jueves, 2 de febrero de 2023

LA SEGUNDA REPÚBLICA (Parte 5)

Gobernando la derecha el Presidente de España, Alcalá Zamora, encargó la formación del gobierno a Manuel Portela Valladares (diciembre 1935). Intentó formar un gobierno de centro pero fracasó y Alcalá decidió disolver las Cortes y convocar elecciones.
Con la CEDA no hubo gobiernos coherentes ni duraderos. Hubo siete ejecutivos, cuatro de Lerroux. Eso más los disturbios en las calles, las huelgas y manifestaciones, pusieron en bandeja al Frente Popular (izquierda), para la convocación de elecciones.
En un ambiente de creciente radicalización, se presentaron las siguientes candidaturas a las elecciones de febrero de 1936. El Frente Popular fue un pacto electoral firmado por Izquierda Republicana, PSOE, PCE, Partido Obrero de Unificación Marxista y Esquerra Republicana de Catalunya. Este pacto agrupaba a todas las izquierdas. La CNT, con muchos presos en la cárcel, no pidió la abstención y apoyó de forma tácita a la coalición de izquierdas.
La coalición de los grupos de derecha, formada por la CEDA y Renovación Española, acudió con un programa basado en el miedo a la revolución social.  La Falange y el PNV se presentaron por su cuenta.  La victoria fue para el Frente Popular, que basó su triunfo en las ciudades y las provincias del sur y la periferia. Mientras, la derecha triunfó en el norte y el interior del país. La izquierda obtuvo 278 escaños y el 34% de los votos. La derecha obtuvo 124 diputados y el 33 % de los votos. El resto fue entre el PNV y la Liga Catalana
Tras las elecciones, Manuel Azaña fue nombrado Presidente de la República el día 10 de mayo de 1936  con la abstención de los conservadores . El objetivo era que Indalecio Prieto, hombre fuerte del ala más moderada del PSOE, ocupara la jefatura del gobierno. Sin embargo, la negativa del Partido Socialista, dividido en diversas tendencias, llevó a que se formara un gobierno presidido por Casares Quiroga y formado exclusivamente por republicanos de izquierda, sin la participación del PSOE. Así, el nuevo gobierno nacía debilitado.
El nuevo gabinete inició rápidamente la acción reformista: Amplia amnistía para todos los represaliados tras octubre de 1934. Restablecimiento del Estatuto catalán. Alejamiento de Madrid de los generales más sospechosos de golpismo. Franco, Mola y Goded fueron destinados a Canarias, Navarra y Baleares. Reanudación de la reforma agraria. Esta medida fue rápidamente desbordada por la acción de los jornaleros que se lanzaron a la ocupación de fincas. Tramitación de nuevos estatutos de autonomía. El Estatuto de Galicia, fue aprobado en plebiscito en junio de 1936, y el del País Vasco estaba prácticamente terminado en julio de 1936.
No obstante Azaña quería evitar una guerra civil y lanzó propuestas conciliadoras que fueron bien recibidas por la CED y la derecha moderada.
SEMNA TRÁGICA- BARCELONA
Mientras, el ambiente social era cada vez más tenso. La izquierda obrera había optado por una postura claramente revolucionaria y la derecha buscaba de forma evidente el fin del sistema democrático. Desde el mes de abril se sucedieron los enfrentamientos violentos callejeros entre grupos falangistas y milicias socialistas, comunistas y anarquistas. El desorden público era cada vez mayor. El estado de alarma se prorrogó todos los meses para impedir informaciones adversas en la prensa. El derecho de reunión y manifestación permaneció limitado y se decretó la disolución de algún partido, como la Falange, y la restricción de actividades políticas a las asociaciones de militares retirados.
El análisis de la movilización civil y policial contribuye a dar a conocer el papel primordial del Estado en los enfrentamientos de la primavera de 1936. No había ningún grupo, ni posibilidad de coordinación entre ellos, que pudiera dominar la “enorme presencia” de la población en la calle. Tampoco hubo movilizaciones dirigidas al asalto del Estado. No se cumplían las condiciones históricas para la Revolución. Con sus propios recursos, los grupos políticos de derecha no contaban con fuerzas para conquistar el Estado. En los parámetros políticos existentes hasta el 17 de julio, las repetidas experiencias anarquistas en 1932 y 1933, o la socialista de octubre de 1934, eran irrepetibles en 1936. Y los grupos vencedores en las elecciones, y los que se aprovecharon del triunfo de la coalición de izquierda, no sólo se encontraban privados de los recursos necesarios, sino que les faltaban argumentos políticos para intentar una acción revolucionaria. Quien ocupó la calle en casi todo el territorio español por medio del uso de la violencia fue el Estado.

