miércoles, 16 de julio de 2025

ALCAZAR DE LOS REYES CRISTIANOS – CÓRDOBA

Situado junto al río Guadalquivir y no muy lejos de la mezquita-catedral y del alcázar de los califas, hoy Palacio Episcopal. Se trata de un edificio de carácter militar cuya construcción fue mandada construir por el rey Alfonso XI de Castilla en el año 1328, sobre construcciones anteriores (el Alcázar Omeya de época islámica , también anterior residencia del Gobernador romano y de la Aduana). Los Trastámara lo reformaron de forma importante incorporando jardines, fuentes, albercas y baños. Los RR CC también lo hicieron para habilitarlo mientras dirigían las operaciones de la guerra de Granada.


El conjunto arquitectónico tiene un carácter sobrio en su exterior y espléndido en su interior, con los magníficos jardines y patios que mantienen una inspiración mudéjar. El Alcázar de los Reyes Cristianos es un escenario donde se gestaron episodios capitales de la historia de España.  Desde 1236, año de la conquista cristiana de la ciudad por parte de Fernando III, había sido residencia real. En época romana tuvo el carácter de fortaleza, beneficiado por su privilegiada ubicación a orillas del río Guadalquivir, y en el periodo de la presencia musulmana formó parte del conjunto de edificios que constituían el alcázar omeya. A lo largo de su historia ha desempeñado funciones muy diversas: en la Edad Moderna fue sede de la Inquisición, desde 1822 hasta 1931 fue cárcel y posteriormente acogió instalaciones militares hasta su cesión al Ayuntamiento de Córdoba en 1955.

El Alcázar es un complejo defensivo que se aleja de los cánones tipológicos de las fortalezas árabes, un hito constructivo de la arquitectura militar de la Reconquista cristiana en Córdoba. Durante diez años, desde este espacio se organizó la estrategia de la conquista del reino de Granada, por lo que los Reyes Católicos pasaron diversos periodos en él. De hecho, aquí nació una de sus hijas, la infanta María, futura reina de Portugal, y se desarrollaron las conversaciones con Cristóbal Colón previas a su primer viaje a América.


El Alcázar forma un recinto casi cuadrado con sus vértices protegidos por torres. Alfonso XI quiso crear una unidad arquitectónica perfecta que remitiera al arte gótico europeo en una ciudad que durante siglos había estado sometida al poder musulmán, realizando un castillo-palacio antagónico a la cercana Mezquita. Entre sus torres, la principal, situada al noreste, es la del Homenaje, llamada así porque era el lugar en el que se juraba defender la fortaleza y en el que se hacían las proclamaciones de los reyes. En el piso superior está la estancia principal o salón de recibo, que presenta bóveda con nervios que descansan sobre capiteles labrados con motivos vegetales de influencia francesa. Bajo ella se encuentra el aljibe o cisterna que suministraba el agua a los baños reales. Coronada con almenas rematadas en prismas como las del resto del edificio, junto a ella se ubica una pequeña torre más elevada, con balcones y tejado a cuatro aguas, donde los condenados a muerte por la Inquisición eran ahorcados ante el pueblo.
Al noroeste se sitúa la Torre del León, acceso principal al Camposanto de los Mártires. Es la más arcaica del conjunto, de sección cuadrada, con dos plantas y anchas fajas de tipo almohade. En sus cuatro caras exteriores se remata con terrazas y almenas.
La Torre de la Inquisición o de los Jardines está situada al suroeste y es posterior a las anteriores y de planta circular. Este torreón sirvió de archivo durante siglos. Parte de su interior alberga el Patio Morisco, ejemplo de planta netamente musulmana de sección rectangular.
Las tres torres se comunican entre sí por adarves protegidos por almenas o prismas de sillares de piedra y vanos intermedios.



En el Alcázar pueden contemplarse piezas artísticas halladas en el subsuelo de la ciudad. Destaca la colección de mosaicos romanos que decoran las paredes de la antigua capilla de la Inquisición, realizada en el siglo XVIII y que actualmente se conoce como Salón de los Mosaicos, escenario de distintos actos municipales a lo largo del año.
La primitiva Huerta del Alcázar dio lugar a los jardines que el visitante puede contemplar hoy, y que ocupan aproximadamente 55.000 metros cuadrados. Especies de las más variadas plantas autóctonas, siempre dentro de la tradición del jardín árabe (palmeras, cipreses, naranjos, limoneros...), se alternan con fuentes y estanques, creando un espacio único y representativo de la cultura cordobesa. Los grandes estanques de la planta superior fueron realizados en el siglo XIX.
El Alcázar fue calificado Monumento Histórico en 1931 y está integrado en la zona declarada Patrimonio de la Humanidad por la Unesco en 1994

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