martes, 7 de octubre de 2025

INSTITUCIONES DE GOBIERNO EN AMÉRICA ESPAÑOLA

Pocos años después del Descubrimiento, desde 1503 se fue organizando Instituciones que algunas gobernaban desde la península. Luego se crearon otras en la misma América. La primera Institución fue el Gobernador en 1501, Nicolás Ovando, que destituyó a Cristóbal Colón por denuncias de maltrato a los indígenas. El primer adelantado fue Bartolomé Colón en 1537.  Francisco Pizarro fue adelantado y primer gobernador de Nueva Castilla, que fue la base territorial sobre la cual se asentó y expandió el virreinato del Perú. El primer Virreinato fue el de Perú (1542), con capital en Lima.


Hernán Cortés en 1521 propuso el nombre de “Nueva España” tras la conquista. Fue su primer Gobernador y en 1528 la corona instaló una Real Audiencia en Nueva España con el objetivo de instaurar un mayor control judicial y de gobierno. Después se creó el Virreinato de Nueva España (1535), con capital en México y jurisdicción en todo el territorio actual de América Central y del Norte.
Las Instituciones En La Península Fueron:
El Rey,
El Consejo De Indias 
La Casa De Contratación
En América
Los Virreyes
Las Audiencias
Los Cabildos
Los Adelantados
Los Capitanes Generales
Los Gobernadores
Las Consulados.
Sólo en los primeros años posteriores a la conquista, el rey tuvo a su cargo directo los asuntos de América, luego la mayoría de las tareas pasaron a ser desempeñadas por la Casa de Contratación de Sevilla creada en 1503, que también fue delegando atribuciones al Consejo de Indias, creado en 1511, que finalmente, hacia el siglo XVII era la institución española con más poderes en América.
El Consejo de Indias proponía los candidatos a ocupar los cargos de virreyes, gobernadores u otros cargos importantes. Presentaba las propuestas de ley que luego eran evaluadas por el monarca quien decidía sobe la conveniencia de su aprobación.

CONSEJO GENERAL DE INDIAS 
Tenía además, funciones judiciales, interviniendo en grado de apelación, sobre las sentencias de montos elevados dictadas por las Audiencias. Tenía a su cargo el juicio de residencia que se aplicaba a virreyes, gobernadores, capitanes generales y otros funcionarios importantes, acusados ante el juez de residencia, comisionado que se trasladaba a las distintas ciudades de América con este fin, por abusos de poder o corrupción entre otras cuestiones, y también cuando finalizaban su mandato. El funcionario acusado debía permanecer en su puesto mientras duraba el proceso. Las penas a aplicar podían consistir en multas, confiscación de bienes o prisión.
Enviaba igualmente Visitadores Generales con funciones de Supervisión y Control. También le incumbía el ejercicio del Real Patronato, por concesión otorgada a los Reyes Católicos por el papa Julio II para ejercer en América funciones eclesiásticas.
La Casa de Contratación, tenía fines comerciales, regulando la actividad mercantil. Regulaba el sistema de flotas y galeones, cobraba impuestos y actuaba como tribunal de comercio. A partir de 1583, el Tribunal de Comercio se independizó de la Casa de Contratación, y ésta compartió sus actividades con un nuevo organismo, el Consulado, ente gremial que conformaban poderosos comerciantes que regulaban el comercio con las Indias, de manera monopólica.
En América, la máxima autoridad eran los Virreyes, representantes del rey, con poderes políticos, religiosos, militares y judiciales. En general, duraban tres años en sus funciones.
Los Capitanes Generales, ejercían todos los poderes pero en territorios de menores dimensiones, en los que se dividía el virreinato, llamados capitanías generales.

CABILDO DEL VIRREINATO DEL RIO DE LA PLATA
Los Gobernadores, ejercían sus funciones en territorios aún más pequeños, las gobernaciones. Intervenían en grado de apelación en las decisiones de los Cabildos, que luego podían apelarse nuevamente ante la Audiencia. Reemplazaron a los Adelantados, durante el reinado de Felipe II.
Los Adelantados eran aquellos que habían conquistado las tierras para España, y que habían firmado con el rey una capitulación, acuerdo por el cual los gastos de la expedición quedaba a cargo de los conquistadores, recibiendo a cambio poderes políticos, militares y judiciales sobre los territorios conquistados.
Los gobernadores designaban como sus asistentes a los tenientes generales y a los tenientes de gobernador que se desempeñaban en ciudades que no eran cabeza de provincia.


