lunes, 28 de mayo de 2018

FELIPE II (Cuarta parte)

Habíamos quedado en que el 12 de septiembre de 1580 y en Lisboa, Felipe II es proclamado Rey de Portugal con el nombre de Felipe I. Por lo tanto toda a península ibérica era española. Se desplazará a Lisboa entre 1581 y 1583, después de lo cual nombra regente del país a su sobrino el Cardenal Archiduque Alberto de Habsburgo. Igual que ocurre con Nápoles, Felipe será rey de Portugal hasta el mismo día de su muerte. Aunque en las clases altas y nobles española y portuguesa había vínculos familiares, las clases populares y el clero portugués siempre han mantenido una actitud contraria a los españoles, y a su vez en Castilla y en el resto de España se ignoraba a Portugal. Los Países Bajos, el Franco Condado y Luxemburgo resultaron un dardo envenenado, fueron territorios de continuas guerras y causa de buena parte del desastre posterior. El descontento que existía ya en tiempos de Carlos , como la unificación de Parlamentos fue constatada en la ceremonia de traspaso cuando Felipe no quiso hablar en Francés alegando desconocer la lengua. En los Países Bajos era fácil que arraigara el protestantismo y se sintiera amenazado por un rey absolutista y con el conflicto religioso en marcha, la Contrarreforma. Esa parte de Europa era el motor económico por lo que la oposición a Felipe estaba servida. Edictos contra la herejía, elecciones de los obispos por parte de Felipe, hicieron que el número de protestantes aumentaba, sobre todo el calvinismo. Los comerciantes se sumaron a la protesta ya generalizada que se transformó en revueltas. Felipe II envió un ejército al mando del duque de Alba. Éste inició un limpieza A todo esto los Tercios, mal pagados aprovechaban a cobrarse de los botines conseguidos. Las tropas españolas saquearon Amberes. Llegó con poderes Juan de Austria a los Países Bajos, y se firmó un pacto con una lista de demandas de los holandeses. España debería abandonar Flandes y don Juan sería reconocido gobernador. Guillermo de Orange entro con su ejército en Bruselas y otro ejército español se unió al de don Juan y derrotaron al holandés en Gemblox en enero de 1578. Murió Juan de Austria en octubre de ese año y el sustituto, Farnesio, consiguió pactos de paz. Muere también Guillermo de Orange y Farnesio se hace con victorias en Brujas, Gantes, Bruselas y Amberes. Aquí, en 1587, en Inglaterra ejecutan a María Estuardo, reina católica de Escocia. María fue declarada culpable por traición por un tribunal por estar implicada en la supuesta conspiración de Babington, donde habría dado su autorización para asesinar a la reina Isabel I, la hija de Enrique VIII. En defensa de la cristiandad, Felipe II decide intervenir.
Y es aquí donde podemos decir que se inicia la guerra naval entre España e Inglaterra. Aunque la guerra comenzó la Guerra anglo-española de 1585 a 1604. En octubre de 1585 Francis Drake, saqueó Vigo y Santiago de Cabo Verde, además de intentar hacer lo mismo en La Palma, donde el asalto no tuvo éxito; cruzó a las Indias Occidentales capturando Santo Domingo y Cartagena de Indias, por cuya devolución exigió a las autoridades españolas el pago de un rescate, y San Agustín (en la Florida). Irritado por estos ataques, Felipe II mandó armar una gran flota con la misión de invadir Inglaterra. Felipe II quería acabar con la piratería inglesa y sus constantes incursiones en las posesiones hispánicas. Por lo tanto, y al tratarse de una isla de poco menos de 3.000.000 de habitantes, de los cuales menos de un cuarto se encargaban de su protección, una fuerza militar anticuada y falta de experiencia, Felipe II estimó que un pequeño contingente sería suficiente para someter en pocas semanas todo el país. Pero una cadena de despropósitos se sucedió irremediablemente. El plan fue preparado por el marqués de Santa Cruz. Recogerían a los Tercios de Flandes para llevarlos a la isla Muere Santa Cruz y le sustituye el duque de Medina Sidonia. Se reunió una flota enorme, pero desigual. Muchos eran barcos mercantes. Partieron rumbo a Flandes casi sin tripulación. Cruzando el Canal de la Mancha fue acosada por la artillería naval inglesa desde lejos. Actuaban con barcos más pequeños, rápidos y manejables. Al llegar a Flandes no encontraron puerto donde atracar. Por lo que los Tercios no pudieron embarcar ni tampoco se pudo reponer municiones. En lugar de atravesar de nuevo el Canal la armada española emprendió el regreso a la península circunnavegando las Islas Británicas. Azotados por la tempestad las costas inglesas fueron el escenario del naufragio de la mitad de la flota y la pérdida del tercio de los hombres. Llegaron a la costa cantábrica y los ingleses con burla la llamaron “La Armada Invencible”. En 1589 Inglaterra llevó a cabo una expedición militar para destruir los barcos españoles que estaban siendo reparados en La Coruña, Santander y San Sebastián, así como para iniciar una insurrección antiespañola en Lisboa. Esta expedición fue conocida como Contraarmada y fracasó en sus objetivos. La Contraarmada inglesa, desplegó unas 160 naves de varios tipos y perdió 40 navíos entre hundimientos y capturas causando fuertes pérdidas en las arcas inglesas. A la vez permitió la reconstrucción de la flota española. Ayudados por corsarios, los ingleses continuaron con sus robos en alta mar. Pero un sistema de escolta frustaron los ataques. Expediciones de piratas como Martin Frobisher y John Hawkins fueron derrotadas. El navío “Revenge” uno de los más importantes de su marina fue apresado cerca de las Azores en la Batalla de Flores (1591), cuando una flota inglesa pretendía capturar la Flota de Indias. En 1592 Pedro de Zubiaur vencía a un convoy inglés de 40 buques incendiando la nave capitana y capturando otros tres barcos. En 1593 en la batalla de Blaye derrotaba a una pequeña flota de seis buques ingleses hundiendo sus dos unidades principales. Entre 1595 y 1596, Drake y Hawkins murieron en las derrotas sufridas por los enfrentamientos de una expedición inglesa contra los asentamientos españoles en el Caribe, primero en Las Palmas de Gran Canaria y luego en diferentes localizaciones caribeñas. En 1595, cuatro barcos españoles comandados por Carlos de Amésquita desembarcaron en Cornualles, al oeste de Inglaterra. También huyeron sin problemas de una flota enviada para destruirlos. En julio de 1596, una expedición anglo-holandesa dirigida por el Robert Devereux, II conde de Essex saqueó Cádiz, destruyendo la flota española fondeada en la bahía. Esta armada fue reorganizada y los ingleses no pudieron atacarla por otra tormenta en las costas gallegas. Entre junio y agosto de 1597, la flota inglesa organizó la expedición Essex-Raleigh a Ferrol y las Azores, donde no consiguió imponerse a la flota española de regreso de las Indias. Una nueva expedición española contra Inglaterra en octubre del mismo año fue desbaratada por un temporal en el canal de la Mancha. Continuará

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Bartolomé Colón en 1479 se inició como cartógrafo en Portugal con su hermano Cristóbal, de lo que vivía en Lisboa en 1480. También era conoc...