miércoles, 14 de diciembre de 2022

EL AZOTE DE SIMÓN BOLÍVAR - JOSÉ TOMÁS BOVES

Generalmente en Sudamérica se entiende por “ejército realista” a las tropas llegadas desde España a combatir contra los emancipadores americanos. Nada más lejos de la realidad. Sólo por poner un ejemplo, en la gran batalla de Ayacucho, que significó el final y definitivo dominio de España en América del Sur, acaecido el 9 de diciembre de 1824, de todos los soldados del ejército realista, solo 900 eran nacidos en España. ¿Y el resto? Las unidades se formaban por tropas originarias americanas, y su componente social y étnico era el reflejo de su población local. Los oficiales y suboficiales del Ejército Real del Perú hablaban en la lengua quechua o aimará para dirigir a las tropas amerindias ya que la inmensa mayoría sólo hablaban su lengua nativa por lo cual los oficiales debían conocerla para poder dirigirlos. 

EJÉRCITO LLANERO
Los hombres identificados con las múltiples castas de amerindios mestizos (cholos), o de negros mestizos (mulatos o pardos), junto con negros esclavos liberados fueron el grueso de la tropa realista dependiendo del predominio étnico en la población. De otra parte, por su movilidad geográfica y por su instrucción, las tropas americanas se podían dividir en unidades de milicias y unidades veteranas. Mirado de otra forma las guerras de emancipación americana realmente fue una gran guerra civil en el continente. 
“El León de los Llanos” como fue conocido Boves, fue un militar español, comandante del Ejército Real de Barlovento y caudillo de los "llaneros" en el transcurso de la Guerra de Independencia de Venezuela durante la Segunda República (1813-1814). Boves, tan cruel y astuto como carismático y valiente, tuvo una breve pero destacada carrera militar desde su reclutamiento el 20 de mayo de 1812 hasta su muerte el 5 de diciembre de 1814. El prototipo de caudillo popular de aquellos tiempos. Comprendiendo los sentimientos de rechazo por abusos y explotación que recibían las clases bajas por parte de los criollos, (hijos de españoles nacidos en América), consiguió reunir todo un ejército muy ofensivo contra las tropas de los independentistas de España. Nótese que las clases populares preferían los virreinatos españoles que a las posibles repúblicas venideras. Boves nunca gobernó un país ya que murió en combate.  Había pertenecido a la Real Armada Española.

JOSÉ T. BOVES
En América no fue bien recibido por los criollos y congenió con el pueblo llanero formado por negros, mulatos, mestizos e indios a los que trataba como iguales y por lo que ellos empezaron a llamarle Taita, (padre). Idealista rebelde y militar, al fin y al cabo, fue reconocido como un peligro. Por ello fue acusado de traidor y sentenciado a muerte en San Carlos. Su pulpería (tienda de comestibles) fue saqueada y quemada y su mujer asesinada delante de su hijo. Boves decidió entonces unirse al ejército del canario Domingo de Monteverde.
Este militar había entrado en la capital venezolana y la Primera República quedaba liquidada. Simón Bolívar encabezó entonces un ejército gracias al apoyo de las Provincias Unidas de Nueva Granada e iniciaron una impresionante ofensiva militar con el objetivo de recuperar Venezuela.

SIMÓN BOLÍVAR 
Según informes de la Real Audiencia de Caracas Boves llegó luego a reunir veinte mil lanzas llaneras. Castigaba con dureza a los desertores, imponía una férrea disciplina y vivía igual que sus hombres. Sus tropas, aunque inicialmente actuaron como montoneras que obligaban a sus enemigos a dispersarse por la región, llegado cierto punto actuaron como un ejército capaz de vencer a tropas regulares en batallas campales. Bolívar logró entrar en Caracas y se proclamó la Segunda República. La dura represión de los republicanos contra los habitantes de Los Llanos. La captura de esclavos fugitivos de las plantaciones y otras represiones crueles hicieron que se dieran numerosos casos en que peones y esclavos reclutados a la fuerza en la costa desertaban y se sumaban a las huestes llaneras. Estas acciones supusieron el completo rechazo de la población llanera a la naciente república.
Por fin, el día 1 de noviembre de 1812 se publicó un bando llamando a tomar las armas contra los mantuanos (blanco criollo perteneciente a la aristocracia) en nombre de “el Rey, la Religión y la Santa Causa”. Se inicia de esta forma un periodo de una guerra brutal en Venezuela. 
Aprovechando que Bolívar estaba ausente, Boves fue aniquilando a su paso a los enemigos, tratando de llegar a Valencia y Caracas. No consiguió romper la defensa y pagó con la muerte de muchos hombres. Logró entrar a caballo en la mansión de la familia Bolívar y grabó su nombre en la puerta del vestíbulo con un cuchillo. La infantería llanera, que estaba a cargo del asalto de las ciudades, había resultado aniquilada.