CAPITANÍA GENERAL DE LA HABANA 
Las Audiencias tenían funciones Judiciales y estaban integradas por los oidores, prestigiosos hombres del Derecho, cuyas decisiones sólo podían ser apeladas ante el Consejo de Indias cuando se tratara de asuntos de importancia económica considerable. Entre otras funciones asesoraban y vigilaban a los virreyes en el cumplimiento de sus funciones. Las Audiencias se instalaban en las provincias mayores, que contaban con un gobernador-presidente, que presidía la Audiencia. Las provincias menores contaban sólo con un gobernador.
Existían las Audiencias Virreinales, ubicadas en las capitales de los virreinatos, que eran presididas por el virrey. Las pretoriales, presididas por el gobernador y situadas en la ciudad cabecera de provincia y las subordinadas en otras ciudades.
Los Cabildos, gobernaban las más pequeñas unidades administrativas, las ciudades, y el ámbito rural que las rodeaba. Las ciudades sin Cabildo no tenían existencia política. Eran instituciones integradas por vecinos, considerándose como tales, los que tenían casa poblada en la ciudad. La formaban los alcaldes, uno o dos, con funciones judiciales, los regidores con atribuciones militares, el alférez real, que representaba a la ciudad en las ceremonias públicas y el alguacil mayor con poder de policía.
Entre las autoridades residentes en América no había una jerarquía, sino un equilibrio de funciones que eran autónomas pero a su vez interdependientes entre sí.

lunes, 6 de octubre de 2025

CARLOS I DE ESPAÑA, NO ERA EL REY V DE ALEMANIA

En realidad Alemania no existía. Lo que conocemos como Alemania era parte del Imperio Carolingio. Alemania fue unificada como un moderno Estado-Nación en 1871, cuando se forjó el Imperio alemán, con el Reino de Prusia como su principal constituyente.
El "conjunto de reinos germanos" se refiere a las distintas entidades políticas establecidas por pueblos germánicos en Europa tras la caída del Imperio Romano de Occidente, que incluyen el Reino Franco, el Reino Visigodo, el Reino Ostrogodo, el Reino Vándalo, el Reino Suevo y el Reino de los Anglosajones, entre otros. Estos reinos se formaron entre los siglos V y VIII, fusionando elementos germánicos y romanos y sentando las bases de la Europa medieval.