GUARDIAS DE ASALTO 
Aplicó un poder que le permitió dominar la calle con más intensidad desde junio de 1936. Además, con la intervención directa, represiva y a veces preventiva de la policía, el Gobierno pudo “desaconsejar” a cualquier grupo político el intento de situar a sus seguidores en la calle. Por eso, los partidos de la minoría parlamentaria sabían que sólo una intervención del Ejército podría contrarrestar el poder despótico del Gobierno. Esa constatación era el mayor síntoma de la debilidad política de los pequeños partidos monárquicos y de la casi desaparecida CEDA.
Las cuatro fundamentales causas que condujeron a España a un levantamiento militar, que por otra parte se veía venir fueron las acciones contra la propia República del “Anarcosindicalismo”. La división del Socialismo. El ascenso del Comunismo de tipo estalinista. La posibilidad golpista de la derecha política. La creciente y enorme conflictividad social.
Para colmo algunas decisiones equivocadas y graves eran muy mal recibidas por el pueblo. Prohibió ser monárquico u ostentar cualquier símbolo monárquico. No estaba permitido el debate entre monarquía y república.
FRANCISCO LARGO CABALLERO 

El propio líder socialista Largo Caballero, un sindicalista y político marxista, histórico dirigente del Partido Socialista Obrero Español y la Unión General de Trabajadores. Fue ministro, llegó a declarar abiertamente en aquella época que “Las elecciones no son más que una etapa en la conquista y su resultado se acepta a beneficio de inventario. Si triunfan las izquierdas, con nuestros aliados podemos laborar dentro de la legalidad, pero si ganan las derechas tendremos que ir a la guerra civil declarada “.
Todo el mundo que estuviese un poco al tanto seriamente de las cuestiones políticas, sabía que habría un golpe de Estado, y unos pensaban que sería por parte de militares de derecha y otros pensaban que serían fuerzas de izquierda.
Algunos militares comienzan a trabajar en serio y a fondo desde el interior del ejército. Se organiza la UME, Unión Militar Española, un eje para los contactos entre militares y civiles. Monárquicos Alfonsinos, y Carlistas se reorganizan. Adiestran a los requetés y adquieren armamento extranjero. Algunos se entrevistan con Mussolini para saber de su apoyo a una posible dictadura monárquica. Los generales Goded, Queipo de llano, Franco y Mola, militares relativamente republicanos, que obedecieron fielmente ordenes de los gobiernos de la República, y no habían tenido actuación política y algunos diputados de la CEDA, colaboraron con los conjurados. La idea inicial no era un pronunciamiento militar. En ningún momento se pensó en una guerra civil.
El 14 de abril, durante los actos conmemorativos del V aniversario de la República, fue asesinado un alférez de la Guardia Civil por establecer el orden y se produjeron unos hechos confusos que de resultas muere un primo del fundador de la Falange José Antonio Primo de Rivera por disparos de un teniente que estuvo a punto de ser linchado por los manifestantes, pero rescatado, termina siendo puesto en libertad sin cargos. Desde este día se convirtió en objetivo de las milicias derechistas. Pistoleros falangistas, (José Antonio estaba encarcelado por esas fechas), seguían actuando y asesinaron al teniente el 12 de julio de 1936.
JOSÉ CALVO SOTELO ASESINADO

Mientras en las Cortes, tras lanzar Calvo Sotelo su frase conocida de que “prefería morir con gloria a vivir con vilipendio”, desde su escaño Dolores Ibárruri dijo… “Este hombre ha hablado hoy por última vez”. Y para constatar esos hechos hay dos testimonios interesantísimos, ambos de personas tan poco sospechosas de ser franquistas como el presidente de la Generalitat, Josep Tarradellas o Salvador de Madariaga; el primero de ellos, confesó haberlo escuchado por estar su escaño muy cerca del de Calvo Sotelo.
La trágica consecuencia fue el posterior asesinato al día siguiente del diputado derechista Calvo Sotelo, como venganza por los compañeros del teniente que quería asesinar al jefe de la CEDA José María Gil-Robles, pero al no encontrar a este en su domicilio se encaminaron al de José Calvo Sotelo, un monárquico moderado que había sido ministro. Se lo llevaron de su domicilio, burlando a sus escoltas con una orden de detención falsa, y tras dispararle dos tiros dentro del coche en el que iban, dejaron su cadáver. 
Esto último se va a señalar como la chispa detonadora de todo el proceso conspirativo y precipitó las cosas. El gobierno de Casares Quiroga, que no había decidido tomar medidas pese a las continuas advertencias de las organizaciones obreras, vio como el 17 de julio de 1936 el ejército de Marruecos iniciaba la rebelión golpista contra el gobierno de la República.

HERMANOS DE CRISTOBAL COLÓN

Bartolomé Colón en 1479 se inició como cartógrafo en Portugal con su hermano Cristóbal, de lo que vivía en Lisboa en 1480. También era conoc...