martes, 9 de septiembre de 2025

VIDA DE ISABEL I DE CASTILLA Y LEÓN – (y 3)

Al proclamarse Isabel reina de Castilla el 13 de diciembre de 1474, la guerra por la sucesión al trono de Castilla fue inevitable, estalló y duró cinco años, de 1474 a 1479.
La guerra se la denomina de Sucesión Castellana, y fue entre los partidarios de Isabel y los de su sobrina Juana, (la Beltraneja). Realmente era una guerra de el reino de Castilla y el reino dePortugal. Debemos de tener en cuenta que Juana se había casado con el rey de Portugal Alfonso V, teniendo la niña 13 años. Realmente no tenia conciencia de los hechos.
Francia apoyaba a Portugal porque la unión de Aragón y Castilla le debilitaba en su guerra particular con Aragón. En marzo de 1476 Fernando tomó parte personalmente en la decisiva victoria de Toro.

Francia se retiró del conflicto. Finalmente la guerra terminó con un Tratado de paz en Alcácovas, reconociendo Portugal a Isabel y Fernando como reyes de Castilla y a quedando en manos portuguesas la hegemonía del Atlántico, salvo las Islas Canarias. Juana permaneció para siempre en Portugal.
De haber perdido la guerra Isabel y Fernando, perderían la corona de Castilla y pasaría a su sobrina Juana, que en realidad era que pasaba a los dominios del rey portugués. La historia de España hubiera cambiado totalmente.
El rey de Aragón Juan II moría en enero de 1479, quedando su hijo Fernando con todos sus títulos. Ya era rey de Sicilia y heredó además de Aragón, Cerdeña y Conde de Barcelona. El reino de Navarra lo heredó su hermana Leonor.
Antes de esto, en junio de 1478 Isabel I daba a luz un niño, Juan de Aragón, que desplazó de la herencia a su hermana Isabel por ser varón, siendo Príncipe de Asturias y por lo tanto heredero de la corona de Castilla y lo sería de Aragón. Era el segundo hijo de los reyes. Pero murió joven en 1497 con diecinueve años. Al morir Juan convierte a su hermana Isabel de Aragón, otra vez en la heredera del trono de Castilla, que a la sazón era reina consorte de Portugal ya que siendo viuda se había vuelto a casar con el que luego llegó a ser Manuel I de Portugal. Este matrimonio tuvo un hijo que se llamó Miguel de la Paz, nacido en 1498 y que al ser varón fue heredero de las coronas de Castilla, Aragón y Portugal. En el parto murió su madre Isabel. El niño estuvo al cuidado de sus abuelos Fernando e Isabel, pero murió en el año 1500. Este fallecimiento es el que provoca que sea su hermana Juana (la loca), la heredera de la Corona de Castilla.