Carlomagno al verse morir dividió el territorio en marcas, condados y ducados. Carlos IV era realmente rey del Imperio Germánico y rey de los romanos, emperador por tanto. Y Carlos V exactamente igual, no se podía ser Emperador sin ser rey de romanos. No se trataba de un estado, sino un conjunto de reinos.
El Sacro Imperio Romano Germánico (962-1806) fue una agrupación política ubicada en la Europa occidental y central, cuyo ámbito de poder recayó en el Emperador descendiente de Carlomagno por elección desde la Edad Media  hasta inicios de la Edad Contemporánea.
La tradición del Imperio de Carlomagno que desapareció en el siglo X, el cual llevaba el título de Emperador Romano de Occidente. Se denominó “Sacro” en época de Barbarroja, para dar el sentido legítimo de la voluntad divina en el sentido del cristianismo. La designación “Sacrum Imperium” apareció en 1157, mientras que el título “Sacrum Romanum Imperiuma”  fue en 1184 y fue usado de manera definitiva desde 1254. El nombre de Nación Germánica fue añadido en el siglo XV.
Napoleón creó la Confederación del Rin en 1806 que susituyó al Imperio Sacro Germano Romano.  La Confederación Germánica fue una unión establecida en 1815 por el  Congreso de Viena que agrupó a 39 Estados alemanes en una confederación de Estados soberanos bajo la presidencia de la Casa de Austria. Sucedió que Alemania Unficada  como un moderno estado-nación en 1871, cuando se forjó el Imperio alemán, con el Reino de Prusia como su principal constituyente.
Carlos de Habsburgo, (nuestro Carlos I), Rey de España, cuando murió su abuelo, Fernando el Católico, en 1516, en virtud del testamento redactado el día anterior, lo nombraba Gobernador y Administrador de los Reinos de Castilla y León, en nombre de su hija, la reina Juana I incapacitada por su enfermedad. Y en la Corona de Aragón hacía lo propio, solo que hasta que Carlos llegara en Castilla gobernaría el cardenal Cisneros.
A partir de entonces, Carlos comenzó a pensar en tomar el título de "Rey", aconsejado por sus consejeros flamencos.  Carlos solicitó al Consejo de Castilla su decisión de titularse Rey. Tras largas deliberaciones el cardenal Cisneros comunicó al reino la decisión. El mismo mes se informó de la nueva intitulación real:
“Doña Juana y don Carlos su hijo, reina y rey de Castilla, de León, de Aragón, de las Dos Sicilias, de Jerusalén, de Navarra, de Granada, de Toledo, de Valencia, de Galicia, de Mallorca, de Sevilla, de Cerdeña, de Córdoba, de Córcega, de Murcia, de Jaén, de los Algarves, de Algeciras, de Gibraltar, de las islas de Canaria, de las Islas, Indias y Tierra Firme del mar Océano, condes de Barcelona, señores de Vizcaya y de Molina, duques de Atenas y Neopatria, condes de Ruisellón y de Cerdaña, marqueses de Oristán y de Gociano, archiduques de Austria, duques de Borgoña y de Brabante, condes de Flandes, de Tirol, etc”. Esos son los títulos que heredó.
El Impero era Sacro, es decir "Sagrado", porque era el protector de la iglesia romana en Europa. Y también era el Emperador de los reinos, fue elegido como rey de romanos, por lo tanto emperador,  por ser nieto del emperador anterior Maximiliano I, padre de Felipe el hermoso, que ya había fallecido.

domingo, 5 de octubre de 2025

FERNANDO DE TRASTÁMARA REY DE ARAGÓN Y DE CASTILLA

Juan de Trastámara, (su padre), como regente en Aragón en nombre de su propio hermano, el ausente rey de Aragón Alfonso V, había sido desafiado por la nobleza y el alto clero del reino. Entre rebeliones y disturbios su esposa embarazada, Juana Enríquez, tuvo que refugiarse en la frontera con Navarra. Allí nació Fernando de Trastámara  en 1452.

Juan II V en 1458 hereda el reino de Aragón y designó a Fernando gobernador de Cataluña en 1462, bajo la regencia de su madre por su corta edad. Fueron muy mal recibidos en Barcelona por la oligarquía que detentaba el poder en la ciudad Condal.
Cataluña estaba entonces profundamente dividida. Los "malos usos" ( prestaciones señoriales que los cultivadores o pageses consideraban que abusivas).  y eran característicos del feudalismo catalán. Habían causado un creciente enfrentamiento entre los campesinos y sus señores tanto laicos como eclesiásticos..
El golpe de Estado producido en Barcelona en 1462, después de varias conspiraciones, para eliminar el poder regio, provocó la huida, en difíciles circunstancias de Juana y su hijo  Fernando. Refugiados en Gerona fueron rodeados por un ejército. Así comenzó la guerra civil catalana que iba a durar diez años. El rey Juan buscó el apoyo de Francia de Luis XI.  La necesidad de obtener fondos le llevó a hipotecar los condados transpirenaicos del Rosellón y la Cerdaña a la corona francesa.
La recuperación de Juan II hizo evidente a los rebeldes que no podrían imponerse sin apoyos externos. En este momento aparece por primera vez Fernando como jefe de las fuerzas aragonesas, aunque solo con carácter nominal por su corta edad. El condestable fue derrotado en la batalla de Calaf, muriendo poco después.

