugués Dionisio I. Portugal suprimía los tratados acordados en contra del reino de Castilla por el apoyo al infante Juan de Castilla. Se establecieron las fronteras. En este tratado se establecía entre otras cosas la delimitación fronteriza entre los entonces reinos de Portugal y de León, en la que se incluía la cuestionada localidad de Olivenza. Pedro I de Portugal consigue reforzar el poder central del gobierno, eliminando la jurisdicción de la aristocracia y el clero.
El hijo de este, Fernando I en el año 1369 reclama el trono de la Corona de Castilla a la muerte del titular, Pedro I de Castilla el cruel, como descendiente legítimo por parte materna de Sancho IV de Castilla. Pero finalmente el escogido para ocupar el trono castellano fue Enrique de Trastámara

Enrique II de Castilla
hermano bastardo del fallecido Pedro I, y que fue confirmado por el papa Gregorio XI. Al morir Fernando I sin hijos, su hija Beatriz de Portugal, fue nombrada heredera del país y reina de jure, pero su anterior boda con el heredero del trono castellano, Juan I de Castilla provoca una insurrección interna de la nobleza, que veía peligrar la independencia de su país.
Recordemos que años antes, en la batalla de Aljubarrota de agosto de 1385, entre tropas portuguesas e inglesas al mando de Juan I de Portugal, y el ejército castellano de Juan I de Castilla, del que formaba parte la mayoría de la nobleza portuguesa, el resultado fue la derrota de los castellanos, el fin de la crisis portuguesa de 1383-1385 y la consolidación de Juan I como rey de Portugal. Con la llegada de este rey, se instala en Portugal la dinastía Avis en 1385.
El segundo rey fue Eduardo I de Portugal padre de Juana de Avis, que se casó con Enrique IV de Castilla y, aunque éste por lo visto era impotente, nació una hija Juana, a la que todo el mundo conoce por “La Beltraneja”, que hubiera sido reina de Castilla, interponiéndose su tía Isabel, ya que no creía que fuera hija natural de su hermano de padre Enrique IV, y de que los reyes eran primos segundos y casados sin la bula papal necesaria, con lo cual, en todo caso la hija Juana no era de matrimonio legitimo con lo cual no podía heredar, por lo que a ella no se le otorgaba nada, solo se cumplía la ley hereditaria, y además de que se hubieran unido las coronas de Portugal y Castilla a manos de un rey portugués y eso no convenía ya que por avatares podría perderse Castilla para siempre en beneficio de Portugal. (Acordada la herencia a favor de Isabel en el Tratado de los Toros de Guisando). Aunque al proclamarse Isabel como reina, dos años después comienza la guerra entre Portugal y Castilla, que si bien militarmente no hubo una victoria clara, en lo político y por astucia y rapidez de Fernando de Aragón, Castilla se adjudicó la victoria de la Batalla de Toro, saldándose con un acuerdo entre ambos reinos. También Francia apoyaba a Portugal ya que tenía serios problemas con Aragón en Italia, y Fernando heredaría la corona de Aragón.
Esta guerra y su acuerdo han sido fundamentales para ambas coronas, porque Castilla no tenía ambición sobre Portugal en su gobernación, pero Portugal si anhelaba la corona castellana para la esposa del rey portugués, Juana la Beltraneja, que tenía 13 años en aquellos momentos. 

ALFONSO V DE PORTUGAL 

Es decir, que el portugués Alfonso V hubiera gobernado Castilla, y sus descendientes serían los herederos. La historia en la Península hubiera cambiado muchísimo.

viernes, 22 de septiembre de 2023

REINO DE GALICIA

Con la caída del Imperio romano y la invasión de los pueblos germánicos, el territorio de Gallaecia forma parte de los foedus (tratado romano con extranjeros) que efectúan los diferentes pueblos invasores. 

GUERREROS BÁRBAROS 

Los suevos, 30.000 individuos de los que solo 8.000 eran varones con capacidad para luchar, se concentran entre el Duero y el Miño, en la zona de influencia de Bracara Augusta (Braga). Llegados en el año 409, se acuerda un foedus con Roma en el 410 por el que los suevos se establecen en la provincia romana de Gallaecia.
Sabemos que la zona que hoy es Galicia juntamente con Asturias y Cantabria fueron los últimas regiones en ser sometidas por los romanos. Los pueblos eran los galaicos, astures y cántabros. Seguramente vencidos hacia el año 20 a.C. Esto fue producido por la fuerte resistencia y unidad social y territorial que tenían estos pueblos. Es cuando la provincia romana de Gallaecia, galaicos, (llamada así por los romanos por su parecido a la forma de luchar de los guerreros de las Galias), aún no estaba constituida política y administrativamente, cuando aparecen los castros. Una reciente investigación aclara que existió una vinculación celta entre este pueblo y los de Bretaña, Gales e Irlanda. Los galaicos eran unos de los pueblos celtas, o “celtizados”. Hubo unas cincuenta tribus de galaicos, cada una con diferente nombre. Asentados en el norte de Portugal y el área de la Galicia actual, introduciendo en esta región la cultura de los castros o castreña.