LLANEROS 
Bolívar, temeroso de que los prisioneros pudieran alzarse en armas para sumarse a Boves, ordenó la matanza de 1.253 monárquicos que se encontraban en las cárceles de Caracas y el hospital. Las ejecuciones se daban en la mañana y el atardecer en la Plaza de Armas quedaban los cadáveres cubiertos de sangre y restos humanos como ejemplo.
Por lo general los prisioneros eran apuñalados para ahorrar municiones, los más afortunados simplemente terminaban degollados. También a los prisioneros se les obligaba a llevar el haz de leña con que quemarían su propio cadáver.
Ambos bandos agotaron sus municiones, el comandante realista se retiró con 3.000 sobrevivientes por región llanera con como del apoyo de la población.
La rivalidad entre el Libertador-Dictador del Occidente (Bolívar) y el Libertador-Dictador del Oriente (Mariño) era manifiesta. El historiador José Manuel Restrepo estimó en 3.000 combatientes por bando al llegar el enfrentamiento decisivo en la sabana de Carabobo.(No confundir con la importante batalla de Carabobo en 1821).
La batalla se libró el 28 de mayo de 1814. El ejército realista asumió una postura defensiva. Bolívar atacó y la victoria republicana parecía decisiva. Bolívar dependía del apoyo de sus oficiales y soldados ya que el grueso del pueblo seguía siendo realista, debido a ello decidió dejar satisfechos a sus lugartenientes dándoles mandos independientes. Acababa de cometer el error de subestimar al caudillo de los Llanos.
Bolívar consideraba que un día podría ser virrey. Mariño marchó solo a enfrentarse a Boves. Llegó Bolívar con los refuerzos, viendo el campo de batalla y sabedor de la anterior victoria de Boves en el mismo lugar dio órdenes de comenzar la retirada a un sitio más seguro. Boves sorprendió con más de mil quinientos jinetes cada una desde distintas posiciones. Los republicanos huyeron aterrorizados y su caballería fue aniquilada rápidamente.
Bolívar y Mariño habían sido vencidos y escaparon. La derrota significó la condena de la Segunda República. Boves, no obstante, no marchó inmediatamente sobre Caracas. 
Boves llegó a Valencia. Ordenó el ataque contra la ciudad pero fracasó al principio y en un nuevo ataque que consiguió la rendición. 
Nueve días más tarde entraba Boves a Caracas, iniciándose tiempo después la persecución de aquellos involucrados en las matanzas de españoles.
Era el amo absoluto de los Llanos, y menos de 160 hombres eran europeos. Supo ganar para su causa el resentimiento social de la masa de negros, indios y pardos identificando a los republicanos con los blancos propietarios, dándoles una justificación para sus matanzas. No era demagogia, habían sido los blancos ricos e imbuidos por las ideas de la Ilustración los que habían iniciado la guerra. Desde su punto de vista, el poder real era visto por buena parte de la población como un control lejano del poder de las élites locales en defensa de los pequeños burgueses y gentes de color. En el caso específico de los llaneros, el poder real era un freno para las ambiciones de los comerciantes y terratenientes caraqueños deseosos de usurparles sus tierras, acabando así con su modo de vida tradicional.
A pesar de lo decisiva de la victoria por ser destruido el último ejército revolucionario en Venezuela, se produce también otro suceso: el precio a pagar por los realistas fue la muerte de su carismático comandante, José Tomás Boves, el 5 de diciembre de 1814. 
Como otros caudillos apoyaba su poder en el prestigio conseguido por sus victorias gozando de un poder personalista, autoritario y arbitrario que podía volverlo un déspota para algunos y un salvador para otros. 
Tras la invasión francesa de 1808 en la península se había producido un desorden institucional en los virreinatos. Las consecuencias fueron la guerra civil, la insurrección popular de los marginados y finalmente, los gobiernos personalistas, primero Monteverde y luego, en forma más acuciada, de Boves. Algo que heredaron los gobiernos independentistas y decimonónicos.