JUAN II DE ARAGÓN 

Un poderoso ejército derrotó en 1467 a las fuerzas aragonesas, encabezadas por el jovencísimo príncipe Fernando, en la batalla de Viladamat. Prisioneros los mejores jefes militares realistas, el propio Fernando se salvó milagrosamente. Enfermo Juan II solo podía buscar ayuda en la vecina Castilla. Conservaba importantes contactos tras la proclamación como heredera de la princesa Isabel en 1468. La propuesta consistió en acordar el matrimonio de Isabel con su hijo Fernando, primo segundo de Isabel-
Fernando se ocupó de enviar refuerzos a su padre. Su destreza contribuyó a lograr la definitiva derrota de la rebelión catalana en 1472. Fernando en un joven lleno de criterio y muy maduro para su edad. Lo demostró con creces en el difícil momento de la Sucesión Castellana en 1474, contra el reino de Portugal. La guerra promovida por los partidarios de la Beltraneja en alianza con Portugal y Francia puso en gravísimas dificultades a los nuevos reyes. Fernando tuvo que multiplicarse tanto en el frente diplomático como en el militar.
Tuvo que acudir en ayuda de su padre ante la nueva invasión francesa de Cataluña y resignarse a aceptar inteligente y momentáneamente la pérdida del Rosellón y la Cerdaña. Para luego centrarse en Castilla donde su aprovechamiento de la indecisa batalla de Toro fue magistral.
Años antes en el “Compromiso de Caspe” en 1412, se buscaba un rey entre Aragón, Valencia y el Principado de Cataluña y es elegido Fernando de Trastámara. A éste Fernando I de Aragón le sucedió su hijo Alfonso V de Aragón. A este le sucede en Aragón Juan II, que será el padre de Fernando.
Juan II se casó con Blanca de Navarra, se había convertido en rey consorte de Navarra y en mayo de 1421 nació el que sería el Príncipe de Viana. En mayo de 1441 moría su esposa Blanca de Navarra. La sucesión al reino de Navarra iba a generar un prolongado enfrentamiento entre dos bandos, padre e hijo.  Viudo, Juan II en Navarra se casa en 1443 con Juana Enríquez. En octubre de 1451, el príncipe Carlos de Viana, derrotado y acusado por su padre de alta traición fue hecho prisionero. Mientras que la mujer de Juan, que estaba en estado de gestación se trasladó a Sos, Aragón, donde nació Fernando, en 1452.

CARLOS, PRÍNCIPE DE VIANA

Juan II de Aragón y de Navarra se coronó rey de Aragón, desheredando para ello a Carlos de Viana y a su hermana Blanca, en beneficio de su hija menor Leonor. Y encumbró a su hijo Fernando en detrimento de Carlos.
El monarca aragonés firmó obligado, la llamada “Concordia de Barcelona” en enero de 1460 por la que perdonaba a su hijo Carlos, y lo reconoció como primogénito heredero. El príncipe Carlos, desde Barcelona, negoció con Enrique IV de Castilla (su sobrino, hermanastro de Isabel), su boda con Isabel de Castilla.  Estos contactos sirvieron de justificación para que Juan II ordenara la detención y encierro de nuevo de su hijo Carlos en 1460. Esto provocó revueltas en Cataluña. Pero inesperadamente muere Carlos de Viana. Fernando es reconocido heredero titulándose Rey de Aragón, Valencia, Mallorca, Cerdeña y Conde de Barcelona, que lo sería desde el 20 de enero de 1479, hasta su muerte, el 23 de enero de 1516. Y en vida de su padre fue rey de Sicilia desde 1468.
Fernando creció hasta convertirse en caballero seguro de sí mismo.
El rey castellano, Enrique IV deseaba que su hija Juana, fuese la heredera, pero siempre existieron dudas de su paternidad, amén de que él mismo desterró a su esposa, y estando desterrada quedó embarazada de su amante, Pedro de Castilla con quien tuvo hijos gemelos, y abrumada, decidió huir.
El deshonor de Enrique era evidente y un golpe enorme al no poder demostrar la fidelidad de la reina y por consecuencia la sospecha de la bastardía de su hija Juana.
A esto se sumaba que la boda entre Enrique IV y Juana de Avis, que eran primos segundos, no tenía el necesario. consentimiento papal. Con lo cual se decide el acuerdo de Los Toros de Guisando en septiembre de 1468, donde Isabel sería reconocida como Princesa de Asturias.