CASTRO DE SANTA TECLA

Roma lleva su cultura y su poder. Fundan tres ciudades, lo que hoy son Lugo, Braga, y Astorga. Con Diocleciano se unifica en una provincia separada de la Tarraconense, Gallaecia.
Los castros yo no tenían importancia defensiva para los romanos, aunque siguieron siendo habitados durante varios siglos. Roma llevó además de organización administrativa, su lengua, el latín, y la religión cristiana.
Debilitada Roma ya a principios del siglo V, llegan a la península los vándalos los alanos y los suevos procedentes del norte de Europa, y se puso fin al dominio romano en la región. Los suevos, de religión arriana, se establecieron en la Gallaecia creando un reino independiente que duraría ciento setenta años. Hasta que en el año 585, que habían entrado los visigodos, que ya dominaban el resto de la península ibérica, invaden la Galicia sueva incorporando ésta a su reino.

Como sabemos en el 711 llegan los islámicos y en el 715 entran al sur de Galicia, aunque no durarían más de unas pocas décadas, ante el avance de los reinos cristianos. El norte de Galicia cayó bajo el dominio político de Alfonso I de Asturias, que instaló en la ciudad de Lugo al obispo Odoario. El territorio de Galicia quedó desde el 760 bajo la autoridad de los monarcas que tenían su espacio político y de poder en lo que hoy es Asturias, en una débil posición que tuvo que ser consolidada por su sucesor, Fruela I, que aplastó una insurrección de los gallegos. Galicia, aunque fue independiente durante breve tiempo, siguió existiendo y por entonces estaba incorporado al Reino Astur, como Reino de Galicia, corona dependiente de Asturias primero y de León después. Al sur del río Miño, que en 1139 se independizaría con el nombre de Reino de Portugal.
Pero cuando Alfonso III de Asturias traslada la capital de Oviedo a León, llamamos aquí el reno Astur leonés o simplemente reino de León. Y fue precisamente esta la entidad que absorbió al Reino de Galicia, que finalmente sirvió como base para conformación contemporánea de la región de Galicia. El descubrimiento del sepulcro del apóstol Santiago fue la consolidación del reino de Galicia. primero dependiendo del reino de León y posteriormente de la Corona de Castilla. La primera integración se produce con Alfonso I de Asturias. Más adelante durante el reinado de Alfonso III se pretende mantener las tierras de Galicia bajo el control mediante el nombramiento de herederos de la casa real para su gobierno. Estas medidas no calmaron los conflictos entre los nobles gallegos y los monarcas asturleoneses. Alfonso III deja a su hijo Ordoño II el reino de Galicia fijando se capital en Braga.

CASTRO-VIVIENDA CELTA 

Al final del reinado de Alfonso II, los tres hermanos se levantaron en armas contra su padre, y a su muerte en 910 fue sucedido en el trono leonés por García, siendo el principal de los hermanos. A la muerte de éste en el 914 le sucede su hijo García que al fallecer hereda Ordoño el trono leonés, y aquí acaba el primer reino de Galicia.
Quizá quedara configurado dentro del reino de León en el 1065. De todas formas las luchas fratricidas desembocan en que el reino de Galicia es dividido en dos condados, el de Portugal y el de Galicia cuyo último rey gallego fue Alfonso VI de León y Castilla hasta su muerte en el 1109.  Se incorporará por tanto a la Corona de Castilla y León en 1230 ya con Fernando III. Alfonso VI de León impuso las peregrinaciones a Santiago aunque el culto a las reliquias ya habían comenzado durante el reinado de Alfonso II.
Galicia pasa entonces a tener la configuración actual y se inicia una de las etapas más brillantes de su historia.

MIENTRAS DURE LA GUERRA (Película)

Una película de Alejandro Amenabar, dice adentrarse en un episodio de la historia de nuestro país. El discurso que Miguel de Unamuno pronunció en la Universidad de Salamanca delante del general Millán Astray en que, según dice, se posicionó en contra del régimen fascista después de haber apoyado el levantamiento militar contra la República.