Juana I de Castilla y León 
Los reyes de Castilla y Aragón no fueron unos reyes que disfrutaran de la corte, de fiestas y placeres.
En aquella época existían en la península los reinos de Aragón, Castilla, Portugal, Navarra y el reino nazarí de Granada. Fuera de Granada los musulmanes vivían entre cristianos. Los acuerdos pactados con las poblaciones de Al-Andalus vencidas variaron pero en general se garantizó la permanencia de los musulmanes y se les permitió conservar su religión, costumbres, organización y derecho, aunque continuaron las obligaciones tributarias. Esta actitud de los monarcas cristianos se producía, principalmente, por la necesidad de no despoblar y mantener la vida económica de los territorios ocupados. Pero esos moriscos eran rechazados por los cristianos, no los consideraban auténticos del país y recelaban de ellos... Por otra parte, la presencia judía, que se remonta a la época romana, y su antipatía hacia ellos, eran para los cristianos igual de antigua. Su dedicación a la banca y al préstamo y el estricto mantenimiento de sus costumbres eran otras razones que iban alimentando el rechazo de la población.
La desconfianza de las conversiones llevó a los reyes a solicitar del papa Sixto IV, en 1478, la autorización para poner en marcha una nueva Inquisición que persiguiera la herejía, es decir la práctica de los ritos judíos por parte de los falsos conversos. Se restableció y asentó la Inquisición.
En tiempos de los reyes cristianos se identificaba la política con la religión. Fue la búsqueda de la unidad religiosa lo que impulsó a los reyes a decretar la expulsión de los judíos que no se quisieran convertir, en marzo de 1492. 
Ya desde 1266, en Granada, los reyes de Castilla, cobraban un tributo a sus vasallos musulmanes. Granada, se beneficiaba de sus privilegiadas relaciones de sangre con el norte de África, era la puerta del oro africano.  El oro comenzó a escasear, y el gobernador de Ronda se apoderó de Zahara en 1481. Fernando acuarteló Córdoba y organizó un ejército con su Estado Mayor. Ronda y Marbella cayeron en 1485, Loja en 1486 y Málaga en 1487, tras un sonado asedio. Málaga era muy importante y justificaba el dispendio. Los reyes reclamaron soldados de todos sus reinos, y hasta allí llegaron enfervorecidas huestes de vizcaínos, guipuzcoanos, asturianos y valencianos. Desde 1487, tomada Málaga, la guerra entraba en fase de liquidación y Fernando pasaba a ser el más brillante de los reyes europeos. Granada resistía, Isabel envió un emisario negociador y se fijó el 2 de enero para la entrega de la ciudad. Se terminó así la Reconquista.  La noticia recorrió Europa y los reyes incluido el de Francia, lo celebraron y ordenaron misas en gratitud por la victoria.

Isabel recibe las llaves de Granada 
Cristóbal Colón había conseguido su primera entrevista con los reyes en enero de 1486. Cuando cayó Granada en 1492, se produjo una nueva audiencia de Colón, en la que los monarcas aceptaban la posibilidad de la empresa que ofrecía Colón, partir por occidente a la India por mar. Los monarcas fueron convencidos. Así firman el acuerdo,  las “Capitulaciones de Santa Fe”  fue emitido por la Real Cancillería de la corte de los Reyes Católicos y firmado el 17 de abril de 1492 en la localidad de Santa Fe de la Vega, Granada.
Como sabemos Colón y la expedición llegaron a tierra firme el 12 de octubre de ese año. A su vuelta a la península fue recibido Colón y su puñado de indios en el salón de Ciento de Barcelona. No se equivocó Fernando en un punto: los poderes otorgados eran excesivos y por ello Colón causó daños aunque no lo pretendiera.
Los propios Reyes Católicos nunca fueron conscientes de la envergadura del Descubrimiento. Su participación en el proyecto fue muy limitada, las exploraciones y conquistas se realizarían ya con Carlos I.
Los RR CC tenían ente sí un problema de sucesión. La herencia pasaba a Juana ya su esposo Felipe, el hermoso. Las relaciones entre ambos cónyuges eran tormentosas, la reina Isabel tenía la seguridad de que su hija se volvería loca y Felipe era amigo de Francia y no le gustaba la corte castellana por recia poco divertida. Algunos nobles que habían combatido a los Reyes Católicos en 1475, se prestaron a servir de apoyo a Felipe que quería sustituir a Fernando en el momento en que Isabel falleciera.
La reina Isabel la Católica falleció en 1504 en Medina del Campo. Previamente informada por sus embajadores de la situación, añadió a su testamento un codicilo en el cual disponía que si Juana estaba ausente, renunciaba por sí misma o era incapacitada, Fernando y no Felipe debía tomar las riendas del poder. Después del fallecimiento Fernando hizo proclamar a Juana reina y asumió, en ausencia de ésta, las funciones reales. Felipe el Hermoso viajó a España en compañía de su esposa, con tropas, y reunió en torno a su persona un partido nobiliario. Ante la perspectiva de una nueva división con guerra, Fernando cedió a su yerno el ejercicio (concordia de Salamanca, 1505) a cambio de una indemnización, y se retiró a Aragón y luego a Italia.

Felipe I de Castilla y León 
Pocos meses después muere Felipe el hermoso y Fernando regresa  y nombra al Cardenal Cisneros como regente de la gobernación de Castilla, aunque Juana I era la reina, y lo fue hasta su muerte, compartida desde que llegó su hijo Carlos en 1517.
 
 

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