El caudillismo surgió en Venezuela como consecuencia de la anarquía reinante en las etapas finales de la Primera República, sobre todo en aquellas áreas de dominio republicano (1812).
La situación era pavorosa en Venezuela. Economía arruinada por la guerra, un terremoto, despoblación de provincias enteras, emigración, fuga de capitales, hambruna y malas políticas de la tiranía. Bolívar jamás aplicó la Constitución de Cádiz: solo su ley de conquista y represión. Un método para financiar la guerra eran los bienes de los españoles asesinados que se repartieron entre oficiales, soldados y Estado. El mismo Bolívar apodó a Boves el azote de Dios, comparándolo con el huno Atila y acusándolo de ser responsable de la muerte de ochenta mil personas en sus campañas. 1814 fue conocido como el Año Terrible en Venezuela. El fenómeno del caudillismo fue una de las peores consecuencias de la guerra independentista, acompañando el país por casi un siglo hasta la imposición final del poder civil en 1903. Es la causa de que diversos historiadores consideren a los caudillos agentes de la barbarie, atraso en la institucionalidad del país, luchadores de la igualdad o hasta democratizadores nacionales. 
JOSÉ TOMÁS BOVES
Boves no era un verdadero realista, sino que era un subterfugio su adhesión a este bando, tal como declararía Hugo Chávez (1954-2013) en un evento oficial. Quizás por no querer aceptar que hasta 1815, por lo menos, la mayoría de los venezolanos eran monárquicos y el conflicto vivido no fue uno entre países sino una guerra civil donde España simplemente auxilió a esa mayoría. La proyectada “guerra continental contra España” había fracasado, hasta esos momentos y siempre la mayoría de los realistas fueron americanos. 
Bolívar y asociados comenzaron responsabilizando a los españoles de la violencia de la guerra, pero en Venezuela ni había tantos peninsulares ni se enviaron muchos soldados. De hecho, cuando se envió finalmente el gran contingente de Morillo fue que la guerra empezó a bajar su intensidad, licenciándose a las milicias llaneras y reemplazándolas con tropas de línea.
El apoyo de los llaneros era fundamental para quien lo tuviera. Su región era siempre rica en recursos, con un inagotable suministro de valientes reclutas acostumbrados a una vida dura, jinetes muy buenos en la guerra móvil, disciplinados, veloces y capaces de gran improvisación. Los llaneros tenían un sentimiento de libertad que defendía ferozmente a quien la amenazara. Varios historiadores han comparado a los llaneros venezolanos con los gauchos rioplatenses.
El gaucho y el llanero resultaban por su propia condición, guerreros natos. Muy pronto surgieron bajo las órdenes de caudillos que entraron en la leyenda como expresiones avasalladoras de la violencia elemental: un Quiroga en la Argentina, un Boves en Venezuela.
Fuente:
La vida de Boves por Francisco Herrera Luque (Editorial Pomaire, 1980). 
Hay una adaptación cinematográfica de la novela: “Taita Boves”, producción venezolana de 2010 dirigida por Luis Alberto Lamata, director de “Miranda regresa” (2007).
Boves es el arquetipo de caudillo terrible. En la enseñanza de la historia oficial de la independencia venezolana es así como se le menciona en los libros de texto. Se enseña que más que luchar contra el independentismo, aglutina a múltiples razas contra el carácter clasista y racista. 
Algo que es de notar es la omisión de personajes del ejército independentista que fueron más crueles que el mismo Boves, tal como lo fue el mismísimo Bolívar o como el coronel Manuel Gogorza Lechuga, comandante de las tropas de Simón Bolívar.

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