MIGUEL DE UNAMUNO 

El actor que interpreta a Unamuno, Karra Elejalde, dice “Había que tener un par de bemoles para salir ahí, el día de la Raza, que a él le parecía una chirigota, no le hacía gracia, le parecía hitleriano. Y decir me inmolo, para lo que me queda en el convento me cago dentro. Habida cuenta de lo que había pasado con Lorca. Al final venció la coherencia, fue coherente y se la jugó".
La verdad es que el Levantamiento contra la República fracasó. Y entonces los golpistas pensaron en que se debía convertir en una Guerra larga. Sanjurjo, el líder sin duda, falleció en accidente de aviación. Muerto Sanjurjo y Mola, en la elección que posteriormente se hizo, el 1 de octubre de 1936, Franco fue proclamado Jefe del Estado y Generalísimo de los Ejércitos.
Eso que dice Amenabar de “Régimen Fascista” no existía aún, la Guerra recién había comenzado y Franco llevaba 10 días al frente del ejército. Tampoco existía el franquismo aún.
La famosa y falsa frase de “Venceréis pero no convenceréis” que se atribuye a Unamuno en la película dice “Conquistar no es convencer”. Se suele decir que Millán Astray responde “Muera la inteligencia” pero en la película dice “Viva la muerte” Da igual. Las dos frases del enfrentamiento verbal entre el filósofo y el fundador de la legión, José Millán Astray no existieron realmente.
Amenabar, como tantos cineastas y actores españoles, nos quieren dar “su lección de historia”, es decir, la que su ideología les marca, y en la presentación de la película asegura que los extremos vuelven y el pasado se podría repetir de alguna manera. Y es por eso por lo que hay que conocer la verdad de nuestra historia. Sólo esto último es cierto. Hay que conocer la verdad.
Don Severiano Delgado, Historiador y Bibliotecario de la Facultad de Derecho en la Universidad de Salamanca asegura que las frases las escribió Luis Portillo. Un profesor de esa Universidad que estaba exiliado en Londres.

GENERAL MILÁN-ASTRAY

En 1941, Portillo publicó en una revista británica, "Horizons", la versión de aquel conflicto verbal entre Unamuno y Millán Astray, en el que ya habla de una expresión "¡muera la inteligencia!", que atribuye al general franquista; y también cita una expresión dicha, según Portillo, por el rector salmantino de aquella época, "venceréis pero no convenceréis".
Portillo no estuvo presente en aquel acto nos asegura el historiador. Se trata de una recreación literaria sin intención de descripción histórica. Lo único que hizo fue relatar un enfrentamiento literario posible entre el bien, que representaba el demócrata Unamuno, con el mal, que atribuye a Millán Astray.
Y este relato literario es el que ha ido pasando por historiadores como Hugh Thomas, que en 1961 publicó en inglés su primera Historia de la Guerra Civil española, quien asumió la teoría de Portillo como si fuera una fuente histórica. Hugh Thomas, que siempre ha pasado como un especialista en la Guerra Civil española, la verdad es que se podía haber quedado en Inglaterra. Como dijo Pérez-Reverte, “Empiezas dejando que un inglés te toque los huevos, y nunca se sabe”.
También otros lo han asumido como verdadero, Ricardo de la Cierva, el famoso historiador español, publicó en 1970 su "Historia Ilustrada de la Guerra Civil Española", en la que recoge la versión de Portillo.
La versión que se publicó en la época fue la del escritor Emilio Salcedo (1929-1992). Según Salcedo, Unamuno dijo: "vencer no es convencer y hay que convencer, sobre todo, y no puede convencer el odio que no deja lugar para la compasión; el odio a la inteligencia que es crítica y diferenciadora, inquisitiva, mas no de inquisición". Incluso Salcedo reconoce en su texto periodístico que Millán Astray "pronunció muy pocas palabras, justificando la situación del hombre de armas, los motivos del levantamiento militar y, al fin, perdido el control, gritó “Mueran los intelectuales y Viva la muerte”.
Severiano Delgado reconoce que para su trabajo ha utilizado textos históricos que se pueden encontrar en Internet para contrastar la versión histórica de la periodística.

TRATADOS CON PORTUGAL A RAÍZ DEL DESCUBRIMIENTO

Para entender los acuerdos entre el reino de Portugal y el de Castilla-León, hemos de remontarnos a la Guerra de Sucesión Castellana entre a...