MATRIMONIO DE ISABEL Y FERNANDO 
La boda de Isabel y Fernando sería en Castilla, donde luego se radicarían. Se necesitaba organizar el viaje de Fernando y sacar a Isabel de Ocaña, donde era prácticamente una prisionera. Ella se fue a Madrigal. Desde allí Isabel escribió al rey explicándole que de los tres pretendientes había escogido a Fernando, y que éste le reconocía también como su legítimo rey. Isabel se movía dentro de la legalidad con astucia. En 1469 Isabel tenía dieciocho años y Fernando diecisiete.
En 1493 el rey de Francia, Carlos VIII decidió entonces devolver a Fernando el Rosellón (tratado de Barcelona), indemnizar a Enrique VII de Inglaterra y llegar a un acuerdo con Maximiliano y su hijo Felipe (el hermoso), que se preparaba para un matrimonio español, creyendo tener las manos libres. Luego reclamó Nápoles.
Fernando formó una Liga Santa a la que se incorporaron también sus aliados y, en Atella, derrotó a los franceses con un experto general, Gonzalo de Córdoba, a quien los italianos llamaron el Gran Capitán.
Pronto nacieron dos nietos varones, Miguel de Portugal (que murió dos años después) y Carlos de Borgoña, (hijo de Juana y Felipe el hermoso) destinado éste a ser Carlos I de España y el emperador Carlos V.
El Gran Capitán volvió a Italia y en Barletta y las victorias de Ceriñola y Garellano forjó una fama que se mantuvo hasta 1635: la Infantería española era reina de las batallas. Luis XII no tuvo más remedio que concertar una tregua dejando Nápoles bajo ocupación hispana.
Los RR CC tenían ente sí un problema de sucesión. La herencia pasaba a Juana y Felipe. Las relaciones entre ambos cónyuges eran tormentosas , la reina Isabel tenía la seguridad de que su hija se volvería loca, al igual que su propia madre, y Felipe era amigo de Francia. Algunos nobles que habían combatido a los Reyes Católicos en 1475, se prestaron a servir de apoyo a Felipe que quería sustituir a Fernando en el momento en que Isabel falleciera.
La Guerra de Granada comenzó en 1481 y duró 10 años. Fernando se acuarteló con sus oficiales y fue una campaña militar en la que lentamente fue conquistando ciudades y llegó a hacer prisionero al Boabdil el chico, al que liberó con condiciones de terminar la guerra entragando la ciudad de granada, para seguridad se quedó con sus dos hijos como garantía. La capitulación se realizó el 1 de enero de 1492 y la entrega de la ciudad al día siguiente. Europa entera celebró la victoria al Islam. 

La reina Isabel la Católica falleció en 1504 en Medina del Campo. Previamente informada por sus embajadores de la situación, añadió a su testamento un codicilo en el cual disponía que si Juana estaba ausente, renunciaba por sí misma o era incapacitada, Fernando y no Felipe debía tomar las riendas del poder. Felipe el Hermoso viajó a España en compañía de su esposa, con tropas, y reunió en torno a su persona un partido nobiliario. Ante la perspectiva de una nueva división con guerra, Fernando cedió a su yerno el ejercicio (concordia de Salamanca, 1505) a cambio de una indemnización, y se retiró a Aragón y luego a Italia.
Fernando incorporó Nápoles a la Corona de Aragón y relevó al Gran Capitán de sus funciones como virrey.
En septiembre de 1506 falleció Felipe el Hermoso, Juana escribió a su padre que volviera para gobernar, la apoyaba el cardenal Cisneros y el segundo duque de Alba. Fernando  dejó en manos del Cardenal Cisneros  conjuntamente con un Consejo de Regencia. En agosto de 1507, el Rey Católico retornó a España decidido a recuperar el poder que antes le habían arrebatado en Castilla. Se encontró con su hija el 28 de agosto de 1507, y volvió a asumir el gobierno de Castilla. Fue cuando se enteró de la situación de su hija Juana. Por entonces estaba rota por el dolor por la muerte de su marido y además embarazada, daba muestras de demencia. Poco después, la soberana comunicó su intención de trasladar los restos de Felipe el Hermoso a la ciudad de Granada a pie. Al llegar a la cercana villa de Torquemada, la reina debió detenerse, debido a las molestias provocadas por el embarazo de la que iba a ser su hija Catalina que nació poco después.

JUANA I EN SU ENCIERRO

En febrero de 1509, Fernando ordenó encerrar a Juana en Tordesillas para evitar que se formase un partido nobiliario en su torno. Tres años después de la muerte de su esposo.  Allí permaneció durante medio siglo, hasta su muerte en 1555. Murió siendo reina de Castilla. Fernando gobernó como regente de Castilla por segunda vez, dejando nuevamente la gobernación al cardenal Cisneros y él se centró en Italia. Fernando ejerció las funciones de rey de Castilla, contando con el apoyo de los más fuertes sectores de la nobleza y especialmente de Cisneros, arzobispo de Toledo, y del duque de Alba, Fadrique Álvarez de Toledo. Cisneros, que seguía viviendo con la modestia de un fraile, puso a disposición del Rey los cuantiosos recursos. En 1509, Cisneros conquistó Orán.
Luis XII de Francia pudo reunir en Pisa una asamblea que se dio a sí misma tal nombre y preparó el juicio contra Julio II en octubre de 1511. Fernando de Aragón hubo de volver al enfrentamiento con Francia: puso en pie una nueva Liga que llamó Santísima porque defendía las prerrogativas del vicario de Cristo y en ella entraron su consuegro Maximiliano y su yerno Enrique VIII de Inglaterra. Francia disponía de mejores tropas, a cuyo frente se hallaba un hermano de Germana de Foix, que logró la brillante victoria de Rávena sobre los aliados. Pero en esta batalla perdió la vida. Luis XII había reconocido los derechos de esta rama de los Foix sobre el patrimonio del linaje que ostentaban los Albret.
La muerte del noble en el campo de Rávena supuso que los derechos de la Casa de Foix recaían en la esposa de Fernando, Germana de Foix, por lo que el rey de Francia ya no tenía ningún interés en apoyar las reivindicaciones territoriales de la Casa de Foix.  
Pero Fernando convocó a las Cortes aragonesas en 1512, a fin de solicitar un subsidio con el que financiar armas y jinetes para las campañas en el Norte peninsular.

El arzobispo de Zaragoza, Alonso de Aragón, hijo de Fernando el Católico, colaboró con un importante contingente de 3.000 peones y 400 jinetes en la “guerra santa”.  Aunque la invasión ya se había iniciado el 10 de julio el grueso de las tropas entró el 19 de julio. Fue realmente un paseo militar. Pocos días después los navarros capitularon sin combatir.
Tras la rendición de Pamplona, y luego Tudela  que capituló el 9 de septiembre y el 4 de octubre de 1512, Fernando el Católico entró en ella para jurar su fueros y privilegios.
La rendición de las plazas fue paulatina. En junio de 1515 se resolvió por las Cortes de Burgos que se anexionaba definitivamente Navarra a Castilla, guardando los fueros y costumbres del reino. Castilla contaba con más medios para defender el territorio de una posible invasión francesa. En cualquier caso la anexión no supuso ninguna subordinación a Castilla. Navarra conservó sus Cortes, fueros y costumbres, sus leyes y su moneda y el rey estuvo representado por un virrey. La Navarra ultra pirenaica pasó a la soberanía de Francia y sus monarcas llevaron el título de reyes de Francia y Navarra hasta 1789. En España la actual Comunidad Foral de Navarra abarca el territorio correspondiente a la Alta Navarra. La Baja Navarra forma parte del llamado País Vasco francés.
Fue el último gran éxito de Fernando el Católico.
En 1511, Fernando el Católico encargó un estudio jurídico-teológico que concluyó que la guerra contra los indígenas de América sólo será justa. Las Leyes de Burgos, sancionadas por Fernando el 27 de diciembre de 1512, surgieron por la preocupación de la Corona por el trato a los indígenas. Dichas Leyes fueron consecuencia política y jurídica de los frailes dominicos. Fue esta la primera vez que la Corona convocó a teólogos y juristas para que le aconsejaran sobre el problema del Nuevo Mundo. Se determinó por tanto que los indios son libres y deben ser tratados como tales. Han de ser instruidos en la fe, como mandan las bulas pontificias. Tienen obligación de trabajar, sin que ello estorbe a su educación en la fe, y de modo que sea de provecho para ellos y para la corona. Han de tener contacto y comunicación con los cristianos y deben de recibir un salario justo por su trabajo.

JUANA I DE CASTILLA 

El Rey aceptó, pero es absolutamente cierto que permaneció al margen de esos horizontes y preocupado especialmente por ejecutar la incorporación definitiva de Nápoles a la Corona de Aragón. Esperaba garantizar las comunicaciones mercantiles tan afectadas por la piratería.
La vejez de Fernando corrió en paralelo con el engrandecimiento de la figura del cardenal  Jiménez de Cisneros. El rey, el “viejo aragonés”, se moría. Otorgó todas sus posesiones a su hija Juana, y en el puesto de ella, debía asumir el gobierno y la regencia de los reinos de Castilla y Aragón, su nieto Carlos de Gante, futuro Carlos I y, hasta su llegada de la corte de Flandes, nombró a su hijo Alonso de Aragón (hijo de Aldonza y nacido durante su matrimonio con Isabel) regente de los reinos de la Corona de Aragón y al Cardenal Cisneros, regente de Castilla.
Falleció el gran rey Fernando el católico el 23 de enero de 1516, cuando se hallaba en una remota aldea extremeña, Madrigalejo. Como escribió el historiador de la época, Pedro Mártir de Anglería, “el señor de tantos reinos, el adornado de tantas palmas, el propagador de la religión católica y el vencedor de tantos enemigos, murió en una miserable casa rústica y, contra la opinión de las gentes, pobre”.
El cardenal Cisneros estaba al frente del gobierno hasta la llegada de Carlos de Gante el 19 de septiembre de 1517. Pero no pudo continuar viajando y se detuvo en Burgos, donde falleció el 8 de noviembre de 1517.
En su libro el hispanista Henry Kamen, dice que de Fernando en realidad, sabemos muy poco sobre su vida, porque la documentación es malísima, especialmente en lo referido a la Corona Aragonesa. El primer archivo nacional surgió en el siglo XVI en Castilla y, por tanto, la documentación sobre los Reyes Católicos está monopolizada por la figura de Isabel la Católica. Se le atribuyen a ella muchas cosas que son mérito exclusivo de él, apunta. Antes que él, solo Jaume Vicens Vives logró una aproximación solvente a la figura del aragonés a través de una biografía fuertemente contestada por los nacionalistas.

ESTATUA DE FERNANDO EL CATOLICO EN MADRID 
“No solo los catalanes han despreciado a Fernando el Católico. Tampoco los castellanos han mostrado nunca grandes simpatías por un hombre que en realidad solo hablaba castellano y, pese a nacer en la región de Zaragoza. La nobleza castellana sentía aversión por Fernando, al que llamaban de forma despectiva, “el viejo catalán”. A lo mejor tiene que ver con su carácter o su actitud”. Lo cierto es que Fernando e Isabel trabajaron para desterrar los enormes privilegios de las noblezas castellanas.

viernes, 3 de octubre de 2025

REAL ACADEMIA DE LA HISTORIA

La Academia comenzó como reunión literaria de amigos, en el domicilio de Julián Hermosilla, abogado de los Reales Consejos, en el año 1735. Los contertulios se dirigieron a Felipe V para que autorizara sus reuniones y el monarca les concedió su protección. Con ello, la tertulia ya especializada en la investigación del pasado quedó convertida en Real Academia de la Historia. La autorización la dio Felipe V por Real Cédula de 17 de junio de 1738. 

Desde entonces, la Academia gozó de la real protección como las demás corporaciones análogas, vínculo institucional que perdura, al corresponder a Su Majestad el Rey, según recoge el artículo 62 de la Constitución, el Alto Patronazgo de las Reales Academias
Encargada del estudio de la Historia de España, “antigua y moderna, política, civil, eclesiástica, militar, de las ciencias, letras y artes, o sea, de los diversos ramos de la vida, civilización y cultura de los pueblos españoles”. Se establecía que la finalidad de la Academia era la de aclarar “La importante verdad de los sucesos, desterrando las fábulas introducidas por la ignorancia o por la malicia, conduciendo al conocimiento de muchas cosas que oscureció la antigüedad o tiene sepultado el descuido”
En 1836, el gobierno de Mendizábal, le concedió a la Academia gran número de códices, documentos y libros, además del caserón llamado Nuevo Rezado en la madrileña calle del León, número 21, que había pertenecido a los monjes Jerónimos de El Escorial hasta la desamortización de los bienes de las órdenes religiosas, donde se trasladó oficialmente por Real Orden de 23 de julio de 1837, aunque en la práctica no se trasladaría a él hasta 1874.
Desde el 1 de enero de 1938, fecha de su creación, forma parte del Instituto de España.

En febrero de 2009 la Reina Doña Sofía presidió en Madrid el acto de presentación del Atlas Cronológico de la Historia de España (ACHE), la primera obra de referencia de carácter normativo, elaborada por la Real Academia de la Historia
El 21 de julio de 1999 la Real Academia de la Historia firmó un convenio con el Ministerio de Educación, Cultura y Deporte con la finalidad de desarrollar en un plazo de ocho años el Diccionario Biográfico Español. En diciembre de 2008 el Centro de Estudios Biográficos publica en internet los datos biográficos mínimos de los más de 40.000 personajes que se incluirán en la primera edición del Diccionario Biográfico Español.
En mayo de 2011, los reyes de España presidieron la presentación del Diccionario Biográfico Español. En concreto, Don Juan Carlos y Doña Sofía recibieron sus primeros 25 tomos, que estuvo completa en sus cincuenta volúmenes en septiembre de 2013.


En 1836, el edificio sede, fue desamortizado por el gobierno de Mendizábal y adjudicado a la Real Academia de la Historia. Al caserón del Nuevo Rezado se anexionaron en 1974 el palacio del Marqués de Molins y una pequeña casa de la calle de las Huertas, completando así toda la manzana entre las calles León, Huertas, Amor de Dios y Santa María de Madrid
La Real Academia de la Historia apoya activamente la investigación de la historia. Se divide en diferentes departamentos principales:  Biblioteca, Diccionario Biográfico y Gabinete de Antigüedades. Realiza actividades como conferencias, conciertos y presentaciones de libros.
El Diccionario Biográfico Español (RBE) de la Real Academia de Historia es un buscador avanzado con numerosos criterios combinables entre sí. Ofrece fichas documentadas por especialistas de más de 50.000 personajes de la Historia de España.


La Real Academia de la Historia posee una espléndida Biblioteca-Archivo con códices, incunables, manuscritos e impresos de inestimable valor científico, bibliográfico y documental que abarcan desde la alta Edad Media hasta nuestros días, indispensables para el estudio e investigación de la historia de España y de la América hispánica.
No sólo hay en ella una gran colección de libros y folletos impresos sino también un riquísimo fondo de códices y documentación manuscrita que abarca desde la alta Edad Media hasta la actualidad. La Academia atiende a la conservación y descripción de este gran patrimonio bibliográfico y documental, mantiene una sala de lectura abierta a los investigadores, responde a la gran cantidad de consultas y solicitudes de reproducción documental que recibe, lleva a cabo programas sistemáticos de microfilmación y digitalización de las colecciones manuscritas, y colabora con otras instituciones públicas y privadas para la difusión y, en su caso, préstamo de libros y documentos.
El fondo impreso de la Biblioteca consta actualmente de más de cuatrocientos mil volúmenes, entre ellos doscientos incunables, incorporados por compra, donación o legado de académicos, personas particulares, instituciones y editoriales, o bien por intercambio con el Boletín de la Real Academia de la Historia; este último procedimiento permite mantener una amplia colección de publicaciones periódicas.

Otras características:
- 2.500 años de Historia a través de sus protagonistas
- Ámbito geográfico mundial, con especial atención a todos los territorios que, además de la Península, formaron parte de la Administración española
- 2.000 ámbitos de actividad
- 4.000 autores, españoles y extranjeros
- 500 instituciones científicas nacionales e internacionales

INSTITUCIONES DE GOBIERNO EN AMÉRICA ESPAÑOLA

Pocos años después del Descubrimiento, desde 1503 se fue organizando Instituciones que algunas gobernaban desde la península. Luego se crear...